Entrevista a Nuria Labari: “Los referentes femeninos han estado siempre muy maltratados; y las madres, más”

Entrevista/29 Agosto 2019/Autor: Adrián Cordellat/El país

Nuria Labari es consciente de que la tragedia es la única forma de que un tema como la maternidad adquiera un carácter universal

“Para escribir sobre maternidad parece imprescindible traicionarse a una misma o al hijo, puede que a los dos como es mi caso”, afirma la mujer protagonista de La mejor madre del mundo (Literatura Random House). El personaje creado por la escritora Nuria Labari es consciente de que la tragedia es la única forma de que un tema como la maternidad adquiera un carácter universal. O puede que fuese la única forma. Ya no. La prueba es que no hay tragedia en las páginas de La mejor madre del mundo y, sin embargo, sí que hay literatura de muchos quilates. Y un personaje femenino universal cuya historia se despliega ante los ojos del lector a partir de la experiencia (también universal) de la maternidad. Aún así Labari lamenta que le haya pasado lo que nunca le había sucedido antes: que un hombre le preguntara si a él, como hombre, podría interesarle el libro. Y es que, como afirma la escritora santanderina afincada en Madrid, todavía hoy, lamentablemente, “cuando una mujer elige como sujeto literario protagonista a otra mujer, se entiende que estamos ante una historia de mujeres”, mientras que si lo hace un hombre, “estamos ante una historia universal”.

PREGUNTA. Citas en un fragmento de La mejor madre del mundo la novela El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, y afirmas que “puede que la tragedia sea la única manera de convertir la maternidad en tema universal”. ¿Por qué ha sido tradicionalmente relegada a un tercer, cuando no cuarto, escalón la literatura de maternidad?

RESPUESTA. Me temo que una razón principal es que las mujeres hemos publicado menos que los hombres. La temática de la literatura que se publica la han marcado y la siguen marcando los hombres. Aún en 2018 se publicaron en España el doble de libros escritos por hombres que por mujeres. Esto no afecta a la calidad literaria de las obras de unos y otras, pero sí a que ciertos temas imperen sobre otros. Es normal que la menstruación, por ejemplo, ocupe pocos capítulos de la literatura universal. Y creo que es normal porque hemos entendido durante mucho tiempo que universal era sinónimo de masculino.

P. “Las madres no escriben, están escritas”, decía Helend Deutsch. Eso, por suerte, aunque sea poco a poco, está cambiando. Ahora estamos viviendo un pequeño boom literario de la maternidad. Se están recuperando libros imprescindibles como El nudo materno o Nacemos de mujery se están publicando algunos títulos nuevos, como el tuyo sin ir más lejos. ¿Se ha conseguido poner la maternidad en el centro de la creación literaria y artística, sacarla del arquetipo del “cosas de mujeres”?

R. De momento no. A mí no me había pasado con ningún libro anterior que un hombre me preguntara si podría interesarle o si tendría sentido para él su lectura. Con La mejor madre del mundo me sucede a menudo. Y eso no le sucedió a Richard Ford cuando publicó Una madre. El problema es que cuando una mujer elige como sujeto literario protagonista a otra mujer, se entiende que estamos ante una historia de mujeres. Si lo hace un hombre estamos ante una historia universal.

P. Pese a ello es innegable el crecimiento de este nicho de mercado literario. ¿No te da miedo que esta moda y este boom, el filón que han encontrado las editoriales, acabe lastrando un poco la calidad de lo que se publica?

R. El mercado es muy capaz de convertir la novedad en moda y construir a partir de una tendencia, una churrería. Es decir, se terminan publicando libros iguales a otros solo porque son tendencia y cada vez más iguales e irrelevantes. En el caso de los libros es un hecho que la calidad literaria no es el único factor que se tiene en cuenta a la hora de publicar. Pero esto afecta a todos los libros, a todas las escritoras y a todos los escritores. Con todo, si por alguna moda se estuvieran publicando más mujeres o más historias de mujeres, me parecería una gran noticia. Sería una de las muy pocas veces que el mercado nos tiene en cuenta.

P. Tu libro es una mezcla de autobiografía y ficción. Tú misma dices que ni sabes qué es qué, que todo está mezclado, pero intuyo que cuando una escribe sobre una experiencia como la maternidad, es difícil desligarse por completo de su yomaterno, ¿no?

R. Pues lo cierto es que eso es justo lo que pasó. Sucedió que mi protagonista me excedió por todas partes, me rebosó, cobró vida propia y empezó a pensar y a actuar por su cuenta. Muchos de mis amigos están disgustados porque la protagonista les decepciona… ¡No soy yo! Otra cosa está en cuanta experiencia hay de mí en este libro, que es mucha. Pero también recae sobre el personaje de MiMadre o sobre el de Hombre o toma la voz de algunas amigas. En realidad el yomaterno me ata a la tierra cada día. Aquí pude volar.

P. Tengo que reconocer que se me escapó una gran sonrisa cuando la protagonista de tu novela dice que lo primero que se dijo, mucho antes de parir, es que ella no sería como su madre, que iba a ser una madre diferente. Al final llega a una conclusión demoledora: Ser madre es imitar a otra mujer.

R. Es que siempre lo es. Pero es curioso que muchas mujeres sabemos más de lo que no queremos hacer o parecer como madres que de lo que sí nos gustaría heredar de las que fueron antes. Esto es porque los referentes femeninos han estado siempre muy maltratados. Y las madres más. La idea de madre no se asocia a la de mujer exitosa, libre, independiente y creativa. Más bien las madres nos inspiran sacrificio y abnegación.

P. Sin embargo, en ese mismo fragmento señalas con acierto un drama actual. Las madres os estáis quedando sin referentes, sin mujeres a las que imitar. ¿Qué consecuencias tiene esto?

R. Consecuencias nefastas. Porque a falta de ideas y referentes reales, de carne y hueso, la idea de madre se rellena con clichés y con un “deber ser” de “buena madre ideal” que no tiene nada que ver con la realidad y que amarga la vida de muchas mujeres. El hecho de no estar a la altura de la idea de madre (abnegada, sacrificada, perfecta, siempre entregada, descansada y hermosa y comprensiva y de mentira, por resumir) es algo que puede llegar a causar mucha frustración y grandes desencuentros con la pareja y con los propios hijos.

P. Esa falta de referentes se explica en parte por las tasas cada vez más bajas de natalidad, al retraso sine die de ésta. La protagonista de tu novela es madre por reproducción asistida. Eso te da para hablar largo y tendido sobre la mercantilización de la maternidad. Es el mercado, amigos.

R. Da para largo y debería hablarse larguísimo. El mercado ha penetrado en el cuerpo de las mujeres y en su capacidad de engendrar sin ningún rigor y sin ninguna humanidad. La fecundación in vitro es la punta de un iceberg que ya va por la gestación subrogada. Todo lo que se puede hacer, se podrá comprar. Y si se puede comprar es bueno.

P. Puede que el apogeo de esa mercantilización sea, como dices, la gestación subrogada. ¿Es nuestro particular Gilead?

R. Vivimos en Gilead. Existen granjas de mujeres. Lo que pasa es que tú y yo estamos viviendo en Canadá. O peor. Nosotros vivimos en un lugar donde los dramas humanos sólo nos impactan sin están una pantalla. Es como si la gente de verdad fueran también actores de esa otra parte del mundo, como si no fuera en serio.

P: Hablando de mercantilizaciones es imposible no dar el salto a los cuidados. “Cada vez que se consolida una directiva en España se rompe un techo de cristal. Y, al mismo tiempo, se da de alta en la Seguridad Social a otra mujer (recién llegada de un país o de una barrio más pobre) para realizar las tareas domésticas de las que la profesional se habrá librado para siempre, como yo”, reflexiona la protagonista de tu novela. Eso no pasa con los hombres, añade. Cuando un hombre “trabaja fuera de casa nunca hace falta sumar a otro macho para que complete las labores familiares del padre trabajador”. ¿Estamos aún muy lejos de la igualdad en los cuidados?

R. Lejos, lejísimos. Y lo que es peor, los cuidados se han denostado. Se ha decidido que no valen nada, que los niños y los viejos se aparcarán donde se pueda y con quien sea preciso. Por eso hombres y mujeres debemos reivindicar espacios para cuidar a nuestros niños y a nuestros mayores. Nos merecemos amar y nos merecemos cuidar. Y además es lo más eficaz. La vida será mejor para todos si no existe un abismo entre el más rápido de la carrera y el último del pelotón.

P. Dedicas el libro “al corazón femenino de todos los hombres”. Supongo que es una llamada de atención, hacia nosotros, para recordarnos la importancia de esa igualdad…

R. Sí. Es una llamada y una súplica. Os iría pidiendo a uno a uno que leyerais libros escritos por mujeres sintiendo que os incumben personalmente igual que nosotras hemos leído tantísimos libros escritos por hombres que nos han atravesado. Ya sé que aquí todo el mundo ha leído a las Bronte y a Virgina Woolf. Pero ahora en serio, la igualdad va a llegar, pero la velocidad del proceso dependerá en gran medida de la actitud de los privilegiados. Y en esta historia, vosotros sois los hombres blancos.

fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/07/22/mamas_papas/1563804958_095015.html

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Luisa Pernalete: «La educación se ha feminizado en América Latina»

Fuente y Autor:EL NACIONAL WEB

La pujanza de la mujer venezolana frente a la adversidad ha escrito la historia de las escuelas de Fe y Alegría durante sus 62 años.

Cuando Abraham Reyes entregó al padre jesuita Jesús María Vela las dos plantas de su casa (localizada en terrenos en los que ahora queda el 23 de Enero, en Caracas) para construir la primera escuela de Fe y Alegría en el país, en 1955, fue su esposa, Patricia Reyes, de quien poco se habla, la que no solo acordó ceder su vivienda a la enseñanza sino también aprender a leer y a escribir, entre niños y niñas, para enseñar a sus ocho hijos y demostrar generosidad.

Las primeras maestras fueron jóvenes estudiantes voluntarias de la Universidad Católica Andrés Bello, quienes aprendieron junto a José Mari que el poder creador hay que despertarlo.

62 años más tarde Luisa Cecilia Pernalete es promotora y ejemplo –para más de 220 directivas de los equipos regionales de 170 escuelas repartidas en sectores pobres de toda Venezuela– de que no hay mujer que se amilane ante las dificultades. «Decir qué puedo hacer es lo que hacemos y es la mejor forma de afrontar la crisis».

Directora regional de escuelas en Zulia (1990-1997) y en Bolívar, especialmente en Guayana (1998-2009), creadora del movimiento Madres Promotoras de la Paz, integrante de la ONG Provea, artífice del teatro pedagógico e integrante del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín en el área de la conducción de la paz y la ciudadanía, Pernalete destaca que atravesó dos épocas difíciles frente a Fe y Alegría. La primera, como funcionaria de la Asociación Venezolana de Educación Católica, en Zulia, el Ejecutivo no dio los recursos necesarios para la fundación de escuelas. «De enero a marzo no teníamos cómo pagar los sueldos de los profesores, y entonces de las rifas salieron esos recursos. Los muchachos comían y nunca tuvimos que decir: ‘Me asaltaron en la esquina’. La segunda es ahora; y es todo más difícil. Los muchachos no pueden comer. El SAE ­antes PAE- no llega a todas las escuelas y nos ayudamos con la solidaridad».

Recuerda cuando llegó a Guayana y detectó al grupo Cariñas en una situación my precaria, de desnutrición. «Fundamos la escuela que se llamó Brisas del Orinoco. Los niños del preescolar eran demasiado chiquitos, tenían hambre y logramos a través de una fundación hacer una papilla con tubérculos.

Así, combatimos la desnutrición. Hoy no sé cuál de las 170 escuelas tiene mayor grado de necesidad».

La educación, a la cual se ha dedicado desde los 22 años de edad y por la que siente pasión, se ha feminizado tanto en el país y como en toda América Latina, afirma. «La gestión femenina se caracteriza por tener una mirada múltiple, panorámica, a diferencia de los hombres que son más precisos, y por esa razón nos acordamos del café, de si hay papel sanitario y de los cumpleaños». Y también asume las grandes tareas.

En una investigación realizada sobre la pacificación en escuelas, concretamente en tres centros situados en los sectores más violentos pero distintos de San Félix, Cagua y Margarita, se estableció que la situación de agresividad había disminuido. «Había directoras al frente de esas escuelas. En un período de tres a cinco años se estableció una relación de armonía con el entorno. Una de las directoras hizo hincapié en la importancia del ambiente. Y es así: los ambientes educan o deseducan. Cuando yo era directora cuidaba hasta cómo eran las tacitas en las que servíamos el café. El hombre mira las cuentas, las mujeres los detalles, le ponemos vida hasta a una pared».

Pernalete no pierde, como ninguna mujer, dice, su capacidad de «ahijar», término con el cual denomina a sus adopciones. No tuvo hijos. «Yo ahijé a dos muchachos de la calle cuando fui presidenta de la Fundación República de los Muchachos en Maracaibo. Al primero lo tuve a los 16 años de edad, le enseñaba a leer y a escribir de noche cuando terminaba su curso de mecánica y le celebré su primer cumpleaños. Murió recientemente a los 35 años. La otra, una niña, hija de colombianos, la tuve a sus 7 años al perder a su mamá. Le aseguré un cupo en Fe y Alegría y se hizo grande. Sus hijos me dicen abuela», asegura orgullosa de ser una madre soltera «como todas las venezolanas».

Fuente de la entrevista: http://www.el-nacional.com/noticias/educacion/educacion-feminizado-america-latina_84245

Fuente de la imagen:http://en-cdnmed.agilecontent.com//resources/jpg/9/1/1488933115819.jpg

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Entrevista a Marta Macho: “En matemáticas se aprende más de los errores que leyendo definiciones o probando teoremas”

“En matemáticas se aprende más de los errores que leyendo definiciones o probando teoremas”

Marta Macho es una prestigiosa matemática vasca. Enseña en la facultad, investiga sobre Teoría Geométrica de Foliaciones y Geometría no conmutativa. Y edita Mujeres con ciencia, un blog que lleva años visibilizando el trabajo de las mujeres en la ciencia.

Marta Macho es matemática, profesora de Geometría y Topología en la Universidad del País Vasco y editora del blog Mujeres con ciencia. A finales de 2016, de visita por Madrid, intervino en una jornada en la Universidad Autónoma de Madrid para hablar de la situación delas mujeres en la ciencia, en la investigación. Hablamos con ella sobre esta realidad, después de que el último informe PISA desvelase que en ciencias la diferencia entre chicas y chicos no son sustanciales. Aunque sí lo sea en Matemáticas. Preguntada sobre qué diría a una niña para convencerla de que las matemáticas son “fáciles”, responde que “no creo que lo sean. Son bellas, emocionantes, fascinantes…”.

¿Qué es mujeresconciencia.com y por qué nace?

‘Mujeres con ciencia’ es uno de los blogs de la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, cuyo ámbito de actuación es la difusión social y promoción de la cultura científica.

Nació a iniciativa del responsable de la Cátedra, Juan Ignacio Pérez, que deseaba llevar a cabo alguna iniciativa que apoyara la promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito científico. La desigualdad en este campo es obvia, sobre todo a medida que se avanza en los puestos de responsabilidad, tanto en investigación como en puestos de política científica. Contactó conmigo para ver si me parecía factible; la idea me pareció estupenda y recogí con ilusión el encargo de coordinar la edición de este blog, cuyo objetivo primordial es mostrar lo que hacen y han hecho las mujeres que se han dedicado y dedican a la ciencia y a la tecnología.

El blog se inauguró el 8 de mayo de 2014, el principio fue lento. Como editora empecé con un poco de timidez; pero en estos dos años y medio de andadura hemos aprendido, observado, compartido nuestras entradas en redes sociales. Hemos crecido mucho y deprisa a base de constancia, de cariño y de no dejar de publicar nuestra entrada diaria ni en festivos ni en vacaciones.

¿A quién os dirigís?

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El blog se dirige a un público no especialista, y probablemente se haya convertido en una buena herramienta en el ámbito educativo. A través de efemérides, biografías de científicas, recomendaciones de libros sobre mujeres de ciencia o de divulgación científica escritos por mujeres, citas, exposiciones o iniciativas llevadas a cabo para dar a conocer a científicas, vídeos con conferencias impartidas por mujeres o sobre ellas, entrevistas, iniciativas artísticas, etc. intentamos hablar de ciencia y sus protagonistas mujeres, por medio de un formato dinámico, diverso y atractivo.

¿Son las mujeres peores para las ciencias?

Por supuesto que no. Lo que estamos es ‘menos motivadas’ para la ciencia. La sociedad percibe la ciencia como una disciplina masculina; la entiende en muchas ocasiones como vinculada a la ‘genialidad’, a habilidades vinculadas a los hombres. Las mujeres tenemos la etiqueta de ‘trabajadoras’, muy buenas para ser personajes secundarios, en particular en ciencia.

A los niños, desde pequeños, se les anima a participar, a atreverse, a ‘comerse el mundo’. Con las mujeres se es mucho más paternalista y, por lo tanto, se las frena sistemáticamente, dirigiéndolas a carreras ‘más adecuadas’ para ellas.

¿Por qué obtienen en evaluaciones internacionales peores resultados que sus compañeros?

Aquí de nuevo el problema es el estereotipo. Ningún evaluador o evaluadora piensa -en teoría, aunque también los hay- que las mujeres seamos peores en la actividad científica. Pero lo que sí actúa es esa parte subjetiva, la que inconsciente. Los estereotipos que se nos inculcan desde bien pequeños, esos calan, no pensamos que los tenemos adquiridos. Pero allí están, y lo están para cada una de las decisiones que tomamos.

Recordemos un famoso estudio encargado por la National Science Foudation (EEUU) en el que se enviaba un mismo currículum de una persona recién graduada a ciento veintisiete profesoras y profesores. Debían juzgar sus competencias, sus posibilidades de realizar con éxito una tesis doctoral o el sueldo que merecían, entre otras cosas. La mitad de los dossieres llevaban nombre de mujer -Jennifer- y la otra mitad de hombre -John-. Los evaluadores -tanto los hombres como las mujeres- juzgaron más duramente a Jennifer que a John…

¿Cuál es la importancia de la falta de referentes femeninos en ciencias a la hora de acercar estas disciplinas a niñas y jóvenes?

No tener referentes hace percibir la ciencia como una actividad masculina, ajena a las mujeres. ¿Cómo va a querer una niña ser ingeniera aeronáutica si las imágenes de esos profesionales son siempre masculinas? Para decantarse por una profesión es necesario sentirse parte del grupo…

Hay quienes defienden la posibilidad de una educación separada por sexos para mejorar los resultados de unas y otros. ¿Qué opinas?

Creo que no es bueno separar a las niñas de los niños, como creo que no es bueno separar a los que tengan habilidades diferentes -mejores o peores- del resto del grupo. Entiendo que la escuela es un aprendizaje a mucho niveles, y entre otras cosas, debe aprenderse a reflexionar y a ayudar. Los ritmos del alumnado son muy diferentes por distintos motivos. También se aprende a vivir en sociedad en el aula, a aceptar las diferencias, a entenderlas y saber reaccionar ante ellas. Sé que para el profesorado es complicado tener personas con niveles diferentes, pero lo ideal sería poder atender las necesidades de cada uno…

Algunos estudios hablan de la diferencia de trato que docentes (hombres y mujeres) dan en sus clases a niñas y niños en lo relativo a la referentes femeninosy de cómo esto influye luego en las creencias y actitudes hacia estas disciplinas

El otro día oí comentar a una persona de enseñanza secundaria que en el aula se incentiva más a los chicos, mucho más. Creo que sucede algo parecido en la universidad.

Las matemáticas requieren de reflexión y de ideas a veces atrevidas. Se aprende mucho proponiendo maneras de afrontar ejercicios; las matemáticas no consisten en meros cálculos como mucha gente cree. Y allí, los chicos suelen funcionar mejor. Se atreven a proponer estrategias y soluciones, porque -en mi opinión- nunca se les ha limitado en este aspecto. Yo misma animo a mis estudiantes a que digan lo que se les ocurra, aunque esté mal; analizando los errores propios o ajenos se aprende más que leyendo definiciones y probando teoremas. Pero ellas se atreven muy poco a contestar. El miedo al fallo las vence. Nadie las ha animado a intentarlo. Estas actitudes van calando y se convierten en norma. Una lástima, porque hay alumnas brillantísimas que nunca participan en las discusiones del aula. Se pierde un tremendo potencial de aprendizaje -para ellas y sus compañeros-, y además ellas desperdician la satisfacción de dar una respuesta brillante y acertada.

¿Por qué es importante que haya más mujeres en la ciencia, investigando? ¿Qué nos estamos perdiendo?

Es importante, en primer lugar, para ellas. Privar a la mitad de la población de una actividad enriquecedora porque ‘no es para ellas’ es injusto.

Por otro lado, es injusto para la sociedad. Gracias a la ciencia, nuestra vida ha mejorado, vivimos más años y vivimos mejor. ¿Por qué prescindir de las mujeres con sus ideas, su creatividad, sus intereses, su manera de trabajar? Tener grupos de trabajo diversos es lo ideal para avanzar en cualquier disciplina: hombres y mujeres, personas con diferentes formaciones, edades, vivencias,… cada persona aporta su punto de vista, no hay nada mejor que los colectivos heterogéneos.

Quizás las mujeres podrían decidir cambiar algunos de los temas de investigación, quizás conseguirían que la ciencia fuera menos competitiva y más colaborativa, quizás… quizás alguna de las mujeres a las que se les ha vetado hacer ciencia habría ya descubierto la cura del cáncer…

¿Cómo influye el desigual reparto de las responsabilidades entre hombres y mujeres en el acceso de estas a según qué carreras científicas o profesionales?

La carrera investigadora requiere mucho tiempo de reflexión. El aprendizaje y el descubrimiento, no son lineales. Hay momentos en los que todo está muy claro, y otros en los que parece que no avanzas. Pero incluso durante esos momentos de aparente bloqueo, las ideas se están ordenando en la cabeza.

Las mujeres tenemos muchas más responsabilidades vinculadas a cuidados -de niñas y niños, personas enfermas o ancianas-. La multitud de tareas que abarcan las mujeres hacen que su tiempo sea -por decirlo de algún modo- de ‘peor calidad’; y en investigación eso es malo, porque hay que invertir mucho tiempo para que los conocimientos se ordenen y las ideas fluyan.

¿Hemos mejorado con el tiempo?

Sí, claro que sí. Las mujeres estamos presentes en la universidad y en muchos empleos. Y, además, se habla de ello, mucho, cada vez más. Pero no todo está conseguido. Hemos pasado a una situación ‘más sutil’, más resbaladiza, en la que la autocomplacencia puede llevarnos a asistir a un retroceso. Existen aun desigualdades, y no hay que dejar de luchar hasta conseguir terminar con ellas.

En una charla hace unas semanas en Madrid hablabais del hecho de que había más mujeres en carreras científicas técnicas, y menos en las “puras”. ¿Por qué ocurre esto?

Lo matizo un poco, no es exactamente así. Hay más mujeres en disciplinas más aplicadas -estadística frente a matemáticas, o laboratorio frente a lápiz y papel- que en disciplinas más puras. Pero precisamente en carreras técnicas -ingenierías, informática, etc.- hay muy pocas mujeres. En el caso de ciencia pura se precisa mucho tiempo, tiempo ‘de calidad’ para avanzar. Y las mujeres tienen menos tiempo. Y en el caso de las ingenierías, el estereotipo está muy presente e impide que las mujeres opten por este tipo de formación.

¿Qué acciones pueden realizarse y desde cuándo para mejorar la visión que tienen, en particular las niñas, de las ciencias? O mejor dicho, de su capacidad frente a ellas.

Creo que es necesario divulgar a varios niveles. En primer lugar entre el público en general. Mostrarles que la ciencia no es una actividad masculina -conferencias, blogs, etc.-: las familias y el entorno social de las niñas influyen de manera contundente en la elección de las profesiones. Si la sociedad entiende que una mujer está igual de dotada que un hombre para hacer ciencia, quizás se pasaría del desánimo sistemático en el caso de las chicas -‘¡Mejor haces algo más de mujeres!’- al trato estimulador en el caso de los chicos.

Y por otro lado, hay que divulgar entre las niñas. Creo que es importante que las jóvenes conozcan ejemplos de reales, cercanos, de mujeres haciendo ciencia.

¿Qué le dirías a una niña, a una joven, para convencerla de que las matemáticas son “fáciles”?

No le diría que son fáciles, porque no creo que lo sean. Lo que le diría es que son bellas, emocionantes, fascinantes… Le diría que aunque a veces cueste un poco empezar, con trabajo y ganas, se pueden entender y empezar a ‘jugar’ con ellas con soltura. Le diría que el placer del descubrimiento es sublime…

¿Podrías darme algún ejemplo de actividades de acercamiento de las ciencias, de las matemáticas para niñas de Primaria o Secundaria?

Hay muchas iniciativas relacionadas con el juego: juegos de cartas en las que aparecen científicas y deben agruparse en laboratorios, juegos en los que se dice un trabajo y se piensa en quién lo ha realizado -con listados de hombres y mujeres-, juegos que consisten en relacionar inventos con sus inventores o inventoras, etc. Se pueden también organizar concursos ‘Mi científica favorita’, paneles, etc. Estas iniciativas ayudan a conocer a mujeres de ciencia, sus logros y vincularlas con variadas disciplinas científicas.

Hay varias iniciativas en las que científicas se acercan a la escuela a hablar en primera persona –por supuesto, de manera divulgativa– en qué consiste su trabajo. Estas actividades contribuyen a que las niñas –y los niños, ¿por qué no? ellos también necesitan referentes femeninos– ven a través de estas profesionales la pasión por la actividad científica, el placer que produce el quehacer científico, y que la ciencia es ‘cosa de mujeres’…

Fuente:http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/24/analizando-los-errores-propios-o-ajenos-se-aprende-mas-que-leyendo-definiciones-y-probando-teoremas/

Imagen: eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/01/Marta-e1485170545446.jpg

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