Anoche soñé

 Anoche soñé

Luis Bonilla Molina

Anoche soñé que vivíamos en un país en el que habíamos decidido retomar la lucha por un socialismo anti capitalista, dejado a un lado la palabra socialismo como comodín y significante vacío.

Anoche soñé que estábamos de fiesta porque se habían abierto las compuertas del pensamiento crítico y ya nunca más la “fe política” sería la vara para medir el compromiso con el proceso político revolucionario.

Anoche soñé que entendíamos que la única forma posible de derrotar al bloqueo era (y es) con medidas anticapitalistas; que se tomaban medidas de expropiación de aquellos capitales superiores a lo que pueda ahorrar un trabajador.

Anoche soñé que suspendíamos el pago de la deuda externa por inmoral y poníamos en marcha procesos de auditoria ciudadana de la deuda.

Anoche soñé que, imitando a Bolívar en su decreto a muerte, se liberaban a todos los obreros presos, independientemente de su causa, porque se reconocía que ser obrero en una sociedad socialista implicaba plenitud de derechos para quienes vivimos del trabajo, sin condicionantes para la vida y libertad con dignidad; en contraposición, todo burgués que ganara más de 30% de lo invertido, recibía el látigo de la Ley.

Anoche soñé que no se cerraba ningún medio de comunicación, ni era necesario detener a ningún opinador opositor; soñé que entendíamos que la estrategia es educar con pensamiento crítico al pueblo, para que éste sepa pararse críticamente ante las opiniones adversas, pero también ante las mentiras de cualquier burócrata.

Anoche soñé que había elecciones para el parlamento y que los partidos de izquierda habían escuchado al pueblo y ningún candidato que ya hubiese sido parlamentario repetía en lista alguna y, que los candidatos del proceso revolucionario eran electos desde las bases.

Anoche soñé que todos los dirigentes nacionales de los partidos políticos de izquierda habían decidido ir a vivir en las comunidades más pobres, para subsistir en las condiciones de calamidad en las que ellos  lo hacen y, así poder dar inicio a un nuevo ciclo del proceso Bolivariano.

Anoche soñé que nuestra coherencia animaba al pueblo a denunciar a una sola voz el bloqueo criminal norteamericano.

Anoche soñé que los generales Chavistas decidían ir a vivir con sus familias y despachar desde los barrios humildes, para ser coherentes con el principio de guerra popular y, a partir de ello construir con el pueblo una real estrategia de resistencia anti imperialista.

Anoche soñé que se convocaba a todos los que habían sido ministros para que mostraran su compromiso dirigiendo una empresa comunitario o fábrica en recuperación, sin otro salario que el de los obreros que allí trabajan.

Anoche soñé que se tumbaba el negocio privado del aborto y que con todos los colectivos feministas se aprobaba una ley de legalización de la interrupción del embarazo no deseado.

Anoche soñé que los padres salíamos orgullosos a acompañar a los hijos de todas las familias que defienden el derecho a escoger la preferencia sexual que mejor les parezca.

Anoche soñé que de todas las universidades salían columnas de estudiantes y profesores, cantando felices porque iban a defender la amazonia de la depredación y la cultura extractivista.

Anoche soñé que se cobraba un impuesto a las trasnacionales presentes en el país para invertir en ciencia y tecnología y romper con la dependencia.

Anoche soñé que el Estado asumía el monopolio de las importaciones y se protegía la producción comunal, campesina, popular y comunitaria.

Anoche soñé que las familias se volvían juntar, que regresaban al país, por todos los caminos, los hijo, hijas e hijes de la patria que se han marchado. Que el suelo de los llano, montañas y de todos los territorios se teñía del tricolor patrio.

Anoche soñé que en cada barrio se montaba una radio, una televisión, una red de comunicación digital popular para enfrentar al capitalismo y las burocracias.

Anoche soñé que miles de policías se negaban a castigar la pobreza y se unían con el pueblo humilde en un nuevo ejército revolucionario del pueblo.

Anoche soñé que los maestros, maestras y profes tenían un sueldo digno y condiciones materiales de vida para poder ejercer su labor de intelectuales orgánicos.

Anoche soñé que los médicos, enfermeras y personal de salud tenían los mejores sueldos y no había clínicas privadas, que toda la salud era pública.

Anoche soñé que los salarios de los trabajadores mostraban que el mundo del trabajo le gana la pelea al del capital.

Anoche soñé que Venezuela lideraba la denuncia mundial, respecto a que la nueva privatización educativa se centra en transferir a las familias, docentes y estudiantes la responsabilidad de garantizar las condiciones mínimas de aprendizaje, porque en el marco de la pandemia en todo el mundo son las familias, estudiantes y docentes quienes están pagando el costo de estudiar, cancelando el internet y comprando computadores. Se está produciendo una brutal neo privatización educativa y soñé que Venezuela lideraba una contra ofensiva en ese sentido.

Anoche soñé que en mi país estábamos en elecciones y que las ideas para mejorar la situación económica de la población, emergían e invadían los territorios desde el poder comunal y popular, y que el anticapitalismo era el discurso que se privilegiaba.

Anoche soñé que seguía soñando, pero que mis sueños comenzaban a enlazarse al de miles de venezolanos que no quieren capitalismo, que están contra el bloqueo, que detestan a la burocracia ineficiente, que quieren socialismo anticapitalista.  Soñé que cada uno añadías su sueño y construíamos el sueño colectivo.

Autor: Luis Bonilla Molina

Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2020/07/20/anoche-sone/

Comparte este contenido: