Elementos esenciales para el éxito escolar
Antonio Pérez Esclarín
Un segundo elemento esencial para el éxito escolar es contar con un equipo de educadores motivados, conscientes de la transcendencia de su labor, en formación permanente no tanto para aumentar su currículo, sino sobre todo para servir mejor a sus alumnos, con salarios adecuados que les permitan vivir con dignidad, descansar apropiadamente y seguirse formando. El educador debe ser una persona que disfruta con lo que hace, que ama su profesión, que acude con ilusión, “con el corazón maquillado de alegría”, a la tarea diaria, porque entiende y asume la importancia de su labor, porque se siente educador, maestro, sembrador de sueños y esperanzas, escultor de corazones nobles y generosos, formador de personas y de ciudadanos, y no mero dador de programas y clases.
Otro elemento para el éxito escolar es garantizar a todos los alumnos las herramientas esenciales para un aprendizaje autónomo y permanente: lectura personal y autónoma de todo tipo de textos y del contexto, de los nuevos lenguajes digitales y de la imagen; escritura, pensamiento lógico-matemático y científico, solución de problemas, ubicación en el espacio y en el tiempo; y de aquellas actitudes esenciales para un aprendizaje autónomo y permanente: curiosidad, reflexión, investigación, crítica y autocrítica, deseos de aprender y de hacer las cosas cada vez mejor, exigencia, esfuerzo, trabajo en equipo.
Otros factores para el éxito escolar, son la fuerte relación entre el centro educativo y las familias de los alumnos; el buen estado del centro y la adecuada dotación para posibilitar los aprendizajes esenciales, incluyendo la comida pues no es posible aprender con el estómago vacío; el clima de orden, respeto y seguridad en los centros y el entorno; el número de días de clase y el uso eficiente del tiempo en el aula, pues está bien comprobado que no sólo se pierde el tiempo cuando se suspenden las clases (y en Venezuela se suspenden por demasiados motivos), sino que también se pierde cuando los alumnos se dedican a hacer actividades rutinarias como copiar del pizarrón, que no llevan a aprendizajes significativos y resultan muy tediosas y aburridas. De ahí la necesidad de superar de una vez esa pedagogía que enseña a copiar y responder preguntas intrascendentes y proponer la pedagogía que promueve la creatividad, la crítica, la productividad y la solución de problemas.