Por: Luis Hernández Navarro
La protesta de maestros guerrerenses, que impidió este domingo la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a la inauguración en Tlapa del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón, tenía un objetivo: pedir al mandatario la reinstalación de la mesa nacional de diálogo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), suspendido desde diciembre de 2019, y la solución a sus demandas.
La movilización tiene tras de sí una larga historia. Hace poco más de un año, el 14 de noviembre de 2022, unos mil maestros, muchos de la Montaña, salieron en caravana desde Chilpancingo hacia el Zócalo de la Ciudad de México. Recorrieron 274 kilómetros durante nueve días. Instalaron un plantón frente a Palacio Nacional que duró 96 horas. Retornaron a su estado sin solución a sus peticiones (https:// shorturl.at/nq367) y mucho coraje.
Desde entonces, las expresiones de inconformidad de los docentes democráticos, se han extendido por todo lados y se han dejado sentir intermitentemente.
El 22 de octubre de este año, en Palenque, Chiapas, el presidente de México recibió a jefes de Estado, vicepresidentes y cancilleres de 11 países latinoamericanos y del Caribe, para realizar una cumbre migratoria.
Hasta allí llegaron los maestros de la sección 7 de la CNTE para protestar. Bloquearon la carretera rumbo a la zona arqueológica, a la altura de la glorieta de la Cabeza Maya, enarbolando una lona rojiblanca, en la que demandaban: “Sr. presidente Andrés Manuel López exigimos la reinstalación de la mesa nacional con la CNUN de la CNTE para solución de todas nuestras demandas”. De paso, denunciaron la inseguridad causada por el crimen organizado. Los docentes lograron entregar al mandatario su pliego petitorio mientras iba a bordo de su camioneta.
CNUN son las siglas de la Comisión Nacional Única de Negociación de la CNTE, la instancia responsable de dialogar con el gobierno federal. La coordinadora ha sostenido 18 mesas de negociación con el Presidente. En los últimos tiempos ha exigido, cada vez con mayor vigor, que éstas se restablezcan para atender múltiples problemas pendientes.
Unos cuantos meses antes de la movilización en Palenque, el 15 de mayo, maestros democráticos marcharon en la Ciudad de México e instalaron carpas frente a Palacio Nacional en rechazo al aumento salarial otorgado y la exigencia de restablecer el diálogo.
El pasado 13 de noviembre miles de trabajadores de la educación, principalmente oaxaqueños, instalaron un plantón de cinco horas en Paseo de la Reforma, porque la secretaria de Gobernación canceló la discusión acordada sobre el pliego de demandas del movimiento. Entre los puntos a tratar se contemplaba la abrogación de la reforma educativa, la desaparición de la unidad de medida y actualización (UMA) para el pago de pensiones y jubilaciones, así como el fortalecimiento de la seguridad social en hospitales, clínicas, fármacos y especialistas en el Issste.
El mismo 13 de noviembre, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, dedicó 20 minutos de su conferencia semanal, a atacar al magisterio estatal. ¡Santo remedio! Los profes respondieron boicoteando tres días después, su primer Informe de gobierno. Su enviado para entregarlo al Congreso local fue encerrado junto a los legisladores en el recinto durante tres horas. Los docentes impidieron que se realizara una ceremonia en el zócalo, retirando sillas y vallas. Al evento oficial sólo llegaron dos gobernadores. Al atardecer, un grupo de choque de la Confederación Joven agredió a maestros en el Fortín. Finalmente, el mandatario local, en un acto apresurado, dio un pequeño discurso en el auditorio de la Guelaguetza.
Una luz al final del túnel en el conflicto pareció abrirse cuando, el 5 de septiembre, la comisión política de 13 integrantes de la sección 22 (de Oaxaca) se reunió con el Presidente en Palacio Nacional y se fijó una hoja de ruta. El mandatario les advirtió: “los voy a rebasar por la izquierda”.
El 12 de septiembre se efectuó el primer encuentro en Gobernación con las titulares de esa dependencia y la SEP, el director del Issste y Salomón Jara. Allí se firmó una minuta, en la que se estableció, entre otros puntos, la instalación de una mesa con la CNUN el 21 de septiembre.
Sin embargo, cuando la fecha llegó, las autoridades gubernamentales enviaron a funcionarios de muy bajo perfil, carentes de capacidad de resolución. La CNTE se negó a participar en esas condiciones.
La segunda negociación de la 22, se produjo el 12 de octubre, con los mismos funcionarios. La secretaria Alcalde dijo que ya no quería atender minucias en la siguiente reunión, programada para el 13 de noviembre. Pero, el 13, Gobernación canceló el diálogo y el gobernador Jara regañó públicamente a los profesores.
El diálogo se restableció y la tercera y más reciente mesa con la sección 22 tuvo lugar el 24 de noviembre. Allí se alcanzaron puntos importantes, entre otros, el otorgar plazas para los normalistas de dos generaciones. Con una observación: los egresados del último año tendrán contrato de enero a agosto, y en agosto se les daría plaza base. Además, se abrirán plazas y horas para los niveles educativos.
Sin embargo, el gobierno federal se niega a recibir a la CNTE y apuesta a fracturarla y cooptar a algunos de sus integrantes. Sostiene que Oaxaca debe representarla, para tratar dos temas estratégicos: nueva reforma educativa y nueva Ley del Issste. El magisterio oaxaqueño rechaza esta propuesta. Insiste en que las autoridades tienen que sentarse con la coordinadora y la próxima reunión debe ser con el Presidente en Palacio Nacional. La fecha de la siguiente mesa quedó abierta.
En plena ola de descontento, los profesores de primaria de la Ciudad de México acordaron parar labores el 5 de diciembre. La CNTE marchará el 15 de diciembre para conmemorar su 45 aniversario. La rabia magisterial crece.
Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx