América del Sur/Venezuela/Abril del 2017/Clara González Koper
Repensando desde la construcción reflexiva de
Ángel Montesino y Mirna Sojo .
“Ha llegado el momento de ir a la búsqueda del Jagüey Personal
y ubicar donde confluyen los Jagüeyes, son Ustedes lo que habitan en el Circuito (3) una experiencia gratificante y maravillosa”.
Autora: Clara D. González
Desde mi territorio bendecido, bonito, cálido, de miles de colores, colmado de armonía, balanceado los aciertos y desaciertos, hoy me detengo a proponerme el maravilloso reto de ver como es el inicio de la construcción de un jagüey desde mi amado Territorio Diego Ibarra, territorio rico en cultura, en gente talentosa, trabajadora, y comprometida con la esencia de la Revolución Bolivariana, desde allí me atrevo a pensar: ¿Cómo quiero construir el Jagüey?, y es allí donde me revolotean las preguntas: ¿Mi jagüey es nuevo o tradicional?, ¿El Jagüey tiene imagen o no?, ¿Es útil iniciar el recorrido del jagüey, y donde confluyo con otros jagüeyes?.
Realmente la certeza que tengo es Jagüey es un sitio maravilloso, que cada cual tiene para en ocasiones sumergirse, refrescarse, renovarse y tener fuerzas para emprender el recorrido de cualquier camino, pero allí en el Jagüey personal es donde cada cual decide que necesita para construirlo, es por ello que en mi jagüey personal están estos elementos que son de vital importancia: La Tierra, para sembrar y cultivar lo esencial para nuestra patria, para nuestros territorios, para no perder jamás la sensación de sentir, de amar, de refundar cada idea, cada parte del ser humano mismo. El sol, para que desde mi jagüey la energía brille y este en consonancia con la energía del nuestro Padre Celestial, a él que le debemos tanto y que siempre nos acompaña, sí a el Dios Padre Omnipresente; y con esa energía maravillosa saber que cada meta que emprenda ahí estará él. El Agua, fuente permanente de vida, de fluidez y de encuentro para confluir en diversos caminos y recorridos. El Aire, para sofocar calores, temperamentos, para emprender el vaivén del pensamiento, para limpiar lo negativo y dar paso a lo positivo, para alejar depósitos superficiales, e inspiración misma para alzar las alas y levantar vuelo. El Fuego, para liberar, para propiciar la destrucción de los males del alma, del sufrimiento del mundo, del país, de nuestro territorios; que aquejan a algunos y volverlos cenizas; pero también para encender pasiones, para encausar emociones o tal vez para desenfrenar sentimientos que transforme el accionar del sujeto que se contextualiza ante el devenir de la historia, de los pueblos, de sus orígenes mismos.
Ahora bien, en los jagüeyes que confluyen se necesitan estos elementos: Humildad, para iniciar la unión de territorios, de cauces, al sumergirse juntos y confiados para descubrir profundidades jamás antes descubiertas, en donde hay que tener mucha sutileza y tener siempre los ojos abiertos, para mirar con cristales que no hieran a nadie, que permita ir de vez en cuando nos permita ir en contra la corriente, de lo tradicional, de lo hasta ahora puesto a la palestra; Convicción, para sentir que sí se puede, que ya no estamos más solo, que somos pueblos, que somos seres humanos sociales y de pensamiento latinoamericano, que el Caribe, que Latinoamérica vive en cada uno/a, que sí nuestros pueblos hermanos han enfrentados miles de batallas, entonces hermano/a ha llegado la hora que siendo jagüeyes, todas nuestras fuerzas se unan en contra de la opresión, del capitalismo y la destrucción de los pueblos. Amor, entender que los jagüeyes requieren amor porque desde cualquier trinchera u obstáculos, tendrán el valor que sólo da la fuerza del amor, porque cuando se ama lo que se hace, el amor te mueve, pero de manera positiva, jamás te llevara a hacerle daño a nadie, a no pasar por encima de nadie, a no traicionar el sentimiento, el amor instará a seguir adelante juntos, confiados y dispuestos a enfrentar cualquier variación del viento. Compartir, buscamos rutas en los jagüeyes para entrelazar las experiencias,
metas, destinos, espacios, culturas, haceres, saberes, entre otros. Estrategias, que ayuden a combatir el desmán hacia los pueblos, hacia los niños, las niñas, los y las jóvenes de la patria, hacia el hombre y la mujer que sufren en la adversidad que en la historia viva se sitúa en los continentes.
Resulta entonces, que la esencia del Jagüey y de los Jagüeyes, trasciende el efímero termino que hasta ahora ha tenido, es más que un término desde la fría geografía o historia, es entonces un reto verdadero para la refundación de los territorios para contribuir al avance verdadero de la refundación de la patria. Y nuevamente se posa en mi pensamiento y en mi sentir La Orquídea para ser sutil aroma, aroma de mujer venezolana, de mujer que huele a patria, a sabana, a café, a reverse hermoso; así como El Turpial que sube el árbol más árbol para que con su cantar recordarle al niño/a, que tiene hay alguien con quien contar; al joven que tiene alguien en quien confiar, al anciano y a los pueblos, que estamos dispuestos a luchar. El Araguaney para que con su florecer recuerde lo hermoso de tener tierra fértil, tierra amada, y también que con su florecer aleje todo ser malviviente que nos ataque.
Es evidente que, en nuestra búsqueda también así se ve y se siente la patria misma, pero ahora pensando en nuestro territorio Carabobo se visualiza el grandioso Arco de Campo Carabobo, que representan que cuando los jagüeyes de la patria se encontraron unidos y fuerte, luego de haber organizado estrategias, de haber recorridos grandes trayectos, demostraron que luchando se derrota al enemigo, que cada héroes de la Batalla de Carabobo, vive en cada uno(a) de nosotros(as); que El Camoruco necesita espacio y sombra para su crecimiento, y es allí donde también en los extremos del jagüey o de los jagüeyes se necesita el espacio de la sombra para reflexionar, organizar ideas, y emprender la marcha de las acciones; y donde en los alrededores del jagüey o de los jagüeyes crece en su esplendidas flores como La cayena, pero ese florecer no todas las flores son iguales, no todas son del mismo color, por lo que brota del suelo carabobeño, la gran diversas de flores de cayena; en donde el dulce trinar de El Tordito deleita a cada quien, y con su fuerza al volar 850 metros sobre el nivel del mar, para tener amplitud de pensamiento, diversidad de perspectivas, diversidad de espacios.
De ahí pues, que en nuestros jagüeyes en el territorio Diego Ibarra se iza La Bandera hace remembranza en la franja azul al Lago, a las cascadas, a las montañas, a los ríos que confluyen para formar el Río Mariara; así como nuestro querido Torreón de Mariara teniendo como referencia en el fondo el sol naciente de Carabobo, que significa que impregna la luz en cada rincón de un aguerrido pueblo que se levanta ante todas las adversidades, franja purpura representando la sangre derramada de nuestros patriotas en la gesta independista cercano a la Serranía de La Cabrera, y en donde el testigo es nuestro Fortín; franja verde que simboliza la grande de nuestra montaña y de nuestra producción agrícola. También nuestro Escudo que en su cuartel inferior envuelve el pasado de Mariara, en donde destaca la Chimenea del Trapiche llamado Torreón de Mariara y El Acueducto, al centro se ve un fondo azul celeste, la silueta estilizada de una garza blanca, que significa el nombre Mariara en el dialecto Arahuaco; a la derecha el Fortín de La Cabrera circundado por un halo rojo que simboliza la sangre de los soldados patriotas en la Guerra de Independencia; en el Cuartel superior, representa el presente y el futuro de la región o sea la riqueza del Lago, la agricultura y el potencial Industrial; en su parte superior aparece el Sol de Carabobo y en la parte inferior enmarcado con una cinta tricolor con dos fechas 30 de Junio de 1.959, fecha de la elevación del municipio y 13 de Agosto de 1.981 fecha de la elevación a Municipio Autónomo, en la barra horizontal que separa los dos Cuarteles tiene una fecha que destaca y es el 3 de Diciembre de 1.781, fecha de la fundación de Mariara; el Himno de Diego Ibarra baluarte escrito por Petra Ascanio, fundadora del Municipio.
Tanto es así, que ahora recorriendo mi camino me detengo en mi Circuito Educativo N° 03, ubicado en la Parroquia de Aguas Caliente de Mariara, en donde acompaño como Supervisora a los planteles educativos de diferentes modalidades tales como: Cecilia Mujica (Mujer inmolada por sus aportes en la lucha independentistas); Abdón Calderón (destacado y valiente militar de origen ecuatoriano que pelearía a favor del bando patriota independista); Dr. José María Vargas (Médico y Presidente de Venezuela de 1.835 – 1.839); Fernando Peñalver (Político, Estadista, Primer Gobernador de la Provincia de Carabobo); Cachiri (Nombre Indígena Masculino, Licor de yuca o batata fermentada que preparan algunos grupos indígenas del alto Amazonas y del Orinoco); Tequendama (Origen Indígena, que significa Guardián de la Aguas), 181 Aniversario Batalla de Carabobo (acciones militares de la Guerra de Independencia de Venezuela que se llevó a cabo en el Campo de Carabobo el 24 de junio de 1821) y El Deleite (Denominación que hacer referencia al asentamiento campesino en la Parroquia Aguas Caliente); me transfieren día a día su amor, y en cada encuentro tanto educativo como comunitario, resulta para mí una experiencia rica, es allí donde veo el inicio de mis jagüeyes, y sí Ustedes se preguntan: ¿Qué veo en ellos?, pues las respuestas serian infinitas, pero tratare de realizar un bosquejo para que compartan junto a mí, esta hermosa experiencia; pues veo gente con ganas de defender la educación gratuita, personas educadas y comprometidas a apoyarse mutuamente, veo también profesionales de la docencia con portentosas fortalezas, y mínimas debilidades; también observo comunidades que están dispuestas a ayudar en el ámbito educativo, siento que los epónimos de cada plantel imprimen las fuerzas y las ganas de ir en el avance asombroso de lo que es trabajar en el Circuito Educativo, que tiene como referencia la Circular 3013 del Ministerio del Poder Popular para la Educación, hoy por hoy observo pero no con mirada fría sino como observadora – participante de una visión que pasa de ser ministerial a una práctica pedagógica sublime e interesante.
Al dibujar y colorear lo que visualizo en el Circuito 3, de la Parroquia Mariara del Municipio Diego Ibarra, el lápiz se inclina de manera voluntaria a marcar cada trazo de cada calle, cada sector, cada plantel; pero resulta aún más fácil colorear las bondades de este sector, ya que posee talento humano tanto educativo como comunitario, dispuesto a resaltar la cultura, el deporte, la pintura, la talla, la artesanía, con los Pastores de Aguas Caliente, con la fuente natural de
agua denominada aguas termales, con suelos potenciales para el cultivo, la siembra y la agricultura urbana, con patios productivos que inician su camino hacia la economía comunal, con comunidades organizadas en 19 Consejo Comunales que transitan hacia la Construcción de La Comuna, Con Equipos Directivos y Personal Docente, Administrativo, Obrero y Cocineros(as) de La Patria, que aportan sus esfuerzos y sus ganas hacia la calidad educativa real, y superar la utopía de que la adversidades detienen algún proceso; cuán difícil resulta describir en breves palabras la cartografía humana que tiene nuestro Maravilloso y Querido Circuito 3, y que desde mi función como acompañante de un Circuito Educativo, resulta una experiencia colmada de riqueza espiritual, profesional y personal.
Siento que ha llegado la hora, de revisar hacia donde están ubicando los jagüeyes en cada territorio, pero también resulta interesante saber que la finalidad de los jagüeyes no tiene un objetivo meramente científico, geográfico o histórico, desde mi perspectiva encontrar jagüeyes en propiciar espacios para el debate de las ideas y el diseño de estrategias comunitarias, sociales y pedagógicas que requieren grandes esfuerzos para refundar la patria.
En el transitar del jagüey personal hacia el hacia el jagüey colectivo, se requiere adentrarse en el mundo del contexto, de las particularidades, de la riqueza de la Cultura, de los aspectos geo referenciales, en fin requiere ser un camino lleno de horizonte sublimes, de compromiso moral y mejor aún de enfrentar los tiempos en cada territorio, en cada estado, en cada país de los continentes Afrocaribeños y Latinoamericanos.
Es oportuno, que esta conversa ilustrada, desde mi sentir como maestra, como sujeto social, como activista política, comunitaria y educativa reside en una mirada que se detiene un poco al ver cuantos maestros y maestras se ha decidido en avanzar en las estrategias para que no se callen las voces de los pueblos, las voces de los(as) niños(as), de los y las jóvenes, de los adultos, de los desprotegidos, de los excluidos(as) que aún persisten, y que duelen tanto o más que cualquiera otra cosa; en donde se mezcla miles de sentimientos, en donde inminente surge: ¿Qué estamos haciendo los(as) maestros(as) del mundo, del país, de cada territorio?; es una pregunta que dejo para la reflexión de cada colectivo de maestros y maestras; pero también insisto en dejar la querella permanente de sólo debatir, se necesitar ir a las acciones, aprender a ejercer la escucha activa para las comunidades y sociedades, que durante siglo estuvieron sin voz, fueron invisibilizados por interés personales o particulares; en fin, desde mi practica como maestra sigo estando orienta a las familias, apoyando en situaciones críticas donde crecer niños, niñas, y jóvenes; ejerzo mi rol como promotora social y política, apoyando en las articulación de respuestas soberanas en las formas de organización social y educativa tales como Comités Locales de Alimentación y Producción (CLAP), Consejos Comunales, Unidad de Batalla Bolívar y Chávez (UBCH), Participando en la Construcción de la Comuna Legado “Bolívar y Chávez”, entre otros.
Por ello, al discernir en cada escenario educativo o comunitario escucho las inquietudes, verdades, miedos, incertidumbres de cada quién, pero si existe algo que me mantiene en pie es seguir dándole empuje desde la pedagogía del amor y del ejemplo, a la refundación de las ideas, a la refundación de cada territorio, en donde impulso y acciono como una maestra de corazón, en donde me conduele ver qué sucede hoy con maestros y maestras que algo o alguien les arranco el corazón, y los trastoco en seres que no sienten ni padecen, en profesionales simplistas que decidieron vender su esencia inicial, que decidieron ser títeres de un vil sentimiento como lo es la traición, decidieron ser el golpe fuerte y certero a una población vulnerable; e insisto qué paso con esos maestros y maestras; es que tal vez fue que su jagüey o jagüeyes se secaron, se resquebrajaron, o tristemente han muerto… pero ¿qué tipo de muerte se le has diagnosticado?, tal vez no aman lo que hacen, dejaron de creer en sí mismo, algunos se corrompieron u otros los adormecieron…
Creo firmemente, en que no solo basta la búsqueda de los jagüeyes que están dispuestos a juntarse o unirse, sino también hace falta buscar a los que se secaron, que sucedió en ellos, que pasaran con ese espacio vacío, que hacer para volver a encontrarlos o tal como no sucumbir antes ellos. Es así sólo así donde se transcenderá en la historia y tal vez en la vida de todos(as) aquellos(as) que están como viajeros andantes o como viajeros perdidos en un mundo, en un territorio, que requiere más esencia humana y menos podredumbre de alma, de espíritu…
Tan sólo sé, que me espera un recorrido largo, o tal vez mediano o corto para ir encontrando jagüeyes que entiendan lo que soy, lo que tengo en esencia humana, que comprendan mis características muy propias, pero que siempre estoy dispuesta a unir fuerzas, acciones, esfuerzos, y no sucumbir ante nada ni nadie, que intente nuevamente callar lo que pienso, lo que siento y lo que vivo. ¡Adelante sigo! al encuentro de otros jagüeyes, voy en ocasiones como el agua, algunas veces con la fuerza del viento y otras veces como la potencia de Venezuela en mi sangre, con la imagen significativa de Bolívar, Chávez y Maduro para siempre, de Carabobo pueblo insurgente ante cualquier tirano que intente dominarnos, con la estirpe indómita de Diego Ibarra, Primer Edecán de Bolívar, pueblo que es la luz del eje Oriental; y es de allí de donde provengo, son esas mis raíces, son ese el primer encuentro que hago al encontrarme con otros jagüeyes.
Así es: ¡Soy mujer!, hija, esposa, madre, maestra, soy pueblo, soy historia, soy lucha y victoria, soy y seres siempre maestra que trasciende el aula, que trasciende vidas, que trasciende comunidades, activista política desde la esencia revolucionaria, pero mejor aun orgullosamente de ser Venezolana, Carabobeña, Mariareña, Ibarrense, soy así …
Voy a emprender mi viaje hacia los jagüeyes, voy cargada de emociones, voy con el morral de Chávez, voy con la fuerza indómita de los patriotas, voy al encuentro con otros, voy con el alma despierta, voy con el corazón y el amor dispuesto; pero voy también dispuesta a ser parte de la historia viva de mi territorio, a enaltecer cada idea de otros que genere la suprema felicidad, ¡Ahí voy, pues!, con el sentir del Alma Llanera, de la estirpe valiosa de mis antepasados, ahí voy pues segura de encontrarle a Ustedes reflejando en los jagüeyes.
“Desde mi jagüey en el Territorio Diego Ibarra, ahí los espero hoy, mañana y siempre; pero de no encontrar fuerzas, aunque vengan tormentas y vientos fuertes avísenme yo iré por Ustedes para fluir juntos,”.
Clara D. González Koper.
Fuente :
Enviado por la autora a Editores OVE.
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