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Mi hijo repite curso. ¿Cómo lo afrontamos?

Por: ABC

Los padres no deben evitar que los hijos tengan que hacer una reflexión sobre por qué ha pasado esto.

Si tu hijo repite curso, calma. No es el fin del mundo. Te damos unos consejos para que afrontar una noticia así sea más llevadero para toda la familia. Las clases han terminado y los colegios han echado el cierre. Lo que tanto deseaban nuestros hijos por fin ha llegado: el esperado verano. Sin embargo no para todos las vacaciones estivales van a ser un camino de rosas. Y es que más de uno ha acumulado más de un par de asignaturas suspendidas… con lo que eso conlleva.

Lo cierto es que repetir curso es la última medida que aplican los colegios. Lo primero que hacen los centros educativos es realizar todas las medidas ordinarias necesarias. Es entonces, al comprobar que no se obtienen los resultados esperados, cuando se toma la decisión de repetir curso.

Una decisión muy meditada. Existen diversos factores por los que tu hijo puede haber llegado a esa situación. Sea cual sea el motivo que ha desencadenado que tenga que repetir curso, debemos verlo como algo beneficioso para el estudiante, para que pueda superar bien las dificultades académicas y poder afrontar el resto de cursos sin problemas añadidos.

Ante este contexto, Teresa Díaz Tártalo, profesora del Grado en Educación de la Universidad CEU San Pablo, propone algunos consejos enfocados a los padres que pasan por esta situación para acompañar emocionalmente a los hijos.

-Analizar por qué va a repetir curso nuestro hijo. Siempre se ha de tener en cuenta la razón por la que se ha llegado a esta situación a la hora de poder apoyar de una u otra manera a un niño que tenga que repetir curso. ¿Es la consecuencia de que no haya trabajado todo lo que debería? ¿Se ha esforzado al máximo y, pese a dar lo mejor de sí mismo, no ha alcanzado los resultados deseados? El primer paso es analizar el por qué y conforme a eso se actuará de una u otra forma.

-Dejar que sean conscientes de sus decisiones. En el caso de que los niños repitan por no haber trabajado lo suficiente, los padres no deben evitar que los hijos tengan que hacer una reflexión sobre por qué ha pasado esto. En ocasiones, los padres tienden a pensar que ayudan a sus hijos sobreprotegiéndoles y evitando que se planteen las consecuencias de sus actos, y esto puede ser un error.

-No caer en el reproche excesivo. Es muy importante que los padres no caigan en un excesivo reproche a los hijos incluso cuando el motivo del suspenso sea la falta de trabajo. Debemos ayudarles a dar un paso adelante para que vean que en la vida todos cometemos errores. Lo importante es darse cuenta y pensar que los propios padres han sido adolescentes y han cometido errores, al igual que sus hijos.

– Acompañar a los hijos en el «duelo». Ante una situación como esta, el alumno que repite curso puede encontrarse con diferentes emociones como la sensación de fracaso, la pérdida y separación de sus amistades… Estos sentimientos no deben censurarse, y los padres deben ayudarles a superarlo.

-Convertir la situación en una oportunidad. Es muy importante ayudar a los hijos a comprender que siempre se puede volver a empezar, que sus padres los quieren incondicionalmente y que estarán a su lado pase lo que pase.

-Potenciar sus fortalezas. Cuando los niños tienen que repetir curso pese a haberse esforzado al máximo, los padres deben mirar más allá de lo académico y analizar en qué destacan sus hijos para animarlos a desarrollar lo que hacen bien. Los padres no deben olvidar que los niños son mucho más que las notas que sacan y que las malas notas pueden darse por varias razones, por tener muchos problemas, estar descentrados o debido a una mala temporada.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-hijo-repite-curso-como-afrontamos-202107281345_noticia.html

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La lectura es una tarea imprescindible en verano

Por: ABC

Fomentar la costumbre de leer es algo muy positivo para los niños, pero es una gran lucha que tienen los padres actualmente.

El verano ya está aquí y como dice la canción «arriba las vacaciones, abajo el estudiar, los libros a los rincones y los niños a jugar». Pero el hábito lector es algo que no debe abandonarse en verano, ya que es uno muy beneficioso para los más pequeños. Fomentar la costumbre de leer es algo muy positivo para los niños, pero es una gran lucha que tienen los padres actualmente. Normalmente la lectura es una actividad que se relaciona solamente con el colegio, con las actividades escolares, sin embargo, la lectura es algo que trae muchos beneficios a los niños.

Estudiotec, una academia madrileña que trabaja de forma personalizada con niños y jóvenes de distintas características y capacidades desde el 2008, explica los grandes beneficios que trae la lectura a los niños: «Fomentar la lectura en los niños significa enseñarles a organizar la realidad, ayudarlos a madurar, desarrollar sus sentimientos, sensaciones, emociones, estimular su creatividad, fortalecer su personalidad, su cultura, aumentar la habilidad de análisis, fortalecer su seguridad y confianza, reflexionar, deducir y pensar de forma más lógica, concentrarse mejor, aumentar su vocabulario e inteligencia y muchas más capacidades. Estas son las grandes ventajas que hemos podido observar en nuestros alumnos que tienen el buen hábito de leer con frecuencia», apuntan.

Por lo tanto, como se puede ver, la lectura es algo muy positivo e incluso necesario para los niños, sin embargo, fomentar esta buena costumbre es algo que debe venir de familia. La familia, según los expertos de Estudiotec, es una parte imprescindible en la educación de los niños. « Es muy importante que los padres dediquen tiempo a la lectura de los niños, hagan una investigación y búsqueda de libros recomendables para cada edad y localizar libros que puedan interesarles a los niños. La lectura debe ser algo que les divierta y entretenga, no una obligación tediosa», recuerdan.

Así, sugieren que «si por ejemplo el niño va a hacer una excursión a la naturaleza, lo que el padre puede hacer es recomendarle leer un libro sobre insectos, animales salvajes, ríos, etc. O si por ejemplo los niños van a visitar una nueva ciudad pueden leer un libro sobre su historia, sociedad, etc. La lectura es una actividad individual, pero eso no significa que los padres deben darles el libro a los niños y desentenderse».

Se trata, concluyen desde Estudiotec, «de realizar esa actividad juntos, compartir pensamientos y reflexiones y, sobre todo, hacerlo con calma y tranquilidad, de forma entretenida y sin estresar al niño. Esta actividad es una lúdica, en la que se le da rienda suelta a la imaginación. La lectura digital es una opción para los niños de hoy en día, que han nacido con una pantalla en la mano. Una opción interesante sería un e-book, pero siempre es más ventajoso leer desde un libro real, de papel».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-lectura-tarea-imprescindible-verano-202107230120_noticia.html

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Cómo exprimir una vida universitaria que va mucho más allá de las aulas

Por: Belén Rodrigo

Una formación no es completa si se ciñe a los límites de las facultades y se olvidan las posibilidades paralelas de crecimiento personal y profesional

El inicio de la carrera universitaria es también el comienzo de una de las mejores etapas para los jóvenes. Un periodo en el que los estudios son solo una parte de la gran oferta que existe en el entorno universitario. Son años que cada alumno vive de forma muy distinta, cerca o lejos del hogar, pero a veces están alejados de todo lo que no ocurra en su facultad. «La universidad es libertad, los alumnos deben disfrutar estos años, conocer gente, hacer todo tipo de actividades», comienza por señalar David Berna, antropólogo social, profesor en la UCM y asesor en el vicerrectorado de Estudiantes de la UCM. Desde las universidades se está haciendo un gran esfuerzo para divulgar todo tipo de actividades porque consideran que además de una experiencia enriquecedora son una parte importante en su currículo de cara a su futuro laboral. Generalmente los alumnos no son conscientes de todo lo que tienen a su alcance. «Viven un poco en facultades, en micromundos y dan demasiada importancia, desde que empiezan, a su futuro. Viven con ansiedad», añade el docente. Son varios los aspectos a tener en cuenta para aprovechar al máximo la vida universitaria.

Aprender a querer lo que se estudia

Después de un año muy preocupados por las notas, es el momento de cambiar el chip. «Tienen que pensar que lo que van a aprender forma parte de su vida y deben buscar la forma de querer lo que estudian. La universidad es mucho más que una nota», recuerda Berna. Si la elección no ha sido la correcta, hay posibilidad de cambiar. No se debe ver como algo negativo, ya que proporciona conocimientos de gran valor y un grado de experiencia que otros estudiantes no tienen.

Ir mucho más allá del currículo

Grupos de teatro, banda, coros, equipos deportivos, lectura, debate, idiomas… La oferta de actividades es muy grande en la universidad y normalmente a buenos precios. «La universidad es vida, en general vengamos de donde sea, descubres el mundo y hay que aprovecharlo. Son mayores de edad y tienen esa libertad de hacer mil cosas que les aparezca, disfrutar también del tiempo de ocio», indica el antropólogo social.

Men sana in corpore sano

Las universidades cuentan con muy buenas instalaciones deportivas como piscinas y gimnasios a precios económicos. Además, hay equipos universitarios de distintos deportes y modalidades, a nivel individual y en equipo, e incluso competiciones deportivas.

Derribar todas las fronteras

A lo largo de la carrera los estudiantes van a tener numerosas oportunidades para apuntarse a estancias en el extranjero. No solo las conocidas becas Erasmus sino también otros programas que permiten la salida de los jóvenes en periodos de distinta duración y que es igualmente una gran experiencia de vida y aprendizaje.

Mucho mejor en compañía

La parte asociativa cobra mucha importancia en la universidad, donde existen asociaciones de todo tipo. «Es bueno para los estudiantes que se asocien, son espacios donde encuentran sus iguales y conocen más gente», señala David Berna.

La experiencia de los colegios mayores

Además de una posibilidad de alojamiento, un colegio mayor es una forma de participación activa en la vida universitaria. La Asociación de Colegios Mayores de Madrid reúne 40 colegios que agrupan a 7.000 universitarios y 1.000 trabajadores, con un equipo educativo formado por 120 personas. «La universidad no es solo ir a clase, todo lo que se genera alrededor es una experiencia vital», Gabriel Beltran, director de la asociación. «En la empresa lo que van a pedir no es la nota que tienes sino en qué te has formado», añade.

Saber defender las ideas propias

No es algo exclusivo de los colegios mayores pero sí es cierto que desde hace cerca de diez años se ha alcanzado un gran nivel en la competición de debates que se realiza en estos colegios. «El universitario debe saber defender sus ideas y casi todos los colegios hacen debate y también mediación», cuenta Beltrán. Ya en las universidades lo más habitual es encontrar estos grupos en las facultades de Ciencias Sociales y Humanas, e incluso se compite internacionalmente.

El diálogo con los profesores

La relación entre alumno y profesor universitario ha cambiado mucho, «es más directa, se dialoga más», señala el profesor de la UCM. Cree que hay una gran abertura por parte de los docentes, dispuestos a realizar tutorías en cualquier momento y a explicar todo aquello que no entiendan en clase. «Deben aprovechar esta accesibilidad, para intercambiar ideas y resolver dudas», añade.

Una defensa desconocida

Es habitual que se desconozca su existencia pero el Defensor Universitario es la figura encargada de velar por el respeto a los derechos y libertades de los profesores, personal investigador, estudiantes y personal de administración y servicios, ante las actuaciones de los diferentes órganos y servicios universitarios. «Si hay algo que quieran reclamar, el defensor universitario debe atenderles. Existen igualmente oficinas de atención a la diversidad», indica David Berna.

Fuente e imagen:  https://www.abc.es/

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Montessori, una metodología donde el alumno marca su ritmo de aprendizaje

Publicado en ABC

Por: Fernando Morales

La innovación no ha llegado solo al campo de la tecnología, sino que la educación, y en concreto el sistema educativo español, está envuelto, también por necesidad, en un proceso de cambio de modelo que se adapte a lo que se requiere en la sociedad del siglo XXI. El sistema de aprendizaje tradicional está avanzando y dando pasos hacia un modelo más personalizado y adaptable a las necesidades de cada alumno.

En España cada vez son más la familias que apuestan por que sus hijos acudan a colegios basados en el Método Montessori, o así lo cree Miriam Escacena, guía Montessori —es como se conoce a los profesores de esta metodología— y organizadora del III Congreso Internacional Montessori. En concreto, es un auge que llevan observando desde hace diez años y que, comenta, es cada vez más pronunciado, en cierta medida porque la sociedad es más consciente de la importancia de una educación más personalizada.

Este método, aunque está considerado dentro de la innovación educativa, supone un aprendizaje que inventó la educadora y médico italiana María Montessori a principios del siglo XX y que se enmarca dentro de lo que se conocen como pedagogías alternativas y que pone el foco en el niño, en sus necesidades y en respetar sus ritmos tanto de maduración cognitiva como de desarrollo. Es decir, es el niño quien marca sus ritmos de aprendizaje.

Este modo de enseñanza está basado en que el protagonista es el niño y el profesor o educador es un orientador, una persona que guía a los alumnos para progresar en su proceso de formación. De esta forma, no es el docente quien marca el ritmo de sus alumnos, sino que cada uno de los menores avanza a su velocidad, algo que María Campo, profesora del Máster en Formación del Profesorado de UNIR, cree fundamental respetar puesto que así se consigue que el niño no se bloqué si no consigue llegar a los objetivos del profesor o, por el contrario, puede seguir avanzando en conocimientos aunque no sean los establecidos en el programa para su edad.

«Educar de esta manera más personalizada y dando protagonismo al niño -afirma Campo- permite que sea él quien marque su desarrollo», siempre teniendo en cuenta que deben adquirir los conocimientos básicos establecidos por la ley educativa para cada curso escolar. Y es que trabajar con la metodología que ideó María Montessori no significa que se den contenidos diferentes, sino que lo que cambia es la forma de darlos.

Necesaria formación

Ahora bien, para tener éxito a la hora de educar a un alumno con cualquier técnica innovadora, avisa Campo, es necesario que quien vaya a impartir esa educación esté «muy bien formado» para utilizarlo. De lo contrario, este método puede tener efectos colaterales o incluso «totalmente contradictorios» en los alumnos.

Uno de estos efectos colaterales podría ser, según la profesora de UNIR, que el niño sea «excesivamente protagonista» de su vida en el sentido de su desarrollo. «Si el chico decide lo que quiere en cada momento por instinto, al final va a ir a lo cómodo y apetecible, y eso no es siempre lo correcto o adecuado», continúa. Es ahí donde ve fundamental el papel del docente, siempre haciéndole de guía y ayudándoles en el camino «sin forzarles y respetando sus ritmos».

El desarrollo del menor se consigue, entre otras cosas, sustituyendo las actividades de ficha y cuaderno por otras más manipulativas. «La neurociencia dice hoy día que el aprendizaje a través de los sentidos es mucho más significativo», explica Escacena, a lo que Campo añade: «Se desarrollan las funciones cognitivas y lo que es la lógica y la memoria», algo que en el método tradicional se deja más de lado para centrarse sobre todo en el “aprendizaje de los contenidos”.

Es sobre esta base sobre la que trabajan en el Granada Montessori International School, un centro en el que no se dan clases para todos los alumnos sino que el trabajo es individualizado y los alumnos escogen las actividades que quieren desarrollar cada día, siempre con la vigilancia del profesor para que al final todos los alumnos desarrollen todas las actividades al final de su etapa. «Trabajamos con materiales autocorreptivos, por lo que el profesor se los presenta a los alumnos y a raíz de ahí los menores los utilizan, facilitando así la autonomía de los chicos», explica Rafael Román, fundador de este centro. Y es que una de las características de esta metodología es que no segrega a los estudiantes por edad, sino que se juntan a niños por periodos de tres años, generalmente de entre tres a seis años, de seis a nueve y de nueve a doce.

Un método para todos

A pesar de todo, Miriam niega que esta metodología deje de enseñar a los alumnos las competencias que le corresponde a cada grupo de edad. «Lo que se hace es observar mucho a cada niño, su desarrollo y sus intereses, pero el curriculum académico se respeta». Pero el hecho de que sea una enseñanza más personalizada, individualizada ha hecho que este método, en España, se aplique, por el sistema educativo español, más en colegios privados que en la escuela pública por la necesidad de contar con unos materiales específicos y mayor número de docentes especializados.

«Inevitablemente eso implica un coste mayor que en el sistema público» no siempre se realiza, coinciden Escacena y Campo. Es por ello por lo que niegan la falsa creencia de que es un método elitista puesto que, cree Miriam, si hubiera voluntad política en España se podría desarrollar en los colegios públicos. De hecho, ya hay un centro en Madrid, el CEIP San Benito que cuenta con esta metodología en la etapa de infantil. «No es un método pensado exclusivamente para gente con mayores recursos, sino que como cualquier innovación educativa requiere de una inversión». Al no haberla, la mayoría son centros privados creados con profesor que ha recibido previamente la formación requerida para convertirse en guía, una figura poco desarrollada aun en España.

No obstante, aunque María cree muy positivo el método Montessori, no ve oportuno centrar todos los esfuerzos o apostar al cien por cien por él en todos los centros educativos. Puesto que el sistema español permite utilizar la metodología que se considere más oportuna siempre y cuando los alumnos adquieran las competencias mínimas establecidas en la programación, cree que lo que habría que hacer es adaptar a cada lugar y contexto el método más adecuado, manteniendo los aspectos positivos del método tradicional e incorporando los innovadores en aquellas cosas que hay que mejorar: «Hay muchos datos que nos dicen que tenemos que apostar por una innovación educativa».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-montessori-metodologia-donde-alumno-marca-ritmo-aprendizaje-202107081004_noticia.html

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5 claves para que los niños disfruten del verano sin dejar de aprender

Adiós a las aulas, a las clases, a los profes y compañeros… Damos por finalizado un curso escolar de lo más especial y damos la bienvenida a las vacaciones estivales.

 

Cuando, en septiembre, empezábamos las clases presenciales tras un curso de confinamiento y clases online, docentes y alumnos vivimos con mucha incertidumbre, preocupación y, sobre todo, mucha precaución, esta vuelta al cole. Ahora, con la experiencia de estos meses a la espalda, podemos sonreír y decir, con mucha satisfacción, que este curso ha sido, a pesar de todo, realmente maravilloso. Por un lado, hemos visto como los niños se han adaptado perfectamente a la situación, manteniendo en todo momento la calma y cumpliendo sin ningún pero cada medida de seguridad establecida por las autoridades sanitarias. Por otro lado, los profesores nos hemos reinventado para adaptarnos a cada contratiempo: desde clases confinadas, clases online a grupos burbuja… Lo que está claro es que, todos, en conjunto, ¡lo hemos superado con éxito!

Ahora llega el momento de desconectar, disfrutar y aprovechar las vacaciones de verano, pero para muchas familias esto acaba siendo una preocupación; ¿debemos dejar que los niños desconecten al 100% de sus rutinas y sus aprendizajes? ¿Cómo podemos hacer que sigan aprendiendo sin sentir que es una obligación? La clave, como siempre, está en que lo hagan mediante el juego y la diversión y más durante esta época del año.

Por ello, Leticia Manoiloff, Coordinadora de las actividades extraescolares del Colegio Europeo de Madrid, propone estas cinco formas de que los niños disfruten del verano, la playa y las vacaciones, sin dejar de aprender:

1. Aprovechemos estos meses para crear rutinas sencillas: Sin duda, los niños disponen de mucho más tiempo libre en verano: no hay deberes ni clases, pero es importante que no perdamos las rutinas al 100%, aunque estas sean menos rigurosas que el resto del año. No obstante, podemos ayudarles a que marquen unos hábitos que fomentarán su capacidad de adaptación y que, además, les será muy útil a la hora de volver a clase en septiembre. Por ejemplo, podemos marcarles pequeñas tareas que pongan en valor la cooperación y la responsabilidad como prepararse su propio desayuno, ordenar su habitación, hacer su cama o ayudarnos a poner y quitar la mesa en la hora de la comida y de la cena.

2. Evitar largas horas de TV y ver películas en inglés: Está claro que en las vacaciones la tele y los dibujos animados juegan un papel importante. No obstante, hay que tener en cuenta que durante las vacaciones debemos aprovechar también para la desintoxicación de las pantallas, por lo que debemos intentar que expriman las experiencias al aire libre o disfruten de otras actividades, como los juegos de mesa. Aun así, es importante que disfruten del cine y la cultura y, por ello, debemos aprovechar esto para que, por ejemplo, vean películas en inglés o en cualquier otro idioma. De esta forma, les ayudaremos a familiarizarse con el mismo y conseguiremos fomentar su aprendizaje sobre él.

3. Fortalecer las matemáticas en las rutinas diarias: Los números están por todas partes y, por ello, es un punto a nuestro favor para fortalecer las matemáticas entre los pequeños de la casa. Acostumbrémosles durante estas vacaciones a hacer cálculos de las cosas simples que nos rodean en el día a día. Por ejemplo, revisar el ticket de la compra y comprobar que las cuentas están bien hechas, calcular cantidades de los ingredientes con los que vayamos a cocinar, jugar con las conchas de la playa proponiéndoles pequeños problemas matemáticos de sumas, multiplicaciones o restas… ¡Ni si quiera se darán cuenta que están trabajando sobre ello y, sin embargo, les ayudará mucho a fortalecer su capacidad matemática!

4. Tiempo diario de lectura: Fomentar la lectura en los niños es esencial los 365 días del año, pero, aprovechando el tiempo libre y las largas horas del día en verano, debemos hacer que, al menos, lean durante un rato cada día. De este modo fomentaremos no solo su capacidad lectora, sino que les ayudaremos a desarrollar su imaginación y su creatividad. Sin duda, los padres somos los primeros que debemos dar ejemplo y hacer de este, un plan en familia, cada día, se convertirá sin duda en el hábito más satisfactorio tanto para ellos como para nosotros.

5. Juegos al aire libre: El verano y las buenas temperaturas están hechos para que disfrutemos de respirar al aire libre. Podemos organizar desde excursiones a la montaña o a la playa, donde juguemos y nos divirtamos con los más pequeños. Los niños aprenden mucho del afecto que les transmitimos, así que hay que aprovechar este tiempo a su lado para compartir experiencias y fomentar valores como el cuidado de la naturaleza y el entorno que nos rodea.

Sin duda, todos estos planes harán que se diviertan, que disfruten de las vacaciones, que desconecten y se lo pasen bien pero, lo más importante, es que lo harán sin dejar de aprender.

Fuente de la información e imagen:  https://www.abc.es/

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Vacaciones de verano, actividades para no dejar de aprender sin estudiar

Por: ABC

Empiezan dos meses que probablemente «muchas familias no sepan cómo afrontar», apunta Amanda Guillamón Saceda, Coordinadora de Early Years (Educación Infantil).

Quedan ya pocas semanas para que comiencen las vacaciones para los más pequeños de la casa. Dos meses que probablemente muchas familias no sepan cómo afrontar. ¿Qué podemos hacer con los niños en verano para que no se aburran?

La época estival es una oportunidad excepcional para realizar actividades con los niños que durante el año no se pueden hacer por falta de tiempo. Estas actividades harán que los niños se diviertan a la vez que mantienen el ritmo de aprendizaje también durante las vacaciones.

No obstante, no podemos olvidarnos de que esta época está pensada para que los niños descansen, disfruten y desconecten de la rutina escolar. Por tanto, las actividades deben respetar ese periodo de descanso y hacer que los niños se diviertan aprendiendo.

Amanda Guillamón Saceda, Coordinadora de Early Years (Educación Infantil), de British School of Valencia (BSV), propone las siguientes actividades para realizar este verano con niños de diferentes edades:

Escuelas de verano

Las escuelas de verano una opción que pocas veces falla. Además de aprender, los niños vivirán una experiencia inolvidable en la que podrán desarrollar sus habilidades sociales, conociendo a nuevos niños y ganar independencia.

Son lugares perfectos para mejorar su nivel de inglés, divertirse y fortalecer sus relaciones sociales, participando en todo tipo de actividades y talleres creativos, de magia, de cocina… además de disfrutar de distintas excursiones al aire libre.

Actividades para ganar independencia

En el caso de los niños más pequeños, el verano es una época idónea para aprender hábitos que marcarán su paso a una mayor independencia, por ejemplo, en el ámbito de la lectura y de la escritura, algo que siempre consigue despertar la curiosidad y las ganas de aprender de los más pequeños. Podemos leer con ellos cuentos cortos y sencillos para su edad, haciendo que participen con nosotros para que, poco a poco, vayan cogiendo soltura. De esta manera, cada día que pase, irán leyendo un poco más ellos solos sin necesidad de que les ayudemos.

También podemos inventar historias y que ellos sean los encargados de redactarlas. Es una forma divertida de practicar la escritura y de compartir tiempo con ellos.

Juegos para viajes en coche

Los largos viajes en coche pueden ser un verdadero reto para los niños. Pasar tanto tiempo en un mismo espacio, sin poder moverse, a veces puede hacer que el viaje se complique. Una manera de amenizar las horas en el coche es poner en práctica con ellos juegos educativos como las palabras encadenadas o concursos para ver quién suma antes las cifras de las matrículas o incluso proponerles cantar canciones que hayan aprendido en el colegio para amenizar el viaje. De este modo, practican conocimientos o habilidades que han aprendido durante el curso.

Escribir los recuerdos del verano

Es una opción muy interesante, no solo para que los niños practiquen la escritura, también para que aprendan a expresar sus emociones. También pueden enviar postales o cartas a familiares y amigos del colegio contándoles cómo van las vacaciones o las últimas actividades que han realizado. Seguro que les hará mucha ilusión saber que la carta escrita por ellos ha llegado a sus destinatarios.

Tiempo para jugar

Si el tiempo de juego debe ser respetado en el día a día de todos los niños, durante los meses de verano aún con más razón. Por tanto, es importante respetarlo y dejar un rato en el día para que los niños jueguen. Además, el juego tiene grandes beneficios en los más pequeños ya que fomenta el desarrollo de su creatividad, es un medio de sociabilización y les ayuda a controlar sus emociones.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-vacaciones-verano-actividades-para-no-dejar-aprender-sin-estudiar-202106290105_noticia.html

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España| Deporte con valores: Un balón de oxígeno para 300 menores en riesgo de exclusión social

Por: Fernando Morales

Un campamento les inculca valores a través del deporte y dota a los niños de cuatro comidas diarias durante tres semanas

Un campamento de verano no está al alcance de cualquier familia, ni tan si quiera muchas tienen la oportunidad de poder ofrecer a sus hijos una alimentación adecuada en el periodo estival, cuando muchos de los comedores de los colegios están cerrados. Es para ellos, menores en riesgo de exclusión social, para los que está dirigido la primera edición del programa Campus Social Basket Kellogg´s, un campamento de baloncesto por el que pasarán en tres semanas hasta 300 menores pertenecientes a familias con problemas socioeconómicos de Madrid.

El objetivo de este campus, que se presentó este martes aunque había dado comienzo el pasado lunes, es inculcar valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo, el respeto, la deportividad y el juego limpio a través de la práctica del baloncesto. De esta forma se pretende que estos menores, procedentes de tres colegios públicos de la capital, vean que el deporte no es solo competir sino que se pueden «sacar lecciones y valores que les van a servir en su día a día», cuenta José Antonio Paraíso, exjugador profesional de baloncesto y director general de Gigantes, compañía que junto a Kellogg´s ha organizado este campus en el CEIP Eduardo Rojo de Vallecas.

Pero este campamento, en el que los menores no cuentan con una experiencia ni conocimientos técnicos previos sobre baloncesto, pretende que estos alumnos de entre 6 y 14 años se alimenten de manera «saludable y equilibrada» durante el verano.

Por ello, los pequeños pasan toda la jornada en las instalaciones del colegio y reciben hasta cuatro comidas diarias alternadas con las actividades que realizan enfocadas, asimismo, a que aprendan a utilizar de manera adecuada las redes sociales y a tener respeto por el medio ambiente. «Van a poder disfrutar de una semana de valores, alimentación y diversión», aseguró este martes en la presentación del campus Susana Entero, directora general de Kellogg Iberia.

Los menores aprenden a jugar al baloncesto con entrenadores federados, aunque para desarrollar las actividades lúdicas y de aprendizaje de otras materias el Ayuntamiento de Madrid ha puesto a su disposición a más de 70 voluntarios del programa Voluntarios X Madrid.

Un día después de que diera comienzo este campus, y con los pequeños ya disfrutando con las pelotas, los entrenadores y sus compañeros en el patio de un colegio de un distrito «tan vulnerable» como Puente de Vallecas, Borja Fanjul, concejal presidente del Distrito de Puente de Vallecas, consideró fundamental que a estos chicos puedan tener un verano como «el resto de menores de Madrid, de diversión una vez que ha acabado el periodo escolar».

Fuente de la información e imagen:  https://www.abc.es

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