Reforma eléctrica en México: breve mirada al contexto educativo

Por: Karen Campos Rodríguez

Históricamente, desde que la humanidad comenzó a relacionarse a través de fuerzas producivas, las clases sociales significaron un obstáculo para quienes no pertenecían a los grupos privilegiados de los porderes económico, político, comercial, cultural y educativo.

Con la reinvención del liberalismo clásico, el neoliberalismo, cuya expansión cobró mayor auge con la caída del muro de Berlin, significó el predominio de un sistema que marcó la brecha de la desigualdad social y la falta de oportunidades para los grupos más vulnerables hasta nuestros días.

En el neoliberalismo, los seres humanos representan sólo números en las estadísticas del escenario global, es por eso que la educación dejó de ser relevante como un derecho por medio del cual las sociedades a tráves del conocimiento transformen la realidad de sus contextos, sino que su valor está orientado a la incorporación del mercado laboral y a los procesos de producción, cuyo objetivo es incentivar los flujos de capital financiero a través del abaratamiento y menosprecio a la educación pública como mortor principal para el desarrollo de una nación. El corporativismo educativo y la tecnocratización del mismo, sólo han invisibilizado y precarizado las graves problemáticas que acontecen en el sector educativo.

El neoliberalismo transforma casi todo en mercancía, incluyendo a los seres humanos y capitalizando los servicios básicos de una sociedad, mismos que consituyen un derecho para cualquier persona, en este caso, el sector educativo y energético tienen una relación estrecha en el acontecer de nacional.

Desde que el neoliberalimo tuvo sus inicios en México durante la gestión presidencial de Miguel de la Madrid, la iniciativa privada tomó las riendas de las actividades económicas, sin embargo, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el proyecto neoliberal avanzó dramáticamente con el remate de empresas paraestatales que significaron la pérdida de una parte importante de nuestra soberanía nacional a través de la privatización de la economía y la restricción de gastos estatales destinados a seguridad social, vivienda, servicios públicos y educación. Sin embargo,  para que lo anteriormente expuesto se materializara, desde aquél momento histórico hasta nuestros días, se han emprendido campañas de desinformación mediática, cuyo objetivo es convencer a la sociedad de que México será  potencia mundial a través de reformas estructurales amañadas, tanto constitucionalmente, en las leyes secundarias y las instituciones, sin embargo, a través de los años, el impacto de los discursos  han sido catastróficos, desencadenando crisis económicas, dependencia de recursos del exterior, desempleo, concentración de la riqueza en una pequeña cúpula de empresarios favorecidos por las negociaciones en los distintos sectores de la economía, desigualdad de condiciones en el comercio internacional (TLCAN, hoy T-MEC), así como, el crecimiento del número de pobres y en pobreza extrema de nuestra nación.

Retrocediendo en el tiempo, considero importante destacar que la Revolución Industrial marcó significativamente el contexto internacional, ya que el desarrollo tecnológico ha traído grandes avances, pero a su vez graves consecuencias que han atentado contra los derechos, las garantías individuales universales y la dignidad de los grupos sociales con mayor vulnerabilidad, ya que a través de dicho suceso histórico la gobernanza mundial quedó a merced del capital financiero y la ganacia se concibió como sinónimo de éxito. Justo en ese contexto, es cuando los hidrocarburos (gas y petróleo), cobraron un papel geoestratégico en las relaciones de poder en el escenario internacional, sobretodo en el crecimiento de la brecha de la desigualdad y el constante debate acerca de la soberanía nacional  y el acceso a la energía como un derecho humano realcionado a la salud, el medio ambiente y a la educación, sin omitir otros menos importantes.

En la historia reciente del neoliberalismo mexicano, la legalidad y legitimidad se han visto rebasados por los intereses económicos, ante un sistema avasallante y oportunista producto de la decadencia de un aparato estatal débil y servicial, se orquestaron reformas constitucionales que dejaron en desventaja a la clase trabajadora a través de ataques presupuestales que han utilizado los grupos del poder político y económico, para que la población con menos recursos no tenga acceso o goce limitadamente a servicios y derechos como la energía y la educación digna y de calidad.

Nancy Fraser (2013), considera al neoliberalismo como una manera de opresión que viven las y los estudiantes y docentes, ya que comparada con las prácticas coloniales de dominación y conquista, la represión sistémica de las instituciones de los Estados, es un componente de discriminación abierta mediante los mecanismo de mercado, ya que el consumismo, la privatización y mercantilización, han propiciado el crecimiento debastador de la alfabetización, condición que repercute en una degradación sociocultural, debido a que la alfabetización no es tan sólo el hecho de aprende a leer y a escribir actualmente, sino, la capacidad analítica y crítica de los individuos para desafiar los estereotipos que marginan a las y los que menos acceso tienen a las oportunidades (p. 131-134).

Ejemplo de lo anteiormente expuesto, es que desde inicios de la pandemia por la COVID-19, todos los niveles educativos quedaron sepultados en la provisionalidad, familias, docentes y estudiantes han vivido un panorama educativo, de por sí estancado desde hace más de cincuenta años, a uno con gran incetidumbre y con una brecha de desigualdad abismal por la falta de acceso a las tecnologías de la información,  pero sobretodo, aquellas personas que viven en las zonas rurales, maginadas y de los pueblos originarios, ya que son las que menos tienen alcance a una educación digna en medio de las condiciones que exige el panorama internacional educativo a través de un nuevo concepto de mercado educativo digital con plataformas que requieren de dispositivos para poder ser parte del los procesos de enseñanza aprendizaje, ya sea en modalidad virtual, en línea o a distancia, sin contar que algunas de esas plataformas tienen limitantes por concepto de pago por tiempo y/o mejores beneficios en cuanto al uso de herramientas.

Si bien, el mundo ha cambiado significativamente en los últimos meses, los procesos educativos a nivel internacional se han esquematizado a través de prácticas tecnológicas impuestas por quienes controlan las decisiones al interior y exterior de un Estado, dando por hecho, que toda la población estudiantil tiene acceso a la energía, la compra y el manejo técnico de un dispositivo para interactuar en la virtualidad, así como la unificación de un lenguaje tecnológico que sólo ha propiciado una brecha abismal de la desigualdad, marginación y abandono escolar.

Tan sólo en México, de acuero al Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PROSEDEN) presentado por la Secretaría de Energía en el informe publicado en 2021 (cap. 7, p. 164-166), detalló que casi 2 millones de habitantes no cuentan con electricidad.  Asimismo, de acuerdo a resultados del Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (CONEVAL) en el resumen ejecutivo de medición multidimesional de pobreza en el número de personas en carencia por acceso a los servicios básicos de la vivienda por entidad federativa, 2016-2020, las entidades con mayor número de comunidades sin electricidad son: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz de Ignacio de la Llave y Yucatán (p. 51), y que a su vez,  también son entidades con alto nivel de rezago educativo de acuerdo al mismo informe (p. 37).

De acuerdo a información publicada en 2021 por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones en el Análisis de los Sectores de Telecomunicaciones y Radiodifusión en 2020 (p.24-47), en México aproximadamente el 45 por ciento de la población no tienen acceso a banda ancha fija, mientras, el 23 por ciento de la población no cuenta con datos móviles, sin embargo, no todos son dispositivos inteligentes para conectarse a clases a través de alguna plataforma educativa.

Es por eso que, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha planteado la necesidad inmediata de aprobar la propuesta de reforma eléctrica, pues, tanto la reforma de 1993 durante el sexenio del expresidente Carlos Salinas de Gortari y la actual de 2013 aprobada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, sólo han fortalecido al sector privado, lo cual significa en materia educativa, menos alcance a una educación digna para la población estudiantil excluída y con menos recursos. Ante la incertidumbre y el escepticismo que aun predomina en el escenario internacional por el temor al surgimiento de nuevas cepas por el virus que aqueja a la humanidad, y que incluso la comunidad científica y médica ha advertido acerca del surgimiento de nuevos virus y futuras pandemias, es necesaria la aprobación de una reforma al sector energético que beneficie a ese porcentaje de la población que nisiquiera tiene acceso a la energía eléctrica, para que, posteriormente, el Estado garantice condiciones de inclusión y minimice el impacto de la gran desigualdad educativa en la era digital, a fin de que todas y todos los estudiantes accedan de manera gratuita por mandato constitucional y como un derecho humano a una educación que dignifique los nuevos retos para la construcción del concocimiento.

Además, cabe destacar que la reforma eléctrica además de los beneficios para las y los estudiantes en cuanto al acceso paulatino al suministro de la energía y a las tecnologías de la información, también traerá beneficios a las familias responsables de los gastos que conlleva la educación,  siendo que una de las bases de nuestra economía son los ingresos obtenidos por el petróleo, es importante comprender la importancia de que si los hidrocarburos que podríamos producir como nación son importados, y los servicios que dependen de los mismos no parten del autoabastecimiento, el pronóstico del ciclo económico no es alentador para millones de mexicanas y mexicanos debido al impacto que desencadenaría tal como, desempleo y en consecuencia, abandono escolar, inserción de las y los estudiantes en el mercado laboral en condiciones precarias, marginación, problemas psicoemocionales, delincuencia, entre otros.

Por lo tanto, la importancia de la reforma eléctrica está estrechamente relacionada a los beneficios colectivos en el contexto educativo,  además de ser el parteaguas  de una serie de transformaciones sociales que no se han materializado y que forman parte del Plan Nacional de Desarrollo, resultado de prácticas antidemocráticas y neoliberales arraigadas por las desiciones del viejo régimen de Estado servicial a intereses neocolonialistas y hegemónicos, principalmente de Estados Unidos.

De acuerdo a Galeano (2020), “Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus caporales nativos. En la alquimia colonial y neocolonial, el oro se transfigura en chatarra y los alimentos se convierten en veneno” (p. 16).

En su obra Las Venas Abiertas de América Latina, Eduardo Galeano nos ha ofrecido a generaciones, una visión crítica acerca de los procesos de coloniazación que ha sufrido América Latina, así como una visión filosófica de lo que el discurso dominante ha oficializado como el proceso histórico de los países de la región. México no es la excepción, ya que las nuevas formas de opresión a través de prácticas neocoloniales y hegemónicas por parte de quienes ostentan los poderes económico, comercial y militar, dictan las reglas de contexto continental e internacional.

Por lo anteriormente expuesto y para concluir, es necesario recuperar la soberanía energética, en virtud de contener el avance de la reforma de 2013 que atenta contra la estabilidad nacional, y por lo que compete a esta humilde reflexión, el contexto educativo por ser la parte primordial de desarrollo de cualquier nación.

#Sinenergíanohaypedagogía

Referencias:

CONEVAL, (2020). Medición de la pobreza en México: Resultados de pobreza en México 2020 a nivel nacional y por entidades federativas. https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza_2020.aspx.

ENFP, (2022). Reforma elétrica. https://morena.si/reforma-electrica-es-parte-de-la-lucha-contra-la-corrupcion-que-ha-emprendido-la-4t/.

Galeano, E. (2020). Las venas abiertas de América Latina. México: Siglo XXI editores.

Fraser, N. (14 de octubre de 2013). De como cierto feminismo se convirtió en la criada del capitalismo. Y la manera de rectificarlo. The Guardian, págs. 4, obtenido de file:///C:/Users/intel2018/Downloads/De_como_cierto_feminismo_se_convirtio_en_criada_de%20(3).pdf.

IFT, (2020). Análisis del impacto de las TIC en el desarrollo social de México. http://www.ift.org.mx/secciones/estad%C3%ADsticas.

Risco, I. (2021). Reforma eléctrica en México. https://www.dw.com/es/mucho-en-juego-en-m%C3%A9xico-con-la-controvertida-reforma-el%C3%A9ctrica-de-amlo/a-60094772.

Secretaría de Energía. (2021). Programa para el Desarrollo de Sistema Eléctrico Nacional. https://www.gob.mx/sener/articulos/programa-para-el-desarrollo-del-sistema-electrico-nacional.

Fuente: La autora escribe para OVE

Fuente de la Imagen: https://elpais.com/elpais/2018/11/05/planeta_futuro/1541415581_512991.html?outputType=amp

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México: El SNTE, democratización desde abajo

América del Norte/México/10-11-2019/Autor(a): Lev M. Velázquez Barriga/Fuente: www.jornada.com.mx

Por: Lev M. Velázquez Barriga

Con la renegociación del tratado de libre comercio T-MEC se pactó una reforma laboral para que los sindicatos mexicanos se rigieran bajo los principios de la democracia liberal. Después de los cambios a la Ley Federal del Trabajo, publicados el primero de mayo de 2019, se armonizarían durante los próximos 240 días los estatutos de las organizaciones sindicales, de ahí que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) enviara al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje el nuevo reglamento para que las elecciones de las direcciones seccionales en las que se divide el organismo en cada entidad federativa fueran como lo establece la ley: por medio del voto personal, libre, directo y secreto. A partir de enero de 2020, ningún comité seccional a elegir que no cumpla con el nuevo marco normativo tendría interlocución legal con la Federación o con los gobiernos locales.

Si bien es cierto que una demanda histórica, incluso que dio origen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ha sido la democratización del sindicato magisterial, el nuevo marco constitucional y estatutario es insuficiente, es necesario que las disidencias magisteriales empujen desde abajo y por sus propias iniciativas procesos efectivos de democracia de bases, para que una coyuntura de esta magnitud no resulte en escenarios indeseables o en letra muerta.

En primer lugar, si no se pone sobre la mesa y en los mismos términos de los comités seccionales la renovación del Comité Ejecutivo Nacional, lo cual implicaría esperar hasta 2024 en que terminaría el periodo de Juan Cepeda, no podemos hablar de un proceso democrático completo, pero sí del riesgo de institucionalizar y neutralizar durante todo el sexenio a las resistencias magisteriales que han sido contrapesos del SNTE, de la reforma educativa empresarial y de las políticas neoliberales.

Los 40 años de lucha de la CNTE no caben en un sindicato, pero el gremio magisterial sí tiene lugar en un movimiento social más amplio, cuyas alianzas, horizontes y dinámicas de lucha son fundamentales para seguir consolidando un polo de actores y organizaciones populares que logren radicalizar hacia la izquierda la dimensión progresista de la Cuarta Transformación (4T) en favor de las clases pobres y de los trabajadores, que detengan la avanzada actual de posicionamientos de la derecha o su regreso recargado al gobierno en 2024, como sucedió en Brasil con el gobierno profascista de Jair Bolsonaro.

En tercer lugar se requiere de la acción informada, consciente y organizada de los docentes democráticos sobre las reglas, los árbitros, las formas, los tiempos y los procesos, para que su participación en la elección de las representaciones sindicales no legitime el reacomodo de las cúpulas del sindicalismo patronal, el posible regreso de grupos que pretenden marear a los maestros sirviendo los viejos cacicazgos en copas nuevas, como las Redes Sociales Progresistas (RSP) y los Maestros por México (MxM), propiedad de la familia de Elba Esther Gordillo Morales.

En cuarto lugar, si no se revierte el proceso de reforma educativa, laboral y administrativa que viene desde el sexenio anterior y que se extendió hasta el gobierno de la 4T, en el que se desdibuja al sindicato de maestros, se normaliza la meritocracia como competencia individual para ascender en la escalera profesional del éxito personal, se disminuye su intervención a la función observadora de la legalidad hecha de manera unilateral por el Estado patrón; frente a todo ello se corre el riesgo de disputar sólo un cascarón vacío. Ante una legislación adversa o incompleta, lo que se requiere para construir un sindicalismo con interlocución para hacer valer las demandas del magisterio, no sólo es respetar la legalidad, buscar la toma de nota o seguir la formalidad de los procesos electivos, aunque sean libres; también se hace necesaria la presencia de una dirección fortalecida con la legitimidad de sus bases, con capacidad para movilizar y mantener viva la organicidad del sindicato.

En quinto lugar, la conquista de la dirección no es la democracia en automático de todos los componentes del gobierno sindical. Los estatutos del SNTE siguen siendo los de un aparato funcional al Estado, su estructura la de una maquinaria burocrática y sus instancias funcionan de modo vertical, cuya lógica es suplantar y no representar a los agremiados. Se tendrá que romper con el votas y te vas de la racionalidad liberal para legitimar la desactivación de la democracia protagónica y colectiva.

Al proceso promovido por la reforma laboral le hará falta el impulso vital y orgánico de la democracia participativa, a través de espacios de representación horizontal, no estáticos sino dinámicos, que se nutran de la presencia contante de las bases en asambleas delegacionales, regionales, plenos y congresos; es decir, una democracia construida de abajo hacia arriba, en donde la dirección sólo es ejecutiva de las decisiones tomadas en colectividad, pero no autónoma ni cupular.

Seguramente la discusión es más profunda y más crítica de lo que aquí escribo, pero es ineludible, sobre todo en este momento en el que están en puerta varios procesos de renovación sindical en los estados.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/11/09/opinion/018a2pol

Imagen: Ronny K en Pixabay

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