Quienes educamos tenemos la obligación ética y moral de apoyar la paz

América del Sur/Colombia/28 de Agosto de 2016/Autor: Ángel Pérez Martínez/Fuente: Dinero.com

La federación Colombiana de Educadores, FECODE, decidió esta semana apoyar la campaña por el sí en el plebiscito por la paz. Este es un hecho propio de quienes trabajamos en educación y entendemos que la búsqueda de la paz debe ser un acto razonado propio de la condición y el desarrollo humanos. La FECODE es un sindicato que representa a 327.000 docentes oficiales y del cual han hecho parte más de 137.000 docentes que están pensionados. Aclaro no soy miembro de FECODE, y no siempre comparto sus posiciones con respecto a la educación, aunque considero justas la mayoría de sus reivindicaciones.

La decisión de la FECODE con respecto al plebiscito es la esperada, nadie puede tan siquiera imaginar a un buen maestro promoviendo la guerra, el combate, el odio o el irrespeto al otro.  Por el contrario, es a través de la educación que se pueden producir o fortalecer valores, romper paradigmas y desvirtuar de manera razonada ideologías que hagan daño a lo humano y a la convivencia pacífica. Las armas naturales de la educación son el conocimiento y un sentido crítico razonado frente a la realidad social y las conductas humanas que es en esencia lo que nos ha permitido avanzar en los ideales de libertad, justicia, inclusión, equidad y cuidado del medio ambiente. La educación tiene entre sus deberes ayudar a construir una sociedad donde valga la pena vivir.

Sostiene Julián de Zubiría que la “educación básica debe estar concentrada en desarrollar tres esenciales competencias transversales: pensar, comunicarse y convivir”, es decir, crear la capacidad de razonar en el ser humano que se expresa mediante la argumentación y los juicios sobre la realidad (razón teórica) o sobre las conductas (razón práctica). En la medida que progresa la vida humana y el conocimiento avanza razonar será una acción cada vez más compleja, pero bella a la vez. Por ello, en la medida que el conocimiento prospera y profundiza sobre cualquier tema, la educación de calidad como derecho fundamental resulta vital para asegurar la participación de las personas de manera razonada en la vida social, policía, económica y cultural de los ciudadanos. Eso sí, acepto, como sostenía Kant, que no todo es razón, recordemos que junto a la razón él determinó además a la sensibilidad y el entendimiento para definir desde estos 3 pilares lo cognoscitivo.

Al respecto, el Filósofo Estanislao Zuleta sostenía que según Kant son 3 las exigencias racionales (los lectores podrán apreciar que están vinculadas de manera estrecha con la formación y la educación). La primera, pensar por sí mismo, o la exigencia de renunciar a una mentalidad pasiva que recibe verdades de alguna autoridad, tradición o prejuicio, sin someterlas a su propia elaboración (critica razonada); La segunda, ser capaz de ubicarse en el punto de vista del otro, es decir, ser capaz, aún manteniendo el propio punto de vista, de entrar en diálogo con otras opiniones y posturas.; y la tercera, llevar las verdades hasta sus últimas consecuencias, es decir, tener la capacidad de aceptar que nos hemos equivocados cuando los resultados de nuestra investigación nos hacen ver que no estamos en lo correcto.

Es en este sentido que la educación debe abordar y razonar sobre la paz. Luego, lo que hay que enseñar y aprender no es el resultado final de los acuerdos de la Habana, que son importantes pero no definitivos para la paz; lo que se requiere enseñar y aprender es ¿por qué y cómo llegamos a la guerra?, y  ¿cuáles han sido las consecuencias de la guerra?, así como plantear la discusión de cuáles son las posibilidades de superar esas consecuencias como sociedad a través de una vida personal y social que permita la convivencia y la construcción del mejor camino posible hacía la paz, como ideal, no hay paz perfecta.

También hay que enseñar y aprender cuál ha sido el desarrollo y las luchas de la humanidad para conquistar la libertad, la justicia, la paz, y otros valores en diferentes momentos y contextos históricos. Seguramente ninguno de esos procesos ha sido perfecto, pero existe evidencia que otras sociedades han logrado alcanzar estos valores en mayor medida. Colombia hoy requiere de sus maestros una educación que sea capaz de suscitar el deseo y la necesidad de aprender sobre la paz, no la de ahora, la de siempre.

La decisión con respecto al plebiscito de una persona debería ser razonada, basada en la capacidad de evaluar los pros y los contras que conllevan los acuerdos de la Habana. No hay que tener miedo; al final el uso de la razón humana nos conducirá a la paz. La educación debe ayudar a pensar con sentido crítico en la necesidad de encontrar el camino más idóneo para conseguir la paz, con menos muertes, menos daños colaterales y menos tragedia para la sociedad. La educación debe coadyuvar a que nosotros como pueblo aprendamos a valorar la paz. Entre mayor valor le demos, mayor será el deseo de obtenerla. A partir del documento de Kant sobre la Paz Perpetua pregunto: ¿si mantener más de un ejército es o no una incesante amenaza a la guerra y la confrontación?; así mismo, ¿cuántos hombres más debemos tener pagos cuyo destino ha sido morir o matar en esta guerra interna que ya cumplió más de 60 años?, razonemos.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/quienes-educamos-tenemos-la-obligacion-etica-de-apoyar-la-paz-angel-perez/231236

Fuente de la imagen: http://contraluzcucuta.co/articulos/opinion-es-necesaria-una-educacion-para-la-paz/

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La economía moral de las pequeñas cosas

Blanca Heredia

Hace algunas semanas, mientras daba un paseo en una pequeña embarcación turística cerca de La Paz, Baja California, me tocó presenciar lo siguiente. Flotaba, sola, una lancha de hule del tipo Zodiac en medio de la bahía. Era claro que sus dueños la habían perdido.

El conductor y el guía de la lancha de motor en la que yo iba la avistaron y, de inmediato, se lanzaron por ella. Tras dar un rodeo, el conductor pescó la Zodiac y la subió a la embarcación en la que viajábamos. Poco después, otro barquito se nos acercó y sus tripulantes les informaron a nuestro conductor y a nuestro guía que el yate propietario de la Zodiac ya venía de regreso por su lanchita de hule.

Llegó hasta nosotros el yate de lujo y los encargados de nuestra embarcación procedieron a entregarles, sin demasiada alegría, la Zodiac a sus propietarios. Los tripulantes del yate, un grupo de hombres de altos recursos, dieron secamente las gracias y se alejaron.

Justo entonces ocurrió lo que tanto me ha dejado pensando. Una de las jovencitas que iba entre los turistas de nuestra lancha, exclamó: “ni para un six nos dieron…”. Se trataba de una joven de clase media-media de una ciudad del interior del país. El guía y otros de los turistas de nuestra embarcación aplaudieron el comentario y se arrancaron con una larga retahíla de airados reclamos. Todas las quejas tenían que ver con lo mismo: el que los dueños de la Zodiac no hubiesen aportado alguna compensación por la devolución de esta.

¿Es justo esperar o solicitar compensación por devolverle al dueño de algo la cosa “encontrada”? ¿Merece el hecho de regresarle a su dueño, más allá de su condición social, un objeto perdido de su propiedad una “propina” o un “regalito”? A mí no me lo parece, en absoluto, pero, dentro de aquel grupo, yo estaba en una muy franca minoría.

La indignación frente a la falta de pago por devolverle a sus dueños la Zodiac me resultó profundamente chocante y, en muchos sentidos, incomprensible. ¿Desde cuál universo moral resulta legítimo exigir compensación por hacer lo correcto? ¿Qué argumentos, razones o sentimientos pueden explicar el que alguien considere merecer una recompensa por llevar a cabo un acto de urbanidad y civilidad elemental? ¿Qué tipo de normas de referencia y de condiciones sociales explican este tipo de conductas y de expectativas?

Fuera del conductor de la embarcación, el resto del grupo, incluyendo al guía (de ojos claros, licenciatura en Biología Marina y procedente de la Ciudad de México) eran personas de clase media típica. Había un par de comerciantes, dos maestras, un funcionario público medio, algunos de quienes viajaban con sus hijos o nietos adolescentes. Mexicanos comunes y corrientes de los que hay millones en el país. Esos de cuya existencia, los que hablan y escriben del “país de clase media” se sienten tan satisfechos y esperanzados.

Pudiera tratarse de casos raros; de gente común, pero atípica en su hechumbre moral. Me temo, sin embargo, que no sea este el caso. 

Parte de lo que me resultó tan chocante del incidente, tiene que ver no sólo con el hecho en sí, sino con que me recordó muchas situaciones parecidas. En suma, lo chocante del hecho mismo, amplificado por ser parte de un patrón penosamente recurrente.

Un patrón hecho de mexicanos que no se reconocen entre sí como semejantes, igualmente dignos de respeto y consideración. Una trama en la que, por lo mismo, los individuos no se sienten vinculadas ni obligadas por referentes normativos y asideros valorativos comunes. Un páramo sin orientaciones y sentidos morales compartidos en el que, fuera de las interacciones con los más cercanos, prevalece un círculo vicioso de agandalle y resentimiento sin fin.

El tejido moral roto de una sociedad rota por tanta injusticia, tanta desigualdad y tanta simulación. Y dentro de esa trama, una clase media, cuyos integrantes, lejos de ser posibilidad de una realidad social más habitable y posibilitadora, acaban, en muchos casos, siendo espejo deformado de los mirreyes de los yates de lujo que ni siquiera los ven.

Quizá hubiera bastado un gesto amable, una sonrisa, un mirar a los ojos por parte de los mirreyes del super yate. Quizá ello hubiera sido suficiente para que hacer lo correcto no derivara en reclamo por no haber recibido compensación material por ello. Quizá vernos y reconocernos como igualmente humanos y dignos serviría para empezar a reconstruirnos

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/la-economia-moral-de-las-pequenas-cosas.html

Fuente de la imagen:http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main//files/crop/uploads/2016/08/02/57a15a0758a84.r_1470192156411.0-1-573-380.jpg

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Nigería: La increíble historia del profesor australiano convertido en negociador con el temible Boko Haram

Decenas de militantes del grupo extremista Boko Haram, que durante años ha azotado violentamente Nigeria, había llegado a su escuela en la ciudad de Chibok, al noreste del país y se las había llevado en varios camiones.

«Cinco días, seis días, una semana… nadie las vio. Sólo desparecieron», le dice Stephen Davis al programa Outlook de la BBC.

«Veíamos noche tras noche y no podíamos creer que no hubiera nada que no se pudiera hacer para conseguir que las niñas regresaran a sus casas», agrega.

Y mientras pasaban los días sin noticias de las menores y crecían las campañas internacionales pidiendo su regreso, el australiano sentía impotencia de quedarse con los brazos cruzados.

Niñas de ChibokImage copyrightAFP GETTY
Image captionLas 276 niñas fueron secuestras en abril de 2014.

Así que decidió montarse en un avión y viajar más de 11.000 kilómetros hasta Nigeria, para intentar negociar su liberación con el grupo que según cifras de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, en 2014 dejó 6.644 personas muertas.

Pero ¿por qué él? ¿qué podía hacer un antiguo profesor de remotas comunidades aborígenes para rescatar dos centenares de niñas africanas de manos de uno de los más sanguinarios grupos extremistas del mundo?

Esta es su historia.

Profesor en una remota isla

Davis estaba por los 20 años cuando vio un aviso en un periódico local buscando personas que quisieran viajar al norte de Australia a enseñar a las comunidades aborígenes.

Había sido testigo en Sídney de la discriminación y el maltrato que sufrían los indígenas por parte de los australianos blancos y decidió que su destino estaba en ayudar a aliviar este tipo de injusticias.

Amina Ali NkekiImage copyrightREUTERS
Image captionAmina Ali Nkeki, la única niña de Chibok, rescatada hasta la fecha, fue llevada a conocer el presidente Muhammadu Buhari quien aseguró que se encargará de que continúe su educación.

Durante más de dos años vivió en compañía de su esposa, Julie Davis, en la remota isla Milingimbi, donde aprendió la lengua aborigen, las costumbres y se convirtió en mediador de problemas entre vecinos.

«Muchas tribus venían con sus conflictos. Al final me volví un facilitador natural para las comunidades del norte», afirma Davis.

La confianza que los aborígenes tenían en él y la necesidad urgente del gobierno de comunicarse con ellos hicieron de Davis un personaje instrumental en la aplicación de la recién aprobada Ley de derechos de tierra y mar, en los años 70.

Davis saltó de ser un maestro en una remota isla llena de cocodrilos, donde los indígenas cazaban y pescaban para vivir, a asesor del ministro de gobierno en el norte de Australia como mediador de la difícil lucha por los derechos de la tierra y el mar que vivió el país durante décadas.

La tregua del petróleo en Nigeria

A principio de la década del 2000, Davis había publicado algunos artículos y era reconocido por su carrera como conciliador con las comunidades.

Llegó con su esposa a vivir en Delta del Níger, en Nigeria, contratado por la compañía de petróleos Shell para mejorar las relaciones con las comunidades locales.

Boko HaramImage copyrightBOKO HARAM VIDEO
Image captionBoko Haram ha sembrado el terror durante los últimos años en Nigeria, Camerún, Chad y Niger.

La región, rica en crudo, vivía una ola de violencia constante por parte del grupo rebelde Fuerzas Voluntarias de los Pueblos del Delta, liderado por Mujahid Dokubo Asari, que le exigía al gobierno del presidente Olusegun Obasanjo, control sobre el delta.

«Era una época difícil, no podíamos salir del campamento, la gente era violenta contra Shell, era parte de la rutina diaria», cuenta Davis.

«Decidí hacer contacto con los rebeldes porque era muy claro que todo el mundo estaba en conflicto», relata.

Para reunirse con Asari el australiano tuvo que pasar varios filtros.

«Manejamos hasta una ciudad. Allí, alguien nos metió en un carro, luego saltamos a un taxi y durante tres o cuatro horas, hasta que nos metieron en un carro en el que había tres comandantes con algunos AK 47 sobre sus piernas».

Los rebeldes estaban dispuestos a rendirse pero temían que los mataran. Davis se comprometió a negociar con el presidente para que lograran un acuerdo.

Chibok GirlsImage copyrightCNN

«Viajé a Abuja, vi al presidente que me dijo que si ellos querían rendirse lo aceptaría».

El 30 de septiembre de 2004 el mediador espontáneo de la paz en Nigeria regresó al palacio presidencial con Asari y otros líderes rebeldes.

Al siguiente día el cese el fuego fue anunciado por el presidente de Nigeria, con Asari a su lado.

«El presidente estaba contento, el país celebraba la paz y Julie y yo nos montamos en un avión nos fuimos a Londres».

Negociar con Boko Haram

En 2006, Davis fue contratado por el gobierno de Nigeria como un asesor independiente.

Su primera misión fue viajar al norte del país para investigar a un nuevo grupo rebelde que había surgido, que se creía que tenía vínculos con el también grupo radical Al Qaeda.

«Mientras íbamos de pueblo en pueblo aparecía gente que quería conocerme y agradecerme por haber salvado la vida de Asari, en 2004, que era un líder musulmán», dice Davis.

«Ahí empecé a construir la confianza con esta gente. Con la base de que cuando llegara el momento, esta relación tendría valor».

Niña Image copyrightAFP
Image captionStaphen Davis asegura que todas las niñas y mujeres secuestradas por Boko Haram con las que ha hablado, dicen haber sido violadas por militantes del grupo.

Ese día llegó en abril de 2014 cuando militantes de Boko Haram entraron en la escuela en Chibok y se llevaron más de 200 niñas.

«Gesto de buena voluntad»

Cuando vio la noticia en 2014 Davis estaba en Perth recuperándose de un cáncer.

«Después de dos semanas ya era ridículo. Se habían necesitado entre 80 y 100 vehículos, incluidos camiones y más de 400 hombres y era milagros que no hubiera registros ni nadie los hubiera visto», señala.

«El mundo había cambiado. Antes yo tenía que ir hasta allá para enfrentar a los rebeldes, pero 10 años después, con los celulares, ahora podía llamar a algunos rebeldes de Boko Haram y preguntarles quién tenía a las niñas».

Después de tres llamadas sin respuesta, decidió volver a Nigeria. Fue una decisión automática, asegura.

«Fui a ver al presidente para dejarle saber mis planes», explica.

Chibok GirlsImage copyrightGETTY

El presidente arregló su viaje en un avión militar y le dio un pase para poder atravesar los bloqueos de las carreteras.

Davis se reunió con los militantes del grupo que tenían varias de las niñas enfermas, incluso sabía que tres habían muerto.

«Les dije ‘yo me llevo a las niñas enfermas y ustedes lo anuncian como un gesto de buena voluntad para abrir un diálogo con el gobierno’, y ese fue el trato».

Los rebeldes se comprometieron a enviar 60 niñas enfermas a una población y llamar a Davis a informarle su ubicación. Pero otro grupo se adelantó y se llevó las niñas 15 minutos antes de que pudieran llegar.

Fue una gran frustración para Davis, las niñas fueron capturadas por otro grupo que, según él, terminó regresándoselas después a Boko Haram.

Las niñas que «lograron escapar»

En octubre de ese mismo año, la noticia del regreso de tres de las niñas secuestradas en Chibok le dio la vuelta al mundo.

Habían pasado seis meses desde su desaparición y era la primera vez que se sabía algo sobre su paradero.

De acuerdo a la información publicada en varios medios -incluida la BBC- las niñas saltaron de un camión en que eran transportadas por Boko Haram.

Aunque no existe confirmación del gobierno nigeriano, de acuerdo a la versión de Davis, el regreso de las niñas -que él dice que son cuatro en lugar de tres-, resultó de una negociación posterior que él hizo con un joven militante de Boko Haram cuando se frustró el rescate de las 60 niñas enfermas.

El hombre había sido reclutado por el grupo a la fuerza y, según la historia de Davis, fue asesinado después de facilitar el escape de las niñas.

Boko Haram
Image captionBoko Haram es el responsable de varios atentados en Nigeria, Camerún, Chad y Níger.

Hasta la fecha, la primera confirmación oficial que se tiene del rescate de una niña secuestrada en Chibok ocurrió la semana pasada, con el regreso de Amina Ali Nkeki, que hoy tiene 19 años, y que llegó con una bebé de cuatro meses que tuvo en cautiverio.

Su supuesto esposo también llegó con ella.

Cambiar la estrategia

Davis dejó el país sintiendo que no había sido útil realmente y replanteándose la estrategia.

«Si nos entregan 30 niñas, Boko Haram terminará secuestrando 100 más. Lo que hay que lograr es que se rindan», dice Davis.

Según dice han logrado algunos avances, pero el mayor temor de los rebeldes es ser ejecutados apenas entreguen las armas.

«Yo no sé ya cómo negociar con estos tipos. Uno intenta y confía en lo que se supone que debe pasar del otro lado. He aprendido que llevar mi punto de vista occidental y botarlo en África subsahariana no funciona», reconoce.

«No puedo decir cuál es la solución o el castigo, sólo puedo tratar de llevar paz y reconciliación, pero todo es muy poco familiar para nosotros. No dejo de pensar en una salida».

Tomado de: http://www.bbc.com/mundo/internacional/2016/05/160524_internacional_nigeria_negociador_australiano_stephen_davis_boko_haram_ng

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Venezuela: AN aprobó en primera discusión crear la cátedra de la paz en instituciones educativas

Venezuela/ 13 de Mayyo de 2016/Entorno Inteligente

La Asamblea Nacional aprobó en primera discusión, el proyecto de ley por medio de la cual se establece la Cátedra de la Paz en todas las Instituciones Educativas del País, con la finalidad de desarrollar una educación hacia la paz y la convivencia.

Nota de prensa AN

El diputado por el Zulia Freddy Paz inició el debate manifestando que este proyecto legal tiene  como objetivo crear y consolidar un espacio para el aprendizaje la reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz, que contribuya a la convivencia con respeto, fundamentado en el artículo 20 del pacto internacional de derechos civiles y políticos.

«Las Instituciones educativas del país ya no pueden dedicarse exclusivamente a lo  clásico en términos misionales, hay que preocuparse e involucrase en las problemáticas emergentes de la sociedad. Este es un proyecto legal que responde al deseo ardiente de cuantos anhelamos la paz y soñamos con un mundo donde hombres y mujeres puedan vivir como hermanos y no como adversarios o enemigos»

Afirmó que para conseguir la paz  se necesita más valor que para hacer la guerra, para decir si al encuentro y no al enfrentamiento, al diálogo y no a la violencia. «Si a la negoción, no a la hostilidad.  Si al respeto de los pactos y no a las provocaciones. Si a la sinceridad y no a la doble cara».

Sostiene el diputado Paz, que la Educación para la paz tiene como tarea enseñar desde la infancia con una visión integradora y transformadora de la realidad. Buscar en los seres humanos la puesta en práctica de valores de libertad, igualdad, justicia, aprobados por la Asamblea General de la ONU, el 6 de octubre de 1999.

«Venezuela está agotada del discurso de confrontación, insultos y amenazas. Los ciudadanos quieren soluciones a sus problemas, no una cháchara llena de violencia que nada aporta a la tranquilidad, al progreso y la paz del país. Necesitamos superar las dificultades. Sustituyamos el insulto por las ideas. Venezuela necesita superar la violencia por la convivencia, necesita un Estado que haga efectivo el imperio de la ley y no a la complicidad con delincuentes. Ese es un desafío para todos los venezolanos de bien».

Agregó que mientras «más oscura se pone la noche, más próximo está el amanecer», que la crisis que tenemos, está señalando la gran oportunidad para impulsar el amanecer del cambio que Venezuela reclama y el compromiso de todos los que creen en un país, libre, solidario, unido y de progreso, dispuestos a superar las dificultades.

«Cuando empiece a brillar la luz de la nueva Venezuela, liberen a los presos políticos, regresen al país los exiliados podamos decir con alegría «la noche quedó atrás», como en la obra de Jan Valtin».

Finalmente recordó que el artículo 3 de la Constitución de la República establece  que  el Estado tiene la obligación de construir una sociedad justa y amante de la Paz.  En ese momento lanzó una paloma blanca en el hemiciclo en símbolo de paz.

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8395490/Luis-Oberto–VENEZUELA-AN-aproboacute;-en-primera-discusioacute;n-crear-la-caacute;tedra-de-la-paz-en-instituciones-educativas-12052016

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