África/19 de agosto de 2016/www.survival.es
Un grupo de bosquimanos que cazaba antílope para alimentar a sus familias fue disparado desde un helicóptero policial, que implementaba la prohibición de caza de Botsuana. El aparato se estrelló más tarde dejando a seis agentes heridos. Nueve bosquimanos fueron detenidos, y mientras permanecían en custodia se les desnudó y golpeó.
El derecho de los bosquimanos a vivir y a cazar en busca de alimento en su tierra ancestral en la Reserva de Caza del Kalahari Central ha sido reconocido por el Tribunal Supremo de Botsuana.
A pesar de ello, el Gobierno sigue calificándolos como “cazadores furtivos” y utiliza ahora tecnología militar avanzada para perseguirles y asediar su modo de vida. Estos esfuerzos por militarizar la conservación de la naturaleza reflejan una tendencia global que preocupa a gran número de activistas de derechos humanos.
En el caso de los bosquimanos ha derivado en una situación por la que se les acusa de “furtivos” porque cazan para alimentar a sus familias y se enfrentan a arrestos y palizas, tortura y muerte, mientras se fomenta la caza mayor (o caza de trofeos) entre los que pagan por ella.
Además de helicópteros Botsuana también ha utilizado avionetas, equipadas con sensores avanzados de calor, comunicadas con guardas armados sobre terreno. Afirman que con todo esto pretenden acabar con los cazadores furtivos. Pero las tierras de los bosquimanos no están despobladas y en la reserva no habitan elefantes, ni rinocerontes; de hecho esta fue originalmente creada para permitir que los bosquimanos pudieran seguir cazando.
Según el experto en conservación Phil Marshall: “No hay vida salvaje de especial rareza o valor particular en el sur [parte de la reserva]”. Sin embargo, el Gobierno insiste en introducir tácticas conservacionistas de mano dura para “proteger” las tierras que los bosquimanos han cuidado durante miles de años.
En 2014 Botsuana anunció una “prohibición nacional de caza”. Pero mientras que ha adoptado medidas drásticas contra la caza de subsistencia de los bosquimanos, a los turistas ricos todavía se les permite practicar la caza mayor.
«Los bosquimanos han vivido en el Kalahari durante milenios de la caza y la recogida de alimentos.»
El portavoz bosquimano Jumanda Gakelebone, declaró: “Ahora que están utilizando avionetas es difícil que alguien pueda sobrevivir”.
Según otro bosquimano, que prefiere mantener su identidad en el anonimato: “La gente está muy enfadada con el Gobierno. La gente ha decidido que hará ahora lo que pueda para ir a los tribunales. No confiamos en el Gobierno (…) Condenamos enérgicamente este último incidente y pedimos a la comunidad internacional que intervenga. El Gobierno todavía está luchando contra los bosquimanos a pesar de lo que afirma”.
Estas nuevas tácticas se asemejan a las vistas en el Parque Nacional de Kaziranga (India) donde 62 personas han sido asesinadas extrajudicialmente en nueve años, y donde guardaparques dispararon recientemente a un niño.
Survival ha documentado docenas de abusos de derechos humanos contra los bosquimanos por parte de funcionarios de la vida salvaje en el Kalahari. Las investigaciones sugieren que perseguir a los cazadores indígenas desvía la atención y evita que se actúe contra los verdaderos furtivos: criminales que conspiran junto a funcionarios corruptos.
A principios de 2016, Survival lanzó su campaña “Bot50” que pide que se permita a los bosquimanos regresar a sus tierras a tiempo de la celebración del 50 aniversario del país en septiembre, en vez de seguir negándoles el acceso a ella en nombre de la conservación de la vida salvaje. Las pruebas demuestran que los pueblos indígenas y tribales cuidan su medioambiente mejor que nadie. Son los mejores conservacionistas y guardianes de la naturaleza.
Personas relevantes como los actores Dominic West, Gillian Anderson, Sophie Okonedo y Mark Rylance, el músico Julian Lennon o el ilustrador Quentin Blake se han sumado a la campaña.
“Como si los bosquimanos no hubieran sufrido bastante, ahora tienen que enfrentarse a la perspectiva de que la policía les dispare en el acto desde helicópteros”, declara Stephen Corry, director de Survival International, y agrega: “El General Khama y su Gobierno deberían avergonzarse de sí mismos por implementar este tipo de brutalidad por encima de la ley, e igualmente las grandes organizaciones conservacionistas que han fracasado a la hora de pronunciarse contra estas tácticas. ‘Disparar en el acto’ es inmoral, es un engaño y está perjudicando la conservación. Perseguir a los cazadores indígenas daña la conservación de la naturaleza. ¿Cuántas personas más tienen que morir antes de que los conservacionistas se den cuenta de esto?”.