España / 1 de octubre de 2017 / Autor: José María de Moya / Fuente: Magisnet
El 60% de los directivos españoles cree que las compañías están dejando en un segundo plano a las personas en favor de la tecnología. Sin embargo, son precisamente los atributos sociales los que, según los directivos, definirán mejor a los líderes del futuro. Concretamente, un 29% cree que la capacidad de trabajar en equipo será el atributo de mayor peso en los próximos líderes, mientras que un 28% cree que será la capacidad de humanizar a la tecnología. Son algunos resultados de la encuesta realizada por WOBI con motivo de próxima edición del World Business Forum, que se celebrará los próximos 3 y 4 de octubre, bajo el lema Humanification.
Ya tenemos nombre para ese anhelo de tantos docentes ansiosos por recuperar el placer de enseñar y educar que habían perdido entre tanta metodología y tanta tecnología. Cunde el deseo de humanizar la relación con el alumno, de recuperar el cuerpo a cuerpo, de preocuparse sinceramente por ellos –de quererles– y no como quien tiene que aplicar un protocolo. Hoy día, todo son protocolos. Y también cunde el deseo de simplificar los procesos enseñanza-aprendizaje a veces excesivamente pendientes de la última innovación metodológica cuando, a menudo, las cosas son más sencillas. Sobran trucos de trilero y falta sentido común. Enseñar con naturalidad, convencidos de que nuestro producto –el conocimiento– tiene un valor en sí mismo y no por el envoltorio.
Vengo con estas porque el pasado fin de semana disfruté en el I Congreso Internacional de Innovación Educativa, organizado por la Consejería de Educación del Gobierno de Aragón. A lo largo de día y medio se dieron cita varios de los llamados gurús educativos de la última década. Con una honrosa excepción, eché en falta un discurso más humanista o simplemente más humano, más cálido, menos metodológico, más cercano a las necesidades reales de cada alumna, de cada alumno. Sugerentes las aportaciones de María Acaso y su nuevo concepto de art thinking pero a veces uno tiene la sensación de estar viendo una pasarela por la que desfilan vestidos imposibles o asistiendo a la feria del automóvil de Frankfurt donde se muestran vehículos futuristas, elitistas, extravagantes… Solo en César Bona sentí a ese maestro cercano a sus alumnos que no pretende deslumbrar sino que brillen ellos.
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http://www.magisnet.com/noticia/26215/blog-de-jose-m-de-moya/la-innovacion-como-pasarela-de-moda.html
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Recopilatorio de Fantásticas guías para innovar en nuestras clases