El SNTE de rodillas

Por: Abelardo Carro Nava

 

Qué triste y penoso espectáculo, pero hoy, sin duda: el SNTE se encuentra de rodillas ante un “poder supremo”.

 

Tal y como se esperaba, el pasado 1º de mayo fue una jornada en la que cientos de trabajadores de la educación, salieron a las calles para “conmemorar” el día del trabajo; sin embargo, contrario al motivo por el cual se realiza este acto, no hubo expresiones de inconformidad hacia el actual gobierno por la promesa fallida de “revalorizar al magisterio” durante este sexenio; tampoco hubo lonas o mantas que plantearan ipso facto la eliminación de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), órgano desconcentrado y brazo extendido de la política neoliberal impulsada por el sargento Nuño y la derecha conservadora; tampoco hubo un duro planteamiento para demandar una mejora sustancial de los salarios de los trabajadores de la educación; mucho menos hubo arengas a favor de una jubilación y pensión digna, recuperando el derecho a jubilarse a los 28 y 30 años de servicio; tampoco hubo una fuerte demanda para exigir la desaparición de la UMA (Unidad de Medida y Actualización), dado que precariza la pensión de todo trabajador al momento de su retiro; no, no hubo una desmedida exigencia para emplazar al gobierno federal afín de que en los planteles se cuente con todo lo necesario para el desarrollo de las actividades, ya sea en el ámbito de la infraestructura, materiales u otros requerimientos que son fundamentales en el proceso de enseñanza y de aprendizaje; no, no se observaron cartulinas con mensajes que exigieran una desburocratización de la labor docente para que se priorizara el quehacer pedagógico y didáctico en las aulas; tampoco se observaron a cientos de trabajadores exigir mejoras en los programas de formación continua y acompañamiento pedagógico tan necesarios en tiempos en que el presupuesto para este rubro es el peor en décadas; no, no se escucharon aquellos reclamos muy sentidos por la incompetencia de muchas autoridades educativas y escolares, cuyo autoritarismo y verticalidad, recuerda a lo más podrido y rancio del priismo de sus buenos tiempos.

No, nada de esto, o tal vez muy poco llegó a escucharse en las calles.

Lo que sí llegó a escucharse y a conocerse a través de propios y extraños, fue la actitud servil y descarada del líder sindical del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) quien, momentos antes de ingresar a una comida con el presidente López Obrador (por el día del trabajo), expresó a los reporteros que le cuestionaron sobre el apoyo en la contienda electoral en curso, que ya sabían a quien apoyaba, a la candidata de la educación, agregando que lo habían incluido en la lista en el lugar 11 para el Senado por Morena y que, por obvias razones, ya tenía y “teníamos” candidata (https://profelandia.com/tenemos-candidata-snte-respalda-a-claudia-sheinbaum/).

Quiero pensar que muy pocos recuerdan aquella fotografía icónica que fue tomada en un evento político-electoral en 2018; en ésta se puede observar a José Antonio Meade (ex candidato a la presidencia de México por el PRI), a Juan Díaz de la Torre (ex líder del SNTE), a Alfonso Cepeda (actual líder del SNTE) y otras y otros políticos más en un templete, tomados de la mano apuntando hacia arriba en señal de victoria y con una gran sonrisa en el rostro. Quiero pensar que muy pocos recuerdan que el SNTE, a través de sus “líderes sindicales”, le ofrecía a Meade la jugosa cantidad de 300 mil maestros para que pudieran vigilar el proceso electoral en 2018, principalmente, para que pudieran llevar votos a las urnas en tal contienda (https://www.sinembargo.mx/26-05-2018/3422724).

Sí, eran aquellos tiempos en los que el régimen neoliberal y los partidos de derecha no eran adversarios de la clase trabajadora mexicana; por el contrario, eran regímenes y partidos que merecían la fabulosa cantidad de 300 mil maestros.

Vaya, esto que estoy argumentando no lo estoy inventando, basta revisar el pronunciamiento que esta organización sindical emitió a propósito del 1º de mayo, particularmente, transcribo 2 pequeños párrafos: “Los trabajadores de la educación tenemos memoria. Sabemos que los gobiernos y partidos de la derecha han sido y serán abiertos adversarios de la clase trabajadora mexicana” y “En 2018, el pueblo de México y los trabajadores decidimos poner fin al régimen neoliberal y conservador que empobreció a los mexicanos y sumió al país en la corrupción, la impunidad, la inseguridad y la violencia” (https://snte.org.mx/blog/pronunciamiento-010524/).

¿Cómo explicar que, durante la campaña electoral de 2018, el ejercito intelectual del lopezobradorismo y de la 4T, nombrado así por Cepeda Salas, apoyaba con todo al ex candidato presidencial priista José Antonio Meade?, ¿cómo explicar que el mismo Cepeda, que gustosa y sonrientemente levantaba la mano a Meade en señal de victoria, sea el mismo que hoy critica al régimen neoliberal y conservador del que se benefició hasta el hartazgo?, ¿cómo explicar que el morenismo reciba entre sus filas a quien solo ha velado por sus propios intereses y se ha olvidado de sus agremiados?, ¿cómo explicar la complacencia y hasta benevolencia de un presidente, de un presidente de partido y de una candidata que se dicen de izquierda al otorgarle prácticamente un escaño a quien, igual que antaño, solo se sirve del poder y se olvida de quien dice servir?

Ojalá y las marchas conmemorativas del 1º de mayo no fueran vistas como la oportunidad de tomarse “selfis” portando una playera y gorra con la imagen del SNTE; ojalá y estas marchas conmemorativas no tuvieran como propósito esperar recibir un “lunch”, y tener el visto bueno del delegado o representante sindical para ausentarse un día durante la semana debido a su participación en el desfile; ojalá y en estas marchas se expresaran todas y cada una de las necesidades y demandas que, regularmente se observan y se escuchan en las escuelas; ojalá y el magisterio reaccionara y se diera cuenta de que lo único que han hecho ciertos líderes sindicales, es servirse del puesto y de sus trabajadores; ojalá y así fuera porque, de lo contrario, no sé qué pensarían los mártires de Chicago si vivieran en estos momentos.

Qué triste y penoso espectáculo, pero hoy, sin duda: el SNTE se encuentra de rodillas ante un “poder supremo”. Ahí están los hechos.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Austeridad o control

Por: Carlos Ornelas.

En charlas con colegas de mi Casa Abierta al Tiempo noto incertidumbre. Unos se preguntan si en realidad el Presidente quiere austeridad o busca controlar a la gente que le disgusta… La credibilidad del Presidente comienza a disminuir

05 de Junio de 2019

El presidente López Obrador es un hombre persistente, sostiene sus ideas contra viento y marea. Rara vez cambia de opinión, nadie sabe a quién escucha. Por ello, sus mensajes se prestan a confusión e interpretaciones disímbolas.

Todas las decisiones de un gobernante —cualquiera que sea y de donde sea— generan controversia. Los razonamientos que se esgrimen en su contra se basan en asuntos materiales o ideológicos, en combinaciones de intereses que se afectan o ánimos de poner trabas al gobierno. No hay neutralidad en los juicios.

Una decisión del Presidente afecta a los productores de ciencia y tecnología y quizá causará cambios en la movilidad de estudiantes de educación superior. El Presidente determinó qué él en persona resolverá las solicitudes de viajes al extranjero de académicos mexicanos. Aunque en la mañanera del 2 de junio indicó que “tendrá un acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para definir criterios claros para las salidas de los científicos, pero sobre la base de preservar la austeridad” (La Jornada, 03/VI/2019).

No obstante, ya había argumentado que “tuvimos que hacer esto porque era un desorden”, por lo que ahora “se evaluará si realmente [el viaje es] en beneficio de la ciencia”.

Y es aquí donde comienzan las dudas, ¿quién decidirá si la participación de un científico en un congreso internacional beneficia a la ciencia?, ¿quién definirá los criterios?, ¿serán los tradicionales que enarbola el cuerpo científico o nuevos emanados de la Cuarta Transformación?

Cuestiones que generarán debates entre nosotros, pero serán académicos. A fe mía que el Presidente ya tomó la decisión de que él —nada más él— tiene la visión correcta para evitar el “turismo político” y académico “a costa del erario”.

AMLO tiene un punto de partida, la desigualdad (que para otros es quitar dinero a instituciones públicas para destinarlo a sus proyectos de infraestructura y programas sociales-electorales) y un juicio previo sobre la comunidad científica: “No se olviden, el régimen neoliberal fue defendido por científicos, intelectuales y comunicadores en el cual se produjo una gran corrupción, un gran saqueo y se padece una monstruosa desigualdad”.

En charlas con colegas de mi Casa Abierta al Tiempo noto incertidumbre. Unos se preguntan si en realidad el Presidente quiere austeridad o busca controlar a la gente que le disgusta. AMLO tiene muchos seguidores en mi comunidad, defienden sus puntos y visiones, pero también les preocupa que en el futuro inmediato sus resoluciones puedan afectar el trabajo e ingresos del profesorado. La credibilidad del Presidente comienza a disminuir.

Incluso, unos —quizás afectos a la teoría de la conspiración— especulan que la “falla mecanográfica” de la iniciativa del 12 de diciembre para reformar la Reforma Educativa fue a propósito. Se recordará que el proyecto contemplaba eliminar la fracción VII del artículo 3º, el que consagra la autonomía universitaria. El gobierno nunca corrigió la “supuesta” falla.

La sospecha se refuerza con la nota en Animal Político (30/V/2019). Por disposición presidencial, un jefe de departamento negó permiso a un científico del Cinvestav —uno de los pilares de nuestra ciencia— para hacer una estadía de investigación en Chicago. A pesar de que él pagó el pasaje de su bolsillo y que la institución anfitriona le sufragaría el hospedaje.

En la misma conferencia del 2 de junio, AMLO insinuó que se terminará con los programas de movilidad estudiantil. “Sólo se atenderá lo más indispensable”.

Algo no cuadra en los deseos del Presidente. Por motivos de austeridad, el gobierno congela subsidios a las universidades públicas, pero les exige que admitan a todos los solicitantes. Advierte que terminará con programas de estímulos a los profesores de las instituciones de educación superior al tiempo que restringe fondos para la investigación científica.

Tal vez, me dijo una colega, la austeridad republicana sea un mecanismo de control social.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/austeridad-o-control/1316782

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