Por: Javier Penalva/www.xataka.com
Han pasado ya más de 50 años desde que en 1967 el equipo detrás de Logo publicaba el considerado primer lenguaje de programación diseñado específicamente para educación. Sin embargo, la programación no ha dado los pasos esperados ni necesarios en el ámbito educativo en algunos países. Entre ellos está España.
Hoy en día, en en ámbito educativo, el uso de las TIC es algo más que habitual. Incluso la alfabetización digital está presente en la legislación educativa española tanto en la etapa de educación secundaria como en primaria.
Pero la programación como herramienta educativa solo ha aparecido de manera tímida en la etapa de secundaria, mientras que en educación primaria queda como materia pendiente, con un gran camino por delante y mucho margen de maniobra para quedar igualmente recogida en el currículo educativo en educación primaria.
La situación de la programación en España
En los primeros años del siglo XXI los contenidos de programación para edades tempranas han sufrido una expansión sin parangón. Los nuevos lenguajes de programación más visuales y el auge de los kits de robótica más asequibles han propiciado que la programación y robótica tenga de nuevo una oportunidad para integrarse de manera oficial en la enseñanza en los primeros cursos escolares.
Desde 2012, ese movimiento se ha acelerado en Europa, con la Comisión Europea liderando las propuestas para promover la programación informática en las escuelas.
En España, la presencia de la programación en educación primaria no está como tal recogida en la legislación nacional. En el currículo de dicha etapa, según el Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, encontramos referencias al uso de las TIC pero desde un concepto puramente de desarrollo de la competencia digital o la creación de contenidos.
Según el último informe del INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado) sobre la situación en España de la programación, robótica y pensamiento computacional en el aula, solo algunas comunidades autónomas han incluido contenidos de programación en los Reales Decretos que ordenan las enseñanzas y el currículo para cada comunidad. Y cada una de manera distinta.
Solo la Comunidad de Madrid ha creado una nueva asignatura para Primaria. Las otras dos comunidades que integran la programación en Primaria lo hacen de manera transversal en otras áreas como Matemáticas o Conocimiento del Medio
La Comunidad de Madrid fue una de la primeras en establecer una nueva asignatura denominada ‘Tecnología y recursos digitales para la mejora del aprendizaje’ para toda la etapa de Primaria. Por su parte, Cataluña establece en su R.D. 119/2015, de 23 de junio, la inclusión de contenidos de programación y pensamiento computacional en las áreas de matemáticas y conocimiento del medio.
En última instancia tenemos a la Comunidad Foral de Navarra, la cual los integra en las materias de Matemáticas de 4º y 5º de Primaria, aunque también establece en su normativa que los centros educativos podrán comenzar itinerarios desde cualquier curso de Primaria.
En el resto de territorios, hasta ahora,
la aproximación de la programación a las aulas de primaria se ha producido de manera aislada y mediante actuaciones asociadas a proyectos tanto promovidos por instituciones públicas como especialmente privadas.
En el nivel de Primaria, las actuaciones más destacadas han sido programas de formación en competencias STEAM tanto para profesores de primaria como para grupos seleccionados. Tenemos por ejemplo proyectos destacados en el ámbito autonómico como TIC-STEAM en Castilla y León, diferentes eventos como el Scratch Day Asturias o programas de innovación educativa. Uno de los más destacados se inició en el curso 2017/18 en Galicia, con la participación de 120 centros públicos de primaria.
La programación está lista para entrar en el currículo de primaria
El éxito de las numerosas iniciativas a nivel privado así como proyectos concretos en el ámbito público son un impulso y motivación destacable para pensar en que la programación tiene cabida como materia en el currículo de educación primaria.
Jesús Moreno León, embajador de la Semana Europea de la Programación. Fotografía de Javier Márquez
Atrás quedan las dudas y debates alrededor del lugar en que la programación debía de trabajarse en el ámbito educativo. Sacar esos aprendizajes de la Universidad y la Formación Profesional es ya una realidad, apoyada tanto en experiencias de otros países como en investigaciones formales que han traído evidencias científicas que la sustenten.
Una de las más destacadas que se realizó en España fue la Escuela de Pensamiento Computacional, una iniciativa del Ministerio de Educación y Formación Profesional desarrollada durante el curso 2018/19 a través del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado en colaboración con Comunidades y Ciudades Autónomas. Su coordinador, Jesús Moreno León, no duda ni un instante en afirmar que la programación ya podría incluirse entre las materias básicas en primaria en España.
«Al regresar a España comencé a incluir contenidos de programación en mis clases de secundaria usando Scratch y comprobé el potencial de este tipo de lenguajes visuales para acercar la programación a edades más tempranas. Así que con mi compañero José Ignacio Huertas nos pusimos en contacto con otros docentes y preparamos talleres en varios colegios para evaluar esta posibilidad»
El éxito de esos talleres motivó la puesta en marcha del sitio web Programamos. En él, docentes e investigadores de todos los niveles educativos, comparten recursos libres y gratuitos, experiencias e ideas para fomentar el desarrollo del pensamiento computacional en la educación. El proyecto ya ha llegado a más de 50.000 estudiantes de 95 países así como a más de 10.000 docentes solo de España, los cuales se han formado en programación y pensamiento computacional con sus recursos libres.
Alberto Bernabéu, profesor de educación primaria y orientador de un centro educativo, tampoco duda en pedir ya la llegada de la programación y el pensamiento computacional al currículo oficial de la etapa. Lo hace a raíz de su experiencia de más de 10 años trabajando la programación y robótica en la etapa de primaria con sus alumnos. Los motivos son numerosos.
«Creo que es una destreza básica que nuestros estudiantes deben tener en el futuro igual como en su día fue el segundo idioma. Saber conceptos básicos de programación les facilita estructuras de pensamiento que los hace ser más creativos, comprender mejor el universo digital que nos rodea, empodera para resolver problemas complejos descomponiendolos en otros más sencillos, les ayuda a aprender de sus errores, ser constantes, … en definitiva se crean estructuras de pensamiento muy interesantes…»
La lucha contra la lentitud del sistema educativo
Hasta finales de 2018, la inclusión de contenidos de programación en la educación Primaria era algo prácticamente anecdótico a nivel de currículo y basado casi exclusivamente en programas formativos aislados e iniciativas puntuales.
«Mantener actividades de programación sólo en propuestas extracurriculares está creando también una brecha digital ya que los alumnos con menos recursos no están teniendo acceso a este tipo de aprendizajes»
Desde entonces ya han sido varias las CCAA que han seguido avanzando en esta línea. Entre ellas tenemos a Galicia, Asturias o Andalucía. Ésta última estableció en 2019 que en los niveles de 5º y 6º de primaria se había de incluir media hora de robótica a la semana para trabajar el razonamiento matemático. Pero es muy insuficiente y estamos lejos de poder considerar que la programación está asentada en la educación primaria.
¿Se solucionaría todo con una legislación que incluyera la programación como materia en primaria? En absoluto. De hecho, como nos comenta Jesús Moreno, ni siquiera es una realidad en todos los centros educativos de aquellas CCAA que han puesto en marcha iniciativas y modificaciones normativas para su inclusión.
«No es suficiente con que la administración escriba en la normativa que hay que hacerlo; es necesario apoyar y dotar tanto a los centros como a los docentes de los recursos necesarios para que puedan resolver los retos y desafíos que un cambio como este supone»
Y todo ello teniendo en cuenta que en algún momento ese cambio legislativo se produzca. Para Alberto Bernabéu no basta con las iniciativas que llevan a cabo ya casi todas las comunidades. Es necesario que queden formalizadas y las condiciones actuales no lo facilitan.
«Nuestro sistema educativo es excesivamente lento, curricularmente demasiado denso y muy burocratizado lo que hace que innovar o introducir cambios por pequeños que sean se hace muy complejo y al final recaen sobre la buena voluntad o iniciativa que tenga un profesor que quiera dedicar un tiempo extra en introducir este tipo de conocimientos»
La formación y motivación del profesorado: otras de las claves
Las piedras en el camino las encontramos a todos los niveles. Incluso en el último escalón, donde están los profesores, hay muchísimo trabajo por delante.
«Para que un docente se lance a un cambio metodológico como este es necesario que esté convencido. Por eso es tan importante contar con evidencia científica que muestre el impacto positivo en el aprendizaje del alumnado, y para ello habría que fomentar aún más la colaboración entre administraciones educativas y universidades. Además, no basta con realizar las investigaciones; las conclusiones deben llegar a los docentes, por lo que también hay que dedicar esfuerzos a su divulgación y comunicación»
Jesús Moreno también nos marca el camino a seguir a partir de ese momento en que el profesor es consciente de que el cambio es necesario: que haya un acompañamiento durante todo el proceso. Y ahí la formación es un pilar básico.
«Es fundamental que reciba formación de calidad, impartida por docentes con experiencia previa real; que cuente con buenos recursos educativos abiertos, listos para usar en el aula pero que puedan ser personalizados; y que pueda participar en comunidades de aprendizaje en línea en las que colaborar, debatir y aprender con otros compañeros»
Mejor como contenido transversal
Supongamos que se dota de recursos, formación e integración legislativa clara a la programación en educación primaria. ¿Qué estrategias podrían seguirse para su puesta en marcha?
«La idea de poner el pensamiento computacional al servicio de la comunidad puede ser muy atractivo para disminuir la brecha de género que actualmente existe en este campo»
Para Jesús Moreno, la programación en Primaria no debería tratarse como un fin en sí mismo y con asignatura específica como en Inglaterra. Él aboga por un concepción más parecida a la que usan en Suecia o Noruega, donde la programación se incluye en el trabajo de otras materias como las artes o las matemáticas.
«Este enfoque, combinado con la metodología aprendizaje servicio, creo que puede ser un gran recurso para desarrollar en el aula proyectos que ofrezcan soluciones a problemas de la vida diaria del alumnado o del entorno del centro educativo, que pueden llevarse a cabo en todas las áreas mejorando de forma extraordinaria su aprendizaje»
Así lo demuestran los resultados de los trabajos del grupo de investigación KGBL3, formado por investigadores de la URJC y la UNED, centrados en medir el impacto del uso de la programación siguiendo este enfoque.
«Los alumnos muestran mejoras en los resultados académicos en asignaturas tan diferentes, a priori, como las matemáticas, los idiomas o las ciencias sociales. Y además han detectado mejoras en otro tipo de habilidades que son fundamentales para la vida en el siglo XXI, como la capacidad de resolución de problemas, la comunicación de ideas, el trabajo en equipo y la creatividad al enfrentarse a situaciones desconocidas»
Alberto Bernabéu se posiciona del mismo lado que Jesús sobre cómo debería plantearse la llegada de la programación a la etapa de primaria.
«Yo no hablaría de otra asignatura más, no me gustan la parcelación de conocimiento en asignaturas en estas etapas. Yo hablaría de proyectos en los que fuera necesario crear programando algo, un robot, un videojuego, la solución a un problema, una app móvil. La programación debe ser una herramienta, un recurso no un fin en sí mismo, por lo que sería más conveniente su uso de forma transversal relacionado con el resto de áreas del conocimiento»
Alberto Bernabéu se vale de su amplia experiencia con la programación y robótica en el aula para no dudar incluso en adelantar la llegada de la programación incluso antes de primaria.
«La programación o el pensamiento computacional debería introducirse en infantil, ya que hay muchas formas de trabajarlo incluso sin dispositivos electrónicos, ni ordenador ni tablets»
Un objetivo clave para la Comisión Europea
Llevar las clases de programación a todas las escuelas de Europa ya era una de las 11 acciones propuestas por la Comisión Europea en su Plan de Acción de la Educación Digital en 2018.
A finales del año pasado, en la actualización de este plan para el periodo 2021-2027 no hacía sino reforzar esta idea dentro de su propuesta para mejorar las competencias y habilidades digitales para la necesaria transformación digital de la sociedad.
Para alcanzar esa prioridad la Comisión Europea incluía ya sin demora el desarrollo de habilidades y competencias digitales desde temprana edad por medio de la alfabetización digital, la lucha contra la desinformación y también el pensamiento computacional.
La llegada de la programación a primaria parece pues más necesaria que nunca, escapando además de una visión limitada a las posibilidades laborales que ofrece a los estudiantes, y considerándola como una habilidad fundamental para reducir la brecha de género y la concepción errónea de la tecnología como simples espectadores o consumidores y no como creadores y ciudadanos conscientes de la necesidad de comprenderla en su totalidad.
*Fuente: xataka.com