Sexto día de paro en Colombia: aumentan las protestas luego del asesinato de Dilan Cruz por la policía

América del sur/Colombia/27 Noviembre 2019/Nodal

Muere Dylan Cruz, el joven baleado por la policía durante las protestas en Colombia

Dylan Cruz, el joven de 18 años de edad que fue gravemente herido de bala por funcionarios de la policía anti disturbios de Colombia durante las manifestaciones del jueves 21 de noviembre falleció en el Hospital San Ignacio de Bogotá durante la noche del lunes.

La noticia de su muerte se esparció rápidamente entre jóvenes estudiantes, quienes hicieron presencia en el lugar para honrar la memoria de quien se convirtió en la imagen icónica de las manifestaciones de Colombia. El fallecimiento de Dylan se torna aún más amargo al conocer que hoy debió haber asistido a su acto de graduación de secundaría.

El presidente de la nación, Iván Duque, expresó su tristeza por la muerte de Dylan y aseguró nuevamente que investigarán quienes son los responsables del hecho. Declaró lo siguiente:

“Expresamos nuestras sinceras condolencias a su mamá, su abuelo y sus dos hermanas. Reitero mi solidaridad con esta familia… Estoy seguro de que millones de colombianos estamos elevando plegarias a dios por su vida y por su familia”.

Entre tanto, Denis Cruz, hermana de Dylan, asistió al acto de graduación del joven en el Colegio Ricaurte IED, ubicado al sur de Bogotá, donde recolectó el diploma e hizo un llamado de paz, declarando lo siguiente:

“Queremos que esto que pasó con Dylan no sea para más disturbios, para armar más violencia, en lo absoluto, queremos que esto sea un detonante para acabar con la violencia, con todo lo malo que está pasando en este momento en el país. Así como todos, Dylan también quiere la paz”.

Este hecho, junto a un significativo número de personas detenidas arbitrariamente y heridas gravemente, provocó que la oposición y colectivos de abogados advirtieran a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la grave situación que se vive estos días en Colombia.

Ismor.bo


Minuto a minuto: así avanzan movilizaciones en Bogotá en homenaje a Dilan Cruz

Se cumplen cinco días desde que inició el denominado ‘paro nacional’. En la noche del lunes 25 de noviembre el Hospital San Ignacio comunicó la noticia de la muerte de Dilan Cruz, el joven resultó herido por un agente del esmad en medio de las manifestaciones. Este 26 de noviembre el luto que alcanza a muchos parece ser el principal motivo por el que las personas, una vez más, saldrán a las calles.

Desde la Secretaría de Movilidad se tiene previsto que en distintas horas del día se adelanten manifestaciones en puntos como la intersección de la calle 19 con carrera Cuarta, el Hospital San Ignacio, el Parque de los Hippies y el Portal 80.

El Espectador


Naciones Unidas pide esclarecer la muerte de Dilan Cruz

«Pedimos que sean esclarecidas las responsabilidades por la muerte de Dilan Cruz por parte de la Fiscalía. No debe haber impunidad», señaló la oficina en un mensaje publicado en sus redes sociales.

La representación de esa dependencia en Colombia también rechazó el «presunto uso excesivo de fuerza por parte del Esmad que arrebató prematuramente su vida» durante las protestas contra el Gobierno del presidente Iván Duque.
De la protesta social a la muerte

Cruz fue ingresado el sábado por la tarde en el Hospital San Ignacio, en el barrio de Chapinero, tras ser herido por el Esmad cuando protestaba de forma pacífica en el centro de la ciudad.

Desde ese día, miles de participantes en las manifestaciones contra la política económica y social del presidente Duque se congregaron frente al hospital como homenaje al joven estudiante, convertido en símbolo de la violencia policial.

Su fallecimiento se produjo justo el día en que debería haber recibido el grado de bachiller del Colegio Ricaurte, en el sur de Bogotá, en un acto en el que lo representó su hermana Denis.

Cruz se convirtió así en la primera víctima mortal por represión policíal en el país desde que se iniciaron las protestas y se suma a otras tres personas que murieron en disturbios el pasado jueves en las ciudades de Buenaventura y Candelaria, en el departamento del Valle del Cauca.
Homenajes

Ante esta situación, centenares de personas se volvieron a reunir a lo largo de la noche en el hospital en torno a un altar formado por flores, con las que hicieron un corazón; de velas, que encendieron en su honor, y de pancartas con mensajes de apoyo a los familiares, rechazo a la violencia y críticas al Esmad.

ONU Derechos Humanos Colombia

@ONUHumanRights

Nos entristece la trágica muerte de Dylan Mauricio Cruz de 18 años. Rechazamos el presunto uso excesivo de fuerza por parte del Esmad que arrebató prematuramente su vida. Toda nuestra Solidaridad con su familia y amigos @Denis011114 @EnriquePenalosa

Ver imagen en Twitter

ONU Derechos Humanos Colombia

@ONUHumanRights

Pedimos que sean esclarecidas las responsabilidades por la muerte de por parte de la Fiscalía @FiscaliaCol. No debe haber impunidad

773 personas están hablando de esto

También bloquearon la carrera Séptima, una de las principales avenidas de Bogotá, tumbándose en el piso y haciendo un minuto de silencio como homenaje a la víctima.

La escena se replicó en la calle 19 con carrera Cuarta, lugar del centro de Bogotá donde el joven fue agredido por la Policía.

Las redes sociales se incendiaron con mensajes de apoyo a su familia y en rechazo a los ataques del Esmad contra la protesta pacífica con tendencias como «Dilan», «Lo mataron», «Asesino», «El 26N el paro sigue», «Desmonte del Esmad ya» y «Ni perdón ni olvido».

Mensaje de su hermana

Su hermana Denis lo representó el lunes en la ceremonia de graduación de bachiller y recibió su diploma en el colegio público Ricaurte, en el sur de la ciudad.

Allí leyó un corto discurso en el que agradeció a los profesores, directivos y estudiantes del colegio por el apoyo brindado a ella y a su familia desde el sábado, cuando su hermano fue herido.

«Queremos que esto que pasó con Dilan no sea para más disturbios, no sea para que se arme más violencia. Que sea un detonante para acabar con la violencia y todo lo malo que está pasando», dijo con la voz entrecortada.

Noticias Canal 1


Familia de Dylan pide que no haya más disturbios

Tras el fallecimiento del joven Dylan Cruz, quién fue herido en medio de las manifestaciones que ocurrieron el pasado sábado en Bogotá, su familia hizó un llamado a que cese la violencia y pidió que no haya más revueltas.

Varios de los manifestantes que se movilizaban por el lugar, grabaron el incidente cuando el estudiante huía de los gases lacrimogenos y fue impactado por un objeto, en la cabeza. Asimismo, aseguraron que el Esmad – Escuadrón Móvil Antidisturbios- había sido el presunto responsable de este hecho.

El joven de 18 años fue trasladado al Hospital San Ignacio, en donde fue diagnosticado con un paro cardiorrespiratorio secundario a un trauma craneoencefálico penetrante y lesiones en el tórax.

A pesar de las atenciones brindadas en la Unidad de Cuidados Intensivos, el pasado lunes, 25 de noviembre de 2019, en horas de la noche el centro médico anunció el fallecimiento de Dylan Cruz, el cual había entrado en un estado crítico irreversible a causa de sus heridas.

Palabras de los familiares

Previo al fallecimiento de Dylan, su hermana Denis Cruz, se tomó unos minutos para decir unas palabras y hacer un llamado de atención para acabar con la violencia, en medio de la ceremonia de graduación en donde el joven iba a recibir su diploma como bachiller.

“Queremos que eso que pasó con Dylan no sea para más disturbios, queremos que esto sea un detonante para acabar con la violencia , con todo lo malo que pasa en el país. Pedimos paz. Él luchaba por sus derechos. Como todos, Dylan quiere la paz. Lo único que le pedimos es que oren por él”
Investigaciones

El caso del joven es investigado en conjunto por la Procuraduría y la Policía, por lo que el pasado lunes, el director de la Policía, el general Óscar Atehortúa indicó que el responsable fue destituido de su cargo.

No obstante, ante este incidente, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Colombia, solicitó mediante un mensaje en su red social Twitter, que la Fiscalía abriera una investigación y al Ministerio de Defensa que establezca medidas para que este trágico suceso que entristece a todo el país, no vuelva a ocurrir.
Marchas nacionales

Mientras un grupo de manifestantes permanecen frente al Hospital San Ignacio, en honor al joven fallecido. En todo el país se convocaron marchas para honrar su memoria.

Fuente: https://www.nodal.am/2019/11/sexto-dia-de-paro-en-colombia-aumentan-las-protestas-luego-del-asesinato-de-dilan-cruz-por-la-policia/

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África: Mi país es rico, pero yo no puedo ir al cole

África / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Lola Hierro / Fuente: El País

Hay 264 millones de menores sin escolarizar en el mundo y dos tercios viven en países de abundantes recursos naturales. Su explotación genera conflictos que afectan a la educación. Un informe lo analiza

A primeros de septiembre, ciudades y pueblos se llenan desde bien temprano de niños somnolientos y nerviosos que se enfrentan a su primer día de curso. Una imagen tan habitual para algunos no lo es en absoluto para muchos, muchísimos otros. En los últimos años se ha avanzado en la escolarización de los menores —entre 2000 y 2015 el acceso a la escuela primaria llegó al 90% de los niños— pero todavía quedan 264 millones sin escolarizar en todo el mundo. Y dos tercios de ellos viven en países ricos en recursos naturales, pero que paradójicamente ocupan los últimos puestos de desarrollo y tienen presupuestos en educación inferiores al 3% de su PIB.

Para llamar la atención sobre esta realidad tan chirriante, la ONG Entreculturas ha lanzado la campaña Escuelas en peligro de extinción y, con ella, un informe titulado Educación en zona de conflicto que analiza minuciosamente las relaciones entre el derecho a la educación, la explotación de recursos naturales, la paz y el desarrollo sostenible.

«La fuerte presión sobre los recursos minerales, fósiles, pesqueros, forestales, agrícolas o hídricos y la lucha por su control generan, además de degradación ambiental, tensión, conflictos, violencia y desplazamientos forzosos», resume el estudio, que describe cómo los civiles que viven en estas áreas explotadas ven vulnerados sus derechos. Sobre todo, el de la educación. Los datos hablan por sí solos: el 87% de las personas desplazadas en el mundo en la última década proceden de zonas de explotación minera y petrolera.

Mi país es rico, pero yo no puedo ir al cole

Y de eso sabe Hombeline Bahati, coordinadora de un proyecto de mejora de medios de vida con el Servicio Jesuita al Refugiado. Trabaja en Masisi, en la castigada región de Kivu norte, en la República Democrática del Congo (RDC). Un país con abundantes recursos minerales que lleva 20 años sumido en un conflicto sin visos de acabar. Oro, el tantalio que hace funcionar los teléfonos móviles… RDC es una mina y todos quieren beneficiarse de ella.

«Existen problemas tribales por el acceso a la tierra, porque con la crisis de los noventa de Ruanda, los hutus se desplazaron a Masisi y siguen ahí, y no hay sitio para todos», explica Bahati, en Madrid para dar visibilidad a su trabajo. Luego, desde que llegaron los blancos a ayudar y descubrieron la riqueza de nuestras montañas; empezaron a explotar la tierra y entonces ya no fue solo para cultivarla, sino para obtener mayores beneficios. Ahí entraron el Gobierno, las milicias, las grandes empresas extractivas… ya fue una lucha de todos contra todos», describe.

Solo en Masisi se aglutinan 11 campos de refugiados y Bahati trabaja en siete. Se estima que en ellos viven —o malviven— unas 36.000 personas. «A través de la formación en diferentes oficios, estas personas pueden ser autónomas. Son familias que tuvieron que irse a otros pueblos o a campos de refugiados para estar más tranquilos porque sufrían los enfrentamientos entre guerrillas o entre estas y el ejército regular».

Es un círculo vicioso: a menor educación, más conflictos, y a más conflictos, menor educación. Y la particularidad de que la contienda tenga que ver directa o indirectamente con la explotación de los recursos de un país solo empeora las cosas. Según el informe, es un agravante para los niños y niñas en edad escolar: «Diez de los países con indicadores educativos más bajos son ricos en recursos naturales. Ocho de ellos están siendo o han sido asolados por conflictos. De los 40 conflictos que se han producido entre el año 1999 y el año 2013 han conllevado ataques recurrentes a la educación, más de la mitad han estado vinculados directa o indirectamente con los recursos naturales», enumera. Y además, durante los últimos 60 años, entre cuatro y seis de cada 10 conflictos armados tuvieron un vínculo con la explotación de recursos naturales. La mayoría fueron en África subsahariana, pero también en América Latina y Asia.

La razón fundamental es que estas contiendas se prolongan más tiempo, llevan asociados mayores niveles de violencia, especialmente contra las mujeres, y son más difíciles de superar. El riesgo de resurgimiento es mucho más alto, en parte porque los procesos de paz y reconciliación no suelen abordar la gobernanza y gestión de los recursos naturales.

El 87% de las personas desplazadas en el mundo en la última década proceden de zonas de explotación minera y petrolera

En Masisi, Bahati es testigo a diario de cómo esto afecta a la educación de los niños: «Cuando hay un conflicto no funciona nada, y tampoco los colegios. Llegan familias desplazadas con sus hijos a una nueva comunidad y las escuelas de la zona no tienen plazas para todos, se desbordan, así que los menores no pueden acceder a la educación o acceden a una de muy mala calidad», describe.

Otras guerras menos visibles

Hay conflictos armados más violentos a primera vista, como por ejemplo el de RD Congo. En ellos se atacan escuelas, se asesina, se producen desplazamientos forzados de comunidades enteras y una importante degradación medioambiental. Pero existen otros de menor escala que afectan a millones de personas de pequeñas comunidades locales y tienen su origen en el acaparamiento de tierras que luego explotarán grandes empresas (cultivos intensivos de soja, por ejemplo, en América Latina) o en la lucha por recursos decrecientes (agua, tierras, pastos, pesca…).

Se calcula que hay activos más de 2.000 conflictos medioambientales, una cifra que ha aumentado en los últimos años en paralelo a los asesinatos de ecologistas, que a menudo ejercen también el liderazgo educativo en sus comunidades. Uno de los más sonados fue el de Berta Cáceres, pero no el único. Estos crímenes aumentaron un 59% entre 2004 y 2015, con 185 asesinatos en 16 países, según el último informe de Global Witness.

En los conflictos armados relacionados con los recursos naturales son frecuentes los ataques a la educación. Desde los ataques a escuelas y a profesores, la destrucción de aulas, el reclutamiento de niñas y niñas como soldados, hasta la violencia contra mujeres y niñas, estudiantes y docentes. En el caso de la República Democrática del Congo, por ejemplo, desde 2013 han sido destruidas más de 500 escuelas y más de 200.000 escolares se han visto afectados.

En los conflictos medioambientales, los impactos no son tan visibles, en parte porque los ataques directos a escuelas, profesores y estudiantes son menos frecuentes, pero también son muy dañinos y vulneran el derecho a la educación de milones de menores. La apropiación de tierras por parte de empresas desplaza a la población que las habitaba o trabajaba, con la consiguiente pérdida de oportunidades educativas para los afectados. En Kenia hay 30.000 escuelas en riesgo de desaparición por este fenómeno. El 83% no cuenta con un título jurídico de propiedad, por lo que sus efectivos propietarios no pueden defenderse.

Una cuestión de género

De entre todos los perjudicados por este tipo de contiendas, las mujeres y niñas tienen un problema añadido. La educación las empodera para enfrentarse a diversas discriminaciones. Pero si no tienen la oportunidad de formarse, serán más proclives a sufrir otros abusos. Es el caso del matrimonio infantil o el acceso a la salud o al empleo. Sin olvidar a que en los lugares donde existen conflictos por los recursos naturales se producen a menudo violaciones masivas de mujeres como arma de guerra. Además de las secuelas físicas y psicológicas, estas quedan estigmatizadas de por vida y marginadas, por lo que acaban por destruir el tejido social de las comunidades.

Bahati lo describe desde su experiencia. Explica que los desplazados pierden el acceso a la tierra, ya no tienen donde cultivar y por tanto dejan de ganar dinero. «Como mucho pueden realizar alguna actividad económica informal, y si les sobra algo del poco dinero que ganan para destinarlo a la educación, van a privilegiar a los niños varones», cuenta Bahati. «El que las niñas estén en los campos sin hacer nada las lleva a la esclavitud sexual: en mis campos sucede mucho», asegura la congoleña. «Por menos de medio dólar, los padres las prostituyen».

En República Democrática del Congo, desde 2013 han sido destruidas más de 500 escuelas y se han visto afectados más de 200.000 escolares

Más guerra, peor alimentación y peor educación

Como se mencionaba antes, una buena parte de las personas más pobres del mundo vive en países ricos en recursos naturales. Y también de los hambrientos. Esa combinación de pobreza y hambre dificulta el acceso a la educación y al aprendizaje efectivo: un niño con hambre o con carencias nutricionales no va a rendir adecuadamente en el colegio. Y, sin embargo, la educación es fundamental para salir del círculo de la pobreza.

Igual ocurre con los problemas de salud: afectan al derecho a la educación porque favorecen el absentismo, el abandono o las dificultades de aprendizaje. Otras consecuencias sobre la salud son la contaminación generada por las industrias mineras o de hidrocarburos, la destrucción de infraestructuras sanitarias y la propagación de enfermedades.

Medidas realistas

Dos niñas hacen los deberes en el campo, en Etiopía.
Dos niñas hacen los deberes en el campo, en Etiopía. 

Con esta campaña, Entreculturas hace un llamamiento a los Gobiernos de países donde existen conflictos relacionados con los recursos naturales. Les exhortan a que recaben el consentimiento libre, previo e informado de las poblaciones locales y que respeten sus derechos fundamentales, sobre todo el derecho a la vida, a la alimentación adecuada, a la salud y a la educación. Sobre esta última, el informe recalca que es imprescindible que se refuercen los medios y la financiación actuales para paliar los déficits existentes. Un ejemplo positivo, en opinión de los investigadores, es el de Etiopía, donde la pobreza se ha reducido a la mitad desde 1995, cuando empezó a aplicar programas educativos más eficaces.

En el caso de las comunidades indígenas, se hace especial hincapié en la inversión en una educación bilingüe, en un refuerzo del enfoque multicultural y de la orientación de la educación hacia el empoderamiento para la defensa de los derechos referidos a su estilo de vida, a la propiedad de la tierra y a la gestión de sus recursos.

Por otra parte, los autores consideran necesario incorporar la cuestión de la gobernanza de los recursos naturales en los procesos de paz y reconciliación por parte de los Gobiernos en los países en conflicto, de los actores que desempeñan un papel de mediación y de las organizaciones sociales que contribuyen a la restauración de la paz.

Pese a todo, Hombeline Bahati sabe que ni Masisi ni Kivu serán una tierra pacífica a corto plazo. Por eso pide adoptar medidas realistas para conseguir que la población sobreviva de la manera más digna posible y con acceso a los mejores recursos, también dentro de las circunstancias. No se puede acabar la guerra de un día para otro, pero sí se puede sensibilizar a las comunidades locales sobre la importancia de la educación. Ella, nacida en esa tierra indómita, va notando cambios. «La sensibilización es muy importante, cada vez más padres entienden que es fundamental que sus hijos e hijas se formen. El aumento de la demanda se observa en que también hay cada vez más universidades y centros de formación profesional. Antes eran para unos pocos privilegiados, pero en los últimos años se ha normalizado el acceso», asegura.

Fuente del Artículo:

https://elpais.com/elpais/2017/09/11/planeta_futuro/1505131269_476429.html

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EE.UU: Estudiantes musulmanas atacadas tras la victoria de Trump

América del norte/Estados Unidos/12 noviembre 2016/Hispantv

La Policía de EE.UU. investiga ataques contra estudiantes musulmanas de dos universidades en California (suroeste), uno de los casos considerado un crimen de odio.

Las autoridades de la Universidad Estatal en San Diego y de la Universidad Estatal en San José informaron el jueves de los sucesos, explicando que ambos tuvieron lugar el miércoles, un día después de que Donald Trump fue anunciado el vencedor en las elecciones presidenciales de EE.UU.

En una de las agresiones, dos atacantes confrontaron a la víctima en la Universidad de San Diego e “hicieron comentarios sobre el presidente electo Trump y la comunidad musulmana”, se limitó a decir la policía del campus.

Lo que le dijeron a la estudiante indica que fue atacada a causa de su fe musulmana, incluso por vestir una vestimenta tradicional y hiyab”, apuntaron en un comunicado conjunto el presidente de la Universidad, Elliot Hirshman, y el jefe de policía interino, Josh Mays.

Sobre los hechos, el portavoz policial Ronald Broussard, detalló que le robaron su cartera, mochila y las llaves de su auto, y cuando la víctima fue a buscar ayuda, le habían llevado su auto, por lo tanto, agregó que el caso está abierto como un probable crimen de odio, así como robo con arma y robo de vehículo.

“Lo que le dijeron a la estudiante indica que fue atacada a causa de su fe musulmana, incluso por vestir una vestimenta tradicional y hiyab”, apuntaron en un comunicado conjunto el presidente de la Universidad, Elliot Hirshman, y el jefe de policía interino, Josh Mays.

Por otra parte, la policía de la Universidad de San José dijo en un comunicado que está indagando un ataque similar contra una estudiante en el estacionamiento del campus, donde, según los estudiantes, un atacante se aproximó a la víctima desde atrás, tirándole del chador, asfixiándola y haciéndola caer.

Además, la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la Universidad de Nueva York (noreste) informó que un grupo de estudiantes que acudía a sus plegarias matutinas había encontrado la palabra “Trump” garabateada en la puerta de la sala.

La asociación tras evocar las expresiones divisionistas y agresivas de Trump contra los musulmanes durante su campaña electoral, afirmó que sus miembros “constatan que nuestro campus no es inmune a la intolerancia que afecta a Estados Unidos”.

Fuente: http://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/313989/trump-campana-anti-musulmana-california-estudiantes

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