Por: Fernando David García Culebro
Ahora que volvamos a clases y nos quede poco tiempo para terminar el ciclo escolar, ¿renunciarías a los últimos contenidos […] por actividades inolvidables para tus alumnas y alumnos? ¿Te atreverías a olvidarte del currículo […] y a hablar de lo que sucede a nuestro alrededor, de lo que de verdad importa y nos conecta con la vida, aún a sabiendas de que eso no está en el programa? (Giráldez, 2020).
Al final de un artículo de Andrea Giraldez, encontré algo similar a las preguntas que acabas de leer. Aunque aparentemente ella, con ello cerró su texto, estoy seguro, que lo hizo sabedora que lo dejaba total y provocativamente abierto a la reflexión y que al punto que se vio al final, había que añadirle dos más para poder continuar…
Tres puntos suspensivos que hoy me permiten comenzar desde un lugar, pero que de igual manera, podrían permitirle a otra persona comenzar desde otra perspectiva.
En mi opinión, actualmente en nuestro sistema educativo mexicano y específicamente en el nivel primaria, los procesos de enseñanza-aprendizaje se encuentran muy centrados en el currículo y en ello, los libros de texto de los y las estudiantes determinan en gran medida lo abordado en clases.
Cuando el Secretario de Educación Pública en México habla de salvar el ciclo escolar ¿para él, qué significa salvarlo? y ¿salvarlo para quién?
¿En qué pensamos cuando nos dicen que tendremos que recuperar el tiempo perdido?
Sin duda, habrán variadas respuestas, pero muchos, sé que están pensando en contenidos, en el bloque donde quedaron. Como explica Andrea Giraldez “hay una obsesión por terminar un programa”, ¿de dónde surge esa obsesión?, ¿quién o quiénes nos presionan?
En ese sentido, en el mensaje de regreso a clases (virtuales) el titular de la SEP, el 17 de abril dijo: “continuaremos con las clases siguiendo los libros de texto gratuitos a través del programa aprende en casa”[1]. Más adelante también agregó: “lo que no nos debe quedar en duda es que el ciclo escolar se va cumplir y que nos vamos a asegurar de lograr los aprendizajes esperados en los contenidos de planes y programas” (Barragán, 2020).
A partir de esta idea también fueron diseñadas las actividades del programa aprende en casa, porque asimismo, precisó que dicho programa: “se sustenta en los libros de texto y en la televisión, porque 9 de cada 10 familias tienen acceso a ella. Es la herramienta más utilizada que tenemos en el mundo para poder ser equitativos”[2].
Al respecto, supongamos que las estadísticas del secretario de educación sean correctas y que 9 de cada 10 familias tienen por lo menos un televisor. Lo que no se dice ahí es que en muchos hogares el único canal que trasmite dicho televisor es el canal de las estrellas y en algunos otros casos el canal 13 de TV Azteca. Porque no cuentan con la TV de paga. Recordemos que en el año 2015 en México se efectuó el apagón analógico. Por lo tanto, el comunicado oficial de clases por televisión llevó a muchas familias a contratar los canales requeridos, adelgazando con ello su economía, siendo que en estos momentos de apremio el poco dinero que la gente tiene, le está sirviendo para subsistir y ese es un lujo que ellos no pueden darse.
Es así como la crisis sanitaria pone en evidencia con mayor descaro las profundas desigualdades sociales y económicas que hay en el mundo y aunque el tema de la justicia social me gustaría abordarlo en otro artículo, aquí solo quiero enfatizar, que las nobles intenciones de equidad, mencionadas por el Secretario de Educación Pública, en el sentido etimológico del término, estuvieron muy lejos de ser alcanzadas.
Más adelante, el titular de la SEP mencionó: “hemos rescatado los contenidos del libro de texto gratuito, para ponerlos en programas ágiles, me atrevo a decir, divertidos en televisión”[3]. En ese sentido, las actividades, aunque parezcan atractivas, en concordancia con cuadernillos que fueron distribuidos ya sea de manera digital o de forma impresa, siguen la lógica que tienen los instructivos y manuales, fomentando con ello, la razón instrumental en los y las alumnas.
Posteriormente agregó que: “los niños deberán construir una carpeta de experiencias, donde se junten todas las respuestas de todo lo que vean ellos en televisión y esa carpeta se entregará a su regreso a clases y será un elemento de evaluación”[4]. Por lo tanto, docentes y estudiantes, padres y madres, deberán seguir esas instrucciones. Aquí en mi barrio pobre, ya escucho las quejas de las madres y veo rostros de niños y niñas atormentadas por dicha carpeta. Es necesario tomar en cuenta las condiciones de cada una de las familias “además de la tecnología, es importante reflexionar sobre la escolaridad de los padres, las prácticas pedagógicas y la situación emocional en los hogares, entre otros asuntos” (Ruiz, 2020).
En ese sentido, Luis Bonilla Molina en el webinar del 24 de abril denominado: Las educaciones Populares en el marco de la actual crisis educativa evidenciada con el Covid-19, mencionó que “hoy ante la pandemia, en los sistemas educativos existen alumnos/as desaparecidos/as y estudiantes torturados” [5]. Los primeros, son aquellos, sin internet, computadora, televisor, radio, electricidad, etc. los segundos, pueden tener por lo menos un televisor, pero están siendo torturados/as con exceso de tareas escolares, ante padres y madres, con escasa o nula escolaridad, que ante el confinamiento luchan por subsistir, buscando el pan para comer y con ello salvar el día.
Por su parte, el Secretario de educación agregó además que, “felicita al magisterio porque son incontables los trabajos que le han llegado de todo México”[6]. Aquí me pregunto: ¿qué significará para él, “todo México”?, porque me queda claro que muchos y muchas de mi barrio pobre, no están dentro de ello.
Lo rescatable:
El titular de la SEP exhortó a los y las docentes a “externar de los niños y de las niñas, lo que hayan sentido en el encierro, porque vamos a tener que trabajar mucho con ellos y ellas en materia emocional”[7]. Por aquí hubiéramos empezado, pero está claro, que estamos patas arriba. Lo más importante, es la vida de cada niño/a y es el principal punto de partida.
En el mundo existen niños y niñas que sufren de violencia doméstica y, durante la actual crisis sanitaria (económica, educativa, política, social y humanitaria), han estado más tiempo con sus agresores/as ¿qué es lo que más necesitan actualmente estos/as Alumnos/as?
En la población vulnerable, se hallan estudiantes que son discriminados, explotados y humillados. Lastimosamente, son aquellos y aquellas, olvidados/as y nunca escuchados/as. “La prioridad debe ser asegurar primero el bienestar emocional […] de los y las niñas, es así como se establece un espacio seguro para el aprendizaje en todos los niveles” (Bullé, 2020).
Por lo anterior, veo necesario reflexionar, sobre lo que nos planteó Andrea Giraldez:
¿Quién crees que favorece más el aprendizaje […] de sus alumnos/as: el profesor que sigue un libro de texto, el que tiene una programación estricta que hay que terminar sí o sí, el que trabaja por proyectos (y por tanto hace una selección de contenidos) o el que crea una programación con propuestas a la medida de sus alumnas y alumnos? (Giráldez, 2020).
Según Andrea, “la respuesta a estas preguntas suele determinar por qué hacemos lo que hacemos y por qué enseñamos lo que enseñamos”. Y como decía Freire: “el objetivo central de la educación es la humanización del hombre”. Nuestra tarea no está en consumir ideas e información, sino, como él mismo expresó “en crearlas y recrearlas” (Freire, 1969). El virtuoso educador brasileño siempre nos desafió a la denuncia de un mundo cada vez más deshumanizado y eso que él, no vivió en estos tiempos, ahora con mayor urgencia nos haría ese llamado.
Al respecto, en nuestra práctica educativa nuestra acción no es neutral, (como él nos enseñó) o humaniza o deshumaniza, o libera u oprime. Convendría preguntarnos ¿en cuál de los lados estamos?
En ese sentido, Paulo Freire (1985) en Conversaciones Con Antonio Faundez, sostiene: “toda práctica educativa que se funda en lo estandarizado, en lo preestablecido, en la rutina en que todas las cosas están predichas, es burocratizante, y por eso mismo antidemocrática”(Pág.7). De tal forma que, al seguir al pie de la letra libros de textos y guías, sin tomar en cuenta las particularidades de cada estudiante con su contexto histórico, social y económico, significa disolver la democracia. En palabras de Freire:
No es posible respetar a los educandos, su dignidad, su ser en formación, su identidad en construcción, si no se toman en cuenta las condiciones en que ellos vienen existiendo, si no se reconoce la importancia de los «conocimientos hechos de experiencia” con que llegan a la escuela. El respeto debido a la dignidad del educando no me permite subestimar, o lo que es peor, burlarme del saber que él trae consigo a la escuela (Freire, 2004, pág. 30).
Por todo lo anterior, insisto en liberarnos de la presión curricular que nos ha impuesto el sistema y propiciar tanto el diálogo como las actividades lúdicas y aquellas que fortalecen los vínculos entre las y los alumnos, de tal forma que nuestro regreso no esté condicionado y presionado por carpetas de evidencias basadas en contenidos programáticos, sino en la expresión de experiencias vividas por los y las estudiantes. Que la escuela sea ese espacio que ayude a niños y niñas a la liberación de sus emociones, no un lugar burocrático que se dedique a cumplir agendas administrativas.
Asimismo, al llevar a cabo lo anterior, ¿Por qué no establecer una «intimidad» necesaria entre los saberes curriculares fundamentales para los alumnos y la experiencia social que ellos tienen como individuos? Y a su vez, como aconsejaría Freire ¿Por qué no discutir las implicaciones políticas e ideológicas de tal falta de atención de los dominantes por las áreas pobres de la ciudad y la ética de clase incrustada en esa desatención?
Palabras clave: Presión curricular, Implicaciones políticas, Actividades lúdicas, Diálogo, liberación de emociones, Clases por televisión, TV de paga, Apagón analógico, Obsesión, Razón Instrumental, Carpeta de Evidencias, Desaparecidos y torturados.
Referencias:
Barragán, E. M. (17 de Abril de 2020). Mensaje de regreso a clases (virtuales) para maestras y maestros. Recuperado el 17 de abril de 2020, de https://www.youtube.com/watch?v=naFNJEg_Xzc
Bullé, S. G. (27 de Abril de 2020). observatorio.tec.mx. Recuperado el 27 de Abril de 2020, de https://observatorio.tec.mx/edu-news/padres-escuela-online
Freire, P. (1985). Hacia una pedagogía de la pregunta «Conversaciones con Antonio Faúndez».
Ginebra, Suiza: Ediciones Aurora.
Freire, P. (2004). Pedagogía de la Autonomía. En P. Freire. Sao Paulo: Paz e Terra SA.
Giráldez, A. (16 de Abril de 2020). La vida no es un examen. Recuperado el 18 de Abril de 2020, de https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/la-vida-no-examen-andrea-giraldez/
Grupo de Contacto Internacional. (24 de Abril de 2020). Webinar: Las educaciones populares en el marco de la actual crisis educativa evidenciada con el COVID-19. Recuperado el 24 de Abril de 2020, de https://youtu.be/29822a2MJ7Y
Ruiz, R. J. (24 de Abril de 2020). profelandia.com. Recuperado el 25 de Abril de 2020, de https://profelandia.com/aprende-en-casa-de-quien/
[1,2,3,4,6,7] https://www.youtube.com/watch?v=naFNJEg_Xzc
[5] https://youtu.be/29822a2MJ7Y
Fuente: El autor escribe para OVE