Por: Internacional de la Educación/21-03-2018
Frente a la desesperada situación de los niños y niñas sirios, la Internacional de la Educación ha pedido encarecidamente al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que intensifique las presiones sobre todas las partes del conflicto.
En una carta dirigida al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, el Secretario General emérito de la Internacional de la Educación (IE), Fred van Leeuwen, ha condenado las graves violaciones de los derechos humanos observadas en el marco del conflicto sirio y concretamente las crueles violaciones de los derechos infantiles. En nombre de la IE, van Leeuwen ha expresado su profunda preocupación por la violencia indiscriminada y deliberada ejercida contra las instituciones educativas, estudiantes, personal docente y académico y todos los integrantes del sector educativo.
Los niños y niñas son el grupo más vulnerable
«La educación es un derecho humano y un bien público, las escuelas y las universidades deben ser entornos seguros para la enseñanza y el aprendizaje»,declaró van Leeuwen.
Este debate de alto nivel se produce tras los informes que han revelado que los niños y niñas de la República Árabe de Siria son los más vulnerables a la violencia y los abusos. Su sufrimiento se debe a los ataques perpetrados contra las poblaciones civiles, a la falta de acceso a la educación y a su captación como niños soldados.
Recomendaciones de la IE
La Internacional de la Educación ha recomendado que el Consejo de Derechos Humanos y los Estados miembros de las Naciones Unidas insten a todas las partes en conflicto a:
• Reconocer y respetar el derecho de todos los niños y niñas y de los adultos a una educación segura en un entorno de aprendizaje pacífico, y a respetar las instituciones educativas como refugios seguros;
• Cesar inmediatamente toda forma de ataques y violencia dirigidos contra las instituciones educativas, estudiantes, docentes, personal académico y otro personal de la educación;
• Cesar inmediatamente la ocupación y el uso ilegales de las instituciones educativas para fines militares y desalojar aquellas ocupadas actualmente por grupos militares o armados.
• Adoptar todas las medidas posibles para proteger a los estudiantes, docentes, personal académico y otro personal de la educación de cualquier ataque deliberado en su trayecto entre el domicilio y el lugar de trabajo o de aprendizaje;
• Adoptar todas las medidas posibles para garantizar la continuación de la educación durante el conflicto;
• Adoptar todas las medidas posibles para garantizar el acceso a la educación a todos los niños y niñas afectados por el conflicto sirio, incluidos aquellos refugiados y desplazados dentro de Siria y en los países vecinos;
• Garantizar que las víctimas de los ataques contra las instituciones educativas reciben la asistencia necesaria, especialmente ayuda médica y humanitaria.
Intensificar los esfuerzos
La federación sindical mundial ha instado asimismo al Consejo de Derechos Humanos y a los Estados miembros de la ONU a colaborar en la supervisión y la denuncia de los ataques contra las instituciones educativas, ayudar a terminar con la impunidad, intensificar los esfuerzos diplomáticos para poner fin inmediatamente al conflicto y apoyar todas las iniciativas orientadas a la total restauración del sistema educativo sirio.
Asimismo, la Internacional de la Educación ha animado a los gobiernos implicados en el conflicto a firmar y respaldar las Directrices para prevenir el uso militar de escuelas y universidades durante conflictos armados.
Informes alarmantes
Entre los numerosos informes internacionales alarmantes sobre los efectos del conflicto sirio, el Informe de 2017 de UNICEF destaca que, la imposibilidad de acceder a la educación es un grave problema para los niños y niñas: se estima que Siria cuenta con 1,75 millones de niños/as en edad escolar y más de un 40 % de niños/as sirios/as refugiados/as no están escolarizados. En 2017, la ONU confirmó 2909 casos de violaciones graves de los derechos infantiles (incluidos 119 ataques a hospitales y 89 ataques a escuelas).
En 2018, el conflicto de Siria sigue provocando daños devastadores para todos los niños y niñas y para la educación: cientos de estudiantes han sido asesinados y miles siguen viéndose privados de su derecho a la educación, decenas de escuelas han quedado destruidas o dañadas y el sistema educativo está gravemente perturbado. En los primeros meses de este año, los intensos combates que han tenido lugar en las regiones de Afrin, Idleb y Ghouta oriental se han dirigido claramente contra las poblaciones y las infraestructuras civiles. La negativa de permitir la ayuda humanitaria y médica en las zonas de conflicto agrava el sufrimiento de los niños y niñas y de toda la población civil.
Acceso negado
En las regiones de Ghouta oriental y Afrin, los niños/as y los estudiantes no tienen acceso a las escuelas y las universidades. Las actividades educativas se han interrumpido debido a los bombardeos y los ataques aéreos. Los informes indican que, solo en la región de Afrin, se han cerrado 311 escuelas, entre ellas 261 escuelas de primaria y 50 de secundaria y de enseñanza superior; 31 escuelas han quedado destruidas o gravemente dañadas; 2327 docentes han sido obligados a dejar de impartir clases, dejando así a 65 000 niños privados de su derecho a la educación; además, 250 estudiantes y 136 docentes universitarios no tienen acceso a sus universidades.
*Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/15741/el-consejo-de-derechos-humanos-de-las-naciones-unidas-aborda-las-violaciones-de-los-derechos-infantiles-en-siria