Desde el inicio, resalta Sixta Díaz C., productora ejecutiva de este largometraje, querían “hacer una película muy panameña. Queríamos que cuando el público saliera de la sala de cine, sintiera que había vivido una experiencia en los barrios populares de nuestra ciudad. Y queríamos que esa sensación fuera auténtica”.“Cuando no se vive en el barrio y no lo conocen tienden a estereotiparlo y eso lo resiente su gente”, indica Aguilar Navarro, quien agrega que “nosotros buscamos todo lo contrario, mostrarlo tal como es, con sus virtudes y defectos. Lleno de gente buena que lucha día a día, pero que como en todos los barrios, no solo en los populares, también hay gente que toma el camino equivocado”.Esa atmósfera de autenticidad que transmite Salsipuedes es gracias a una mirada honesta. “Esa era la razón de ser de este proyecto. Exponemos el barrio, tal cual lo conocemos, lo disfrutamos y lo amamos, en escena”, indica Manolito Rodríguez, quien plantea que “el sabor a barrio es propiedad de todos los que trabajamos en esta película. Y lo sincero de este acto también. Así que fue una entrega colectiva”.
LOS MENSAJES DE UNA PRODUCCIÓN
Uno de los mensajes de Salsipuedes es no olvidar cada quién de dónde viene. También es un largometraje sobre el valor de querer a la familia y a la patria.
“Cuando eres pobre y marginado, parece que la única forma de salir adelante es escapar de tu entorno, irte a estudiar afuera, alejarte para siempre del barrio. Pero escapar significa dejarlo todo atrás, dejar de ver a los tuyos, cambiar tus costumbres, tu forma de ser, borrar el amor que te llena los días. Y eso es injusto”, señala el director de Salsipuedes, Ricardo Aguilar Navarro.