Panamá, (Prensa Latina) La sociedad panameña está anonada al descubrir un lado oscuro de su interior relacionado con el abuso sexual contra menores, cuyas señales esporádicamente mostraron los medios como casos aislados.
El Ministerio Público (MP) informó que entre los implicados figuran tres docentes en ejercicio, uno de ellos trabaja en una escuela pública especial de la central provincia de Los Santos, mientras los otros prestan servicios en centros privados del distrito de San Miguelito y el corregimiento de Juan Díaz, ambos en la capital.
Al ampliar la información, la fiscal informó que al residente en Juan Díaz -maestro de una escuela primaria- en su vivienda le ocuparon dos laptops, tarjetas de memoria, discos duros y otros dispositivos de almacenamiento digital, en uno de los cuales guardaba 84 fotos y 10 videos pornográficos con niños de entre cinco y 10 años.
Otros acusados son profesionales de la informática, un médico, un funcionario del Tribunal Electoral, tres desvinculados laboralmente y un reincidente en el delito, por el cual fue condenado en 2007 y estaba en libertad condicional tras cumplir las dos terceras partes de su sanción.
Ante el fuerte cuestionamiento popular por maestros involucrados en este flagelo, especialistas explicaron en los medios de comunicación que el enmascaramiento de pedófilos en tales profesiones, forma parte de un modus operandi para evitar sospechas en el vínculo con menores.
La fiscal Anilú Batista dijo a la prensa que a los imputados se les demostró con pruebas ante el tribunal, que el material incautado ‘claramente se trata de niñas y niños que son explotados sexualmente’.
El indicio que encaminó la investigación fue la detección de descargas frecuentes desde Internet de ese tipo de material delictivo, lo que se logró mediante la identificación del IP (Internet Provider), número único de cada equipo que entra a la red y es controlado por el proveedor de conectividad.
‘Cada vez que se descarga uno de estos videos hay más demandas para que en redes sociales, en redes oscuras, se produzca más material de ese tipo, donde el niño es explotado una y otra vez’, señaló la fiscal.
La redada ‘Luz de infancia 5’ contempló registros a 13 viviendas en las provincias Chiriquí (occidente), Los Santos y Coclé (centro), Panamá Oeste y la capital, según el MP. Ese mismo día, se sincronizaron similares acciones en Estados Unidos, Ecuador, Brasil, Chile, El Salvador y Paraguay.
OTRAS SEÑALES MUESTRAN FALENCIAS
En la nación istmeña se registraron de enero a julio pasados, tres mil 847 acusaciones contra la libertad sexual en menores, de ellos casi la mitad por violaciones, reveló al canal TVN Jennie Barb, de la Fundación unidos por la niñez, quien aseguró que solo se denuncia el dos por ciento de los hechos.
Cada siete minutos se muestra en Internet a un menor siendo objeto de abusos sexuales, denunció a principios del presente año Internet Watch Foundation (IWF), una agencia de Naciones Unidas, la cual solo en el 2018 borró de la red más de 100 mil páginas web con mensajes pederastas.
‘La influencia decisiva que ejerce Internet en la vida de los niños de todo el mundo seguirá en aumento y evolución’, concluyó un estudio de Unicef, que pronosticó un incremento notable de acceso a la red en los países de bajos y medianos ingresos, mientras alertó de las deficiencias en la protección infantil y juvenil en línea.
Un serio problema social es el embarazo precoz de niñas panameñas cuyas estadísticas se diluyen entre los hospitales privados y los dos sistemas de salud pública, pero las cifras conocidas son alarmantes, pues señalan a menores de hasta 10 años, en su mayoría abusadas por mayores de edad.
Panamá no tiene políticas públicas claras y a largo plazo para encarar el problema, en tanto en 2017 zozobró un intento de aprobar en la Asamblea Nacional una ley para la adopción de estrategias encaminadas a lograr una educación sexual integral, además de atención y promoción de salud.
FUNDAMENTALISTAS RECHAZAN LA EDUCACIÓN SEXUAL
Sectores vinculados a iglesias rechazaron el intento de introducir la educación sexual en las escuelas públicas, e incluso escenificaron una de las mayores marchas de los últimos tiempos para mostrar ‘músculo’ ante los especialistas que elaboraron guías para docentes.
En la corriente favorable a la urgencia de aplicar tales enseñanzas desde las escuelas, el sociólogo Olmedo Beluche calificó entonces de ‘fundamentalistas conservadores religiosos’, a quienes recurrieron a falsificaciones de los textos que adversan para buscar adeptos a su causa.
‘Se hacen proclamas y se culpa al mismo diablo de ser autor intelectual del proyecto, mientras que otros más sofisticados achacan la responsabilidad a los malthusianos atrincherados en Naciones Unidas’, escribió en el artículo La teoría de género y el temor de los fundamentalistas.
‘Atacan a la llamada Teoría de Género (ellos dicen ‘ideología de género’) como la causa de todos los males. Supuestamente esta teoría pretende sembrar en las mentes vírgenes de nuestros niños y jóvenes ideas subversivas sobre prácticas sexuales raras como la homosexualidad’, señaló.
Se trata de un problema de salud, por lo que el Ministerio de Educación (Meduca) impulsó la creación de varias guías sobre educación sexual dirigidas a docentes, padres de familia y jóvenes embarazadas, informó en aquel debate Luz María Córdoba, psicóloga del Meduca.
En la acera opuesta Luis Sagel, coordinador de la manifestación, opinó en un foro convocado por el diario La Prensa, que se pretende ‘quitar la inocencia a los niños’, y agregó: ‘lo inquietante de las guías que impulsa el Meduca es que están impregnadas de ideologías de género’.
El manual, al cual tuvo acceso Prensa Latina, tiene los objetivos didácticos de ‘Fortalecer el desarrollo de la identidad de género de niños y niñas, y promover la comprensión y el ejercicio del derecho a la igualdad de género’, elementos que constituyen el eje principal de quienes se oponen a su aplicación.
A pesar de que la red de pornografía infantil detectada en varias provincias panameñas alarma a la sociedad, en particular a los padres de familia, el tema de la educación sexual no volvió a la palestra pública, tal vez porque las evidentes consecuencias de su ausencia en aulas y hogares, difícilmente las reconozcan sus oponentes.
Beluche resume así a qué teme el ‘pensamiento conservador fundamentalista’, lo cual explica la batalla contra la educación sexual:
‘Una revolución que nos libere del machismo, de la violencia sexista, de la discriminación, de la sumisión y de cualquier forma de opresión. Esta revolución no sería simplemente política o económica, sino que estremecería los cimientos de la cultura como la conocemos.
‘Sí, la Teoría de Género puede ser peligrosa para los que defienden el patriarcado capitalista’.