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Foros de consulta educativa: qué consultar

Por: Abelardo Carro Navas

Hace unos días, sostuve una amena e interesante conversación con algunos profesores de educación primaria y secundaria. Como parece obvio, el tema que dio para hablar en demasía, fue el relacionado con los “Foros de Consulta” que el gobierno encabezado por el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, viene realizando en el país con el propósito de lograr un “Acuerdo Nacional Educativo”. Acuerdo que, a decir de muchos colegas, habrá de dar paso a la cancelación de la mal llamada reforma educativa que logró imponer el gobierno de Peña Nieto y compañía.

Así las cosas, llegado el tema de las propuestas, recuerdo que de la nada surgió una pregunta que a más de uno nos dejo pensativos por un momento: si la idea es realizar una serie de foros para recoger un cúmulo de propuestas que nos lleve a lograr un acuerdo educativo que beneficie a todos los mexicanos, ¿tendría que realizarse dichos foros si necesariamente tiene que mejorarse prácticamente todo el Sistema Educativo Mexicano (SEM) dados los problemas que existen en los diferentes niveles y subsistemas educativos? La respuesta, aunque parece obvia, encontró sentido si volteamos a ver al país, tal y como Peña lo ha dejado en esta materia.

Sí, se hace necesaria la atención de los problemas existentes, y sí, se hace necesaria la realización (aunque a más de uno no nos guste) de los foros que, por arte de magia, lograrán ese Acuerdo Educativo como el que en su momento logró: Salinas en 1992 (Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica), Fox en 2002 (Compromiso Social por la Calidad de la Educación), Calderón en 2008 (Alianza por la Calidad de la Educación), Peña en 2012 (Pacto por México, que incluye sus famosas reformas estructurales, entre ellas, la educativa).

Y es que mire usted, lejos de lo que el mismo foro o foros puedan representar, éste se hace necesario como un ejercicio democrático que todo gobierno que se diga democrático debe realizar… pero, ¿cuál es su fin educativo? En un instante iré a ello. Obviamente que, al plantear tal interrogante, en absoluto demerito la participación que los interesados puedan realizar en un momento determinado. Como se sabe, en los estados de Chiapas, Puebla, Durango y Nuevo León, ya se realizaron esos foros y, en próximos días, Veracruz, Estado de México y Tabasco, harán lo propio. Sí, en todos ellos han participado cientos de maestros, padres de familia, integrantes de la sociedad civil, entre otros actores, y cuya voz ha sido escuchada y, en su caso leída por quién sabe quién, pero que al final de cuentas, ha participado, y que bueno que sea de esta manera, puesto que esto abre la posibilidad para que el día de mañana, esos mismos actores participantes, exijan el cumplimiento de los acuerdos y/o propuestas que se derivaron de un evento en el que éstos participaron. Bendita democracia.

Ahora bien, por el tema educativo (al que aludía en el párrafo anterior) llama la atención que, en los formatos que se entregan a quienes acuden a este evento, éstos solamente le destinen un espacio muy breve al tema del aprendizaje y la formación continua, y sí varias interrogantes al diagnóstico y a algo que no logro entender y que fue denominado “Propuesta de Guelatao”. Y bueno, sobre el perfil del egresado de una escuela pública, sobre la revalorización social del magisterio, y sobre el compromiso que asumiría cualquier ciudadano para la mejora de la educación pública, mejor ni hablamos, son tres rubros que se dejaron abiertos, sin ninguna opción a considerar, salvo la opinión que usted o yo pueda tener al respecto.

¿Es este un instrumento que recoja las problemáticas reales que lleven a formular una propuesta educativa de profundo calado? No, en absoluto. La respuesta es contundente en estos términos: si a usted le preguntaran qué tipo de educación quiere para sus hijos con seguridad la respuesta sería “la mejor”. Si en los formatos que les entregan a los participantes en los foros se cuestiona o solicita que se priorice o valore las necesidades en cuanto a equidad, calidad, fortalecimiento de la educación inicial, de las escuelas multigrado, de las escuelas tiempo completo, de la inclusión y atención de alumnos con discapacidad, que haya más universidades, más becas, etcétera, etcétera, etcétera, la respuesta, aunque parece obvia, lo llevaran a elegir una de las opciones que, tal vez, no represente o signifique su necesidad más apremiante. ¿Y entonces los formatos tienen cierto sesgo? Ya lo creo, aunque el sesgo no es realmente una preocupación que me agobie, lo que me causa cierto conflicto, es saber cómo le van a hacer para atender las necesidades que, por varios sexenios, se han dejado a la deriva y que nos han llevado a ocupar el lugar que conocemos en distintas pruebas nacionales e internacionales, o a las carencias que en varias regiones y entidades se observan con el simple hecho de salir y visitar una escuela del nivel educativo que usted guste.

No, el problema no es qué consultar, el asunto aquí es cómo se atenderán y fijarán esas prioridades. No, el problema no es la democracia, el asunto es cómo se aplica esa democracia.

Ciertamente el gobierno que en próximos meses entrará en funciones, no es del todo responsable del gran problema educativo que priva en México; no obstante, el que se realicen estos foros, sin mucha claridad y transparencia, y mucho menos, con información contundente, genera cierto “sospechosismo” de gobierno cuya bandera es la democracia y la rendición de cuentas.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/foros-de-consulta-educativa-que-consultar/

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La planeación: entre el modelo educativo y la didáctica

Por: Abelardo Carro Nava

Desde que ingresé a este maravilloso mundo de la docencia, he tenido claro que la planeación es un ejercicio fundamental en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Como docente, es uno de las principales actividades que realizo con el propósito de vislumbrar, todo aquello que se refiere a la generación de conocimientos en mis alumnos.

A veces, con cierto desconocimiento; otras, con una gran certeza de lo que pienso; puedo sentarme un buen rato a diseñar la serie de estrategias que el día de mañana pondré en marcha con mis estudiantes. Siempre considerando algo que, aunque no es nuevo, no he perdido de vista desde hace mucho tiempo: si yo fuera mi alumno, ¿cómo me gustaría que tal o cual contenido lo trabajara mi maestro? Pregunta interesante que no sé si usted que se dedica a la docencia se habrá formulado; sin embargo, desde mi perspectiva, resulta fundamental plantearnos esta interrogante cuando estamos ante un nuevo reto o desafío educativo.

Sí, he de ser honesto. Desde que ingresé al magisterio (y mire que ya tengo mis años); supe de la existencia de ciertas empresas, grupos o personas, que se dedican a vender algunas guías para elaboración de las planeaciones de los profesores. No obstante, debo decirlo, no he hecho uso de ellas porque tengo presente, que nadie puede conocer lo que yo conozco, ni pensar lo que yo pienso: el contexto, mi escuela, mi grupo, mis alumnos, mis materias o asignaturas, entre otros. De ahí que, insista, desde que ingresé a la docencia, he realizado mis planeaciones conforme a los elementos que he señalado, pero también, considerando otros tantos más, que se derivan de los avances científicos y tecnológicos que día a día presenciamos en el mundo entero.

De hacer mi planeación a mano para después transcribirlas a máquina de escribir, pasé a elaborarlas en una computadora (portátil o de escritorio). Vaya, el formato (así lo he creído y sigo creyendo) es lo de menos. De hecho, me he interesado más en pensar cómo hacer más atractivas, interesantes y motivantes mis actividades con la idea de abordar el contenido, que en pensar si el formato “x” o “y”, será el ideal para el propósito que persigo.

En este sentido no sé si a usted le pase lo mismo, pero con el correr de los años, me he dado cuenta que la planeación como tal, en lugar de ser un momento a través del cual se puedan pensar y repensar las actividades que podrían desarrollarse con nuestros estudiantes; ésta, se ha convertido en un verdadero martirio burocrático que se entrega porque así se la pide el jefe de enseñanza, director, supervisor o jefe de sector del lugar donde labora.

Lo anterior no significa que no disfrute lo que hago o que lo haga con la calidad, tiempo y conocimiento que tal ejercicio requiere, pero ¿cuántas veces ha sido revisada esa planeación por alguna autoridad en nuestra respectiva escuela?, ¿cuántas veces hemos recibido una recomendación y/o propuesta didáctica que lleve a organizar de mejora forma nuestros contenidos?, ¿cuántas veces esa planeación se ha vuelto un instrumento rígido e inflexible cuando sabemos bien que siempre y en todo momento la organización de las actividades es flexible?, ¿cuántas veces no hacemos modificaciones a lo que de manera inicial hemos planeado dado que los imprevistos que suelen presentarse durante el bimestre nos llevan a ello? Preguntas y más preguntas que, quienes nos encontramos insertos en el magisterio, quiero pensar, nos habrán pasado alguna vez por la cabeza.

Ahora bien, si por un momento llegara a usted pensar que algunas de las situaciones que he planteado a través de las interrogantes puede ser lo peor que nos pudo haber pasado; espere, le tengo una más que, con mucha seguridad, habrá de abrirle el panorama de lo que en términos prácticos he denominado el “burocratismo de la planeación” en lugar de una planeación didáctica; permítame ejemplificarla de la siguiente manera: resulta que una vez que entró en vigor el modelo educativo 2017 en las miles de escuelas de nivel básico del país (como sabemos, en preescolar todos los grados; primaria, primero y segundo; secundaria, primer grado), a los maestros y maestras que de los grados en los que NO  (así con mayúsculas) se implementó dicho modelo, la SEP a través de sus interlocutores directos (autoridades educativas locales), les han obligado a realizar su planeación conforme a ese modelo educativo, utilizando para tal efecto, un formato que fue diseñado por quién sabe quién, considerando los aprendizajes clave pero, a su vez, el plan de estudios 2011; y, sin olvidar, los ajustes temporales a dicha planeación dada la evaluación a la que refiere el Acuerdo 12/05/2018.

Tengo claro que generalizar es malo, y también tengo claro que no en todas las escuelas, estados o regiones del país, puede suceder lo que en esas breves líneas he descrito; sin embargo, en el constante diálogo que, afortunadamente, tenemos y mantenemos entre colegas de los diferentes niveles educativos, me llevan a confirmar y sostener lo que aquí planteo.

¿En qué momento la planeación dejó de ser un instrumento o herramienta flexible cuya intencionalidad didáctica era la que importaba?, ¿en qué momento el maestro dejó de proponer actividades que le resultaran innovadoras y generadoras de aprendizajes en sus alumnos?, ¿en qué momento el profesor dejó de tener voz y calló para que alguien más le diseñara un formato y una planeación sin los conocimientos teóricos y prácticos que el caso amerita?, ¿en qué momento los teóricos e investigadores como Hilda Taba, Ángel Díaz Barriga, Frida Díaz Barriga, entre otros, fueron sustituidos por los “genios” de la Secretaría de Educación Pública cuyo conocimiento se halla detrás de un escritorio y no de un aula multigrado, por ejemplo?, ¿en qué momento nos perdimos? Sí, en qué momento…

Ciertamente, reconozco que debemos de avanzar y transitar hacia mejores formas de trabajo docente, pero por favor, cuando hablamos de Aprendizaje Colaborativo, Aprendizaje Cooperativo, Aprendizaje Basado en Proyectos, Aprendizaje Basado en Problemas, entre otros, debemos reconocer que dichos aprendizajes no siempre requieren de una secuencia didáctica tal y como la SEP propone en cada una de las capacitaciones que ha brindado y viene brindando.

¿En qué momento se pone en jugo la libertad, autonomía e innovación del docente para generar el aprendizaje tan esperado en sus alumnos? Por lo que sé, para la SEP: en el llenado de los formatos y en las evidencias de aprendizajes; para los maestros: en las aulas, con sus pequeños. Sí, ahí, en ese lugar dónde la didáctica cobra sentido y no en las “genialidades” que solo a la SEP, de repente, se le vienen a la cabeza.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-planeacion-entre-el-modelo-educativo-y-la-didactica/

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Cuarta transformación… ¿educativa?

Por: Abelardo Carro Nava

Vaya regreso que tuvieron los maestros después de su receso escolar: la liberación de la maestra Elba Esther Gordillo en las últimas horas del 7 de agosto; el anuncio de que Gilberto Guevara Niebla, aún consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), se sumaría al equipo de transición de Esteban Moctezuma, próximo Secretario de Educación Pública; los horrores, errores y burlas de las que fue objeto la Secretaría de Educación Pública (SEP) por una mano con seis dedos que apareció en el libro de 2º grado de matemáticas de primaria; la sustitución del Acuerdo 696 (por el que se establecían las normas generales para la evaluación, acreditación, promoción y certificación en la educación básica) por el 12/05/2018 (por el que se establecen las normas generales para la evaluación de los aprendizajes esperados, acreditación, regularización, promoción y certificación de los educandos de la educación básica); y la nueva moda de la SEP denominada “Clubes” en preescolar, primaria y secundaria (además de los ajustes administrativos en cuanto a las cargas horarias, el tiempo de receso de los alumnos, y la elaboración de proyectos a partir de una madurez organizacional); fueron, algunas de las noticias más relevantes que, debo decirlo, a más de uno lo dejaron boquiabierto.

Y es que mire usted, para como están las cosas en el medio educativo, el que sucedan varios acontecimientos, de manera secuenciada y en una misma semana son, simple y sencillamente, para no creerse. ¿Quién es su sano juicio pensaría que “La Maestra”, después de poco más de 5 años en los que estuvo “presa” saldría en libertad justo el día en que a López Obrador le entregarían su constancia como Presidente Electo de México?, ¿quién es su sano juicio pensaría que un férreo y empedernido defensor de la mal llamada reforma educativa sería invitado a colaborar en la SEP por el que, a partir de diciembre de este año, asumirá el cargo que algún día ocupó Vasconcelos?, ¿quién en su sano juicio pensaría la vorágine “administrativa” que desencadenaría la implementación del modelo educativo 2017 en preescolar, primaria y secundaria y los acuerdos que de éste se han desprendido? Y remató: ¿quién en su sano juicio no pensaría que la SEP, de nueva cuenta, cometería un “oso” del tamaño del mundo en los libros de texto gratuitos?

Interesantes cuestionamientos que, desde luego, invitan a la reflexión, pero a una reflexión en serio, porque si usted los analiza a detalle podrá darse cuenta que, en la semana del 6 al 10 de agosto, muy poco se habló del tema educativo y sí, en demasía, del político. ¿Por qué no se habló de lo que les espera a los profesores y alumnos una vez que inicie el ciclo escolar 2018-2019, en cuanto a las dificultades que se tendrán para trabajar los contenidos, dado que del 3º al 6º grado de primaria y 2º y 3º de secundaria, los profesores deberán hacer los ajustes “necesarios” para planificar y evaluar conforme lo indica el acuerdo 12/05/2018 y el nuevo modelo educativo?, ¿por qué no se habló de la reducción de horas-minutos que tendrán, a partir del ciclo escolar 2018-2019, asignaturas fundamentales como el español y matemáticas, dada la implementación de Clubes que se desprenden de la famosa “Autonomía Curricular”?, ¿por qué no se habló de la incapacidad de la SEP para capacitar a los maestros sobre temas fundamentales relacionados con el socioconstructivismo, constructivismo, educación socioemocional (diagnóstico y estrategias para su abordaje), metodologías y estrategias de aprendizaje (ABP, Aprendizaje colaborativo, Aprendizaje cooperativo, etc.), planeación (a partir de la metodología y estrategia seleccionado y con ¿secuencia didáctica?), evaluación (instrumentos de valoración), entre otras tantas cuestiones más?

Si, por qué no se habló de todo ello. La pregunta, aunque parece ingenua, no lo es. Y no lo es porque lamentablemente, estamos tan acostumbrados a observar y ser testigos de todos esos acontecimientos que acaparan los medios de comunicación, impresos y digitales, cuya naturaleza es estrictamente política, que se nos olvida que existen otros tantos temas que son medulares en la formación de los estudiantes mexicanos. Es obvio y, con la “invitación”, por ejemplo, que el mismo Moctezuma le hizo a Guevara Niebla para que se integre a su equipo que, gobiernos van y gobiernos vienen, ya sea de derecha o de centro (y en este caso de izquierda) que la educación les importa un bledo.

No pocos maestros olvidan que Guevara Niebla cometió tremendo error en el Congreso Nacional de Investigación Educativa (COMIE) en la Ciudad de Chihuahua cuando, en medio de ciertas expresiones de inconformidad de varios profesores por la evaluación punitiva, éste le expresó a un maestro que “no tenía derecho a hablar”; no a pocos profesores se les olvida que este personaje, líder estudiantil del movimiento de 68, poco hizo cuando los maestros fueron evaluados a punta de tolete y escudo; no a pocos mentores se les olvida la aplicación de una evaluación puntiva, pero además mal diseñada, por el mismo Instituto que hace unos días efusivamente felicitaba a un integrante de su Consejo por ser parte del equipo del que hace unas semana criticaba hasta el hartazgo; no, no a todos los maestros y maestras se les olvida…

Y por si fuera poco, no a todos los maestros se les olvida que López Obrador prometió en campaña (y aún lo sigue haciendo) que cancelaría la reforma educativa impulsada por Peña Nieto; caray, en política se dice que la forma es fondo y, ciertamente, Obrador aún no ocupa la Presidencia de la República, sin embargo, con la serie de anuncios que ha venido haciendo en voz propia y a través de sus colaboradores, esa, su cuarta transformación educativa, se antoja simple, vana y llena de ocurrencias.

Espero que el Presidente electo transite hacia un proyecto serio y hable en serio. Cansados los maestros estamos de simulaciones como a las que el gobierno peñista nos acostumbró con su “reforma educativa”. Espero que el próximo Secretario de Educación, haya aprendido la lección que vivieron sus antecesores Chuayffet, Nuño y Granados, y que los foros de Consulta para lograr una reforma de la reforma educativa que, a decir de él, comenzarán el próximo 27 de agosto, no sean un absurdo preámbulo de una transformación que no transforme nada.

Tiempo al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/cuarta-transformacion-educativa/

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Los libros de texto: un doble tránsito

Autor: Abelardo Carro Navas

Uno de los grandes sueños que tuvo el ex Secretario de Educación, Aurelio Nuño, fue ver cristalizado el modelo educativo que “tanto” trabajo le costó diseñar en las oficinas ubicadas en la Calle de República de Argentina en la Ciudad de México y que, a decir de él, colocaría a la educación de nuestro país, en los primeros lugares del ranking mundial. Sí, dicho sueño está a punto de verse realizado. Sin embargo, le pediría que no lanzáramos campanas al vuelo porque, independientemente de que entre en vigor el modelo educativo para la educación obligatoria (2017); éste no precisamente nos llevará, ipso facto, a ser un país de primer mundo.

No, no crea ni considere que estoy menospreciando el trabajo que a diario realizan miles de maestros y maestras en sus centros escolares; por el contrario, reconozco la importante actividad que llevan a cabo en cada una de sus escuelas pero, como bien se dice, hay de realidades a realidades y, dado el caso, me gustaría compartirles algunas de las que he podido vislumbrar a partir del trabajo diario, en la interacción constante con mis alumnos, y del compartir experiencias con varios profesores de los distintos niveles educativos que conforman el Sistema Educativo Mexicano (SEM).

Como ustedes bien saben, el pasado 19 de junio, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Otto Granados, presentó los libros de texto gratuitos del nuevo modelo educativo, mismos que serán entregados a los docentes de México para que éstos a su vez, tengan en sus manos, las “herramientas” para concretar la “transformación educativa” de México.

Así pues, más allá de lo que el discurso pueda representar y/o significar dado el momento electoral que estamos viviendo. Personalmente, al igual que lo han hecho en estos días otros tantos apreciables colegas, me di a la tarea de descargar los materiales que la SEP difundió, como decía, el pasado 19 de junio, para analizar, al menos de manera inicial, algunos de los elementos que éstos contienen para, a partir de ello, comenzar con un análisis más profundo y, en la medida de mis o de nuestras posibilidades, compartir algunas de las reflexiones para que con ello, nos apoyemos en la comprensión de esos materiales, dado que como también sabemos, el curso sobre aprendizajes clave que la misma SEP ofreció en línea o los que en las distintas entidades de la República Mexicana se ofrecieron (y se seguirán ofreciendo), dejaron mucho que desear.

Pues bien, insisto, inicialmente, considero que los materiales tienen un diseño “bonito”, llamativo, colorido y, podría decir, que hasta atractivo y visualmente correcto. Se observa que hubo un cuidado en dicho diseño y en la elección de las imágenes que en sus interiores se miran. No obstante, como bien sabemos, las imágenes son importantes, sí, pero no fundamentales en el proceso de enseñanza y de aprendizaje – sobre todo cuando hablamos de estilos de aprendizajes en los niños – tal y como lo es el contenido, la intención didáctica de éste y las formas en las que puede planearse, trabajarse y evaluarse tal contenido. De ahí que tenga sentido, la aseveración que hace unos meses realizaba en cuanto a que, con el modelo educativo 2017, estábamos ante un “tránsito didáctico” que colocaba al centro al docente y los procesos de enseñanza, en lugar de ubicar en ese centro al proceso de aprendizaje y al alumno que es generador de dicho aprendizaje. Pongo un ejemplo: en el “Libro de la Educadora. Educación Preescolar” que la SEP elaboró, se recupera la idea de emplear láminas didácticas como un material de apoyo que de lugar a los procesos de interacción con los niños y entre ellos. En dicho libro se señala, la existencia de 33 láminas y, se tienen contemplado que se vayan construyendo otras más. De hecho, en ese mismo texto se define qué es una lámina didáctica: es una imagen que está diseñada para plantear situaciones de aprendizaje con distintas finalidades y diferentes grados de dificultad. Ojo con el término “plantear”, porque como tal, éste nos llevaría a preguntarnos: qué plantear, para qué plantear y por qué plantear, en este caso una situación de aprendizaje, con un grupo de niños en específico.

Continuo con este breve análisis. En las propuestas de situaciones didácticas que se presentan en ese libro para la educadora, se sugiere reiteradamente, que los niños lean y escriban (por ejemplo), lo cual no significa que éstos deban aprender a deletrear, a ejercitar, o trazar letras hasta aprender el abecedario para después formar sílabas y palabras, por el contrario, se trata pues (según el texto), de que los niños reconozcan sus capacidades, asumiendo (por parte del docente) que los pequeños leen cuando exploran un libro, cuando observan imágenes y textos escritos, cuando se fijan en los detalles, cuando piensan o imaginan de qué tratan éstas (y logran expresar ciertas ideas); o cuando toman el libro que alguien leyó para ellos y se lo cuentan a su compañero. De ahí que en ese mismo material pueda leerse, que esos supuestos o esas interpretaciones que hacen los niños, son actos de lectura no convencional pero que muestran procesos reflexivos que propician comprensión y construcción de significados.

Sigo con el planteamiento. En el apartado “Libros para los niños” que contiene el Libro para la Educadoras, se dice que: al instalar la situación de lectura cotidiana en el aula es importante que usted piense en las razones por las que propone una lectura cada día, la manera cómo va a leerla, los desafíos interpretativos del texto y, si es pertinente, cómo jugar con la expresión para despertar el interés de los niños… (además de que) mediante un acercamiento cotidiano con los libros y su intervención como educadora, los niños crearán una relación afectiva con sus libros y aprenderán a cuidarlos como objeto cercano y muy preciado.

Sí, todo eso se dice en el documento que refiero; lo que no se dice en el mismo, es cómo debe el docente desarrollar las habilidades que son propias de su ejercicio en un salón de clases donde, para acabar pronto, las problemáticas son divergentes. Me explico.

Recientemente, en una vista que tuve a una escuela primaria, en una charla que sostenía con una apreciable colega, ésta me comentaba que su grupo lo conforman 27 0 29 alumnos. De los cuales, 1 presentaba anacusia, 1 más hipoacusia, 3 de ellos ya habían sido diagnosticados (por especialistas externos dado que la escuela no cuenta con personal de USAER) con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), 4 alumnos vivían con sus abuelos porque sus padres se fueron al extranjero, 3 más presentaban síntomas diversos de agresividad moderada porque sus padres se estaban divorciando, 9 de ellos tenían sobrepeso, etc., etc., etc.; esto sin considerar todo el trabajo “administrativo” que tenía que realizar para subir los datos que el SISAT requería (por ejemplo), o bien, el que su propia comisión representaba al ser la responsable de Acción Social y organizar los famosos comités de participación social. Claro, entre otras tantas cosas más.

Sí, es interesante y harto halagador lo que el mismo libro de texto propone para la generación de aprendizajes en los pequeños. Sí, el diseño, los colores, las propuestas y las sugerencias para emplear los materiales, es harto bonito. Sin embargo, hay de realidades a realidades y, tal como la que acabo de plantear, hay cientos más que existen en el nivel básico del SEM. Ciertamente es obligación del docente atenderlas para que, en sus posibilidades, se subsanen. No obstante, aún sigo preguntándome si valió la pena gastar 2,700% en imagen de un secretario gris y parco, que en capacitar a cientos de maestros que viven a diario, problemas como los que le comento.

¿Un doble tránsito? Sí, uno que implica la didáctica como tal y el otro, lo que la misma realidad te arroja en la cara sin que haya esa una posibilidad de atenderla adecuadamente, simple y sencillamente, porque no existe apoyo real para el docente.

En fin, tiempo al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-libros-de-texto-un-doble-transito/

 

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Qué tipo de maestro queremos en las normales

Por: Abelardo Carro Nava

La implementación al cuarto para las doce del “nuevo” modelo educativo para la educación normal, trajo consigo diversas reacciones en el subsistema normalista. Subsistema que, pocas veces, tiene reacciones como las que pudimos observar semanas atrás en diferentes medios de comunicación. Esto, derivado de la política que la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) impulsó de 2014 a la fecha.

Curiosamente, el tema que movilizó a diversos integrantes de las normales, no fue precisamente el de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos hasta el momento; tampoco, la falta de claridad en la aplicación de varios millones de pesos en las escuelas normales rurales del país; mucho menos, la implementación de unas normas que regulan, a partir de febrero, la vida interna de las instituciones formadoras de docentes. Se trató pues, como decía, de la implementación de un plan de estudios, inacabado y que pretende implementarse a partir del ciclo escolar 2018-2019.

El debate entre quienes demandamos un aplazamiento en dicha implementación para el ciclo escolar 2019-2020, y quienes estuvieron a favor de su puesta en marcha en un par de meses, fue intenso; lleno de momentos álgidos pero también, de posicionamientos que más allá de una probable confrontación que pueda existir entre ambas posturas, ha venido aportando un diálogo que me parece importante seguir haciendo: la educación normal que se brinda en México.

Ciertamente, por mandado constitucional, las escuelas normales no son autónomas; eso lo sabemos muy bien quienes nos encontramos inmersos en el ámbito educativo. Sin embargo, bien valdría la pena preguntarse si, a la luz de los distintos acontecimientos educativos que a diario se hacen latentes en nuestro país, la educación normal debe continuar o estar sujeta a las disposiciones y/o visiones del propio Estado o de las autoridades que actúan en nombre de ese Estado. Estoy hablando desde luego, de una autonomía institucional. ¿Similar a las de las Universidades? No lo tengo claro aún, lo que si sé es que urge que se visualice un esquema diferente y se conciba de manera diferente al medio normalista en comento.

En este escenario, un asunto que me pareció de lo más importante, tiene que ver con la participación de estudiantes normalistas de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana (BENV) cuando, a partir del diálogo que su comité estableció para decidir si fijaban un posicionamiento o no, dada la información con la que se contaba en esos momentos sobre la puesta en marcha de ese “nuevo” modelo educativo; al final de día, optaron por emprender una manifestación en la que participaron dichos alumnos, personal administrativo y docente que labora en esa prestigiada normal de México.

Asunto nada menor si consideramos que la Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, es una institución educativa donde las formas de organización académica, administrativa y estudiantil, propias del normalismo mexicano, cobran vida. Y cobran vida porque sus integrantes, han trabajado por muchos años en la formación de estudiantes que, una vez en servicio, logran enfrentar, con la capacidad y habilidades que el ejercicio docente requiere, los grandes retos y/o problemas que trae consigo el Sistema Educativo Mexicano (SEM).

Esta situación, aunada a la exposición de otros tantos jóvenes y maestros de otras escuelas normales que, debo decirlo, también se manifestaron – de manera digital vía redes sociales – a favor de la implementación de la propuesta curricular que la DGESPE vino trabajando, repito, de unos meses a la fecha; habla pues, de un normalismo vigoroso que tiene la preocupación y ocupación en y por la formación de los futuros maestros de México.

Lamentablemente, a la voz de una canción conocida por todos los mexicanos y cuyo estribillo dice: “los mariachis callaron”, la DGESPE, hasta el momento en que cierro estas líneas, guardó y ha guardado un silencio absoluto entorno a lo que a varios, me incluyo, nos preocupa y ocupa. Las razones, solamente el o los funcionarios que la representan la conocen. Puede deducirse, pero lo que no acaba de entenderse, es el por qué de ese silencio si, según se dice, fue una propuesta que gozó del respaldo de las normalistas de México.

En este sentido, es importante dejar en claro que, el normalismo mexicano es heterogéneo y, tal vez, complejo de entender. Las políticas que desde hace varias décadas y que los mismos gobiernos han implementado con el propósito de “impulsarlo” o detenerlo, han sido las que, muy probablemente, han propiciado esa heterogeneidad a la que hago referencia.

Una muestra de ello, fue precisamente las diversas expresiones que durante poco más de tres semanas se manifestaron con relación a este tema. Diversas, disímbolas, desiguales, heterogéneas, como sólo se viven en el normalismo en México. ¿Debilidad? En absoluto, cada una de estas escuelas normales tienen clara la misión que deben cumplir. No, no se trata de un deber abstracto ni de un imaginario infértil; se trata pues, de una formación con todo lo que la pedagogía y la didáctica implica.

Y es precisamente en estos dos últimos conceptos donde, desde mi perspectiva, se debe fortalecer el debate. No, no se trata de traer a colación una didáctica como la que Juan Amos Comenio planteaba en su momento. No, no se trata de fijar una postura radical a partir de la pedagogía clásica, por ejemplo. Se trata pues, de pensar y repensar qué tipo de maestro queremos. Y es ahí donde el aplazamiento cobra sentido porque, más allá de la posible “armonización” que debe darse con la educación básica, se tiene que partir no del modelo educativo que planteó la Secretaría de Educación Pública (SEP) cuya esencia se halla en una corriente neoliberal desgastada y cuyos resultados no han sido muy buenos, por cierto; se trata pues, de considerar las realidades que se viven en ese nivel educativo para que el docente o futuro docente se forme en consecuencia. ¿De qué sirve trabajar a través de lo que se conoce como “aula invertida” si las condiciones en las que viven millones de mexicanos no son las que se requieren para este propósito?, ¿de qué sirve la educación socioemocional si el gobierno no hace su parte y no trabaja para disminuir los índices de inseguridad que prevalecen y siguen creciendo en México?

Con negritas:

El 20 y 21 de junio, en la Ciudad de Saltillo Coahuila, la DGESPE comenzó con la “habilitación” de las mallas curriculares y los cursos que habrán de implementarse en las escuelas normales a partir de agosto de ese año; dicha “habilitación” podría ser pertinente si los cursos ya estuvieran concluidos, pero como aún no lo están, ese trabajo se queda así, entrecomillas y con puntos suspensivos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/que-tipo-de-maestro-queremos-en-las-normales/

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Aplazar el rediseño a la educación normal: un asunto serio

Por: Abelardo Carro Nava

El debate que en las últimas semanas se ha tenido en uno de los subsistemas que por años había estado en el olvido, ha dejado entrever, la gran necesidad de dialogar y conversar sobre la incuestionable formación inicial de docentes en México. Me refiero pues, lo que en la educación normal se ha leído y conocido en los últimos días que, dicho sea de paso, en absoluto es nada menor, si comparamos con lo que realmente se espera de la formación de los profesores que habrán de incorporarse en el Sistema Educativo Mexicano (SEM) en los próximos años. Y es que como bien sabemos, el “nuevo” modelo educativo para la educación normal que pretende implementarse en las más de 400 escuelas normales (públicas y privadas) que actualmente existen en el país, aún no está acabado. Motivo por el cual, es pertinente establecer una serie de argumentos que nos lleven, precisamente, a considerar el aplazamiento del que le he venido hablando en las últimas tres semanas. Veamos.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) menciona, que “en México habitan más de 20 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza, situación que tiene una alta probabilidad de volverse permanente y sus consecuencias negativas podrían ser irreversibles” (Animal Político, 30/04/2018). Esta situación, ligada a la alimentación de cientos de niños que, según la UNICEF, en México alcanza niveles crónicos en zonas rurales, tales como el 20.9%, y el 11.1% en zonas urbanas, agrava aún más el problema; esto, si consideramos que “en el grupo de edades de cinco a catorce años, la desnutrición crónica en las poblaciones urbanas es de 7.25%, (pero) la cifra se duplica en las rurales” (El Universal, 28/01/2018). En contra parte, “según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), en 2016, refería que el 73% de la población adulta en México padecía sobrepeso u obesidad: siete de cada 10 adultos, cuatro de cada 10 jóvenes y uno de cada tres niños” (El Excelsior, 11/03/2018) tenían sobrepeso u obesidad. Pobreza, pobreza extrema, desnutrición, sobrepeso y obesidad, son tres grandes problemas que en pleno siglo XXI se hacen latentes en México. ¿Cómo debería formarse al nuevo maestro para que enfrente estos retos?

Ahora bien, un tema que no es nada sencillo de abordar, tiene que ver con el abuso infantil, el trabajo infantil y las adicciones que en este sector se han venido incrementando en los últimos años, consecuencia de lo que pasa en el entorno, y que no se ha podido atacar con políticas públicas (aunque sea con una) por parte del Gobierno Federal en turno. Cito tres datos: la Organización Mundial de la Salud, menciona que “aproximadamente el 20% de las mujeres y un 10% de los hombres han sufrido abusos sexuales en la infancia. Del 25 al 50% de los niños de ambos sexos, reportan maltratos físicos. Las consecuencias del maltrato recaen en la salud física y mental: depresión, adicciones, precocidad y obesidad” (Universia.Net, 30/04/2018). Por su parte, el “Módulo de Trabajo Infantil, indica que más de tres millones de niños entre 5 y 17 años realizan actividades económicas y laborales, de los cuales, el 47% no perciben remuneración alguna. Además, el 8% de los niños y niñas de 5 y 14 años que laboran tienen jornadas de más de 34 horas semana, el 24% no tienen un horario regular de trabajo, y el 1.6% trabajan en lugares no apropiados o no permitidos” (Universia.Net, 30/04/2018). Y, finalmente, la “Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) en un estudio realizado entre 2011 y 2012 reveló que una de las consecuencias de la guerra contra el narcotráfico ha sido el deceso de 1,226 niños y niñas en fuego cruzado y ataques directos” (Univesia.Net, 30/04/2018). De ahí que pueda entenderse que, “el consumo de drogas, alcohol y tabaco en la población infantil y adolescente haya registrado un notable incremento en los últimos años, al pasar de 2.9 en 2011 a 6.2% en 2016” (Proceso, 04/08/2017). ¿Cómo debería formarse al nuevo maestro para que enfrente estos retos?

Por último, dos datos (aunque hay muchos más al respecto) que me parece importante tomar en cuenta, son los que proporciona la encuesta nacional de la Dinámica Demográfica en 2014: “en el país existen 2.4 millones de mexicanos sordos, de los cuales, 84 mil 957 son menores de 14 años. De éstos, sólo 64%, es decir 54 mil 372, asiste a la escuela” (El Universal, 02/04/2017). Y, también, los que la “encuesta nacional de Epidemiología Psiquiátrica señala: 1 millón 600 mil niños tendría Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), es decir, hasta el 6 por ciento de la población de 6 a 16 años; sólo 8 por ciento es atendido” (Ángulo 7, 6/02/2018). ¿Cómo debería formarse al nuevo maestro para que enfrente estos retos?

Esto, aunado a un dato que me parece de lo más relevante considerar en este espacio, y que la misma SEP dio a conocer hace un par de años, al referir que en México “existen 43 mil 665 escuelas multigrado que representan 44 por ciento del total de las escuelas primarias públicas. Estas escuelas atienden a un millón 327 388 alumnos en condiciones de vulnerabilidad social, aislamiento docente y escasa supervisión, asesoría y acompañamiento pedagógico” (El Financiero, 07/07/2016). ¿Cómo debería formarse al nuevo maestro para que enfrente estos retos?

Si, la pregunta es: ¿cómo debería formarse al nuevo maestro para que enfrente estos retos? Tengo claro que, en diseño curricular, se toman en cuenta las corrientes pedagógicas y contemporáneas (por ejemplo) que circundan el mundo entero. No obstante, en México, dados los contextos como los que brevemente he expuesto (aunque repito, hay más), se debe pensar y repensar la educación que habrían de recibir los miles de niños y jóvenes que podrían acudir a las escuelas de todos los niveles educativos. Por qué entonces, no pensar y repensar la formación inicial que los docentes habrían de recibir en las escuelas normales del país. Es claro que la formación docente debe ir a la par de los grandes cambios sociales, políticos, económicos y culturales que el mundo y las sociedades imponen; sin embargo, omitir grandes problemas que aquejan a la población infantil (por ejemplo) en nuestro país, tiene sus riesgos. En consecuencia, ¿por qué no se consideró en el proceso de “rediseño curricular” a uno de los actores fundamentales del proceso educativo como son los maestros y maestras de educación preescolar, primaria, secundaria y bachillerato?, ¿acaso su experiencia y conocimiento en el abordaje de los contenidos y el tratamiento de varios problemas como los que le he expuesto no fue relevante? En ese sentido, ¿cuál sería el perfil del nuevo docente que debería formarse para enfrentar los grandes problemas que aquejan a un país tan vapuleado como el nuestro?

Hace ya algunos años, Henry Giroux, destacó “el papel del docente en el proceso formativo en la sociedad actual, concibiendo al profesor como un intelectual crítico, reflexivo y transformador, y dándole a la educación un sentido relevante en la transformación y cambio de la sociedad” (Suárez, M., 2000); consecuentemente, si la formación inicial de docentes se concibe como mera instrumentación y operación de programas educativos, ¿cómo podemos transformar y cambiar a la sociedad a partir de la crítica, reflexión y transformación como la que el mismo autor señala?, ¿se trata de educar seres pensantes para que actúen en consecuencia?

Referencias:

Fuente: http://www.educacionfutura.org/aplazar-el-rediseno-a-la-educacion-normal-un-asunto-serio/

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La DGESPE, lo que no se ve tras la máscara

Por: Abelardo Carro Nava

La discusión sobre la educación normal que se ofrece en México a miles de estudiantes que egresan de nivel medio superior, tuvo un auge importante la semana pasada cuando, por un lado, docentes de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen” (BENV) y de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), fijaron una postura de aplazamiento con relación a la propuesta curricular que la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) pretende imponer en las escuelas normales a partir del mes de agosto de este año. Dicho aplazamiento debe darse, en razón de 5 puntos que son, en ambos casos, coincidentes pero, en otros, diferentes dado que: el diseño curricular está en proceso; hay una carga excesiva de inglés en la formación docente; el descuido de la formación integral al dejar de lado el arte, la educación física, la formación histórica, filosófica y social; la emisión de convocatorias de las escuelas normales para nuevo ingreso (para el ciclo escolar 2018-2019) con el plan de estudios vigente (2012); la transformación de las escuelas normales no se reducen a propuestas curriculares, implica otros puntos como la gestión y autonomía; finalmente, como punto adicional, la BENV exige una auditoría que clarifique el destino de más de 2 millones de pesos destinados para capacitación y para el mejoramiento de escuelas.

Ante tales argumentos, diversos maestros de varias escuelas normales del país, hicieron lo propio y, mediante comunicados a través de diversos medios y redes sociales, fijaron un posicionamiento a favor de la implementación de esa propuesta curricular dado que, a decir de éstos, dicha propuesta ha sido trabajada por los propios normalistas en las reuniones a las que la DGESPE los ha convocado con ese propósito.

El encuentro entre ambas posturas arreció cuando profesores de la BENV ofrecieron una conferencia de prensa mediante la cual, dieron a conocer que habían solicitado el aplazamiento de esa propuesta curricular mientras que, por el otro lado, un grupo de representantes de maestros de esas escuelas normales que han participado en su construcción, hicieron lo conducente y también marcaron su postura en una conferencia de prensa en la Ciudad de México.

Contextualizado el enfrentamiento que se vivió la semana pasada, un asunto que me parece importante subrayar en estos momentos, tienen que ver con una pregunta que un reportero formuló a aquellos profesores que sí están a favor del “nuevo” modelo educativo para las escuelas normales en esa rueda de prensa. En términos sencillos y concretos el periodista cuestionó: ¿quiénes fueron los responsables del rezago, por 19 años, en la modificación de la curricula para las escuelas normales? Interesante cuestionamiento que no fue del todo respondido por los maestros pero que, desde mi perspectiva, esos responsables sí tienen nombres y apellidos: los gobiernos de extracción priista, panista y, como es obvio, el priista que hoy gobierna a México.

Y es que mire usted, el posible enfrentamiento que puede verse entre colegas de las escuelas normales tiene un origen; éste se encuentra en la DGESPE, no hay más, no vayamos tan lejos. Es obvio que esta instancia tiene un compromiso político y tiene que cumplirlo a como dé lugar porque, si no fuera de esta manera, porqué insistir en la implementación de un plan de estudios que no está terminado y que en estos momentos está siendo revisado por expertos cuyo anonimato es preocupante.

Quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar en el diseño de un curso, taller o programa de estudio, sabemos que antes de echar andar un proyecto con tales características, éste debe ser piloteado, tal y como durante este ciclo escolar (2017-2018) sucedió en 1000 escuelas de educación básica del país. ¿Por qué, irresponsablemente, la DGESPE pretende implementar un plan de estudios sin que se haya piloteado?, ¿por qué, irresponsablemente, la DGESPE pretende implementar un plan de estudios en todas las escuelas normales de México si su gestión llegó a su fin y ya no les tocará implementarlo?, ¿por qué, irresponsablemente, implementar un “nuevo” modelo educativo cuya capacitación se reduce a unos cuantos días del mes de junio mientras que para la educación básica, con todas sus deficiencias, ha durado prácticamente un año?, ¿por qué, irresponsablemente, se han propuesto más horas para la enseñanza y aprendizaje del inglés si las escuelas normales no forman especialistas en esta materia puesto que el mismo documento “Aprendizajes Clave para la Educación Integral así lo refiere?, ¿por qué, irresponsablemente, ha guardado silencio durante ese posible enfrentamiento que se suscitó la semana pasada entre colegas normalistas?

Lo he dicho y lo sostengo públicamente; los profesores y profesoras que han participado en el rediseño curricular son maestros cuya trayectoria y capacidad académica es incuestionable. En varios escritos he hablado y he dado cuenta de la enorme capacidad y talento que hay en todas las escuelas normales de México. De hecho, por mi parte, exijo a la autoridad educativa que hoy dirige la DGESPE, que en los planes de estudios que se están construyendo, se le otorgue el crédito (con nombres y apellidos) a todos y cada uno de estos maestros que participaron en el rediseño curricular puesto que, como pudimos observar y conocer en el documento que se hizo público hace unos días denominado “Estrategia de Transformación y Fortalecimiento de las Escuelas Normales”, en éste, no aparece ningún nombre de esos profesores quienes dedicaron su tiempo, esfuerzo y, lo más valioso, su conocimiento, para construir un plan de estudios acorde a las necesidades y demandas del normalismo mexicano.

En este sentido, es que precisamente cobra fuerza el tema del aplazamiento y de la defensa de esa propuesta curricular. Sí, es de suma importancia aplazar su implementación. Y sí, es de gran relevancia defender (con el gobierno que llegue a quedar en la presidencia después de este 1 de julio) lo que los mismos normalistas han hecho a favor de la educación de las escuelas normales. Se trata pues, de vislumbrar un escenario en el que el aquel objetivo primario y supremo, sea el de la educación normal en México, y no lo que la misma DGESPE determine por un compromiso político (o capricho) que haya emprendido con tal o cual ex Secretario, o Secretario de Educación. Dese cuenta, ellos ya se van y los normalistas aquí seguiremos. Con nuestras divergencias, pero también, con grandes convergencias como las que aquí he expuesto. El enemigo no está en casa, está fuera de casa y, afortunadamente, repito, ya se va porque según veo, el gobierno (priista) tiene sus horas contadas en palacio nacional.

Con negritas:

La educación es un bien público no un secreto de estado, ¿por qué si la misma DGESPE asegura que éste ha sido un proceso transparente y que ha gozado del consenso de todos los actores involucrados, no hizo ni ha hecho públicos los documentos que los normalistas han venido trabajando por más de un año?, ¿por qué si la educación es un bien público, desde la misma DGESPE se ha propiciado la división del normalismo mexicano?, ¿por qué si la educación es un bien público, no se ha dialogado con otros expertos mexicanos en diseño curricular cuyas credenciales son más que reconocidas a nivel nacional e internacional?, ¿por qué si la educación es un bien público, la misma DGESPE no se ha sentado a dialogar con los “opositores y defensores” del “nuevo” modelo educativo para la educación normal? En suma, ¿por qué si la educación es un bien público, la misma DGESPE, ha sesgado su visión hacia los compromisos políticos y secretariales que puede llegar a cumplir, más que en aquella que representa un verdadero empuje para las escuelas normales de México?

Fuente: https://www.google.co.ve/search?biw=1024&bih=445&tbm=nws&ei=t0EbW-aWJqft5gKJ8Yy4Ag&q=documental+de+educaci%C3%B3n++&oq=documental+de+educaci%C3%B3n++&gs_l=psy-ab.3…45844.45844.0.46292.1.1.0.0.0.0.0.0..0.0….0…1c.1.64.psy-ab..1.0.0….0.Xc-oDBJSXuI

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