México – España / 17 de febrero de 2019 / Autor: Boletin IISUE / Fuente: IISUE UNAM
“La educación es para abrir esperanzas, para construir expectativas de que la realidad se puede transformar”. Así inició Jurjo Torres su conferencia Educación neoliberal. El discurso de excelencia y las prácticas de des-socialización, que organizó el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM el pasado miércoles 6 de febrero de 2019.
Para el investigador de la Universidad de La Coruña, el advenimiento del modelo económico neoliberal implicó la creación de un nuevo lenguaje, que al poco tiempo se filtró al ámbito educativo. “Nos roban el vocabulario”, advirtió. ¿Quién quiere un sistema educativo que no sea de calidad, que no sea excelente?
Sin embargo, para el pedagogo, ensayista y activista español, palabras como “calidad” y “excelencia”, que a primera vista parecen inobjetables como criterios para medir el desempeño en el aula, en realidad esconden concepciones muy cuestionables.
El concepto de “excelencia educativa”, señaló Torres, implica en el contexto neoliberal que cada alumno debe esforzarse para ser el mejor. Sin embargo, esta superación siempre es a costa del otro: para que yo gane, alguien tiene que perder. No tiene sentido colaborar con el otro, pues la educación se concibe, en términos mercantiles, como una inversión en sí mismo.
La educación neoliberal introduce la idea de que hay igualdad de oportunidades y, por tanto, se infiere que el problema es que los estudiantes no tienen una cultura del esfuerzo. “Y a los profesores les gustó la idea”, reconoce el investigador. “Así, cuando suspenden a un estudiante pueden justificarlo diciendo que no se esforzó”.
Pero esta cultura del esfuerzo trae consigo una “moral de la culpa” y un esquema de “autoexplotación”. Si un estudiante no consigue sus metas escolares, no puede señalar el contexto socioeconómico, quizá poco ventajoso, en el que se formó. Es, simple y llanamente, su culpa.
En contraste, el objetivo de una escuela democrática es formar ciudadanas y ciudadanos, personas que se sienten interdependientes y que aprenden a pensar unos en los otros. Una escuela, que, en opinión de Torres, es necesariamente pública.
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Fuente de la Reseña:
http://www.iisue.unam.mx/boletin/?p=7192
ove/mahv