Dolor y esperanza en nuestra América

Por Luis Pino

Más allá de las ganas desgarradoras de llorar tantas penas, está la impotencia y oquedad que están presentes en el ambiente de nuestra América Latina y Caribeña, con tanta desgracia junta, que al contrario de arrojarnos al fatalismo, ha de hacernos reaccionar para amar, aún más, la vida y forzar los esfuerzos por la vida y por la paz en este nuevo mundo, multicéntrico y pluripolar.

Dolor y esperanza en nuestra América

Entre estas penas, tuvimos que en la hermana nación italiana, en Amatrice murieron cientos de personas, producto de un terremoto. Lo sentimos muy nuestro, tanto dolor y la ausencia de tantos ciudadanos que nos enlutan. Hemos pues, de hacer que el dolor de nuestros hermanos italianos se mitigue en la esperanza por un mundo mejor, en la reconstrucción para levantarse, no sólo de entre los escombros, sino también, de toda amenaza contra la humanidad.

Luego, nos enteramos con estupor sobre el asesinato del Viceministro del Estado Plurinacional de Bolivia, Rodolfo Illanes, hecho que nos enluta y confirma el afán de los sectores plutocráticos por imponerse y apoderarse de los medios de producción, con sus viejos modos capitalistas. Se atrevieron a asesinar a un hijo del pueblo, Rodolfo Illanes; sin respeto alguno por la vida, quienes pretenden liquidar políticamente al hermano aymara, Evo Morales. Sólo la unidad plurinacional y los cambios estructurales derrotarán a las fuerzas oscuras rapaces que fuerzan por restaurar la esclavitud del siglo XXI bajo el imperio estadounidense.

Y siguiendo entre pesares, estamos presenciando en Brasil un golpe de Estado a cuentagotas y disfrazado de legalidad, con el juicio político para destituir a la mandataria Dilma Rousseff. Nada apunta a que los senadores depongan su actitud inconstitucional del proceso contra Dilma Rousseff. El Pueblo está en la calle, intentando enfrentar las lacras del capitalismo y su derecha golpista, con las reglas de esa derecha golpista y su legalidad burguesa, como ingenuamente estamos haciendo en otros puntos de la geografía terrestre, lo que apunta a otro fracaso popular y el triunfo de la derecha golpista.

Y, como quien no quiere causar ruido, de un infarto se nos fue el domingo veintiocho de agosto, un hombre que se metió en el alma de nuestros pueblos. Se trata de nuestro Juan Gabriel, el Divo de América.

La vida y la naturaleza física le cobraron a sus sesenta y seis años de edad tanto sufrimiento y tanto amor que nos dio en sus canciones y con su ejemplo de vida. Juan Gabriel fue un ser puro, genuino, humilde e inspirador, el que emancipándose, emancipó en el amor y la alegría por la vida.

Debo agregar que cuando Juan Gabriel vino al Venezuela recientemente y cantó “Las mañanitas” al nuestro Presidente Nicolás Maduro, con su gesto estaba dando un espaldarazo al Pueblo chavista emancipado, con tanta valentía como la que expresara por los cuarenta y tres estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Juan Gabriel en sus canciones y sus palabras seguirá gravitando en la conciencia popular por siempre.

Y, por su fuera poco en estos últimos días, en la República Bolivariana Venezuela estamos a las puertas de un derramamiento de sangre que se ha propuesto el gobierno que preside Barack Husseín Obama y los sectores de la derecha criolla venezolana, quienes han amenazado con tomar Caracas el próximo primero de septiembre, como baladí excusa, mientras muchos de ellos han sido encontrados con armas, explosivos y otros actos terroristas con los que aspiran llenar de terror al suelo venezolano, de manera que, mediáticamente, puedan justificar la intervención genocida del gobierno estadounidense en suelo venezolano; para derrocar al Presidente Nicolás Maduro, ejecutar un magnicidio y liquidar al chavismo, a costa de la sangre de sus líderes y del Pueblo. A las puertas de esta amenaza y con la agudización de la guerra económica que conjurados como Fedecámas-Venamcham libran contra el Pueblo venezolano, la oportunidad luce preciosa para que profundicemos la revolución bolivariana, socialista y chavista. La derecha venezolana y sus amos imperiales que lidera Barack Husseín Obama no entienden que la mayoría venezolana está dispuesta a luchar y estamos decididos a tener “Patria y Socialismo o muerte”.

A pesar de tanto agobio, la esperanza salta a la vista con la firma definitiva de la paz, entre el gobierno de la derecha plutocrática colombiana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP). Este histórico paso abre caminos a la paz definitiva y a la vida, pese al que en la práctica, el suelo colombiano ahora es una colonia o asentamiento del gobierno estadounidense, que tiene enclavadas siete bases militares gringas, para hostilizar y domeñar a los hijos se la Nueva Granada y Almería sus vecinos grancolombianos. El voto de confianza dado por el Pueblo y la disposición de las FARC-EP no pueden ser traicionados por cálculos políticos de la derecha colombiana, porque el retroceso contra la paz sería como convertir a la pujante Colombia en otro Vietnam del siglo XXI. Que los gringos y los hegemones de la derecha neogranadina no se equivoquen.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Dolor-y-esperanza-en-nuestra-America–20160830-0005.html

Imagen:https://1.bp.blogspot.com/-b5LD-slUIYU/V3hC9YaDJMI/AAAAAAAAAO4/NOQu5151vKsWaGdtilDffJSRsMBdAXYuACKgB/s1600/1429911835_notas._los_pro_y_contra_luego_de_18_anos_de_firma_de_los_acuerdos_de_paz_en_guatemala.jpg

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Luis Pino

Nacido en Mérida, Venezuela.Narrador y ensayista. Activista político de base, del PSUV. Comunicador de Calle del SiBCI, No. 16004.Profesor universitario e investigador de fenómenos sociales y del habla espontánea.Profesor en Lengua Materna; Magister Scientiae en Literatura Iberoamericana; Doctor en Ciencias Sociales.