Mas allá del INEE…

México / 28 de octubre de 2018 / Autor: Manuel Alberto Navarro Weckmann / Fuente: manuelnavarro.com

La evaluación en México es relativamente nueva en comparación con otros países, pero su empleo se remonta a muchos años antes de la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y sin duda debemos tener un espacio al interior o al exterior de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que vierta al Sistema Educativo Nacional, de datos que permitan dar un seguimiento y en su caso la toma de decisiones en materia educativa.

En México a partir de la década de los años ochenta, que coincide con el establecimiento en 1984 del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), se vio la necesidad de tener una evaluación tomada ésta como una herramienta para mejorar la educación y en los noventa  en el que podemos destacar en 1991 la creación de los Comités interinstitucionales para la Evaluación de la Educción Superior (CIEES) y en 1993 la creación del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), en donde se desarrollaron diversos programas e instrumentos de evaluación aportando importantes elementos, tanto para la planeación de la autoridad, como para la  investigación en el tema.

Durante la primera década de este siglo tuve la fortuna de estar al frente de la Dirección de Investigación y Evaluación (DIE) de la entonces Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) en el Estado de Chihuahua y como tal, pude apreciar las tensiones que provocó a nivel nacional la creación del INEE, cuando la batuta en la materia la llevaba la Dirección General de Evaluación (DGE) de la SEP, en donde ayer como hoy se llevaban a cabo grandes discusiones sobre los medios y los fines de la evaluación de la Educación.

En aquellos días se desarrollaron valiosos instrumentos incluso de evaluación de políticas educativas en donde se ajustaría el presupuesto de los programas de acuerdo con su desempeño, sin embargo, el poder de la burocracia terminó por opacar un importante esfuerzo que minaría su poder frente a los resultados en políticas educativas. El ayer como el ahora parten del mismo problema, la autoridad educativa solo ve lo que le conviene buscando dejar en la escuela la responsabilidad de sus decisiones.

Charles Babbage decía que los datos causados por los datos inadecuados son menores que los que se deben a la total ausencia de datos, por lo que espero que más allá de las decisiones que se tomen, en México tengamos una instancia que siga brindando información y, sobre todo, que la SEP tome su papel para tomar decisiones informadas, de lo cual careció el sexenio que termina.

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Mas allá del INEE…

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INEE: dos pasos para atrás

ove/mahv

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Hacerlo bien acceso, visibilidad e impacto de la investigación latinoamericana.

Por: Gustavo E. Fischman.

El acceso, visibilidad, impacto científico y social de la investigación producida en Latinoamérica son temas habituales de discusión en las universidades y centros de investigación de la región. En esas discusiones es frecuente identificar al menos dos perspectivas bastante polarizadas. En un grupo se resalta el malestar existente debido a lo que falta –presupuestos apropiados, preparación técnica, de repercusión e impacto de las investigaciones latinoamericanas en el sistema global de ciencia y técnica, y otras faltas más. Desde la perspectiva alterna se suele enfatizar que, a pesar de las condiciones adversas, en la región se producen cada vez más y mejores conocimientos científicos, que más de 75% de los recursos para la investigación y programas de desarrollo provienen del sector público, que la mayoría de quienes se dedican a la investigación trabajan en universidades públicas y dadas las numerosas faltas, habría que reconocer de manera más directa y contundente que gran parte de ellos son buenos profesionales, claramente comprometidos con la defensa del conocimiento como un bien público.

Sin ánimo de dirimir cuál de estas dos perspectivas es la más adecuada, mi punto de partida es que para hacer un balance sobre el estado de las publicaciones científicas de la región hay que reconocer que las cuestiones de acceso, visibilidad, y relevancia de la investigación producida en Latinoamérica necesita entenderse como el resultado de procesos heterogéneos y desiguales, con muchas iniciativas exitosas, áreas de excelencia, y modelos efectivos e innovadores (la biblioteca digital de CLACSO, Latindex, la Referencia/Red CLARA, Redalyc y Scielo son buenos ejemplos); así como algunos proyectos fracasados, rigideces estructurales, multiplicación de esfuerzos editoriales que suelen responder a modelos de incentivos confusos que, en vez de fortalecer, fragilizan los sistemas de comunicación científica regionales.

Con todo, las revistas científicas editadas en la región han mostrado un impresionante crecimiento cuantitativo y cualitativo y, en su gran mayoría, recurren al Acceso Abierto (AA); lo que ha implicado que una parte importante esté disponible para que cualquier usuario pueda leer, imprimir y distribuir de manera gratuita los modelos y resultados de investigación.

Hasta ahora, el foco de las intervenciones del AA ha sido principalmente la creación de repositorios de investigación para el depósito de artículos de revistas y la utilización de plataformas en línea para publicar revistas. La adopción temprana y el uso extenso de este modelo por parte de la comunidad científica de la región ha representado avances significativos, y éste es un buen momento para proponer avances que permitan superar algunos de los obstáculos que están limitando no sólo la expansión del acceso; sino que, además, afectan la producción de investigación en los países de la región.

Uno de esos obstáculos es que, en términos cuantitativos, cuando nos referimos a producción científica latinoamericana hay que considerar que una parte importante de ella se publica fuera de la región, en revistas que no son de AA. La ironía es que los sistemas de promoción de la investigación suelen dar mayores ‘incentivos’ para publicar en revistas internacionales con mayor Factor de Impacto. La tendencia es que a mayor Factor de Impacto, más difícil es el acceso a esa publicación en términos de costos (muchas bibliotecas no pueden pagar la subscripción), e idioma (mayoritariamente en inglés). Esto implica que gran parte de la producción sobre temáticas relevantes para la región, y que ha sido pagada con fondos públicos, no es accesibles incluso dentro de la propia región.

Un segundo obstáculo radica en el tipo de producción que priorizan los sistemas de incentivos: los artículos de investigación, con lo cual se deja fuera una valiosa gama de documentos, libros, folletos informativos, notas periodísticas de divulgación, informes de investigación y múltiples formas de traducir a estilos más accesibles la producción nacional. Muchos de estos estudios investigan cuestiones de importancia nacional y regional.

Es imperativo revisar este modelo de incentivos, como acaba de señalar el investigador emérito de la UNAM, Ruy Pérez Tamayo, uno de los arquitectos del Sistema Nacional de investigación (SNI) de México:

El sistema de evaluación lo que aprecia es el número de publicaciones, el número de citas, el factor de impacto de la revista donde está publicado. Son puros números ¿quién habla de la calidad del proceso de investigación? nadie, y eso es una cosa que debemos modificar, pero sin acabar con el SNI, nada más hay que hacerlo bien.(referido en entrevista realizada por Elizabeth Ruiz Jaimes, Semanario Laisum 2013:17).

Hacerlo bien, es decir, modificar los sistemas de incentivos es una tarea importante que requiere múltiples debates, y que van llevar un tiempo considerable, aunque algunos indicios permiten asegurar que este proceso está en camino.1 Mientras eso sucede es posible recurrir a dos acciones que, a mi entender, aun cuando no sean suficientes, permitirán avanzar en la dirección correcta: La primera es establecer mandatos específicos y de simple implementación, para que quienes publiquen sus trabajos en revistas internacionales de acceso restringido hagan disponible una versión en un repositorio regional de Acceso Abierto. La segunda es incentivar la utilización de métricas alternativas a nivel de artículo y no de las revistas (AltMetrics);2 lo que permitiría expandir el foco de atención no sólo al conocimiento que circula en las publicaciones académicas, sino a todas las formas de distribución del conocimiento científico de la región.

El uso extensivo e intensivo del AA en Latinoamérica es resultado de un conjunto de tradiciones e innovaciones, notablemente potenciado por el uso de Internet, por las ventajas relativas que brinda el pequeño tamaño del mercado científico regional –que pareciera no ser demasiado atractivo para las grandes corporaciones que dominan el negocio de las publicaciones científicas, aunque esto esta cambiando– y la vocación pública de los investigadores/as que consideran un deber ético hacer accesibles sus trabajos, ya que fueron financiados con dinero público.

Además, es importante considerar la larga tradición de muchas universidades y centros de investigación de participar activamente de las luchas por la democratización de sus respectivas sociedades nacionales. Continuar recuperando lo mejor de esas tradiciones, avanzando en la revisión de los actuales modelos de incentivos a la investigación es una tarea urgente para ’Hacerlo bien’.

Fuente:http://insurgenciamagisterial.com/hacerlo-bien-acceso-visibilidad-e-impacto-de-la-investigacion-latinoamericana/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/11/uncuyo.-edu.jpg

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La reforma educativa se caracteriza por ser vertical y autoritaria.

Por: Isaac Torres Cruz.

Nuestros Científicos. El investigador del Colmex ha realizado análisis y críticas a las deficiencias de la reforma educativa, y si bien advierte que se encuentra contra las condenas de las que ha sido objeto todo el magisterio, tampoco se pueden defender algunas de sus acciones más deplorables

Desde hace décadas, Manuel Gil Antón ha sido uno de los investigadores en educación más notables, si bien por sus estudios en el área, también por su aguda y puntual opinión crítica sobre su entorno. La educación es un tema complicado en nuestro país, puesto que está intrínsecamente ligado a algunos de los problemas nacionales más importantes que ha arrastrado históricamente: pobreza, desigualdad y corrupción, entre otros.

Gil Antón es uno de los científicos sociales que han hecho visible esa intrincada acumulación de factores para explicar algunos de los rezagos y disfuncionalidades del sistema educativo. En el contexto actual, su opinión y voz se ha vuelto uno de los faros de sensatez en torno a las implicaciones de la reforma educativa emprendida por el gobierno federal, la cual derivó en un estallido social.

El investigador de El Colegio de México ha explicado públicamente las deficiencias, incongruencias e injusticias de la nueva reforma educativa, pero también condenado y desaprobado algunas de las prácticas más deplorables ejercidas por sectores del magisterio, como la venta de plazas y la corrupción con la que se ha manejado parte de su dirigencia.

En entrevista, Manuel Gil relata cómo ha sido su trabajo en la investigación y como puente entre gobierno y sociedad, donde siempre ha estado, en la parte tensa del problema. Explica que el trabajo de un investigador en educación busca fundamentalmente estudiar, con el mayor rigor posible, un fenómeno social en el área, elaborar una crítica a éste e involucrar la acción del Estado y los actores en él.

“En ocasiones se le pide al intelectual su opinión, aunque a su respuesta se le puede decir que ‘es muy fácil criticar, pero difícil edificar’, pero yo digo que no es así. La función de uno es hacer crítica de lo que no ha salido bien, pero también hacer visible lo contrario cuando hay resultados positivos, y de lo cual a veces se hace propaganda gubernamental”.

Pero esta crítica necesita fundamentos sólidos y mucha responsabilidad, principalmente cuando quienes pueden opinar tienen acceso a los medios de comunicación, como es el caso de Gil Antón, y así dotar de elementos para el análisis y dar a la opinión pública los mejores argumentos para entender un fenómeno social. “Porque los investigadores llevamos mucho tiempo escribiendo para el SNI (Sistema Nacional de Investigadores), comisiones dictaminadoras y no para la sociedad”.

Esto significa, añade, seriedad en los estudios y no sólo compartir sus hallazgos únicamente con colegas, sino también compartir algunas miradas críticas con la opinión pública. En este sentido, advierte, es indispensable hacer un análisis de la política, no de los políticos, para evitar la personalización. “Cuando se critica a la política educativa no es válido decir que por expresarse con ángulos críticos uno está a favor delstatus quo o de la venta de plazas… es una forma en la que el poder reduce la crítica para invalidarla”.

EN LA TENSIÓN. Pero se necesita matizar y también desechar la idea de que toda acción gubernamental es perniciosa, puesto que eso sólo lleva a un diálogo de sordos, dice. “Matizar, ese es nuestro trabajo: no todos los profesores en México son personas que trabajen con entrega, pero tampoco son todos una bola de gandules, hay de todo”. El egresado de instituciones como la UIA y Cinvestav, y ex investigador-profesor de la UAM, refiere que colegas suyos del Departamento de Investigación Educativa del Colmex han realizado trabajos de etnografía en el aula que demuestran cómo hay maestros extraordinarios a quienes la reforma educativa debió escuchar. “Pero no lo hizo, es una reforma desde lo alto y, algo que uno puede leer sobre este nuevo modelo educativo, es que el anterior era ‘vertical y autoritario’. Pero si esta reforma se caracteriza por algo es por ser vertical y autoritaria.

“Hay que decirlo, porque así como no puede profesionalizarse a nadie desde arriba, tampoco se  puede democratizar con la concesión de la autoridad, sino por medio de la organización de los profesores. A 36 años de dedicarme a esto —me considero más bien profesor que hace investigación—, me parece que nuestra responsabilidad es tratar de introducir en la opinión pública elementos que simplifiquen elementos de complejidad y hacérselos llegar, en ocasiones, a través de los medios de comunicación”.

Dentro de esa posición crítica, la opinión y análisis de especialistas como Gil fungen también como puente entre sociedad y gobierno, situación que para él significa permanecer en la tensión, en la encrucijada del problema. Eso significa adicionalmente no estar a favor de ninguna de las dos posiciones. En su caso, y para un sector del magisterio, su posición en el conflicto de la reforma educativa puede parecer muy tibia; “por otra parte, para cierto sector de gobierno puedo ser una especie obús”. Pero eso es muy interesante, acota, porque lo obliga a no ser el intelectual orgánico de ninguno de los bandos para tratar, desde la encrucijada, desde la tensión, no estar al su servicio. El objetivo es resistirse a las grandes seducciones del poder, por un lado, y a la seducción del protagonismo por el otro. Que las ideas sean más importantes que las personas, señala.

Ser un puente no es exactamente estar en medio del problema, sino mantenerse con máxima apertura a lo que tienen que decir ambos lados, porque los “en medios” puros no existen, nunca se está libre de valores para considerarse en medio. “Por ejemplo, ante el maltrato al magisterio, como un todo al que se le vilipendió y acusó, hasta con rasgos clasistas y racistas, no tengo duda, estoy en contra y a partir de un fundamento ético. Pero, ante las personas que dicen que los profesores son una bola de santos, también en contra. Eso es estar en la tensión, en la encrucijada”.

Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2016/986009.html

Imagen: http://www.cronica.com.mx/nimagenes/22/2016-09-24_10-09-47___2625.jpg

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