Por: Ronald Montoya
Una crítica ciudadana al llamado Sistema Nacional de Educación Terciaria.
El gobierno, pretende la aprobación por “tubería o fast-track” (directamente por el presidente sin necesidad de ir al congreso) del llamado “Sistema Nacional de Educación Terciaria – SNET”, el cual busca unificar la educación superior con la formación para el trabajo y el desarrollo humano, bajo el argumento altruista de que servirá para atender principalmente a excombatientes, así como acercar a las áreas rurales las instituciones académicas regionales, entre otros fines loables y dignos del estado más utópico posible (según la descripción de motivos, el SENA es “incompetente”).
Primero decir, y en aras de la objetividad, que mejorar y revisar el SNET (me da pereza copiar eso tan largo) es una necesidad imperante, dado que los empresarios colombianos no encuentran mano de obra calificada para diferentes oficios en el mercado laboral colombiano, es decir, que las empresas van por un lado y la academia va por otro (debate para otra ocasión). Para explicar al ciudadano de a pie el asunto, tomaré un solo artículo de la propuesta de ley y pondré un ejemplo de lo que pasa en Colombia.
El artículo 14 de la propuesta de ley dice: “Movilidad educativa entre los pilares del SNET y reconocimiento: El Ministerio de Educación Nacional y el Ministerio del Trabajo, de acuerdo con las competencias establecidas en la ley y en sus decretos reglamentarios, generarán mecanismos y condiciones para el reconocimiento de los aprendizajes adquiridos a lo largo de la vida, garantizando la movilidad educativa y formativa, promoviendo la movilidad laboral.” En plata franca, lo que esto quiere decir es que cursos que un estudiante haya visto en la formación para el trabajo le servirán para validar cursos de educación superior o profesional. En primera instancia parece lógico, pero en la realidad es nivelar el sistema educativo por lo bajo. En este punto viene el ejemplo.
Una de los programas de formación para el trabajo que más buscan las mujeres colombianas es el de “Técnico Laboral en Cosmetología y Estética Integral”, palabras más, palabras menos, el cual capacita personas para realizar labores de estética y belleza de diversa índole. Estos programas entregan un certificado más no un título (educación no formal). Cualquiera sabe que estos programas son ofrecidos por personas e instituciones de dudosa reputación (no hay quién vigile estas instituciones, literalmente). Por mis pesquisas, estos programas con el fin de obtener rentas, sacrifican los procesos de contratación y selección de personal docente, además de realizar procesos laxos de evaluación, con el fin de aumentar el flujo de estudiantes (clientes = ganancia). Y los procesos de actualización curricular y demás de carácter académico, pues obvio, no existen, hemos dicho que estas instituciones son tierra de nadie (alguien me puede referenciar una institución de estas sancionada por mala calidad?).
Ahora resulta que estos cursos podrán ser validados ante una institución de educación superior que evalúa y revisa sus procesos académicos. Si uno de estos estudiantes egresa de una carrera como Nutrición y Dietética (es perfectamente viable bajo la nueva ley), usted confiaría en el criterio de dicho profesional? Estaríamos ante un caso similar al de los avivatos cirujanos plásticos colombianos que con cursitos de mediano pelo en Brasil se acreditaron en Colombia para desfigurar (y matar) mujeres (espero me haya hecho entender).
Por esto es que diferentes sectores de la academia reclamamos que toda reforma al sistema educativo (sabemos que se requieren), sea primario o terciario, el que sea, sean discutidas de cara al país, además, y por n-sima vez, atender seriamente diversos estudios que han diagnosticado los problemas y propuesto soluciones (hay un montón de propuestas, nacionales e internacionales, así usted no lo crea).
PD: la actual ministra de educación estudió con juicio el posgrado de “Estudios de la Guerra”, más no el de “Resolución de Conflictos”. En Colciencias peleó con todo el mundo, y la tendencia parece ser la misma en el ministerio. Ojalá se acuerde del segundo posgrado, para bien de todos…
Fuente: http://www.las2orillas.co/educacion-tercera-terciaria/