Un equipo de la Universidad de Michigan está desarrollando una investigación que tiene como objetivo la integración de una nueva tecnología que proporciona experiencias sensoriales a niños con autismo.
Se vale de interfaces táctiles con sensores y combinaciones de luces, que al tacto pueden cambiar de colores o proyectar imágenes, dependiendo de la presión que se aplique.
A partir de esta tecnología denominada Sensory Surfaces Social, se puede trabajar en el desarrollo de habilidades motoras (motricidad fina y gruesa), ya que de manera muy visual podrán ver los efectos de sus movimientos.
Y a medida que los niños reaccionen a estos estímulos, se podrán integrar otras herramientas para el desarrollo de otras habilidades e ir fomentando la interacción social. La idea final de este proyecto es que los niños puedan explorar desde un lugar que se sienten cómodos y seguros diferentes experiencias sensoriales.
Esta investigación aún está en desarrollo, evaluando cómo se pueden crear escenarios que involucren a niños con autismo, y cómo pueden adaptarse a las necesidades de cada uno de ellos.
Podemos ver la dinámica que propone este proyecto en el siguiente video:
Y encontraremos más detalle de este investigación que comenzó el año pasado en esta sección de la Universidad de Michigan.
El istmo cuenta con 252 investigadores que laboran en jornadas completas, según la encuesta de Indicadores de Actividades Científicas y Tecnológicas (2013). De estos, 115 son hombres, mientras que 137, mujeres.
Panamá, además de ser una nación con una matriz económica de servicios, es un país que cuenta con una comunidad que apuesta por el desarrollo de la innovación, la tecnología y la ciencia.
A la fecha, el istmo cuenta con 252 investigadores que laboran en jornadas completas, según la encuesta de Indicadores de Actividades Científicas y Tecnológicas (2013). De estos, 115 son hombres, mientras que 137 son mujeres.
Ello arroja que el país cuenta con 0.15 investigadores por cada mil habitantes, afirma el médico y científico Jorge Motta, secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).
De estos, un total de 107 científicos, entre profesionales y estudiantes, es miembro del Sistema Nacional de Investigación, un mecanismo que funciona desde 2008, que respalda e incentiva la labor científica.
Sin embargo, el mundo cuenta con un promedio de 7 millones de científicos, según datos de la Unesco. De estos, la mayoría (94%) labora en Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón, Corea del Sur y la India.
Para Motta, la cantidad de científicos con los que cuenta el país debería ser mayor. Esta cifra es, en sus palabras, “insuficiente si queremos desarrollar nuestras universidades como centros de generación de conocimiento y elevar nuestra capacidad como sociedad en ciencia, tecnología e innovación”.
Si se compara el número de científicos per cápita, esta cifra es relativamente baja con respecto a otros países, por lo que el país necesita contar con más científicos, recalca el médico y científico Néstor Sosa, director del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES).
“Además de un número mayor de científicos, es importante tener la infraestructura necesaria para que se desarrolle la investigación. Las universidades públicas y privadas deben hacer mucha más investigación. Las empresas deben realizar más investigación. Además, se necesita una cultura gubernamental que apoye la investigación y una utilización de los resultados de las investigaciones en las decisiones políticas y de gestión pública”, recalca Sosa.
Por otro lado, las ingenierías y las ciencias básicas, como matemáticas, química y física, son algunas áreas científicas que necesitan contar con más recurso humano trabajando en ellas en el istmo, considera Motta.
¿Qué estudian nuestros científicos?
Son diversas las áreas de la ciencia en las que están inmersos los científicos locales.
El 30% investiga en el campo de las Ciencias Naturales y Exactas; el 27% en las Ciencias Sociales; el 22%, en las Ciencias Médicas; el 11%, en Ingeniería y Tecnología; y el 2%, en Humanidades, menciona Motta.
De estos, el 53% hacen sus investigaciones en instituciones gubernamentales.
El 22% las llevan a cabo en instituciones que imparten la educación superior. El 12% de nuestros científicos ejerce la profesión en instituciones extranjeras, el 7% en empresas privadas, y el 6 en organizaciones no gubernamentales.
Instituciones como el ICGES, el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat), el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá, la Senacyt, así como la Universidad de Panamá, la Universidad Tecnológica de Panamá, la Universidad Autónoma de Chiriquí, la Universidad Marítima Internacional, son las más destacadas en materia de ciencia e innovación en el país.
ICGES
Cerca de 200 profesionales se encargan del desarrollo de los estudios científicos en el ICGES, señala el doctor Sosa.
De ellos, añade, unos 30 son científicos que han sido autores principales de investigaciones que han sido publicadas en revistas científicas internacionales, mientras que el resto son asistentes de investigación y técnicos.
De estos, algunos son investigadores y otros asistentes de investigación y técnicos.
En el caso del ICGES, por ejemplo, se efectúan investigaciones en enfermedades transmisibles (como influenza, hantavirus, arbovirus, como el dengue, zika, chikungunya, fiebre amarilla, y las encefalitis virales; el virus de inumodeficiencia humana, virus respiratorios misceláneos, malaria, chagas, leishmania), enumera el doctor Sosa.
En el campo de las enfermedades no transmisibles, el ICGES se hace cargo de estudios sobre depresión, obesidad y diabetes, así como investigaciones sobre el costo de los medicamentos, tabaquismo, resistencia bacteriana, enfermedad cardiovascular y cáncer.
INDICASAT
Por su parte, el Indicasat cuenta con 25 investigadores de planta y 15 investigadores asociados, indica la científica del instituto Marisín Pecchio.
Allí se desarrollan diversas áreas de investigación, entre las que están la química de productos naturales, biotecnología, inmunología, neurociencias, farmacología, toxicología, parasitología, genómica, metabolómica, proteómica, enfermedades infecciosas, ecología y bioingeniería, biomateriales, entre otras.
El Indicasat también hace ensayos clínicos que se llevan a cabo en colaboración con industrias farmacéuticas que desarrollan fármacos y vacunas, añade.
VALOR
Para el doctor Sosa, la investigación y la innovación son los únicos mecanismos confiables de mejora continua, y los científicos son parte esencial de este proceso.
“El desarrollo humano integral requiere innovación, mejor salud, mejor educación, y muchos de estos aspectos se fortalecen con la investigación. ¿Cómo podemos saber si una intervención sanitaria funciona si no la estudiamos? Sin la investigación, el progreso del conocimiento no ocurre”, se cuestiona el doctor Sosa, y recalca que los países que han logrado mayor desarrollo y crecimiento.
Resumen: El Director Ejecutivo de Recursos para el Aprendizaje en Pearson Education Africa, Brian Wafararowa, se reunió con funcionarios del gobierno y los educadores a principios de esta semana en Windhoek, como parte de su serie de Diálogos de Educación de África, que se llevará a cabo en más de 30 países.
Executive Director Learning Resources at Pearson Education Africa, Brian Wafararowa met with government officials and educators earlier this week in Windhoek, as part of their African Education Dialogues series, that will be held in over 30 countries.
«We aim to educate 1 million people with quality education,» he said, when he addressed the topic ‘Providing solutions to the challenges of education and quality of learning in Africa, from early childhood to higher education’. Wafararowa emphasised on the importance of using technology in the classroom to ensure that skills imparted to the learners are equipping them for the needs of the 21st Century. «Technology does not have or need to be complicating or complicated, it can be as simple as communication via WhatsApp, between teachers, students and parents,» he added.
He said that Africa’s future and success is its population and even thought most people focus on the negatives, it does not mean that progress has not and is not being made in improving education. «Education clearly is the ticket out of poverty, as I am sure the 91% of Namibian graduates who are employed would agree,» he said.
«At Pearson we know that learning must be lifelong, and the skills obtained must be relevant and up to date and the qualifications that our hard earned money is spend on must be internationally recognized and valid,» added Wafararowa. The breakfast was concluded with a panel discussion which included, Ilana Carlitz from the Institute of Open Learning (IOL), Fritz David from the National Institute for Educational Development (NIED) and Peter Reiner an education specialist.
The panelists were all in agreement that education is the key, and quality education should start at an early age and learners should be able to use what they have learned in their lives.
After the breakfast dignitaries took a trip to Blowkrans Primary School in Dordabis and handed over a cheque of N$30,000 to Lucas Bock the school principal, which will be used for upgrades at the school.
Fuente de la noticia: http://allafrica.com/stories/201607010669.html
Fuente de la imagen: https://www.google.co.ve/search?q=windhoek+university+namibia&espv=2&biw=1366&bih=683&source=lnms&tbm=isch&sa=X&sqi=2&ved=0ahUKEwjv-5bWsuXNAhVJOiYKHYQIDuUQ_AUIBygC
La imagen se repite más de lo que nos creemos o lo que es peor, más de lo que nos damos cuenta.
Niño o niña en el parque y su padre o su madre mirando atentamente el Smartphone “es un momento, nada más” o “puedo hacer las dos cosas a la vez” son las frases más oídas pero a esto los expertos lo están llamando ya “Crianza Distraída” o cuando miramos el móvil más que a nuestros hijos ¿a ti también te pasa esto?
Plazas, parques, centros comerciales, algunos incluso van caminando o conduciendo mientras van mirando su móvil. Se empiezan a denominar como “smombies” a esos transeúntes que caminan sin dejar de mirar su móvil.
De hecho, este comportamiento se ha generalizado hasta tal punto que ha empezado a ser un peligro para los propios usuarios y ciudades como Estocolmo, Amberes o Bruselas entre otras, han señalizado las vías o las zonas para que caminen esos adultos que consideran más importante dar un like que su propia seguridad al desplazarse.
Pero lo peor es que siendo como somos en general, adultos hiperconectados, esto está intoduciéndose en la crianza de nuestros propios hijos aunque parece que no nos estamos dando ni cuenta.
Nos preocupa el abuso que hacen nuestros hijos de las nuevas tecnologías, de los videojuegos de las tablets. Nos preocupa cuando ese abuso se traduce en problemas en el colegio, problemas de conducta o problemas para establecer relaciones sociales, nos preocupa porque vemos a veces que les aísla tanto de los amigos como de la familia pero no somos conscientes del uso que les damos nosotros a esas nuevas tecnologías a todos esos gadgets que nos acompañan y al final los niños están viendo adultos hiperconectados y esos adultos somos en demasiadas ocasiones sus propios padres.
La crianza de los padres distraídos
Así han empezado ya a definirlo distintos expertos «crianza distraída» la de los padres y madres que estamos pero sin estar cuando pasamos un rato con nuestros hijos.
Porque se ha convertido en un hábito el estar pendiente casi de manera compulsiva de los avisos del móvil y este hábito o realmente este abuso, influye de forma negativa directa e indirectamente en la crianza de nuestros hijos.
Y nuestros hijos lo notan, son pequeños sí pero no son tontos y sienten que en esos momentos han perdido la conexión con sus padres por lo que seguro que antes o después y de un modo u otro van a manifestar su malestar cómo y cuándo puedan y siempre dentro de sus posibilidades dependiendo de su edad. Es fácil que sientan que físicamente sus padres están con ellos sí, pero están pendientes de otra cosa, ellos sienten que les importan menos como es lógico de entender.
Los padres somos referencia primaria de las conductas de nuestros hijos, somos su espejo, nuestro comportamiento les da pautas para desarrollar su propio comportamiento. Si ellos aprecian que de forma habitual suele haber “algo” más importante que ellos cuando estamos juntos, entenderán que ese “algo” también puede ser más importante que sus propios padres cuando tengan edad e incluso que sus propios hijos cuando ellos sean padres. Y ese “algo” ya sabemos que es en demasiadas ocasiones: el móvil, el smartphone.
El niño no sólo crece físicamente que eso es lo más evidente, también lo hace emocionalmente y para hacerlo de forma constructiva y positiva, necesita que papá y mamá estén presentes, no sólo físicamente sino también su mente, su pensamiento, su atención, cuando están juntos.
Cuando son más pequeños necesitan jugar con sus adultos de referencia, sus modelos, sus padres y cuando van creciendo necesitan desarrollar una relación que les permita conversar con ellos y ninguna de ambas opciones: jugar o conversar con nuestros hijos, es compatible con que nuestra atención se la demos a lo que nos demanda nuestro teléfono móvil.
Reflexionar y Actuar
Podríamos empezar por respondernos sinceramente a algunas preguntas:
¿Por qué me cuesta tanto desconectarme?
¿Dónde está sucediendo lo que de verdad importa en mi vida en este momento?
¿Es tan urgente y tan importante lo que tienen que contarme a través del móvil como para que no puedan esperar?
¿Estoy utilizando el móvil como un escudo porque pienso que no sé relacionarme con mis hijos?
Sí, algunas cuestiones son complicadas y quizás por ello sean las más importantes para que las respondamos de manera valiente y sincera, sino sólo estamos perdiendo el tiempo… otra vez.
Una vez que hemos reflexionado como adultos, hemos echado cuentas del tiempo que el móvil le roba a nuestra relación con nuestros hijos y hemos llegado a la conclusión de que ese tiempo es excesivo y no está justificado al cien por cien, tenemos que tomar medidas al respecto.
Por ejemplo, medidas concretas como apagar los móviles durante el tiempo de las comidas o dejarlos en otra habitación, al menos.
Se sabe que el tiempo de la comida se empobrece de forma muy triste cuando los adultos están pendientes del móvil y se engañan con aquello de que “pueden estar en dos sitios a la vez”.
O medidas más drásticas, como establecer el tiempo para estar con nuestros hijos libre de tecnología para todos.
No podemos olvidarnos que el ejemplo siempre lo damos los padres y que con nuestro comportamiento no dejamos ni un minuto de educar a nuestros hijos.
Eran días de vino y rosas. En los albores del siglo XXI, el sistema español de ciencia y tecnología crecía por encima de Alemania, Francia, Italia yReino Unido. Incluso en 2008, cuando la crisis ya comenzaba a hacer estragos, nuestra inversión en I+D+i suponía el 1,35% del PIB, es decir, que estábamos a solo 0,45 puntos porcentuales de la media de la UE28. Y eso era un mínimo histórico.
Pero en estas llegó la galerna económica y el retroceso se hizo patente. La grieta se amplió hasta los 0,72 puntos en 2014, la mayor diferencia desde 2002. ?Los recortes en el gasto público y la caída de la inversión privada han vuelto a ensanchar progresivamente nuestra brecha con Europa. En términos de convergencia, es más de un decenio perdido?, se lamenta Jorge Barrero, director General de Cotec en el último informe de la fundación.
Según los datos del INE, el gasto interno fue de 12.821 millones de euros, un descenso del 1,5% respecto al año anterior, lo que representa el 1,23% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 1,26% de 2013. ?Se mantiene así la tendencia que se inició en 2009, aunque con una reducción en el ritmo de descenso, que en el 2013 fue del 2,8% y en 2012 del 5,6%?, apuntan desde Cotec. Si echamos la vista atrás hasta 2010, el descenso acumulado llega al 12%. ?La actividad está cayendo en casi todos los indicadores. La media europea está en el 2% del PIB y ese era el objetivo de España para 2020, pero lo números no pintan bien?, advierte Carlos Andreu, profesor de EAE Business School y socio de Acker & Partners.
El informe ?La inversión en I+D+i? de la citada escuela de negocios pone de manifiesto que la realizada por las empresas (un 53% del total) cayó un 1,77% respecto a 2013, un 1,13% si hablamos de las instituciones de enseñanza superior (28%), y un 1,14% en las administraciones públicas (19%). ?España es la quinta economía de la UE. Sin embargo, esta posición no se mantiene en ninguno de los indicadores que tienen que ver con I+D+i como el número de empresas innovadoras, gasto, o porcentaje de financiación privada?, manifiesta Juan Gascón, director de Servicios y Contenidos Digitales en Ametic.
Deficiencias a corregir. Según Jorge Barrero, entre otras, ?la baja participación del sector privado en la ejecución de las actividades de I+D+i, la falta de participación de los agentes financieros en la financiación de la innovación, o los malos resultados de nuestro sistema educativo?. El entorno está lastrado por la falta de grandes fondos o inversionistas. ?Una ronda de financiación en España es la mitad que en Londres, París o Berlín?, señala Jaime Castelló, profesor del departamento de Dirección de Marketing de Esade. ?España adolece de un verdadero mercado de capital riesgo?, indica Juan Gascón. De ahí que el impacto sea muy limitado. Además, las entidades financieras tienen muchas tareas pendientes, como la limpieza de activos preocupantes, o la reducción en el número de oficinas. ?Se convierte en máxima prioridad introducir cambios en la regulación del sector bancario, así como en otros agentes del sistema financiero, en pro de facilitar los flujos de crédito y capital a las empresas innovadoras y de alto potencial?, asegura el director general de Cotec.
Tampoco conviene dejar a un lado el hecho de que el tejido empresarial es básicamente pyme. ?Un tamaño que es pequeño respecto a Europa, lo que hace difícil competir?, manifiesta Carlos Andreu. Por tanto, habrá que desarrollarlo. Y no será tarea fácil. ?Solo se puede hacer con consorcios con otras empresas o instituciones. Y eso nos está costando?, añade Andreu. Mientras tanto, los fondos públicos no llegan y el empresario se retrae a la hora de asumir riesgos. Eso no quiere decir que la pyme no sea innovadora. ?España, por ejemplo, cuenta con empresas dentro del sector de los contenidos digitales de referencia internacional como SGO o Next Limit cuyas soluciones son utilizadas en las grandes producciones audiovisuales?, remarca Juan Gascón.
¿Más cambios? Si la oferta del sistema educativo y la demanda del sistema productivo no reman a la par, serán un ancla que frenará el avance hacia la economía del conocimiento. Tampoco hay que olvidar los bajos niveles de rendimiento por parte de los alumnos de primaria y secundaria en las competencias básicas, así como las altas tasas de abandono escolar temprano. Un escenario descrito por Cotec al que también añade la escasa cualificación competencial de los adultos. ?Necesitamos un sistema educativo que forme personas creativas e innovadoras, preparadas para el cambio y abiertas a procesos de aprendizaje permanente que den respuestas a las necesidades de una sociedad en pleno proceso de transformación?, apunta su director general. Y ahí la universidad ha de jugar un importantísimo papel convirtiéndose en el elemento aglutinador entre docencia, investigación y transferencia de conocimiento. ?Están perdiendo su posicionamiento de liderazgo, sobre todo las escuelas de ingeniería, aunque hay honrosas excepciones?, indica Carlos Andreu. Además, cada vez se aleja más y más de la empresa. ?Los perfiles universitarios de carácter técnico llegan a las compañías muy juniors, con poca experiencia y mucha formación teórica, por debajo de lo que se demanda. Ahí los países con los que competimos están evolucionando más rápido?, añade el profesor de EAE Business School. Entonces, ¿Qué cualidades debe tener? ?Una formación de alta calidad, excelencia científica, transferencia de conocimiento al sector productivo, proximidad al mercado laboral, y además ser una gran cantera de emprendedores?, especifican desde la fundación.
La innovación es riesgo, y alguien tiene que cubrirlo. ?El mercado tiene que entender este paradigma y amparar su asunción?, relata Carlos Andreu. De ahí que se antoje necesario cambiar el marco legislativo. Por ejemplo, apostando por un marco estable y planificado de ayudas, con un calendario de convocatorias que se conocido, de manera que las empresas puedan planificar y aprovechar el efecto multiplicador de las mismas. ?Hay que aproximar las fórmulas de financiación a las que utiliza el programa marco de la UE?, propone Juan Gascón. ¿Cuáles son? Subvención frente a crédito, sin avales, con instrumentos de apoyo a la innovación (no solo a la I+D pura donde España no destaca tanto), instrumentos específicos para pymes, responsabilidad individual y no solidario cuando un proyecto se hace en colaboración entre varias entidades y con un proceso de evaluación unificado, serio y objetivo. Así lo plantean desde Ametic, donde también apuestan por aumentar el porcentaje de deducción por proyectos de innovación tecnológica (del 12% al 18%) y por activar la compra pública innovadora convirtiendo la recomendación de dedicar el 3% del PIB a este tipo de compras en un acuerdo firme.
En 1994 China se conectaba por primera vez a la World Wide Web. Sucedía como colofón de un cambio político que ya había comenzado con Deng Xiaoping, un líder pragmático que parecía querer abandonar en parte el maoísmo para lograr la efectiva inserción económica internacional a través de la participación en el libre mercado, manteniendo, eso sí, la lógica de partido único. Sumarse a la era de la información era, a ojos de este dirigente, una cuestión esencial para avanzar en el desarrollo económico y para asemejarse a los países occidentales que estaban virando de un modelo industrial hacia una sociedad de la información. Sus sucesores siguieron la tónica marcada por su liderazgo.
En cuanto a la entrada en la era de la información, Deng Xiaoping no se equivocaba: internet iba a marcar el ritmo en las próximas décadas en lo social, lo económico y lo político. Lograr una sociedad conectada devenía una necesidad para las potencias emergentes. No olvidemos además que el desarrollo, ligado al crecimiento económico, es uno de los pilares legitimadores del Partido Comunista Chino (PCCh).
En suma, la inversión en tecnologías de la información puede explicarse a través de razones geopolíticas. China quiere convertirse en un líder regional y global equiparable a sus socios comerciales occidentales, así como por la búsqueda de legitimación interna: el acceso a nuevas tecnologías se veía como parte del desarrollo económico. Esta apuesta política podía solucionar además un problema candente en la sociedad china, que es el de la discordancia entre el discurso socialista del PCCh y las malas condiciones laborales de su población. La falta de sindicatos no oficiales se traducía además en el enquistamiento de un conflicto que prometía agudizarse. Invertir en tecnologías de la información y reorientar la economía hacia sectores que requieren mayor cualificación y menos riesgos laborales, aminoraría en parte esta tensión.
Esta decisión supone sin embargo importantes riesgos para el gobierno central: el control del relato político, de la disidencia y de las informaciones que provienen de otros países se convierte en una difícil misión si se logra una sociedad plenamente conectada. ¿Cómo pensaba lograr Pekín mantener un régimen autocrático con una ‘red abierta’?
El ‘Great Firewall’
Dado que los inicios de internet en China coincidieron con un contexto marcado por la caída de la URSS, los hechos ocurridos en Tiannanmen y la actividad de Deng Xiaoping como presidente, el desarrollo de su modelo fue muy diferente del que quizá se hubiera realizado en la época de ortodoxia comunista. En 1993 se pasó de un modelo de monopolio a uno de oligopolios semiprivados y a una mercantilización de la red. Aún así, ésta no fue nunca ‘libre’, como sucedió en un principio en Estados Unidos, y su desarrollo fue acompañado de avances en un sistema de censura paralelo. Con el objetivo de asegurar que internet no pusiera en riesgo la legitimidad de su gobierno, Pekín puso en marcha en 2006 el ‘Great Firewall’, un sistema que, a través de diferentes métodos, filtra, bloquea y censura la información que circula por internet.
Los métodos son diversos, desde directamente la supresión de contenidos, hasta la regulación de servidores de internet o la identificación de disidentes, lo que también se traduce en promoción de la autocensura. Las empresas de telecomunicaciones que operan en China terminan colaborando en la ceción de información al gobierno, algo que sucede en mayor o menor medida en todos los países, pero que es duramente criticado en el caso chino por el tratamiento que reciben en éste los disidentes. Viene a la mente el caso de la detención de Shi Tao de 2014, un periodista que envió un email anónimo a una organización de derechos humanos a través de Yahoo!, empresa que cedió los datos al gobierno y a ello le siguió una sentencia de diez años en prisión.
Comenzaban los años 90 cuando Bill Clinton, no sin una buena dosis de mordacidad, deseaba suerte al gobierno chino en sus intentos de controlar internet, a sus ojos algo imposible. Sin embargo, el modelo de censura que ha ido desarrollando el régimen chino ha ido logrando controlar la mayor parte de la información que circula en la red, por los menos aquella que lo hace dentro de lo que pudieran considerarse ‘sus fronteras’. Las inversiones en sistemas de seguridad y control, desde cámaras CCTV hasta software de reconocimiento de caras, están en auge tanto en China como en Estados Unidos. La monitorización de las conversaciones telefónicas, de las visitas a páginas web o del recorrido que hacen los usuarios diariamente son técnicas ya empleadas por numerosas agencias de seguridad. China avanza hoy en la unificación de las bases de datos, procurando además dotar al sistema de la suficiente velocidad.
Shenzen, una de las principales ciudades comerciales, se ha convertido en un experimento de muestreo de estas técnicas: sus habitantes están constantemente filmados y su vida virtual casi completamente monitorizada. Lejos de desconcertarse ante esta sobrevigilancia, numerosas empresas y países aguardan con expectación los avances en este campo listos para invertir y exportar esta tecnología al resto del mundo en un sector que se considera puntero. La sofisticación del modelo de censura chino ha sido en gran medida exportado a otros sistemas autoritarios, pero sus vanguardistas productostampoco dejan indiferentes a muchos sistemas democráticos.
Todos estos procedimientos de censura y vigilancia se enmarcan dentro de un proyecto general llamado Golden Shield Project o Proyecto del Escudo Dorado, basado en una red de vigilancia centralizada en el Ministerio de Seguridad y en la que participan numerosos actores a diferentes niveles. Uno central es el Ministerio de Industria y Tecnología, que obliga por ejemplo a que las industrias de producción de microchips y software introduzcan en estos variaciones que permitan rastrear a los usuarios que los utilicen. También encontramos como colaboradores en esta red de seguridad a empresas extranjeras, a dueños de cibercafés, ciudadanos regulares que ceden información al gobierno, unidades especiales de la policía, sistemas de grabación en las calles…
En cuanto al control de contenidos en internet, las páginas consideradas ‘peligrosas’ bien son directamente suprimidas, bien aparecen monitoreadas; cuando esto último sucede aparecen en la pantalla dos policías virtuales, Jingjing y chacha, que advierten a los usuarios de que están siendo supervisados.
El control sobre internet en China se establece a través de la regulación directa de contenidos, pero también a través de una co-regulación con el sector privado. Los proveedores de servicio que se establezcan en China, deben filtrar la información ‘ilegal’, monitorizar la actividad cibernética y reportar a las autoridades actividades irregulares. Básicamente, el gobierno diferencia entre red global y red doméstica. Diez agencias aprobadas por el gobierno vigilan la conexión entre la ‘intranet’ china y la red global.
De acuerdo con las encuestas del Pew Research Center, un think tank estadounidense, algo más del 80% de la población en China apoya la labor de filtración, monitoreo y control que el gobierno ejerce en internet. Asimismo, muchos ciudadanos consideran más fiables las páginas web del PCCh y entienden que se vigile y persiga a la disidencia, especialmente si se trata de activistas de Falun Gong y del Tíbet. Evidentemente, el gobierno chino encuentra resistencia entre muchos ciudadanos y hay tensiones internas que prometen ir en aumento en los próximos años pero, ¿cómo se explica esta aquiescencia?
Discurso de legitimación interna
Pocos son ya los que mantienen una concepción de la red como espacio global sin fronteras al que las soberanías territoriales no pueden extenderse. China, desde su primera conexión, entendía internet como un espacio nuevo, pero en el que se mantenían sus fronteras tradicionales. La soberanía china no busca un control de toda la red, pero sí a las conexiones que tengan lugar dentro de sus fronteras.
Este intento de reterritorializar la red tiene que ver con la gobernanza global de internet, marcada en gran medida por la supremacía estadounidense, y con la voluntad de filtrar y controlar la información en circulación. China quiere un internet libre de injerencia extranjera en el que además pueda seguir inspeccionando los contenidos. Para lograrlo, ha desarrollado un modelo de internet con mecanismos de control y censura respaldados por un discurso nacionalista y defensivo.
El modelo de internet chino se conforma en parte en referencia al de Estados Unidos, el cual defiende discursivamente un modelo de internet libre y global en el que el que primen la libertad de expresión y el respeto por los derechos humanos, y que económicamente esté dirigido, o más bien conducido, por el mercado. Aunque este ‘modelo’ sea implementado en parte, no es desconocido el intrusivo papel que ha tenido este estado en la privacidad de los internautas. Estados Unidos tiene una de las políticas más laxas con respecto a la protección de datos del mundo occidental y el peso de la seguridad ha primado sobre el de la protección de datos y la privacidad.
China defiende un modelo de internet en el que las fronteras nacionales sigan operando con su lógica, dirigido desde el estado y en el que los ciudadanos teóricamente puedan expresarse libremente, pero eso sí, sin perjudicar el bienestar general. Con el pragmatismo de Deng Xiaoping, se instaura el argumento de hacer primar los derechos económicos sobre los civiles y políticos. Esta idea se traslada a internet, que se ve como un derecho económico al que todos debieran tener acceso, razón por la cual debe asignarse desde el estado, pero cuya utilización no debe en ningún caso hacer peligrar el interés general, representado por la estabilidad del régimen político.
El PCCh se identifica con el Estado, con la estabilidad del sistema y con el desarrollo económico, luego cualquier ataque al primero supone un ataque a la nación, a la economía y a la estabilidad, valor crucial en China. De hecho, su particular entrada en el sistema de libre mercado internacional bebe de principios confucianos que se contraponen al individualismo occidental y que se utilizan para disculpar el déficit democrático. La importancia del orden social, del trabajo duro y sobre todo de la armonía, forman parte del argumentario político del PCCh, prueba de ello es la referencia al modelo chino como ‘sociedad de armonía socialista’ por Hu Jiantao.
Dentro de este cuerpo teórico, aparece el ensalzamiento de la nación y la utilización del enemigo externo. Así, se culpa a los poderes extranjeros de los males que asolaban a China. A través de referencias a las injerencias extranjeras, ya sea al imperialismo occidental o al de su vecino Japón, se genera un discurso defensivo que se traslada a la red. Se entiende que la utilización de productos extranjeros puede dañar al estado chino y servir de flanco para el espionaje, especialmente el de Estados Unidos.
Por el momento, para un usuario medio chino, resulta muy difícil acceder a la red global, y páginas como YouTube, Facebook o Twitter son generalmente inaccesibles. China sabe que las nuevas estrategias de seguridad y defensa en la actualidad pasan por un uso mas intensivo de la minería de datos, el hackeo y las redes. Esto supone un giro en los asuntos militares en el que China no quiere quedar atrás, por ello ha lanzado su propia versión de estas páginas para que la información no llegue a ‘territorio enemigo’.
El nacionalismo, la búsqueda de armonía y la estabilidad económicas sirven como columnas discursivas al modelo de internet chino, pero a su vez el gobierno ha sabido hacer uso de la red para legitimarse. Para empezar, China se ha convertido en el país con más usuarios de internet en el mundo, y busca conseguir una sociedad conectada, objetivo que liga al desarrollo económico. Bien es verdad que la penetración de internet ha sido dispar territorialmente, llegando especialmente a ciudades y no tanto a zonas rurales del interior, y que presenta aún una tasa de penetración relativamente baja, de alrededor del 50%. Ello no obsta para que el número de internautas siga creciendo y que esto sea visto como una consecución del prometido desarrollo económico.
Asimismo, el Comité Central ha utilizado la red para limpiar de corrupción el PCCh a ojos de la ciudadanía, favoreciendo las denuncias de líderes corruptos a nivel local a través de la red. Muchos argumentan que se han utilizado chivos expiatorios para lavar la imagen general del partido, pero ello ha servido para fortalecer la imagen de estar realizando un ejercicio de higienización. La lucha contra la corrupción y la meritocratización de la política, es decir, la idea de un gobierno de los mejores que consiguen crecimiento económico y desarrollo, y, como consecuencia, el bienestar general, son puntos clave de legitimación para el PCCh, e internet ha servido en parte a la hora de reforzar esta imagen.
Por último, otra estrategia que Pekín ha sabido dirigir con gran inteligencia es la de las discusiones veladas en la red. De nuevo a través del ámbito local y abriendo debates y formas de votación en la red, ha permitido a los internautas opinar sobre políticas del PCCh, generalmente bajo vigilancia y con participación de personal del partido encargado de reconducir la discusión en favor de la postura del PCCh.
Evidentemente no se trata de una democratización del sistema sino de maniobras de legitimación del partido, pero que sí han servido como feedback al gobierno central dando así cierta apariencia, por lo menos a ojos de la ciudadanía, de apertura democrática. En los últimos años, se han realizado cambios que, si bien no dejan de ser cosméticos, van en la línea de la democratización, como por ejemplo la eficiencia burocrática o la movilidad dentro del partido. Junto con esta nueva línea, se enuncia otro de los pilares, la gobernanza, ya que si bien parece completamente centralizado, lo cierto es que el sistema chino consta de numerosas administraciones locales y sectoriales que, aunque obedecen las órdenes del gobierno central, juegan también su papel en la elaboración e implementación de políticas. El tamaño de este país no se puede gestionar en un modelo centralizado completamente vertical.
El modelo de internet chino y el discurso interno de legitimación muestran numerosas contradicciones que tienden a despistar a los analistas occidentales. Un factor crucial a la hora de prever cómo evolucionará el modelo de internet chino es el viraje económico que está dando su economía desde hace varios años, empezada en el 18º Congreso del Partido Comunista Chino (2012). Este giro consiste en fomentar el consumo interno en detrimento de una economía orientada hacia la exportación. En parte debido a la crisis de 2008, China temía contagiarse en el futuro de crisis internacionales que debilitaran su crecimiento por su gran dependencia de las exportaciones y buscaba dar salida a su producción. Un crecimiento en el consumo interno supondría un aumento de la clase media dentro del país y, como consecuencia, una mayor compra de productos TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación). Ello daría lugar a más usuarios, lo que sería positivo para los objetivos de desarrollo del PCCh, pero que dificultaría el modelo de vigilancia y censura de contenidos.
China no pretende controlar la red como tal, pero sí tiene una visión de ésta como parte de su esfera de influencia, al menos dentro de sus fronteras. Esto quiere decir que Pekín contempla internet como un espacio que debe extenderse bajo el ala de su soberanía. Hasta el momento, China ha tenido bastante éxito en su doble juego de libre mercado y régimen autoritario, contrariamente a lo que muchos teóricos que vinculan democracia y libre mercado predicaban. Incluso puede decirse que el estado y el mercado se han complementado orquestando un crecimiento económico sin precendentes. Pero la incipiente clase media con sus nuevas exigencias no es el único problema que tiene en puertas esta potencia.
Los avances en las negociaciones comerciales tanto de la Organización Mundial del Comercio, como en el Tratado Transpacífico, limitan en gran medida los márgenes de actuación de los estados aumentando el poder de las empresas. ¿Qué puede significar esto en el caso de China? Concretamente puede traducirse en una obligación para China de dejar de limitar las participaciones extranjeras en sus empresas, dando mayor poder y margen al sector privado en detrimento del control del PCCh. Que esto devenga en una mayor democratización está bastante en duda, pero desde luego China deberá resignarse a aceptar ciertas transformaciones. Es más, vincular un mayor poder del sector privado con una mayor democratización es tan capcioso como fácil de desmontar. Observemos si no, el ejemplo de Estados Unidos, donde la cooperación entre el sector privado y el público han afectado gravemente a los derechos de sus ciudadanos.
Volviendo a China, vemos que internet parecía una válvula de escape para aquellos opositores que quisieran libremente expresar su opinión, pero se ha dado muchas veces el caso de que internet puede ponerlos en más peligro aún. No podemos olvidar que los flujos de información son también un capital codiciado por el sector privado y los estados, democráticos o no, se debaten entre una mayor protección de datos y una mayor seguridad/control en la red, conscientes todo ellos de que la información es poder.
No obstante, el número de actores de la intranet china va a crecer y la división entre red global e interna puede llegar a difuminarse, tanto por un mayor número de empresas extranjeras en el país, como por una mayor penetración de la red en la población. Veremos si el PCCh sabe o necesita amoldarse a las nuevas circunstancias o si la estrategia actual puede seguir su curso sin la exigencia de grandes cambios.
Paraguay celebró su incorporación oficial a la RedCLARA, la asociación de redes científicas tecnológicas a nivel mundial para apoyar el avance de la investigación, la innovación y la educación, en un acto presidido por el presidente paraguayo, Horacio Cartes.
Esta adhesión permitirá a los organismos académicos y universitarios de Paraguay formar parte de esta red internacional sin fines de lucro integrada y comunicada con las redes de universidades de América del Norte, Europa y Asia, según informó Presidencia en un comunicado.
Paraguay, que hasta ahora era junto a Bolivia el único país mediterráneo del continente que no formaban parte de esta asociación, pasa a ser miembro de este sistema de interconexión académica con el apoyo financiero y capital humano de la Entidad Binacional I Itaipu.
Con este paso, las universidades paraguayas obtendrán acceso a las publicaciones científicas, como un medio valido para desarrollar investigaciones.
Según el comunicado, ser parte de la RedCLARA permitirá a Paraguay fortalecer el desarrollo de la ciencia, la educación, la cultura y la innovación, en paralelo con los demás países de la región y de los demás continentes.
Además, añadió que la utilización de esta plataforma por parte de los profesionales del país suramericano es un factor clave.
La RedCLARA es una red de fibra óptica, que integra todas las redes nacionales, científico tecnológicas de América del Sur y, en el ámbito mundial, está integrada y comunicada con las redes de universidades de América del Norte, de Europa y de Asia.
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