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En EEUU:el experimento educativo de Apple

YUMA, Arizona/ lat.wsj

Ocho meses después de iniciado el año escolar, sus alumnos utilizan sus iPads para crear presentaciones de ángulos, producir videos sobre el ciclo del agua y editar libros digitales sobre fracciones. En los exámenes tomados en el IPad, Rivera puede supervisar el progreso de los alumnos y hacer un seguimiento de las preguntas que les resultan confusas. Cuando ve que los niños están distraídos, les envía mensajes cortos a sus iPads diciendoles “enfócate”.

Ahora Rivera dice que las IPads “realmente mejoran el aprendizaje [de los chicos] y los motiva a aprender”.

La escuela donde enseña Rivera, la primaria H. L. Suverkrup de Yuma, Arizona, es una de las escuelas que participa de un esfuerzo de Apple por utilizar la tecnología para ayudar a nivelar las disparidades entre estudiantes ricos y pobres. El experimento, que forma parte de una iniciativa del gobierno Obama, está dirigido a superar los obstáculos que frustraron esfuerzos anteriores por hacer realidad la promesa de que las tabletas y otros dispositivos logren que el aprendizaje sea más agradable y eficaz.

Hay razones para el escepticismo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, un grupo de naciones ricas, dijo recientemente que escuelas que han invertido fuertemente en tecnología no mostraron “mejoras notables” en los exámenes estandarizados que se toman regularmente en EE.UU. para medir el progreso de los estudiantes. El grupo dijo que los estudiantes que utilizan mucho tabletas y computadoras tienden a rendir menos que los que las utilizan de forma moderada.

El profesor de la Universidad de Michigan Elliot Soloway, que estudia la tecnología en la educación, dijo que el uso de computadoras en el aula no suele mejorar los resultados de las pruebas de nivel porque las escuelas no rediseñan sus planes de estudio.

“Las escuelas siempre cometen el error de comprar primero las computadoras y luego preguntar ‘¿qué hacemos con ellas?’”, dijo Soloway.

Jesus Oropeza y su hermana Joselyn Oropeza usan el iPad en clase.
Jesus Oropeza y su hermana Joselyn Oropeza usan el iPad en clase. PHOTO: ROBERT BENSON PARA THE WALL STREET JOURNAL

Apple está tratando de cambiar esto en parte a través de un mayor apoyo a los educadores. En 114 escuelas en todo el país, incluyendo ocho en Yuma, la empresa está proporcionando un IPad a cada estudiante así como iPads y computadoras MacBook a los maestros y además equipa las aulas con Apple TV. En algunas escuelas, Apple también ayudó a construir redes de Wi-Fi. La compañía, que en 2014 destinó US$100 millones para este esfuerzo, asigna uno de sus empleados a que pase 17 días por año en cada escuela. Durante ese tiempo debe formar profesores y ayudar a preparar las lecciones. Estos empleados, todos antiguos educadores, recomiendan aplicaciones y hasta demuestran técnicas de enseñanza con iPads.

Apple está apuntando a las escuelas con escasos recursos tecnológicos. Yuma es una comunidad agrícola cerca de la frontera con México con un 18% de desempleo. El gasto por alumno es aquí es un poco más de la mitad del promedio nacional. Casi todos los estudiantes califican para recibir almuerzo gratis o a precio reducido.

Rivera dijo que el empleado de Apple en su escuela la ayudó a disipar su escepticismo. Después de cada sesión, dijo la maestra, “vuelvo llena de ideas y no puedo esperar a probar algo nuevo con los niños”.

Un ejecutivo de Apple es el padrino de cada escuela, y ayuda a superar inconvenientes. En Yuma, esa persona es Eddy Cue, vicepresidente sénior de de software y de servicios de Internet. Cue, hijo de inmigrantes cubanos, dijo que sentía una conexión especial con los estudiantes de esta escuela porque la mayoría son hispanos y no hablan inglés en casa.

Es inusual contar con este tipo de apoyo, dijo Daniel Owens, un socio de Learning Accelerator, organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo integrar la tecnología en las aulas y que no está involucrada con este proyecto de Apple. “No he visto nada como esto antes”, dijo.

Apple tiene incentivos comerciales para mostrar su tecnología en las escuelas. Ha perdido terreno en la educación, uno de sus tradicionales puntos fuertes. En el tercer trimestre de 2015, los Chromebooks de Alphabet Inc. representaron el 51% de las compras de computadoras y tabletas efectuadas por las escuelas de Estados Unidos, en comparación con un 24% de productos de Apple, según la firma de investigación Futuresource Consulting.

Algunos programas educativos que emplean tecnología de Apple han fracasado. En agosto de 2014, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles suspendió un programa de más de US$1.000 millones para equipar a cada estudiante con una iPad en medio de informes de confusión entre los profesores y casos en los que los estudiantes retiraron las medidas de seguridad de los dispositivos.

También hubo críticas sobre el proceso de adquisición y dudas sobre si los funcionarios del distrito habían considerado adecuadamente otras opciones antes de decidir la compra de iPad con materiales de estudio de Pearson PLC. Un portavoz del distrito escolar se negó a hacer comentarios, diciendo que el asunto es parte de una investigación federal en curso.

Otro esfuerzo ha mostrado un progreso. Los votantes del Distrito Escolar Unificado del Valle de Coachella en el sur de California, donde casi todos los estudiantes reciben almuerzo gratis o a precio reducido, aprobaron la emisión de un bono de US$42 millones para suministrar iPads a los 20.000 estudiantes que comenzaron el año lectivo 2013. Apple no está financiando este esfuerzo.

Los administradores escolares de Coachella han adoptado algunas técnicas novedosas. En barrios que no tienen acceso a Internet, los funcionarios estacionaron autobuses escolares equipados con Wi-Fi. El superintendente Darryl Adams dice que las iPads permitieron elevar la tasa de graduación de escuela secundaria del distrito de 65% en 2011 a 82% en 2015.

El esfuerzo de Apple en Yuma, lanzado a pleno en agosto pasado, también ha encontrado dificultades. Muchos estudiantes carecen de conexiones de Internet en su casa, por lo que se les dificulta completar algunas tareas con sus iPad. Actualmente, los estudiantes no pueden llevarse las iPads a su casa. El distrito escolar solicitó aAT&T una subvención de acceso móvil a datos para poder conectar a profesores y estudiantes fuera de la escuela. En una visita a Yuma a principios de este año, Cue le dijo a un director de escuela que podía ayudar porque “conozco a alguien” en AT&T: su presidente ejecutivo, Randall Stephenson. La respuesta a la solicitud está pendiente.

A pesar de estas dificultades, los profesores dicen que las iPads dan a los estudiantes mayor control y flexibilidad para aprender. Los estudiantes pueden investigar temas que les interesan y los más avanzados pueden continuar mientras los maestros asignan trabajo extra a los que tienen más dificultades.

Algunos maestros se preocupan por lo que ocurrirá después de tres años, cuando la subvención de Apple expire y el distrito no pueda permitirse el lujo de comprar nuevas tabletas. Esta preocupación “ha estado en mi mente desde el día en que escribí la propuesta de subvención”, dijo Trina Siegfried, que supervisa el programa.

Cue dijo que si la tecnología demuestra ser eficaz, será más fácil encontrar una financiación continua. “Hay que resolver el problema que tenemos hoy en día y no preocuparse por el problema que vamos a tener mañana”, dijo.

Siegfried dice que, pase lo que pase, el distrito se beneficiará. “Si alguien viene y me dice que voy a poder conducir este hermoso auto nuevo, pero sólo por tres años, aún así voy a aceptar el auto”.

Fuente: http://lat.wsj.com/articles/SB11088086084192264892404582070834283514016?tesla=y

Fecha de publicación en OVE: 22 Mayo 2016

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España: Las tecnológicas, a la conquista del suculento mercado de la educación

Noticia/ 08 de mayo de 2016 / Por: EFECOM

Compañías como HP, Lenovo, Toshiba o Samsung apuestan fuerte por la educación en España, un suculento mercado de diez millones de usuarios y más de 1.000 millones de euros potenciales de facturación al año en el que compiten con su última tecnología, incluso, con realidad virtual.

Las tecnológicas, a la conquista del suculento mercado de la educación

«Si quieres ser líder en el mercado español, tienes que ser número uno en educación», afirma el director de Empresas y Sector Público del fabricante chino Lenovo, Alberto Ruano.

Y para argumentarlo recurre a una comparación muy gráfica: «Un colegio, con 500 niños, es como una cuenta de una gran empresa».

Según la consultora IDC, el gasto en ordenadores, programas informáticos y servicios de tecnologías en la educación en España fue de 508 millones de dólares en 2014 y se elevará a 528 millones en 2019, lo que supone un crecimiento medio anual del 0,8 %.

Mucho más optimistas son compañías como Lenovo, que llegan a hablar, en enseñanzas no universitarias, de un negocio de 816 millones de euros anuales, mientras en la universitaria, rondaría los 361 millones, lo que arroja un total 1.177 millones.

«En unos años se tienen que alcanzar esas cifras», coincide David Alonso, encargado del segmento educativo en Samsung España.

El curso actual, 2015-16, arrancó con 8.090.611 alumnos no universitarios, a los que hay que sumar el millón y medio de universitarios, los alrededor de 900.000 matriculados en escuelas de música, danza o idiomas y, obviamente, sus profesores.

«Tenemos un mercado potencial de diez millones de usuarios», resume el directivo de Samsung.

Y para conquistarlo, las compañías despliegan todos sus «encantos», tecnológicamente hablando.

Lenovo apuesta por tabletas para niños de infantil y por portátiles de 10-11 pulgadas, para primaria, y de 14-15 pulgadas para secundaria, bachillerato y enseñanzas universitarias.

Los directivos de Lenovo, Toshiba y HP coinciden en que la tableta «puede ser un dispositivo de consulta», pero que para «trabajar» hay que recurrir al portátil, mientras para el directivo de Samsung la frontera entre ambos «cada vez es más difusa».

En la Escola Virolai de Barcelona, usan tabletas en infantil para que los niños trabajen las emociones con la creación de un avatar o cuenten historias mediante la técnica «stop motion», que permite aparentar el movimiento con imágenes fijas sucesivas.

En primaria recurren a la tecnología «para buscar información» y trabajar distintas formas de expresión y en secundaria, el foco se centra en la programación, porque el objetivo es que los alumnos den el paso «de usuarios a creadores digitales», detalla la directora del centro, Coral Regí.

Pero no sólo de tabletas y portátiles, o híbridos, se nutre la apuesta por las tecnologías en educación: la última ofensiva de Samsung es la realidad virtual, que permite usar contenidos de forma totalmente inmersiva.

Un ejemplo. Los niños están estudiando el Imperio Romano. «En vez de ver fotos en un libro o un vídeo en una pantalla, te pones unas gafas de realidad virtual y es como si estuvieses en la ciudad de Tarraco en la época romana», detalla el directivo de Samsung.

¿Ventajas? «Además de más motivador, seguramente haga más fácil el aprendizaje», responde Alonso.

Las ventas de las tecnológicas en educación varían por niveles: mientras en primaria o secundaria el grueso de la tecnología está en el colegio, en las universidades se impone que cada alumno se lleve su dispositivo.

El gasto también depende del modelo de despliegue por el que se opte.

«Hay comunidades autónomas que han ido al modelo de aula digital, con pizarras interactivas y contenidos digitales, y otras al modelo 1-1: que cada alumno tenga su dispositivo», dice el director de Servicios Público de Red.es, Francisco Javier García Vieira.

Además de tener el futuro garantizado, el de la educación es un negocio creciente, ya que cada año más centros se suman a la digitalización.

Eso explica que, en el caso de Lenovo, la educación haya pasado en dos años y medio de no aportar ingresos para la compañía en España a representar el 35 % de su facturación, aunque Toshiba ha visto caer ese peso del 20-25 % al 5 %, lo que achaca a la crisis.

Independientemente del modelo que se elija, una queja común es la falta de conectividad suficiente en las escuelas.

Para subsanarlo, Industria ha puesto en marcha el programa «Escuelas conectadas», dotado con 330 millones de euros y cuyo objetivo es que en todos los espacios docentes se pueda acceder en buenas condiciones a la red.

 

Fuente: http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/7549420/05/16/Las-tecnologicas-a-la-conquista-del-suculento-mercado-de-la-educacion.html

Foto: http://s03.s3c.es/imag/_v0/700×420/e/9/5/tablet-grafico-sube-personas-pequenas.jpg

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España: Los alumnos que huían de las matemáticas

El exceso de cálculo en las aulas y la falta de conexión con los problemas cotidianos están entre las causas, según los expertos

Madrid

A principios de 2015, la profesora de la Universidad de Stanford Jo Boaler desató la polémica entre los académicos con un artículo en el que criticaba duramente la forma de enseñar matemáticas en la escuela. Boaler cargaba contra el sistema educativo británico por obligar a los niños de 9 años a memorizar las tablas de multiplicar, incluidas las del 11 y 12. Sus investigaciones demostraban que cuando los niños se examinan de las tablas se dispara su ansiedad. Si no es lo suficientemente rápido, el alumno piensa que no es bueno y pierde la confianza en su potencial. Esa frustración es, en opinión de Boaler, el germen del desapego de la mayoría de estudiantes hacia las matemáticas.

El exceso de memorización, el poco tiempo para resolver un gran número de operaciones durante un examen y la desconexión del cálculo con los problemas cotidianos son, a juicio de Boaler, algunos de los factores que conducen al fracaso en esa materia.

“Las matemáticas de la escuela están muy desconectadas de las matemáticas que sirven para solucionar problemas en el mundo real”, asegura el británico Conrad Wolfram, fundador de la organización Computer Based Math, cuyo objetivo es rediseñar el programa académico de la asignatura de matemáticas y exportarlo a todo el mundo. Según Wolfram, uno de los problemas fundamentales es la cantidad de tiempo que se dedica a enseñar a calcular a mano, cuando los ordenadores deberían asumir esa función. “Nuestra misión en construir un plan desde cero basado en el uso del ordenador. Una vez que el estudiante tiene las nociones básicas de cálculo, no tiene sentido que dedique tantas horas a resolver divisiones de grandes números”.

Su planteamiento es que el alumno debe entender el por qué de las operaciones y aprender a identificar qué métodos matemáticos sirven para solucionar los problemas de la vida real. De momento, Wolfram ha puesto en marcha un programa piloto en varias escuelas públicas de Estonia en el que la probabilidad y la estadística toman mayor protagonismo. Por ahora han empezado con una pregunta muy sencilla: ¿Pueden las matemáticas ayudarme a saber si estoy en la media? Con este juego en el que los estudiantes calculan y comparan sus características físicas, los profesores consiguen que se involucren. “Es esencial que entiendan la conexión entre el mundo que ven y lo que tratan de descifrar”.

Uno de los problemas fundamentales es la cantidad de tiempo que se dedica a enseñar a calcular a mano

En España, los expertos consultados defienden que el modelo tradicional de enseñanza de las matemáticas no es efectivo y genera desafección. “En Secundaria, el programa académico está muy centrado en el cálculo, en la parte más abstracta de las matemáticas y muchos alumnos no entienden para qué sirven”, asegura Agustín Carrillo, secretario general de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas.

“La clave es dar mayor protagonismo a los alumnos a través de la experimentación y no basar la metodología de enseñanza en clases magistrales con una pizarra como principal elemento”. Desde el año 2010, Carrillo dirige uno de los once institutos Geogebra que hay en España. Estos centros promueven el uso en los colegios de un software libre que permite manipular objetos y resolver problemas a través del ordenador. “Por ejemplo, un ejercicio típico en clase es hallar la posición del circuncentro de un triángulo -el centro de la circunferencia que pasa por los tres vértices-. El programa permite mover el triángulo y observar cómo se traslada ese punto”. El objetivo es que el alumno dirija la investigación.

Para conseguir que los estudiantes se enganchen a las matemáticas es fundamental el formato de las clases. “La enseñanza oficial falla en un aspecto, no dispone de recursos para ofrecer un método personalizado”, dice Daniel González de la Vega, ingeniero industrial y fundador de Smartick, un software de inteligencia artificial que analiza la forma en la que un niño resuelve problemas y que adapta el contenido a la velocidad de aprendizaje. La idea es estimular al estudiante con continuos retos adaptados a su nivel. Smartick promete una mejoría en las notas de los estudiantes con solo 15 minutos al día en la aplicación.

Desde su lanzamiento en 2011, han trabajado con 18 colegios, la mayoría privados y concertados, y más de 20.000 usuarios han descargado la aplicación. Entre los 30 profesionales que integran el equipo, hay un profesor de didáctica de las matemáticas de la Universidad Autónoma de Madrid y un experto en inteligencia artificial de la Carlos III.

La clave es dar mayor protagonismo a los alumnos a través de la experimentación.

“Hay dos formas de enseñar matemáticas: la mecanicista, poco creativa y orientada al resultado de una operación, y la que se basa en el aprendizaje por proyectos”, indica González de la Vega. En su opinión, el sistema educativo en España no dispone de profesores de primaria con el suficiente nivel de especialización para poner en práctica la segunda modalidad. “Por norma general, los estudiantes de Magisterio no suelen ser los más brillantes. Muchas veces, ellos mismos fracasaron en matemáticas durante su etapa escolar y por eso les resulta más fácil recurrir a la fórmula del libro de texto”, apunta.

González de la Vega comenta que las matemáticas parecen tener poca importancia para los padres. “Dan por hecho que el colegio se encarga de enseñar bien matemáticas, no sucede como con el inglés que la mayoría se apunta a clases particulares”. Una de las principales razones que comunican los padres que se dan de baja de Smartick es la falta de tiempo. “Nosotros recomendamos que estén solo 15 minutos y sin embargo se sabe que los niños dedican 2,4 horas de media al día a ver la televisión. Es una cuestión de prioridad”.

La tecnología tiene cada vez un peso más importante en la sociedad. La programación ya es obligatoria en los colegios de Estados Unidos y las nuevas disciplinas como la Inteligencia Artificial y el Data Science requieren un alto dominio de matemáticas. Es ahí donde se está generando empleo. “Si no cambiamos la manera de dar las clases, las matemáticas seguirán siendo aburridas”, dice Conrad Wolfram, “poco efectivas y destinadas al fracaso de estudiantes desconectados, empleados insatisfechos, profesores frustrados y padres preocupados”.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2016/04/24/actualidad/1461527206_970734.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s

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