Integración sur–sur: reto para los estudios comparados en educación

 Centro américa/Cuba/  Rosa María Massón Cruz/Julio 2016/www.cubaeduca.cu

La relación sociedad–educación escolarizada ha estado en el centro de los estudios de las ciencias de la educación. Dentro de este sistema de ciencias, la educación comparada estudia las relaciones que se establecen entre la proyección, planificación y puesta en práctica de las políticas y los sistemas educativos. La primera aproximación a una concepción metodológica para la comparación de las políticas y de los sistemas educativos nacionales, fue propuesta por el francés Marco Antonio Jullien de París en el siglo XIX. Su trabajo no influyó en los primeros comparativistas, los que de manera empírica indagaban en otras realidades educativas para describir lo que en ellas sucedía y tratarlas de aplicar, tal y como se manifestaban, sin realizarles adecuación a sus países, por ello se consideraron “viajeros” que pedían “préstamos educacionales”. El comienzo del siglo XX fue significativo para la educación comparada: el inglés Michael Sadler fundamentó las primeras nociones de cómo se manifiestan las relaciones y las influencias entre la sociedad, la política y el sistema educativo nacional. El estudio de esta relación, sirvió de punto de partida para que un grupo de comparativistas (I. Kandel, N. Hans, F. Schneider y G. Bereday), desde diferentes referentes, fundamentaran una concepción teórico–metodológica para realizar los estudios comparados de las políticas y los sistemas educativos nacionales dentro y estrechamente relacionados con el contexto económico, político y social. De la labor de estos investigadores se llegó a la certeza de que copiar las experiencias educativas de un sitio a otro no era posible sin que estas sufrieran transformaciones.

El fin de la Segunda Guerra Mundial y las modificaciones de las relaciones internacionales entre los países trajo, entre otras consecuencias, la configuración de bloques de países de características económicas y sociales diferentes. Uno de esos bloques, como consecuencia de los siglos de colonización y las deformaciones económicas y socio– culturales a que fueron expuestos, comienza a ser denominado como países dependientes, en vías de desarrollo o simplemente subdesarrollados.

A diferencia de los anteriores, para la mayoría de los países que constituyeron el escenario real de la guerra, sus economías, a pesar de la lógica afectación, tenían la posibilidad de una pronta recuperación por los niveles antes logrados. Estos, en la medida que se recuperaban del evento, lograban estabilizar y continuar desarrollando su educación escolarizada, pero los que habían sufrido los efectos de la colonización, aunque fueran ya reconocidas como naciones, no lograron desprenderse de las ataduras de la dependencia creadas por siglos, ni satisfacer a través de la educación escolarizada las demandas de sus poblaciones.

Estas relaciones internacionales influyeron en el rumbo y naturaleza de los estudios comparados en educación. La imposibilidad de que los servicios educativos estuvieran al alcance de todos, y que sectores como las minorías étnicas, los campesinos y las mujeres tuvieran menos oportunidades aún, se hizo presente, ya que la expansión de los servicios educativos no era suficiente para que se cumpliera en la práctica, lo proyectado como principios básicos de la políticas educativa.

Ante estas problemáticas educativas, que se repetían y se generalizaban en los países de economías dependientes, se comenzó a plantear que una de las vías para solucionarlas se debía basar en el apoyo foráneo, tanto desde el punto de vista financiero como técnico. Este apoyo se comenzó a materializar fundamentalmente a través de organismos einstituciones internacionales creadas para este fin, como por ejemplo la UNESCO.

En la medida que estas actividades de cooperación e investigaciones se fueron ampliando, se sumaron a este propósito otros organismos e instituciones que surgieron con otro fin, fundamentalmente económico, pero que, al aumentar su protagonismo en las relaciones internacionales, se han especializado también en la esfera educativa. Este es el caso del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros.

De estas organizaciones centrales han surgido proyectos regionales como la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (ORELAC), y la Comisión Económica para América Latina. Realizar estudios comparados en educación se convirtió en la base de esta “tipo de colaboración”, que, en sentido general desde su surgimiento y aún en la actualidad, ha estado condicionada por proponer proyectos de colaboración que, en muchos caso, no han tenido en cuenta las características específicas de cada contexto donde se aplican dichas propuestas.

Los estudios comparados en educación que se dirigen desde estos organismos e instituciones, no han logrado tener en muchos casos los resultados esperados, porque han analizado los fenómenos educativos de manera general, homogénea y con una aparente neutralidad (Cruevello de Silveira, 1992; Popkewitez y Pereyra, 1997; Garrido, 2000; Arnove, 2003; Mendoza, 2003; Massón, 2004), desconociendo la mediaciones que se dan entre lo proyectado y lo aplicado por los diferentes autores, en contextos educativos diversos.

Las dinámicas económicas y sociales han cambiado en los países de Latinoamérica en la actualidad, las que se 5 caracterizan por encontrar vías de colaboración a través de las relaciones (MERCOSUR, ALBA).

Esta colaboración sin imposición, ha generado proyectos de desarrollo educacionales y culturales, creando con ello un nuevo marco para realizar estudios comparados en educación que contribuya, desde el conocimiento de los fundamentos de esta ciencia, a comprender la realidad del otro, en la medida que se colabora para, conjuntamente, poner en marcha sueños tan largamente acariciados como el de lograr “Educación para todos en condiciones de equidad”.

De esta manera las relaciones Sur–Sur se configuran como un nuevo contexto para realizar estudios comparados en educación y la propuesta que se propone para realizar de estos estudios puede ser factible en estas condiciones de colaboración .

Para finalizar, los nuevos espacios de colaboración e intercambio entre países con el propósito de hacer cumplir sus políticas educativas, podrán ser mucho mas eficientes si se logra a aplicar los presupuestos teórico – metodológicos de los estudios comparados en educación. Los proyectos de colaboración para la puesta en práctica de las políticas educativas emergentes, se configuran como espacios socioeducativo que privilegia las iniciativas de cambios que surgen cuando se consideran las opiniones y necesidades de los sujetos que participan en dichos proyectos y las particularidades de los contextos donde se aplican. La incorporación de la comunidad de educadores a los estudios comparados permitirá que se encuentren explicaciones sobre las influencias de los problemas educativos generales en los contextos educativos donde se ponen en práctica los proyectos de colaboración, logrando con ello ser viable los objetivos que se proponen.

Bibliografía

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Torres Santomé Jurjo» Educación en tiempos de neoliberalismo » Colección Pedagogía manuales. Ediciones Morata, S. L Madrid, 2001.

Fuente:http://www.cubaeduca.cu/medias/pdf/4835.pdf

Fuente imagen:http://i0.wp.com/otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2016/07/rosa_masson.jpg?resize=290%2C290

 

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