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Pedagogía de la infamia y de las mentiras

A la memoria de mi estudiante Fabián Alonso Ramírez [1997-2020], cuya joven vida se apagó en forma absurda por el odio y sed de venganza de la neoinquisición fundamentalista.

“[…] Luchar sin cansancio. Luchar por el derecho que tengo de ser respetado y por el deber que tengo de reaccionar cuando me maltratan. Luchar por el derecho que tú, que me lees, profesora o alumna, tienes de ser tú misma y nunca, jamás, luchar por esa cosa imposible, grisácea e insulsa que es la neutralidad. ¿Qué otra cosa es mi neutralidad sino una manera tal vez cómoda, pero hipócrita, de esconder mi opción o mi miedo de denunciar la injusticia?” «Lavarse las manos» frente a la opresión es reforzar el poder del opresor, es optar por él. ¿Cómo puedo ser neutral frente a una situación, no importa cuál sea, en que el cuerpo de las mujeres y de los hombres se vuelve puro objeto de expoliación y de ultraje?” (Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 209, p. 107.)

En estos momentos estoy siendo sometido a una nueva persecución que se une a las que he soportado durante años en la UPN. La de ahora se basa en la mentira, la calumnia, el anonimato y la amenaza, y en eso se parece a la que se emprendió contra mí en 2012. Lo “novedoso” del caso actual radica en que, mientras un vil panfleto anónimo de 2012, surgido en el seno de la UPN, se burlaba de mi actitudes “afeminadas”, por haber llorado por mis tres estudiantes muertos, ahora se ha emprendido un linchamiento moral contra mí porque supuestamente soy homófobo y tránsfobo. La fabricación de esta infamia no es accidental, responde, por el contrario, a una campaña orquestada de destruir mi imagen de profesor crítico, de enlodar mi honra personal y de desacreditar mi labor de 34 años en la UPN como una persona que se ha entregado con pasión a la noble profesión de educar y de denunciar y confrontar las injusticias del mundo.

Ahora me someten, con la finalidad de callar mi voz y mi pluma, a un linchamiento moral, propio de la nueva inquisición que se está tomando las universidades colombianas, y la UPN en particular. Para esa neoinquisición la libertad de cátedra es un inconveniente que debe eliminarse, y con ello el derecho a opinar, pensar con cabeza propia, disentir, cuestionar y criticar. Se pretende imponer una nueva y peligrosa censura, con la intención de homogenizar el pensamiento. Se descalifica pura y simplemente, recurriendo al pasquín anónimo y cobarde, sin asumir con entereza la responsabilidad de las afirmaciones que se realizan, y sin ningún tipo de pruebas, argumentos o demostraciones. Se acude a la calumnia, la tergiversación y la mentira, en lugar de dialogar y debatir cara a cara en el aula de clase y en el campus de la UPN.

Es el nuevo fascismo que quiere destruir al otro, porque ese otro es distinto, porque piensa diferente, porque no se somete a los dictados de lo que es políticamente correcto, según lo dictaminan los cánones de una intolerancia que dice apoyarse en la tolerancia y en la victimización, y que es propia del capitalismo realmente existente con sus nuevos tipos de negocio y de consumo. Como bien lo analizó hace años el gran Pier Paolo Pasolini, revolucionario marxista y homosexual de Italia, y lo expresó en su libro Escritos Corsarios [1975]: “Este nuevo fascismo, esta sociedad de consumo, ha transformado profundamente a los jóvenes, les ha tocado en lo íntimo de su ser, les ha dado otros sentimientos, otros modos de pensar, de vivir, otros modelos culturales. Ya no se trata, como en la época mussoliniana, de un alistamiento superficial, escenográfico, sino de un alistamiento real que les ha robado y cambiado el alma. Lo que significa, en definitiva, que esta civilización del consumo es una civilización dictatorial. Si la palabra fascismo significa prepotencia del poder, la sociedad de consumo ha realizado cabalmente el fascismo”.

LA FABRICACION DE LA INFAMIA

“Si te muestras crítico con la opinión recibida, tendrás que documentar todas y cada una de tus frases”. (Noam Chomsky, La (des)educación, Editorial Crítica, Barcelona, 2013, p. 203.

En la última semana de agosto empezó a circular por los corredores y salones del Edificio A de la UPN, así como por medios electrónicos, un pasquín anónimo con el título “Pedagogía del terror y Renán Vega”. En este panfleto se dice una sarta de disparates sin la más mínima prueba fáctica o documental, sino que simplemente recurre al método expedito y fácil de colocar entrecomillas pretendidas cosas que yo habría dicho.

Así se puso a rodar un fake news [noticia falsa] por los pasillos de nuestro departamento de Ciencias Sociales. Como el pasquín aludido no tiene firma es bueno hacer algunas preguntas. En cuanto a su autoría, ¿lo escribió una persona o un grupo de personas?; en cuanto a la filiación institucional de su autor, autora o autores: ¿Son estudiantes de la UPN?, ¿Son “asistentes”? ¿Son marcianos o extraterrestres? ¿O son infiltrados de la policía y de los numerosos cuerpos de seguridad del Estado colombiano, decenas de los cuales se pasean como Pedro por su casa en nuestra universidad? Esta última pregunta es pertinente, si recordamos que se acaba de cerrar judicialmente el montaje [falso positivo judicial] de Lebrija, en donde por acción de un infiltrado [Cuper Diomedes Díaz Amado], quien estaba inscrito como estudiante de la Facultad de Educación en la UPN, se encarceló, persiguió, calumnió, difamó y fue arruinada la vida de varios estudiantes de esta universidad, cuatro de ellos y ellas estudiantes de Ciencias Sociales.

Y esos estudiantes, luego de todo lo que soportaron junto con sus familias, acaban de ser absueltos. De tal manera, que existen antecedentes muy cercanos a nosotros para inquirir con toda la legitimidad del caso sobre el origen de tan tenebroso pasquín e involucrarlo en las acciones de infiltración que se llevan a cabo de manera cotidiana en nuestra alma mater. Porque, además, ¡la redacción, sintaxis, coherencia interna, nivel de argumentación y profundidad del pasquín en cuestión es de tal nivel que parece haber sido escrito en un cuartel de policía! [Ver Anexo: El agente secreto Diomedes Diaz].

Una cosa deja clara este panfleto y es que quien o quienes lo concibieron dicen estudiar en el Departamento de Ciencias Sociales, debido a lo cual es necesario hacer unas breves consideraciones sobre su validez documental. Y aquí voy a remitirme a aquello que planteo en forma reiterada desde hace años en los cursos que imparto de historia, especialmente en el Taller de Historia, con respecto a las fuentes, un asunto que le recalcó a los estudiantes hasta el cansancio.

Un elemento distintivo del oficio del historiador y del profesor de historia radica en indagar sobre la validez de las fuentes. Primero hay que establecer el origen y autenticidad de una fuente, y esto remite a su crítica externa, lo cual se resume en varias preguntas: ¿Quién generó la fuente? ¿Es una fuente voluntaria (intencional) o involuntaria (no intencional)? Al respecto, la teoría historiográfica ha establecido que la fuente intencional o voluntaria es la más deleznable y la menos fiable de todas. Y, peor aún, cuando es perversamente intencional o malintencionada ‒como el panfleto aludido‒ y no lleva ninguna firma, lo cual quiere decir que se hace con el claro objetivo de hacer daño y no asumir ninguna responsabilidad. Es evidente que este pasquín no resiste una crítica externa, porque fue escrito con el fin de calumniar sin dar la cara. Segundo, en esas condiciones, la crítica interna, sobre el contenido mismo del pasquín, sobra, no es necesaria, porque eso sería darle validez a un conjunto de sandeces, que recurren al anonimato, la tergiversación y la mentira.

Dicho esto, vale decir que el panfleto tiene, además, un tono amenazante cuando utiliza al final el dibujo de una vaca y en su cuerpo aparece una cruz. Esto puede entenderse como una abierta amenaza, porque entre las múltiples metáforas que se desprenden de la utilización de la cruz, una trágica y dominante en Colombia es la de la muerte y, en forma más lapidaria, las amenazas o condenas a muerte.

Como no sabemos la identidad del autor o autores del pasquín para que aclaren qué sentido le atribuyen a la cruz pintada en el costado de la vaca, y como las intenciones del pasquín son perversas y destructivas, podemos, con toda la gravedad que genera la situación, atribuirle el sentido de que es una amenaza de muerte. Lo preocupante radica en que muchos estudiantes del Departamento de Ciencias Sociales de la UPN, profesores de nuestro programa y de otros programas y, abusivamente, el Coordinador del Departamento de Ciencias Sociales se sorprendan de la interpretación del símbolo que cierra el pasquín como una amenaza de muerte. Esa interpretación es perfectamente válida, si tenemos en cuenta que, de una parte, yo he sido amenazado antes y me he tenido que exiliar y, de otro lado, en este país matan a diario a decenas de personas y a muchas de ellas antes de acribillarlas les han enviado mensajes ataviados con terroríficas cruces [♰].

Hay más cosas referidas a la violencia explícita e implícita del panfleto de marras que se inscribe en lo políticamente correcto del repliegue identitario, una de cuyas pretensiones es eliminar a quien considera su incomodo adversario, como a quien escribe y firma este texto. Esa violencia simbólica es el linchamiento moral a que se somete a una persona ‒y ahora me toca a mi‒ atacando uno de los puntos más preciados de su humanidad, como es su honor y autoestima. Por eso se puede hablar de otro tipo de acción homicida, es el asesinato de su imagen pública. Porque, no se nos olvide, que, así como existen “asesinos de la memoria”, existen “asesinos de la moral”, porque se trata de destruir la dignidad de un ser humano y enlodarlo con calumnias, tergiversaciones y embustes. Eso puede hacerse con el manto del anonimato y con la protección de los que se autoproclaman como representantes de las “victimas”. Por todo lo anterior, ¡los miembros de la comunidad de la UPN deberían saber que Cundinamarca no es Dinamarca!

LA CIRCULACIÓN Y DIFUSIÓN DE LA INFAMIA

“Al reflexionar sobre las recientes cazas de brujas, incluida la mía, me han sorprendido especialmente las cartas de denuncia masiva, que ahora son comunes en nuestras universidades […]. Me parece que estamos entrando en el reino de la oscuridad cultural, donde el argumento racional y el respeto por el oponente están desapareciendo del discurso público, y donde, crecientemente, en cada asunto que importa, se permite solo una visión y una licencia para perseguir a todos los herejes que no se adhieran a ella”. (R. Scruton, citado en Axel Kaiser, La neoinquisición. Persecución, censura y decadencia cultural en el siglo XXI, Ariel, Bogotá, 2020, pp. 26-27).

Luego de fabricada la infamia, viene la segunda labor, la de su circulación y distribución, algo fácil en este mundo de cretinos digitales. Primero, se imprimió en papel para distribuir en el edificio A de la UPN, habiendo dejado una gran cantidad de copias del panfleto en la sede de ASPU-UPN, lo cual no es casual, sino que responde a la campaña de desprestigio a todos los niveles, que se empezó a orquestar desde la última semana de agosto. También empezó a circular por medios virtuales, para ampliar su radio de acción y difundirlo a través de las redes (anti)sociales, en donde no existe el más mínimo criterio de racionalidad.

Otro medio de difusión de los infundios, calumnias y mentiras que se están vertiendo contra mí en estos días, contra mi buen nombre y mi reputación moral (esto es lo verdaderamente crucial, porque lo académico e intelectual pasa a ser una cuestión muy secundaria) son las paredes del edificio A y de sus baños. Y se han convertido en muros de la infamia, en donde se replican las mentiras, calumnias e infundios sin fundamento, a raíz de la publicación por un grupo de estudiantes de un documento titulado “Por una universidad crítica, deliberante y en constante debate”. Este texto va firmado con nombres y apellidos y asume un punto de vida de manera franca y directa, dando la cara y no amparándose en la comodidad y cobardía propia de los anónimos. ¿Quién dijo miedo? Inmediatamente empezaron los descalificativos llamando a esos estudiantes “sapos”, “lambones” y otras lindezas por el estilo. Y han aparecido señalamientos contra mí, dando por sentado que lo que dice el pasquín original es cierto.

A partir de un anónimo al que se le da carta de credibilidad, sin la menor distancia crítica frente a lo que representa como generador de patrañas, infundios y calumnias, van ampliándose los señalamientos: ahora soy homófobo, tránsfobo, acosador, sin que exista la menor prueba real, material, que lo confirme. Como no existe el elemental derecho de la PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, en cartas, mensajes por las redes (anti) sociales, comunicados y anticomunicados eminentes académicos y académicas dan por válidas las infames acusaciones y me señalan como responsable de los infundios que dice un papel anónimo. Ellas y ellos portan el rutilante traje de neoinquisidoras y neoinquisidores y blandiendo el fulgurante látigo de la autoproclamada “superioridad moral” echan leña al fuego de la pira excremental, donde se quema a este inquisidor porque se ha atrevido a transgredir las “buenas costumbres” de la corrección política de moda.

Para ellos no hay duda alguna, SOY CULPABLE y debo ser lapidado, como lo ordena la nueva inquisición. Sus invocaciones se basan en las sandeces de un pasquín anónimo, cuyas afirmaciones tienen el mismo grado de veracidad como decir que “Hoy está lloviendo para arriba” o “Me están visitando los marcianos”. Si esto lo afirma alguien que se autoproclama “victima” ‒terreno tan manoseado como pocos‒ y cree que la lluvia o los extraterrestres lo están atacando es porque está lloviendo para arriba y esta mañana los visitaron los habitantes de Marte y punto. Eso no se discute, hay que creerle a pie juntillas y no dudar ni un minuto, porque así lo dice una supuesta víctima. A quienes atizan la hoguera del odio y de la infamia vale preguntarles: ¿Tan pronto se les olvido el suicidio inducido de Fabián Ramírez, estudiante de Ciencias Sociales ‒mi recordado alumno‒ en uno de los baños del Edificio A de la UPN el 11 de marzo de 2020, luego de que se publicaran anónimos que lo incriminaban y deshonraban?

A partir de los chismes y el matoneo se pretende, como algo propio del fingido victimismo que se ha impuesto como norma, que pidamos perdón por ser como somos, por pensar en forma crítica e independiente, por no estar sujetos a las estupideces de la corrección política. Porque en la UPN a muchos y muchas les duele no haberme podido callar durante 34 años y que haya mantenido mi postura independiente, seria y rigurosa, sin rendirle pleitesía a nadie ni a nada, diciendo cosas que incomodan, no incurriendo en la autocensura, ni plegándome a las modas en curso. Porque mi delito es hablar claro, sin rodeos ni eufemismos, en plantear asuntos críticos, en no decir palabras convencionales. Y por eso hago mío el pensamiento del gran Oscar Wilde, escritor que fue encarcelado por su condición de homosexual: “Cada vez que la gente está de acuerdo conmigo siento que me estoy equivocando”.

Se trata, como dijo alguna vez Franz Kafka, al que algunos estudiosos de su obra y vida consideran homosexual: “Pienso que sólo debemos leer libros de los que muerden y pinchan. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo? […] Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa […] Un libro debe ser el hacha que rompe el mar helado dentro de nosotros”. Esto mismo debe concebirse no solamente para la palabra escrita, sino para la palabra oral, en las clases. Es decir, que aquello que digamos toque a los estudiantes de alguna forma, los cuestione, revuelva las cosas “normales” y las ponga patas arriba. Para que los estudiantes o las personas que escuchan se inquieten, por lo menos. Y si eso que se dice los aturde, los lleve a preguntar, a cuestionar, a dudar, a no tragar entero, eso ya es un gran logro educativo, que rompe con la educación bancaria, que adocena, embrutece y encasilla a los seres humanos.

Lo sano y honesto es que si ese pensamiento y esa forma de ser en el aula de clase los afecta o conmueve, lo manifiesten allí mismo ante el profesor, porque ese es un mecanismo indispensable para construir dialogo. Si no es así y se acude al chisme, a la calumnia, a la mentira, a hablar de espaldas a la gente a la que tenemos de frente pero no lo decimos nada, lo que se está generando es una red de inquisidores, de censores, de mediocres que no entienden lo que significa pensar y la libertad de expresarse en una cátedra.

Porque una cosa es evidente, la neoinquisición que se quiere implantar en las universidades públicas colombianas, entre ellas la UPN, busca es eliminar la libertad de cátedra, el derecho a opinar, expresarse, y, en últimas, el derecho a pensar. Como bien lo dijo Tomas Paine, en su obra Sentido Común: “Cuando el hombre renuncia al privilegio de pensar, se oculta en el horizonte la última sombra de libertad”.

CONCLUSIÓN SOBRE CIERTO TIPO DE “DES-EDUCADORES”

Quien o quienes escribieron ese miserable panfleto anónimo dicen pertenecer a nuestro departamento de Ciencias Sociales, lo cual supone que se está formando como profesores. Pero, ¿qué tipo de educadores pueden llegar a ser? ¿Qué nos espera con “educadores” que basan su quehacer en la mentira, la infamia, la hipocresía, la simulación? ¿Qué pensar de “educadores” sin el más mínimo carácter, personalidad y criterio para asumir una posición, defenderla y discutirla con el que consideran su antagonista, hasta el punto de que en lugar de hacerlo se basan en el escupitajo anónimo y cobarde? ¿Qué expectativas de transformación pueden fincarse en personas que quieren ser profesores o profesoras y recurren al linchamiento moral, a la calumnia, al golpe bajo y sin asumir ninguna responsabilidad, refugiándose en el complaciente anonimato? ¿No van a ser más bien prototipos de la mala educación que tan bien critica el director de cine, homosexual, Pedro Almodóvar en una extraordinaria película que lleva ese mismo título?

Por todo ello, me estremezco de angustia de solo concebir la idea de que mis dos pequeñas hijas puedan llegar a tener DES-EDUCADORES de esa calaña, de la que han mostrado en estas semanas aquellos que han hecho suya la pedagogía de la indignidad, de las mentiras, de la vileza y de la infamia. Contra esa pedagogía hemos luchado durante toda nuestra vida, sin ceder ante la misma ni un ápice, ni concederle el más mínimo respeto, como lo seguiremos haciendo dentro y fuera de la UPN, el centro educativo al que he consagrado gran parte de mi vida, y al que espera un tenebroso futuro si dejamos que quede en manos de los neoinquisidores y neoinquisidoras de la corrección política y su pretendida “superioridad moral”, a partir de la cual se creen con el derecho de juzgar y condenar a tirios y troyanos.

ANEXO

«EL AGENTE SECRETO DIOMEDES DÍAZ»
John Galán Casanova
El Espectador, septiembre 10 de 2022.

Este falso positivo judicial tiene tanto de aberrante como de insólito.

Diez años atrás, en 2012, un presunto estudiante de psicopedagogía entabla amistad con otros alumnos de la Universidad Pedagógica, participa de las marchas y los debates, asiste a las casas de los activistas. Gana su confianza al punto que, cuando los invita a una finca de recreo en Lebrija, Santander, nadie desconfía. Varios asisten, entre ellos el profesor Carlo Alexander Carrillo y las estudiantes Érika Aguirre y Xiomara Torres. Llegan a la finca Villa Karen el 25 de septiembre, para, a la madrugada siguiente, junto a estudiantes de otras partes del país, ser capturados por un comando de la Dijin, sindicados de fabricar explosivos y de integrar una red guerrillera denominada Juventudes M-19.

Los medios divulgaron el montaje oficial. Bajo el título “Capturan universitarios que planeaban disturbios en aniversario de muerte de Mono Jojoy”. El Espectador reprodujo dos días después el rugido del entonces director de la Policía, general León Riaño: “Este grupo de estudiantes se encontraba preparando material explosivo para protestas en la UIS, donde, de acuerdo con el material recaudado, pretendía cometer acciones vandálicas” [Ver]. Al profesor Carlo lo convirtieron en alias Caco, y a las estudiantes Érika y Xiomara, en alias Mónica e Indira.

El ardid empezó a derrumbarse cuando el fiscal Bohórquez Flechas presentó a su principal testigo, una “fuente no formal” que resultó ser el amistoso estudiante de psicopedagogía, que resultó ser un agente encubierto de la policía. Aunque este acusó a los imputados de ser diestros cocineros de papas explosivas, al juez no le convenció el conjunto de las pruebas presentadas. Por el contrario, recriminó a Flechas por basar el caso en el testimonio del infiltrado, quien nunca tuvo una orden de la Fiscalía o una autorización de un juez para acechar a los entrampados. En consecuencia, tras diez años de pesadilla, cuatro de los cuales estuvieron encarcelados, el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Bucaramanga decretó su inocencia a finales de julio.

Lo más insólito de esta historia –aparte del hecho de que el juez Beltrán no haya ordenado investigar el proceder del agente secreto y sus superiores– es la identidad del sujeto en cuestión, quien responde al nombre de Diomedes Díaz. Cúper Diomedes Díaz Amado, para ser más exactos, como se lee en la denuncia penal instaurada por la madre de una de las inculpadas.

Imagino a los papás de Cúper Diomedes poniéndole el nombre al muchachito. Coinciden en el Diomedes de su ídolo musical, y anteponen el Cúper, no sé si por la estrella del cine Gary Cooper, o por Cupertino Surrucuca, uno de los personajes del dúo Los Ruanetas en Sábados Felices. Así, con ese rótulo altisonante, los Díaz Amado lanzan al mundo a su vástago, destinado a ser espía.

En principio, resulta absurdo pensar que alguien con un nombre tan reconocido como el de Diomedes Díaz pueda ser agente secreto en este país. Lo mismo diríamos de alguien llamado Radamel Falcao o James Rodríguez. Cúper Diomedes lo consiguió. El boletín de alerta que lanzó el portal Universidad Pública Colombia para denunciar esta estrategia de criminalización del movimiento estudiantil muestra un Diomedes Díaz bien parecido, mejor conservado que el cantante, más jovial de civil en la universidad que en el carné de policía.

En últimas, Cúper Diomedes capitalizó lo que parecía imposible: aprovechar su nombre de ídolo entronizado en el inconsciente colectivo para engatusar a sus víctimas, a lo cual se suma el efecto subliminal de su segundo apellido. Porque, ¿a quién no le parecería simpático ser amigo de Diomedes Díaz Amado? ¿Cómo no sentirse halagado si Diomedes Díaz le gasta una empanada a uno? ¿Cómo no marchar confiado junto a Díaz Amado? ¿Cómo negarse a salir a rumbear con él o rechazarle la invitación a una finca?

“Lo consideraba casi como un hermano. Para Érika y para mí era una persona más de la familia”, señaló Xiomara Torres, la estudiante de Física que por fin logró graduarse el año pasado y obtuvo una beca de maestría en el exterior. Su amiga Érika Aguirre, estudiante de Química, creó a partir de su experiencia la campaña Objetivo Libertad, que recopila y denuncia falsos positivos judiciales. El profesor Carrillo sigue dedicado a la enseñanza y a la cuentería, y espera ser resarcido tras batallar una década por recuperar su buen nombre: “Estoy contento porque no somos lo que los medios mostraron. No es lo mismo que tú digas ‘soy inocente’, a que lo diga la justicia. Fue una tortura de diez años”.

De modo que, integrantes de ONG, líderes y lideresas barriales y estudiantiles, compañeras y compañeros activistas, mucho ojo: si las o los llega a abordar alguien llamado Diomedes Díaz, Silvestre Dangond o Jessi Uribe, tengan cuidado, desconfíen al máximo, lo más probable es que se trate de un infiltrado.

Renán Vega Cantor: Profesor Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Pedagógica Nacional

Fuente: https://rebelion.org/pedagogia-de-la-infamia-y-de-las-mentiras/

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Denuncian torturas contra 25 prisioneras en Haití

América Central/Haití/12-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu
Organizaciones feministas de Haití denunciaron hoy las torturas e intimidaciones a las que fueron sometidas 25 prisioneras de la cárcel civil de Jacmel, al sudeste de esta capital.
Pascal Solages, cofundadora de Neges Mawon, confirmó que cinco agentes de dicho centro penitenciario golpearon y maltrataron a las reclusas el lunes y martes últimos, y luego las acusaron de un intento de robo.

Por su parte, Marie Ange Noël, coordinadora de la organización Fanm Deside, precisó que los hechos ocurrieron tras los reclamos de la detenida Claudine Philippe, quien lleva ocho años de prisión preventiva prolongada en espera de juicio.

La también activista por los derechos humanos pidió una investigación para identificar a los agresores y exigió sancionar a los culpables.

De igual manera, seis organizaciones feministas y el Ministerio de la Condición Femenina reclamaron a las autoridades solucionar la problemática de la prisión preventiva prolongada que afecta a más del 80 por ciento de los reos del país.

A inicios de este año, un informe de Naciones Unidas reveló que las cárceles operan al 316 por ciento de su capacidad, lo que genera hacinamiento y puede conducir a crisis sanitarias.

En noviembre de 2019 al menos 12 mujeres fueron violadas en la prisión civil de Gonaives, a unos 140 kilómetros al noroeste de esta capital, en medio de un intento de fuga.

Plataformas sociales cuestionaron entonces el encarcelamiento de mujeres y hombres en el mismo centro y pidieron al Estado asumir sus responsabilidades.

car/ane

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=435225&SEO=denuncian-torturas-contra-25-prisioneras-en-haiti
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Continúa represión en Chile tras nueve semanas de protestas

América del Sur/Chile/15-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

La mayoría de los afectados son jóvenes que se han sumado a las protestas masivas para exigir la salida del presidente, mejoras para todos los sectores del país y una nueva Constitución.

Agentes de las fuerzas públicas de Chile reprimieron este viernes una movilización contra el presidente Sebastián Piñera en la Plaza Italia, renombrada «Plaza de la Dignidad«, tras cumplirse nueve semanas desde el inicio de las protestas sociales.

Medios locales han reseñado denuncias de los asistentes a la jornada, quienes recibieron perdigones y balines disparados por efectivos de los Carabineros (policía militar) que agredieron la manifestación pacífica que se realizó en la capital chilena.

Según videos publicados en las redes sociales, la mayoría de los afectados son jóvenes que se han sumado a las protestas masivas para exigir la salida de Piñera, mejoras para todos los sectores del país y una nueva Constitución.

PIENSA.PRENSA@PiensaPrensa

Chile: Así avanza los , entre disparos de escopetas, y silvidos de perdigones y balines, defendiendo la manifestación pacífica en Plaza de la Dignidad. Son Cientos los aguerridos muchachos defendiendo el derecho a la protesta.

Video insertado

1.117 personas están hablando de esto
En horas de la mañana, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) presentó un informe en el cual afirma que «a partir del 18 de octubre, se han producido un elevado número de violaciones graves a los derechos humanos».

Algunos de los registros de estos actos son 113 casos de tortura y malos tratos, 24 casos de violencia sexual contra mujeres, hombres, niños y adolescentes, cometidos por carabineros y militares.

PIENSA.PRENSA@PiensaPrensa

CHILE: a esta hora continúan llegando decenas de Jóvenes heridos por disparos de escopetas ( Perdigones) de Carabineros. Alameda/Ramón Corvalán. (20:11)

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Por otro lado, reportaron que, entre las personas heridas, existen 350 con lesiones oculares y faciales, por lo que consideran que hay razones para «creer que se usaron armas menos letales de manera inadecuada e indiscriminada».

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/chile-represion-carabineros-protestas-pinera-nueve-semanas-20191213-0025.html

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Suiza: ONU considera a Carabineros responsables de mayoría de abusos en protestas

Europa/Suiza/15-12-2019/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

La ONU consideró hoy que los Carabineros de Chile son responsables de la mayoría de violaciones de derechos humanos ocurridas en las protestas que empezaron y continúan desde mediados de noviembre, aunque indicó que las investigaciones nacionales deben determinar las responsabilidades individuales.

La reacción ante protestas que eran pacíficas fue «represiva» y «Carabineros utilizó fuerza no letal con el objetivo de dispersar a la gente y evitar que llegaran a los puntos de encuentro», dijo la jefa de una misión de la ONU que visitó Chile, Imma Guerras-Delgado.

«Las violaciones que hemos documentado incluyen uso excesivo e innecesario de la fuerza, lo que llevó a muertes ilícitas y heridos, detenciones arbitrarias, tortura y malos tratos, incluida violencia sexual», sostuvo en una rueda de prensa.

La gravedad de la situación se acentúa en vista de que ciertas violaciones ocurrieron de forma «recurrente en tiempo y en espacio», en particular el mal uso de armas no mortales -en particular material antidisturbios y gases lacrimógenos- y maltratos durante la detención.

Guerras-Delgado dijo que el número de personas heridas en las manifestaciones varía notablemente, según las fuentes, y oscilaría entre 3.500 y 11.000, de las cuales aproximadamente 350 fueron heridas en la cara o en los ojos con perdigones que contenían plomo, un hecho que la misión denunció con firmeza.

Varios de esos heridos resultados con traumas severos y dos perdieron totalmente la vista.

«Hay razones fundadas para creer que se usaron armas menos letales de manera inadecuada e indiscriminada, lo que contraviene los principios internacionales destinados a minimizar el riesgo de heridas», señala el informe preparado por la misión que pasó tres semanas en Chile realizando sus indagaciones.

En total, el equipo realizó 235 entrevistas a víctimas y sus familiares, así como a 60 carabineros, incluidos algunos que también habían resultado heridos en las protestas, en una investigación que les llevó a siete regiones del país.

Los enviados por la Oficina de la alta comisionada y expresidenta chilena, Michelle Bachelet, documentaron 113 casos específicos de tortura y malos tratos, y 24 de violencia sexual contra mujeres, hombres y adolescentes, «perpetrados por miembros de Carabineros y militares».

La jefa de la misión explicó que observaron que en los grandes centros urbanos, como Santiago y Valparaiso, los abusos estaban más relacionados con heridas a causa de perdigones, pero que en el interior del país los casos de maltratos de detenidos fueron más graves. EFE

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2019/internacional/chile/8760399-onu-considera-a-carabineros-responsables-de-mayoria-de-abusos-en-protestas/

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Misión de DD.HH. de la ONU culmina trabajo en Chile

América del Sur/Chile/24-11-2019/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

El equipo de cuatro integrantes recorrió las regiones de Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, El Maule, Biobío y La Araucanía, donde recogieron 200 testimonios.

El equipo del alto comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos concluyó este viernes su visita a Chile, luego de tres semanas en las que recogieron cientos de testimonios con denuncias de represión durante las protestas.

El equipo de cuatro integrantes recorrió las regiones de Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, El Maule, Biobío y La Araucanía, donde recogieron 200 testimonios, «muchos de ellos perturbadores».

«El equipo ha revisado alegaciones de uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de orden y seguridad en el contexto de protestas; reportes de malos tratos en detención, incluyendo abusos y violencia sexual; de vulneraciones a derechos durante la privación de libertad”, explicó la oficina del alto comisionado.

ONU Derechos Humanos – América del Sur

@ONU_derechos

🇨🇱

Equipo de @UNHumanRights concluyó visita de tres semanas al país:

🔸estuvieron en siete regiones
🔹escucharon más de 200 testimonios
🔸dialogaron con autoridades y representantes de la sociedad civil
🔹realizarán informe sobre sus hallazgos

ℹ️ https://bit.ly/2QIcFK4  https://twitter.com/ONU_derechos/status/1189219315951788034 

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ONU Derechos Humanos – América del Sur

@ONU_derechos

#Chile 🇨🇱

📺En Ginebra, portavoz de @UNHumanRights compartió hoy algunos detalles sobre la visita de una delegación de ONU Derechos Humanos al país.

ℹ️ Más información: https://bit.ly/2MXAhbe @UNHumanRights @ONU_es @NoticiasONU @ONUChile #StandUp4HumanRights

Video insertado

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Asimismo, los funcionarios revisaron información sobre el acceso a la justicia y la rendición de cuentas, así como demandas subyacentes que desencadenaron las protestas.

El equipo aceptó sostener reuniones con autoridades de los poderes Ejecutivo y Judicial, Carabineros, del Instituto Nacional de Derechos Humanos y la Defensoría de la Niñez, así como más de 300 integrantes de la sociedad civil.

Luego de toda la información recogida, los miembros del comisionado deberán redactar un informe que presentarán en las próximas semanas.

El equipo llegó a Chile cuando habían pasado doce días del estallido social, que lleva más de un mes, ante las denuncias de violaciones a los derechos humanos, tortura y de uso desmedido de la fuerza policial.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/chile-comision-derechos-humanos-onu-violaciones-protestas-20191122-0028.html

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Nigeria: Rescatan a más de 300 jóvenes torturados y violados en un reformatorio islámico

Redacción: El Universo

La policía de la localidad de Kaduna, al norte de Nigeria, rescató a más de 300 jóvenes, entre ellos menores, de nacionalidades diferentes, que habían sido torturados y violados en un centro de acogida islámico, informaron portavoces policiales a la AFP.

En un allanamiento efectuado el jueves por la noche en una casa del barrio de Rigasa, la policía de Kaduna halló a más de 300 alumnos y estudiantes de «nacionalidades diferente» encerrados y encadenados en lo que los medios empezaron a llamar «la casa del terror». 

Vivían «en condiciones inhumanas y degradantes», explicaron estas fuentes.

«Hemos encontrado a un centenar de ellos, algunos niños de nueve años, encadenados en un habitáculo (…) Las víctimas han sido maltratadas, algunas de ellas declararon que fueron violadas por sus profesores«, agregó el portavoz de la policía del Estado de Kaduna, Yaukubu Sabo.

El propietario del establecimiento y seis asistentes suyos fueron detenidos, precisó.

«Encontramos a un centenar de estudiantes, incluyendo niños de apenas nueve años, encadenados en una pequeña habitación, para castigarlos», declaró Sabo.

La policía también encontró un «cuarto de tortura», donde a los alumnos se les suspendía encadenados y se les golpeaba cuando hacían algo que se consideraba incorrecto.

«Las víctimas tienen nacionalidades diferentes, algunos fueron traídos desde Burkina Faso», agregaron los policías.

Víctimas de tortura

En unas fotos difundidas en la prensa nigeriana, se ve a un niño con la espalda llena de heridas abiertas, visiblemente causadas por latigazos, a otro con los pies encadenados a unos barrotes de hierro y a un grupo de jóvenes hacinados en un patio insalubre.

La policía debe comprobar su identidad y encontrar a sus familiares.

El norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, acoge un gran número de «casas de corrección» más o menos formales que ofrecen enseñanzas religiosas estrictas, a falta de estructuras públicas que se encarguen de los jóvenes.

Los padres de algunas víctimas oriundas de Kaduna, convocados por la policía, se declararon «sorprendidos y horrorizados» al ver el estado en que se encontraban sus hijos, pues, según el portavoz, no sabían por lo que estaban pasando.

Tenían autorización para llevarles comida de vez en cuando y para visitarlos una vez cada tres meses, pero no tenían permiso para entrar dentro de la casa, explicó Sabo, que precisó que los encuentros entre los padres y los hijos tenían lugar en el exterior y eran breves.

Fuente: https://www.eluniverso.com/noticias/2019/09/27/nota/7537288/rescatan-mas-300-jovenes-torturados-violados-reformatorio-islamico

 

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«La mujer descalza» es el primer libro traducido al castellano de Scholastique Mukasonga, la escritora del genocidio de Ruanda

Redacción: Página 12

“Me tomó diez años encontrar la fuerza para volver a casa, a Ruanda, a Nyamata, donde mi familia había sido deportada en 1960 y de donde salí hacia el exilio en 1973. Ahí es donde toda mi gente fue asesinada en 1994. Pero cuando finalmente regresé, no encontré nada. Fue entonces cuando me di cuenta de que yo era el único recuerdo de todos los que habían sido exterminados en mi pueblo”.

Cae la tarde en Normandía, Francia, y en la cocina de su casa, la escritora franco-ruandesa Scholastique Mukasonga ha apoyado la computadora sobre la mesada para responder la entrevista y volver a contar su historia. La primera vez que lo hizo fue en 2006 y, desde entonces, esa memoria hecha libros fue reconocida con uno de los dos galardones literarios galos más importantes: el Premio Renaudot por su novela Notre-Dame du Nil en 2012. Ahora, Editorial Empatía incluyó la traducción al castellano de su novela La Femme aux pieds nus (La mujer descalza) en una colección que se propone “dar a conocer historias que nos acerquen a tiempos y geografías sobre las que, hasta ahora, han circulado escasas ficciones”. Así llega por primera vez a la Argentina la voz de esta mujer que, dice, se transformó en escritora “por un deber de memoria”.

“Mis dos primeros libros, Inyenzi ou les cafards La Femme aux pieds nus, son totalmente autobiográficos. En los recuerdos de mi infancia, cuento la deportación de mi familia con muchos otros tutsis en el hostil monte de Nyamata, cerca de la frontera con Burundi, y la lucha de estos ‘exiliados internos’ para sobrevivir a pesar de la persecución y las repetidas masacres que sufrieron”, señala la autora mientras la acompaña el rugido del mar. Aunque no pueda verlo desde su casa, el agua helada del canal de la Mancha enmarca sus días desde que llegó al norte de Francia tras dejar Burundi, tras dejar Nyamata, tras dejar Ruanda. Porque el genocidio que los sectores hutu emprendieron para exterminar a sus coterráneos minoritarios no se explica solo en el millón de personas de origen tutsi liquidadas entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994: esos machetazos que asesinaron a la mayor parte de las victimas fueron amasados durante décadas de enfrentamientos, de atentados, de deportaciones y de sometimientos. Desde las entrañas de ese camino de odio es que narra Scholastique Mukasonga.

“Cuando yo muera, cuando ustedes me vean muerta, tendrán que cubrir mi cuerpo. Nadie debe verlo, el cuerpo de una madre no puede quedar expuesto. Serán ustedes, hijas mías, las encargadas de cubrirlo, solo a ustedes les corresponde hacerlo”. Así comienza La mujer descalza, con un mandato ancestral que quedó trunco. Cuando la madre de la escritora fue masacrada, ella ya estaba refugiada en Francia. De modo que no pudo cubrirla ni tampoco despedir al resto de su familia: los 27 miembros de su estirpe fueron asesinados en las semanas que duró el genocidio. Solo ella queda. Y con todo, el libro no tiene la sordina de un lamento: por el contrario, es un cofre de memoria y de identidad que recupera saberes, tradiciones, una lengua y una cultura rica y añeja de la que apenas permanecen unos pocos sobrevivientes. “En este libro, rindo homenaje a la valentía incansable de mi madre y, a través de ella, a todas las madres de Nyamata que nunca se rindieron, inventaron y reinventaron todos los medios para salvar a sus hijos”.

La autora también es madre. Tiene dos hijos franceses que nunca se vieron empujados a los padecimientos y humillaciones que poblaron la infancia de su mamá. A cambio, quedaron huérfanos de historia familiar. “Nacieron en el exilio. No se les permitió conocer a su familia materna ni dejarse arrullar por el amor de una abuela. Con el tiempo, se enteraron del genocidio pero nunca hicieron preguntas. Por eso, sin duda, escribí: les debía su historia. Fueron mis primeros lectores”, anota en su teclado la escritora. Hay en sus palabras, en las que enlaza para esta entrevista pero también en las que pueblan sus libros, la música de las narraciones orales. Son los cuentos que le escuchaba a su propia madre y a las otras mujeres tutsis, en las tardes comunes en las que todas compartían tareas domésticas y conocimiento. “Escuchando a mi madre, sus recuerdos, sus proverbios, su respeto por los rituales antiguos, su preocupación por salvar y preservar las variedades de plantas antiguas, pude reunir algunos elementos de esta rica y despreciada cultura ancestral combatida por el cristianismo y falsificada por una antropología racista. Muchas de estas mujeres, como mi madre, fueron asesinadas. Uno de los deberes de quienes trabajan en la reconstrucción de Ruanda es recuperar esta riqueza. Por mi parte, lo hago a través de la escritura”, explica.

SALVACIÓN POR LA LENGUA

El manual periodístico señala que, tras las presentaciones del caso, es posible referir a la protagonista solo a través de su apellido. Sin embargo, el manual no contempla la singularidad de esta escritora que tiene dos nombres de pila y ningún patronímico. “Me llamo Mukasonga. No es un apellido. En Ruanda, las denominaciones no se transmiten de una generación a otra. El padre asigna solo un nombre de pila a cada uno de sus hijos. Un niño o una niña, llevará este nombre toda su vida y no lo transmitirá a sus hijos”, ha explicado alguna vez. Por su parte, Scholastique es el nombre del bautismo, el que imponen las costumbres del colonizador. “En Gitagata, casi todos los niños iban a la escuela. Los únicos que no asistían eran los que no estaban bautizados. Para ser admitido en el curso había que tener un nombre cristiano”, cuenta en La mujer descalza. A ella, a Mukasonga, fue su nombre cristiano y el idioma francés los que la salvaron de los machetes.

“En los años 60, los niños ruandeses ya aprendían francés en la escuela primaria. Luego, en la secundaria, ese idioma era el único permitido”, recuerda desde su cocina en Normandía. La ola de calor está asfixiando a los franceses, pero en la zona norte del país las temperaturas ni siquiera llegan a los 30 grados. En dos horas será de noche. Pero ahora, cuando todavía entra luz por las ventanas, Mukasonga anota que fue esa lengua la que le salvó la vida. Lo dice así: “Si mis padres querían que me exiliara en Burundi, no era solo porque mi vida en Ruanda estaba amenazada, sino también porque tenían una oportunidad excepcional: la de salvar al menos a uno de sus siete hijos. Yo había asistido a la escuela y, por lo tanto, tenía un pasaporte internacional: la lengua francesa. Así resultó que soy perfectamente francófona y mi relación con este idioma es amable, después de todo, le debo el ser una sobreviviente”. Con todo, las palabras que la enlazan a su estirpe no desaparecieron: “No he olvidado mi lengua materna: el kinyarwanda. Como todos los exiliados, la he conservado como mi posesión más preciada. Mi padre se aseguró de que sus hijos hablaran una lengua kinyarwanda hermosa: al menos de nuestra lengua, nadie podía privarnos”, dice. Y cuenta que cuando regresa a Ruanda (“voy siempre que puedo”), los jóvenes se sorprenden con su manera de hablar a mitad de camino entre lo elegante y lo demodé.

Pero antes de volver por primera vez a su país y al monte en el que estuvo deportada con su familia, antes de sentir el deber de escribir y legar su memoria ancestral, antes incluso de casarse con un francés y ser madre, antes de todo eso, Mukasonga ya era asistente social. “Ser asistente social ha sido siempre mi vocación, si se puede llamar así. Habiendo tenido la oportunidad de formar parte de la cuota del 10 por ciento tutsi que, según el apartheid impuesto por el régimen, permitía el acceso a la educación secundaria, esperaba, gracias a esto, volver a las aldeas a trabajar con las mujeres campesinas para mejorar sus condiciones de vida”, explica. Sus años de formación están narrados en su última novela, Un si beau diplôme: la llegada al instituto, las clases y su huida para salvarse de los linchamientos de sus compañeros hutus. Con todo, se graduó en Burundi, donde trabajó con agricultores para Unicef y para la FAO. En Francia, a donde llegó en 1992, su diploma no valía nada. De modo que volvió a estudiar y trabaja como asistente social en Normandía desde hace casi veinte años.

Has ganado premios muy importantes en Francia y podrías dedicarte solamente a tu carrera literaria. ¿Por qué seguir trabajando como asistente social?

– Escribo sobre las experiencias de la gente. Si he seguido trabajando no es solo por una cierta seguridad económica, sino también porque, gracias a esta profesión, sigo teniendo contacto con el mundo real, el de la pobreza, la soledad de los desatendidos, las mujeres solteras con hijos, los jóvenes desempleados, los drogadictos. Ese es mi trabajo: apoyarlos, defenderlos.

No solo con pobres, madres solteras y desempleados trabaja Mukasonga. También con decenas de jóvenes africanos que se amontonan en las playas de Normandía imaginando un camino que los lleve al Reino Unido. “Ouistreham es una playa frecuentada especialmente los fines de semana por los habitantes de la ciudad de Caen –que está a sólo 10 kilómetros– y por los parisinos –a menos de 200 kilómetros–. Es un pequeño puerto pesquero: a menudo voy allí a comprar mi pescado. En el muelle, se encuentra sobre todo la imponente masa blanca del Ferry que llega a Inglaterra dos o tres veces al día. Es este espejismo el que atrae irresistiblemente a los emigrantes: pasar a Inglaterra donde han puesto todos sus sueños y sus esperanzas. Es casi imposible embarcarse clandestinamente, pero su sueño es más fuerte, son jóvenes, nada los desanimará y si, según los acuerdos, son devueltos a Italia, donde la mayoría de ellos han desembarcado de África, regresarán. ¿Cómo podría no identificarme con ellos? Yo que, a su edad, vagaba sola y perdida en esa ciudad desconocida que era para mí Bujumbura. Me duele que estas generaciones de África se vean obligadas a emigrar, pero sus ojos están llenos del deseo inquebrantable de un futuro mejor”.

Son las 18 en Normandía. Y como es verano no anochecerá hasta las 22. “Eso siempre me hace sentir extraña: no puedo evitar pensar que en Ruanda, la noche siempre cae a las 6 de la tarde”, escribe ahora Mukasonga. Y cuenta que La mujer descalza es su primer libro traducido al castellano. Primero lo hizo Acnur en España, que repartió gratis el libro en escuelas y centros comunitarios como parte de una campaña para visibilizar a las escritoras africanas en la península Ibérica. Y ahora Editorial Empatía lo ayuda a cruzar el mar. En cambio, casi toda la obra de la autora se puede conseguir en portugués y ella misma ha visitado Brasil más de una vez. “Tengo buenos recuerdos de mi conversación con Conceiçao Evaristo y de mi encuentro con Marinete da Silva, la madre de Marielle Franco, asesinada por su acción política a favor de las mujeres y los jóvenes negros de las favelas”, menciona.

Si el odio no la hubiera arrancado de su patria primero y de los suyos más tarde, probablemente Scholastique Mukasonga habitaría ahora su propio inzu, la tradicional gran casa de paja de la Ruanda de antaño. “Entonces, aquí, intenté reconstruir el uruhimbi, un vestidor de cañas que seguía la curva de la cabaña y en el que se exponían los objetos más preciados”, escribe y recorre las piezas de cestería geométricamente decorada, las grandes calabazas, una tiara de hojas de maíz, una corona que las madres usan en los días festivos, un tambor, una espada, “y toda una colección de peines adaptados al pelo de nuestras mujeres africanas”, puntualiza. De toda esa colección, ella se detiene en un objeto especial: “Es para mí el tesoro más preciado: una pequeña jarra de leche para bebés. Está tallada en madera, como deben ser todas las jarras de leche. Y como todas, padeció bastante: fue pegada con savia y se afirmó su estructura con grampas de cobre. No es mi jarra de leche, la que dejé escapar con pánico en medio de los empujones con los que los soldados nos cargaban en camiones para ser deportados a un lugar desconocido. Pero tampoco es un simple sustituto: ahora, esta jarra de leche es para mi el símbolo de mi exilio”.

Afuera de su uruhimbi, la costa de Normandía está salpicada de cementerios militares. “Son los memoriales del desembarco del 6 de junio de 1944, americanos, ingleses, canadienses e incluso alemanes. Mis primeros libros, puedo decir que los escribí en uno de estos cementerios”.  Y describe un pequeño cementerio canadiense con pocos visitantes, a 3 kilómetros de su casa en el que había encontrado un hueco en la entrada por el cual colarse. Cae la noche en la cocina de la autora cuando recuerda: “Lo convertí en mi lugar de escritura. Entonces, me imaginaba que las tumbas sin nombre podrían ser las de los míos”.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/210692-la-mujer-descalza-es-el-primer-libro-traducido-al-castellano

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