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¿Enfrentar la guerra de quinta generación con arcos y flechas?

Por: Aram Aharonian. Alai.

Alrededor del mundo, una inmensa gama de organismos gubernamentales y partidos políticos están explotando las plataformas y redes sociales para difundir desinformación y noticias basura, ejercer la censura y el control y socavar la confianza en la ciencia, los medios de comunicación y las instituciones públicas.

El consumo de noticias es cada vez más digital, y la inteligencia artificial, el análisis de la Big Data (que permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones) y los algoritmos de la “caja negra” son utilizados para poner a prueba la verdad y la confianza, las piedras angulares de la llamada sociedad democrática occidental.

Son muy pocos los dueños de la infraestructura que permite el uso de la Internet en todo el mundo, y también los servicios que sobre ella se brindan. La propiedad de los cables de fibra subacuáticos, las empresas que se alojan y controlan el NAP de las Américas, los grandes centros de datos como Google, Facebook, Amazon o los llamados “servicios en la nube” como Google Drive, Amazon, Apple Store, OneDrive, veremos que son corporaciones trasnacionales, en su mayoría con capitales estadounidenses.

 Hoy, de las seis principales firmas que cotizan en bolsa, cinco de ellas son del rubro de las TIC: Apple, Google, Microsoft, Amazon y Facebook.

Campo popular: aggiornar la lucha

Es que el mundo cambia constantemente, muchas veces al ritmo de la tecnología y pareciera que a la izquierda, a los movimientos y medios populares de comunicación, nos empujan a pelear en campos de batalla equivocados o ya perimidos, enarbolando consignas que no tienen correlato con este mundo nuevo.

Mientras, las corporaciones mediáticas hegemónicas desarrollan sus estrategias, tácticas y ofensivas en nuevos campos de batalla donde se pelea con nuevas armas, donde la realidad no importa, en lo que quizá ya ni se trata de la guerra de cuarta generación, la que ataca a la percepción y sentimientos y no al raciocinio, sino a una guerra de quinta generación, donde los ataques son masivos e inmediatos por parte de megaempresas trasnacionales, que venden sus “productos” (como el espionaje) a los Estados.

Hoy debiéramos estar más atentos a la integración vertical de los proveedores de los servicios de comunicación con compañía que producen contenidos, la llegada de los contenidos directamente a los dispositivos móviles, a la trasnacionalización de la comunicación, convirtiendo a la información en campañas de terrorismo mediático… mientras apenas denunciamos lo fácil que está siendo convertir a la democracia en una dictadura manejada por las grandes corporaciones

 Debiéramos estar atentos a los temas de vigilancia, manipulación, transparencia y gobernanza de Internet, al video como formato a reinar en los próximos años, estar atentos al hecho de que los mismos televisores se van convirtiendo en una pantalla más a donde llegan los contenidos manipulados por las grandes corporaciones.

Pero desde el campo popular seguimos reclamando la democratización de la comunicación y la información, creyendo que una distribución equitativa de las frecuencias de radio y televisión entre los sectores público, comercial y popular puede significar el fin de la concentración mediática. Estamos peleando guerras que ya no existen, cuando el campo de batalla está en Internet, en el Big Data, en los algoritmos, en la inteligencia artificial.

Cansa la insistencia discursiva anclada en el pasado y con una agenda diseñada en países centrales, que no incluyen nuestras realidades. Se insiste en una necesaria renovación de la izquierda, en la necesaria búsqueda de nuevos caminos -en las catarsis colectivas de seminarios, foros, reuniones, conciliábulos, escritos-, pero no se buscan soluciones específicas al aislamiento y endogamia de nuestros sitios populares, alternativos a los mensajes hegemónicos, comunitarios, populares.

Estos temas no están en la agenda de los movimientos, de los partidos ni de los gobiernos (incluso los progresistas), más preocupados por seguir con la satanización de las nuevas tecnologías, por la denunciología, que en definir estrategias y líneas de acción. Hoy los gobiernos de la restauración conservadora disparan contra Unasur, que en su momento de auge no pudo concretar un canal propio de fibra óptica, que al menos le hiciera cosquillas al control de las megacorporaciones.

Hoy, el escenario digital puede convertirse en una vía para la reconexión del progresismo con sus bases, y en particular con los jóvenes, que es como decir con el futuro. Pero, no se ha avanzado en una agenda comunicacional común, pero tampoco en temas estratégicos para el futuro de la soberanía tecnológica, como la gobernanza de Internet, el copyright, la innovación, el desarrollo de nuestras industrias culturales.

 Se habla de nuevos caminos, pero pocos parecen dispuestos a transitarlos, porque seguramente afectan su identidad, su memoria y su vida. Se insiste en denunciar la desinformación, la información basura, el terrorismo mediático (tenemos doctorados en denunciología y lloriqueo), pero no nos preparamos para aprender a usar las nuevas herramientas, las nuevas armas de una guerra cultural ciberespacial. Quizá el problema no sea formular, sino tener oídos dispuestos a intentar, dice el humanista Javier Tolcachier.

Cada sitio de medios y/u organizaciones sociales dirige sus mensajes a una masa crítica acotada, a los que ya están convencidos de su mensaje, en una gimnasia endogámica, sin definir una agenda propia, latinoamericanista, en defensa de los derechos humanos y de los trabajadores, una línea editorial que los pueda unificar y entonces entrar con fuerza en la guerra cultural, en la batalla de las ideas.

Sus lenguajes –y hablamos sobre la generalidad y por eso es de destacar los esfuerzos del mediactivismo de Fora de Eixo, Facción o Emergentes, por ejemplo- no se adecúan al momento histórico, cultural ni tecnológico. Están anclados en la denunciología, sin visibilizar las luchas, los anhelos, de los pueblos o sociedades que dicen representar.

El informe de Oxford

Un informe de Samantha Bradshaw y Philip Howard, investigadores de la Universidad de Oxford (Challenging Truth and Trust: A Global Inventory of Organized Social Media Manipulation), confirma que la manipulación de la opinión pública sobre las plataformas de medios sociales se ha convertido en una amenaza a la vida pública.

 En 2017, el primer inventario de las tropas de ocupación cibernéticas globales realizado por estos investigadores arrojaron luz sobre la organización mundial de la manipulación de los medios de comunicación social por gobiernos y actores de partidos políticos. Este año revela las nuevas tendencias de manipulación organizada de los medios, y sus cada vez más crecientes capacidades, estrategias y recursos en las que se apoya este fenómeno, con evidencias de campañas de la manipulación organizada de los medios en 48 países, 20 más que el año anterior.

 En cada país se constató que al menos un partido político o agencia gubernamental usaba los medios de comunicación social para manipular a la opinión pública nacional, en países donde los partidos políticos diseminan desinformación durante las elecciones, o donde la institucionalidad se siente amenazada por noticias basura e injerencia extranjera en los asuntos internos, y desarrollan sus propias campañas de propaganda cibernética.

En una quinta parte de estos 48 países, sobre todo en los del sur global, se hallaron pruebas de campañas de desinformación operando sobre las aplicaciones de chat como WhatsApp, Telegram y WeChat. La manipulación de las redes es un gran negocio, donde gobiernos, fundaciones, ONGs y partidos políticos han gastado más de 500 millones de dólares en investigaciones, desarrollo e implementación de operaciones psicológicas y manipulación de la opinión pública a través de internet.

 En algunos países esto incluye “esfuerzos para contener al extremismo”, pero en la mayoría de los países esto implica la propagación de noticias basura y desinformación durante las elecciones, las crisis militares y complejos desastres humanitarios.

La Guerra de Quinta Generación

Si la guerra de primera generación se basa en movilizar la mano de obra, la segunda en el poder de fuego y la tercera en la libertad de maniobra, los paradigmas cambian sustancialmente en la de Cuarta Generación, donde tanto los recursos empleados como los objetivos e intereses a alcanzar engloban tanto al interés público como privado (intereses de corporaciones). La idea principal es que el Estado ha perdido su monopolio de la guerra, y a nivel táctico incluye desde el aspecto armamentista al psicológico.

Dada la enorme superioridad tecnológica alcanzada durante la etapa anterior frente a esta asimetría de fuerzas entre contendientes, solo es concebible el uso de fuerzas irregulares ocultas que ataquen sorpresivamente al enemigo, tratando de provocar su derrota al desestabilizar a su rival, con el uso de tácticas no convencionales de combate.

En la Guerra de Quinta Generación (también denominada guerra sin límites), introducida desde el 2009 como concepto estratégico operacional en las intervenciones EEUU-Otan, no interesa ganar o perder, sino demoler la fuerza intelectual del enemigo, obligándolo a buscar un compromiso, valiéndose de cualquier medio, incluso sin uso de las armas. Se trata de una manipulación directa del ser humano a través de su parte neurológica (ondas biaurales y componentes de cristales de magnetita del cerebro y los métodos sobre sus posibles manipulaciones).

Y los medios masivos y las redes sociales son parte integral del esquema de esta guerra, para generar desestabilización en la población a través de operaciones de carácter psicológico prolongado; se busca afectar la psiquis colectiva, afectar la racionalidad y la emocionalidad, además de contribuir al desgaste político y a la capacidad de resistencia.

 Y se cuenta con mecanismos científicos de control total a través de no solo la manipulación de medio masivos de comunicación e información concentrados, sino también de sistemas financieros como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, miles de fundaciones y organizaciones no gubernamentales.

Zbigniew Brzezinski, exsecretario de Estado estadounidense, afirmaba que la clave estaba en el ataque al recurso emocional de un país por medio de la revolución tecnológica, La táctica para mantener la desintegración política en la sociedad consiste en crear complejos de inferioridad y en convertirse en referencia externa en todos los ámbitos, evitando que los proyectos y modelos colectivos o alternativos se consoliden en su identidad, pues la referencia será algo distinto a sí mismos; el mundo desarrollado y su modelo prevaleciente.

Los medios de difusión masiva se encargan de condicionar las mentes en las naciones subdesarrolladas, puesto que “el Tercer Mundo enfrenta, ahora, el espectro de las aspiraciones insaciables”, según escribía Brzezinski hace ya 44 años.

 Redes sociales, aislacionistas

Las redes sociales son un conjunto de plataformas digitales de esparcimiento e interacción social entre sus diversos usuarios, ya sean personas, grupos sociales o empresas, que permiten el envío de mensajes, la comunicación en tiempo real y la difusión de contenido de distintos modos, entre los usuarios que se encuentren conectados entre sí, es decir, que sean “amigos” o “seguidores” .

La aparición masiva de las redes sociales, dice la experta británico-ecuatoriana Sally Burch, han revolucionado nuestras sociedades, pero también han causado preocupación porque al no estar reguladas son aprovechadas para la desinformación, la imposición de imaginarios colectivos con la difusión de información falsa, creando realidades virtuales lejanas a las realidades reales, la apropiación de datos personales para fines comerciales y/o de manipulación política e, incluso, para conculcar la intimidad de los ciudadanos, invadiendo sus espacios de trabajo, educación, ocio e incluso de socialización.

Las redes sociales tienen acceso y manipulan los datos de sus usuarios (direcciones de correos, números telefónicos, aficiones, gustos, amigos), gentilmente proporcionados por ellos mismos a través de la construcción de sus propios perfiles. Su atractivo principal es la masividad: el mismo mensaje, información –o la misma publicidad tácita o encubierta- puede ser enviado a millones de personas a la vez, a través de las distintas plataformas (computadoras, tablets, celulares).

Operan en base a algoritmos que organizan la información para mostrarnos más de aquello que nos guste y menos de lo que no. Cuando validamos un comentario, una publicidad o una noticia, retroalimentamos el sistema para que se adapte aún más a nuestros gustos puntuales. Ya que los algoritmos privilegian el contenido semejante al que hemos elegido (con un “me gusta”), restringiendo las oportunidades de recibir información real, no filtrada, donde el usuario solo accede a opiniones semejantes a las suyas (un efecto antidemocrático, sin duda), agrega Burch.

Por ejemplo, un algoritmo usado por Facebook se basa en la afinidad (cantidad de veces que unos e conecta con otro, publicando en sus muros, validando –me gusta- sus contenidos. Su peso es la cantidad de interacciones que tiene una publicación y el tiempo hace que la información decaiga en interés y baje en la cola de la información.

Las desventajas de las redes sociales apuntan a la ruptura con la presencia de los otros, instándonos a dejar de socializar en persona, en la construcción de sociedades ciberdependientes, nichos donde no tiene cabida el pensamiento contrario, la otredad.

¿El fin de la transparencia?

 La consultora británica Cambridge Analytica (CA), la que protagonizó el escándalo por el uso de 87 millones de datos de usuarios de Facebook, si bien anunció el cese de todas sus operaciones, simplemente cambió de piel y seguirá sus manipulaciones, amenazando la transparencia de las elecciones en varios países, entre ellos Argentina, Colombia y México.

 La compañía británica culpó de su quiebra a las denuncias de manipulación política que inundaron los medios internacionales en los últimos, pero lo cierto (y que no dice) es que sus principales activos ya trabajan en una empresa con fines similares llamada Emerdata Limited, en cuyo consejo de administración aparecen una serie de nombres directamente vinculados con CA, según destapó en marzo Business Insider.

Alexander Taylor fue nombrado director de Emerdata el 28 de marzo en sustitución del dimitido Alexander Nix, quien reconoció que trabajó en elecciones en países de todos los continentes, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Argentina, Nigeria, Kenia y República Checa, y debió alejarse a raíz de un vídeo grabado por la televisión británica con cámara oculta donde hizo toda clase de comentarios inapropiados como ofrecer grandes cantidades de dinero a un candidato y amenazarle con publicarlo, para intentar extorsionarlo.

Según Business Insider, entre los responsables de Emerdata aparece Johnson Chun Shun Ko, un ejecutivo chino de Frontier Services Group, la firma militar presidida por el prominente partidario de Trump Erik Prince, fundador de la contratista militar estadounidense Blackwater y “casualmente” hermano de la secretaria de educación de Estados Unidos, Betsy DeVos, pilar de la internacional capitalista Red Atlas.

El Observatorio en Comunicación y Democracia señala que recién cuando el escándalo tomó dimensión global, Facebook -.el principal agente empresarial involucrado en los cambios de tendencia en las urnas británicas (referendo por el Brexit) y estadounidenses (elección de Donald Trump) en 2016- reconoció que la consultora británica había accedido (¿o comprado?) a la información personal de al menos 87 millones de usuarios y la había utilizado para crear perfiles de votantes.

Facebook gestiona más de 300 millones de gigabytes en información personal de sus usuarios, un arsenal de perfiles que le permite disponer de una de las plataformas on line más importante del mundo, indispensable para beneficiarse de modelos de negocio que amplían consumidores y diversifican mercados al calor del incremento productivo de los robots y la automatización industrial.

Colofón

 Todo esto acontece apenas dos decenios después de que Sergey Brin y Larry Page registraran el dominio google.com y once de que Steve Jobs presentara en sociedad, en San Francisco, el primer iPhone. Mientras, Facebook sigue creando perfiles de usuarios y los algoritmos que usara Cambridge Analytica siguen a disposición de quien los quiera (o pueda) pagar.

Difícil que un país sólo tenga capacidad de desarrollar los niveles necesarios de respuesta para mantener y/o recuperar la soberanía en algunas áreas, y por eso es imprescindible la suma de voluntades –gobiernos, academia, movimientos sociales- para sumar fuerza de negociación en temas básicos como inteligencia artificial y el big data. No hay otra salida: debemos apropiarnos del big data para poder pensar en herramientas liberadoras.

La única forma de luchar en esta guerra de Quinta generación es poniéndose al día en lo que respecta a la inteligencia artificial, es en la posibilidad de montar nuevas plataformas que evadan los filtros de las grandes corporaciones, es en la necesidad de adueñarse de las armas, las herramientas para poder pelear en esta guerra cultural, de generar agendas propias de acuerdo a los intereses de nuestros pueblos.

 La carrera por una presión fiscal cada vez menor gana velocidad en los últimos años, de la mano de los gobiernos neoliberales y de los paraísos fiscales, que permiten la evasión y elusión fiscal, que a su vez priva a los gobiernos de obtener recursos para llevar a cabo políticas distributivas, agravando aún más la desigualdad

Si bien la desigualdad se redujo de manera considerable durante la última década en América Latina, de la mano de la actual ofensiva neoliberal –que tiene a los impuestos como uno de sus blancos a combatir–, el riesgo es su nivel vuelva a incrementarse.

El problema de la evasión fiscal ha ganado protagonismo entre la opinión pública en los últimos años gracias a la publicación masiva de los nombres de personas y entidades que utilizaban empresas y cuentas offshore en paraísos fiscales para evadir el pago de impuestos.

Los Panamá Papers en 2016 y los Paradise Papers en 2017 pusieron al descubierto el modus operandi de la evasión fiscal y a aquellos que hacían uso de ella, sindicando entre los evasores a presidentes latinoamericanos como el argentino Mauricio Macri, el colombiano Juan Manuel Santos y el chileno Sebastián Piñera, y excandidatos presidenciales como Doria Medina en Bolivia o Guillermo Lasso en Ecuador.

Pero según investigadores latinoamericanos, la publicación de los Papeles de Panamá obedecería a una gran estrategia de Washington para consolidar su posición en el mundo como un gran paraíso fiscal, en momentos en que tiene una grave crisis de liquidez. Con la publicación de esta investigación el dinero ya está buscando un refugio para ya no ser investigado y exhibido.

El investigador de la Universidad Autónoma Nacional de México, Ariel Noyola, afirma que este dinero vaya a parar a cualquiera de los cuatro paraísos fiscales que tiene EEUU: Delaware, Wyoming, Dakota del Sur o Nevada. Los principales bancos y fondos de cobertura de EEUU son los que colocan su dinero sin regular en los más de 30 paraísos fiscales que existen en el mundo, desde hace ya casi medio siglo.

El mensaje que dan los Papeles de Panamá es claro: señores empresarios y ciudadanos, su dinero no está seguro en Panamá como paraíso fiscal, deposítelo en EEUU, cuyos paraísos fiscales sí son seguros. A Noyola le llama la atención que en la investigación de los Panamá Papers no salieron a la luz nombres de empresas ni de ciudadanos estadounidenses.

Así, se podría interpretar que los fondos y la información que mantiene el territorio estadounidense en sus paraísos fiscales son impenetrables a estas estrategias de investigación y contrainformación. Y para demostrar su fiabilidad, los paraísos fiscales de EEUU tienen a su servicio al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (con sede en Washington, a 170 kilómetros de Delaware), y a un ejército de ‘periodistas de investigación’ de todo el mundo que le hacen el juego.

Delaware, con una población de 920 mil habitantes, tiene 945 mil empresas registradas, Wyoming cuenta con 128 mil ‘entidades de negocios activas’, lo que equivale a una por cada 4.5 ciudadanos, pese a ser el segundo estado menos poblado del país. Pero los paraísos fiscales de EEUU no son del interés, ni de los medios de comunicación, ni del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación, filtradores de los Papeles.

Dos datos interesantes: el periódico alemán Süddeutsche Zeitung forma parte de un grupo mediático que pertenece, entre otros, a la corporación financiera estadounidense Goldman Sachs, y la investigación fue financiada, entre otros, por el Departamento de Estado de EEUU, según reconoció su portavoz Mark Toner.

Pero más allá de las actitudes poco leales de aquellos que mantienen cuentas o negocios en paraísos fiscales y a la vez dirigen los presupuestos públicos de sus países, es necesario algunos datos económicos sobre los perjuicios que ocasiona la existencia de los mismos dan escalofríos

Los países en desarrollo pierden alrededor de 100.000 millones de dólares anuales por la evasión y elusión fiscal de grandes empresas a través de paraísos fiscales. La pérdida estimada de estos países por el uso de incentivos fiscales a las grandes empresas es de otros 138.000 millones de dólares anuales.

Los paraísos fiscales tienen un filón con las grandes fortunas latinoamericanas. El 27% de la riqueza privada total de América Latina está depositada en países que ofrecen un tratamiento impositivo favorable para los más acaudalados, lo que le convierte en la región del mundo con mayor proporción de capitales privados en estas naciones, por delante de Oriente Medio y África (23%) y de Europa del este (20%). Y a años luz de Europa Occidental (7%), Asia-Pacífico (6%) y Estados Unidos y Canadá (1%), según el Boston Comsulting Group, una de las mayores consultoras estratégicas del mundo.

Susana Ruiz, responsable de justicia en la organización no gubernamental Oxfam. La apunta que “Holanda, Panamá, Suiza y Luxemburgo” son los países más utilizados por los latinoamericanos para evitar impuestos a través de cuentas bancarias. Saber cuánto dinero está oculto “es difícil, precisamente por la naturaleza misma de estos flujos”, pero hay investigadores que calculan que suma en “aproximadamente entre 20 y 32 billones de dólares, volumen equivalente al PIB de las dos potencias mundiales, Estados Unidos y China, juntas.

Mientras, la inversión mundial hacia paraísos fiscales ha aumentado un 45 por ciento entre 2008 y 2016, drenando recursos nacionales y eludiendo masivamente el pago de impuestos. Según el Fondo Monetario Internacional, los países en desarrollo son hasta tres veces más vulnerables que los países desarrollados a los efectos negativos que la legislación fiscal de un país tiene sobre otro.

A pesar de que en los últimos años los beneficios de las grandes transnacionales se han triplicado, su contribución tributaria ha caído, pasando del 3,6 por ciento del PIB en 2007 al 2,8 por ciento en 2014, según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo que motivó que durante 2017 algunos países comenzaran a tomar medidas contra la evasión fiscal e igualmente cortar la carrera bajista de la presión tributaria.

Es necesario comprender que los impuestos proporcionan al Estado el financiamiento para desarrollar sus políticas de lucha contra la pobreza y la desigualdad a través de su inversión en educación, sanidad o políticas sociales.

Los especialistas señalan que poner limitaciones legales claras a la evasión fiscal, aumentar la transparencia de los movimientos y el origen de los grandes capitales y apartar del servicio público aquellos que atentan de manera irresponsable contra el sector público, son algunas medidas necesarias para que la ofensiva en contra del Estado de la derecha regional no siga generando nuevas víctimas, en forma de desigualdad, en el camino.

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/194930

Fotografía: Alai

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Los africanos son europeos sólo para el fútbol

Por: Aram Aharonian

 

1400 muertos en seis meses por la xenofobia europea: No tienen nombre ni rostro (los medios hegemónicos los reducen a ser solo números), y para siempre quedaron sepultados en el anonimato del fondo del mar y para siempre separados de la familia.

 

Inglaterra, Francia y Bélgica, tres de las cuatro naciones semifinalistas del Mundial de Fútbol Rusia 2018, tienen en sus planteles jugadores de ascendencia africana. El legado del colonialismo y la inmigración como consecuencia de ello pone de relieve una historia que sigue latiendo al ritmo de la xenofobia y la discriminación.

Catorce de los 23 integrantes de la selección campeona, ¿Francia?, son de origen africano: Kanté es de Mali; Mendy, Dembelé y Sidibé de Senegal, Pogbá de Guinea, Umitití y Mbappé de Camerún, Ramis de Maruuecos, Fekir de Argelia, Kimpembé de Congo, Tolissó de Togo, y N´Zonzi, Mandanda y Matuidi de la República Democrática del Congo.

Hace 20 años, en el Mundial de Francia 1998, la selección local logró coronarse campeona al admitir que los descendientes de africanos eran también ciudadanos franceses. Desde ese momento, no es raro ver a negros, turcos y árabes en otras selecciones “europeas” como Alemania, Bélgica, Inglaterra e incluso las escandinavas.

Zinedine Zidane revolvió entonces muchos sentimientos de culpa de los franceses porque «Zizou» es hijo de una Argelia en la que el colonialismo francés perpetró demasiados horrores. Veinte años después, la selección de Francia es incluso más multicultural que en 1998. Inglaterra es otro ejemplo de multiculturalidad que beneficia a su fútbol. Diferente es la historia de Croacia: los Balcanes no son tierra de inmigración, sino más bien lo opuesto. Suiza puede dar fe de ello con varios balcánicos en su selección.

Ilógico quizá, nunca un conjunto africano pasó de cuartos de final, pero África triunfa en Rusia mediante Bélgica, Inglaterra y Francia. Hombres y mujeres que dejaron Congo, Guinea, Marruecos, Camerún, Argelia, Mali, Nigeria y Angola para instalarse en Europa, ven hoy con orgullo cómo sus hijos son héroes deportivos vistiendo las camisetas de esos países en que todos crecieron, y mayoritariamente nacieron.

Esos hijos son franceses, belgas, ingleses, daneses o suecos, pero saben bien de dónde vienen sus familias. Es el caso del belga Romelu Lukaku, cuyos padres llegaron del ex Zaire, hoy República Democrática del Congo. El de Blaise Matuidi: sus padres abandonaron Angola, devastada por una guerra civil que dejó más de medio millón de muertes. «Nunca olvidé mis raíces angoleñas. Tuve que tomar una decisión difícil al optar por Francia», dijo años atrás el mediocampista.

Y el caso de Samuel Umtiti, autor del gol que lanzó a Francia a la final, nació en Camerún pero creció en Francia. Sin duda, África aportó mucho al creciente éxito de Europa.

1.400 muertos en seis meses por la xenofobia europea

Más de 1.400 inmigrantes, de enero hasta principios de julio 2018, perdieron la vida en las aguas del Mediterráneo. No tienen nombre ni rostro (y los medios hegemónicos los convierten en números), y para siempre quedaron sepultados en el anonimato del fondo del mar y para siempre separados de la familia.

Sus sueños se transforman en pesadillas, la esperanza en tragedia. Según el diario italiano Corriere della Sera en el primer cuatrimestre de 2018 el 9% de los migrantes-refugiados del norte de África se ahogaron en el cruce del Mediterráneo. Sería evidentemente una exageración llamarlos mártires de la migración.

En cuanto a la inmigración actual de los refugiados, el fenómeno se debe, entre otros factores, a la asimetría aguda entre los países y las regiones centrales y países periféricos. Lo cierto es que el progreso técnico y el crecimiento económico, por sí solos, no conducen al desarrollo integral ya la paz, que sólo son posibles cuando el crecimiento se acompaña de una distribución real y profunda de la renta y la riqueza.

La asimetría es aún mayor cuando comparamos las naciones del viejo continente europeo con aquellas del nuevo continente africano. Con la revolución del transporte y de las comunicaciones, cosas y personas corren y vuelan a una velocidad, una aceleración sin precedentes: asombra hoy la velocidad de desplazamiento de mercancías, dinero, tecnología, noticias, conocimiento, información, armas, drogas y violencia, a veces apenas por Internet.

Los jóvenes africanos tienen, al otro lado del desierto y del Mediterráneo, una posible salida de Eldorado. Se agregan a esto los factores que conducen al éxodo masivo de su propia tierra, incluyendo un sentido de liberación de las sociedades tradicionales de control social rígido, dice Alfredo Gonçalvez, vicario general de la Congregación de los Misioneros de San Carlos.

Sin dudas, la movilidad humana se encuentra umbilicalmente ligada a la política económica de cada país y de todo el globo. Hoy, los desplazamientos humanos masivos se convirtieron en planetarios y de ahí su relación con la geopolítica mundial, con el giro a la derecha (y ultraderecha) de varios países, los europeos (en especial Francia., Alemania, en parte el Reino Unido, Austria, Hungría, Polonia, Italia) y Estados Unidos. Incluso los países escandinavos, la República Checa, Eslovenia.

Lo más grave es que tal actitud xenófoba suele ser una caja de resonancia de las respectivas poblaciones, en las que reina el miedo, la amenaza y el rechazo al otro, al extranjero, en los que se basa el prejuicio y la discriminación, el racismo y la xenofobia.

La última cumbre de la Unión Europea (UE) formada por 18 países, se realizó el 28 y 29 de junio pasado, donde quedó patente que el tema de los migrantes representan una ‘papa caliente’. Los gobernantes son presionados por buena parte de su población que no acepta la vecindad de los migrantes; y también por el Acuerdo de Berlín de 2017, con la promesa de un sistema de cuotas para cada nación

¿Progresos en la cumbre? Nada cambió: cada país se presenta con una serie de condiciones que más parecen muros invisibles, y rechazan un posicionamiento taxativo y solidario, aun cuando reconocen que ningún país puede resolver por sí solos lo que ellos llaman » crisis migratoria «, pero al mismo tiempo, se aferran a las ventajas y desventajas de la política interior y exterior.

Los medios hegemónicos –que representan los poderes fácticos de cada país y de la UE– siguen hablando de inmigrantes ilegales. La prensa italiana, por ejemplo, habló del fracaso de la cumbre, otros del «caos, la indiferencia y la insensibilidad», «decadencia y la ceguera» o «matanza silenciosa» para definir el resultado de las negociaciones fallidas en Europa. Y el retorno prevalecer es el nacionalismo de otros tiempos, es una especie renovada de la ideología de la seguridad nacional notoria.

Criminalización de los migrantes

La potitización de las migraciones representa, en general, la criminalización de los migrantes, señala el vicario brasileño Alfredo Gonçalves. Son fuertemente indeseados, rechazados. Para los gobiernos de derecha, constituyen un «problema» que exige soluciones; para ciertos medios de comunicación son una «amenaza» disfrazada; para buena parte de la población, provocan «miedo y riesgo», temen lo que califican despectivamente como «ola negra», «avalancha humana”.

Algunos analistas más serios hablan de tener en cuenta el argumento de la demografía, ya que varios países europeos están en declive de población, con un crecimiento por debajo de cero. Los migrantes, en su mayoría jóvenes, podrían llenar el vacío de una generación en cuanto a la sustitución de la mano de obra que tarde o temprano comienzan a agotarse..

Según otros, Europa está cosechando lo que sembró en los siglos pasados, en los oscuros días del colonialismo más rapaz, despojando a vastas zonas de África y Medio Oriente de todas sus riquezas, llevándose incluso a los trabajadores que fueron convertidos en esclavos y enviados a las Américas.

Lo cierto es que el discurso de la derecha xenófoba -expatriar a los indocumentados e impedir la entrada de nuevos inmigrantes (copiado casi literalmente de la política de «tolerancia cero» de Trump),- detenta gran apoyo popular. Algunos gobiernos de centroizquierda, intentaron e intentan mantener las fronteras abiertas, socorro, rescate, acogida e intento de inserción.

Hay casos extremos, como en Hungría, donde las personas, familias y entidades que se disponen a acoger y ayudar a los inmigrantes pueden ser consideradas criminales y, por lo tanto, pasibles de penalidad y prisión.

En julio, el austríaco Sebastián Kurz, dictó medidas para reforzar el control en la frontera entre Austria e Italia en Brennero. El ultraderechista italiano Matteo Salvini envió una circular a todos los alcaldes, para restringir el derecho de asilo a los inmigrantes y llevó al Tribunal Supremo a la idea europea de cerrar los puertos italianos a todos los buques internacionales.

Fronteras como las que unen y dividen Turquía y Grecia, Norte de África y el sur de Europa, México y EE.UU., Myanmar y Bangladesh, la isla de Batan (Malasia) y Singapur, Chile, Perú y Bolivia, al mismo tiempo, Venezuela, Colombia y Brasil, Paraguay, Argentina y Brasil, entre otros,- se convierten en volcanes en estado de erupción.

Las motivaciones de la migración son casi siempre las mismas: pobreza, miseria, hambre, falta de empleo y oportunidad; violencia, guerra, conflictos que pueden ser étnicos, religiosos o político-ideológicos; desastres naturales, no raramente amplificados debido a los progresivos cambios ambientales. Escapan a los jóvenes sobre todo, pero también a las mujeres y, de forma creciente, a los niños desatendidos

La población que llega a Europa viene en su inmensa mayoría de los países de África, Oriente Medio y Asia menor. «En el corredor entre Europa y África, en cambio, lo que está en juego son los países pobres, donde domina la ‘limpieza’ étnica, religiosa o ideológica, las luchas fratricida, la sequía y las inundaciones, sea la persecución política, la prisión o ejecución pura y simple, sea la muerte a cuentagotas ya los ojos de la propia familia, debido a las condiciones precarias en que viven..

La gran mayoría migratoria se origina en los países africanos, especialmente en la región subsahariana; Oriente Medio. Países como Siria, Afganistán, Iraq en el Oriente Medio; , Libia, Etiopía, Eritrea, Somalia, Sudán, Senegal, Burkina Faso, Chad, Malí (África) aparecen en el primer plano. Las demás naciones como la India, Sri Lanka, Filipinas, Myanmar e Indonesia (Asia) expulsan a miles de personas, algunas de las cuales también llegan a Europa.

Brasil y Argentina ¿son europeos?

También el gobierno golpista de Brasil y el neoliberal de Argentina estudian cómo impedir la entrada de los ciudadanos, a la inmigración, es decir, la forma legal y documentada, para desencadenar la carrera represiva a través de «ilegales» y sin documentos en orden. No sólo contra los tradicionales migrantes de sus países vecinos, sino también los provenientes de Haití, Centroamérica, África y Oriente Medio.

Fútbol y migración

Un 7% de la población francesa es de origen inmigrante, proporción que en su selección se multiplica por diez. Suiza, donde uno de cada cuatro habitantes tiene procedencia extranjera, presentó en Rusia una selección con 60% de jugadores de origen inmigrante. Similar es lo de Inglaterra, con un 10%, cifra que en la selección, con importante aporte jamaiquino, crece al 50%.

Inglaterra presentó seis futbolistas de origen nigeriano en el último Mundial Sub 17, para el que paradójicamente (o quizás no tanto) Nigeria no se clasificó. Los ingleses son hoy campeones mundiales sub 17 y sub 20 y buscan el título de mayores, señala Sebastián Fest..

Y no solo África renueva y mejora el fútbol europeo. Más allá de los jamaiquinos de Inglaterra, Alemania tiene entre sus figuras a hijos de inmigrantes turcos, como Mesut Özil e Ilkay Gündogan, además de jugadores de origen africano, como Sami Khedira (su papá es tunecino) y Jérôme Boateng (de padres ghaneses). El hermano de éste, Kevin-Prince, juega para Ghana.

Albania lo hace representada por la Confederación Helvética. Edi Rama, el primer ministro albanés, abrió días atrás una cuenta bancaria para que sus conciudadanos donaran dinero que permitiera pagar las multas a Granit Xhaka y Xherdan Shaquiri por haber celebrado sus goles a Serbia haciendo el gesto del águila bicéfala, símbolo de la Gran Albania y de explosivas reverberancias geopolíticas en los Balcanes.

Suiza cuenta con futbolistas nacidos en Camerún, Costa de Marfil y Cabo Verde. Xhaka y Shaquiri nacieron en Suiza, pero siguen muy ligados a la tierra de sus padres. Incluso Taulant, hermano de Granit, juega por Albania. Y Bélgica, ejemplo clarísimo de talento de la inmigración, es una Torre de Babel: sus futbolistas hablan entre sí básicamente en inglés en los partidos, añade Fest.

Y aunque el protagonismo no sea el de sus selecciones, África aportó mucho al creciente éxito de Europa. Hay una revolución que se gesta en las periferias de las grandes ciudades europeas: tras cambiarle la cara a la sociedad europea, la inmigración está cambiándosela ahora también a su fútbol, a pesar de la xenofobia y la discriminación alentada por sus elites.

*Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=244378

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«Cerrado por fútbol» (recordando a Galeano)

Por: Aram Aharonian
Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía: Cerrado por fútbol. Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado sesenta y cuatro partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido. Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia.”, escribió el escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien no diferenciaba muy bien a un hincha de un fanático.

La mayoría de sus textos sobre fútbol quedaron dispersos en su obra publicada, pero también varios inéditos y verdaderos hallazgos hizo el periodista Ezequiel Fernández Moores en “Cerrado por fútbol”, que reúne todo lo que Galeano ha escrito, antes y después de ese texto célebre, sobre el deporte que más amó: historias dispersas o escondidas en todos sus libros, además de textos completamente inéditos, perdidos o…

En él recopila anécdotas conmovedoras y divertidas del Galeano “futbolero” y testimonios de sus amigos Joan Manuel Serrat, Chico Buarque y Jorge Valdano, como la crónica en la que, con sólo 23 años, llama “traidor” al Che Guevara en persona por haber adquirido en Cuba la pasión por el béisbol.

Durante años, décadas, Galeano recopiló anécdotas sobre fútbol, en mesas de bares y restoranes, en servilletas de papel (primero) o en pequeñas libretitas (luego) desde la de un jugador que recibía una vaca por cada gol, pasando por el relato de los diez futbolistas que se pintaron la cara de negro en solidaridad con su compañero discriminado por la hinchada.

Y cuando llegaba la hora de algún partido de fútbol trascendental, se encerraba en su estudio, televisor por medio, y admitía allí solo a pocos amigos. Solo a aquellos que compartían la misma pasión por Nacional de Montevideo o por el celeste de la selección uruguaya y estaban dispuestos a no hablar por hora y media.

Galeano miraba el fútbol como “cochino negocio”, como espectáculo, como soporte publicitario, y pese a todo, como espejo fiel de la realidad y espacio para el encuentro colectivo y la pasión popular. Para él, el fútbol expresaba emociones colectivas, esas que generan “fiesta compartida o compartido naufragio, y existen sin dar explicaciones ni pedir disculpas”.

“Desde chico quise ser jugador de fútbol. Y fui el mejor de los mejores, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, no bien caminaba un par de pasos y pateaba una piedrita en la vereda, ya confirmaba que el fútbol no era lo mío. Estaba visto, yo no tenía más remedio que probar algún otro oficio. Intenté varios, sin suerte, hasta que por fin empecé a escribir”.

Era un patadura. Por suerte se dedicó a dibujar primero y a escribir después. Pero se apresuró en irse: teníamos cita para ver este Mundial (por televisión), recordando que una vez, cuando éramos muy chicos y no existía la televisión, escuchamos por radio la transmisión del partido desde el estadio Maracaná de Río de Janeiro –en la voz del inolvidable Carlos Solé- en la que la Celeste se consagraba campeón del Mundo.

“Era incomprensible: los uruguayos, tan distantes y respetuosos siempre, se abrazaban en las calles. Centenares en 18 de Julio (la principal avenida de Montevideo) escuchaban por altoparlantes ubicados en General Electric, La Vascongada y el London Paris, la transmisión de don Carlos Solé. “El fútbol produce milagros”.

Hasta hoy, 68 años después, escuchamos en las radios el relato de aquel golazo del Ñato Ghiggia, con un lagrimón rodando por la mejilla. Es difícil ser uruguayo y no amar el fútbol, después de dos consagraciones olímpicas en 1924 y 1928 y el primer campeonato mundial en 1930, en el Estadio Centenario de Montevideo. Es que Uruguay ingresó a la geografía mundial a las patadas, diría Galeano.

Antes de la final contra Argentina en las Olimpíadas de 1928, el periodista Nobel Valentini y el futbolista Álvaro Gestido crearon, sobre un motivo mundial popular, un verdadero himno de guerra: «Vayan pelando las chauchas/ aunque les cueste trabajo/donde juega la Celeste, todo el mundo boca abajo».

La letras no tiene nada de provocatico: En aquella épocas de amauterismo, en las ligas se jugaba por el asado o por el puchero, y el equipo que perdía debía pelar las chauchas para la ensalada

Xico Sá, amante del fútbol real como buen brasileño, señala que Oscar Tabárez, de 71 años, entrenador del equipo que eliminó a Portugal de la Copa del Mundo, con el espíritu del profesor primario, oficio que ejerció por décadas en las afueras de Montevideo, no deja de dar instrucciones hasta hoy a jóvenes jugadores uruguayos, con visitas a museos, estudios de mapas y visiones sobre botánica, entre otros diálogos sobre la existencia. El fútbol, ​​para el técnico, no es sólo una cuestión de fuerza física y esquemas tácticos, pasa por la idea de formación de las personas.

Diego Lugano, el excapitán de la Celeste por muchos años, deletreó parte de la cartilla del maestro: «Antes de ser jugador de la selección uruguaya, usted necesita ser un buen ser humano para jugar con ella. Tabárez sólo convoca profesionales con valores éticos. Eso importa más para él que ser un gran jugador. Si coincidirán las dos cosas, eso es óptimo, pero esa es su idea. Para estar en la selección, primero uno debe tener esos dos requisitos: valores y ética. Si uno es un buen jugador o no, viene después”.

Galeano sostenía que no era fácil ser cronista o periodista deportivo. Cuando uno escribía bien, enseguida lo pasaban a otra sección “más seria”. Y recordaba el vía crucis de Osvaldo Soriano, gran escritor argentino, quien murió sin poder ser periodistas deportivo: “Pero no, Gordo, estás loco, ¿en Deportes? No. Lo tuyo está en Sociedad o en Cultura”, le dijo Rodolfo Walsh cuando Soriano intentó cubrir Deportes en el diario Noticias. Y el Gordo, mascullando bronca, dio media vuelta y se fue.

Me retracto: Galeano sí sabía la diferencia entre un hincha y un fanático.

*Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=243793&titular=%22cerrado-por-f%FAtbol%22-(recordando-a-galeano)-

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Un FSM, vaciado de ideas, pueblos y lucha, se muda a Salvador de Bahía

Por: Aram Aharonian

Durante el último quinquenio ha proliferado el debate –entre movimientistas “puros” (en general aliados a las posiciones de la socialdemocracia europea y la Iglesia católica) y militantes sociales y políticos- sobre el futuro del Foro Social Mundial: ¿Qué relación debe haber entre partidos políticos anticapitalistas y movimientos sociales? ¿Qué vínculos con gobiernos progresistas de la región, qué estrategia ante el llamado de Hugo Chávez a impulsar una Quinta Internacional?

El Foro Social Mundial (FSM) nació en 2001 –hace 17 años- con la voluntad de ser un punto de encuentro de los movimientos sociales contrarios a la globalización neoliberal y constituirse en voz alternativa a las directrices del Foro Económico Mundial de Davos, que sigue reuniendo anualmente a empresarios y líderes políticos del capitalismo actual.

Cuando se anuncia para marzo un nuevo Foro Social Mundial en Salvador (Bahía), que corre el riesgo de pasar inadvertido por los ciudadanos a quienes se quiere conmover y movilizar, pocos parecen asumir que el mundo ha cambiado y el contexto en el que surgió es distinto al de hoy… aunque la lucha sigue siendo la misma.

Lo cierto es que en más de tres lustros, el FSM no estuvo exento de peligros como la rutinización, la oenegización, la cooptación, la burocratización la falta de participación de movimientos sociales reales, la dispersión, el copamiento.

Y hoy estamos transitando la crisis sistémica del capitalismo, con una crisis climática, política, social, alimentaria sin precedentes y a la puerta de la cuarta revolución industrial, es decir el efecto de las nuevas tecnologías en los trabajadores y la economía, así como las noticias falsas (fake news), la posverdad y la inteligencia artificial. De todo esto ni se hablaba en 2 001 en Porto Alegre…

Rita Freire, una de las animadoras del FSM de Salvador indica que esta edición, organizada con poco tiempo, escasos recursos – el apoyo de la Universidad Federal y del Estado de Bahía- y en una situación nacional e internacional compleja, cuenta con la fuerza y entusiasmo de los convocantes con la convicción que dejar de abrir el espacio del FSM a la resistencia, sería abdicar de lo que afirmamos en el 2001 en Porto Alegre. El problema es mayor cuando se cree que lo que faltan son recursos, cuando la real escasez es de ideas.

Si al principio del movimiento antiglobalización dominaban las tesis de “cambiar el mundo sin tomar el poder” de Toni Negri y John Holloway, la acuciante realidad hizo que el escenario del debate político y estratégico cambiara sustancialmente. Recién en 2007, en Belem do Pará se escenificó la primera muestra colectiva de rechazo a la crisis sistémica del capitalismo, destacando la necesidad de una ruptura con el mismo.

Durante el último quinquenio ha proliferado el debate –entre movimientistas “puros” (en general aliados a las posiciones de la socialdemocracia europea y la Iglesia católica) y militantes sociales y políticos- sobre el futuro del Foro Social Mundial: ¿Qué relación debe haber entre partidos políticos anticapitalistas y movimientos sociales? ¿Qué vínculos con gobiernos progresistas de la región, qué estrategia ante el llamado de Hugo Chávez a impulsar una Quinta Internacional?

¿Ha ganado peso e influencia el FSM desde que sus inicios? Seguramente es tiempo de discutir una actualización acorde a los tiempos, totalmente diferentes de cuando dos brasileños pensaron en la necesidad de un foro antiDavos. ¿Y Davos? Ah, al último Davos fueron más jefes de estado y primeros ministros que a la asamblea general de Naciones Unidas…

Es más, aquellos movimientos sociales que llevaron a nuestros presidentes reformistas (de izquierda, revolucionarios, como les quiera llamar) al gobierno, ya no estaban en las calles para defenderlos cuando hizo falta: sus dirigentes fueron cooptados (y burocratizados) para tareas del gobierno y los movimientos desmovilizados.

Lo cierto es que en el Foro Social Mundial ya no se debaten los temas cruciales, quizá porque a nadie se le ha ocurrido ponerlos en una agenda con demasiada inclinación onegeista y europeizante. Y si se discuten, quedará lo tratado entre los presentes, ya que no hay sistema de comunicación con los que no estaban en ese preciso foro.

Tampoco hay forma (ni estructura) de hacer una síntesis entre los paneles que tratan el mismo tema. O sea, los participantes solo acceden a saber que pasó en el panel donde estuvieron: las experiencias, los debates, las acciones no se socializan (o se hacen solo para ese pequeño sector). No sirve a los que luchan en contra de la realidad actual.

Los antes entusiastas y hoy críticos a la organización señalan que la tarea del FSM no es construir alternativas: es un espacio interno de los que participan, que se encuentran con otros igualmente motivados y convencidos, y vuelven a la sociedad más convencidos y más informados sobre lo mismo.

Frente a la crisis los retos se plantean como más urgentes que nunca. La escritora india Arundhaty Roy, ya en la cuarta edición del FSM en Mumbai (India), señaló la necesidad de abandonar discursos pomposos, discusiones intelectuales de café y debates baladíes, y ”centrarnos en blancos reales e infligir daño real”.

Los movimientos sociales internacionales son por ahora incapaces de encontrar una forma de conexión reticular que les permita actuar más conjuntamente y les cuesta mucho fijarse objetivos que vayan en una misma línea.

En inicios del milenio, el primer paso de muchos intelectuales y fuerzas políticas y sociales fue el de definir al enemigo, la globalización, para desde allí posibilitar que todos los que luchaban contra el mismo enemigo pudieran coordinar sus acciones. Pero si bien se logró conformar el movimiento, éste no coordinó luchas a escala mundial, como era de esperar. Se conformó con ser un movimiento de resistencia, no de acción, sin muchas otras formas de lucha más allá de los foros.

Mal nos pese, hoy el FSM es una fierecilla domada (la prensa hegemónica ni siquiera lo menciona), dispersa. La ofensiva ideológica de la globalización sigue, mientras el llamado reformismo latinoamericano continúa discutiendo el tema de la toma de poder.

En buena parte de los movimientos que integran el FSM se ha formado la idea básica de que no puede tratarse de tomar el poder, aun cuando en América Latina quedó demostrado que, con el poder en la mano, mucho se puede lograr para los pueblos. Sin el poder, seguiremos hablando, denunciando, lamentando… en una buena oportunidad para reunirse con los amigos, a veces a expensas de los trabajadores, campesinos, que son quienes aportan para el viaje de los delegados.

Muchas veces se confunde autogestión con desorden, con la falta más elemental de organización. Y con mesas autogestionadas donde solo se exponen las experiencias de cada uno, no se puede hablar de nivel intelectual, de debate, de coordinación para la acción, ni de la línea trazada (o sugerida) por un comité organizador, dotado de los elementos políticos, intelectuales, de primer nivel, como aquellos de los primeros años del FSM.

La fórmula del espacio que crea el debate más adecuado y eficiente en contra de la globalización neoliberal (hoy superada por la cuarta revolución industrial y en medio de la caída del multilateralismo) significa que es posible que a través de la acumulación de todos los sectores de la sociedad civil y de los movimientos sociales, se llegue a crear activistas con una visión holística.

Pero hasta ahora, esto no pasa. Cada organización tiene su tema, y ni siquiera aceptan sumarse en paneles. Esto crea una fragmentación, una pulverización y una falta de acción global, que son negativos, señala uno de los fundadores del FSM.

Hoy las viejas formas democráticas y republicanas son asediadas por populismos derechistas ultranacionalistas, se acentúa el autoritarismo y el proceso destituyente en la medida que los derechos sociales conquistados son conculcados, los dirigentes progresistas y sociales perseguidos, encarcelados y asesinados, crece la migración (incluso entre nuestros países), peligra el agua y la alimentación, crecen la desigualdad y el desempleo, junto a la crisis ecológica.

La agenda del foro de Salvador pareciera diseñada por ONGs europeas (al igual que la que se impuso durante la reunión de la OMC en Buenos Aires, dejando fuera de la discusión, por ejemplo, el acuciante tema del TLC Unión Europea-Mercosur). Ellos, siempre vendiendo espejitos.

La acción de muchas de estas organizaciones de la llamada sociedad civil han servido para imponer, en nombre de la democracia, gobiernos títeres que faciliten el saqueo de sus riquezas nacionales por parte de las empresas trasnacionales del norte, han servido para azuzar conflictos étnicos para garantizar políticas neoneocoloniales en África, y en los últimos años ayudaron a desestabilizar las naciones latinoamericanos que buscan un futuro para sus ciudadanos.

Los reveses del progresismo no suponen la extinción del proceso: sus causas no han cesado y tampoco las indignaciones y expectativas sociales que generan, y mucho menos la urgencia de encontrar soluciones alternativas a la problemática real de nuestra región.

La secretaría del FSM, que antes facilitaba el funcionamiento del Consejo Internacional, fue trasladada de Brasil a Marruecos y, obviamente la relación del Foro con el Estado brasilero se congeló con la entrada del gobierno de facto encabezado por Michel Temer. Para las organizaciones de Bahía, tiene un valor particular el deseo de protagonizar un Foro dedicado a la resistencia, señala Rita Freire, una de las animadoras del FSM de Salvador.

Hay temas de enorme actualidad que deben ser discutidos juntos con los movimientos y organizaciones sociales, como la lucha contra la domesticación mediática corporativa; las estrategias para incidir y cambiar sistemas y políticas de comunicación; la creación y promoción de recursos alternativos, agrega Freire.

Eso obliga a entender los mecanismos de filtro de Internet, ya que la protección de datos personales es absolutamente vulnerable. Se trata de defender principios para garantizar la neutralidad de la red y la privacidad, lo que está siendo demolido desde Estados Unidos en los últimos meses. La cuarta revolución industrial es un debate que va desde los medios populares a los movimientos sindicales en el FSM, dice desde Suiza.

Es necesario dejar de ver al Sur con ojos del Norte. La actividad de las organizaciones sociales no es para mostrar miseria sino para destacar la cooperación, la complementación, la solidaridad, valores difíciles de hallar en la información del Norte. Y ese es un problema ético.

Pero el tema del cambio climático parece no estar entre las prioridades de los organizadores. Como dijo el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, el capitalismo jamás va a ser de color verde, con excepción de los billetes de un dólar estadounidenses. ¿Y el altermundismo?

Estamos en una profunda crisis de gobernabilidad, de derrota cultural y seguimos reeditando un nuevo capítulo de la resistencia que ya lleva más de 525 años. Ya sería hora de pasar de la denunciología a la etapa de construcción de las alternativas unitarias de lucha. Si no, aquello de que otro mundo es posible (y necesario) quedará apenas como un pegadizo slogan más de tiempos mejores.

La idea que el FSM no pueda ganar espacio internacionalmente, seguramente le encantará a los dueños del mundo, los de la cofradía de Davos, a Trump, Orban, los fanáticos del Brexit, Temer, Macri… y siga contando.

*Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=238153

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En busca del pensamiento crítico perdido

Por: Aram Aharonian

En los últimos años, América Latina y el Caribe ha sido una región con enorme dinamismo, originalidad en bregar contra políticas neoliberales y ajustes políticos y sociales regresivos, aun en un mundo con notorios retrocesos globalizadores, y sufriendo la negativa y desmoralizadora influencia de radicalismos superficiales enunciativos que, al frustrase, configuran un escenario sin salida, sin otra alternativa que resignarse.

No cabe duda que lo ha hecho con vaivenes y, en gran medida no solo debido a que se generaron cambios de escenarios y posicionamientos con fuertes polarizaciones. Los procesos populares no fueron acompasados – como sí ocurrió en otras épocas en la región- por imprescindibles análisis de fondo y debates críticos originales y propuestas firmes y consistentes, no repetitivas, y por supuesto no basados en recetas dogmáticas envasadas. Hubo una llamativa distancia entre los enunciados y las acciones concretas.

Fue a partir de 1492 cuando Europa logra ponerse como centro y constituir discursivamente a las demás culturas como periferias, y usó la conquista de Latinoamérica y el Caribe para sacar una ventaja comparativa determinante con respecto a sus antiguas culturas antagónicas (turco-musulmana).

Las diferentes formas de conocimiento eurocéntrico se construyeron ‒ y lo peor es que aún hoy lo hacen ‒ bajo una concepción de modernidad excluyente. Desde la llegada a América, Europa se erige como modelo único de toda la civilización, entonces se torna necesario poder vislumbrar qué se se derivó de un eurocentrismo dominador e impositivo y, a partir de allí, cómo no fue posible controlar la economía, la autoridad, el género y la sexualidad, y en definitiva, la subjetividad.

Llamativamente, numerosos teóricos, académicos, “expertos”, desembarcaron en la América latina del nuevo milenio para ayudar a los gobiernos progresistas de la región a encauzar sus procesos liberadores y socialmente justicieros, de acuerdo con su idiosincrasia, conocimientos, memoria e ideología europeas (a veces presentados como marxistas o gramscianos), tomando posiciones terminantes en relación a ricas pero complejas experiencias en América Latina inexistentes en el viejo continente, desplegando la “teoría de los posible”, contra las posibilidades de revoluciones, o siquiera de cambios o medidas imprescindibles para priorizar la defensa de los intereses sociales o nacionales.

Algunos de los expertos “desembarcados” en los últimos tres lustros en la región han aportado sus conocimientos a los procesos progresistas, muchos otros quisieron imponer su “debe ser”, basados por supuesto en la priorización de otros intereses. Éstos, aún pudiendo ser genuinamente solidarios o de perfil progresista, actuaron por preconceptos ideológicos y la superficialidad, descontextualización de opiniones, posiciones y propuestas.

A no dudar, debemos repudiar terminantemente la estigmatización de los extranjeros en cualquier lugar del mundo, pero para ello es imprescindible partir del reconocimiento de que se trata de una problemática común a la relación, sino que la problemática es común a la relación de países centrales y periféricos o aún entre países mayores y menores subalternos, en forma paternalista, de hecho habitualmente degradante aun vestidas con las mejores intenciones.

Hoy siguen, en muchos casos, condicionando el desarrollo de las políticas de reformas estructurales en nuestros países, a veces con buena intención, otras representando a sus patrocinadores, entre ellos bancos, trasnacionales financieras, calificadoras de riesgo, partidos políticos del establishment y, sobre todo, paralizando progresos impensables en la realidad de países centrales.

El pensamiento crítico quedó atrapado en la disyuntiva de dar su apoyo a los gobiernos progresistas por sus logros en materia social o señalar las contradicciones y límites de su proyecto, contradicciones manifiestas en la peculiar forma que adopta la dominación, señala el uruguayo Raúl Zibechi. Debe señalarse que muy a menudo los nuevos temas no llegaron de la mano del aporte de pensadores ya reconocidos e institucionalizados, sino que provienen de pensadores/activistas o investigadores/militantes, añade.

En el congreso del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en Bogotá, la socióloga mexicana Beatriz Stolocwicz señaló que el desconcierto que se observa actualmente entre los científicos sociales de la región es, en buena medida, resultado de que durante varios años los análisis serios fueron desplazados u opacados por la propaganda.

Añadió que el “mainstream de izquierda” en las ciencias sociales opera como una zona de confort, con algunas ideas de las que se echa mano para todo, usadas casi como consigna, lo que es cómodo para mantenerse en el candelero de la opiniología, pero no explica adecuadamente la realidad, y tampoco las importantes transformaciones ocurridas en este nuevo siglo en la reproducción del capitalismo en América Latina.

Hay que tener una mirada más larga que capte las lógicas de la estrategia dominante y sus adecuaciones tácticas en las últimas cuatro décadas. El humanista Javier Tolcachier plantea una autocrítica política, ya que en la división internacional y nacional del trabajo, a algunos, por tradición y acumulación histórica, les toca pensar y a la inmensa mayoría no.

Y pensar todos –o pensar entre todos- significa no repetir los cánones de una academia anquilosada elitista decadente, que tiende a reproducirse y permanecer, como todo statu quo. “Pensar es casi siempre pensar originalmente, al menos intentarlo, aunque lo pensado ya haya sido masticado con salivas ajenas. Es el mismo hecho de pensar el que libera”, señala.

El diálogo, la democratización del debate significa sobrepasar los límites de la academia o de los ilustrados, para anclarse en la realidad y en las vivencias, en las opiniones diversas de quienes hablan de otras cosas y de modos diferentes a los de la academia.

El subcomandante insurgente Moisés, del Frente Zapatista de Liberación Nacional, señaló este primero de enero, al cumplirse 24 años su lucha: (…). vamos a ver si se puede vivir con dignidad sin malos gobiernos, sin dirigentes y sin líderes y sin vanguardias, que mucho Lenin y mucho Marx y mucho trago, pero nada de estar con nosotros. Mucho hablar de lo que debemos o no hacer, y nada de práctica. Que la vanguardia, que el proletariado, que el partido, que la revolución, que échate una cervecita, un vinito, un asado con la familia”.

“Pues ni modos, pensamos, creo que la vanguardia revolucionaria está ocupada en probarse trajes y palabras para el triunfo, así que tenemos que darle según nuestro modo, como indígenas zapatistas (…) Falta saber qué vas a hacer”.

Para crear o remodelar el nuevo instrumento político hay que cambiar primero la cultura política de la izquierda y su visión de la política, que no puede reducirse sólo a discursos, consignas, a las disputas políticas institucionales por el control del parlamento, por ganar un proyecto de ley o unas elecciones, peleas donde los sectores populares y sus luchas son los grandes ignorados.

La política no puede limitarse al arte de lo posible, debe convertirse en el arte de hacer lo “imposible” –que es factible e imprescindible–, construir fuerza social y política capaz de cambiar la correlación de fuerzas a favor del movimiento popular. Y para eso se necesita una hoja de ruta basada en n pensamiento crítico renovado, acorde con nuestras realidades.

Para ello es necesario que las organizaciones políticas expresen un gran respeto por el movimiento popular, que contribuyan a su desarrollo autónomo, dejando atrás todo intento de manipulación e imposición. Los movimientos populares rechazan, con razón, las conductas hegemonistas que intentan imponer intelectuales y académicos con una soberbia que oculta, en general, mediocridad, inseguridad o descalificación impositiva, con variados intereses, jugando muchas veces el papel de guionistas de gobiernos progresistas.

¿Una nueva teoría crítica?

Los análisis sobre la teoría crítica latinoamericana comparten un núcleo de interrogantes que van definiendo la naturaleza de la teoría. ¿Qué tipo de transformaciones necesita el proyecto de la “teoría crítica” para posicionar temas como el género, la raza y la naturaleza en un escenario conceptual y político? ¿Cómo puede ser asimilada la “teoría crítica” en el proyecto latinoamericano de modernidad/colonialidad, liberado del discurso academicista y eurocéntrico?

Según Enrique Dussel, Europa se autoproclama desde 1492 “centro” de la Historia Mundial, constituye de ese modo, por primera vez en la historia, a todas las otras culturas como su “periferia”, y torna a la modernidad una justificación de una praxis irracional de violencia sobre la periferia, ya que su autoproclamación como “centro” está basada en varias premisas que componen, precisamente, el “mito de la modernidad”:

Entre ellas, Dussel señala que la civilización moderna se autocomprende como más desarrollada, superior (lo que significará sostener sin conciencia una posición ideológicamente eurocéntrica), que la superioridad obliga a desarrollar a los más primitivos, rudos, bárbaros, como exigencia moral. El proceso propuesto por Europa es unilineal, lo que determina una falacia desarrollista, indica.

Todo por fuera del modelo de civilización de Europa es considerado bárbaro, por ello, en último caso se habla de una guerra justa colonial donde se legitima la violencia si fuera necesaria, para destruir los obstáculos de la tal modernización y, al estar basada en la alteridad, esta visión produce víctimas y victimarios, colonizados y colonizadores; donde el héroe civilizador inviste a sus mismas víctimas del carácter de un sacrificio salvador (el indio colonizado, el esclavo africano, la mujer, la destrucción ecológica de la Tierra, etcétera).

Es a partir de la década del 1960 que las ciencias sociales se han visto repensadas por diferentes corrientes de pensamiento crítico que buscan analizar el mundo actual, la política global y las relaciones sociales desde paradigmas y epistemologías que sirvan para interpretar las concentraciones del poder. En un contexto histórico de particular impulso y creatividad, América Latina brindó enormes aportes vitalizadores.

El debate crítico de las ciencias sociales, supera las áreas de economía, sociología, historia para alcanzar las relaciones internacionales, y hoy se hace necesaria la configuración desde Latinoamérica de otro conocimiento, de un pensamiento postcolonial, que debe incorporar no solo lo producido académicamente sino nutrido de las experiencias de resistencia, lucha y construcción de nuestros pueblos.

Aníbal Quijano señala que el pensamiento decolonial tiene como razón de ser y objetivo la decolonialidad del poder, es decir, de la matriz colonial de poder: Pues nada menos racional finalmente, que la pretensión de que la específica cosmovisión de una etnia particular sea impuesta como la racionalidad universal, aunque tal etnia se llame Europa occidental.

Para lograr una perspectiva latinoamericana se debe pensar por un momento desde el otro lado de las carabelas de Colón: ¿qué implicó la modernidad para aquellos que ya habitaban el territorio de la actual América Latina? La llegada de la modernidad a América Latina, lejos de reconocernos como un otro, implicó la imposición de una ideología eurocéntrica legitimadora de las prácticas político-sociales y económicas que se dieron posteriormente.

El portugués Boaventura de Sousa Santos admite que las ciencias sociales atraviesan un momento de crisis reflejada en la renovación y expansión con respecto a la visión eurocéntrica o de cualquier centro de poder hegemónico, crisis que se ha hecho posible gracias a las luchas sociales de los últimos treinta o cuarenta años en varios continentes (campesinos, feministas, indígenas, afrodescendientes, trabajadores urbanos, pequeños productores, ecologistas, de derechos humanos, contra el racismo y la homofobia, etc.), en muchos casos con demandas fundadas en universos culturales no occidentales.

Por ello se hace necesario el desprendimiento de la retórica vacua de una modernidad copiada y de su imaginario imperial articulado en la retórica de la democracia a la europea o estadounidense, hoy por cierto muy deteriorada y vulnerada por la creciente peligrosa regresividad y marginación que se observa en sus sociedades.

El nuevo pensamiento crítico debe surgir desde la diversidad (étnica, cultural) y de las historias locales que por más de cinco siglos se enfrentaron con la visión eurocéntrica como la única manera de leer la realidad.

Es comenzar a vernos con nuestros propios ojos, para superar los estrechos márgenes impuestos por la visión totalizadora de la modernidad excluyente, para indagar en otros saberes, otras prácticas, otros sujetos, otros alternativos a este orden. Latinoamérica ha demostrado que tiene la capacidad ética, política e intelectual de responder al reto de contribuir con sus saberes y sus prácticas a una sociedad equitativa, incluyente y democrática, y a un modelo de vida sostenible para la mayoría de los presentes y futuros habitantes del planeta.

El pensamiento crítico latinoamericano es, a pesar de sus críticas al eurocentrismo, muy eurocéntrico y monocultural. La riqueza del pensamiento popular, campesino e indígena ha sido reiteradamente desperdiciada. No se trata solamente de un nuevo pensamiento crítico, se trata de una manera diferente de producir pensamiento crítico.

El pensamiento crítico no ha sabido hasta hoy teorizar las posibilidades de superar las contradicciones, las separaciones, las tensiones entre las subjetividades de ciudadanos organizados, mujeres, indígenas, migrantes, campesinos, afrodescendientes, y promover alianzas estratégicas y sustentables entre estos movimientos, esto es, alianzas que no escondan la exclusión de algunas subjetividades bajo la apariencia de su inclusión.

En nuestra región, muchos de los movimientos que luchan contra la injusticia social no se consideran ni en el capitalismo ni en las versiones conocidas del socialismo. Se debe pensar también en estas concepciones contrahegemónicas de democracia y de derechos humanos más allá del modelo liberal y occidental.

Se debe pensar la democracia como la transformación de todas las relaciones de poder (explotación, patriarcado, diferenciación étnico-racial, fetichismo de las mercancías, comunitarismo excluyente, dominación cultural y política, intercambio desigual entre países) en relaciones de autoridad compartida, teniendo en cuenta el cuadro de situación: navegamos en las aguas de la crisis del capitalismo como sistema histórico, primordialmente especulativo, rentista y expropiador, que sólo puede reproducirse agudizando contradicciones incurables.

Los éxitos que ya ha tenido el neoliberalismo es una medida de los problemas en el pensamiento de la izquierda, tanto para pensarse a sí misma como para pensar a los dominantes. Una izquierda o un progresismo que además de vaciamiento teórico muestra un insuficiente conocimiento histórico, lo que la lleva a enredarse en los discursos doctrinarios que dan forma y encubren los objetivos capitalistas; y que tiene déficit investigativos que le dificultan distinguir entre discurso y proyecto dominantes, señala la mexicana Stolowicz.

La estrategia capitalista tiene como uno de sus ejes la seguridad para el capital sobre la propiedad: sí garantiza las condiciones de su reproducción basadas en formas de acumulación originaria (expropiación, saqueo, control territorial directo sobre las materias primas y los recursos energéticos, el agua, la biodiversidad, además de imponerle a las regiones más débiles sus desechos tóxicos).

Otro de los ejes es la seguridad frente a la pérdida irremediable de la cohesión social, lo que implica domesticar a los oprimidos, proclives cada vez más a la protesta y la rebeldía.

Lo opuesto del pensamiento crítico es el conformismo, cínico o resignado. La conciencia social latinoamericana respalda una voluntad del cambio social, con una crítica al orden capitalista que abre posibilidades para una superación de las relaciones de explotación y subalternidad. Los que están en deuda son la academia y la llamada intelectualidad, ancladas en el pasado, sordas a la realidad de nuestros pueblos, muchas veces funcionales a gobiernos pero no a procesos emancipadores y populares .

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236252&titular=en-busca-del-pensamiento-cr%EDtico-perdido-

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El futuro de los medios populares depende de una internet ciudadana

Por: Aram Aharoiam

Nos sorprende hasta a nosotros, dinosuarios anteriores a la llamada “revolución” tecnológica digital, pensar cómo funcionaríamos sin celular, sin redes ni correo electrónico, sin guglear, mientras nos intentan seducir con la comodidad del mundo tecnológico, con un robot que haga la limpieza de la casa y nos avise si entran ladrones…

Todo este seductor avance tecnológico esconde el fin de la seguridad, la vigilancia sin límites, la recolección indiscriminada de nuestros datos personales para enriquecer a megaempresas, la pérdida masiva de puestos de trabajo con la robotización y automatización. Y ni siquiera podemos echarle la culpa a algún fulano, sino que la tienen los algoritmos –que no tienen nada de transparentes ni de equitativos.

Hoy debemos analizar la integración vertical de proveedores de servicios de comunicación con compañías que producen contenidos (por ejemplo, ATT&T compra HBO y Times-Warner), la llegada directa de los contenidos (informativos, recreativos) a los dispositivos móviles, donde la televisión pasará a ser una pantalla más, la trasnacionalización de la comunicación y sobre todo de los temas de vigilancia, manipulación, transparencia y gobernanza en Internet. Ah, y del video como formato a reinar en los próximos años.

Hoy cinco de las 10 empresas de mayor cotización en la bolsa son del sector tecnológico y las tres del podio son Apple, Google y Microsoft . Sí, el problema es la concentración oligopólica: por el lado gráfico, 1.500 periódicos, 1.100 revistas, 9.000 estaciones de radio, 1.500 televisoras, 2.400 editoriales, están controlados por apenas seis trasnacionales.

Los riesgos de este modelo concentrador de las tecnologías digitales van mucho más allá de lo que ahora conocemos como Internet. En diversos sectores de la economía y la gestión político-social, se están produciendo cambios internos facilitados por la agregación y el análisis de datos (lo que se conoce como big data ). Son solo las grandes entidades (empresas transnacionales, gobiernos poderosos) que tienen la capacidad de almacenar y procesar tal cantidad de datos y de transformarlos en algoritmos, que son la base de la inteligencia artificial.

Nuestros datos se han convertido en el principal insumo de la nueva economía digital, dado que Internet se ha convertido en el sistema nervioso central de la economía global, así como del conocimiento, la información, la política y la vida sociocultural de la humanidad, lo que significará, de no producirse cambios en la gobernanza de la red de redes, en nuevas dependencias de nuestros países.

Es que cuando se trata de sistemas internacionales, no existe ningún organismo facultado para normar muchos aspectos de los flujos de datos, y mucho menos para supervigilarlos. Los nuevos monopolios digitales están explotando este vacío de regulación y supervisión para consolidar aún más su poder, y negocian a puerta cerrada las regulaciones que decidirán el futuro de la red, con muy poca o ninguna incidencia real de la ciudadanía.

Internet y el ciberespacio son el escenario de disputas de poder, donde las grandes potencias y corporaciones trasnacionales protagonizan una pugna mundial por conquistar y dominar esta nueva dimensión, integrándola en el marco de los conflictos geopolíticos, geoeconómicos y militares. Por eso, es un reto urgente de nuestras sociedades rescatar la Internet ciudadana, antes de que sea tarde.

 

Y las decisiones sobre estas cosas no son técnicas, sino políticas: es imprescindible mantener el carácter abierto y descentralizado de la red mundial de computadoras, discutir privacidad y protección de datos en un mundo en que no sólo las personas, pero las cosas (coches, heladeras, aviones, casas) están y estarán cada vez más interconectadas.

Un tratado sobre las corporaciones digitales debiera ser claro y plenamente aplicable a las empresas que operan en el mundo en línea, y preservar el derecho democrático de los pueblos a tomar las decisiones de política pública, que debe reconocer que son entidades globales, que deben estar sujetas a normas globales, lo que exige contar con un mecanismo para hacer cumplir estas normas globales.

Pero las megaempresas tienen capacidad de cooptar a los Estados. Las negociaciones de los tratados bilaterales y multilaterales de libre comercio TPP, TPIP y TISA, del Mercosur-UE, reducirán la capacidad de los Estados periféricos para proteger la privacidad y otros derechos ciudadanos.

Según los últimos cálculos, en el mundo hay unos 10 zetabytes de información (un zetabyte es un 1 con 21 ceros detrás), y la única manera de interpretarlos es con máquinas. El DeepLearning es la forma como se hace la Inteligencia Artificial: son redes neuronales que funcionan de manera muy similar al cerebro, con muchas jerarquías. Apple y Google y todas las Siri en el teléfono, todos lo usan.

Hoy el control emerge de la conjunción de medio, transporte y contenido. Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos. El Big Data permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones, y preocupa lo fácil que está siendo convertir la democracia en una dictadura de la información, haciendo de cada ciudadano una burbuja distinta.

Está de moda hablar de las noticias falsas, que en realidad son prácticas milenarias, que hoy son mucho más poderosas por su velocidad, potencia y bajo costo de producción. Son como el cáncer de la web que nacen como consecuencia de los modelos de negocios de Google, Facebook, Twitter y los miles de sitios que cada día intentan captar la atención en un mundo de concentración informativa y crisis del periodismo.

Las llamadas fake news es información falsamente descriptiva que busca manipular a la audiencia sin importar su propósito. Pero hasta que se creó la web, el acceso a audiencias masivas estaba monopolizado por quienes concentraban el poder político o los dueños de diarios, radios y canales de TV. La llegada de las redes sociales multiplicó el alcance de los internautas exponencialmente, dinamitando ese control primario de la información.

Ante el desastre producido por los terremotos el presidente mexicano Peña Nieto instó a los ciudadanos‘‘no dejarse engañar ni confundir por la desinformación o noticias falsas de las redes sociales.

Aquella metáfora, en el filme The Truman Show, por la cual un hombre es sólo parte de un reality show dentro del cual cree haber nacido y vivido toda su existencia, según un guion ajeno que desconoce, nos plantea si no seremos un sueño inventado por los medios masivos de comunicación,

El negocio de la televisión y el cine está experimentando un cambio rápido a medida que el streaming de video gana terreno sobre los modos tradicionales de visualización. En los últimos años, el proveedor de cable Comcast compró a NBC Universal y DreamWorks. Disney compró a Marvel, Lucasfilm, e invirtió en el servicio de streaming MLB Advanced Media. Verizon compró a AOL y Yahoo para alimentar sus propias ambiciones de contenido y publicidad.

Todas esas megaempresas de Internet acumulan información sobre cada uno de nosotros cada vez que utilizamos la web, que ellos comercializan vendiéndola a otras empresas o a la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. Una sociedad conectada es una sociedad espiada y una espiada es una sociedad controlada.

Hoy más que nunca, la dictadura mediática, cada vez en manos de menos generales de las corporaciones, busca garantizarse hegemónicamente la imposición de imaginarios colectivos, narrativas, discursos, verdades e imágenes únicas. Es el lanzamiento global de la guerra de cuarta generación a los usuarios digitalizados del mundo. ¿Será el inicio de la guerra de quinta generación?

A veces pienso que en esta guerra ideológica nos llevan a combatir en escenarios de batalla equivocados o perimidos, mientras ellos desarrollan sus estrategias, tácticas, ofensivas en nuevos campos. Todo cambia, mientras nosotros, desde el campo popular parece que estuviéramos anclados, aferrados, a los mismos reclamos y reivindicaciones.

¿De qué estamos hablando cuando reclamamos la democratización de la comunicación y de la información? ¿Para qué queremos nuevos medios, nuevas frecuencias si no contamos y sumamos nuevos contenidos que tengan que ver con nuestras idiosincrasias, nuestras luchas, nuestros anhelos, nuestra memoria?, preguntan unos. ¿Cuándo vamos a construir nuestra propia agenda y dejar de ser reactivos a la agenda del enemigo? ¿Cómo vamos a romper esta ilógica lógica comunicativa desde organizaciones verticales? La horizontalidad ayuda a construir unidad, en procesos de organización, con movilización, señalan desde los movimientos sociales.

Lo cierto es que la vieja caja de herramientas ya no nos sirve. La academia poco nos ha ayudado en los últimos 40 años y no ha sumado teoría a la praxis elaborada por nuestros pueblos. De eso es de lo que debemos hablar: cómo y con qué herramientas luchar en estos nuevos campos de batalla.

Este texto es la introducción el tema de Medios, en Diálogos por una Internet ciudadana: NuestrAmérica rumbo al Foro Social de Internet, Quito 27 de setiembre de 2017.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232173&titular=el-futuro-de-los-medios-populares-depende-de-una-internet-ciudadana-

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Venezuela: la única verdad es la realidad-real, ¿y ahora qué?

Por: Aram Aharonian

Tras las elecciones regionales, en Venezuela parece abrirse un nuevo momento con un Gobierno consolidado desde lo institucional pero invisibilizado y denostado por la derecha trasnacional, en un país que seguirá afrontando grandes dificultades en lo económico y financiero, y una oposición que deberá rearmar su discurso y su accionar si pretende disputar la elección presidencial de finales de 2018 tras los comicios para alcaldes a realizarse entre diciembre próximo y el primer trimestre del año próximo.

Entre otros, el analista político Leopoldo Puchi asegura que el proceso “abre las puertas a continuar en una vía electoral y democrática” ya que actualmente existe un cierto grado de equilibrio en el terreno electoral. Indicó que estos comicios obligan a trabajar en función del nuevo periodo electoral para escoger al nuevo Presidente del país, lo cual, a su juicio, debe celebrarse dentro de un marco de acuerdo entre Gobierno y oposición.

Antes del 15 de octubre, de los 23 estados, 20 gobernadores pertenecían al oficialismo y tres a la oposición. Hoy el oficialismo suma 18 y la derecha cinco (cuatro de ellos de la socialdemócrata Acción Democrática), después que el Consejo Nacional Electoral confirmara al oficialista Justo Noguera Pietri como gobernador del Estado Bolívar, con una diferencia del 0.26% de los sufragios.

Numeritos

En esta elección compitieron 226 candidatos de 76 organizaciones políticas. El padrón electoral contó con 18.094.065 votantes para lo cual se habilitaron 13.559 centros de votación con 30.274 mesas electorales. Se registró un incremento en la participación electoral de 7,2 % respecto al proceso del 2012 situándose en el 61,14 % (índice de abstención de 38,86 %, quizá el más bajo en Latinoamérica para elecciones regionales).

Luego del proceso electoral del 15-O, nueve son los gobernadores que seguirán al frente de sus estados: Apure (Ramón Carrizalez 51,96% ); Barinas (Argenis Chávez 53,04% ); Cojedes (Margaud Godoy 55,61% ); Delta Amacuro (Lizeta Hernández 59,34% ); Monagas ( Yelitze Santaella 54% ); Sucre (Edwin Rojas 59,71% ); Trujillo (Henry Rangel Silva 59,88%); Vargas (Jorge Luis García Carneiro 52,88%) y Yaracuy (Julio León Heredia 62%). De las siete candidatas presentadas, cinco se alzaron con gobernaciones.

Zulia es el estado con mayor número de electores y también de las mayores reservas de petróleo y gas del continente y es uno de los estados en donde resultó victoriosa la oposición: el candidato de Primero Justicia, Juan Pablo Guanipa, se impuso con el 51,6 % de los votos

Miranda (que incluye los barrios de clase media alta caraqueños) es el segundo estado en número de electores con más de dos millones y fue en los últimos tiempos un bastión de la oposición Tras las derrotas consecutivas de Diosdado Cabello y Elías Jaua como candidatgos a la gobernación de Miranda -ambos ante Henrique Capriles Radonsky-, uno de los datos más interesantes de la elección es la aparición en escena de Héctor Rodríguez, de la nueva generación del PSUV.

Rodríguez –ex ministro de Educación y de Deportes- , logró imponerse frente al candidato de la MUD, Carlos Ocariz, alcalde dell municipio Sucre y dirigente de Primero Justicia, con el 52,54 % de los votos frente al 45,92 Actualmente, sobre Capriles pesa una inhabilitación por 15 años por estar involucrado en hechos de corrupción durante su gestión como gobernador durante los años 2011, 2012 y el primer trimestre de 2013.

Estos comicios dejaron en claro que Miranda debe dejar de verse desde el ombligo de la percepción de los estratos A y B de la población; y que Primero Justicia –que jugaba de bisagra entre los radicales de la resistencia terrorista y los pragmáticos electoralista- no tenía “la vaca atada”, sino que se estaba resquebrajando internamente (Julio Borges y Ocariz vs Capriles Radonsky, por ejemplo), mientras AD y Voluntad Popular esperaban recoger la leña del árbol caído.

En Carabobo, en tercer lugar con 1,5 millones de electores, se impuso el oficialismo con el 51,96 %. El cuarto estado con más electores es Lara, donde triunfó la exministra Carmen Meléndez –almiranta en jefe- sobre uno de los líderes de la oposición Henry Falcón, de pasado chavista, quien fue dos veces gobernador

Las condiciones en el país siguen siendo de apremio económico y alimenticio, de asfixia financiera internacional, pero el resultado de las elecciones regionales muestra nuevamente la poderosa maquinaria electoral y de movilización de masas del oficialismo, pese al efecto desencanto que se deriva de la inflación, el desabastecimiento y los sucesivos errores de una burocracia ineficiente, ineficaz y corrupta, según la calificara en octubre de 2013 el presidente Hugo Chávez.

El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus socios han ganado 18 de las 23 gobernaciones. Según muchos analistas, desde los hechos de violencia, terrorismo y desestabilización producidos por la oposición entre abril y julio últimos, ha aflorado nuevamente el soporte afectivo construido por el liderazgo de Chávez en el imaginario popular venezolano.

Y demuestra que las despiadadas campañas de desprestigio y desaliento desarrolladas dentro y fuera del país en los últimos cuatro años, naufragan ante la confrontación de esa realidad-virtual (hoy llamada posverdad, antes apenas mentiras) ante la realidad-real, cotidiana, verificable.

La convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el 1 de mayo último, demostró la posibilidad real que tiene el PSUV de “despertar” las afiliaciones e identificaciones carismáticas construidas en torno a Chávez, señala Juan Romero en 15yUltimo. El presidente Nicolás Maduro se vio precisado a cambiar su discurso político, insistiendo más en un compromiso en la búsqueda de salidas negociadas y el diálogo que en la confrontación permanente, desgastadora e improductiva.

Las elecciones regionales (generalmente con menos afluencia que en las nacionales) le dieron al PSUV unos cinco millones y medio de votos, que representa unos dos millones 650 mil sufragios menos de los alcanzados dos meses y medio atrás, cuando la elección de los constituyentes. Pero también la oposición perdió votos (obtuvo 4.776.214), si se comparan los de estos comicios con los de parlamentarios de 2015 (7,7 millones).

La oposición pagó sus errores, su falta de credibilidad, su ausencia de ideas, políticas incongruentes y de contramarchas permanentes, divisiones internas, dispersión del liderazgo (más entusiasmado éste con viajes al exterior y selfies con gobernantes y parlamentarios de derecha estadounidenses, latinoamericanos y europeos). Pero, a pesar de ello, de las tres gobernaciones que tenía, pasó a contar con cinco.

Escenarios  

En términos absolutos, los números brindan estabilidad al Gobierno, pues en el eje central controla el epicentro (Aragua, Carabobo, Distrito Capital, Miranda y Bolívar), sin menospreciar la pérdida que sufrió en Zulia, Táchira y Mérida, que en una lógica geopolítica, es por demás peligrosa.

En Zulia y Táchira los gobernadores Francisco Arias Cárdenas y José Vielma Mora, dos militares que acompañaron a Chávez en la asonada del 4 de febrero de 1992- pretendieron repetir en las gobernaciones, pero se encontrar con el rechazo de las bases, mientras la dirigencia del PSUV no atinó a oir los reclamos de un recambio, incluso generacional. Arias y Vielma fueron blanco del voto castigo, por su incapacidad de combatir meses de violencia y el contrabando de extracción hacia Colombia.

Los 2.218 km2 de la frontera occidental y suroccidental venezolana es limítrofe con Colombia, país clave en la estrategia de desarrollo del Comando Sur estadounidense, con ocho bases militares con personal y equipo de tropas y de transporte norteamericano y en la estrategia de agresipon (incluso militar y paramilitar) contra Venezuela.

Colombia, a través de sus Fuerzas Especiales viene realizando, asimismo, ejercicios de entrenamiento de otras fuerzas especiales en todo el continente, dirigidos por EEUU.

Asimismo, los gobernadores de la oposición ganadores en los estados fronterizos, fueron instigadores del terrorismo de calle desatado por cuatro meses (abril a julio) lo que augura un escenario de alta conflictividad y desestabilización. No se debe olvidar que el director de la CIA, Mike Pompeo, dejó en claro que Colombia está dispuesta a colaborar en “la recuperación de la democracia en Venezuela”

Uno de los escenarios que plantea la geopolítica estadounidense en Latinoamérica es la de favorecer y alentar planes secesionistas (como en el caso de la Media Luna boliviana). Zulia, Táchira y Mérida cuentan con enormes recursos -agua, coltán, petróleo, gas, bioma- y pueden ser cabeza de algún plan separatista alentado por Washington y Bogotá.

Ya Juan Pablo Guanipa y Laidy Gómez (quien apabulló con 63,3% de los votos), electos gobernadores de Zulia y Táchira, han hablado de separatismo y de abrir la frontera con Colombia (quizá para dar entrada a grupos paramilitares y narcotraficantes).

Tampoco se puede olvidar que Colombia mantiene históricas demandas sobre el Golfo de Venezuela, zona con petróleo extraíble superior a los 543.000 millones de barriles y reservas de gas superiores a los 192 millones de pies cúbicos.

Hablando de democracia

No hay límites para el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, quien en su afan de desestabilizar Venezuela no solo desconoce la victoria democrática del chavismo sino que directamente llama a respaldar a “la dirigencia opositora en el exilio” sumándose al plan estadounidense de Donald Trump.

Siguiendo el libreto de Washington, los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, consideraron urgente una auditoría independiente de todo el proceso electoral, con el acompañamiento de observadores internacionales especializados y reconocidos, con el fin de aclarar la controversia generada sobre los resultados de dicho comicios y conocer el verdadero pronunciamiento del pueblo venezolano. ¿Controversia?

El dirigente de la Mesa de la Unidad (MUD), Jesús “Chuo” Torrealba, consideró que “la oposición no respondió al pueblo como debió”, y explicó que si la oposición tiene con qué mostrar que hubo fraude, entonces esta debió constatarlo con sus actas de cada mesa.

“La declaración de la MUD me preocupa porque no se entiende. No se trata de que crees o no crees en los resultados. Se trata de que la oposición tiene testigos en todas las mesas y tiene copia en cada una de esas actas de mesa. Lo que tiene que decir es ‘aquí tengo las actas, tengo aquí los resultados y no coinciden’”, puntualizó.

Henry Ramos Allup, máximo dirigente de la opositora Acción Democrática, cuestionó las declaraciones de Almagro, sobre la participación de la oposición en las elecciones regionales.“Yo creo que Almagro está completamente equivocado, porque cuando nosotros fuimos a estas elecciones parlamentarias, ¿era que estábamos convalidando al Gobierno?”, cuestionó.

“Se reconocerá lo que deba reconocerse y se impugnará lo que no “, dijo Ramos Allup, quien calificó los comicios regionales como un fraude sistémico: “ son los hechos que rodean el voto. Las máquinas se auditan, ahí no está el fraude. No es que yo voy a darle sí a la máquina y va salir no. El fraude está en que agarras 700 y pico de mil de electores y los cambias horas antes, y hasta en el mismo momento, ellos llegan y no saben dónde votar ”, señaló.

De acuerdo a dirigentes de la oposición hay que entender por “trampa” las irregularidades en que habría incurrido el CNE previamente al proceso electoral. Por otro lado, “fraude” sería el cambió o manipulación de los resultados una vez ocurridos los comicios.

Angel Oropeza, coordinador de la MUD señaló que es perfectamente posible que los números ofrecidos por el CNE sean fieles a lo ocurrido el 15 de octubre, y esto a pesar de lo que hayan dicho las encuestas y los análisis. Aclaró que aún así habría que cantar trampa, porque, según él, la lista de actividades “irregulares previas al acto es extensísima”.

“Responsablemente digo, nosotros perdimos, así de sencillo, y eso hay que aceptarlo porque también hay que tener gallardía para reconocer en la verdad la adversidad, no es el momento de hurgar en las culpas, no e ese el momento, de comenzar a buscar qué ocurrió”, señaló el saliente gobernador opositor de Lara, Henri Falcón.

Y ¿ahora?

Nicolás Maduro, informó que está listo para suscribir el acuerdo que el Gobierno venezolano y actores de la oposición venezolana trabajaron en República Dominicana: “ 95% ya está,, se le pueden agregar otros tópicos, como la auditoría del 100% de las actas resultantes de las elecciones regionales. ¿Le quieren agregar la auditoría?, vamos a agregarla, estoy listo. Somos nosotros los que hemos construido el sistema de auditoría del sistema electoral previa, durante y después de una elección”.

El jefe de Estado invitó a los dirigentes del partido Acción Democrática, Henry Ramos Allup y de Primero Justicia Julio Borges —quien ha dedicado sus esfuerzos a solicitar una intervención extranjera en los asuntos soberanos de Venezuela, y fue uno de los principales impulsores de las acciones de violencia política suscitadas entre abril y julio en diversas ciudades del país— a sostener un encuentro, como parte de los esfuerzos por el diálogo político.

Asimismo, detalló que Ramos Allup y Henrique Capriles, impidieron que la oposición participara en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). En este sentido Ramos Allup desechó la mesa de diálogo instalada en República Dominicana entre el Gobierno y la oposición ya que a su juicio “este no es el momento para dialogar”. ¿Y entonces?

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232970&titular=venezuela:-la-%FAnica-verdad-es-la-realidad-real-%BFy-ahora-qu%E9?-

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