Por: Belén Rodrigo
Una formación no es completa si se ciñe a los límites de las facultades y se olvidan las posibilidades paralelas de crecimiento personal y profesional
El inicio de la carrera universitaria es también el comienzo de una de las mejores etapas para los jóvenes. Un periodo en el que los estudios son solo una parte de la gran oferta que existe en el entorno universitario. Son años que cada alumno vive de forma muy distinta, cerca o lejos del hogar, pero a veces están alejados de todo lo que no ocurra en su facultad. «La universidad es libertad, los alumnos deben disfrutar estos años, conocer gente, hacer todo tipo de actividades», comienza por señalar David Berna, antropólogo social, profesor en la UCM y asesor en el vicerrectorado de Estudiantes de la UCM. Desde las universidades se está haciendo un gran esfuerzo para divulgar todo tipo de actividades porque consideran que además de una experiencia enriquecedora son una parte importante en su currículo de cara a su futuro laboral. Generalmente los alumnos no son conscientes de todo lo que tienen a su alcance. «Viven un poco en facultades, en micromundos y dan demasiada importancia, desde que empiezan, a su futuro. Viven con ansiedad», añade el docente. Son varios los aspectos a tener en cuenta para aprovechar al máximo la vida universitaria.
Aprender a querer lo que se estudia
Después de un año muy preocupados por las notas, es el momento de cambiar el chip. «Tienen que pensar que lo que van a aprender forma parte de su vida y deben buscar la forma de querer lo que estudian. La universidad es mucho más que una nota», recuerda Berna. Si la elección no ha sido la correcta, hay posibilidad de cambiar. No se debe ver como algo negativo, ya que proporciona conocimientos de gran valor y un grado de experiencia que otros estudiantes no tienen.
Ir mucho más allá del currículo
Grupos de teatro, banda, coros, equipos deportivos, lectura, debate, idiomas… La oferta de actividades es muy grande en la universidad y normalmente a buenos precios. «La universidad es vida, en general vengamos de donde sea, descubres el mundo y hay que aprovecharlo. Son mayores de edad y tienen esa libertad de hacer mil cosas que les aparezca, disfrutar también del tiempo de ocio», indica el antropólogo social.
Men sana in corpore sano
Las universidades cuentan con muy buenas instalaciones deportivas como piscinas y gimnasios a precios económicos. Además, hay equipos universitarios de distintos deportes y modalidades, a nivel individual y en equipo, e incluso competiciones deportivas.
Derribar todas las fronteras
A lo largo de la carrera los estudiantes van a tener numerosas oportunidades para apuntarse a estancias en el extranjero. No solo las conocidas becas Erasmus sino también otros programas que permiten la salida de los jóvenes en periodos de distinta duración y que es igualmente una gran experiencia de vida y aprendizaje.
Mucho mejor en compañía
La parte asociativa cobra mucha importancia en la universidad, donde existen asociaciones de todo tipo. «Es bueno para los estudiantes que se asocien, son espacios donde encuentran sus iguales y conocen más gente», señala David Berna.
La experiencia de los colegios mayores
Además de una posibilidad de alojamiento, un colegio mayor es una forma de participación activa en la vida universitaria. La Asociación de Colegios Mayores de Madrid reúne 40 colegios que agrupan a 7.000 universitarios y 1.000 trabajadores, con un equipo educativo formado por 120 personas. «La universidad no es solo ir a clase, todo lo que se genera alrededor es una experiencia vital», Gabriel Beltran, director de la asociación. «En la empresa lo que van a pedir no es la nota que tienes sino en qué te has formado», añade.
Saber defender las ideas propias
No es algo exclusivo de los colegios mayores pero sí es cierto que desde hace cerca de diez años se ha alcanzado un gran nivel en la competición de debates que se realiza en estos colegios. «El universitario debe saber defender sus ideas y casi todos los colegios hacen debate y también mediación», cuenta Beltrán. Ya en las universidades lo más habitual es encontrar estos grupos en las facultades de Ciencias Sociales y Humanas, e incluso se compite internacionalmente.
El diálogo con los profesores
La relación entre alumno y profesor universitario ha cambiado mucho, «es más directa, se dialoga más», señala el profesor de la UCM. Cree que hay una gran abertura por parte de los docentes, dispuestos a realizar tutorías en cualquier momento y a explicar todo aquello que no entiendan en clase. «Deben aprovechar esta accesibilidad, para intercambiar ideas y resolver dudas», añade.
Una defensa desconocida
Es habitual que se desconozca su existencia pero el Defensor Universitario es la figura encargada de velar por el respeto a los derechos y libertades de los profesores, personal investigador, estudiantes y personal de administración y servicios, ante las actuaciones de los diferentes órganos y servicios universitarios. «Si hay algo que quieran reclamar, el defensor universitario debe atenderles. Existen igualmente oficinas de atención a la diversidad», indica David Berna.
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