Por: Mauri Colón
La guerra imperialista en Ucrania está jalonando la mayor suba de precios de los últimos 41 años. A pesar de ser el sexto país más rico del mundo, la tasa de pobreza alimentaria del Reino Unido se encuentra entre las más altas de Europa.
Según las últimas estadísticas gubernamentales, el número de personas que viven en situación de inseguridad alimentaria aumentó drásticamente en los últimos años. Entre 2020 y 2021 abarcaba a 4,2 millones de personas. En septiembre de 2022, sumaron 9,7 millones. Una de cada siete personas en Reino Unido se salta las comidas que no puede pagar. Otra estudio revela además que el 44 % de los británicos se propone reducir el gasto en alimentos, debido a que los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas aumentaron un 13,3 % interanual hasta diciembre de 2022. El precio del gas subió 129 % y la electricidad, un 66 %. Los alquileres son cada vez más altos. El resultado es una inflación arriba de los dos dígitos, mientras los salarios se desploman. Adicionalmente, las medidas de austeridad bajo una década de gobiernos liderados por conservadores también han devorado los beneficios pagados a muchas familias de bajos ingresos.
Esta situación empuja a muchas familias, cada vez más a menudo, a recurrir a los bancos de alimentos para poder comer. Hay un dato demoledor: una de cada cinco personas que van a un banco de alimentos de la red Trussell Trust proviene de hogares donde aunque sea un adulto trabaja. Según Trussell Trust, hubo un número récord entre abril y septiembre del año pasado: 320.000 personas recurrieron a ellos. Esto es un aumento del 40 % en comparación con el año anterior. La organización espera proporcionar diariamente un promedio de más de 7.000 paquetes de alimentos de emergencia en los próximos seis meses.
Por esta gran demanda, muchos bancos de alimentos experimentaron problemas de suministro por falta de los mismos. Mientras tanto, el 46 % de las organizaciones de subvención de alimentos están preocupadas por su capacidad para ayudar a las personas si la demanda se mantenía igual o seguía aumentando. La gran mayoría de estos centros se financia con donaciones de particulares y empresas locales, así como con ingresos de subvenciones de fideicomisos benéficos.
Otro sector castigado por la crisis son los niños. Casi 1,9 millones de ellos apelan a comidas escolares gratuitas, esto es el 22,5 % de los alumnos de las escuelas públicas de Inglaterra. Significa un aumento de casi 160.000 alumnos desde enero de 2021. La demanda es mayor, según las organizaciones benéficas, pero muchos niños mayores de familias de bajos ingresos no alcanzan el umbral para solicitar asistencia porque sus padres ganan algo más que el límite para recibir la ayuda. Es por eso que muchas escuelas han empezado a ofrecer comidas gratuitas a todos los alumnos, no únicamente a los que tienen derecho a ellas por el sistema de bienestar social. Para algunos niños, las comidas escolares se han convertido en los últimos tiempos en la única comida confiable y nutritiva del día. Cada vez son más comunes los casos de niños que tienen problemas de aprendizaje por la falta de comidas o por no consumir los nutrientes esenciales.
Esta es la cara más brutal de la guerra y de las políticas aplicadas por los gobiernos británicos. La creciente ola de huelgas es la reacción a este brutal ataque a las condiciones de vida.
Fuente de la información e imagen: https://politicaobrera.com