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Ciberbullying: recintos de educación deben crear protocolos

Chile / 1 de julio de 2018 / Autor: Vicente Pereira Parra / Fuente: Soy Chile

Seremi del ramo en Los Lagos, Claudia Trillo, señala que es un problema que existe y que muchas veces traspasa los establecimientos.

El ciberbullying es una realidad en los establecimientos educacionales de la región de Los Lagos. Por eso, ahora deberán contar con un protocolo que aborde este tema que afecta a jóvenes y niños, según reconoce la seremi de Educación, Claudia Trillo, quien explica que se trata de una circular enviada desde la Superintendencia.Una medida que a Trillo le parece adecuada y correcta, dado que genera que los recintos deban tener un protocolo de actuación frente a este tipo de acciones.La autoridad describe que hoy existen situaciones que no sólo se presentan al interior de los colegios, sino que a través de redes sociales, WhatsApp o distintos medios por los cuales los niños y jóvenes se insultan y se tratan mal.“Están siendo afectados de una manera anónima, muchas veces; por lo tanto, el llamado es a las familias, que a veces detectan esta situación, es a denunciar en los establecimientos educacionales”, detalla.Más aún, si se considera que estos son los lugares donde los afectados primero buscan un resguardo, un apoyo, como con los encargados de convivencia escolar.Pero también que la institución sepa cómo debe actuar, que tenga un protocolo respecto a los pasos a seguir frente a este tipo de denuncia”.

– ¿Es una exigencia para los colegios?

– Será una exigencia. Esta circular así lo estipula, el que debemos hacernos parte, que no estaba considerado, pero que no puede quedar a la deriva o a la interpretación de cada uno de los establecimientos. Debemos normarlo, es necesario, porque nuestros niños y nuestros jóvenes están siendo afectados por esto.La titular de Educación en Los Lagos reconoce que no es un tema fácil, que tiene muchas complejidades, dado que muchas veces estos hechos ocurren entre pares de distintos establecimientos, por lo que aborda a una mayor comunidad.Para Trillo, sin embargo, es importante que se norme un protocolo de actuación frente a dicha problemática en cada colegio.

– ¿Cuál es la realidad en esta zona?

– Es bastante masivo. Cada vez el uso de las redes sociales y de este medio anónimo de declaraciones que hacen los jóvenes, donde insultan y se tratan muy, muy mal, porque como es a través de una red social, en la que no se ven las caras, es más fácil ser más agresivo, de mucha violencia entre ellos, es algo que hoy está pasando en nuestra sociedad. Cada vez más niños y jóvenes lo están haciendo, por eso es importante hacernos cargo de esta problemática.

– ¿Este protocolo regulará el uso de los celulares?

– No creo que lleguemos a prohibir o a aceptar el uso del celular, a través de una circular, porque se ha dicho que es algo que se debe respetar dentro de los reglamentos de cada una de las comunidades educativas. Por lo tanto hay libertad y cada establecimiento lo establece de alguna manera y lo estipula acorde a su proyecto educativo; pero, sí tiene que ver con el mal uso de este tipo de herramientas a través de las redes sociales. El celular es un buen medio de comunicación e información, el tema es el mal uso.

– ¿Establecerán sanciones con estos protocolos?

– Más que sanciones, lo importante es actuar y en educación el llamado no es a la sanción sino que a la prevención.

Fuente de la Entrevista:

http://www.soychile.cl/Puerto-Montt/Sociedad/2018/06/25/541355/Ciberbullying-recintos-de-educacion-deben-crear-protocolos.aspx

ove/mahv

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Protocolos escolares y seguridad.

Por: Cecilia Ester Castañeda

Los sucesos recientes registrados a nivel internacional en instituciones educativas nos obligan a revisar los protocolos establecidos para proteger a las generaciones más jóvenes. Porque tenemos protocolos, ¿verdad?

Quizá no sea yo la única en dudarlo. Pero hoy —como nunca— prevenir no está por demás. Ya ni siquiera sorprenden las noticias en torno a ataques perpetrados por personas armadas en lugares públicos: entre pistoleros desequilibrados, asaltantes, miembros del crimen organizado, terroristas y alumnos sintiéndose poderosos, la proliferación de las armas también ha alcanzado a las escuelas de todo nivel.

Ciertamente se trata de datos en varios países y las posibilidades de ser testigo de dichas agresiones continúan siendo mínimas, mientras que las tendencias de peligro varían según la región. Sin embargo, en los últimos meses en la zona fronteriza se han presentado en planteles o las inmediaciones de éstos casos que hacen sonar la alerta. El Diario, por ejemplo, reportó en el municipio de Juárez un alumno armado en una secundaria, un mensaje amenazante a la entrada de una primaria y una doble ejecución junto a un kínder el presente mes, una persecución que culminó en homicidio en el interior una primaria en septiembre y una balacera desde vehículos en movimiento cerca de otra en mayo. (Hasta ahora, las amenazas de bomba registradas en periodo de exámenes en las instituciones de educación superior parecen obra de alumnos que no estudiaron.)

Luego están los desastres naturales y las contingencias provocadas por la actividad humana que, como de nuevo quedó claro este 19 de septiembre, pueden costar vidas de todas las edades. ¿Existe riesgo de sismos en Ciudad Juárez? ¿De tornados? ¿De derrumbes? De acuerdo con el Atlas de Riesgos Naturales y Atlas de Riesgos Antropogénicos 2016 del Instituto Municipal de Investigación y Planeación, a los problemas de seguridad pública se suman las lluvias extraordinarias y los deslizamientos de laderas vinculados con la falta de infraestructura y la marginación, así como los incendios, los derrames químicos y las fugas de gas, como los mayores riesgos para la población juarense. Las zonas más vulnerables, según el mismo documento, se localizan sobre todo al poniente y suroriente de la ciudad.

Eso es del lado mexicano. Porque los fenómenos climatológicos no conocen fronteras, además de que, tristemente, tampoco las influencias culturales como la violencia necesitan pasaporte.

Mi maestro de sexto año decía que, en caso de entrar el vecino país en un conflicto bélico, nuestra cercanía con Fort Bliss nos ponía en peligro. Eso fue hace 40 años. Desde entonces Estados Unidos ha desplegado sus fuerzas militares sin que haya habido siquiera indicios de que alguien planeara atacar El Paso, Texas, o su base militar. Sin embargo, en esta época globalizada de bravatas nacionalistas y pruebas con misiles intercontinentales últimamente recordé aquellas palabras. También vino a mi mente la historia sobre el cohete de prueba V-2 lanzado en 1947 desde White Sands, Nuevo México, que cayó por error cerca del cementerio Tepeyac. Vaya, el argumento de mi profesor de primaria no me suena ahora tan descabellado.

No pretendo ser pesimista. Francamente no creo que Kim Jong-un llegue a apuntar a El Paso teniendo más cerca poblaciones de mucha mayor importancia en la costa oeste norteamericana —y habiendo fallado varios de sus recientes lanzamientos balísticos de prueba—. Pero en Japón, por donde hace casi tres meses cruzó un misil norcoreano, sí se implementaron ya simulacros antimisiles.

“A fin de salvar una vida más, promoveremos medidas preventivas para abordar diversos tipos de desastres y un plan de prevención bien equilibrado basado en la autoayuda, la asistencia pública y la cooperación”, dijo el primer ministro Shinzo Abe tras el simulacro, informó Reuters.

Japón es un país acostumbrado a los ejercicios colectivos de prevención, en especial debido a su gran número de terremotos. ¿Se fomenta con estas medidas el miedo entre la población? Eso habría que preguntárselo a los japoneses que, señalaron los medios, al sonar la alarma buscaron ni tardos ni perezosos refugio bajo tierra o en un edificio sólido después de haber visto días antes ir a dar al mar al misil norcoreano.

Lo menciono porque este mes en el Bachilleres 6 se suspendió un simulacro de balacera a raíz de las protestas de varios padres de familia que consideraron contraproducente el ejercicio. En los tiroteos en particular, dicha polémica ha resultado determinante en la falta de continuidad de medidas preventivas de este tipo realizadas con anterioridad en los planteles de Ciudad Juárez.

Lo primero, creo yo, es desarrollar una cultura de prevención, ya sea ante sucesos de violencia o desastres. Saber qué hacer en diversos escenarios contribuye a brindar sensación de control. Esto resulta tranquilizante en un entorno de riesgo, pero puede ser crucial en caso de emergencias.

Mi aplauso para los infaltables maestros que han mantenido la calma y actuado con rapidez en momentos de crisis, ésos gracias a los cuales los alumnos se calmaron oyendo música o se protegieron, a los que han tomado con presteza medidas al detectarse un arma de fuego a algún estudiante. La información y los protocolos, me parece, contribuyen a formar funcionarios escolares capaces de responder con la rapidez necesaria al presentarse emergencias.

Tal vez en los planteles sea imposible instalar detectores metálicos o implementar con regularidad la denominada “Operación Mochila”, pero medidas como cerrar las puertas y mantener un adulto de guardia a la hora de entrada son un principio contra los sucesos de violencia.

Y tener conocimiento sobre los posibles escenarios puede llegar a permitir elegir la respuesta correcta. Por ejemplo, según expertos, a diferencia de los tiradores que van contra alguien especial, en el caso de los pistoleros “masivos” lo mejor es alejarse o mantenerse en movimiento para no presentar un blanco fijo.

Lo importante es hacer de medidas como los simulacros una parte integral de nuestra vida colectiva. Es como vacunarse, al reconocer el peligro nuestras “defensas” entrenadas se activan en automático con las herramientas adecuadas. Y en los planteles educativos es mejor vacunar a todos juntos.

Pero los protocolos se siguen en cualquier lugar.

Trágicamente, a juzgar por las menores agredidas esta semana en Ciudad Juárez, aún no parecemos preparados para salvaguardar la integridad física de nuestros hijos en nuestros propios hogares. De acuerdo con reportes periodísticos, mientras sus padres trabajaban las hermanas de 10, 11 y 12 años fueron ultrajadas sexualmente en su domicilio, perdiendo la mayor de ellas la vida estrangulada. Sin embargo, informaron medios, ni una hermana de 17 años ni una vecina que escucharon ruidos los reportaron.

No podemos juzgar a las mujeres por no intervenir, marcar de inmediato el 911 o buscar ayuda de madrugada en una colonia del Norponiente con antecedentes de inseguridad. Sin embargo, en mayo del 2014 en un fraccionamiento de clase media de Ciudad Juárez se registró un caso de violencia doméstica en el que un hombre asesinó a su esposa, de quien se hallaba separado, y tres hijos en el interior del domicilio familiar. Esa noche varios vecinos oyeron llanto y gritos. ¿Adivine qué? Ninguno llamó a la policía.

Por lo visto, no hemos aprendido algo elemental: todos formamos parte de los protocolos. Todos.

Fuente: http://diario.mx/Opinion/2017-11-25_ea006dfa/protocolos-escolares-y-seguridad/

Imagen: https://i0.wp.com/portaleducativo10.com/wp-content/uploads/2017/01/Manual-Y-Protocolos-De-Seguridad-Escolar.jpg?resize=660%2C374

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La innovación como pasarela de moda

España / 1 de octubre de 2017 / Autor: José María de Moya / Fuente: Magisnet

El 60% de los directivos españoles cree que las compañías están dejando en un segundo plano a las personas en favor de la tecnología. Sin embargo, son precisamente los atributos sociales los que, según los directivos, definirán mejor a los líderes del futuro. Concretamente, un 29% cree que la capacidad de trabajar en equipo será el atributo de mayor peso en los próximos líderes, mientras que un 28% cree que será la capacidad de humanizar a la tecnología. Son algunos resultados de la encuesta realizada por WOBI con motivo de próxima edición del World Business Forum, que se celebrará los próximos 3 y 4 de octubre, bajo el lema Humanification.

Ya tenemos nombre para ese anhelo de tantos docentes ansiosos por recuperar el placer de enseñar y educar que habían perdido entre tanta metodología y tanta tecnología. Cunde el deseo de humanizar la relación con el alumno, de recuperar el cuerpo a cuerpo, de preocuparse sinceramente por ellos –de quererles– y no como quien tiene que aplicar un protocolo. Hoy día, todo son protocolos. Y también cunde el deseo de simplificar los procesos enseñanza-aprendizaje a veces excesivamente pendientes de la última innovación metodológica cuando, a menudo, las cosas son más sencillas. Sobran trucos de trilero y falta sentido común. Enseñar con naturalidad, convencidos de que nuestro producto –el conocimiento– tiene un valor en sí mismo y no por el envoltorio.

Vengo con estas porque el pasado fin de semana disfruté en el I Congreso Internacional de Innovación Educativa, organizado por la Consejería de Educación del Gobierno de Aragón. A lo largo de día y medio se dieron cita varios de los llamados gurús educativos de la última década. Con una honrosa excepción, eché en falta un discurso más humanista o simplemente más humano, más cálido, menos metodológico, más cercano a las necesidades reales de cada alumna, de cada alumno. Sugerentes las aportaciones de María Acaso y su nuevo concepto de art thinking pero a veces uno tiene la sensación de estar viendo una pasarela por la que desfilan vestidos imposibles o asistiendo a la feria del automóvil de Frankfurt donde se muestran vehículos futuristas, elitistas, extravagantes… Solo en César Bona sentí a ese maestro cercano a sus alumnos que no pretende deslumbrar sino que brillen ellos.

Fuente del Artículo:

http://www.magisnet.com/noticia/26215/blog-de-jose-m-de-moya/la-innovacion-como-pasarela-de-moda.html

Fuente de la Imagen:

Recopilatorio de Fantásticas guías para innovar en nuestras clases

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Protocolo de inclusión educativa para personas con discapacidad se ve como el inicio de un proceso que busca generar debate

Por: Facundo Franco

Si bien era pleno junio, los 18 grados eran propicios para estar al aire libre, más allá del revoloteo de algún mosquito. La actividad convocaba a ir a la sede de la Cátedra Alicia Goyena del Consejo de Educación Secundaria, o Casa de Alicia –como se le llama desde hace algún tiempo–, a construir colectivamente una “educación inclusiva”. Si bien el tema planteado, la inclusión en el sistema educativo de personas con discapacidad, requiere mucho pienso, para lograr dicho objetivo también es necesario rever el vínculo con el cuerpo.

Es por ello que antes de las habituales exposiciones orales en este tipo de instancias, la educadora Denisse Neumar, en un taller con el título “Todo se mueve”, invitó a aprender distintas dinámicas que a su vez sirvan para “transformar todos juntos”. En concreto, buscó dotar de herramientas a educadores para replicar ese tipo de dinámicas con el objetivo de romper el hielo en grupos cuyos integrantes no se conocen, o favorecer aprendizajes que no necesariamente se logran por medio de la exposición oral o escrita de conocimientos. La tallerista explicó que esas dinámicas sirven para trabajar la discapacidad de una forma corporal, pero también para abordar otro tipo de temas. Por ejemplo, mencionó que en algunos momentos, al trabajar con niños o adolescentes es necesario “canalizar las energías” del grupo, y para ello puede ser útil plantear alguna dinámica que requiera movimiento. Por lo tanto, señaló que es posible “cambiar el modo de dar una clase” y salir de las metodologías más tradicionales y transmisivas.

Ya adentro de la sala de conferencias de la Casa de Alicia, se intercambió sobre la situación de la inclusión para las personas con discapacidad en el sistema educativo uruguayo y se habló en particular sobre el Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en los centros educativos. Dicha norma reglamenta parte de la Ley de Protección Integral a las Personas con Discapacidad y fue sancionada mediante un decreto presidencial el 20 de marzo, luego de un proceso de discusión y consulta promovido por la Comisión de Continuidad Educativa y Socio-Profesional para la Discapacidad del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). El protocolo debe aplicarse tanto en la educación pública como en la privada. Entre otras cosas, prevé que los entornos y materiales de trabajo en los centros educativos sean accesibles física, comunicacional y cognitivamente, además de que para garantizar el acceso de las personas con discapacidad, desde la institución se ofrezcan los apoyos y ajustes necesarios.

Una herramienta

Jorge Méndez, coordinador de la Comisión de Continuidad Educativa y Socio-Profesional para la Discapacidad del MEC, explicó que el protocolo comenzó a gestarse en 2016 y busca revertir la situación de “familias que acumulan dolor por el rechazo” del sistema educativo, pero también de la sociedad en general, ya que se visualizó como un problema el hecho de que no existe una política pública unificada para las personas con discapacidad. Si bien dijo que en el Estado hay instituciones que trabajan articuladamente, planteó que eso “es complejo”, y, por ejemplo, ilustró que para la elaboración del protocolo no fue sencillo ponerse de acuerdo en algunos puntos, por lo que consideró que es difícil llegar a consensos en el tema.

Méndez planteó que se trata de una herramienta “perfectible” que va a ser evaluada y por tanto puede incorporar, cambiar o suprimir contenido, y al mismo tiempo señaló que se trata sólo de un instrumento, porque la inclusión “no se decreta ni se puede hacer un recetario” para que se cumpla. Según añadió, se trata del inicio de un proceso “que permite discutir el tema desde otro lado”, generar debate, “empoderar” a los actores y al mismo tiempo reconocer buenas prácticas. En suma, Méndez indicó que la norma “invita a perder el miedo y a darle lugar al otro”, en referencia a las personas con discapacidad y a sus familias. No obstante, dijo que es importante que otras instituciones del Estado acompañen las acciones, que no pueden quedar exclusivamente en manos del sistema educativo.

Para Méndez, también es necesario jerarquizar el tema en la formación de los docentes, que actualmente no tienen formación obligatoria en discapacidad. En ese sentido, destacó la existencia de un buen diálogo con actores del Consejo de Formación en Educación, que actualmente está discutiendo el cambio de sus planes de estudios. Al mismo tiempo, consideró que en Uruguay se necesita “más investigación en educación y no sobre educación”, en referencia a la necesidad de generar más estudios sobre pedagogía. Como síntesis, señaló que para que la educación sea inclusiva se debe dar un cambio de paradigma, y para ello se requiere de “mucha reflexión” y de preguntarnos “cómo podemos ser accesibles”. “Si no lo sabemos les preguntamos a otros, a otros docentes o a la propia familia”, se respondió. Según Méndez, es necesario dejar “que la discapacidad nos interpele” y “romper barreras internas para darle lugar al otro en el sistema”.

Falta

Silvia Prida, profesora de literatura y militante por los derechos de las personas con discapacidad, consideró que contar con un protocolo firmado por el presidente de la República “es muy importante e implica un cambio”. Según dijo, las personas con discapacidad en Uruguay históricamente han estado “encerradas” y “segregadas”, al tiempo de que se partía de la idea de que el solo hecho de poner a la persona con alguna discapacidad en un espacio común haría que se pareciera a los demás, según dijo. Para ilustrar la falla de ese sistema, contó la experiencia de dos estudiantes con síndrome de Down que ingresaron al liceo sin saber escribir su propio nombre, ya que en la escuela las maestras los sacaban de la clase durante buena parte del tiempo de aula.

La profesora advirtió que la inclusión es difícil de lograr, y que para ello se requieren dos bienes escasos: tiempo y dinero. Si bien dijo que actualmente hay dos centros de recursos para personas con discapacidad en secundaria que funcionan muy bien, uno para ciegos y otro para sordos, consideró que ello no es suficiente. Por ejemplo, advirtió que dentro del panorama de dificultad de acceso, las discapacidades intelectuales son las que quedan más relegadas en el sistema educativo, porque “todos les huyen”. Al respecto, consideró que la idea de que las personas con una discapacidad de ese tipo no pueden aprender “es falsa”, y para argumentar citó el trabajo de Miguel López Melero en materia de neurociencia. Según dijo, a partir de su trabajo puede afirmarse que la inteligencia en las personas se desarrolla en la medida en que tienen oportunidades para hacerlo y que “no todo está en los genes”.

Prida consideró inadmisible que haya excluidos de la educación en una sociedad democrática y reclamó la existencia de una política en la materia que vaya desde las autoridades a los docentes, pero también en la dirección contraria, ya que señaló que el compromiso de los últimos es fundamental. Por ejemplo, planteó que muchos docentes sin formación específica en la materia han logrado buenos resultados con personas con discapacidad “a ensayo y error”, probando qué cosas dan mayor resultado.

En particular, Prida se refirió a las personas con síndrome de Down, de quienes dijo que la sociedad uruguaya tiene “representaciones equivocadas”, generadas a partir de “mitos y prejuicios”. Según explicó, los prejuicios tienen que ver con “un error” del doctor John Down, quien hace años asoció el síndrome con grupos nómadas de Mongolia. Para revertirlo, llamó a “sacarnos las vendas de los ojos” y poder ver que, más allá de que haya personas con una discapacidad, al mismo tiempo tienen “muchas otras capacidades”. Como ejemplo, señaló el caso del maestro y escritor español Pablo Pineda, quien tiene síndrome de Down y da charlas y conferencias por todo el mundo. Al mismo tiempo, proyectó videos que muestran los casos de una consejera municipal en España y de una maestra preescolar en Argentina, ambas con síndrome de Down.

La profesora concluyó su exposición con la definición de inteligencia planteada por López Melero, que fue leída por su hija, que también tiene síndrome de Down. Según dicha definición, la inteligencia es “la emoción por conocer”: cuando un estudiante está interesado en algo, lo aprende.

 Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/6/protocolo-de-inclusion-educativa-para-personas-con-discapacidad-se-ve-como-el-inicio-de-un-proceso-que-busca-generar-debate/

 

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