Por: Natalia K. Denisova.
Muchos son los cambios que suceden en nuestro alrededor. Es normal que la sociedad se transforme, pero lo anormal es el cariz que adquieren algunas de estas transformaciones. Cada vez son más las personas que viven en un espacio-tiempo indefinido: con dificultades ubican en el mapa la ciudad donde viven y con aún mayor esfuerzo responden a las preguntas sobre el pasado de España. Numerosas razones tenemos para explicar este analfabetismo del siglo XXI, pero una es determinante: es el fracaso de la educación cuyas consecuencias actuales son graves, pero lo peor está por venir.
El reciente debate en el Congreso de los Diputados sobre el “adoctrinamiento” en los colegios de Cataluña y, muy probablemente, en otras comunidades autónomas no trae buenas noticias. Cs ha fracasado estrepitosamente con su propuesta de revisar los programas educativos. La reacción de los partidos es verdaderamente preocupante: el PP se abstuvo, el PSOE y Podemos votaron en contra junto con los nacionalistas. Los comentarios de estas fuerzas políticas para justificar su silencio o protesta son de una sandez insuperable: la iniciativa de los de Ciudadanos fue tachada de “sobreactuación”, “sensacionalista” y acusada de “alimentar la división” y sembrar “odio y sectarismo”.
Hagan lo que hagan los políticos, cierren o no los ojos ante un problema de tal calado, el fracaso educativo ya no consiste únicamente en el adoctrinamiento nacionalista. Lo más preocupante es que hay una creciente mayoría de la población española desconoce las nociones básicas de historia y geografía de España. Ya no hace falta el adoctrinamiento para propagar las medio-verdades sobre la historia nacional. Desde hace muchos años contemplamos en todos los aspectos de nuestras vidas, como la palabra “español” ha sido desterrada del vocabulario cotidiano. Hablamos de lo gallego o de lo leonés, de lo burgalés o castellano. Lo que antes se señalaba como la cultura española y los creadores españoles, ahora se atomizó, se separó entre sus patrias chicas de tal manera que es difícil hablar del arte español, sin mencionar sus respectivas provincias.
Parece que las fuerzas políticas no quieren darse cuenta de que la educación se les ha ido de las manos en toda España. Nadie ahora ni en los próximos años se va a ocupar de esta cuestión fundamental. En este contexto de analfabetismo generalizado quién se atrevería a explicar en Cataluña que no hubo la “unión” de Cataluña y Aragón en el siglo XII por el sencillo hecho de que no existía ni siquiera el término “Cataluña”; que los catalanes nunca han sido un reino, pero siempre tenían a un rey ya ora el de Aragón ora el monarca de España.
Fuente: https://www.elimparcial.es/noticia/182774/opinion/sin-educacion.html
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