Centro América/Cuba/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina
Más aulas y laboratorios para la enseñanza de idiomas inauguró hoy en la Universidad de Oriente el Ministro de Educación Superior (MES), José R. Saborido, quien consideró que se abren oportunidades para incrementar la exportación de servicios académicos.
Ubicadas en la sede Julio Antonio Mella de la institución, las instalaciones serán complementadas con medios impresos para el estudio y deberán completarse con el acceso remoto a las bases de datos para ampliar las posibilidades de sus estudiantes y profesores.
El inglés será el idioma inicial que será impartido en el nuevo centro en pos de desarrollar habilidades de la expresión oral, la escritura, la audición y la redacción, a lo cual seguirán más adelante las clases de ruso, alemán, francés y español para extranjeros, incluidos cursos de postgrado.
Esta ampliación se corresponde con la prioridad concedida por el sistema nacional de educación al aprendizaje de otras lenguas y en particular del inglés como una de las más socorridas en el mundo, por lo cual se ha extendido esa enseñanza a grados iniciales del nivel primario.
Como parte del perfeccionamiento de esos procesos, profesores de la casa de altos estudios enfrentaron el TKT (Teaching Knowledges Test), examen encaminado a demostrar la competencia internacional en la enseñanza de esa lengua.
El MES y el Consejo Británico coordinan esta valiosa oportunidad de superación para los profesores cubanos de inglés, mientras que el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas establece niveles diversos de acercamiento a ese idioma por hablantes de diferentes latitudes.
Europa/España/14 Enero 2017/Autora: Pau Rodríguez/Fuente: Diario la Educación
El pedagogo italiano Francesco Tonucci defendió en Barcelona un modelo de ciudad pensado desde la visión de los niños: «A menudo defendemos más nuestros coches que a nuestros hijos»
Existe el instante Frato. Suele visitar, de forma inesperada, a todos aquellos que se interesan por la educación o la infancia. De repente, se topan con una de las viñetas que durante cincuenta años ha dibujado Francesco Tonucci, y descubren, en una experiencia sin retorno, que el mundo gana coherencia cuando se observa con ojos de niño. Este es el instante Frato, que es a la vez una ventana para acceder al pensamiento y obra de este pedagogo italiano, ideólogo del concepto de La ciudad de los niños, gran defensor de la participación de los niños en la sociedad, militante insobornable del placer de jugar y partidario de una escuela más conectada con la vida de los niños y niñas. Esta semana ha estado en Barcelona para participar en dos jornadas: sobre los derechos de los niños y sobre su participación en política.
¿Por qué nos cuesta tanto tomar en serio las opiniones de los niños?
Todos hemos sido niños, hemos vivido la experiencia, pero cuando nos hacemos adultos nos olvidamos y nos ponemos a reproducir todo lo que nos ha hecho sufrir de pequeños. Mira lo que pasa con los deberes, sin ir más lejos. El otro día le preguntaban a un niño por qué los adultos deben escuchar a los niños, y él respondió: “Porque tenemos más experiencia”. Me quedé parado, y él se explicó: “Vosotros fuisteis niños, pero ya no lo sois. Sobre la infancia, somos nosotros los que tenemos experiencia”. Es así.
¿Por qué vale la pena escuchar a los niños a la hora de tomar decisiones no sólo que les afectan a ellos, sino a toda la sociedad?
Porque son diferentes. De entrada son más bajitos y tienen una perspectiva diferente de su entorno, pero es que también tienen deseos diferentes a los de los adultos. Un alcalde que aprende a escuchar a los niños está haciendo gimnasia democrática. Los niños son unos grandes mediadores y representantes de los demás, entendiendo todos aquellos colectivos que están fuera de los círculos de poder: ancianos, discapacitados, pobres, extranjeros…
Que se les ha de escuchar, de hecho, lo reconoce mucha gente. Está recogido en la Convención de los Derechos del Niño desde hace 25 años. En muchas ciudades se han hecho consejos de niños, se les ha animado a hacer propuestas… El problema es que pocas se tienen en cuenta.
Es que aquí debemos aclarar qué significa escuchar. Una escucha verdadera no parte de la generosidad, sino de la necesidad. Es la única manera. Yo, como adulto, me he dado cuenta de que no puedo hacer sino escucharte. La demostración contraria es la actual: los adultos, en la gestión del poder, estamos fracasando en todos los ámbitos: en medio ambiente, en economía, en lo moral… ¡Es un desastre! Si somos democráticos debemos darnos cuenta de las necesidades de todos. Escuchar significa tener en cuenta tus necesidades. Y quizás no lo haré todo, pero te diré lo que haré y qué no, y por qué. Rendir cuentas ante los niños es importante. Y no estoy hablando de asumir literalmente lo que dicen los niños, sino buscar el sentido profundo de lo que ellos a veces expresan de forma aparentemente superficial. Sus pensamientos están conectados con su experiencia, local y reducida, y un buen político debe aprovechar para convertirlo en una política general.
¿Lo suelen hacer, los políticos?
A menudo vivimos intentos fracasados. En Roma nos pasó hace poco. Los niños descubrieron que el reglamento municipal decía que en el espacio público estaba prohibido jugar, lo que va en contra de la Convención de la ONU, que reconoce el derecho al juego. Escribieron al alcalde pidiéndole un cambio de reglamento y, después de que se abriera un pesado proceso para modificar la norma, el artículo recogió que el ayuntamiento “favorece” el juego de los niños en espacios comunes. Ya ves, cuando se trata de niños los adultos lo conceden todo -en este caso, más de lo que pedían-, pero el problema es que después se cumple poco. Lo celebramos ocupando una plaza y jugando, y luego enviamos una carta al alcalde donde le pedíamos que ahora tenía que cumplir con su compromiso, retirar todos los carteles de prohibido jugar y, en definitiva, abrir una reflexión como ciudad con vocación de permitir a los niños jugar. Pero todo esto con el tiempo se fue diluyendo.
Este proceso de reflexión no debe ser fácil en unas ciudades como las que tenemos.
El juego es una de las actividades más importantes a lo largo de la vida, especialmente decisiva en los primeros años. Pero para que los niños puedan jugar deben poder salir de casa sin sus padres, porque el juego tiene que ser libre, no acompañado. Y una ciudad ha de proponerse garantizar esto. En Pontevedra, por ejemplo, el alcalde escuchó esto y años después me dijo que le había convencido de que lo iba a sacar adelante. A la mayoría de alcaldes, de hecho, les encanta la propuesta, y me dicen: “Dame dos años para solucionar el tema del tráfico y volvemos a hablar”. Pero nunca se resuelve este tema, es irresoluble. De entrada, porque en el orden de prioridades sitúa los coches arriba de todo, cuando debería ser lo contrario: las ciudades deberían estar hechas a medida de las personas. En Pontevedra lo asumieron y, por ejemplo, hicieron las aceras anchas para que pudieran pasar dos personas de lado con un paraguas.
Todo esto tiene que ver con el concepto de La ciudad de los niños, que usted puso en práctica en su población natal, Fano, hace más de 20 años. ¿En qué consiste esta iniciativa?
Creemos que después de la última Guerra Mundial, en la reconstrucción de las ciudades, estas se hicieron a medida de un ciudadano adulto, hombre y trabajador. Esto condicionó horarios, servicios y urbanismo. Se hizo todo a su medida y nos olvidamos de todo lo demás, que poco a poco está condenado a desaparecer de la ciudad. Nuestra propuesta es cambiar el modelo y coger el niño como referencia, pero no para hacer una ciudad infantil, reducida y montessoriana, sino para hacerla para todos. Y para estar seguros de que será para todos cogemos a los niños como referencia.
¿Por qué los niños y no otros colectivos vulnerables, como las personas mayores?
Porque es mucho más poderoso cuando algo te la dice tu hijo. Así es más fácil chantajear a los adultos: los cambios te los piden tus hijos.
Esta es una idea recurrente en sus viñetas. Los niños que las protagonizan piden a sus adultos que paren de tomar decisiones que no tienen en cuenta las generaciones futuras.
Esto es dramático. Nosotros de nuestros abuelos vamos a heredar un gran aumento de la esperanza de vida en sólo dos generaciones. Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad, los que nacieron en 2000 tendrán menos esperanza de vida. Esto me da vergüenza. Nos aprovechamos de los recursos naturales como si fuéramos la última generación en la Tierra. Había tribus nativas americanas que decían que las autoridades deben tener en cuenta siete generaciones siguientes a la hora de tomar decisiones. La ciudad del futuro no tiene más remedio que ser una ciudad postautomóviles. Si no, no podremos vivir. Pero defendemos más nuestros coches que nuestros hijos. Es incomprensible, pero es así.
Francesco Tonucci / Foto: Sandra Lázaro
Al principio de la entrevista ha citado los deberes. ¿Qué le parecen a usted, que siempre ha defendido una modelo educativo donde los alumnos trabajen a partir de las experiencias que viven fuera de la escuela?
Sé que en España hay una protesta que tiene que ver sobre todo con la vida familiar, porque los padres no pueden pasar tiempo con sus hijos, y me parece lógico. La escuela no tiene derecho a ocupar un tiempo que no es suyo. La Convención habla de un derecho a la escuela y de un derecho al juego, dedica un artículo a cada uno, sin que el primero tenga más importancia que el segundo. Si la escuela ocupa la mañana y parte de la tarde, el resto del tiempo no es suyo. Es tiempo de los niños. Y luego ya hablaremos con los padres …
… Que lo querrán ocupar todo con extraescolares.
Sí. Pero lo que a mí me interesa es que la escuela debería estar sumamente interesada en que los niños vivan este tiempo, fuera del colegio, de forma satisfactoria, intensa, viva, con los amigos, porque este es el tiempo de los descubrimientos, de las sorpresas, y estos son materiales preciosos para llevarlos luego a la escuela. Si no, la escuela está condenada al currículo y el libro de texto. Y esto es una mala escuela. Freinet, Montessori… Todos los grandes maestros que hemos tenido trabajaban sobre lo que los niños y niñas les llevaban a la escuela. Pero hoy, los niños no pueden llevar o explicar nada, y no porque sean celosos de lo que viven, sino porque no tienen nada que contar… ¿Hablarán de la tele? ¿De los deberes? ¿De las extraescolares? Debemos permitir a los niños vivir experiencias significativas, y la escuela debería ser aliada de los niños en este sentido y ayudar a las familias a superar esta inquietud de proyectar sus deseos sobre los hijos.
Este modelo escolar requeriría muchos cambios: un curriculum menos invasivo, una mayor autonomía de los maestros…
Sí, sí, claro. En España, como en Italia, se sigue pensando que la escuela se puede cambiar con reformas. Y es interesante notar algo: vosotros tenéis la LOMCE, que es una mala legislación, y nosotros, tenemos una buena ley. Pero las escuelas italianas y españolas se parecen mucho. Porque la legislación no influye.
Usted ha explicado a menudo la ilegalidad en que viven las escuelas. Las leyes sitúan un marco, a veces muy avanzado, a veces todo lo contrario, pero tiene poco que ver con lo que se hace en clase.
Lo único que puede salvar la escuela son los maestros, pero siguen saliendo de universidades donde se dedican a escuchar
a los profesores, tomar apuntes y repetir lo que dice el profesor en el examen. Esto quiere decir que la escuela no cambiará nunca. Es igual cuáles sean los contenidos, porque la propuesta sigue siendo la lección, los apuntes y la repetición. La formación de los maestros debería ser totalmente diferente, de talleres, de creación, de metodología científica, con trabajo con niños desde el minuto uno para ver si tienes aptitudes para trabajar con niños o no… En Italia no sólo todo el mundo puede ser maestro, sino que lo es quien ha fracasado en otras aspiraciones. Si tienes este panorama, ya puedes hacer el currículo más bonito del mundo, que nadie lo sabrá interpretar. En cambio, un buen maestro ya sabe cómo hacer la escuela, sin necesidad de programas ni propuestas.
¿Cambiaría la escuela si tuviéramos en cuenta la opinión de los niños?
Todas las decisiones que se toman en la escuela deben tener la implicación de los niños. Con esto no digo que tengamos que hacer los centros tal como ellos nos piden, pero lo que es seguro es que no se pueden hacer sin saber qué piensan los niños: ¿qué piensan los deberes? De cómo se portan sus profes? ¿De las asignaturas? Tenemos que estar más abiertos a una gestión participada. Esto debería valer lo mismo para un hospital donde haya niños o para un museo, como ocurre, por ejemplo, con el Consejo de Niños que tiene el Museo Azul de Barcelona.
Quizás así las escuelas serían más “bellas”, tal como usted siempre reivindica.
Serían más cercanas a lo que ellos quieren. No serían aburridas. ¡Los niños se aburren en la escuela! ¡Y eso no lo podemos permitir ni considerarlo normal o natural! Una escuela como la que tenemos funciona en un porcentaje muy bajo… Si comparamos lo que un niño ha aprendido a los 16 años teniendo en cuenta las horas que ha pasado a la escuela… Es impresionante.
Europa/Francia/14 Enero 2017/Fuente: Economía y Negocios
Un número récord de estudiantes está prefiriendo ir a colegios particulares en Francia, en medio de críticas de que el sistema educacional del Estado, muy apreciado en el pasado, ha sido simplificado al mínimo por las reformas del gobierno socialista del Presidente François Hollande.
El 21,52% de todos los alumnos de escuelas secundarias, algo sin precedentes, está ahora en establecimientos particulares, mientras que hace poco más de una década era del 20,37%, de acuerdo a cifras del Ministerio de Educación. La proporción en escuelas primarias particulares también subió, al 13,7%.
«Este es el segundo año seguido en que se ha establecido un nuevo récord y es una tendencia muy arraigada», dijo Eric Hans, presidente del Sindicato de Profesores Jefe de Colegios Particulares.
Las cifras son una fuerte crítica al legado del impopular Presidente Hollande, quien desistió de ir a la reelección y dejará el gobierno a mediados de este año. Después de llegar al poder con la promesa de devolver la educación estatal a su antigua gloria, el líder socialista ha sido testigo de su decadencia. Las cifras son también un desafío a la firme creencia francesa que la excelencia en la educación sostiene los valores meritocráticos de la nación.
Alrededor del 90% de los 8.800 colegios particulares de Francia es católico y en un principio el propósito de estos era ofrecer a las familias que asistían a la iglesia una alternativa a las escuelas estatales laicas del país.
La mayoría de ellos son subvencionados por el gobierno, lo que significa que las matrículas son módicas en comparación con las de otros países. La escuela Saint-François Le Juvé en los Alpes, que tiene los mejores resultados de exámenes en Francia de acuerdo a Le Monde, cuesta alrededor de 806 euros al año, por ejemplo. El Liceo Passy Saint-Honoré, el establecimiento particular mejor clasificado en París, cuesta hasta 1.976 euros al año.
A diferencia de su equivalente británico, el sistema de educación privada en Francia nunca solía anunciarse como un reducto educacional para la élite. Esa era una labor para los liceos estatales más ilustres, como el Louis-le-Grand o el Henri-IV en París.
No obstante, en vista de que el sistema estatal está en crisis y los estudios internacionales muestran que a los escolares franceses les va mal en asignaturas como matemáticas, los padres están recurriendo a otros lados.
De acuerdo a un estudio reciente, los 10 liceos con los mejores resultados en exámenes en Francia eran particulares. En todos ellos, el 100% de los alumnos obtuvo el diploma del Bachillerato ( Baccalauréat , requisito previo para entrar a la universidad).
Hans manifestó que ya no eran solamente los padres católicos los que enviaban a sus hijos al sistema privado sino también aquellos que «desconfiaban» de las escuelas estatales. Igualmente afirmó que los padres creían que los colegios particulares ofrecerían una mejor disciplina y una educación más amplia. Las reformas educacionales de Hollande impuestas por creencias igualitarias han fomentado la hostilidad hacia la educación estatal, agregó.
Debido a las reformas, se anularon las clases de idiomas especializadas y se redujo la enseñanza de griego y latín. Los críticos sostienen que los cambios han bajado el nivel académico de las escuelas en todo el país. Aunque el 97% de los establecimientos particulares tiene que atenerse al programa nacional, también tienen flexibilidad. En la práctica, esto significa que han encontrado una forma de mantener las clases de idiomas tanto clásicas como especializadas.
El estudio del Ministerio de Educación encontró que la cantidad de alumnos de las escuelas secundarias privadas se había elevado en 6.400 este año escolar, mientras que el número en el sistema público había disminuido en 9.900.
América del sur/Uruguay/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina
Más de 12 mil niños uruguayos de escuelas públicas participan en el Programa Educativo Verano, como uno de las proyectos del Consejo de Educación Inicial y Primaria para el período estival.
En la iniciativa, que surgió hace 27 años, participan 130 escuelas de todo el país, aunque la mayor presencia la tienen centros de Montevideo y el departamento de Canelones por su densidad poblacional, y ofrece diferentes propuestas impartidas por docentes y talleristas.
Pablo Caggiani, consejero de Educación Inicial y Primaria, declaró a reporteros que el programa tiene la novedad este año de incluir los campamentos, y explicó que se extenderá hasta el 10 de febrero venidero.
Señaló que, además, aborda el aprendizaje a través del juego, el arte, la educación del cuerpo, la convivencia en campamentos y salidas diarias, en tanto los niños desayunan y almuerzan en el centro.
Caggiani destacó el interés de los colectivos docentes en habilitar las instituciones escolares, la colaboración del Ministerio de Educación y Cultura, intendencias, municipios y campamentos educativos para impulsar la iniciativa durante todo un mes en el verano.
Apuntó el funcionario que pese a desarrollarse el programa en todo el país se priorizaron las zonas costeras y los barrios de mayor vulnerabilidad social.
El Programa Educativo Verano comenzó ayer en una escuela del barrio Aeroparque, en Canelones, y contó con la presencia de la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz.
Muchos creemos que ya es hora de que la escuela y el municipio se reconozcan mutuamente y se propongan construir juntos la educación y la vida en común que queremos.
Los municipios tienen muy pocas competencias asignadas por las administraciones autonómica y estatal en las cuestiones que afectan al sistema educativo y a las escuelas ubicadas en su territorio. En Infantil y Primaria se limitan al cuidado físico de los centros escolares: limpieza, mantenimiento y conserjes. En Secundaria ni eso. Sin embargo, son muchos los temas educativos directamente relacionados con las políticas locales de proximidad: actividades de ocio, cultura, deportes fuera del tiempo escolar; los espacios urbanos de encuentro y relación ciudadana; la relación escuela-entorno; la proyección de los aprendizajes escolares en actuaciones de servicio a la comunidad; los espacios comunes de aprendizaje y convivencia; el acceso y relación con las instituciones y servicios de la ciudad…
Muchos municipios actúan en esos aspectos más allá de lo que la normativa regula. Tienen conciencia de las potencialidades negadas a la acción municipal por el distanciamiento entre las administraciones y el cierre de la relación escuela-entorno-ciudad por un sistema educativo excesivamente academicista y burocratizado.
Las actuales políticas educativas municipales abren nuevas posibilidades de hacer la educación de otra manera. Se vuelve a hablar de Ciudad Educadora, de Proyecto Educativo de Ciudad, Infancia y ciudad, escuela y servicio a la comunidad, educación a tiempo completo. En el año 1990 se celebró en Barcelona el Primer Congreso de Ciudades Educadoras. En él se redactó “La Carta de las Ciudades Educadoras”, recogiendo el consenso de los participantes que representaban a diferentes ciudades, sobre las perspectivas que se abrían para las políticas educativas municipales. Las ciudades que la firmaron asumieron el compromiso público de comenzar a dar pasos de transformación de sus comunidades. Sin embargo, más tarde se demostraría que la mayoría fueron incapaces de avanzar lo más mínimo en esa dirección. Otros intereses diferentes y la posición de la educación en los últimos lugares del orden de prioridades en la política municipal relegaron lo firmado al olvido. La posibilidad de hacerlo realidad requería dos aspectos elementales que no se dieron en casi ningún lugar: la superación de los reinos de taifas en la gestión de las áreas de trabajo y entre las diferentes concejalías; y en segundo lugar, la consolidación de la participación ciudadana, muy baja en esos momentos, porque sus asociaciones vivían encerradas en sus problemáticas específicas.
Hoy, en muchos municipios, parece que se abre una nueva posibilidad de cambio en esa doble dirección: por una parte, el reconocimiento de que la educación debe tener una transversalidad reconocida en todas las áreas municipales, y que estas requieren de coordinación para dar coherencia y eficacia a las políticas. Y por otra parte, la valoración real de que, más allá de los componentes escolares -pero teniéndolos en cuenta- es la comunidad local en su diversidad la que desde su horizontalidad, su identidad y su sentido de pertenencia, puede promover acciones colectivas para ir haciendo suyas las posibilidades de cooperación y participación en la construcción de una ciudad educadora.
Intuyo que es necesaria una nueva visión de la política local. Pasaron los tiempos del protagonismo absoluto de la administración. Hoy nos encontramos con nuevos actores que piden un protagonismo mayor en la vida de las ciudades: asociaciones, colectivos y plataformas reivindicativas en el campo de la vivienda, la salud, la educación… que requieren espacios de dinamización de lo común para consolidar la acción colectiva en la respuesta a los problemas colectivos; la reformulación de los tiempos y espacios educativos para aproximarnos a una educación a tiempo completo de calidad; el compromiso educativo de la escuela con la ciudad y de la ciudad con la escuela a través del proyecto educativo de ciudad…
Se hace necesaria una visión diferente del papel de la escuela, que reconozca que no tiene ya el monopolio de la enseñanza y del espacio de aprendizaje. Quizás pasen a un primer plano funciones que en un modelo escolar academicista y transmisivo quedaron ocultas u olvidadas: el cuidado y la custodia de la infancia, el aprendizaje de la convivencia positiva en la diversidad y de la relación positiva con la naturaleza, la apertura al medio, el conocimiento de sí mismos, el encuentro intergeneracional… Sin embargo, muchos reconocen que la escuela tiene un papel relevante en la construcción de la convivencia positiva en la comunidad local.
¿Cómo se inserta la escuela en esta nueva realidad? ¿Cómo conseguir que los escolares conozcan el espacio público como el lugar donde se defienden y desarrollan los intereses colectivos? ¿Cómo hacer realidad la educación de una ciudadanía comprometida con la construcción de una ciudad habitable? ¿Cuál es el lugar de la ciudad en la educación de la infancia y la adolescencia?, ¿Cómo incorpora la escuela la vida de la ciudad con su complejidad, su integralidad y sus problemas en el currículo escolar? ¿Cómo hacemos del aprendizaje en la ciudad un elemento básico para el compromiso y el servicio a los demás? ¿Cómo se asume que el aprendizaje se extienden a lo largo y ancho del vivir y convivir en todos los espacios y tiempos que nos ofrece la ciudad?
Muchos creemos que ya es hora de que la escuela y el municipio se reconozcan mutuamente y se propongan construir juntos la educación y la vida en común que queremos.
Centro América/República Dominicana/14 Enero 2017/Fuente: Prensa Latina
El presidente dominicano, Danilo Medina, inauguró hoy dos centros educativos: la escuela primaria Profesor José Rafael De la Rosa Hernández, y el Liceo Santo Tomás de Aquino.
La nueva primaria cuenta con 27 aulas y tiene además laboratorio de Informática, rincones tecnológicos, biblioteca, espacios administrativos, salón de profesores, enfermería, cocina-comedor; plaza cívica, huerto escolar y dos canchas deportivas.
El liceo secundario consta de aulas, laboratorio de Ciencias y de Informática, biblioteca, espacios administrativos, salón de profesores y de orientación, enfermería, cocina-comedor; plaza cívica, huerto y dos áreas deportivas.
Inaugurados en el sector de Los Tres Brazos, en el municipio de Santo Domingo Este, los centros incluyen Jornada Escolar Extendida (doble sesión de clases con alimentación incluida) y benefician a mil 750 estudiantes.
Con la entrega de estos dos planteles, el Gobierno ha entregado 129 centros educacionales sólo en la provincia Santo Domingo, con dos mil 886 aulas, que benefician a 92 mil 680 estudiantes, de ellos 34 mil 860 alumnos del municipio Santo Domingo Este.
El discurso central del acto fue pronunciado por el ministro de Educación, Andrés Navarro, quien destacó que estas dos obras complementan otros dos centros de nivel básico y una instancia infantil previamente construidas en esa comunidad, y en conjunto constituyen una ciudad educativa.
Estos centros en su conjunto van a permitir que los niños de Los Tres Brazos, desde su nacimiento, pasen nivel por nivel en el nuevo sistema educativo que desarrolla el país en cada comunidad para que dentro de unos años República Dominicana cuente con mujeres y hombres mejor preparados, más productivos, dedicados al desarrollo de la nación, puntualizó.
La comunidad educativa, agentes sociales, familias, administraciones públicas, entidades privadas deben transmitir confianza en el sistema educativo y en sus profesionales.
“Maestros y profesores reciben elogios, la cursilería de los discursos que exaltan la abnegada labor de los apóstoles de la docencia que amorosamente moldean con sus manos la arcilla de las nuevas generaciones; y además, reciben salarios que se ven con lupa”. Estas palabras de Eduardo Galeano pertenecen a su libro Patas arribas. La escuela del Mundo al revés, cuya primera edición es de 2005. Galeano se refiere a la enseñanza pública latinoamericana, y a la situación de la profesión docente, pero en la actualidad sería aplicable a otros muchos países de otros tantos continentes.
La profesión docente se encuentra ante una paradoja. Por un lado, muchas investigaciones indican que la calidad de la educación depende en gran medida de la calidad del profesorado. Por otro lado, los gobiernos toman decisiones políticas que provocan la precariedad laboral y profesional del colectivo docente; se aplican medidas que debilitan los saberes profesionales y se hacen manifestaciones públicas por parte de los responsables políticos que desmoralizan al profesorado, intensificando el corporativismo y desprestigiándole ante la sociedad. En muchos países del mundo, España no es ajena a esta tendencia, se está produciendo una proletarización de la profesión docente. El caso español es ilustrativo: en la actualidad el 28,61% del empleo docente público está ocupado por personal interino y el número de funcionarios de carrera ha disminuido casi un 10%. A esta situación hay que sumar los recortes salariales, el empeoramiento de las condiciones laborales y la pérdida de derechos sociales.
Las investigaciones disponibles muestran que hay un gran malestar docente relacionado con algunos factores importantes:
-El exceso de alumnos y alumnas por escuela y aula. Sobre el cual alerta la UNESCO en el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016.
-Los recortes de plantillas y la falta de perfiles profesionales de apoyo a la docencia. En España la educación pública ha perdido 10.000 docentes al año desde la llegada al gobierno del PP. La caída del empleo ha afectado especialmente al profesorado fijo, funcionariado de carrera. En concreto en el período 2011-2016 se han destruido más de 41.000 plazas fijas, debido a la política de duros recortes ejecutadas por el PP. La ampliación de la jornada lectiva docente y otras medidas antisociales han deteriorado las condiciones de trabajo del profesorado.
-La inestabilidad de los equipos docentes, especialmente en el sector público, en ocasiones debido a la alta tasa de interinidad, ayudan poco los actuales concursos de traslados, y la dificultad de consolidar equipos en torno a proyectos pedagógicos concretos.
-La jerarquización en la escuela, que dificulta un trabajo más cooperativo y participativo.
-El aislamiento del profesorado, especialmente del nuevo, que a menudo se tiene que encargar de las tareas más difíciles en una escuela.
-La falta de recursos para abordar situaciones personales o sociales complejas.
-La gran diversidad en las aulas, y la distribución segregada por origen social y según el nivel de aptitud.
-Los bajos salarios y los recortes de los derechos sociales y laborales. El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016, indica que una remuneración competitiva y unas condiciones laborales y profesionales óptimas son esenciales a la hora de captar y retener los mejores profesionales.
-La falta de reconocimiento de las enfermedades profesionales derivadas de los riesgos psicosociales.
-La falta de negociación colectica real y efectiva que no se respeta en muchos países, incluido España. El profesorado ha que tener capacidad para influir en sus propias condiciones profesionales, en la organización del trabajo y en la organización del sistema educativo.
-El acceso cada vez más restringido a una formación continua gratuita y de calidad.
Pero no es menos cierto que el malestar docente también está asociado a la aparición de nuevos agentes de socialización y de cambio en los procesos de transmisión cultural y de adquisición de conocimientos. El fuerte impacto de los medios de comunicación de masas, y el enorme potencial de las TIC para transmitir información y adquirir conocimientos sitúan a la escuela y al profesorado casi en un lugar subalterno.
La disociación que se produce entre la teoría pedagógica (expertos), la práctica educativa (docentes) y la toma de decisiones políticas (gobiernos) provoca que el sistema educativo no esté blindado ante los vaivenes políticos, económicos y culturales. La docencia es de las pocas profesiones, tal vez la única, donde existe una gran distancia entre los contenidos de la formación y las exigencias para el desempeño que impone el día a día.
Es innegable que existe relación entre la calidad de los procesos de aprendizaje del alumnado y la calidad de la docencia, pero no existen argumentos sólidos para concluir que el ciento por cien de la responsabilidad de los resultados escolares se localizan en el desempeño de la profesión docente.
Construir una profesión docente de calidad y con vistas al futuro es un reto muy importante. Y es una tarea permanente que en la actualidad se desenvuelve en un escenario inestable, complejo y francamente desfavorable. El reto está en responder a la pregunta ¿qué docente necesita la sociedad del conocimiento y de la tecnología más avanzada?
Desde una nueva perspectiva el profesorado debe ser un profesional poseedor de un saber sobre los medios de la educación y el aprendizaje, pero desde una perspectiva complementaria será un profesional crítico. Según Emilio Tenti “constructores de subjetividades conforme a proyectos políticos que transcienden su identidad técnica. Desde esta perspectiva, el docente sería un agente clave en los procesos de construcción de una sociedad más justa, libre y democrática. Para cumplir esta función social que los transciende deben estar en condiciones de ejercer un control colectivo sobre el sentido, los objetivos y contenidos de su trabajo. En este sentido estricto no serían funcionarios y funcionarias, sino intelectuales capaces de cooperar en la distribución de ese capital estratégico en las sociedades contemporáneas, que es el conocimiento y la cultura en las nuevas generaciones.”
El reto de construir una profesión docente de calidad tiene mucho que ver con el gran consenso social sobre el papel estratégico que tiene un sistema educativo público de calidad para un país. Y aquí nos enfrentamos al reto de la confianza.
La sociedad en su conjunto. La comunidad educativa, agentes sociales, familias, administraciones públicas, entidades privadas deben transmitir confianza en el sistema educativo y en sus profesionales. Una confianza que hay que construir día a día y preservar de los vaivenes políticos y económicos. Para el buen funcionamiento del sistema educativo público y de la profesión docente, la confianza es tan importante como para los sectores económicos y financieros.
Para el profesor Pedro Ravela “no es posible educar en un contexto en el que las autoridades desconfían radicalmente de los docentes; los docentes desconfían de las autoridades educativas, sean del partido que sean; las familias desconfían de las escuelas a las que envían a sus hijos y de los docentes que están a su cargo; la opinión pública desconfía de las instituciones educativas en general”.
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