Argentina/14 de Noviembre de 2016/Río Negro
En septiembre el presidente Macri anunció ante la Asamblea de la ONU la voluntad de Argentina de recibir a 3 mil refugiados sirios, víctima de la sangrienta guerra civil. Sus palabras, acompañadas por una reflexión sobre la tradición nacional de apertura a la inmigración, le valieron el aplauso de los líderes mundiales. Sin embargo, el comienzo del operativo todavía está verde.
La primer medida fue conformar un gabinete especial con la participación de los ministerios del Interior, Exterior, Desarrollo Social, Educación, Trabajo, Salud, Justicia, Seguridad, Cultura, la Agencia Federal de Inteligencia, presidido por el Jefe de Gabinete. Por su parte, la canciller Susana Malcorra presentó esta semana al equipo interdisciplinario de Cascos Blancos que trabajará en la “inserción de los refugiados sirios que comenzaran a llegar al país” dentro de poco, aunque todavía sin fecha.
El decreto 1034/2016 establece que el Gabinete Nacional del Programa Siria establecerá las “directrices generales para la recepción humanitaria de personas desplazadas forzosamente como consecuencia del conflicto en la República Árabe de Siria”.
La primera disposición concreta fue la modificación del Plan Siria, aprobado en 2014. El proyecto original facilitaba el ingreso al país de ciudadanos sirios que tuvieran familiares en la Argentina y les brindaba un visado humanitario. Pero no planteaba ninguna ayuda económica del Estado, ni acceso a un trabajo o a una vivienda. Tampoco les daba necesariamente estatus de refugiados.
Desde 2012, ingresaron unos 500 sirios a la Argentina. Aproximadamente 150 de ellos lo hicieron bajo el programa Siria, y el resto bajo el estatuto del refugiado. En la modificación del programa, se elimina el costo del trámite y la necesidad de que el llamante, es decir, la persona que se propone para recibir al ciudadano sirio sea necesariamente un familiar.
Ahora, también puede ser una organización.
Malcorra anunció el lunes una segundo cambio: un programa de acompañamiento para la inserción social e integración de las familias sirias en la Argentina .
El equipo está compuesto por la Comisión Cascos Blancos, con integrantes de los Ministerios de Desarrollo Social y de Justicia y Derechos Humanos, todos expertos en asistencia psicosocial. Actuará como “mediador intercultural, generando un canal de diálogo e interacción con las familias sirias e identificando sus necesidades y requerimientos especiales de acuerdo a edad, género y capacidades”, se informó.
Para la ministra, “lo fundamental es producir un acompañamiento y que la gente que esté viajando sepa qué es la Argentina”.
Desde la perspectiva de Leah Tandeter, jefa de asuntos legales en Amnistía Internacional Argentina, el elemento de integración cultural es definitorio en todo proceso inmigratorio. Si bien en el pasado el Estado argentino no tuvo políticas en ese sentido para refugiados, es importante que ahora se estén desarrollando.
Sin embargo, el aspecto económico del plan aún es un problema. “Lo que el gobierno anunció fue la recepción de tres mil sirios, no de tres mil refugiados. Eso genera dudas . El programa Siria se apoya en el financiamiento de privados. Si bien el Estado argentino facilita una visa especial y con mayor celeridad, es un programa que sin el financiamiento privado no existe”, dijo.
Como afirman las organizaciones , estamos frente a una crisis global que requiere de la solidaridad y coordinación de los Estados. Esto incluye un compromiso de la sociedad civil, como ha sido el caso de los ciudadanos argentinos que recibieron refugiados sirios y que los acompañan en su incorporación a la sociedad que los acoge, pero con un papel preponderante del Estado, que es el único garante de una verdadera integración.
Fuente: http://www.rionegro.com.ar/debates/refugiados-sirios-una-iniciativa-humanitaria-aun-en-la-nebulosa-HJ1586238