Exploradores o chamanes también en Educación

Por Javier Arroyo

Es difícil hacer una síntesis de todos los análisis de resultados del test de PISA, hechos públicos esta semana. El abanico va desde los reformistas entusiastas hasta los que echan mano de tablas sobre el analfabetismo en el siglo XIX para explicar los resultados en el caso de las diferencias regionales en España. A mismos datos, distintos investigadores de políticas públicas extraen conclusiones distintas, algo que despista a los que ignoran que la academia también usa las gafas de la ideología.  Menos mal que Florentino Felgueroso, investigador de FEDEA,  le ponía un poco de humor negro al asunto y, en una encuesta, ponía las distintas soluciones según la «fe» de los expertos. Por eso sería fundamental que se empezara a hablar de Educación basada en la Evidencia, como aquí. 

En este blog nos quedaremos con la conclusión más palmaria para España: la desigualdad entre las autonomías. Castilla y León se puede equiparar a los países que mejor lo hacen en PISA mientras que Andalucía se queda a la cola. Esto es importante de cara a abordar el pacto nacional por la educación que se supone saldrá del Congreso durante esta legislatura. ¿Cabe hablar de un sistema educativo nacional con las diferencias puestas de relieve por la OCDE? ¿Qué tal si los miembros del Congreso de esa comisión de Educación empiezan por viajar a Castilla y León a enterarse bien de qué hacen?  De hecho, así es como empezamos la andadura de este blog, sugiriendo que nos fijáramos más en Soria que en Helsinki.

Una de las ventajas de tener autonomías es precisamente poder fijarnos en experiencias distintas de unas y otras. Lo cuenta muy bien Víctor Lapuente en su libro El Retorno de los Chamanes. En Educación, como en tantas cosas, nos podemos dejar llevar por las soluciones que suenan fáciles, a grandes palabras -Equidad, Justicia-o mirar los datos de distintas experiencias e ir aprendiendo en colaboración, como avanza la ciencia. Prueba y error y compartir.

En Andalucía, por ejemplo, los gobiernos socialistas se han aferrado siempre a eslóganes en los que se ponía el énfasis en la justicia social que imperaba en una región que era barrera contra el neoliberalismo en las políticas públicas. Los discursos. Pero los hechos, los datos, nos enseñan que los niños andaluces van muy por detrás de los de Castiila y León y eso se nos antoja como una injusticia social, independientemente de cómo se hagan llamar los gobernantes, si socialistas o del PP.  Y, si hacemos caso a los resultados de TIMSS, una suerte de  PISA en primaria, no parece que las cosas vayan a cambiar a mejor.  La respuesta de la Junta de Andalucía, vía comunicados y declaraciones de consejeros, ha sido culpar a la selección de los centros que ha hecho la OCDE y a la LOMCE. El consejero de Economía y ex rector de la Universidad de Sevilla ha llegado a sugerir que había una confabulación para desprestigiar el modelo educativo andaluz.  Finalmente, ha esgrimido que su Plan de Éxito Educativo conseguirá paliar las deficiencias detectadas po PISA. En el texto de este plan se llega a afirmar que entre las causas del abandono escolar temprano «cabe destacar la existencia de entornos socioeconómicos y culturales desfavorecidos que no fomentan una cultura del esfuerzo y la dedicación». Lo dice el texto de la Junta.

Mientras, en Castilla y León, el consejero lo primero que hacía  es agradecer a la sociedad y a los profesores los resultados  de PISA. Porque a estas alturas cualquiera sabe que la educación no es algo que cabe dejar en exclusiva ni en manos de las familias ni de los centros.  Fernando Rey habló de un entorno de exigencia, alabó el ambiente de querer estar continuamente mejorando con buenas prácticas en los colegios y de no bajar el listón para los alumnos. Además, contó que han estado en contacto con Canadá, uno de los países que sale mejor parado en PISA, para aprender de su metodología.

En Castilla y León no tuvieron reparos en aceptar ideas de profesionales de fuera del sistema. Así, en Matemáticas, hace casi diez años, se reunieron en Valladolid 300 profesores para debatir sobre una encuesta que se había hecho  sobre cómo se enseñaba la asignatura. Manuel León, del CSIC y uno de los investigadores en matemáticas más relevantes de España, dijo entonces: «Hace falta aumentar el contenido de matemáticas en la formación inicial del profesorado de Primaria, que es la base del sistema; es necesario que haya un aumento de horas de matemáticas en todo el sistema educativo para poder conseguir mejores resultados, y hay que conseguir una mayor implicación de las familias en la enseñanza general». Se recomendó aumentar el atractivo de las matemáticas con actividades de divulgación. Allí también estuvo el profesor de la Universidad de Utrecht, Jan de Lange, que repasó a utilidad de la medición de las competencias de las matemáticas en el mundo.

En Castilla y León se puso en marcha un sistema de refuerzos que se tradujo en clases extra a los niños que iban peor –algo que se hace en Finlandia de manera sistemática–  incluso en sábado en mayo y junio. 9.500 alumnos de 3º y 4º de Secundaria recibieron esas clases de apoyo en 114 institutos. Se contrató a interinos y a profesores de carrera que recibieron 31 euros por hora de clase extra. El plan se vio dotado, dado el éxito, por casi cuatro millones de euros, según fuentes de la Consejería de Educación de  la Junta de Castilla y León.

En su plan de éxito educativo, la Junta de Andalucía se limita a anunciar actuaciones de «Acompañamiento escolar, que desarrollará actividades de apoyo centradas principalmente en la consecución de competencias clave dirigidas al alumnado que, por diferentes motivos, no pueda recibir el apoyo suficiente en el seno familiar». Sin entrar en detalles. En un país donde imperara la inteligencia política, los equipos de la Andalucía podrían viajar a Castilla y León a ver cómo lo han puesto en  marcha.  Sabiendo, de entrada, que el plan contó con la oposición de los sindicatos inicialmente.

También Madrid puede trasladar algunas prácticas buenas y pone el acento en las pruebas externas de los centros, sin olvidar, como en Castilla y León, la importancia que se le da a la educación en muchas familias. El ex ministro de Educación de Portugal, Nuno Crato, ha explicado que buena parte de la mejora se debe al rigor de las reválidas, palabra casi prohibida en España y a establecer un curriculum en matemáticas exigente.«Libertad en los métodos, pero con objetivos concretos que se evalúen», es la receta portuguesa de Crato.

Con todo esto, nos tememos que Antonio Villar, uno de los investigadores que más se ha dedicado a PISA y a España, podrá seguir concluyendo lo que escribía hace tiempo: «El sistema educativo español no parece garantizar la igualdad de oportunidades sino que presenta indicios de contribuir a la formación de las élites en función del origen social y la comunidad de residencia. Dadas las diferencias existentes entre la forma de manifestarse la desigualdad de oportunidades, difícilmente cabe pensar en un remedio que sea igual para todos los casos».

En buena medida dependerá de que sigamos en manos de chamanes educativos o de exploradores humildes.

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2016/12/11/exploradores-o-chamanes-tambien-en.html

Imagen: https://pp.vk.me/c622624/v622624337/9c1b/cUpdE1mvL6Y.jpg

 

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Javier Arroyo

Cofundador de Smartick (www.smartick.es), plataforma online para el aprendizaje de las matemáticas para niños de 4 a 14 años. Economista, MBA por la École de Commerce Solvay. Ha dado unas cuantas vueltas por el mundo y de niño ha experimentado, incluso disfrutado, en primera persona de sistemas educativos en cuatro países diferentes: Alemania, EEUU, Bélgica y España.