La educación por la paz vs. las amenazas de guerra.

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

En solidaridad con toda la afición del club Atlas

Por los incidentes en Estadio La Corregidora de Querétaro

y a favor de la paz tanto dentro

como afuera de los estadios deportivos.

La guerra siempre ha sido letal y destructiva, es una de las acciones más in-humanas que hacemos las y los humanos. Hoy la humanidad de nueva cuenta está ante la amenaza latente de un entorno de guerra. La guerra (cualquiera que esta sea) está asociada a la destrucción, a la amenaza, a la intimidación, a partir de las disputas por expansión territorial, por ganar un mercado por imponer medidas sobre todo de tipo económico o imponer un bloqueo o restricciones de un país a otro, o por cualquier cosa absurda.

El siglo XX, también referido como el siglo pasado, ha sido testigo de dos guerras mundiales, hay una generación llamada entre guerras, las personas nacidas después de la década de los 20 y antes de los 40 (por decir algo muy genérico); dicha generación vivió -y sufrió- en carne propia lo que se le lama el trauma de guerra.

Pero la guerra no es nueva, es decir el afán de dominio, de expansión de hegemonizar y controlar territorios o mercados, viene desde mucho tiempo atrás, nos remitimos al imperio romano, (tal vez desde mucho antes), pero ahí puede ser fecha de referencia. En el siglo XV asociado a los llamados grandes descubrimientos, se vive fuertemente desde occidente un deseo de expansión, por dominar el mundo nuevo, (España y Portugal primero y más adelante Francia Inglaterra y Holanda) se encargarían de conquistar, colonizar e imponer su visión sobre los pueblos recién “descubiertos”.

La historia nos ha enseñado que la guerra está asociada al abuso de los imperios, a partir de la creencia de que existen países mas poderosos que otros que tienen el derecho (dado por ellos mismos), y que pueden y deben hacer valer su supremacía.

El siglo XXI ha llegado con esta nueva edición entre vínculo conquistadores y conquistados, los imperios ahora ejercen su dominio a partir del control financiero, ejerciendo bloqueos económicos, o en última instancia a partir de la invasión y el control militar.

La reciente amenaza de guerra entre Rusia en conta de Ucrania no es solo un conflicto territorial. No, ahora en un mundo globalizado la amenaza de guerra es para todas y para todos. Efectivamente Rusia y Ucrania nos quedan distantes en términos de lejanía geográfica y cultural pero la amenaza cada vez está más acerca, porque al norte de nuestro país tenemos a otro imperio, igualmente sanguinario y devastador.

Rusia es un imperio (nunca ha dejado de serlo), pero también lo son los EU, y China, es paradójico que los 5 países más poderosos del mundo y que están encargados de salvaguardar la paz y la seguridad mundial, son los países mejor armados y con el terrible deseo de apostarle a la guerra cuando se habla de paz o hasta firman tratados al respeto. Y porque ahí hay un componente adicional, el negocio de la guerra, la producción masiva y el armamento que deberá venderse es otra de las aristas del mundo de la guerra. En la contraparte la paz no vende, no es rentable, no genera ganancias a las grandes empresas multinacionales, ¿Entonces?

Aspirar a la paz es desplazar a la guerra de otra manera. La paz edifica, armoniza, humaniza los entornos, el mundo ya fue repartido y dividido muchas veces a lo largo de una larga historia; la geografía y sus divisiones políticas se suponen ya han sido actualizadas. Entonces ¿por qué este afán de guerra para seguir invadiendo territorio y dominar a pueblos distintos al que invade? Porque la tendencia de muerte y el afán y poder no tiene límites.

Educar en y para la paz no es un asunto idílico, conlleva cruzar las dimensiones del individuo, las relaciones con el entorno y llegar hasta la aldea global. Una amenaza de guerra no solo sirve para derrotar a las y los otros a los supuestos enemigos, también hay una garantía de destrucción propia. Todas y todos salimos perdiendo con un entorno de guerra, de ahí que la educación por la paz sea una más de las alternativas. El problema es complejo porque además no existe una mediación mundial que sirva para poner orden y para garantizar (como sucedió después de la segunda guerra mundial) un alto al fuego, entrega de las armas y desmantelamiento de las bases militares. Hoy parece que los imperios y los poderosos no aprenden las lecciones de la historia o más aprenden en sentido contrario, su afán es continuar haciendo más grande su poderío. El problema es el choque de trenes cuando dos imperios se confrontan entonces la humanidad corre peligro y esto sí, es de pronóstico reservado.

Firmemos, por la paz, actuemos por la paz, manifestémonos por la paz, con congruencia, desde la escuela. A partir del deseo de paz, de las y los niños pequeños debemos hacer que los grandes aprenden. Todas y todos los ciudadanos el mundo no queremos un entorno de guerra entonces ¿Por qué la paz no se impone de una vez y para siempre?

Fuente de la información: http://www.educacionfutura.org

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Miguel Angel Pérez

Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. mexico.