Calidad para todos exige superar la “pedagogía de la pobreza”, es decir, pensar que para los pobres basta con un currículo poco exigente, y egresar alumnos sin las competencias necesarias para seguir aprendiendo o ejercer una profesión adecuadamente. Se trata de nivelar hacia arriba, y no solo de retener en el sistema educativo y egresar a los estudiantes a costa de una menor calidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Esto significa, entre otras cosas, velar porque los procesos de promoción no se transformen en un desincentivo para el desempeño docente. Hay que revisar muy profundamente las actuales políticas de evaluación y prosecución, pues se trata de que los alumnos aprendan lo que tienen que aprender y no meramente que vayan pasando de un grado a otro. Si los alumnos saben que, hagan lo que hagan, van en definitiva a pasar, ¿para qué esforzarse en estudiar? Pareciera que estamos olvidando que estudiar y aprender suponen esfuerzo, dedicación, responsabilidad.
Un ambiente agradable
Para mejorar la calidad hay que trabajar para que los alumnos se sientan a gusto y bien atendidos en su escuela, de modo que aprendan de manera óptima lo que necesitarán para su vida. Necesitan, pues, una escuela en la que se viva en un ambiente agradable pero exigente, en el que los docentes y directivos garanticen un bienestar colectivo, en un clima de respeto mutuo, de gran tolerancia ante lo diverso y de cero tolerancia ante la agresividad y la violencia. La calidad va a exigir, sobre todo, trabajar para lograr maestros y profesores con vocación de servicio, orgullosos de su profesión, con expectativaspositivas de sí mismos y de cadauno de sus alumnos, motivados y que disfrutan enseñando, en formación permanente, ya no para engordar currículos, sino para desempeñar mejor su labor y servir con mayor eficacia a los alumnos, sobre todo a los más carentes y necesitados. Todas las investigaciones coinciden en que la variable más importante para una educación de calidad es contar con directivos y docentes de calidad.
La calidad exige también que la necesaria dotación esté al servicio de la pedagogía, pues la experiencia demuestra que no es suficiente la dotación de recursos (incluyendo los textos y las computadoras) o proporcionar alimentación a los alumnos sin una transformación de la pedagogía y una reorientación de las actividades y tiempos escolares.
@pesclarin
Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/superar-pedagogia-pobreza_678791