Etnografía del quehacer pedagógico a partir de los CLIP

Por: Luis Saavedra 

Lo que sigue es parte de una relatoría sobre una investigación que intentamos junto a una estudiante de postgrado sobre gestión del conocimiento y formación permanente del magisterio en Barquisimeto, estado Lara, y que fue rechazada como proyecto Trabajo de Grado de Maestría, Subprograma de Investigación al parecer por cuestiones formales (ambigüedad en la teoría y metodología, con especial referencia a la formulación de las «intenciones», normas APA).

Se pretendía un acercamiento a las vivencias de los docentes en la gestión de conocimiento en los Centros Locales de Investigación y Formación Permanente (CLIP), apoyado en la perspectiva sociocrítica. Pero como señalara recientemente un historiador de reconocida trayectoria en Venezuela, en ciertas unidades administrativas domina la forma sobre el fondo, los formularios manuelescos por sobre el trabajo de la investigación educacional, cuyo proceso concreto suele ser arbitrario, ya que el tema-problema o el objeto de estudio en el mundo de la vida viene a ser lo que determina el método y la teoría y no al revés; cuando lo que importa es el informe final que es más ordenado y sistemático. Y sobre todo cuando tributa a la solución de problemas del entorno. Como fuere lo queremos socializar ahora y si alguien se atreve a hacernos algunas sugerencias serán muy bienvenidas.

La información se obtendría de observación participante y entrevistas a docentes de aula y docentes directivos quienes siguiendo el Currículo Nacional Bolivariano (2009,) de acuerdo a las líneas de investigación del CENAMEC asumidas por la institución del Ministerios del Poder Popular para la Educación (MPPE, 2014), se involucran en ese proceso, sobre todo a través de la nueva universidad que «compite» con la Upel, la Universidad Nacional Experimental del Magisterio Samuel Robinson; que desarrolla programas de formación con especializaciones o maestrías.

Que la verdad sea dicha en lo personal aun no entendemos su naturaleza y alcance (se requiere más información), dado que para tales fines existen los institutos pedagógicos de vieja data y amplia cosecha reunidos desde hace unos 30 años en la Upel, la universidad de los maestros, gloriosa institución que ha formado históricamente pléyade de docentes e investigadores; pero según un efímero ministro de educación, ahora un oscuro alcalde «La Upel es un veneno».

En concreto, queremos recoger flujos de información en las notas de campo y entrevistas, que se explayarían a través de una matriz de categorías, subcategorias y unidades de significación, como recomienda Martínez, (2007). Finalmente se harán reflexiones y sugerencias pertinentes sobre el asunto abordado.

En sí realizaremos una inserción en el contexto social e institucional donde se ha iniciado un proceso de vivencia de la gestión del conocimiento con las políticas de investigación y formación permanente, formuladas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPPE). Lo cual implica una amplia apertura a las nuevas tendencias científicas postpositivistas y teorías pedagógicas emancipadoras, pero a su vez tiene lugar la emergencia de una no menos amplia problemática en cuanto a su implementación en nuestras instituciones de educación primaria bolivariana, media general y técnica, debido a diversas circunstancias como las actitudes de aceptación y/o rechazo, tal vez por preconcepciones negativas sobre la conducción del Estado-Nación venezolano, entre otras.

En ese sentido, el sistema educativo venezolano bolivariano ha venido desarrollando una serie de políticas que tienen que ver con los cambios necesarios para fortalecer el espíritu crítico, creación de saberes, generación de conocimientos científico-técnicos y humanísticos pertinentes y de calidad para todos. Además de fortalecer el papel científico del maestro y el desarrollo del currículo nacional integrado en el entorno comunitario. Proceso que no siempre se cumple y, a los efectos, conviene acercarse a esa realidad con una mirada crítica.

Desde el punto de vista legal, la Ley Orgánica de Educación (2009), en su Artículo 15, invita a desarrollar el potencial creativo de cada ser humano, desarrollar la capacidad de abstracción y pensamiento crítico mediante la formación en filosofía, lógica y matemática con métodos innovadores. Y uno de los temas indispensables es la ciencia, la tecnología e innovación en la educación.

Todo lo anterior hace parte de esa nueva generación de conocimiento, por lo que es importante saber cuál es nuestra actuación como docentes de aula y la interacción con los demás colegas en las entidades de trabajo, como una forma de asumir este nuevo reto hoy.

Efectivamente, la investigación constituye el referente básico para la formación individual y social, sin lo cual el desarrollo de la creatividad y la innovación quedan truncados. Ello se ha convertido en un nudo crítico en los procesos formativos de las instituciones venezolanas. Superarlo supone un esfuerzo personal y grupal, con equipos de alto sentido de pertenencia a la epistemología crítica o del sur, la organización escolar y comunidad en general de la nación.

Así, de acuerdo a lo anterior, la misma pragmática o sentido de contextualización donde tienen lugar las prácticas sociales tradicionales y generar o aplicar conocimiento privilegian lugares y ordenanzas que suelen observar las personas integradas al sistema social reconocido como válidos de manera estricta, sin advertir apenas que hay otras posibilidades de acción y no solo el flagelo de teorías teórica-metodológicas dominantes en la comunidad científica, que pudiesen dar otros frutos en realización personal, además de productos y subproductos novedosos que den respuesta a demandas muy sentidas en el contexto social.

Lo anterior, viene a ser una invitación al desarrollo práctico de la soberanía cognitiva, como dice la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su Preámbulo, (1999). Allí se invita a refundar el Estado-Nación, y sus medios expeditos son: la educación y el trabajo realizados libre y emancipador, de manera soberana y protagónica. Además, en el artículo 3 queda establecido que el Estado tienen como fines la defensa y el desarrollo de la persona y respeto a su dignidad, lo cual solo es posible cultivando la inteligencia, voluntad y memoria histórica.

Por su parte en el Artículo 102 del mismo texto constitucional, enfatiza la educación como un derecho humano fundamental y un deber social ineludible del estado, la sociedad y la familia. Por lo que atendiendo a estas premisas vemos con gran preocupación que, si un docente carece de la formación pedagógica y científica adecuada, estaríamos desatendiendo este derecho a nuestros jóvenes, negándoseles el conocimiento adecuado.

Es por eso, que dentro del proceso de observación participante de la investigadora, a tenor de los elementos dados por los informantes, describe el tema de la gestión del conocimiento centrado este en la formación de investigación permanente en la institución como el aspecto primordial del perfil del docente, ya que venimos de una estructuración positivista, donde los conocimientos se dan por repetición, memorización y nuestras actitudes son unísonos a este modelo; paralelamente de manera concomitante se nos dificulta pasar a otra forma de generar y gestionar conocimiento ante esta nueva era sorprendentemente creadora dentro de una praxis educativa de acuerdo a los espacios de formación.

Es bueno recordar que desde hace años se viene haciendo una reflexión de la calidad educativa. En este sentido se debe reconocer una serie de características como son: la equidad en el ingreso, la permanencia y la universalización, en el sentido de amplia cobertura geográfica, partiendo de esas realidades se presentan un abanico de posibilidades para generar nuevas estrategias pedagógicas para la docencia y la investigación amparados por las orientaciones curriculares para la educación media (MPPE, 2014).

Igualmente, la Ley Orgánica de Educación (2009), en su Artículo 14, define la educación: entre otras cosas, como la promotora de «la construcción social del conocimiento», dándole sustento a lo contenido en el Diseño Curricular (2006), que nos lleva a mejorar los programas para la calidad docente. Siguiendo hacia las políticas de Transformación curricular dispuestas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization), UNESCO.

Desde la observación de la experiencia personal y de su contexto, se puede plantear la necesidad de la investigación como parte del quehacer pedagógico transformador hacia la necesidad de la formación permanente, que permitan dar paso a las políticas de transformación curricular.

Pues como dice Freire (2008) «Todo proceso formativo debe alcanzar una educación que permita, vivir y aprender, saber porque se vive y porque se aprende» (p. 78), para lo cual, debemos partir del docente que poseemos para saber cuáles son sus fortalezas y cuales sus debilidades. Ello permite tener un grado de apropiación y pertenencia de acuerdo a la propuesta de país planteado en los lineamientos del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE) acerca de las políticas de transformación curricular, que exige coherencia con las necesidades científicas que el país requiere y el perfil que logremos discernir para avanzar en una profundización de la reflexión teórico-práctica.

Finalmente, surgen inquietudes del siguiente tipo: ¿cómo se desarrolla en la cotidianidad la investigación y formación permanente del docente? ¿Qué elementos destacan en la dinámica curricular hacia la generación de conocimiento? ¿Cómo generan los docentes propuestos de formación permanente según la nueva propuesta curricular en la educación emanada del Ministerio del Poder Popular para la Educación? ¿Qué aspectos críticos se deben tomar en cuenta con fines de elaborar una descripción y comprensión de la producción de conocimiento en la institución en estudio desde la perspectiva etnográfica?

Es así, como hablamos de un proceso de formación del docente que pueda convertirse en la referencia para la educación que éste va a brindar a los educandos, «una educación que permita viviendo y aprendiendo, saber porque se vive y porque se aprende». La formación del docente es entonces una tarea fundamental del cambio educativo, la cual debe partir del reconocimiento de éste como sujeto, con sus potencialidades y limitaciones, avanzar hacia un diseño de aprendizaje que parta del aula, del estudio de la realidad concreta en la cual se desenvuelve el maestro, para contribuir a disminuir la brecha entre formación, investigación y acción transformadora educativa.

Ese reconocimiento nos debe generar elementos que nos puedan ayudar a dar un salto de calidad educativa, que nos propone las nuevas políticas estadales desde el Centro Nacional de Formación Permanente del Magisterio (CENAMEC).

Cabe anotar, que el proceso de investigación y formación permanente en el profesional de la carrera docente en Venezuela, solía ser asumida individualmente por aquellos docentes más comprometidos con la naturaleza de sus funciones, siempre de acuerdo a sus inclinaciones, posibilidades económicas y socioculturales. Así, es tradicional que el docente de su propio peculio financie sus estudios de postgrado: especialización, maestría y doctorado, pues, la gratuidad sólo alcanza por disposición constitucional hasta el pregrado universitario.

Correlativamente, órganos del Estado encargados de la formación de sus ciudadanos a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación establece incentivos económicos, reconocimiento social y ascensos en el escalafón técnico administrativo propio de la carrera docente como parte de los empleados públicos por su esfuerzo intelectual; pero sólo en el nivel de la educación universitaria su personal académico y de investigación, su personal técnico-administrativo y de servicios u obreros cuenta con acuerdos derivados de actas-convenio que les garantizan estudios de ampliación, avanzados o actualización de forma gratuita, como una forma de incentivos no económicos.

En cambio, los docentes de educación primaria y secundaria hasta ahora no contaban con programas de formación gratuita y direccionada. Las universidades nacionales tienen programas de investigación y formación para docentes al menos desde mediados de la década de 1970 en adelante, pero históricamente con autofinanciamiento o en otras palabras, al menos que uno sea profesor universitario cada docente con su buen sueldo con el que contábamos hasta poco nos podíamos pagar las escolaridad de especializaciones, maestrías y doctorados; eso hace parte de los ingresos propios de las universidades tradicionales históricas experimentales y autónomas.

Posteriormente, según la progresividad de los derechos laborales se puede señalar una vez revisado los diversos convenios colectivos del magisterio han venido incorporando cláusulas llamadas académicas, o que suponen reconocimiento reconocimientos en emolumentos complementarios al salario: las populares «primas por estudios, con un porcentaje del salario básico por estudios de IV y V nivel (especialización, maestría, doctorado); 20 %, 30 %, 35 %, o menos porque está en relación al comportamiento de variables económicas y, según las épocas, ha variado.

Sólo en las últimas décadas y como parte de la reafirmación del principio político-filosófico de Estado Docente, mediante el cual está capacitado para formular y dirigir las políticas educativas mediante la construcción de edificaciones, mantenimiento, financiamiento y formación inicial y continua (Prieto Figueroa, 1987; Rojas, 2001); el gobierno revolucionario, en atención a los Artículos 3, 102, 103, 104 y 105 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y Artículo 5 y 15 de la Ley Orgánica de Educación (2009), ha diseñado ciertos lineamientos atientes a cubrir déficit en los componentes de investigación y formación permanente, constituyendo una novedad cuya implementación, desarrollo y fortalecimiento conviene mirar con fines de describir y valorar ese desempeño a través de un registro etnográfico.

En efecto, desde el año 2014 la instancia hoy llamada Ministerio del Poder Popular para la Educación, MPPE, viene desarrollando en instituciones y circuitos educativos, que es de destacar que comprenden un área geográfica donde se ubican varias escuelas y liceos; allí han creado espacios de investigación y formación teórica-práctica denominados Centros Locales de Investigación y Formación Permanente, Clip.

Son la expresión local del Sistema Nacional de Investigación y Formación, iniciativa académica que surgió de los resultados de la Encuesta Nacional por la Calidad Educativa, la cual detectó la necesidad de desarrollar procesos de Formación de Formadores; siempre con fines de generar transformaciones positivas en los distintos planos de la existencia: personal, institucional, comunitaria del entorno de las organizaciones educativas y la sociedad en general, en el contexto de crear en Venezuela una nueva ciudadanía.

Tal transformación, se pretende desarrollar a partir de la práctica pedagógica adecuada a las demandas actuales, donde se impone la integración de la ciencia, la técnica y el humanismo como un todo que aporta el paradigma sociocrítico, fundamento de la Investigación Acción Participativa y Transformadora fundamentados en autores como Lerwing y Kemmis; así, este programa se inicia con la puesta en práctica de la Micromisión Simón Rodríguez, que después de algunas experiencias de egresar la primera y segunda cohorte de programas no conducentes a título y de IV nivel, ha pasado a ser parte de la recientemente creada Universidad Nacional Experimental del Magisterio Samuel Robinson.

La inquietud que anima esta investigación es, como ya se ha dicho aquí, «mirar» con fines indagatorios esa experiencia de investigación y formación permanente de los docentes en una institución determinada del Estado Lara, por medio del método etnográfico, interactuando con los actores sociales involucrados, advirtiendo que sin pretender generalizar en el estado Lara existen al menos 32 Clip, por ejemplo los que se desarrollan en el Liceo Bolivariano Lisandro Alvarado, Liceo Bolivariano El Ujano, Escuela Nacional Bolivariana José Gregorio Hernández, Federico Carmona y muchos otros.

Con lo que sigue nos ponemos en contacto, por así decir, con la comunidad de investigación que comparte la perspectiva teórica-metodológica que se ha asumido, lo que Rusque (2007) denomina «Cultura Etnográfica» dado que describen atributos en el marco de una interacción social de ciertos actores, realidad reconstruida de manera analítica a partir de los datos obtenidos de la observación, notas de campo y testimonios, entre otras fuentes; de esos productos de investigaciones similares se va nutrir la presente investigación al permitir valorar cómo se aborda el tema en estudio, sus métodos y técnicas, así como las reflexiones que fueron emergiendo de del proceso general de la investigación.

Se incluyen trabajos recientes en el campo de la investigación educativa bajo la perspectiva cualitativa y la metodología etnográfica en el ámbito nacional e internacional, con lo que por demás se está introduciendo un registro del estado del arte de la cuestión investigada, como bien dice Rusque (ob cit): «La investigación etnográfica en su desarrollo actual permite acceder a los otros ámbitos más específicos y localizados, aunque no ajenos a la antropología. Se trata de la etnografía científica y educativa y el trabajo en las organizaciones» (p. 52).

Es así como nos encontramos en lo internacional con Marín (2011), quien desarrolló una tesis denominada «Afecto con sentido, experiencia en el aula de adultos» de la Universidad de Manizalez-CINCE Medellín, Instituto Ferrini, de la sede Calasanz de Medellín; institución pionera en educación de adultos en Colombia, en la cual desarrollo un trabajo acerca del afecto. Luego estableció la relación entre: docentes, administrativos y estudiantes, hizo una triangulación a partir de su discurso social e individual, buscando la comprensión significativa de la cultura, la forma de interactuar las cátedras extracurriculares.

Para ello, como técnicas de recolección de información: la observación participante y no participante y la entrevista. El resultado evidenció la presencia de una cultura afectiva de carácter transformador que finalmente se visualizó en el desarrollo de aprendizajes significativos tanto en el estudiantado como en los profesores y el personal administrativo, resaltando cómo una investigación puede conllevar a transformar el entorno social e institucional y a las personas involucradas en el proceso de la acción educativa bajo teorías del aprendizaje novedosas.

Por otra parte, el trabajo citado aportó a la presente investigación las herramientas teóricas-metodológicas propias de la perspectiva etnográfica que nos ayudarán a comprender, de manera más clara, las situaciones que llevan al desarrollo de los CILP como parte del desarrollo de la investigación y la formación permanente en el Liceo Bolivariano Federico Carmona del Estado Lara.

También está la investigación de Garzón Chivivi (1998) titulada «Rezar, soplar, cantar. Etnografía de una lengua ritual», desarrollada en la comunidad Kamsá, ubicada Sibundoy, Alto Putumayo, Colombia, con el apoyo institucional de la Universidad Nacional de Colombia. Acota su autor que:

«El trabajo está estructurado en cinco partes. La primera corresponde al contexto social, histórico, cultural y lingüístico de la comunidad Kamsá. La segunda, es la caracterización de los médicos tradicionales en el Alto Putumayo y su constitución como sociedad de discurso. La tercera, tiene que ver con las características discursivas de la comunidad de médicos tradicionales del Alto del Alto Putumayo. La cuarta, es la descripción del evento comunicativo de la toma del yagé. Y la última parte es la presentación de las estrategias comunicativas presentes en el discurso de la comunidad de taitas» (p. 16).

El paradigma asumido por ese investigador, Garzón Chivirí, fue el cualitativo bajo la metodología etnográfica, donde según se cuenta rastreó:

«… las condiciones sociales y culturales, históricas y lingüísticas actuales de la sociedad Kamsá. Esta es el resultado de la información recogida en terreno en cuatro salidas de campo realizadas durante los años 1998 y 1999. Este trabajo estuvo apoyado por una revisión bibliográfica llevada a cabo en centros de documentación de Bogotá y Sibundoy. Se adelantaron encuestas y entrevistas con líderes de la comunidad y con algunas familias que permitieron indagar sobre aspectos sociales y lingüísticos. Se asistió y participó en eventos culturales y políticos (carnavales y reuniones de orden organizativo) y se compartió con varias familias durante la estadía en la región. Por otra parte, se realizó la recolección de un corpus lingüístico para dar cuenta del funcionamiento estructural de la lengua kamsá, el cual fue analizado durante la realización de la maestría en lingüística» (ídem).

Como reflexión final y provisoria Garzón Chivirí señala que propuso un lugar teórico para una lengua ritual donde coexisten mundos paralelos al que acceden sólo los chamanes con el concurso de una yerba que secreta sustancias psicotrópicas que alteran la percepción, el yagé, creador de la lengua de los espíritus que comunican saberes sagrados; uno de cuyos constituyentes es el silencio, principio de toda creación y origen de un pacto social que se renueva con la toma del yagé, que no puede comprenderse sino participando de las sesiones con los sabios de aquella comunidad. Por eso concluye que:

«He aprendido que el silencio es el principio de la creación. Que el secreto hace parte de un pacto social que se renueva en cada toma de yagé. He aprendido a tomar yagé, a contarlo. He creado mis metáforas, mis disonancias, mis acertijos y mis pinturas. También aprendí que las encuestas son un objeto distante, cerrado. Que los diarios de campo lo que articulan son un conjunto de emociones que van del encantamiento a la desilusión. Que la teoría sólo puede servir como herramienta de trabajo y no como entidad fija» (p. 153).

Este trabajo constituye un referente significativo para la presente investigación, sobre todo en lo referido a la metodología y las técnicas de investigación etnográfica, porque es muy descriptivo en ese sentido, por lo que su aporte representa una guía a seguir, aunque su tema de estudio sea diferente.

Ya en el ámbito nacional venezolano, Carreño (2012) la tesis doctoral llamada «El ser y el hacer del docente venezolano en el contexto de la educación bolivariana: paradigmas y realidades», de la Universidad Central de Venezuela; que se enfoca hacia el área de valores y complejidad, planteando que en el contexto de la Educación Bolivariana; la investigación que aquí se presenta tuvo como objetivo una aproximación teórica desde el ser y el hacer docente venezolano en el contexto de la Educación Bolivariana, siendo sus soportes teóricos el humanismo, la ciudadanía global y la acción comunicativa, entre otros.

La metodología se fundamentó en el paradigma cualitativo a través de una investigación etnográfica, siendo los informantes clave cuatro docentes del Liceo Bolivariano «Monseñor Francisco Miguel Seijas», ubicado en la población de Tinaquillo, Estado Cojedes; como técnicas de recolección, se emplearon la observación y la entrevista, cuyos resultados señalaron debilidades en el proceso de conducción del aprendizaje y discrepancias entre el ser y hacer docente respecto a los paradigmas humanistas de la educación, procediendo a elaborar la Aproximación Teórica al Ser y Hacer Docente en el Contexto de la Educación Bolivariana y a dejar como reflexión que hoy, cuando muchos docentes se limitan a cultivar sólo lo cognitivo, los conocimientos se reactualizan, los valores humanos, nunca.

A tales efectos la investigadora asume el currículo como: Las intenciones que reflejan el cómo, cuándo, con qué, de qué manera se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje en un contexto determinado, orientado por los fines de la educación y operacional izado en el diseño Curricular, a través de los proyectos institucionales, que están sumergidos en esta investigación; ya que al hablar del proceso de enseñanza y aprendizaje resalta el perfil propio del docente para llevar a positiva finalización esa tarea.

Además, no podemos dejar a un lado el hecho de que nos habla sobre los cambios que trae la nueva transformación curricular universitaria y eso está subrayada en un escenario social determinado en nuestro trabajo, lo cual nos ayuda a entender la necesidad de trabajar sobre el perfil que se hace necesario para asumir el reto de la transformación curricular.

Este trabajo nos ayuda a dar claridad acerca de la metodología utilizada en cuanto a corte etnográfico dado que pretende desentrañar significados, significaciones del comportamiento particular de un grupo humano, educativo en nuestro caso.

Otro antecedente de cómo se realiza investigación en educación media se presenta en la tesis de Hernández (2015), de la Universidad Carabobo, titulada «Cultura educativa y reproducción social en los docentes y estudiantes en la educación media», plantea como propósito generar un constructo teórico de la cultura educativa y reproducción social en los docentes y estudiantes en la educación media venezolana, que permita la comprensión del comportamiento social. Está enmarcada dentro del paradigma cualitativo, fenomenológico, mediante el método interaccionismo simbólico.

Las técnicas para la recolección de información utilizadas fueron notas de campo, observación participante y entrevistas a profundidad, el soporte teórico lo constituyó la reproducción social de Bordieau, la intersubjetividad de Shutz, la estructuración de Giddens y la Acción Comunicativa de Habermas. Se consideraron (estudiantes/ docentes) como informantes claves, especiales y representativos, la interpretación se realizó a través del análisis de contenido de la información suministrada para así dar mayor validez y fiabilidad a la investigación.

A tales efectos la investigadora asume el currículo como: Las intenciones que reflejan el cómo, cuándo, con qué, de qué manera se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje en un contexto determinado, orientado por los fines de la educación y operacionalizado en el diseño Curricular, a través de los proyectos institucionales, que están sumergidos en esta investigación. Ya que al hablar del proceso de enseñanza y aprendizaje resalta el perfil propio del docente para llevar a positiva finalización esa tarea, además no podemos dejar a un lado el hecho de que nos habla sobre los cambios que trae la nueva transformación curricular universitaria y eso está subrayada en un escenario social determinado en nuestro trabajo, lo cual nos ayuda a entender la necesidad de trabajar sobre el perfil que se hace necesario para asumir el reto de la transformación curricular.

De acuerdo a lo anteriormente mencionado Matos (2.000), nos dice que:

«…el docente es un mediador no de manera declarativa; de hecho, debe asumir el reto de involucrarse en la construcción del conocimiento en el aula. Lo importante no es necesariamente cuánto se sabe, pero que ello descanse en una plataforma teórica-conceptual, psicológica y filosófica para sustentar la práctica pedagógica…» (p. 12).

Por lo que nos deja claro que es importante que el docente es el responsable de su propia formación pues en la medida que adquiere conocimientos debe tener la claridad de repensar, retroalimentarse y ser proactivo al momento de elevar su calidad de praxis educativa en los diferentes entornos.

Por otro lado, González (2.000), nos plantea que:

«…dentro de la praxis pedagógica integradora, el rol del docente debe ser percibido como promotor del aprendizaje, motivador y sensible, por lo que el docente debe conocer y respetar el estado evolutivo del joven y facilitar situaciones que inviten a la búsqueda constante del conocimiento. Se concibe como modelo y líder, centrado en sus alumnos como sujetos de aprendizaje…El rol del docente interactúa con dos elementos más para formar una tríada interpretativa: docente – alumno – saber…» (p. 45).

Lo cual nos lleva a pensar que en la medida de ese avance en el conocimiento nuestro quehacer se hace más palpable en la forma como instruimos hacia el universo del conocimiento por vías distintas a las aprendidas hasta hoy.

Estas interpretaciones de los autores Matos y González, conducen a entender el rol del docente como factor de construcción de conocimientos y de experiencias. Por ello se dice que el perfil docente conlleva un conjunto de acciones que le permiten determinar un desempeño conforme a sus condiciones sociales, políticas, económicas e ideológicas. Es válido pensar no solo que es, sino como hacerlo y con qué hacerlo para que su praxis sea eficaz.

En el proceso investigativo de enfoque cualitativo los estudios se hacen a partir de las realidades observadas , las cuales requieren de los investigadores ser interpretadas, dando paso a nuevas propuestas que ayuden a accionar dichas realidades, cada investigación tiene una serie de estudios previos que ayudan a comprender y tomar decisiones sobre las realidades estudiadas , por lo que en este momento presentaremos parte de esos estudios previos para darnos una visualización del tema planteado y que servirán de soporte a la investigación.

Es por eso que a la luz de la Constitución de La República Bolivariana De Venezuela (1999), en el Capítulo VI De los Derechos Culturales y Educativos, en el artículo 104. Nos dice que «La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica» dejando claro que el Estado es garante de esta formación intelectual y moral.

Dando paso a organizaciones del Poder Popular, a fin de desarrollar los propósitos del subsistema de educación media en el ámbito nacional. Entre las atribuciones de esta nueva instancia, se destaca que podrá establecer mecanismos de participación protagónica por parte de las comunidades universitarias para la transformación de las instituciones del sector, de sus estructuras y de sus programas en la cual la educación se rige por los principios de autonomía, carácter público, gratuidad, democracia participativa y protagónica, calidad, pertinencia, innovación, inter e intraculturalidad, universalización, universalidad, territorialidad, diversidad, igualdad y propugna la conducta ética como sentido del bien común.

La formación del docente es entonces una tarea fundamental del cambio educativo la cual debe partir del reconocimiento de éste como sujeto, con sus potencialidades y limitaciones, y avanzar hacia un diseño de aprendizaje que parta del aula, del estudio de la realidad concreta en la cual se desenvuelve el maestro, para contribuir a disminuir la brecha entre formación, investigación y acción transformadora educativa

Ahora bien, esta es una aproximación a aquellos aportes teóricos que pudieran respaldar el análisis que más adelante nos disponemos a realizar y que pueden afianzar el carácter científico a este trabajo de investigación, más aun si se trata de una investigación que involucra la realización de una fenomenología para comprender desde las perspectivas de los docentes, desde sus vivencias, un fenómeno complejo, como el cambio de un currículo a otro, que rescata aspectos nuevos y modernos a la vez que innova en la relación docente-estudiante, que a fin de cuentas es el punto principal de la educación.

Por lo tanto, necesitamos educadores que entiendan la enseñanza como una actividad práctica y ética, cuyo fin sea la formación de ciudadanos responsables como seres biológicos y culturales constructores del futuro. La docencia es por esencia una profesión exigente, en especial, la docencia en la educación obligatoria. Ahora sabemos que lo importante no son las conductas observables sino el ambiente para el aprendizaje, las interacciones entre los integrantes de la comunidad escolar, el significado de la escuela para los alumnos y sus representantes, la pertinencia de los contenidos para comprender la vida que llevamos y sus posibilidades de cambio.

El aprendizaje no es sólo razonamiento sino mucho sentimiento, es parte del «emocionar» como diría Maturana (1999), de allí que la tarea del Maestro será «crear para el niño un espacio racional en el que puedan expandir sus capacidades para la acción y la reflexión» (p 22). Un educador creativo debe disfrutar de la compañía de niños y jóvenes, comprender, identificarse con sus inquietudes, sentir agrado por ser un modelo para las futuras generaciones.

Creer en la importancia de la escuela y de los docentes en la actual sociedad venezolana y en la formación de ciudadanos responsables para la construcción del futuro de la nación, somos los llamados a construir la base de transformaciones de la sociedad venezolana.

Como nos dice Davenport y Prusak, (2001)

«La gestión del conocimiento es un proceso lógico, organizado y sistemático para producir, transferir y aplicar en situaciones concretas una combinación armónica de saberes, experiencias, valores, información contextual y apreciaciones expertas que proporcionan un marco para su evaluación e incorporación de nuevas experiencias e información.» (p. 10).

Por lo que en ese ritmo las experiencias hacen parte de esa formación interactiva que nos permite ir más allá de un simple contenido, lo cual es llevado a partir de esas políticas que buscan en el nuevo ciudadano hacer haciendo, y por lo tanto en el currículo nacional bolivariano se inicia dicho proceso en la primaria , pero es en la secundaria en el tercer año que se logra un realce de esa generación de conocimiento, llevado a través de las mallas curriculares, hacia el pensamiento crítico, científico e innovador, si nos adentramos en las políticas educativas y desarrollo tecnológico están dados para que el joven al salir sea un ser activo socialmente participante y generador de propuestas investigativas.

Obviamente dependemos mucho de ese perfil que hemos planteado en este estudio, porque es quien lleva la direccionalidad de ese nuevo ciudadano para que sea capaz de generar unas nuevas políticas educativas, sociales e innovadoras en todos los aspectos de nuestra vida.

Es así, como la gestión del conocimiento permite no solo a las organizaciones sistematizarlo y organizarlo en función de sus necesidades, sino también orienta las competencias y capacidades de las personas, en las reflexiones realizadas a partir de los estudios de Nonaka y Takeuchi (1999), se ha gestado toda una visión paradigmática que las Ciencias Administrativas y Gerenciales denominan «Gestión del Conocimiento».

En este sentido, el presente trabajo intenta desarrollar reflexiones en torno a la Gestión del Conocimiento desde el paradigma occidental y sus implicaciones en las organizaciones venezolanas, teniendo presente el significado de trabajo y empleo como elemento cultural., dicho trabajo nos aporta elementos de análisis facultad del ser humano para comprender por medio de la razón la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas.

El conocimiento es la reunión de experiencias vividas asertivamente, como nos dice el texto sobre el conocimiento «la Aprehensión intelectual de la realidad o de una relación entre los objetos, facultad con la que nos relacionamos con el mundo exterior», dicho de otra manera es el momento en que nuestra mente da a luz esa percepción del mundo tangible , de lo que vemos, pensamos u oímos y lo volvemos científico en la medida que no es fruto de la especulación sino del desarrollo crítico, consciente e innovador en nuestro caso de los espacios educativos, los cuales se convierten en laboratorios de ideas en servicio del bien común y como primer abordaje a una comunidad científica que nos puede permitir reflexionar nuestras realidades

Es así como la adquisición del conocimiento está en los medios intelectuales a partir de la observación generando capacidad de juicio lo cual nos debe llevar a incrementar cambios cualitativamente hablando en pro de una profundización en la calidad educativa y por ende una mejor calidad de vida, hacia un elevado capital intelectual que implica transversalidad con lo que sabemos de forma ética y responsable.

A su vez, el conocimiento científico no se limita a describir hechos y fenómenos de la realidad, sino que explica mediante la interpretación lo que podría afectar al ser cognitivo de forma más elaborada, regresándolo de forma objetiva y mediante el desarrollo de conocimientos previos y reelaborados en la reflexión de la praxis misma.

Martínez (2007) dice que «si lo que se desea es descubrir las relaciones que conforman un realidad social» como es la puesta en práctica del sistema de investigación y formación del magisterio, en la institución educativa se partirá de la realidad natural, situaciones representativas, y por ello en la investigación es importante ubicar la metodología, pues ella es la columna vertebral , en este caso específico tomaremos los elementos de la etnografía como estilo de vida de un grupo de personas,

Sostuvo nuestra estudiante que: «Es así, como nuestro enfoque es cualitativo, en el contexto del L.B. Federico Carmona, a partir de una población de docentes y directivos, con los cuales desarrollaremos la descripción de los procesos de enseñanza aprendizaje, procesos de investigación y formación permanente con lo cual se diagnosticará el impulso de las políticas del Ministerio del Poder Popular para la Educación, los lineamientos u orientaciones sobre transformación curricular para educación media, Currículo Nacional Bolivariano (2009), el reconocimiento de los CLIP como propuesta de generación de conocimiento a través del registro de experiencias relevantes, la caracterización de la apropiación de los conocimientos generados y su pertenencia».

Observaremos desde la metodología etnográfica, según Martínez (2007) que «los instrumentos de recolección de información» (p 62) permite familiarizarnos a través del registro de campo, y «la entrevista como instrumento de diálogo para hacer hablar libremente la experiencia vivencial» (op cit), ello nos llevará a describir los procesos de la enseñanza aprendizaje adquiridos dentro de la institución.

De esta manera, lograría describir las fortalezas y debilidades de los Sistemas de Investigación y Formación Permanente del Magisterio (SNIFPM), su implementación y el perfil que debe poseer los docentes para este quehacer pedagógico, como nuevo reto de transformación curricular y poder dar impulso a las políticas de generación de conocimiento interactivo, científico, investigador, creador e innovador en esta modernización educativa.

REFERENCIAS

Brito Figueroa, F. (1978). Historia Económica y Social de Venezuela. Tomo II. UCV, Ediciones de la Biblioteca. Caracas.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, 5453 (Extraordinario) marzo 24, 2000.

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Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a284718.html

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Luis B. Saavedra M.

Articulista de opinión en Aporrea. Venezuela