Ministro de Educación de Brasil tildó de «tragedia» resultado del país en prueba PISA

América del sur/Brasil/12 Diciembre 2019/El país

«Integralmente (es) culpa del PT, integralmente culpa de este adoctrinamiento ‘izquierdófilo’ sin compromiso con la enseñanza», dijo el ministro de Educación de Brasil.

El ministro de Educación de BrasilAbraham Weintraub, calificó como «una tragedia» el desempeño de los estudiantes de su país en la prueba PISA 2018 de la OCDE, una situación que atribuyó al «adoctrinamiento» educativo durante los Gobiernos del progresista Partido de los Trabajadores (2003-2016).

«Integralmente (es) culpa del PT, integralmente culpa de este adoctrinamiento ‘izquierdófilo’ sin compromiso con la enseñanza. Quiere discutir sexualidad y no quiere enseñar a leer y escribir», expresó el titular de Educación en una rueda de prensa en Brasilia.

Los resultados de la prueba PISA 2018 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) apuntaron que Brasil registró una ligera mejora con respecto al año anterior.

Sin embargo, cuatro de cada diez estudiantes brasileños no son capaces de comprender la idea principal de un texto o realizar cálculos básicos de matemáticas.

Para Weintraub, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, en el poder desde el 1 de enero, «no tiene nada que ver con el PISA», aunque reconoció que la educación en Brasil «está estancada desde 2009».

Pero «cuando ustedes miren en términos históricos, 2019 será el punto de inflexión», aseguró.

La solución para mejorar la enseñanza básica en el país suramericano, según Weintraub, es la inversión en tecnología en las escuelas y la sustitución de los materiales didácticos.

Asimismo, el ministro defendió la expansión del modelo de escuelas cívico-militares, cuya implementación es una de las principales banderas de Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército.

«Cuando miramos hacia las escuelas militares y cívico-militares ya existentes, Brasil está por encima del promedio de la OCDE», recalcó el ministro.

En la misma línea, el presidente del estatal Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educacionales (Inep), Alexandre Lopes, manifestó que las políticas que fueron adoptadas por Brasil en materia educativa en los últimos años fueron ineficaces.

«No estamos evolucionando. Es difícil empeorar, porque nosotros ya estamos en la parte más baja de la tabla», destacó Lopes.

A través de la prueba PISA, la OCDE evalúa los conocimientos básicos de estudiantes de 15 años en 79 países y en tres áreas claves: lectura, matemáticas y ciencias.

En 2018, los estudiantes brasileños estuvieron por debajo del promedio de la OCDE en las tres categorías analizadas.

Del total de 79 países que participan en la evaluación, Brasil se ubicó en el puesto 57 de la clasificación en el área de lectura (con 413 puntos frente al promedio de 487 de la OCDE); en el 66 en materia científica (404 puntos frente al promedio de 489), y en el 70 en lo que se refiere a matemáticas (384 puntos ante el promedio de 489).

Fuente e imagen: https://www.elpais.com.uy/mundo/brasil-ministro-educacion-tilda-tragedia-resultado-pais-prueba-pisa.html

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Analfabetismo moderno

Por: Ignacio Mantilla

En sentido estricto, el analfabetismo se refiere a personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir.

Se estima que en el mundo hay 787 millones de habitantes que son analfabetas. En América Latina la tasa de analfabetismo asciende a 9%, con países en situación crítica como Haiti, Guatemala o Nicaragua. En el caso de Colombia, no deja de sorprender y preocupar que la tasa de analfabetismo para 2015 sea del 5.7%, de acuerdo con reportes del DANE.

Ahora bien, más importante que buscar culpables del analfabetismo es encontrar soluciones para que Colombia pueda ser una nación moderna en un período de tiempo razonable, tras un acuerdo de paz que nos permita superar problemas históricos y afrontar el grave rezago. No basta con que nuestra economía sea influyente, con que personalidades nacionales figuren como los más ricos o que algunos se destaquen en el arte, la ciencia o el deporte, porque no se trata de impulsar unos pocos para que salgan adelante. Se trata de romper con la desigualdad y ofrecer a las próximas generaciones un país más equitativo, libre de analfabetismo y con una educación de calidad que no sea exclusiva para élites.

Sin embargo, sumado al problema de este analfabetismo, que podemos llamar absoluto, surgen hoy nuevas formas de analfabetismo, como el funcional: entendido como la incapacidad de las personas de comprender textos escritos y de formular ideas a través de la escritura, con graves consecuencias que limitan seriamente la interacción social y la comunicación de los individuos que lo padecen.

A diferencia del analfabeta en estricto sentido, el funcional se encuentra en cualquier estrato social, algunos de ellos han llegado a ser profesionales, pero sus capacidades de comunicación y recepción de ideas o su nivel de comprensión de instrucciones están dramáticamente limitadas, lo que les excluye, adicionalmente, de los beneficios fundamentales del conocimiento, la creación y la innovación.

Las pruebas Pisa arrojan como resultado que Colombia está en los peores lugares en cuanto a las competencias en matemáticas, lectura y escritura. Pero, además, es preocupante saber, por estas pruebas, que 6 de cada 10 estudiantes evaluados no entienden bien lo que leen; estaríamos frente a una cifra altísima de potenciales analfabetas funcionales.

Paradójicamente, se estima que en la actualidad, en cada minuto se envían cerca de 170 millones de correos electrónicos y se llevan a cabo unas 700.000 búsquedas en Google. A través del Banco Mundial se ha conocido esta semana una cifra sorprendente: el 90% de los datos existentes hoy en el mundo fueron producidos en tan solo los últimos dos años. El volumen de información y la velocidad con que se difunde nos obliga entonces a desarrollar cada día nuevas habilidades.

A pesar de estos indicadores, en la actualidad también se reconoce lo que se ha dado en llamar “analfabetismo tecnológico”, que bien mezclado con el anterior conduce a una parálisis intelectual. En un mundo tan globalizado como el actual, que promueve las comunicaciones y la gestión de la información por múltiples y diversos canales, con una gran cantidad de individuos de amplia movilidad internacional, es indispensable desarrollar algunas habilidades relacionadas con la comunicación de ideas y la comprensión de las mismas, a través de distintos lenguajes, soportes, plataformas y tecnologías. En este sentido, la limitación o incapacidad de las personas para comunicarse, a pesar de saber leer y escribir, impide su buen desarrollo personal.

En la mayoría de casos el analfabetismo tecnológico obedece a una brecha generacional o, inclusive, al temor a asumir nuevos retos o resistencia a usar herramientas que los más jóvenes nos pueden enseñar a utilizar. Con estos casos, probablemente nos podemos referir a personas de una erudición ejemplar, ilustradas, como cientos de profesores universitarios, que son ampliamente respetados por su conocimiento, pero que no son capaces de comunicarse con esta sociedad llena de personas “hipertecnológicas” que asumen la construcción del conocimiento desde otro espacio influenciado por internet, las redes sociales y el auto aprendizaje.

De otra parte, hay quienes afirman que el monolingüismo es el analfabetismo del siglo XXI. Creo que aunque ésta se constituye, en muchas ocasiones, en una barrera de comunicación o en una limitante para obtener un trabajo o para desempeñarse exitosamente en una profesión, no es estrictamente una forma de analfabetismo.

Más bien y complementario con lo anterior, no puede aceptarse la creencia según la cual, dejarían de ser analfabetas funcionales quienes hablan una segunda lengua y se desenvuelven de maravilla con las herramientas tecnológicas. Por el contrario, aunque muchas de esta personas escriben a gran velocidad en teclados y pantallas, es lamentable la incapacidad de algunas para escribir a mano, para leer y entender más de una línea en forma continua o para calcular un porcentaje. Basta hablar con los profesores universitarios que deben calificar pruebas escritas y están sometidos con frecuencia a la tortura de tener que interpretar algunos textos de puño y letra de sus estudiantes.

Como puede observarse, aún siendo muy eruditos, siempre estaremos en riesgo de convertirnos en modernos analfabetas, de ser o de volver a ser analfabetas tecnológicos. Lo importante es nunca dejarse “desalfabetizar” o “analfabetizar”, manteniendo una actitud de asombro e interés por comprender los cambios; pues en el caso del analfabetismo no vale la esperanzadora máxima de que: “la ignorancia, una vez se pierde, ya nunca vuelve”.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/opinion/analfabetismo-moderno-columna-632212

Imagen: https://conceptosydefiniciones.wordpress.com/2011/05/15/definicion-de-analfabetismo/

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Otra sorpresa de PISA: la Ciudad está primera en desigualdad

De la prueba PISA 2015 surgen varios datos preocupantes que, tal vez por acostumbramiento, no producirán la misma indignación que las cuestiones políticas y técnicas debatidas durante esta semana. Varios de esos datos tienen que ver con los altos niveles de inequidad que caracterizan al sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires (para la Argentina, como es sabido, ni siquiera hay información). De los 70 participantes de PISA, la Ciudad es el distrito donde el nivel socioeconómico de los alumnos tiene mayor impacto sobre su desempeño escolar: esa variable explica el 26% de la variación de los aprendizajes en Ciencias entre los estudiantes; el promedio de la OCDE es la mitad (12,9%).

Así, Buenos Aires es el lugar donde la escuela tiene menor capacidad para reducir las desigualdades, es decir, donde los pobres tienen más probabilidades de aprender poco y los ricos, de acceder a una educación de mayor calidad. En la Ciudad, el nivel socioeconómico de los alumnos tiene mayor impacto educativo que en Perú (22%, segundo en esta medición), Chile (17%), Uruguay (16%) y Colombia (14%). En los países nórdicos, conocidos por sus condiciones más igualitarias, este indicador es igual o menor al 10%.

Otro indicador de equidad tiene que ver con la cantidad de alumnos “resilientes”: PISA califica como tales a aquellos estudiantes de 15 años que viven en entornos económicos, sociales y culturales desfavorecidos, y a pesar de eso obtienen niveles altos de desempeño. Son quienes logran sobreponerse a la “determinación” de su origen social. En la Ciudad de Buenos Aires, la medición de PISA encontró un 14,9% de estudiantes “resilientes”: la mitad que el promedio de la OCDE (29,2%). En investigaciones previas, PISA halló que una diferencia clave entre los alumnos de entornos poco favorables que son resilientes y quienes no lo son, es que los alumnos resilientes asisten más y regularmente a clases. Es decir que un alto ausentismo de docentes o de alumnos conspira en contra de poder quebrar el pronóstico según el cual un alumno de bajos recursos está “condenado” a una educación de baja calidad.

La prueba también mide las probabilidades de que un estudiante “desfavorecido” (aquel que pertenece al 25% de menor estatus socioeconómico) quede en el nivel más bajo de desempeño en Ciencias. Una vez más, en Buenos Aires los alumnos más vulnerables tienen 6,1 veces más probabilidades de no alcanzar los niveles mínimos de aprendizaje. Para la OCDE, esa diferencia entre vulnerables y no vulnerables es menos de la mitad (2,8); solo República Dominicana presenta una desigualdad mayor que la Ciudad (6,6).

El capítulo del informe PISA sobre inclusión y equidad también advierte que en la Ciudad de Buenos Aires las mayores desigualdades socioeconómicas se dan entre escuelas: es decir, hay escuelas “para pobres” y otras “para ricos”. Al interior de una misma escuela no se registra una “diversidad socioeconómica” significativa: las clases baja, media y alta han dejado de convivir en la escuela pública desde hace varias décadas. Especialistas locales como Guillermina Tiramonti han señalado que el sistema educativo argentino –no solo el porteño– se caracterizan por la “segregación”: las distintas clases sociales circulan por espacios educativos diferentes. “En CABA, Chile, Colombia, Indonesia y Perú, más del 40% de la variación en el estatus socioeconómico de los estudiantes se da entre escuelas distintas”, plantea el informe, y marca un contraste: en los países de la OCDE, ese porcentaje desciende al 23,5% porque hay mayor diversidad socioeconómica dentro de cada escuela.

Fuente del articulo: http://www.clarin.com/sociedad/sorpresa-pisa-ciudad-primera-desigualdad_0_S1zMVQLQx.html

Fuente de la imagen:https://es.panampost.com/wp-content/uploads/pisa2015-argentina6diciembre.jpg

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Singapur: Los equívocos de la excelencia

Por: Pedro Flores Crespo

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico s(OCDE), Singapur es una ciudad-Estado de más de cinco millones de habitantes que ha logrado ser un referente mundial desde que logró su independencia en 1965. Este país era, en ese entonces, un “islote pantanoso y enlodado que nadie quería” (Geographica).

¿Qué hizo cambiar, en 50 años, la fisonomía de ese país del sudeste asiático? La respuesta apunta hacia varios planos, pero uno de ellos es la fuerte apuesta por la formación de capital humano. Con Singapur, las teorías de la eficiencia económica pueden corroborarse: aunque no haya recursos naturales, se puede progresar por la vía de la capacitación, entrenamiento y educación.

Gracias a PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) tenemos una muestra de que en tres áreas del conocimiento (Ciencias, Matemáticas y Lectura), las políticas educativas de ese país del sudeste asiático no van por mal camino; 24 de cada 100 jóvenes de 15 años de Singapur obtienen “resultados excelentes” en ciencia, lo que significa que con sus conocimientos científicos pueden responder de manera creativa y autónoma a situaciones diversas y desconocidas. Mientras que en México, 34 de cada 100 jóvenes presentan “bajo rendimiento” en las tres áreas evaluadas (Ciencias, Lectura y Matemáticas), en Singapur esta proporción apenas llega a cinco por ciento.

Los logros alcanzados por Singapur en materia educativa han causado admiración, por un lado y por otro, han motivado a diversos colegas a observar su sistema educativo para tratar de explicar su éxito. En este sentido, destaca el libro Quince Cartas sobre la Educación en Singapur. Reflexiones desde la Perspectiva Estadunidense, que fue publicado este año por el Fondo de Cultura Económica y cuyos coordinadores son los profesores Fernando Reimers y E.B.O´Donnell de la Universidad de Harvard.

El libro compila una serie de reflexiones de un grupo de educadores de Masachussetts que viajaron a Singapur para conocer, en una semana, el funcionamiento de su sistema educativo. Asimismo, se presentan puntos de vista de altos funcionarios de Singapur como Oon-Sen Tang, quien es el director del Instituto Nacional de Educación (INE). El INE es un órgano autónomo que tiene entre sus funciones formar y certificar a los profesores de ese país y busca ser, según Tang, una institución que se distinga por la “excelencia” de sus maestros.

El libro de Reimers y O´Donnell presenta testimonios y lecciones interesantes. Por ejemplo, Tang enfatiza que los investigadores del INE “trabajan muy de cerca con las escuelas y sus comunidades para acercarles mejoras pedagógicas basadas en la evidencia”. Asimismo, se destaca un carácter meritocrático real (Toner) tanto para los profesores como para los estudiantes y se valora ampliamente a los maestros dado que su proceso de selección es altamente riguroso. Ahí, nada de palancas, venta o herencia de plazas.

En algunos aspectos, los sistemas político y educativo de Singapur son admirables, pero en otros francamente cuestionables. Por ejemplo, Joey Lee observa que las políticas educativas reciben poca crítica pública. En Singapur, afirma este autor, “los ciudadanos parecen aceptar el gobierno autoritario con más facilidad de lo que lo harían los ciudadanos de naciones occidentales tradicionales”. Por su parte, Eleonora Villegas-Reimers reconoce que aunque haya objetivos claros en términos educativos, son los altos funcionarios del Ministerio de Educación los que seleccionan estos fines. Hay entonces un modelo de gobierno vertical.

La intervención gubernamental llega a tal extremo que al finalizar la primaria se planea, mediante el Examen de Finalización de la Educación Primaria (PSLE, por sus siglas en inglés), quién va a estudiar qué opción académica. Esta segmentación inducida —que recuerda los esquemas de planeación de la desaparecida Unión Soviética— genera varios problemas: por un lado, estrés juvenil y un marcado sentimiento de fracaso (McCormick) y por otro, un jugoso mercado de tutorías privadas para aprobar el examen (O´Keefe). ¿A estos costos se desea la eficiencia educativa?

Pero aún hay más. Desconcierta escuchar a Mitalene Fletcher cuando reconoce que los estadunidenses aprecian la libertad de prensa, pero también admite su “deleite” al saber que en la prensa de Singapur no se permite “criticar o menoscabar el trabajo de los profesores”. ¿Quién podría justificar esto en una nación moderna y democrática?

Sorprende que los profesores de Harvard no alerten en el libro sobre los costos de haber logrado la “excelencia” educativa en Singapur. Poco dicen, por ejemplo, sobre la perpetuación del Partido de Acción Popular en el poder o la documentada supresión de libertades políticas en ese país asiático. Notaron, en cambio, cierta “reverencia” cuando se hablaba de Lee Kwan Yew, primer ministro de Singapur, a quien se le atribuye una tesis terrible: en aras de estimular el crecimiento económico es “bueno” cancelar ciertos derechos civiles y políticos.

Para Amartya Sen, premio Nobel de Economía, la “tesis Lee” se apoya en evidencia empírica muy rudimentaria. Si se realizan comparaciones amplias entre países, dice Sen, nos daremos cuenta que esta tesis no tiene sustento. Hay, por lo tanto, poca evidencia para sostener que los regímenes políticos autoritarios contribuyen al crecimiento económico.
Valorar el “éxito” educativo de los países requiere una mirada profunda. No todo son resultados o logros alcanzados, también cuenta el proceso por el cual llegamos a estos resultados. Excellere significa “destacar, sobresalir” en latín, nos recuerda Pablo Latapí Sarre. Utilizar este término en el ámbito educativo, dice Latapí, podría ser legítimo si significara “mejoramiento”, pero es atroz si significa “perfección”. Si saberse bueno es peligroso, remata el investigador educativo, sentirse llamado a la perfección es desquiciante y “debe ser insoportable tratar a alguien que se cree excelente”. Este tipo de contradicciones seguramente no las captura PISA.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=5362%3Asingapur-los-equivocos-de-la-excelencia&Itemid=152

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Entre las pruebas PISA y el horror sistemático

Por: Manuel Humberto Restrepo Domínguez

Las lecturas de la escuela y las de la cotidianidad parecen condenadas a ir por lados contrarios, mejoró la escuela, pero el horror sigue igual. Las pruebas PISA, miden el conocimiento en ciencias, lectura y matemáticas de jóvenes de 15 años de 71 países. Colombia tuvo una leve mejoría que la deja en el puesto 61 en matemáticas, 57 en ciencias y 54 en lectura, pero en todo caso sigue mal. La mayoría de países de América Latina mejoró aunque la brecha con los países de primeros lugares se conserva. Singapur, Japón, Estonia, Taiwán, Finlandia, China, Canadá, Vietnam, Hong Kong y Shanghái, siempre van en punta. En Singapur uno de cada cuatro estudiantes logra una posición de alto nivel y en los países de la OCDE apenas uno de cada 10. Colombia no logra ningún puesto de alto nivel y otros como México tienen diferencias de hasta 70 puntos por debajo de España y Brasil cayó al vació.

Sin embargo es difícil pedirle mas a los jóvenes de Colombia, en especial a los de la escuela publica con educación desfinanciada, recursos escasos, profesores sin garantías laborales y amenazas a su estabilidad laboral, y en general sometida por el mercado de competencia salvaje. La ministra a la usanza militar, respecto a los informes de derechos humanos, no sale a promover explicaciones si no a justificar y agrandar cifras confusas en un país donde lo real y la ficción impiden comprender la verdad. Las lecturas de la realidad material y de la enseñanza formal parecen atadas a modos de vivir con alegría y horror. ¿Cómo leer la realidad por cuenta propia si sus interpretes que ideologizan los hechos definen lo que ocurre?. Cómo comprender por ejemplo la alegría de recibir un premio Nobel de Paz, si a pocas horas de diferencia un sádico de la elite Bogotana, rapta, viola y destruye con sevicia la vida de una niña pobre, indígena, desplazada, hija del país marginado; y días antes una lideresa Lgtbi haya sido asesinada en Barranquilla y sus vecinos con morbo le bajaran sus pantalones para mirar su órgano sexual; o que en Buga fuera violada, torturada y asesinada otra mujer.

Bastaría con presumir que las actividades sociales y mundanas del día a día están entrelazadas con una violencia genocida, que ha borrado los limites entre los frentes de batalla y el hogar. La guerra ha llevado los escenarios del crimen a lujosos edificios y fincas de recreo. Es promovida por los interpretes de lecturas intolerantes, que alimentan el odio y enseñan a un sector social a estar por encima de los otros, a sentirse superiores, inescrutables y a asesinar por placer, curiosidad u otros motivos. Esas lecturas salidas de centros de mando político formado por elites que gobiernan en medio de la corrupción y el menosprecio por la vida de los otros, incitan a esa violencia fratricida y patriarcal, aunque para expiar sus culpas, desde allí mismo pidan castración, cadena perpetua o pena de muerte en claro populismo punitivo orientado a desviar la razón del crimen y traducir a votos.

Como estos, ocurren cada semana decenas de crímenes sistemáticos, que al integrarlos evidencian si no una política por lo menos una cadena de exterminio de mujeres, lideres, jóvenes y niños, que tienen un mismo perfil de victimas: pobres, excluidos, opositores. Muchos caen asesinados por el hambre o por enfermedades prevenibles. Los medios siguen el libreto asignado: muestran selectivamente a alguno como caso individual, desconectado, que cumple la función de mantener la lectura fragmentada y hegemónica y encubrir con el morbo de un dolor ajeno la tragedia humanitaria. Contribuyen naturalizar la idea de que una vida humana vale menos que un iPad, ocultan la realidad de mafias y empresarios que asociados saquean los recursos del estado y pervierten la capacidad de sus instituciones y explotan laboral, sexual y delincuencialmente a mas de un millón de niños sobre quienes deciden su manera de vivir y su forma de morir y con total impunidad, desprecian la vida humana y en secuencia lógica llaman a continuar la guerra que harán a través de esos mismos niños.

Colombia es una buena síntesis de belleza y horror, un país que mejoró levemente la capacidad de lectura de los jóvenes según las pruebas pisa, que además produjo un solido acuerdo de paz, una impecable formula de justicia transicional y recibió la mas admirable generosidad de las victimas para ofrecer perdón a sus victimarios, -valga recordar de insurgencia, estado, paramilitares y los dos últimos en connivencia-. Los jóvenes mejoraron su lectura de colegio y los adultos en cambio a causa de una lectura manipulada que asaltó la inocencia no superaron la gran prueba del plebiscito por la paz, en que no se impuso la comprensión del respeto a la dignidad humana, si no venganza y resentimiento. La lectura manipulada impidió leer por cuenta propia. Fue hecha y difundida por interpretes de una ultraderecha delirante, que busca en las mayorías un antitodo que le garantice impunidad para los responsables de incontables sucesos de barbarie ocurridos durante el régimen de la seguridad democrática. El libro sagrado de la biblia, también fue interpretado para resaltar una moral y poner en retroceso conquistas alcanzadas. Los elegidos para transmitir la lectura sagrada movilizaron a sus fieles, -las ovejas de su rebaño-, sujetadas por las carencias y el olvido estatal. Las necesidades materiales de buena parte de la población son fácilmente convertidas por cínicos y sádicos en adhesión a programas políticos o de fe y orientar sus votos con la promesa de salvación y solidaridad que florecen en medio de la desesperanza calculada para provocar esos temores.

Mientras sus jóvenes mejoraban la lectura académica de las pruebas pisa, la lectura hecha por los interpretes del dogma y la pureza se asociaban para defender su interés oculto de seguir la guerra en nombre del progreso y por la salud de la nación. Unos interpretes dijeron que los hijos de la paz naciente serían homosexuales; otros dijeron que el país sería gobernado por comunistas, como en los comienzos de la aplicación de la higiene racial, homofóbica y totalitaria que terminó en holocausto, El fin de esta lectura de odio -que recuperó su plena vigencia- es obtener nuevamente el poder, elegir un presidente y proceder a eliminar malformaciones, defectos y rasgos con impurezas.

El proyecto de ultraderecha se dirige a la preservación de la guerra- y con ella del enemigo a derrotar- porque de ella emana su poder. La guerra es el valor supremo que revaloriza sus palabras y les permite afianzarse políticamente según sus ideales de belleza y crueldad y fijar comportamientos y conductas, que solo encuentran posibles eliminado las plagas de la humanidad, traducidas a marginados, guerrilleros, homosexuales, comunistas y opositores. Esta lectura se convierte en una orden de la que toman nota los fanáticos y sádicos que actúan aunque no se sientan criminales y aleguen estar educados correctamente o pertenecer a familias ejemplares que no matan pero saben borrar las huellas o negar y; los paramilitares que practican desde atracos callejeros, violaciones y hostigamientos, hasta descuartizamientos y decapitaciones publicas, para lograr el objetivo de perfeccionamiento social de su proyecto a base de exterminar a los estigmatizados contaminantes, empezando por los de sus propias filas cuando encuentran adentro a seguidores defectuosos.

A través de los jóvenes colombianos que presentaron las pruebas pisa se puede señalar que el país mejoró un par de puestos en la lectura y comprensión de la literatura universal, obtenida del conocimiento y la enseñanza académica, pero que en cambio varios millones de adultos empeoraron su capacidad de lectura critica y propia de la realidad y contra todo juicio sensato siguen dando muestras que prefieren la muerte a la vida. Los que leen en la paz la dignidad, leen mejor la realidad, y su deber es transformarla, saber defender la vida con convicciones éticas y saber poner al descubierto a quienes aun en medio del llanto, siempre dejan ver su cara al sol y sus camisas negras.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/entre-las-pruebas-pisa-y-el-horror-sistematico/

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Do Australian schools need more money, or better spending?

Australia/Diciembre de 2016/Autora: Catherine Hanrahan /Fuente: ABC News

RESUMEN: Dos informes internacionales muestran los niveles de educación de Australia han caído en el ranking mundial – superada por Kazajstán – y los últimos datos de Australia muestran resultados plana de revestimiento de los estudiantes. Pero lo que ha causado la caída?

Educación acalorado debate menudo de Australia ha tendido a centrarse en dos cuestiones fundamentales:

La cantidad de escuelas de financiación reciben; y
La creciente brecha entre los más ricos y las escuelas más pobres.

¿Qué puede el último Programa de Resultados Evaluación de Estudiantes (PISA) nos dicen acerca de estos factores?

Two international reports show Australia’s education standards have dropped down the global rankings — overtaken by Kazakhstan — and the latest Australian data show students’ results flat-lining.

But what has caused the fall?

Australia’s often heated education debate has tended to centre on two key issues:

  • How much funding schools receive; and
  • The widening divide between the richest and poorest schools.

What can the latest Programme for International Student Assessment (PISA) results tell us about these factors?

Globally, countries that spend more get better results

There is a clear relationship between spending and performance in the PISA data: countries that spend more score higher results.

In the chart below, each country in the PISA tables is represented by a circle:

  • those with better maths scores appear higher up the chart; and
  • those that spend more per student appear further to the right.

Australia appears just above the trend line: it spends about $92,000 per student (from the age of six to 15) and the average maths test score was 494.

These broad trends were repeated for reading and science.

But the relationship between spending and performance is not a simple one

Many countries that got similar average maths scores spent very different amounts on education — and many countries that spent about the same had very different scores.

For example, Australia’s score in maths is better than the UK and the US, which each spent more per student.

But Australia’s score is well below Korea, Estonia and Poland, who spent between $12,000 and $28,000 less on each student than Australia did.

Overall, the relationship between spending and results was not significant once spending per student passed above US$50,000.

In other words, take out the countries that are not spending very much, and the correlation between spending and performance disappears.

This tallies with Education Minister Simon Birmingham’s comments that Australian school funding is at record levels and the focus can no longer be on how much money is being spent.

So how can Australia improve its schools?

Pete Goss from the Grattan Institute says that what matters most for Australia now is not how much money goes into education, but how the money is spent.

«To make sure money is well spent, step one is to distribute to the schools who need it most,» he said.

«Step two is that whatever money schools get, it must be spent as effectively as possible on teaching approaches that have been shown to work and are cost effective.

«One side of politics seems to focus more on step one, where money is distributed. The other side focuses more on step two, how money is spent.

«We have to get both right.»

Laura Perry, associate professor of education policy at Murdoch University, says Australian education has a «distribution problem rather than an absolute funding problem».

«The biggest problem … is we don’t give as much money to the schools that really need it and we tend to give money to the schools that don’t need it,» she said.

Does the data back up this inequality story?

Globally, the PISA data shows that students who are at a socio-economic disadvantage are almost three times more likely to fail to reach a baseline skill level in science.

A ‘fair’ education system was defined as one where a student’s result reflects their ability, rather than things they can’t control, like their socio-economic status.

On some measures of fairness, Australia fell below the average among the 35 OECD countries being compared.

The chart below includes all the countries that scored higher than Australia in science.

Only three — New Zealand, Singapore and Taipei — gave a greater benefit to advantaged students than Australia did.

Coming from an advantaged background in Australia adds 44 points to a student’s science score for every unit increase in socio-economic advantage.

In many countries, including Vietnam, Canada and China, education was more equal than in Australia.

What’s the result of unequal schooling?

The difference in education equality in different countries is most obvious in how the bottom quarter of students fares in each country.

Although Australia’s bottom and top quarter of students are performing better than the OECD average, the bottom quarter is performing much worse than the bottom quarter in Singapore, Vietnam, Estonia and Japan.

Professor Perry says Canada is the most relevant comparison to Australia.

«We can say that low socio-economic status students … perform much better in Canada than Australia,» she said.

«If you look at the total average [score] for each country, it’s higher in Canada and that’s the main reason why.»

Australia worst in OECD on staffing gap

Professor Perry says one of the explanations for the poor performance of Australia’s lowest socio-economic students is their poor access to qualified teachers.

The gap between rich and poor schools’ ability to attract qualified teachers in Australia is the largest in the OECD.

The data was gathered by asking principals how much their school’s ability to teach students was affected by having unqualified or poorly qualified teachers.

Australian principals in schools in high socio-economic areas gave very different answers from those in poorer areas.

Shortages of qualified teachers were more likely in Australian public schools than private schools.

The same goes for education materials — things like IT equipment, classroom and laboratory materials. Only Mexico, Spain and Turkey had a more unequal split in terms of access to material.

Sue Thompson, director of educational monitoring for the Australian Council for Educational Research, says lots of students, particularly in junior secondary school, are being taught by teachers out of their field of expertise.

One Australian study showed that about 38 per cent of students were being taught by teachers not qualified in maths and science.

These teachers are limited both in their ability to find ways to teach the bottom-performing students, and to challenge the top students, Dr Thompson says.

«All of the OECD research on disadvantaged students shows that by lifting the success of disadvantaged students, you would increase the system as a whole but also you gain on the performance of the high-achieving students as well, as a result of better teaching,» she said.

Professor Perry says the amount of social segregation between schools has become a «vicious cycle» in Australia: as teacher shortages become more pronounced in lower socio-economic schools, parents choose to avoid those schools, perpetuating the problem.

«A low socio-economic school, another word for that is a hard-to-staff school,» she said.

Fuente: http://www.abc.net.au/news/2016-12-13/australian-school-results-money-inequality/8103250

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Exploradores o chamanes también en Educación

Por Javier Arroyo

Es difícil hacer una síntesis de todos los análisis de resultados del test de PISA, hechos públicos esta semana. El abanico va desde los reformistas entusiastas hasta los que echan mano de tablas sobre el analfabetismo en el siglo XIX para explicar los resultados en el caso de las diferencias regionales en España. A mismos datos, distintos investigadores de políticas públicas extraen conclusiones distintas, algo que despista a los que ignoran que la academia también usa las gafas de la ideología.  Menos mal que Florentino Felgueroso, investigador de FEDEA,  le ponía un poco de humor negro al asunto y, en una encuesta, ponía las distintas soluciones según la «fe» de los expertos. Por eso sería fundamental que se empezara a hablar de Educación basada en la Evidencia, como aquí. 

En este blog nos quedaremos con la conclusión más palmaria para España: la desigualdad entre las autonomías. Castilla y León se puede equiparar a los países que mejor lo hacen en PISA mientras que Andalucía se queda a la cola. Esto es importante de cara a abordar el pacto nacional por la educación que se supone saldrá del Congreso durante esta legislatura. ¿Cabe hablar de un sistema educativo nacional con las diferencias puestas de relieve por la OCDE? ¿Qué tal si los miembros del Congreso de esa comisión de Educación empiezan por viajar a Castilla y León a enterarse bien de qué hacen?  De hecho, así es como empezamos la andadura de este blog, sugiriendo que nos fijáramos más en Soria que en Helsinki.

Una de las ventajas de tener autonomías es precisamente poder fijarnos en experiencias distintas de unas y otras. Lo cuenta muy bien Víctor Lapuente en su libro El Retorno de los Chamanes. En Educación, como en tantas cosas, nos podemos dejar llevar por las soluciones que suenan fáciles, a grandes palabras -Equidad, Justicia-o mirar los datos de distintas experiencias e ir aprendiendo en colaboración, como avanza la ciencia. Prueba y error y compartir.

En Andalucía, por ejemplo, los gobiernos socialistas se han aferrado siempre a eslóganes en los que se ponía el énfasis en la justicia social que imperaba en una región que era barrera contra el neoliberalismo en las políticas públicas. Los discursos. Pero los hechos, los datos, nos enseñan que los niños andaluces van muy por detrás de los de Castiila y León y eso se nos antoja como una injusticia social, independientemente de cómo se hagan llamar los gobernantes, si socialistas o del PP.  Y, si hacemos caso a los resultados de TIMSS, una suerte de  PISA en primaria, no parece que las cosas vayan a cambiar a mejor.  La respuesta de la Junta de Andalucía, vía comunicados y declaraciones de consejeros, ha sido culpar a la selección de los centros que ha hecho la OCDE y a la LOMCE. El consejero de Economía y ex rector de la Universidad de Sevilla ha llegado a sugerir que había una confabulación para desprestigiar el modelo educativo andaluz.  Finalmente, ha esgrimido que su Plan de Éxito Educativo conseguirá paliar las deficiencias detectadas po PISA. En el texto de este plan se llega a afirmar que entre las causas del abandono escolar temprano «cabe destacar la existencia de entornos socioeconómicos y culturales desfavorecidos que no fomentan una cultura del esfuerzo y la dedicación». Lo dice el texto de la Junta.

Mientras, en Castilla y León, el consejero lo primero que hacía  es agradecer a la sociedad y a los profesores los resultados  de PISA. Porque a estas alturas cualquiera sabe que la educación no es algo que cabe dejar en exclusiva ni en manos de las familias ni de los centros.  Fernando Rey habló de un entorno de exigencia, alabó el ambiente de querer estar continuamente mejorando con buenas prácticas en los colegios y de no bajar el listón para los alumnos. Además, contó que han estado en contacto con Canadá, uno de los países que sale mejor parado en PISA, para aprender de su metodología.

En Castilla y León no tuvieron reparos en aceptar ideas de profesionales de fuera del sistema. Así, en Matemáticas, hace casi diez años, se reunieron en Valladolid 300 profesores para debatir sobre una encuesta que se había hecho  sobre cómo se enseñaba la asignatura. Manuel León, del CSIC y uno de los investigadores en matemáticas más relevantes de España, dijo entonces: «Hace falta aumentar el contenido de matemáticas en la formación inicial del profesorado de Primaria, que es la base del sistema; es necesario que haya un aumento de horas de matemáticas en todo el sistema educativo para poder conseguir mejores resultados, y hay que conseguir una mayor implicación de las familias en la enseñanza general». Se recomendó aumentar el atractivo de las matemáticas con actividades de divulgación. Allí también estuvo el profesor de la Universidad de Utrecht, Jan de Lange, que repasó a utilidad de la medición de las competencias de las matemáticas en el mundo.

En Castilla y León se puso en marcha un sistema de refuerzos que se tradujo en clases extra a los niños que iban peor –algo que se hace en Finlandia de manera sistemática–  incluso en sábado en mayo y junio. 9.500 alumnos de 3º y 4º de Secundaria recibieron esas clases de apoyo en 114 institutos. Se contrató a interinos y a profesores de carrera que recibieron 31 euros por hora de clase extra. El plan se vio dotado, dado el éxito, por casi cuatro millones de euros, según fuentes de la Consejería de Educación de  la Junta de Castilla y León.

En su plan de éxito educativo, la Junta de Andalucía se limita a anunciar actuaciones de «Acompañamiento escolar, que desarrollará actividades de apoyo centradas principalmente en la consecución de competencias clave dirigidas al alumnado que, por diferentes motivos, no pueda recibir el apoyo suficiente en el seno familiar». Sin entrar en detalles. En un país donde imperara la inteligencia política, los equipos de la Andalucía podrían viajar a Castilla y León a ver cómo lo han puesto en  marcha.  Sabiendo, de entrada, que el plan contó con la oposición de los sindicatos inicialmente.

También Madrid puede trasladar algunas prácticas buenas y pone el acento en las pruebas externas de los centros, sin olvidar, como en Castilla y León, la importancia que se le da a la educación en muchas familias. El ex ministro de Educación de Portugal, Nuno Crato, ha explicado que buena parte de la mejora se debe al rigor de las reválidas, palabra casi prohibida en España y a establecer un curriculum en matemáticas exigente.«Libertad en los métodos, pero con objetivos concretos que se evalúen», es la receta portuguesa de Crato.

Con todo esto, nos tememos que Antonio Villar, uno de los investigadores que más se ha dedicado a PISA y a España, podrá seguir concluyendo lo que escribía hace tiempo: «El sistema educativo español no parece garantizar la igualdad de oportunidades sino que presenta indicios de contribuir a la formación de las élites en función del origen social y la comunidad de residencia. Dadas las diferencias existentes entre la forma de manifestarse la desigualdad de oportunidades, difícilmente cabe pensar en un remedio que sea igual para todos los casos».

En buena medida dependerá de que sigamos en manos de chamanes educativos o de exploradores humildes.

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2016/12/11/exploradores-o-chamanes-tambien-en.html

Imagen: https://pp.vk.me/c622624/v622624337/9c1b/cUpdE1mvL6Y.jpg

 

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