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UNICEF: Asesinan en México a 4 niños al día

América del Norte/ México/ 25 Noviembre 2016/ Fuente: Vanguardia
De 2010 a 2015 asesinaron a cuatro niños cada día, alerta: urge al gobierno mexicano a invertir en la prevención.

La violencia es uno de los retos que enfrenta la niñez, puesto que en los últimos cinco años alrededor de cuatro niños murieron por homicidio cada día entre los años 2010 y 2015, mientras que 40% de entre 10 y 17 años reportan haber sido víctimas de violencia en la escuela, por lo que se debe trabajar en la prevención de este problema, afirmó Christian Skoog, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Skoog destacó que 54% de los niños en México viven en condiciones de pobreza, mientras que 11% se encuentra en pobreza extrema, por lo que se trata de un “círculo vicioso de pobreza” que debe romperse mediante al acceso de todos los menores a una educación de calidad, a fin de convertirlos en ciudadanos “respetuosos del Estado de derecho”, que contribuyan al desarrollo económico y social del país.

Resaltó que el rostro de la pobreza en México es de “niñas indígenas en zonas rurales”, por lo que se tiene que garantizar el acceso de ellas a la educación, porque “no es aceptable” el que una familia elija mandar al hijo varón a la escuela en lugar de la niña.

Sobre el embarazo adolescente planteó que se deben generar mayores programas para la prevención de éste y para garantizar que las jóvenes madres no abandonen sus estudios.

El representante de UNICEF en México afirmó que invertir en la niñez es muy redituable porque es una manera de asegurar el acceso de todos los menores, incluso de aquellos en situación de vulnerabilidad, a la educación, salud y servicios básicos.

Enfatizó que invertir en la educación de los niños y adolescentes es una manera de abonar a la prevención de la violencia, puesto que es más “costo efectivo” destinar recursos a la prevención de este problema que atender sus consecuencias.

Ante el panorama de desaceleración económica que prevalece en la región de América Latina y el Caribe pidió analizar los programas sociales que han tenido un buen impacto entre la población para priorizarlos en el gasto público; comentó que en México hay 40 millones de menores de 18 años, mientras que el total de la población es de más de 120 millones, por lo que destinar un tercio del gasto sería “lo adecuado” para el desarrollo de este sector: “Es fundamental seguir invirtiendo en la niñez, para tener el rendimiento económico en el mediano plazo, porque estamos preparando a una población que será económicamente activa”.

¿Cuáles serían los mayores retos que enfrenta la niñez actualmente en el país?

—La violencia es muy alta, yo vengo de Guatemala y era más alta allá; aquí en los últimos cinco años ha habido cuatro niños y niñas muertos por homicidio cada día, esto no es aceptable.

El que 40% de niños entre 10 y 17 años reportan haber sido víctimas de algún tipo de violencia en la escuela no es aceptable, por lo que tenemos que dar respuestas, seguir bajando la impunidad por estos hechos.

Es mucho más costo efectivo trabajar en la prevención, asegurar que todos vayan a la escuela y México está liderando una alianza global para poner punto final a la violencia contra niñas, junto con Indonesia, Tanzania, para compartir experiencias, promover buenas prácticas, iniciativas y sobre todo prevención de la violencia.

Hay muchos retos, pero sí tenemos una oportunidad maravillosa en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que crea un sistema nacional para proteger sus derechos y asignar roles específicos por cada institución que forma parte de este sistema. Hay que darles presupuesto, promover la implementación de recursos humanos y financieros para que tengan un estándar mínimo de recursos para operar e implementar el sistema.

En materia de pobreza, ¿cómo estamos en México?

—Hablamos de 54% de niños que viven en pobreza , mas 11% en pobreza extrema, hay que salir de este círculo vicioso de pobreza a través de la educación de calidad, para que los niños aprendan a ser ciudadanos de provecho, respetuosos del Estado de derecho y puedan contribuir a mejorar sus vidas, a desarrollarse, romper el círculo de la pobreza.

Para mí el sector fundamental es la educación y muchas veces una persona bien educada toma mejor sus decisiones, pero si no tenemos educación, la información necesaria, es difícil salir de estos círculos viciosos o de vivir en vulnerabilidad.

¿Las niñas todavía son un sector vulnerable?

—La cara de la pobreza de la infancia en México tiene cara de niña indígena en zonas rurales, tenemos que dar las mismas oportunidades a las niñas, hay que hacer obligatoria la educación.

La responsabilidad del Estado es ofrecer educación de calidad a todos y no es aceptable que alguien se quede fuera y sobre todo las niñas. Si hay que elegir en una familia pobre entre los hijos, no debe ser, no debe ser responsabilidad de la familia escoger entre un niño y niña.

En la sociedad hay desigualdad de género y siempre estamos dando más oportunidad a los niños, hay que tratar de cambiar el comportamiento, el discurso de los hombres, no es aceptable que las niñas no tengan las mismas oportunidades que ellos.

Hay 4 millones de niños fuera de la escuela, hay 600 mil niños en riesgo de salir prematuramente de la escuela, hay programas y tenemos que fortalecer estos programas, identificar estos niños en riesgo y con atención especial a las niñas.

Tenemos en el país un incremento de embarazos de adolescentes, ¿qué se podría hacer para revertir esta situación?

—Hay que tener más programas para evitar los embarazos en adolescentes, prevención de violencia, muchas veces hablamos de violaciones, debe ser obligatorio que niñas y mujeres tengan la información adecuada para tomar mejores decisiones y podamos prevenir muchos embarazos. Hay que trabajar en este sentido en las comunidades para discutir su contexto; cuáles son los obstáculos o factores de riesgo.

Pero también si encontramos niñas embarazadas hay que tener programas para asegurar que pueden continuar su educación. Muchas veces la niña es víctima de violación, hay que evitar la doble victimización, en muchas ocasiones el victimario camina con la cabeza arriba y es el victimario quien debe ser perseguido y denunciado, hay que trabajar en varios aspectos.

¿Considera que debería ser mayor el presupuesto destinado a la atención de la infancia?

—México tiene buena experiencia, está a la vanguardia en la inversión en la niñez, pero falta en la calidad, tenemos buenas experiencias en los programas sociales. Si tenemos un buen programa social, que funciona, hay que priorizarlo en el gasto, que no sean como dos procesos separados, hay que juntar a los actores clave, quienes saben lo que funciona para definir el presupuesto, eso es importante.

En México y toda la región de América Latina hay una desaceleración económica, por ello hay que analizar bien los programas, el impacto que tienen.

En situaciones de austeridad, es fundamental seguir invirtiendo en la niñez, si no es imposible aumentar el rendimiento económico en el mediano plazo, porque se está preparando a una población que será económicamente activa, sino sería como una oportunidad perdida.

¿Cuál sería el presupuesto adecuado para este tema?

Tenemos 40 millones de niños, en el país, menores de 18 años. Una población total de 120 mil, entonces un tercio del presupuesto debe ser para los niños, ese es el mínimo.

Hay todo un esfuerzo en este país para promover buenas prácticas y hablar de que la prevención de la violencia cuesta menos que responder a ésta. Invertir en la educación es como una forma de prevención.

Ciudadanos y niños bien educados toman mejores decisiones, por su bienestar y por los demás, hay una relación en casi todos los hábitos entre el nivel de educación de la madre y su ingreso, el futuro de los niños, el estado de salud, nutrición y educación. Hay que invertir en educación para que todos puedan tomar mejores decisiones y dar mejores oportunidades a todos.

Fuente: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/asesinan-en-mexico-4-ninos-al-dia-unicef

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Acoso, discriminación y violencia racista en la escuela

Perú/Autora: Ruth Dina Santisteban Matto/ Fuente: Aula Intercultural

Esta nota es una reflexión sobre el racismo hacia las minorías étnicas o culturales en las instituciones educativas urbanas y rurales de Perú.

El acoso, maltrato o intimidación racista es otra forma de discriminación que la sufrimos y sufren miles de pobladores, adultos y niños de los pueblos originarios, por el hecho de no pertenecer a la cultura hegemónica. Este acoso no solo es de jóvenes a jóvenes, de niños/as a niños/as, de adulto a niño/a, sino de profesora/o a alumno/a, veamos algunos casos:

Los padres, madres indígenas y sus hijas e hijos, provenientes de las zonas rurales que hablan una lengua materna distinta al castellano, se sienten acosados, maltratados, intimidados y discriminados precisamente por ser de donde son. Desde el momento de la matrícula escolar, cuando se les niega una vacante o sin previa evaluación pertinente a sus características socioculturales y lingüísticas, los ubican en grados inferiores con relación al grado de estudio que les corresponde según la institución de procedencia. “son de zona rural, son de escuelas bilingües, solo saben quechua nomás, no saben nada por eso le bajaremos de grado”… son frases de algunos directores , algunas directoras, profesoras y profesores de escuelas de prestigio en los distritos y/o provincias.

Pero esto no queda ahí, si por suerte los niños y las niñas rurales logran una vacante con la respectiva y “justa” rebaja de grado de instrucción, estos no reciben una educación que responda a sus características lingüísticas ni mucho menos culturales y son sometidos a una inmersión en un ambiente hostil, de rechazo y maltrato, lejos de que estas escuelas de prestigio propicien espacios de amabilidad y respeto a lo diverso. Algunos de sus docentes los clasifican entre “los niños del campo” y “los niños de ciudad” y esto es intimidación, maltrato, acoso y discriminación.

Los prejuicios que se tienen de las “familias del campo” en estas escuelas lleva a etiquetarlas como pobres, sucias, alcohólicas incumplidas (cuando no compran los materiales que se pide para el aula), irresponsables (que solo se preocupan de sus chacras y sus animales) analfabetas e ignorantes (no tienen noción de reglas de urbanidad ni de comportamiento) por eso sus hijos no aprenden rápido, no hablan castellano (razón muy buena para que repitan dos o tres años el mismo grado), ahí va otra vez el acoso…

Sabemos además que en las escuelas de las urbes algunos padres y madres de familia no permiten que sus hijos sean amigos de los niños de procedencia campesina.

Todas estas actitudes hacen que los compañeros insulten, maltraten, discriminen, hasta el extremo de agredirlos físicamente, a los niños y niñas que vienen de los territorios indígenas. Como reacción ante este acoso los niños, las niñas intentan ser “el otro”, llegan al extremo de negar el lugar de procedencia, sus padres, el idioma que hablan, sus costumbres, su comida, su vestido.

Por ello es que todas las instituciones educativas, no solo las EIB o rurales, deben dar a conocer, entre otras cosas, que nuestro país es diverso, que existen otras formas de ver el mundo -o los mundos-, que existen otras personas y niños y niñas en el Perú profundo que son parte del “Perú de todas las sangres”.

Es necesario realizar campañas, así como cuando se hace sobre los derechos universales de los niños, sobre los derechos del niño y niña indígenas, reconocidos -implícita y explícitamente- en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en la Convención sobre los Derechos del Niño, en la Declaración y Plan de Acción Mundiales para la Supervivencia, Protección y Desarrollo de los Niños, en la Declaración de la Cumbre Mundial para la Infancia y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Estos derechos comprenden el derecho a la educación, al empleo, a la salud, a la vivienda y a la libertad de expresión; así como la protección de los derechos sociales y culturales, entre ellos, el derecho a aprender y hablar las lenguas ancestrales. Por ejemplo, en el artículo 30 de la Convención sobre los Derechos del Niño se reconoce explícitamente el derecho de los niños indígenas a gozar de su cultura tradicional, a practicar su propia religión y a utilizar su lengua tradicional.

En el capítulo 25 del Programa 21, aprobado en la Cumbre de la Tierra de 1992, se exhorta a los gobiernos a conseguir que los jóvenes indígenas tengan acceso a los recursos naturales, a la vivienda y a un medio ambiente sano. (www.unicef.org/indigenas.pdf) y por último, y no por eso el de menos importancia, el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos indígenas y tribales.

Todas las Instituciones Educativas de todo el país deben promover el conocimiento de estos derechos por lo tanto una educación Intercultural.

Todos y todas debemos hacer que este tipo de intimidación, acoso y discriminación étnica, se desnaturalice, son décadas y décadas que las situaciones arriba mencionadas y otras que no se dan en esta reflexión se repiten día a día…ya parecen actos naturales, normales y graciosos llegando a hacer pensar que las etiquetas o insultos que se les hace a los niños campesinos es parte suya, es una características de su persona. “Decir que “los chicos pobres o los descendientes de padres campesinos indígenas o los niños que hablan lenguas originarias aprenden menos que el resto, por ejemplo, es algo que tiende a naturalizarse, sin buscar las causas reales del bajo rendimiento y esto lamentablemente es otra manifestación de la problemática.

Considero que la familia es la clave, no olvidemos que es el espacio privilegiado de la socialización, donde se adquieren los primeros patrones culturales, así como los de comportamiento, desarrollo de vínculos afectivos, donde nuestros hijos fortalecen su autoestima y establecen relaciones maduras y empáticas con sus semejantes. Cada familia es diferente y particular, cada familia tiene sus propias pautas de crianza, la escuela y la comunidad deberían ser reforzarlos sin trasgredir ni atentar a esa particularidad.

Y cuando hablamos de comunidad nos referimos también a algunos programas e instituciones que con el sano afán de ayudar a “progresar” a las familias van anulando el rol de estas y de sus pautas de crianza, convenciéndolos de que hay un solo tipo de niño, de adolescente y de núcleo familiar con únicos valores y conductas. Y creo que la diversidad en todo sentido de la palabra debe ser de dominio y de vivencia, de respeto y que son necesarios programas que promuevan valores, normas y actitudes que contribuyan al real desarrollo integral de los alumnos y a la diversidad.

Fuente noticia :http://aulaintercultural.org/2012/11/19/acoso-discriminacion-y-violencia-racista-en-la-escuela/

 

Fuente imagen: http://2.bp.blogspot.com/-GzBoC3Wzjtg/T1Lv7mDs11I/AAAAAAAAAIU/Vo4i_5IY3O0/s1600/Ni%C3%B1os-racistas.jpg

 

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