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Panamá: Pornografía infantil, lado oscuro de sociedad panameña

Por Osvaldo Rodríguez Martínez*

Panamá, (Prensa Latina) La sociedad panameña está anonada al descubrir un lado oscuro de su interior relacionado con el abuso sexual contra menores, cuyas señales esporádicamente mostraron los medios como casos aislados.

 

La más reciente alarma se originó en un operativo multinacional efectuado el pasado 4 de septiembre -del cual Panamá formó parte-, contra una presunta red de acopio y distribución de pornografía infantil, por cuya vinculación fueron imputadas inicialmente una decena de personas.

El Ministerio Público (MP) informó que entre los implicados figuran tres docentes en ejercicio, uno de ellos trabaja en una escuela pública especial de la central provincia de Los Santos, mientras los otros prestan servicios en centros privados del distrito de San Miguelito y el corregimiento de Juan Díaz, ambos en la capital.

Al ampliar la información, la fiscal informó que al residente en Juan Díaz -maestro de una escuela primaria- en su vivienda le ocuparon dos laptops, tarjetas de memoria, discos duros y otros dispositivos de almacenamiento digital, en uno de los cuales guardaba 84 fotos y 10 videos pornográficos con niños de entre cinco y 10 años.

Otros acusados son profesionales de la informática, un médico, un funcionario del Tribunal Electoral, tres desvinculados laboralmente y un reincidente en el delito, por el cual fue condenado en 2007 y estaba en libertad condicional tras cumplir las dos terceras partes de su sanción.

Ante el fuerte cuestionamiento popular por maestros involucrados en este flagelo, especialistas explicaron en los medios de comunicación que el enmascaramiento de pedófilos en tales profesiones, forma parte de un modus operandi para evitar sospechas en el vínculo con menores.

La fiscal Anilú Batista dijo a la prensa que a los imputados se les demostró con pruebas ante el tribunal, que el material incautado ‘claramente se trata de niñas y niños que son explotados sexualmente’.

El indicio que encaminó la investigación fue la detección de descargas frecuentes desde Internet de ese tipo de material delictivo, lo que se logró mediante la identificación del IP (Internet Provider), número único de cada equipo que entra a la red y es controlado por el proveedor de conectividad.

‘Cada vez que se descarga uno de estos videos hay más demandas para que en redes sociales, en redes oscuras, se produzca más material de ese tipo, donde el niño es explotado una y otra vez’, señaló la fiscal.

La redada ‘Luz de infancia 5’ contempló registros a 13 viviendas en las provincias Chiriquí (occidente), Los Santos y Coclé (centro), Panamá Oeste y la capital, según el MP. Ese mismo día, se sincronizaron similares acciones en Estados Unidos, Ecuador, Brasil, Chile, El Salvador y Paraguay.

OTRAS SEÑALES MUESTRAN FALENCIAS

En la nación istmeña se registraron de enero a julio pasados, tres mil 847 acusaciones contra la libertad sexual en menores, de ellos casi la mitad por violaciones, reveló al canal TVN Jennie Barb, de la Fundación unidos por la niñez, quien aseguró que solo se denuncia el dos por ciento de los hechos.

Cada siete minutos se muestra en Internet a un menor siendo objeto de abusos sexuales, denunció a principios del presente año Internet Watch Foundation (IWF), una agencia de Naciones Unidas, la cual solo en el 2018 borró de la red más de 100 mil páginas web con mensajes pederastas.

‘La influencia decisiva que ejerce Internet en la vida de los niños de todo el mundo seguirá en aumento y evolución’, concluyó un estudio de Unicef, que pronosticó un incremento notable de acceso a la red en los países de bajos y medianos ingresos, mientras alertó de las deficiencias en la protección infantil y juvenil en línea.

Un serio problema social es el embarazo precoz de niñas panameñas cuyas estadísticas se diluyen entre los hospitales privados y los dos sistemas de salud pública, pero las cifras conocidas son alarmantes, pues señalan a menores de hasta 10 años, en su mayoría abusadas por mayores de edad.

Panamá no tiene políticas públicas claras y a largo plazo para encarar el problema, en tanto en 2017 zozobró un intento de aprobar en la Asamblea Nacional una ley para la adopción de estrategias encaminadas a lograr una educación sexual integral, además de atención y promoción de salud.

FUNDAMENTALISTAS RECHAZAN LA EDUCACIÓN SEXUAL

Sectores vinculados a iglesias rechazaron el intento de introducir la educación sexual en las escuelas públicas, e incluso escenificaron una de las mayores marchas de los últimos tiempos para mostrar ‘músculo’ ante los especialistas que elaboraron guías para docentes.

En la corriente favorable a la urgencia de aplicar tales enseñanzas desde las escuelas, el sociólogo Olmedo Beluche calificó entonces de ‘fundamentalistas conservadores religiosos’, a quienes recurrieron a falsificaciones de los textos que adversan para buscar adeptos a su causa.

‘Se hacen proclamas y se culpa al mismo diablo de ser autor intelectual del proyecto, mientras que otros más sofisticados achacan la responsabilidad a los malthusianos atrincherados en Naciones Unidas’, escribió en el artículo La teoría de género y el temor de los fundamentalistas.

‘Atacan a la llamada Teoría de Género (ellos dicen ‘ideología de género’) como la causa de todos los males. Supuestamente esta teoría pretende sembrar en las mentes vírgenes de nuestros niños y jóvenes ideas subversivas sobre prácticas sexuales raras como la homosexualidad’, señaló.

Se trata de un problema de salud, por lo que el Ministerio de Educación (Meduca) impulsó la creación de varias guías sobre educación sexual dirigidas a docentes, padres de familia y jóvenes embarazadas, informó en aquel debate Luz María Córdoba, psicóloga del Meduca.

En la acera opuesta Luis Sagel, coordinador de la manifestación, opinó en un foro convocado por el diario La Prensa, que se pretende ‘quitar la inocencia a los niños’, y agregó: ‘lo inquietante de las guías que impulsa el Meduca es que están impregnadas de ideologías de género’.

El manual, al cual tuvo acceso Prensa Latina, tiene los objetivos didácticos de ‘Fortalecer el desarrollo de la identidad de género de niños y niñas, y promover la comprensión y el ejercicio del derecho a la igualdad de género’, elementos que constituyen el eje principal de quienes se oponen a su aplicación.

A pesar de que la red de pornografía infantil detectada en varias provincias panameñas alarma a la sociedad, en particular a los padres de familia, el tema de la educación sexual no volvió a la palestra pública, tal vez porque las evidentes consecuencias de su ausencia en aulas y hogares, difícilmente las reconozcan sus oponentes.

Beluche resume así a qué teme el ‘pensamiento conservador fundamentalista’, lo cual explica la batalla contra la educación sexual:

‘Una revolución que nos libere del machismo, de la violencia sexista, de la discriminación, de la sumisión y de cualquier forma de opresión. Esta revolución no sería simplemente política o económica, sino que estremecería los cimientos de la cultura como la conocemos.

‘Sí, la Teoría de Género puede ser peligrosa para los que defienden el patriarcado capitalista’.

Fuente de la Información: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=305880&SEO=pornografia-infantil-lado-oscuro-de-sociedad-panamena
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España: ‘Grooming’, ‘happy slapping’, ‘sexting’: esto es violencia y se sufre en la infancia

Redacción: El País

Un estudio de Save the Children entre jóvenes revela que el 75% ha padecido hostigamiento por Internet.

El 75% de los jóvenes españoles han sufrido algún tipo de violencia a través de Internet durante su infancia, según una encuesta que ha realizado la organización Save The Children a 400 personas entre 18 y 20 años. La generalización de uso de las redes sociales por parte de niños y niñas y el aumento del nivel de exposición a las nuevas tecnologías han provocado un repunte de la violencia online hacia los menores

 

El documento detalla que el 77% de los detenidos por violencia online son hombres y un 23% mujeres. «Esta violencia está atravesada por un factor de género», ha asegurado Conde. Uno de los mayores peligros que representa la Red es la exposición involuntaria de los menores de edad a material sensible o violento. Según el informe, uno de cada dos ha recibido contenidos de esa clase.  «La batalla del control está perdida. Hay que educar a los niños para que sepan usar las redes y acompañarlos [en su uso]. Las tecnologías también tienen aspectos muy positivos para ellos, pero hay que enseñarles a manejar el dispositivo que les estamos poniendo en las manos».

Save The Children también ha recogido en el texto las diferentes formas de violencia a la que pueden verse sometidos los adolescentes. Son estas:

Ciberacoso

Se trata de la forma más habitual de violencia. Casi el 40% de los jóvenes reconocen haberlo sufrido en su infancia. Es una extensión del acoso tradicional entre menores de edad, que consiste en comportamientos repetitivos de hostigamiento, intimidación y exclusión social hacia una víctima a través de mensajes, imágenes o vídeos, para humillar, insultar o difamar. Suele ocurrir entre los ocho y los nueve años y en el 45,8% de los casos la persona ciberacosadora era del centro escolar o una amistad.

Grooming

Se produce cuando un adulto contacta con un menor a través de Internet haciéndose pasar por un adolescente. La intención de los agresores es involucrar a un niño o niña en una actividad de naturaleza sexual. Un 20% afirma haberlo sufrido durante su infancia. La edad media de las víctimas son los 15 años y en uno de cada dos casos la persona que abusa es desconocida para el menor. «Los adolescentes que lo sufren se aíslan y no lo cuentan. Pierden su autoestima, sufren depresión y pueden llegar a plantearse el suicidio», afirma Conde.

Happy slapping

Consiste en la grabación de una agresión física, verbal o sexual y su difusión a través de las redes sociales. El objetivo de estos vídeos es ganar popularidad en la Red. El 5,74% de los encuestados ha afirmado haber sido víctima. El 61% de los agresores eran amigos o compañeros.

Sexting sin consentimiento

Se trata de enviar mensajes o imágenes personales de contenido sexual. Cuando ese material se difunde sin consentimiento del menor de edad, se trata de una forma de violencia. El 3,74% de los encuestados afirma haberlo sufrido. Suele ocurrir a los 14 años por primera vez. En uno de cada cinco casos la persona que difunde este contenido sin consentimiento era pareja o expareja de la víctima.

Sextorsión  

Es el chantaje a un niño o adolescente con la amenaza de publicar contenido audiovisual o información personal de carácter sexual que le involucra. El 3,24% de los encuestado dice haber sido víctima de esta forma de violencia. Se produce entre los 14 y los 15 años. En un 25% de los casos el agresor es una pareja o expareja de la víctima.

Los responsables de Save The Children también han advertido sobre el sharenting, que es la costumbre de compartir fotografías en la Red por parte de sus padres. «Esta actividad no es una forma de violencia en sí, pero los padres tiene que ser precavidos a la hora de colgar fotos de sus hijos en redes sociales y pensar que se pueden utilizar por parte de terceros», ha explicado Ana Sastre, directora de política de infancia de Save The Children.

Sastre ha reclamado la aprobación de una ley de protección de violencia contra la infancia que incluya medidas de prevención, detección y actuación para erradicar esta forma de agresión. «También es necesario tipificar específicamente los delitos de violencia a la infancia a través de las TIC», ha afirmado Sastre. «La violencia no es inevitable y el Gobierno debe comprometerse», exige Conde.

Los responsables de la ONG también han reclamado un mayor compromiso por parte de las plataformas digitales para poner controles a la información violenta y mecanismos para garantizar que los menores de 14 años no puedan acceder a las redes sociales. Aunque han remarcado que la prohibición no es el camino.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/07/04/actualidad/1562238945_508829.html

 

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¿En qué países existe la esclavitud infantil?

Redacción: Telesur

Cada 16 de abril se conmemora el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil en homenaje del asesinato de Iqbal Masih, un niño pakistaní quien a la edad de 4 años comenzó a trabajar y fue privado de su libertad.

Todos los niños del mundo, sin excepción, tienen derecho a una vida saludable, educación de calidad y estar protegidos contra todo tipo de abuso y violencia.

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No importa donde hayan nacido, cual de su color de piel, condición económica o sexual, todos los niños tienen los mismos derechos.

No obstante, esta realidad no se cumple ya que se estima que al menos 400 millones de menores en todo el mundo son esclavos, de los cuales 168 millones trabajan y 85 millones de ellos lo hacen en condiciones peligrosas.

Esta situación está a la alza en todo el mundo, y se debe a la complicidad o pasividad de los gobiernos, a conflictos armados u olas migratorias que ponen a los niños en condición de vulnerabilidad.

Los países en los que más predomina este flagelo son Eritrea, Somalia, República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán, Afganistán, Pakistán y Zimbaue.

Niños en República del Congo

La violencia es el constante telón de fondo de la vida de sus habitantes, razón por la que los niños se ven particularmente afectados por el desplazamiento, el reclutamiento por parte de grupos armados y la crisis alimentaria.

Además, el alto costo de la educación hace que los padres decidan forzar a los menores a pasar el día en depósitos minerales, buscando grava o cobre con el fin de generar ingresos.

Infancia en Somalia

Considerado uno de los países más pobres en el mundo, el país vive un conflicto armado. Uno de cada dos niños somalíes se ve obligado a trabajar para satisfacer sus necesidades y las de su familia.

En Somalia, el trabajo infantil suele consistir en la realización de las tareas del hogar o en la ayuda en alguna empresa familiar.

Niñez en Afganistán

Este país asiático por razones más culturales, donde la mujer no trabaja fuera de casa, los niños son obligados a trabajar como vendedores ambulantes, portadores de agua, recolectores de cartón, limpia botas, ayudantes de taxistas, empleados del hogar o auxiliares dependientes de comercio.

En estos países mencionado muestran la triste realidad contra los infantes por lo que es necesario que el mundo entero tome acciones para erradicar la situación, ya que muchos de los niños sufren consecuencias físicas y psicológicas que perdurarán de por vida y que representan un peligro para su bienestar.
Fuente: https://www.telesurtv.net/news/dia-internacional-contra-esclavitud-infantil–20190416-0016.html

 

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Una infancia de todos y de nadie

Por: Sandra León

El fracaso de las actuales iniciativas legislativas no sólo representaría una mala noticia para el desarrollo y la protección de los menores, sino también un claro indicador del deterioro institucional del país

En los cuentos infantiles se infunde miedo a los niños con seres desconocidos que llegan para asustarlos o llevárselos, como el coco o el hombre del saco. Estos personajes del folclore infantil reflejan bien la idea de protección en la que se socializan los niños: una concepción de la seguridad que se basa en la desconfianza hacia los desconocidos, en protegerse frente a los extraños. Sin embargo, la realidad nos enseña algo bien distinto: los datos sobre violencia infantil indican que el coco de los niños suele estar en casa. Según la Fundación ANAR, en la mayoría de casos de violencia registrados a través de su teléfono de ayuda el agresor pertenece al entorno familiar.

Quien se aproxime al problema de la violencia contra la infancia en España quedará impactado por su magnitud y el alcance de sus consecuencias. El Consejo de Europa estima que uno de cada cinco menores —especialmente las niñas— es víctima de violencia sexual. Sin embargo, las denuncias en España sólo representan el 4% de los casos totales, según cálculos de la Fundación Educo. Además, en los últimos años han aumentado los casos de violencia familiar y de acoso escolar. Es posible que una parte de este incremento se deba a una mejora de los mecanismos de denuncia. Pero los casos que llegan al sistema representan la punta del iceberg de un fenómeno soterrado cuya magnitud real es difícil de conocer, debido tanto a la heterogeneidad en los registros como a las dificultades para detectar los casos.

Las consecuencias de la violencia infantil son devastadoras. Las víctimas padecen sus efectos durante la vida adulta porque la violencia compromete su desarrollo: lastra su educación y afecta negativamente a su salud mental y física. La prevención es la principal medida para combatirla. Y la detección temprana es fundamental para minimizar sus secuelas. El problema es que en muchos casos la denuncia nunca llega. Los menores que sufren una agresión sexual tienen problemas para reconocerse como víctimas, bien por su corta edad, porque en muchos casos están afectados por algún tipo de discapacidad intelectual, o por el propio trauma que causa la violencia. Además, el hecho de que en la mayoría de casos la violencia sexual sea intrafamiliar dificulta la denuncia e impide que el sistema pueda actuar.

Teniendo en cuenta la magnitud y efectos de la violencia contra la infancia ¿qué impide a una sociedad erradicar un fenómeno que es moralmente inaceptable y que lastra su capital humano futuro? Uno de los motivos es la consideración de la infancia como una etapa transitoria sin derechos plenos. Los menores son percibidos como adultos en proyecto, como mini-personas con derechos incompletos. Esta concepción social del menor ilustra la brecha existente en muchos países entre la norma social y la norma legal, pues la regulación internacional sobre infancia establece muy claramente que la protección de los niños frente a toda forma de violencia es un derecho fundamental.

Otro de los factores que explica la incapacidad de una sociedad para proteger a su infancia es la persistencia de una concepción patrimonialista del menor. Para ilustrarla sirve la anécdota que cuenta en sus charlas Jorge Cardona, uno de los miembros del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, quien se vio obligado a abandonar un centro comercial tras intentar impedir que una madre pegase a su hijo. Que se amoneste a quien denuncia el maltrato y no a quien lo ejecuta evidencia bien la creencia de que los niños pertenecen a sus progenitores y que las relaciones dentro de la familia conciernen a una esfera privada en la que nadie debe inmiscuirse. Esta cuestión fue objeto de debate en España hace más de una década durante la discusión de la llamada “ley del cachete”, que planteaba eliminar la cobertura legal del uso “moderado” del castigo corporal. Aunque la aprobación de la ley contribuyó a reforzar la idea de que la protección de la integridad física de los menores es también una responsabilidad de los poderes públicos, todavía existe margen para mejorar la jurisprudencia existente sobre el maltrato infantil y la sensibilización de la sociedad acerca del mismo.

Combatir la violencia contra la infancia no es fácil. Se necesita una acción contundente de los poderes públicos que sea capaz de contener su tendencia a reproducirse, pues los niños que sufren violencia son más propensos a convertirse en su vida adulta en responsables de infligirla. Sin embargo, como cualquier otra política que esté destinada a combatir los factores que lastran el desarrollo de la infancia, la lucha contra la violencia infantil representa una inversión con un amplio retorno social. No sólo compensa la pérdida de productividad y de ingresos que se deriva de su impacto negativo sobre el progreso profesional y personal del individuo. También contribuye a reducir los costes de atender a un grupo de la población que muestra peores niveles de salud mental y física y mayores niveles de criminalidad. Se estima, por ejemplo, que la violencia sexual supone un coste de 979 millones de euros para las arcas públicas.

Proteger a la infancia de la violencia o el maltrato —y de la pobreza, la discriminación o la exclusión de cualquier forma de participación social que otorgue mayores oportunidades vitales— contribuye a preservar el futuro capital humano, económico y social de un país y también su dignidad como sociedad. Aunque en España se han dado pasos importantes para equiparar nuestro ordenamiento jurídico a la regulación internacional en materia de protección del menor, la infancia no se concibe como un bien público. Se dice a menudo que la protección de los menores es responsabilidad de todos. Pero la infancia no necesita tanto simpatizantes de su causa, como alguien que se apropie de ella. Sin prioridad en la agenda política, ni estructura institucional que facilite una actuación integral para impulsar su desarrollo, la infancia de todos acaba siendo la infancia de nadie, y la efectividad de las políticas se pierde en un mar de intervenciones sectoriales no siempre coordinadas.

Esta realidad puede transformarse si se culminan algunas de las iniciativas legislativas que se han puesto en marcha recientemente. Todos los grupos parlamentarios ratificaron hace unos días una proposición no de ley para un Pacto de Estado por la Infancia. Y en el último Consejo de Ministros de 2018 se aprobó el anteproyecto de ley integral para erradicar la violencia contra la infancia, dando respuesta a las repetidas exigencias de las entidades del tercer sector y del Comité de los Derechos del Niño, quienes llevan tiempo requiriendo a los poderes públicos una ley integral que garantice una mejor protección del menor en todo el territorio.

En todo lo relativo a la infancia debería prevalecer una colaboración sostenida en el tiempo entre actores políticos, administraciones públicas y el tercer sector. Un consenso resistente a los ciclos políticos y ajeno a la confrontación que caracteriza el debate ideológico en otros ámbitos. Por eso, el fracaso de las actuales iniciativas legislativas en materia de infancia no sólo representaría una mala noticia para el desarrollo y la protección de los menores, sino también un claro indicador del deterioro institucional del país.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/14/opinion/1547468209_825109.html

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Kiribati: “En las islas del Pacífico los niños están para ser vistos, no oídos”

Oceanía/Kiribati/10 Enero 2019/Fuente: El país

Hay pocos lugares tan aislados y dispersos como Kiribati. Este país del Pacífico central, de solo 116.000 habitantes, está compuesto por 33 atolones de coral diseminados en una zona mayor que el subcontinente indio. Kiribati está lejos de casi todo, mecido en verdiazules aguas ecuatoriales, pero incluso aquí llega la violencia contra los niños y niñas. De hecho, los 14 estados insulares del océano Pacífico concentran cuatro de los cinco países con más agresiones contra las mujeres del mundo y una de las mayores tasas de violencia contra la infancia. Allí donde se han recabado datos, siete de cada diez adultos, incluyendo maestros, admiten pegar a los menores con los que conviven.

“Aquí, la violencia contra la infancia es una lacra tremenda, pero escondida”, explica desde Fiyi Sheldon Yett, el representante de Unicef en el Pacífico. “Una de las razones es la percepción de que si te ahorras el palo, malcrías al niño”. En otras palabras, se considera que disciplinarlo utilizando la fuerza o agresiones verbales es necesario para educarlo y para que asimile su puesto en la base de jerarquía social. Las faltas de respeto a padres y profesores en países occidentales suelen atribuirse al poco rigor de los métodos educativos. “A estas normas sociales se suman cuestiones estructurales como la desigualdad y la pobreza; el poco interés de algunos Gobiernos en priorizar la cuestión y la falta de formación e información por parte de las familias,” añade Yett. Otro factor es el estrés parental exacerbado por cuestiones como el desempleo y las catástrofes naturales.

El maltrato y abandono de la infancia le cuesta 209.000 millones de dólares anuales a Asia del este y el Pacífico, el equivalente a un 2% del Producto Interior Bruto (PIB), y su incidencia es 10 veces mayor que la de todas las formas de cáncer juntas. En Vanuatu, se cobra hasta el 4% del presupuesto del país. “Las cifras son importantes para persuadir a los Gobiernos de que adopten medidas”, explica desde Tailandia Rachel Harvey, especialista de protección de la infancia de Unicef en Asia-Pacífico. “Acabar con la violencia no es solo un imperativo moral; si no protegemos a los menores, estamos socavando el desarrollo económico de nuestros países y no alcanzaremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

Relaciones tóxicas

Según Harvey, los costes se desprenden de la demanda de servicios sociales y de los problemas de salud física y mental, que impiden una participación plena en la vida económica y social y pueden causar problemas como depresión crónica, consumo de drogas, conductas sexuales de riesgo y suicidio. Además, los supervivientes son más proclives a seguir recibiendo —y propinando— maltratos el resto de su vida y a padecer dolencias cardíacas y diabetes. Buena parte de estos problemas tienen su origen en un fenómeno descrito recientemente por la ciencia.

Atizar constantemente a un niño, ridiculizarlo en público o decirle que no llegará a nada en la vida cada vez que se equivoca les puede parecer poca cosa, pero neurobiólogos como los de la Universidad de Harvard en EE UU sugieren lo contrario. Se ha descubierto que la producción continuada de hormonas del estrés como el cortisol interfieren en el desarrollo del cerebro, alterando la arquitectura y la química neuronal. El daño afecta de por vida la capacidad de la persona de aprender, progresar en el terreno laboral y mantener relaciones estables. “Sobre todo si se produce en los primeros 1.000 días de vida”, señala Harvey.

Estudios en el Pacífico dan cuenta de la magnitud del reto: un 71% de los menores en Fiyi han experimentado violencia física y/o psicológica en su hogar; frente a un 72% en las Islas Salomón, un 78% en Vanuatu y un 81% en Kiribati. “Los niños están para ser vistos, no para ser oídos”, reza un dicho en las Islas Salomón. Hace apenas una década que se recogen datos sobre violencia en la región, por lo que los expertos coinciden en la importancia de seguir recabando más y mejores informaciones sobre el fenómeno y la eficacia de las intervenciones. Pero no es tan sencillo parece.

“Recolectar datos sobre violencia contra la infancia es muy caro y hacerlo en lugares tan remotos como las islas del Pacífico es extremadamente difícil”, explica Yett, de Unicef. Sabe por experiencia que, a menudo, la única forma de acceder a centenares de islas es en barco y a través de aguas embravecidas. “Es difícil llegar allí y saber qué ocurre en las comunidades, que son todas diferentes entre sí. Al contrario de lo que suele pensar la gente, trabajar con poblaciones pequeñas y aisladas es tanto o más complicado que hacerlo con grupos mayores y más concentrados”.

El Pacífico está realizando avances en materia de igualdad de género. Sin embargo, tiene tres de los cinco países del mundo con una mayor proporción de chicos adolescentes que aprueban que un hombre pegue a su esposa. En las Islas Cook, formadas por volcanes subacuáticos cubiertos de corales, una de cada cuatro mujeres considera que “el hombre debe mostrar que él es el jefe”, y una de cada tres víctimas no se lo cuenta a nadie.

Según un informe de Unicef y el Fondo de Población de la ONU, entre un 60% y un 80% de las mujeres en el Pacífico sur sufren violencia física y sexual durante su vida, tanto por parte de sus parejas como de otros hombres. En el archipiélago de Vanuatu, una de cada cuatro mujeres afirma que su primera experiencia sexual fue una violación antes de los 15 años. Para los niños, presenciar violencia en el hogar puede ser tan dañino como sufrirla, y al hacerse mayores tienen más probabilidades de emparejarse con personas que les maltratan y de agredir a sus propios hijos, perpetuando un ciclo de violencia intergeneracional. “La violencia contra las mujeres y contra la infancia van de la mano y deben abordarse de forma conjunta”, apunta Yett.

Esfuerzo colectivo

“La única forma de acabar con la violencia es mediante un esfuerzo colectivo”, afirma el responsable de Unicef en el Pacífico. “Los servicios educativos, de salud y de bienestar social deben arrimar el hombro, y necesitamos leyes adecuadas y medios para hacerlas cumplir, además de enseñar a las familias nuevas formas amorosas y constructivas de educar a los niños,” explica. Por ello, su equipo trabaja con organizaciones a todos los niveles: desde Gobiernos nacionales y locales, hasta escuelas, comunidades religiosas y grupos de la sociedad civil. Sensibilizando, formando, aportando apoyo técnico.

Una de las entidades con las que colabora Unicef es el Grupo de Apoyo a las Víctimas de Samoa (SVSG), una ONG creada en 2005 para acoger a las niñas que han sufrido agresiones y darles oportunidades de formarse y trabajar. “Al principio no fue sencillo porque nadie quería hablar sobre violencia, pero cuando más la escondemos, peor”, señala la presidenta de SVSG Siliniu Lina Chang.

Países de Asia-Pacífico se reunieron este octubre en Camboya para intercambiar experiencias sobre la cuestión, incluyendo el problema emergente del acoso online, y este 2019 se celebrará un foro político de alto nivel en la ONU.

“Tenemos que asegurarnos de que los Gobiernos comprendan la importancia del tema”, afirma Yett. “No es una inversión a la que puedas poner una placa y señalar con el dedo como es el caso de un edificio nuevo. El trabajo con las familias es lento y difícil de mostrar, pero es esencial para el desarrollo de las sociedades, en el Pacífico y en todo el mundo”. La violencia llega lejos, pero el cambio, también.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/11/14/planeta_futuro/1542211827_015390.html

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Bolivia impulsa campaña contra la violencia infantil

América del Sur/Bolivia

Foto: Rosmerys Bernal La Paz, 12 nov (PL) Bolivia impulsa hoy una campaña para promover los derechos de la niñez y combatir todas las formas de violencia contra ese grupo poblacional.
El Ministerio de Justicia de este país, la Empresa Estatal de Transporte por Cable Mi Teleférico y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) anunciaron en esta ciudad la Iniciativa Celeste.

A partir del 20 de noviembre, Día Universal del Niño, la Línea Celeste del Teleférico será reconocida como Línea por los Derechos de la Niñez, para proteger a los más pequeños y sensibilizar a la población sobre estos temas.

La representante de Unicef en Bolivia, Sunah Kim, explicó que ‘el derecho a la vida, la supervivencia, el desarrollo infantil y el respeto a las opiniones de los niños forman parte de esta iniciativa, del reflejo de una voluntad política y de instituciones para impulsar los derechos de la infancia como prioridad’.

Asimismo, el gerente ejecutivo de Mi Teleférico, Cesar Dockweiler, insistió en la necesidad de una participación activa de todas las familias, de la sociedad, empresas e instituciones públicas en la lucha contra ese flagelo.

‘Una sociedad mejor la vamos a empezar a construir a través de poder proponer acciones reales que mejoren las condiciones de nuestra niñez y ese es el propósito que el día de hoy nos une en esta iniciativa’, aseguró.

Por su parte, el ministro de Justicia, Héctor Arce, recordó que ‘los pequeños no cuentan con las condiciones para defenderse, denunciar, pedir ayuda, y muchas veces ni siquiera para darse cuenta de lo que está ocurriendo’.

En ese sentido, llamó a trabajar para prevenir esos sucesos o reducirlos a la mínima expresión, pues, aunque existen las normas, la sociedad debe tomar conciencia y sensibilizarse ante este problema.

La Constitución del país, aprobada en 2009, garantiza los derechos de la infancia, y además existen varias normas que generan mecanismos de protección inmediata en favor de los menores de edad.

Sin embargo, ‘cada 10 días se comete un infanticidio en este país, solamente en 2017 fueron asesinados 84 niños’, lamentó Héctor Arce.

También informó que se reportaron mil 324 casos de violación de niñas, niños y adolescentes, un promedio de tres a cuatro por día, según cifras de la Fiscalía General.

‘Años atrás esos datos eran invisibilizados, hoy tenemos una sociedad en transformación, un proceso de cambio, pero tenemos que ver el lado humano (…) las niñas y niños son el futuro de Bolivia, y todos debemos coincidir en querer una sociedad mejor’, expresó el ministro de Justicia.

jf/rbp

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=228146&SEO=bolivia-impulsa-campana-contra-la-violencia-infantil
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Premier vietnamita aprueba proyecto para el desarrollo de los niños

Asia/Vietnam/01 Noviembre 2018/Fuente: Vietnam plus

El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, dio el visto bueno a un proyecto sobre el cuidado de la salud infantil para su desarrollo integral durante los primeros años de la vida, a implementarse  en el período 2018 – 2025.

El programa tiene como objetivo garantizar el desarrollo físico, mental y espiritual  de los infantes de 0 a ocho años de edad, y ofrecerles el acceso equitativo a los servicios de atención a la salud.

Con este plan, el 70 por ciento de los menores tendrán acceso a la atención de salud, la educación, los servicios de protección y el bienestar social.

Mientras tanto, el 70 por ciento de funcionarios que trabajan en los sectores relacionados con la infancia y los padres estarán equipados con conocimientos y habilidades en este campo.

La mitad de las ciudades y provincias a nivel central establecerán redes de atención para el desarrollo de los pequeños y realizarán un modelo piloto sobre el tema en la casa y la comunidad.

El proyecto también se centrará, hasta 2025, en las labores de divulgación para elevar la conciencia comunitaria al respecto.

En Vietnam, cerca del 25 por ciento de los infantes menores de cinco años sufren la atrofia. Aproximadamente el 77 por ciento de los niños de tres a cinco años y 13 por ciento de los menores de tres años no participan en ningún programa de enseñanza preescolar.

Según estadísticas, cada año unos dos mil infantes sufren violencia y abuso y otros 170 mil no son atendidos por sus padres.

Fuente: https://es.vietnamplus.vn/premier-vietnamita-aprueba-proyecto-para-el-desarrollo-de-los-ninos/94767.vnp

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