América del sur/Colombia/semana.com
Desde la primera semana de septiembre, la Alcaldía anunció el proceso para que los más de 1.700 colegios privados y 400 públicos de la ciudad retornaran a la presencialidad. A la fecha, el regreso de los estudiantes ha sido a cuentagotas.
“La discusión no es si los colegios quieren o no volver a clase, sino si realmente pueden porque tienen las condiciones. Algunos querrán volver y no podrán cumplir los protocolos, y otros sí podrán hacerlo”, dijo en su momento Fernando Vita, coordinador Nacional de la Mesa de Educación Privada, cuando el Ministerio de Educación publicó los protocolos para la reapertura de las instituciones educativas.
Lo dicho por Vita hoy toma más vigencia que nunca, dado que a pesar de que en todo el país los colegios ya pueden iniciar con sus planes de reapertura, la realidad es que solo una inmensa minoría ha podido hacerlo.
Por ejemplo, en Bogotá, la Alcaldía dispuso desde la primera semana de septiembre un sitio web para recibir las propuestas de colegios y jardines que estuvieran planeando retomar la presencialidad. Hoy, un mes después, es claro que son muy pocas las instituciones educativas que han dado ese salto.
En el caso de los colegios y jardines privados, en la capital hay registrados 1.740 en los que estudian cerca de 530 mil jóvenes. De ese total, 121 instituciones manifestaron su intención a la Alcaldía de reabrir. De ellas, 92 culminaron el proceso y tienen el aval para hacerlo, pero solo 71 ya lo hicieron.
En el caso de las 399 instituciones públicas, que acogen a más de 790 alumnos, ninguna ha iniciado formalmente el proceso para reabrir. Cabe recordar que el retorno del sector público enfrenta un desafío adicional: la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) se mantiene en su posición de “no a la presencialidad” por considerar que no existen las garantías para un retorno seguro.
El hecho de que pocas instituciones se la jueguen por la presencialidad tiene dos factores principales: primero, el miedo de los padres (solo un 12 por ciento está dispuesto a enviar a sus hijos a estudiar presencialmente), y, segundo, aplicar los protocolos de bioseguridad no es una tarea barata.
Carlos Ballesteros, presidente de la Confederación de Asociaciones de Padres de Familia, coincide en que son pocos los colegios en capacidad de cumplir con los protocolos que den completa tranquilidad a las familias. “Colegios campestres o de estratos altos no tendrán problemas, pero ¿cómo hará la inmensa mayoría de colegios?”, se cuestiona.
Martha Castillo, presidenta de la Confederación Nacional de Asociaciones de Rectores y Colegios Privados (Andercop), dice que actualmente la mora en el pago de matrículas de esa asociación, que aglomera a cerca de 1.000 instituciones, se acerca al 75 por ciento y la deserción de estudiantes llega al 20 por ciento, lo que hace imposible hacer las inversiones para reabrir. “La inmensa mayoría de colegios privados del país son de estratos medios, que son los más afectados por la pandemia”, dice.
Los que ya reabrieron
Camilo Camargo, rector del Colegio Los Nogales (mejor del país por el ranking Col-Sapiens), explicó que los primeros días de presencialidad se están centrando en que los niños se familiaricen con los protocolos de bioseguridad. Reconoció que para cumplirlos el colegio tuvo que hacer inversiones adicionales, todo con el fin de que los padres tengan tranquilidad.
En Bogotá, las instituciones pueden funcionar máximo en un 35 por ciento de capacidad, razón por la que la institución se acomodó al modelo de alternancia. Explicó que en el retorno a la presencialidad se tuvo en cuenta que el 80 por ciento de los padres de los cerca de 1.000 alumnos estuvo de acuerdo con el regreso a las aulas.
Por su parte, Juan Pablo Aljure, presidente del colegio Rochester, primero del país en reabrir, explicó que obtuvieron el aval para funcionar presencialmente en plena pandemia gracias a una inversión de 400 millones de pesos en 24 baterías de puntos de lavado, desinfección y secado de manos con sensores inalámbricos, cámaras de reconocimiento facial, verificación de temperatura y señalización en todo el colegio. Además, adecuaron los salones para albergar 16 estudiantes por clase con una distancia de dos metros entre cada uno.
Finalmente, el rector Camargo entregó las cinco acciones fundamentales que cualquier colegio que quiera reabrir debería aplicar.
- Hacer el diagnóstico de signos y síntomas en toda la comunidad educativa.
- Lavado de manos cada 2 o 3 horas; cuando no hay posibilidad de agua potable, usar gel antibacterial con las especificaciones adecuadas.
- Uso de tapabocas.
- El distanciamiento físico, la distancia social. Entre uno y dos metros de distancia con otras personas.
- Limpieza y desinfección.
Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/cuantos-colegios-han-reabierto-en-bogota/202059/