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Selena Pizarro: Una escuela de circo en Palestina para resistir contra la ocupación israelí

Llega media hora tarde y con la cara preocupada, se propuso hacer maqluba para cenar pero reconoce que nunca cocinó para 30 personas y aquí las especias son diferentes. Viste una camisa blanca y se cubre los hombros con una kufiya. Es la primera vez que visita Rivas y cuenta que lo que más le gusta es la calma. Admite que ha sido difícil decidir viajar pero que “es nuestro deber estar aquí”.

 

A Mohammad Al-Azza le llaman Mosa, tiene 35 años y es originario de Beit Jibrin, una aldea destruida por el ejército israelí en las colinas del oeste de Hebrón. Trabajó como videógrafo y fotoperiodista para varios medios, llegando a ser disparado en la cara por los soldados israelíes mientras ejercía su profesión. Asumió la dirección del Lajee Center tras el fallecimiento de Salah Ajarma en 2021. Este centro está en Aida, entre Belén y Beit Jala. Es uno de los 19 campos de personas refugiadas gestionados por UNRWA en la zona de Cisjordania. Allí viven más de 5.000 habitantes rodeadas por el muro del apartheid, una enorme base militar, más de siete torres de vigilancia y unas 20 cámaras de seguridad. “Toda nuestra vida está controlada por estos francotiradores”, cuenta Mosa.

 

Mosa, director del Lajee Center en el campo de personas refugiadas de Aida (Palestina). SELENA PIZARRO

 

Tras varios años de relación entre Lajee Center y la asociación Pallasos en Rebeldía decidieron crear la primera escuela de circo en un campo de refugiadas. En el año 2020, justo unos días antes de que empezara la pandemia se creó en Aida la Rebel Circus School. “Hicimos la inauguración oficial y nos llamó el consulado para decirnos que había que volver a España. Se paralizó todo. La idea era estar yendo cada mes para darles recursos. Teníamos que formar a la gente para que luego dieran las clases. Para nuestra sorpresa, cuando abrieron de nuevo las fronteras y fuimos, la escuela estaba llena de niños”, explica Gonzalo Ruiz, portavoz de Pallasos en Rebeldía. La Rebel Circus School se había convertido en un espacio de juego para las niñas y niños del campo.

 

Desde 2015, Pallasos en Rebeldía junto al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, organizan un campo de trabajo juvenil en el que 15 jóvenes ripenses viajan a Palestina para realizar actividades con infancia y juventud palestina. En 2024 debido a la situación actual, tras el inicio del genocidio en Gaza, se decidió crear el Campo de Trabajo Inverso. 12 niñas y niños de la Rebel Circus School, de entre 8 y 16 años, han viajado a Rivas para llevar a cabo el campamento de circo del 22 de junio al 10 de julio.

 

“La gente piensa que en un campo de refugiados hay que tener una vida de refugiados y no podemos ser creativos. Nosotros decimos que no, que podemos hacer todo lo que queramos soñar”

 

Los objetivos del Campo de Trabajo Inverso van más allá del espectáculo y la diversión. Se trata también de generar un espacio de aprendizaje y reflexión para la población de Rivas sobre lo que ocurre en Palestina, entender cómo es la vida de las más pequeñas bajo la ocupación, la colonización y el apartheid israelí. “La gente piensa que en un campo de refugiados hay que tener una vida de refugiados y no podemos ser creativos. Nosotros decimos que no, que podemos hacer todo lo que queramos soñar”, defiende Mosa.

 

Doce niñas y niños de la Rebel Circus School, un proyecto en Palestina del Lajee Center y Pallasos en Rebeldía, han viajado a Rivas para llevar a cabo el campamento de circo. SELENA PIZARRO

 

El derecho fundamental a jugar

Amani Asad empezó en Lajee Center cuando tenía 10 años dentro del grupo de danza dabke. Ahora forma parte del Comité Administrativo y trabaja allí. Junto a Mohamad Romi, el coordinador de la Circus Rebel School, son responsables de las 12 niñas y niños en este viaje a Rivas. Sin quitarle el ojo al campo de fútbol de donde vienen los gritos de euforia de su alumnado, explica al detalle el proyecto haciendo hincapié en el jardín.

 

«En el centro tenemos un jardín. Lo abrimos para todos los niños porque no teníamos espacios en Aida para que pudieran jugar. En 2014 hicimos un campo de fútbol y venían todos los días. Después acabamos creando un vínculo con el Celtic de Glasgow que decidieron apoyarnos, de hecho nuestro equipo se llama Lajee Celtic, y ahora nos han invitado a ir a Sudáfrica a jugar al fútbol”, cuenta Amani.

 

A través de la escuela de circo, Lajee Center y Pallasos en Rebeldía defienden el derecho fundamental al juego de todas las niñas y niños de Palestina. Para Gonzalo, “la cultura es una herramienta de transformación social y les puede servir como arma terapéutica para dejar a un lado todos los traumas que les hace vivir el ejército de ocupación, pero también como un arma para resistir y expresar al mundo cuál es su día a día y poder utilizar el circo como mecanismo de difusión de la causa palestina”.

 

“Aprender circo es un empujón para que seamos más fuertes. Pero también para enviar nuestros mensajes a otras ciudades u otros países, por eso estamos en Rivas”, cuenta Amro, de 15 años.

Mosa se pregunta si alguna vez la población palestina practica algún derecho y cuenta qué le respondieron las niñas y niños cuando llegaron a Rivas: “Uno de los chicos me dijo que en el albergue al abrir la ventana veía el patio y las zonas verdes, mientras que en el campo solo ve el apartheid. Otro decía ‘cuando pongo la cabeza en la almohada sé que ningún soldado invadirá mi casa’. Aquí practicamos nuestros derechos como humanos”.

 

“El derecho a jugar lo tomamos, no lo tenemos. Esta es la diferencia. En Palestina los niños siempre están preguntando si pueden jugar o moverse, porque saben que no siempre pueden”, defiende Amani mientras llama con las manos a dos jóvenes que no tienen ninguna intención de soltar el balón.

 

Dareen de 13 años y Amro de 15 viven en el campo de Aida y forman parte de la Rebel Circus School. SELENA PIZARRO

 

Dareen Faraj tiene 13 años y Amro Ezia 15. Ambos forman parte de la Rebel Circus School. A ella le encanta bailar dabke y a él jugar en el Lajee Celtic. “Aprender circo es un empujón para que seamos más fuertes. Pero también para enviar nuestros mensajes a otras ciudades u otros países, por eso estamos en Rivas”, cuenta Amro. Para Dareen lo más importante del centro ha sido la oportunidad de “descubrir lo que nos gusta hacer y poder hacerlo”.

 

“Nosotros le enseñamos a vivir a los niños con todas las dificultades. Por eso no venimos a representar el campo de refugiados de Aida, representamos a los palestinos”.

 

Para Mosa la escuela de circo se ha convertido en una forma más de resistencia para las más jóvenes del campo porque dentro pueden ejercer su derecho a moverse libremente. “Pueden saltar, trepar y bailar. En la escuela viven su infancia. Encontrando momentos para ser creativos. Nuestra vida no es solo sufrimiento. Estas actividades nos animan a continuar, a vivir por la esperanza de volver a nuestros pueblos de origen. Porque no deberíamos estar viviendo en un campo de refugiados. Esta oportunidad de venir a Rivas nos permite contarle a la gente que los palestinos no somos los terroristas que piensan, nosotros le enseñamos a vivir a los niños con todas las dificultades. Por eso no venimos a representar el campo de refugiados de Aida, representamos a los palestinos”.

La vida en Cisjordania también ha empeorado

 

Desde el 7 de octubre, en la zona de Cisjordania el gobierno de Israel dio luz verde a los colonos para armarse y disparar. Esto provocó que en un principio se parara la actividad en el Lajee Center por la seguridad de las niñas y niños. Después de dos meses decidieron reanudarlo todo porque “la mayoría de los niños estaban traumatizados por las imágenes que veían en televisión”.

 

“La ocupación”, responden Dareen y Amro, a la vez y sin dudarlo, a la pregunta sobre qué cambiarían en Palestina si pudieran. Amro se enfada cuando habla de su rutina y lo difícil que es para él y sus amigos poder jugar en el campo de fútbol. “Tenemos siempre el tiempo justo para volver a nuestras casas por culpa de la ocupación y porque algunos tienen miedo. A veces los soldados entran en el campamento, empiezan a gritar y nos tiran gas. Otras veces escuchamos los sonidos de las bombas”.

 

Dareen de 13 años, está preocupada por la situación en Gaza, “allí los niños están comiendo las ramas de los árboles porque destruyeron sus cultivos”.

 

Dareen le molesta que siempre le pregunten por qué huelen a gas y por qué la gente muere sin motivos. Recuerda perfectamente el día que mataron a un hombre en uno de los puestos de control y tardaron dos horas en conseguir llevarlo a un hospital. Desde el 7 de octubre está preocupada por la situación en Gaza, “allí los niños están comiendo las ramas de los árboles porque destruyeron sus cultivos”. La vida en Aida también ha empeorado desde que empezó el genocidio.

 

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Inmediatamente después del 7 de octubre, cientos de soldados empezaron a invadir las casas en mitad de la noche. Dispararon a los detenidos, más de siete jóvenes recibieron disparos en las piernas. Mataron a un chico de 17 años mientras estaba dentro de su casa, un francotirador le disparó en el pecho. Era el hermano de Amro. Además, al menos 60 jóvenes fueron detenidos. Algunos de ellos niños y niñas. No tenían ninguna causa en su contra y les mantuvieron en prisión bajo detención administrativa”, cuenta Mosa.

Israel es el único gobierno del mundo que juzga sistemáticamente a menores en tribunales militares, según Unicef. En noviembre de 2023 Netanyahu y Hamás llegaron a un acuerdo para liberar a 50 rehenes israelíes y 150 personas prisioneras palestinas, en su mayoría mujeres y menores. “En ese acuerdo liberaron a un niño de 13 años y una chica de 22 del campo de Aida. Ambos fueron arrestados de nuevo y ahora siguen en prisión”, explica Mosa.

Crecer en Palestina no era fácil antes ni después de que empezara el genocidio en Gaza. Desde muy pequeñas están obligadas a reclamar cada día sus derechos y a recordarle a las personas adultas que son niñas y niños. Tal vez por eso Dareen con 13 años tiene claro que quiere estudiar para ser jueza: “Quiero defender a los niños y jóvenes palestinos que Israel encarcela sin haber hecho nada”. Mientras que a Amro le gustaría ser profesor de circo. Ambos tienen claro que el juego es una gran arma para resistir contra la ocupación y seguirán usándola.

 

La actuación final del campamento de circo contó con la participación de jóvenes ripenses junto a los niños y niñas del campo de Aida (Palestina).
SELENA PIZARRO

En la actuación final de la Rebel Circus School las niñas y niños denunciaron el lanzamiento de gas frecuente del ejército israelí contra el campo de personas refugiadas en Aida.
SELENA PIZARRO

Amro, alumno de la Rebel Circus School, Amani, miembro del Comité Administrativo y trabajadora en el Lajee Center, Dareen, alumna de la Rebel Circus School, y Gonzalo, portavoz de Pallasos en Rebeldía.
SELENA PIZARRO

 

Dareen de 13 años y Amro de 15 viven en el campo de Aida y forman parte de la Rebel Circus School.
SELENA PIZARRO

 

Romi, coordinador de la Rebel Circus School, junto a su alumno Mustafa antes de salir al escenario en la actuación final en Rivas Vaciamadrid.
SELENA PIZARRO

 

Rowan de 8 años y Layan de 12 años viven en el campo de Aida y forman parte de la Rebel Circus School.
SELENA PIZARRO

 

Las niñas y niños de la Rebel Circus School, un proyecto del Lajee Center y Pallasos en Rebeldía, realizaron una actuación final de circo en la que denunciaron la situación de la infancia en Palestina bajo la ocupación israelí.

 

https://www.elsaltodiario.com/palestina/una-escuela-circo-palestina-resistir-ocupacion-israeli-visita-rivas-vaciamadrid

 

 

 

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MILEI NO PARA: MÁS DESPIDOS Y CIERRES DE ORGANISMOS NACIONALES

El pasado jueves 4 de mayo se llevó a cabo en todo el país una Jornada de visibilidad contra los despidos masivos que lleva adelante el gobierno nacional.

En horas de la mañana, en la ciudad de San Luis se realizó una asamblea en la administración de Parques Nacionales. Participaron trabajadores despedides de Anses, Parques Nacionales, Senasa, Enacom, Inta, CDR (Centros de Referencia del ex Ministerio de Desarrollo), Primera Infancia, Sennaf, Ex Secretaría de Derechos Humanos, INAFCI (Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indigena).

La actividad tuvo por finalidad visibilizar la defensa de derechos que garantizan las instituciones a la ciudadanía.

El gobierno de Milei está desmantelando arbitrariamente las dependencias estatales y en la jornada de hoy ha dejado a más de 15 mil trabajadores del Estado sin trabajo. No obstante esto, en medio del caos social, renunció la subsecretaria de Trabajo, Mariana Hortal Sueldo. La funcionaria asumió en diciembre como segunda al mando, detrás de Omar Yasín, que fue separado del cargo cuando trascendió el decreto presidencial en el que Milei se subía el sueldo.

Fuente de la información:  https://rnma.org.ar

Fotografía: Rnma

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Mensaje desde la Universidad de Birzeit a las estudiantes que se levantan contra el genocidio palestino

Mensaje desde la Universidad de Birzeit a las estudiantes que se levantan contra el genocidio palestino

La Universidad de Birzeit, Palestina, muestra su apoyo a las movilizaciones universitarias y nos presenta un ejemplo de la violencia israelí contra las universidades palestinas, en un afán de aniquilarlas.

 

Queridas compañeras,

 

En plena escalada de la Intifada [que en castellano significa revuelta] estudiantil en diferentes lugares del mundo, hay algunos datos que os puede interesar conocer sobre las estudiantes palestinas:El movimiento estudiantil palestino siempre ha estado implicado en la resistencia, a veces incluso dirigiéndola. Hablamos de la resistencia en todas sus formas, no sólo contra la hegemonía y la opresión sionistas, sino también contra todo tipo de opresión y supremacía en el mundo.

 

Israel lleva atacando a los estudiantes palestinos desde su creación hasta hoy. (ESTO NO COMENZÓ EL 7 DE OCTUBRE). Miles de estudiantes palestinos han sido asesinados y decenas de miles han sido detenidos desde 1967. Solo de la Universidad de Birzeit, desde donde os hablamos, hay ahora mismo más de 200 estudiantes encarcelados en prisiones sionistas.

 

En Gaza, 90.000 estudiantes se ven privadas del derecho a la educación porque Israel ha destruido deliberadamente todas las universidades de la Franja. Además, la mayoría de las escuelas de Gaza también han sido destruidas y más de 6.000 estudiantes han sido asesinadas.

 

En Cisjordania, además del asesinato y arresto de los estudiantes, Israel está haciendo imposible que puedan llegar a sus universidades, ya que el ejército de ocupación ha desplegado más de 800 checkpoints que segregan ciudades y pueblos.

 

En la Universidad de Birzeit, como en tantas otras del mundo (quizá como vayáis a hacer vosotras), las estudiantes también han plantado sus tiendas de campaña, pero nadie se queda en estas tiendas por la noche. La razón es muy simple: porque saben que los soldados israelíes invadirán la universidad en cualquier momento.

 

Los estudiantes de Cisjordania que organizan manifestaciones o participan en cualquier tipo de organización social o política son ahora perseguidos, tanto por Israel como por la Autoridad Palestina.

 

Veros luchando junto a nosotras contra la opresión y por la justicia nos da esperanza, no sólo para las estudiantes palestinas presas en las cárceles de Cisjordania y bajo los escombros de Gaza, sino también para un futuro mejor en un mundo con justicia y dignidad para todas.

Debéis saber que vuestra lucha por Palestina es crucial para nosotras, pero es aún más crucial para ustedes mismas

 

Cómo Israel aniquila las universidades palestinas

En la tarde gris del 10 de enero de 2022, una furgoneta blanca sin ventanas y con matrícula palestina entró en el campus de la Universidad de Birzeit, al norte de Ramallah, en la Cisjordania ocupada. Después de cruzar la puerta este del campus, dos hombres con jeans y sudaderas con capucha salieron de la camioneta y caminaron hacia la reunión del consejo estudiantil a la que asistían las representantes elegidas por los distintos bloques estudiantiles. Entonces, de repente, las puertas traseras de la camioneta se abrieron y saltaron más soldados israelíes, éstos de las fuerzas especiales, con sus uniformes y pasamontañas. Armados con armas semiautomáticas, siguieron los pasos de los dos soldados encubiertos y comenzaron a disparar.

 

Las estudiantes corrieron e intentaron dispersarse, pero los soldados sabían exactamente a quién perseguían. Tiraron al suelo a cuatro líderes del movimiento estudiantil. Allí los sujetaron boca abajo para esposarles, les vendarles los ojos y golpearles. Otros soldados apuntaban con sus rifles al perímetro de la zona, mientras las estudiantes trataban de documentar lo que estaba ocurriendo en su campus a plena luz del día.

 

Uno de los principales líderes estudiantiles, Ismail Barghouthi, trepó la puerta para escapar. Los soldados lo atacaron y le dispararon en el muslo. Lo detuvieron, junto a otros cuatro estudiantes, y se lo llevaron en la camioneta blanca, dejando un charco de sangre en el asfalto debajo de la puerta este del campus.

 

Los cinco estudiantes fueron llevados al centro de detención militar de Ofer, en la Cisjordania ocupada, donde fueron interrogados durante horas por agentes israelíes. Tres estudiantes fueron liberados, pero Barghouthi y su compañero Mohammed Khatib fueron acusados por la justicia militar israelí porque Israel califica sus grupos estudiantiles como “asociaciones no autorizadas”. Durante su proceso, Barghouthi pasó semanas detenido y Khatib pasó cuatro meses, hasta mayo de 2022, en “detención administrativa” —que significa “encarcelado indefinidamente en una prisiones militar sin cargos ni juicio”—.

 

Barghouthi y Khatib se encuentran entre las decenas de estudiantes universitarios palestinos secuestrados y detenidos por Israel cada año en el Territorio Palestino Ocupado (TPO), por pertenecer a una de las 411 asociaciones estudiantiles que Israel ha considerado «ilegales». 5 Estaban entre los cincuenta y cuatro estudiantes palestinos encarcelados solo en 2022.

 

[Así comienza el libro de la antropóloga Maya Wind, Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom, en cuyo prólogo (de la también antropóloga Nadia Abu El-Haj) podemos leer lo siguiente]:

 

Durante décadas, las universidades israelíes han sido generosamente alabadas en Occidente como ejemplo de libertad. Las instituciones académicas europeas y norteamericanas mantienen colaboraciones de investigación y programas de grado conjuntos con universidades israelíes, que a menudo son nuestras únicas contrapartes académicas de este tipo en Oriente Medio. Pero, ¿y si las universidades israelíes no fuesen tan, tan libres? ¿y si, lejos de ser bastiones del pluralismo, la libertad académica y los espacios para la disidencia política abierta, lo que fuesen realmente es “cómplices de la violación de los derechos palestinos”? Pues eso es lo que ocurre. Aquí no hay “inocencia institucional” que valga.

 

Al trabajar dentro de un régimen de apartheid, los vínculos entre las universidades israelíes y el Estado tienen efectos directos sobre la segregación y el sometimiento infligidos a la población palestina. Desde 1918, estas universidades han sido una parte integral del proyecto, la construcción y el mantenimiento del estado como “hogar nacional judío”, incluido el desarrollo de tecnologías y estrategias de guerra, limpieza étnica, ocupación y asedio. No sólo se margina y discrimina a los estudiantes palestinos con ciudadanía israelí, sino que las universidades a menudo hacen el trabajo del propio Estado reprimiendo a las organizaciones estudiantiles palestinas en nombre de la “seguridad”. También financian programas académicos diseñados para capacitar a soldados y fuerzas de seguridad, no como el personal militar que se matricula para sacarse un título en un campus universitario, sino más bien como si ejército se incrusta dentro de la universidad. Esto exige que la universidad, entre otras cosas, establezca zonas de seguridad en los alojamientos del personal militar.

 

Las universidades palestinas están sometidas a un control burocrático militar: el Estado israelí determina el número de profesores y estudiantes extranjeros a los que se permite enseñar y estudiar en universidades palestinas, y los examina (por motivos políticos) antes de conceder visados. Las universidades de Gaza, la propia franja bajo asedio continuo, estaban aisladas del mundo exterior y expuestas a los bombardeos aéreos.

 

AHORA YA NO QUEDA NI UN LADRILLO DE NINGUNA DE ELLAS.

 

En toda Cisjordania, incluida Jerusalén Este, las universidades son sometidas repetidamente a cierres y redadas, sus estudiantes y profesores son detenidos y, a menudo, torturados durante su detención. Mientras tanto, la gran mayoría de los académicos israelíes y las direcciones de sus universidades guardan silencio. Para las universidades palestinas no hay defensa institucional de la libertad académica. Y en tantas décadas de ocupación, ni una sola universidad ha cortado lazos con las fuerzas militares o de seguridad israelíes, mucho menos con la industria armamentística de Israel.

 

¿VERDAD QUE LAS UNIVERSIDADES SON TEMPLOS DEL CONOCIMIENTO, LA CRÍTICA Y LA LIBERTAD, PUENTES TENDIDOS A LA COMPRENSIÓN DEL OTRO QUE NUNCA DEBEN ROMPERSE, REFUGIOS DE PAZ FELICES DONDE COMEMOS PERDICES Y ESTUDIAMOS COSAS QUE NO MATAN?

 

¿VERDAD QUE NUESTRAS INSTITUCIONES SON TAN BONDADOSAS E INOCENTES QUE CUALQUIER MEDIDA DE BOICOT DEBERÍA EXCLUIRLAS?

 

 

PUES NO. NI EL DERECHO INTERNACIONAL HABLA DE NADA DE ESO NI ES ESA LA CUESTIÓN, NI EN ESTE GENOCIDIO NI EN LAS DÉCADAS PREVIAS DE OCUPACIÓN Y LIMPIEZA ÉTNICA.

 

La verdadera pregunta es: “¿Son las universidades israelíes cómplices de la violación de los derechos palestinos?”. Y la respuesta es SÍ, pero la comunidad académica internacional está reconociendo cada vez más el profundo arraigo y complicidad de las universidades israelíes con el proyecto de asentamiento y apartheid de Israel. Y está llegando a la conclusión de que seguir haciendo negocios con las universidades israelíes es intolerable.

 

A quienes se oponen a nuestro llamamiento a un boicot académico, les preguntamos:

 

¿HAY ALGÚN MOVIMIENTO DE RESISTENCIA PALESTINO QUE USTEDES RECONOZCAN O HAYAN RECONOCIDO ALGUNA VEZ COMO LEGÍTIMO?

 

Si para ustedes todo es terrorismo y el boicot es improcedente,

 

¿QUÉ DIABLOS HAY QUE HACER ENTONCES?

 

¿SEGUIR CONTANDO TROCITOS DE NIÑOS MUERTOS Y MOSTRANDO MUCHA PENITA PARA NO PERDER VOTOS?

 

MOSTRAR SOLIDARIDAD CON MILES DE SERES HUMANOS HUMILLADOS, ASESINADOS, ENCARCELADOS, TORTURADOS Y EXPULSADOS,

PERO NO HACERLO CON LOS VIVOS QUE SIGUEN RESISTIENDO ES

COMPORTARSE-COMO-SÓLO-EL-MISERABLE-HOMBRE-BLANCO-SUPREMACISTA-SABE-HACER-Y-LLEVA-HACIENDO-DURANTE-CINCO-SIGLOS.

 

Fuente: https://rebelion.org/mensaje-desde-la-universidad-de-birzeit-a-las-estudiantes-que-se-levantan-contra-el-genocidio-palestino/

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Más de 100 detenidos en la Universidad de Columbia en la protesta estudiantil a favor de Palestina

Después de que la rectora ordenara la intervención de la policía de Nueva York

Conversación con el candidato presidencial y profesor del Seminario Teológico de la Unión Cornel West.

La rectora de la Universidad de Columbia, Nemat “Minouche” Shafik, pidió el jueves, 18 de abril, a la policía de Nueva York que desalojara por la fuerza a los estudiantes que estaban ocupando uno de los jardines del campus de la universidad, donde habían establecido una acampada a la que denominaron Campamento de Solidaridad con Gaza. El desalojo terminó con más de 100 estudiantes arrestados. Los manifestantes exigían que la universidad, miembro de la elitista Ivy League, retire sus inversiones en empresas e instituciones que se benefician de la ocupación israelí de Palestina, pero Shafik ordenó el allanamiento del campamento un día después de ser interrogada en el Congreso en relación con las protestas a favor de Palestina en curso en el campus. La medida causó indignación entre el estudiantado y entre muchos profesores, que la criticaron calificándolo como un acto de censura y una violación de la libertad académica. El renombrado profesor universitario y candidato presidencial Cornel West, quien también es presidente del Seminario Teológico de la Unión, afiliado a Columbia, se unió a los estudiantes el jueves para mostrar su solidaridad con la protesta. Cornel habló con Democracy Now! y declaró que los manifestantes “representan lo mejor […] del espíritu humano”, y los elogió por “luchar contra la dominación, la ocupación y la subyugación, y hacerlo con tremenda determinación”.

Transcripción

Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

 

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org. En la ciudad de Nueva York, la policía antidisturbios irrumpió en un campamento de estudiantes que protestaban de forma pacífica en la Universidad de Columbia y arrestó al menos a 108 personas. Minouche Shafik, la rectora de la universidad, pidió a la policía de Nueva York que desmantelara el Campamento de Solidaridad con Gaza situado en el jardín sur del campus, donde estudiantes de Columbia y del Barnard College se habían instalado un día antes para exigir que la administración universitaria deje de invertir en Israel. El jefe de patrulla de la policía, John Chell, dijo que Shafik percibió la manifestación como un “peligro claro y presente”, pero que los agentes constataron que los estudiantes actuaron de manera pacífica y cooperativa. Shafik advirtió que todos los estudiantes que participaran en la acampada serían suspendidos. Al menos tres suspensiones de estudiantes del Barnard College se confirmaron el jueves antes de los arrestos, entre ellas la de Isra Hirsi, hija de la congresista Ilhan Omar.

 

El enfrentamiento del jueves con la policía de Nueva York dio lugar a la mayor cantidad de arrestos en el campus de Columbia desde 1968, cuando la policía detuvo a más de 700 estudiantes que protestaban por los vínculos de la universidad con la Guerra de Vietnam y por sus planes de expansión en el barrio de Harlem para construir un gimnasio.

 

Tras los arrestos del jueves, los estudiantes continuaron congregándose en el campus durante la noche mientras se desarrollaban grandes protestas, que aún continúan. Los estudiantes recibieron mensajes de apoyo de muchos profesores de Columbia y una visita en persona del profesor Cornel West, del Seminario Teológico de la Unión, localizado cerca del campus, quien también es candidato presidencial este año. Democracy Now! habló con el profesor West, luego de que este trepó una reja para visitar a los manifestantes en el campamento.

 

CORNEL WEST: Bueno, a la luz de nuestra postura de profunda solidaridad con nuestros preciados hermanos y hermanas en Palestina, que están sufriendo un genocidio despiadado, que han enfrentado condiciones de apartheid durante tanto tiempo y siguen siendo víctimas de limpieza étnica, queremos que el mundo sepa que su sufrimiento no quedará sin respuesta. Hay resiliencia y hay voluntad de luchar.

 

Y la rectora de Columbia debería avergonzarse de no ser capaz de centrar su atención en un genocidio real que está teniendo lugar ante nuestros propios ojos y, en su lugar, preocuparse por un potencial y posible llamamiento al genocidio de los judíos. Nadie aquí está abogando por el genocidio de los judíos. Nadie está aquí pidiendo su aniquilación. Estamos pidiendo el fin de un genocidio real y el fin de una aniquilación real.

 

Es triste que la Universidad de Columbia pueda enseñar tantos cursos sobre los textos canónicos de la civilización occidental y no sean capaces de escuchar a Diderot o Karl Marx. No son capaces de escuchar a Martin Luther King Jr. No son capaces de escuchar a Muriel Rukeyser. Y más importante aún, no son capaces de escuchar los gritos de nuestros preciados palestinos en Gaza y Cisjordania.

 

Así que siento una profunda solidaridad con estos estudiantes. Representan lo mejor, no solo de Columbia, no solo del imperio estadounidense, sino del espíritu humano, a través de su lucha contra la dominación, la ocupación y la subyugación, que están llevando a cabo con tremenda determinación.

 

AMY GOODMAN: Ese era el candidato presidencial y profesor del Seminario Teológico de la Unión Cornel West, hablando con Democracy Now! en la Universidad de Columbia, en medio de la protesta. Un agradecimiento especial a Hana Elias. La rectora Shafik solicitó la actuación de la policía de Nueva York un día después de testificar en el Congreso de Estados Unidos.

 

Editado y traducido por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié.

 

Fuente: https://www.democracynow.org/es/2024/4/19/columbia

 

Enlace al video con subtítulos en castellano: https://www.democracynow.org/es/2024/4/19/columbia?jwsource=cl

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Costa Rica: Seccional de Jubilados de la UCR informa y denuncia

Comunicado

Denunciamos el acuerdo de una asamblea del Sindicato de Empleados de la Universidad de Costa Rica- SINDEU.

El viernes 12 de abril 2024, una Asamblea integrada por 90 personas, votaron la moción de eliminar la seccional de jubilados del SINDEU.

Los argumentos fueron muy pobres y los términos contra esta seccional, atentan contra la dignidad y la voluntad de lucha de las personas Adultas Mayores, quienes históricamente han demostrado su integridad y nivel político por las luchas de la clase trabajadora, dentro y fuera de la Universidad de Costa Rica.

Se olvidó en esta Asamblea que, la generación de los y las Personas Adultas Mayores, trabajaron y aún, en nuestra condición de jubilados, seguimos trabajando duramente a favor de la Convención Colectiva y las justas reivindicaciones de las y los trabajadores de la UCR, y que, por dicha, estos sindicalistas con inspiración y con su trabajo, constituyeron y seguimos siendo parte inquebrantable de una generación importante en un sindicato que se define como sindicato de clase.

Preocupados por esta posición, que los jubilados y jubiladas desaprobamos, nos permitimos denunciar la orientación equivocada de la actual dirigencia del SINDEU, quienes se vanaglorian por decisiones que afectan la democracia del SINDEU, Sindicato que, en otrora, se destacó por una orientación y excelentes acciones a favor de la luchas de la clases en nuestro país y la defensa de la Universidad Pública.

La decisión, que la impugnamos todas las personas de la Seccional de jubilados, por razones políticas y discriminatorias, y con mucha preocupación por el retroceso del SINDEU, excluyendo y anulando la seccional como estructura de los Jubilados, es rechazada apelando a criterios jurídicos y políticos.

Es importante señalar, que algunos de los y las presentes, indicaron que ese no era el texto que se votó en el Congreso.

En conclusión, esa decisión afecta Derechos de los Jubilados, la dignidad de las personas que integran la seccional y de manera irracional, afecta la democracia del Sindicato histórico, de nuestra Alma Mater. Pero, además, contraviene los Derechos Humanos, contemplados en los Convenios Internacionales, ratificados por el Estado de Costa Rica.

Ana Cecilia Jiménez Arce.
Ciudadana Costarricense, jubilada de la UCR.

San José, 18 abril. 2024.

Fuente: https://surcosdigital.com/seccional-de-jubilados-de-la-ucr-informa-y-denuncia/

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Educar en y para la democracia: des-educar en la guerra y la barbarie

La guerra es incompatible con la democracia, la justicia social o la libertad. Apoyarla, contribuir a que se cronifique, también. Al igual que la inacción, el silencio cómplice o incluso el apoyo al genocidio en Palestina. Al igual que la existencia y ampliación de la OTAN. Al igual que los llamados a prepararnos para una tercera guerra mundial de dirigentes europeos. Lo mismo que el aumento de presupuestos para la guerra. Lo mismo que las inversiones en armamento y en destrucción cuyo retorno, mediante deuda, será exigido a los pueblos que sufran esas guerras y que establecerán “gobiernos a distancia” de esos pueblos en manos de los países, la banca y los fondos financieros que detentan esas deudas (como se hace en Latinoamérica, África, etc.).

Los discursos bélicos “patrióticos”, narrativas de salvación a través de la guerra y el genocidio, solo contribuyen al auge de los neofascismos. Como estamos viendo en el régimen sionista de Israel (gobernado por ultraderechistas) o en Estados Unidos (poca diferencia real hay entre Bush y Trump) o en la vieja Europa (con cada vez más gobiernos en manos de la extrema derecha o la derecha extrema).

Frente a la deslegitimación permanente de la democracia por parte del neofascismo y la derecha extrema, excepto cuando les sirve a ellos para llegar al poder y seguir controlándolo, debemos dar ejemplo por parte de la comunidad social y educativa, empezando por los centros educativos públicos (ya sabemos que los concertados tienen dueños e ideología “propia”), de una práctica educativa democrática radicalmente coherente. Una pedagogía democrática que se oriente a la formación de ciudadanía crítica que sea capaz de defender la actual democracia representativa existente, pero que también sea capaz de imaginar y avanzar hacia una democracia participativa real.

Por eso, consolidar las débiles democracias que tenemos pasa inexorablemente por exigir a nuestros dirigentes, que han sido elegidos en democracia, que detengan las guerras o los genocidios como el de Palestina o el Congo. Para que las futuras generaciones crean realmente en la democracia esto es hoy un objetivo tan urgente como necesario, que no solo salvará vidas y el inmenso sufrimiento de millones de personas, sino que apuntalarán las democracias existentes y la democracia como valor y derecho fundamental. No hay democracia sin justicia social, sin igualdad y sin paz.

Sin embargo, los dirigentes europeos, en su loca deriva autoritaria, nos anuncian que nos preparemos para una tercera guerra mundial con el epicentro en Europa, como ha declarado la ministra de la guerra española, Margarita Robles. En su loca deriva antidemocrática, frente a las inmensas manifestaciones de sus pueblos, siguen permitiendo e incluso alentando el genocidio en Gaza, haciendo oídos sordos ante el genocidio en el Congo (no vaya a ponerse en peligro la extracción del coltán para nuestros teléfonos), ampliando la OTAN y aumentando la financiación militar con nuestros impuestos, con los impuestos de los pueblos a quienes quieren mandar a matarse entre ellos. ¡Qué vayan sus hijos e hijas! Si quieren la guerra, ¡que sean ellos y ellas quienes se maten entre sí!

Por eso debemos educar en los centros educativos en y para la democracia, desde el compromiso inequívoco de una educación para la paz. Una educación democrática para la paz desde una Pedagogía de la Desobediencia ante el rearme militarista y genocida.

Una pedagogía democrática exige la práctica de la desobediencia civil activa contra un sistema injusto que permite el genocidio (como ha documentado la relatora de la ONU, Francesca Albanese) de más de 32.000 palestinos por un régimen que se sabe impune ante la comunidad internacional, que mata de hambre a la población y justifica el apartheid en Israel por intereses económicos y geoestratégicos. Un sistema que extrae recursos del Congo a costa de otro genocidio silenciado. Que aumenta obscenamente los presupuestos para la guerra mientras una de cada cinco familias no puede pagar la calefacción de su casa en España y el 26,5% de la población vive en riesgo de pobreza o exclusión social.

No podemos seguir siendo “indiferentes” ni “obedientes” ante un modelo social, económico, ideológico y político que justifica y conduce a la violencia, la desigualdad, la insolidaridad, el saqueo del bien común, el ecocidio del planeta, el odio al indiferente, la intolerancia y el fanatismo. La verdadera munición de este modelo no son solo las balas de goma o el gas lacrimógeno; es nuestro silencio y nuestra indiferencia cómplice.

Como dice Howard Zinn la desobediencia civil no es nuestro problema. Nuestro problema es la “obediencia civil”. Nuestro problema es que multitud de personas en todo el mundo han obedecido los dictados de los líderes de sus gobiernos y han ido a la guerra, donde millones han muerto por causa de esa obediencia… Nuestro problema es que en todo el mundo la gente es obediente ante la pobreza y el hambre, ante la estupidez, la guerra y la crueldad. Nuestro problema es que la gente es obediente mientras las cárceles están llenas de ladronzuelos y los grandes ladrones rigen el mundo. Éste es nuestro problema.

Debemos convertir los centros en auténticas escuelas de democracia para cuestionar este modelo social tan absurdamente injusto y para construir alternativas pacíficas, justas y en pro del bien común sean una estrategia habitual que corresponsabiliza al alumnado, no solo en la dinámica democrática de los centros, sino en la construcción de otra sociedad e implica a toda la comunidad educativa en la convivencia y la defensa de la paz de forma radical.

En estos días todas las materias, todas las asignaturas, todo el profesorado debería incluir en sus clases, en su temario, las raíces del genocidio palestino, las causas del genocidio en el Congo, la historia del conflicto en Ucrania, las consecuencias del aumento de los presupuestos para la guerra, el cuestionamiento de los llamados de dirigentes europeos a una tercera guerra mundial en suelo europeo… En matemáticas, en lengua, en conocimiento del medio, en música, en educación física, en todas y cada una de las materias.

La mejor democracia que se aprende en la escuela pública es la que se vive en ella. Educar en y para la democracia, como una manera de aprender a convivir en igualdad, en paz, en justicia social y en libertad, implica que las propias escuelas sean un ejemplo de democracia y de convivencia. Porque de los jóvenes que hoy se están formando dependerá la democracia del mañana. De su implicación en la resolución de los conflictos y de su compromiso con la paz y la democracia dependerá avanzar y consolidar una democracia fuerte y asentada y la construcción de una sociedad más justa y cuya prioridad sea el bien común.

Como plantean Nichols & Berliner (2007): “Deberíamos ser el número uno en el mundo en porcentaje de jóvenes de 18 años que están política y socialmente implicados. Mucho más importante que nuestras puntuaciones en matemáticas y nuestras puntuaciones en ciencia es la implicación de la generación siguiente en el mantenimiento de una democracia real y en la construcción de una sociedad más justa para los que más la necesitan: los jóvenes, los enfermos, los ancianos, los parados, los desposeídos, los analfabetos, los hambrientos y los desamparados. Se deberían identificar las escuelas que no pueden producir ciudadanía políticamente activa y socialmente útil y divulgar sus tasas de fracaso en los periódicos”.

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Honduras: La violencia, los conflictos por la tierra, la corrupción y la impunidad desafían los derechos humanos

La violencia persistente, incluida la violencia de género, los conflictos por la tierra y la impunidad, son algunos de los desafíos de derechos humanos más graves de Honduras, ha asegurado este viernes el Alto Comisionado para los Derechos Humanos al presentar su último informe sobre el país.

“Si bien observo una reducción de los homicidios, la violencia y la inseguridad siguen estando profundamente arraigadas y son comunes, afectando particularmente a las mujeres y a las personas LGBTQ+”, dijo Volker Türk.

El año pasado se registraron 380 muertes violentas de mujeres, así como 47 asesinatos de personas LGBTQ+. Mientras siguen faltando protocolos especializados para que las instituciones de justicia penal puedan abordar las altas tasas de violencia contra las mujeres, según el informe.

Para que el Estado pueda asegurar un entorno seguro y libre de crimen organizado, necesita los recursos y políticas necesarios para abordar las enormes desigualdades en el país, los flujos financieros ilícitos, impuestos y corrupción, recomienda Türk.

“También es importante desarrollar una política de seguridad nacional coherente basada en los derechos humanos que incorpore medidas de prevención”, asegura.

El Alto Comisionado se dice preocupado por el incremento de la militarización de la seguridad pública y el sistema penitenciario.

“Por dar un ejemplo, tras el trágico ataque ocurrido en junio en la prisión de mujeres de Támara, en el que murieron 46 mujeres privadas de libertad, el Gobierno devolvió la administración del sistema penitenciario a la policía militar. Desde entonces hemos recibido información de que algunas de las acciones de la policía militar pueden llegar a constituir malos tratos”, indicó Türk.

Además, se mostró especialmente preocupado por el actual estado de emergencia, que ha estado vigente desde hace más de 15 meses, y que otorga a la policía nacional y a la policía militar poderes para implementar detenciones y allanamientos sin órdenes judiciales.

Discriminación de pueblos indígenas y afrodescendientes

En todo Honduras persisten los conflictos vinculados a la tierra, el territorio y los recursos naturales, siendo los pueblos indígenas, los pueblos afrohondureños y los campesinos los más afectados por la violencia, la apropiación de tierras y los desalojos.

“Me preocupa mucho el hecho de que Honduras siga siendo uno de los países más peligrosos del mundo para las personas que defienden la tierra, el territorio y el medio ambiente”, dijo Türk.

Los ataques contra personas defensoras de derechos humanos y periodistas aumentaron el año pasado, con unas 561 personas víctimas de agresión. Al menos 15 personas defensoras de los derechos humanos y dos periodistas fueron asesinadas.

“Mi Oficina alienta firmemente a las autoridades a fortalecer el Mecanismo Nacional de Protección y a implementar todas las medidas institucionales necesarias para proteger a las personas defensoras de los derechos humanos”. agregó.

Por otro lado, Türk saludó la derogación y reforma de Decretos del llamado “Pacto de Impunidad” por parte del Congreso Nacional, así como la voluntad del Gobierno de abordar la corrupción.

La corrupción drena el país

Sin embargo, los altos niveles de corrupción e impunidad continúan agotando los recursos disponibles para el país, así como erosionando la confianza en las instituciones públicas.

“Insto a Honduras a que adopte medidas para garantizar transparencia y rendición de cuentas, incluidas aquellas para fortalecer el poder judicial, el Ministerio Público y otras instituciones nacionales claves contra la corrupción, y garantizar su independencia”, añadió.

También saludó el nuevo proceso de elección de la nueva Corte Suprema de Justicia, y el énfasis en la transparencia, la rendición de cuentas y la paridad de género: “Esto representa una oportunidad concreta para que Honduras fortalezca el estado de derecho y el acceso a la justicia”.

Al mismo tiempo, dijo que su Oficina continúa instando a realizar progresos en las investigaciones de las graves violaciones cometidas en la década de 1980, el golpe de Estado de 2009 y la crisis postelectoral de 2017.

“También doy la bienvenida al histórico proyecto de ley recientemente aprobado que protege los recursos naturales y las áreas protegidas en favor de los derechos de las comunidades afectadas. Esta ley, junto con el decreto ejecutivo para garantizar los derechos ancestrales y de propiedad del pueblo garífuna, son cruciales para avanzar en el disfrute de los derechos de los más vulnerables”, aseguró

https://news.un.org/es/story/2024/03/1528062

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