Por: Ana Camarero
Los factores culturales y sociales son, según los expertos, los responsables de que los jóvenes preadolescentes hayan adelantado la edad en la que mantienen sus primeras relaciones coitales. El doctor José Luis Carrasco, jefe de la Unidad de Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, explica que existen evidencias científicas que avalan el acortamiento de la infancia y la llegada prematura a la adolescencia. Este hecho supone, según este especialista, el que “las primeras atracciones sexuales empiezan ahora a producirse a los nueve años en los hombres y a los 10 en las mujeres. Y un año y medio después, aproximadamente, esa atracción se transforma en el primer deseo sexual: a los 11 años en los varones y a los 12 en las féminas. Dos años después de desatarse el deseo sexual, los hombres suelen tener sus primeras relaciones sexuales (coitales), a los 13,1 años, y las mujeres, a los 15,2 años”.
Mikel Resa, vicepresidente de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS), quien lleva más de 20 años trabajando con preadolescentes, adolescentes y jóvenes, apunta que “si bien es cierto que un número significativo de chicos y chicas han adelantado sus primeras prácticas coitales, el conjunto mayoritario se mantiene en la edad media europea, entre los 16-18 años”. Mikel Resa mantiene que “el hecho de que algunas personas adolescentes hayan adelantado sus prácticas eróticas y visualicemos mediáticamente sus consecuencias no planificadas, léase la toma de la pastilla poscoital, de embarazos no planificados o IVE, nos están cegando. Mejor dicho, estas realidades tan duras no nos dejan ser conscientes de la otra realidad”. Y afirma que “estas situaciones problemáticas pesan mucho mediáticamente y tal vez provocan que algo que podría ser excepcional lo veamos como la regla”.
Para José Luis Carrasco, el adelanto de las relaciones sexuales “completas” en la población preadolescente se debe, entre otras cosas, al hecho de que vivimos en un entorno sexualizado. “En las películas, series de televisión, incluso aquellas dirigidas a todos los públicos, aparecen referencias al sexo de una manera abierta. El sexo, no solamente el erotismo, el sexo explícito, genital, está presente de manera accesible. No está oculto de manera pudorosa en un ámbito como es el de los pequeños, en el que antes sí lo estaba. Esta presencia habitual hace que se normalice”, afirma el especialista del San Carlos. Mikel Resa coincide en esta hipersexualización, “donde el erotismo es un objeto y objetivo más de mercado. Con lo cual, el adolescente no es ajeno a esta cruenta venta. Ya no vende un discurso puritano. Por el contrario, se vende una erótica desenfrenada, tanto para adolescentes (véase las series televisivas donde parece que todo el alumnado de un colegio mantiene relaciones por doquier) o adultos, donde además de ser buen trabajador/a, buen amo/a de casa, mejor padre y madre, también debemos de ser los mejores amantes del mundo. De lo contrario, quedamos fuera de ese imaginario que nos intentan vender”.
Los especialistas aseguran que el inicio de la pubertad se corresponde con un mayor interés de los jóvenes por la sexualidad. Estudios recientes como el llevado a cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, del Instituto de Investigaciones Materno Infantil (IDIMI), concluyen que el inicio de la pubertad se ha ido adelantando y, en esos términos, niños y niñas menores de 9 años ya están entrando en esa etapa. Y un inicio temprano favorece un acceso precoz al sexo.
Marina Cabello García, psicóloga sanitaria y directora de la sección infantojuvenil del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología (IASP), afirma que otro factor que juega un papel clave en este asunto es la influencia de los iguales. “A estas edades es muy importante lo que mi grupo de amigos hace y se repiten ciertos patrones de comportamiento por imitación, más aún si hay problemas de autoestima, lo que hace que algunos chicos y chicas mantengan relaciones sexuales por el simple hecho de agradar a otros, sin estar preparados para ello”, señala la experta de IASP. Pero entre esta multicausalidad, Cabello García apunta que, probablemente, “el factor más relevante es la facilidad para acceder a contenidos eróticos en internet y el acceso a las redes sociales”. “De hecho, un estudio publicado en Journal of Adolescent Health revela que uno de cada cinco adolescentes ha enviado fotos de sí mismo con desnudos explícitos, fenómeno denominado sexting, y que el 80% de quienes lo practica es menor de 18 años”, agrega esta psicóloga sanitaria.
El problema de mantener las primeras relaciones coitales a una edad temprana radica, según José Luis Carrasco, en que “a esa edad no se han desarrollado aún los mecanismos de la personalidad para la formación de vínculos sentimentales consistentes”. Y añade que en esas edades, “los sistemas psicobiológicos que posibilitan la integridad de la identidad personal no han madurado, ni tampoco aquellos que dotan a las capacidades para una empatía profunda con los sentimientos del otro”.
Para muchos expertos esta sexualización temprana y forzada puede ayudar a generar problemas, como algunos de los más mediáticos y recientes. José Luis Carrasco incide en que “la sexualidad contiene aspectos de dominación y de posesión que si no están bien integrados y encauzados dan lugar a fenómenos de este tipo”. Es por esto por lo que, en su opinión, las relaciones sexuales en estas edades tempranas “rara vez dan lugar a relaciones sentimentales perdurables y acaban por lo general en relaciones de hostilidad y de abuso entre los implicados”.
De este modo, ¿en qué medida la “sexualización” que se da en muchos de los ámbitos de nuestra vida puede ser un elemento a tener en cuenta en comportamientos como los de La manada? Para la psicóloga Cabello García, “gran parte del conocimiento sexual de los jóvenes está determinado por la pornografía hegemónica o mainstream, que contribuye a la construcción del deseo sexual masculino dominante sobre la mujer”. Y subraya que “prácticas como Gang Bang o Bukkake son claros ejemplos de este tipo de pornografía que trivializa la violencia contra la mujer y colabora en el mantenimiento y legitimación de la idea patriarcal de que las mujeres son inferiores”. Por otra parte, Cabello García sostiene que “es necesaria más investigación acerca de las violaciones múltiples. Lo que se sabe hasta la fecha es que la presión del grupo, el sentido de pertenencia al mismo y la necesidad de aceptación, desempeñan un papel importante en este tipo de violencia”. Según Roly Navlet, doctora en Psicología y cofundadora de la consultora RD Humint, “la presión del grupo dictamina las violaciones múltiples a las que someten a su víctima y asegura que personas que de forma individual no cometerían esos actos violentos, por el deseo de no sentirse excluidos, pueden llegar a participar”.
Mikel Resa afirma que la educación sexual es mucho más que prevenir, “hacer educación sexual es mucho más que hablar de interrupciones voluntarias al embarazo o de infecciones genitales. Hablamos de comunicación, de habilidades sociales, autoestima, afectos, placeres, deseos, amor, relaciones, límites, orientaciones, identidades, cuerpos, vivencias y un largo etcétera”. Por ello, el vicepresidente de la AEPS considera importante que tanto las familias como el mundo educativo y las instituciones públicas apuesten por “una educación sexual universal, intensa, extensa, sistemática, para la convivencia de los sexos y procuradora de nutritivas sinergias intersexuales”.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/22/mamas_papas/1553267012_129944.html