“El desarrollo de las competencias buscan la transformación social. ¿Esto se puede medir a través de una prueba escrita?”
Por: Robinson Conde Carmona
El MEN define calidad como un concepto cuantificable y concreto: es la reunión de una serie de factores que “puestos en su punto” permiten que los estudiantes puedan educarse de manera óptima. Ahora bien, un concepto tan completo y técnico como ese, ¿se puede medir con tan solo un examen aplicado a 4 de los 12 grados formales (transición a 11°) que tiene una institución?
Por su parte el Icfes sostiene la importancia de estas pruebas, por lo que según ellos ejecutan una tarea primordial, que son comprobar el desarrollo de competencias de los estudiantes, proporcionar información para la comparación entre programas e instituciones y recoger información para construir indicadores de evaluación. De los tres componentes anterior señalados por Icfes, el primero quizás es el más importante pero, ¿será que con una prueba escrita se puede comprobar de manera idónea el desarrollo de las competencias por partes de los estudiantes?
Las pruebas tal cual y como son concebidas, las verdaderas competencias que puede valorar son las del uso del inglés y la producción escrita, pero es muy difícil que bajo esa definición que ellos mismos le dieron se puedan valorar significativamente otras cosas.
Lo peor del caso es que no se pueden medir ni cualificar de esta forma, y digo cualificar, porque en educación, los datos importantes son los cualitativos, no los cuantitativos. Los datos cualitativos son los que me dan con claridad una idea clara de la realidad, y si yo no entiendo la realidad es muy difícil que la logre transformar. En cambio, los datos cuantitativos se quedan en lo abstracto, son difíciles de interpretar en educación. Un dato cuantitativo aislado sin una interpretación cualitativa en educación es un dato que a la larga no sirve.
¿Cuál es el efecto que esto tiene en la instituciones? Las instituciones en la actualidad se volcaron al mejoramiento en estas pruebas, se entrenan, se preparan, se centran únicamente en la aplicación del día de la prueba, otras hasta hacen algunas trampas, debido a la poca vigilancia que tiene el Ministerio en las Pruebas 3°,5°,9°. Pero, ¿este es en realidad el fin?, ¿preparar a los estudiantes para una prueba? Pues ese fue el sentido que tomó, las buenas intenciones que tuvieron los que crearon esas pruebas. Ahora mismo para algunos es un negocio (Empresas Pre-Saber), para otros es una obsesión, para otros es una fácil herramienta para subir los índices de calidad (por medio de estrategias deshonesta), para recibir apoyo del gobierno, o en los casos de los privados, subir el costo de las pensiones.
Ahora, con todo esto, ¿dónde quedó la calidad? Acaso el sentido y la razón de ser de la educación no es formar seres humanos que transformen, con un sentido social y cultural que le permita ser feliz y hacer feliz a los demás. Y si la educación cobra valor cuando puede formarte para que seas feliz y hagas feliz a los tuyos, porque a la larga a eso viniste, esa es tu razón de ser vital y casi que inconsciente. ¿Por qué no concentrar nuestras fuerzas en hacer los estudiantes la mejor versión de ellos, para que así transformen la sociedad de verdad y no sigamos perdiendo el foco, que a larga es lo que nos ha llevado a que nuestro sistema egresen tantos deshonestos que hoy en día son los que se nos roban los recursos, los intereses y la vida?
¿Quieres calidad? La calidad no te la dará el Icfes, no te la dará el Ministerio ni el Gobierno, la calidad la encontrarás cuando tú como institución entiendas a los estudiantes, entiendas sus interés, entiendas sus necesidad, y poco a poco, en un trabajo conjunto, usen toda esa información para mejorar todos los procesos, para formar integralmente, para hacer de quienes se educan, la mejor versión de ellos mismos, respetando sus diferencias y a larga ayudando a darle todas las herramientas para que pueda ser feliz en su vida.
Fuente: https://www.las2orillas.co/pruebas-saber-miden-calidad-educativa/