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El día más oscuro del año

Por: Amy Goodman

El presidente Donald Trump se acaba de atribuir el primer logro legislativo de su presidencia con la aprobación por parte del Congreso de la Ley de empleos y reducción de impuestos. El presidente afirmó: “Este será uno de los mayores regalos de Navidad para las personas de medianos ingresos”. Pero, en realidad, es la mayor transferencia de riqueza de abajo hacia arriba en la historia de Estados Unidos.

Luego de la votación, los congresistas republicanos fueron trasladados en bus desde el Congreso hasta la Casa Blanca para reunirse con el presidente y realizar una sesión de fotos para sellar el logro. Un analista político describió los numerosos comentarios adulatorios que llovieron sobre Trump como “casi pornográficos”. La senadora Lisa Murkowski, de Alaska, hizo una de las declaraciones más sobresalientes de la ceremonia, quizás involuntaria. En el momento de felicitar al presidente, dijo: “Este es un día realmente histórico, por supuesto, pero también es el comienzo del solsticio de invierno… el día más corto, el más oscuro del año”.

Este ha sido un día oscuro para Estados Unidos. El presupuesto anual de un país se suele considerar como un documento moral que define los valores de la nación. El sistema impositivo determina el nivel de la equidad. ¿Quién le paga al sistema y quién cosecha las recompensas? Claramente Trump, su familia y sus negocios recibirán enormes beneficios. Un elemento esencial de esta nueva ley es que los recortes fiscales concedidos a las empresas y las personas adineradas son permanentes; aquellos otorgados a las clases trabajadora y media son temporales.

Bernie Sanders, el senador independiente de Vermont, declaró: “La verdad es que lo que hemos visto hoy es un saqueo del Tesoro Federal sin precedentes. El día de hoy significa una gran victoria para los contribuyentes de campaña acaudalados, quienes han donado cientos de millones de dólares a lo largo de los años al Partido Republicano, porque estos multimillonarios obtendrán para ellos un gran recorte impositivo al mismo tiempo que el déficit de este país se verá aumentado en casi 1,5 billones de dólares. Espero que cada estadounidense preste atención a lo que dicen el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y otros republicanos, cuando expresan cómo van a contrarrestar el déficit de 1,5 billones de dólares que acaban de crear al darle este enorme recorte fiscal a las grandes corporaciones y a los más adinerados. Lo que dicen Ryan y varios republicanos es que van a contrarrestar ese gran déficit con recortes a la Seguridad Social y a los programas Medicare y Medicaid”.

El congresista republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, prácticamente confirmó el temor de Sanders cuando dijo en una entrevista de radio a principios de diciembre: “El año que viene tendremos que volver a tratar una reforma del sistema de beneficios sociales, que es como se debe abordar el problema de la deuda y el déficit”. Reducir, eliminar o privatizar los servicios de Seguridad Social, Medicare y Medicaid han sido pilares centrales del movimiento conservador durante décadas. Al recortar los ingresos fiscales federales, los republicanos están allanando el camino para un futuro déficit fiscal que alimentará su yihad para recortar estos programas, que son vitales para los estadounidenses de clase media y los de sectores empobrecidos.

Philip Alston, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre extrema pobreza y derechos humanos, emitió un incisivo informe en el que afirma: “El paquete de reforma tributaria es esencialmente una apuesta para que Estados Unidos se convierta en el campeón mundial de la desigualdad extrema”.

Alston expresó: “Estados Unidos es, por supuesto, uno de los países más ricos del mundo. Pero sus estadísticas lo dejan por debajo de casi todos los demás. No importa cuáles; tasa de mortalidad infantil, longevidad de los adultos, nivel de atención a la salud. Estados Unidos está muy cerca del final de la tabla en todas las estadísticas”.

Una persona que teme morir por culpa de los recortes de impuestos es Ady Barkan, que viajó a Washington para oponerse al proyecto de ley. En su vuelo de regreso, vio a Jeff Flake, senador republicano de Arizona, quien se ha opuesto a Trump en diversas cuestiones. El video de Ady interrogando a Flake a bordo del avión se volvió viral. Ady comenzó describiendo su reciente diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica ( ELA ), conocida también como enfermedad de Lou Gehrig:

“Hace un año estaba sano. Salía a correr por la playa. Tengo 33 años, tengo un hijo de 18 meses y, de la nada, me diagnosticaron ELA , que tiene una esperanza de vida de tres o cuatro años; no hay tratamiento ni cura. Es probable que necesite un respirador para seguir viviendo. Este proyecto de ley fiscal probablemente conduzca forzosamente a recortes automáticos de 400 mil millones de dólares, y Mick Mulvaney, de la Oficina de Administración y Presupuesto, es personalmente responsable de elegir cómo implementar esos recortes. Él piensa que las personas con discapacidades son unos holgazanes. Entonces, ¿qué va a pasar? ¿Qué debería decirle a mi hijo, o qué deberían decirle ustedes a mi hijo, si se aprueba esta ley y se recortan los fondos para las personas discapacitadas y no puedo conseguir un respirador?”

El Senado aprobó el proyecto de ley pasada la medianoche del miércoles. Mientras se desarrollaba la votación, hubo varias interrupciones por parte de manifestantes, muchos en sillas de ruedas, que coreaban: “¡Maten a esa ley! ¡No nos maten a nosotros!”. Más tarde, Barkan tuiteó: “Anoche, después de la votación en el Senado, los manifestantes contaron en los pasillos del Congreso sus historias personales sobre cómo este proyecto de ley los afectará a ellos y a sus familias. Y los senadores republicanos se reían de ellos. Eso lo explica todo. No ven nuestra humanidad”.

El destino de Ady Barkan es incierto, pero hay algo que sí está claro: él seguirá luchando por una sociedad justa y equitativa. Después del solsticio de invierno, el día más corto y más oscuro del año, cada día será más largo; más brillante.


© 2017 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Fuente: http://www.democracynow.org/es/2017/12/22/el_dia_mas_oscuro_del_ano

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Catástrofe segura: el costo de no reconocer el cambio climático

Por: Amy Goodman

El 6 de septiembre de 2017, mientras Houston se recuperaba del huracán Harvey y millones de personas en Florida y el Caribe se preparaban para el huracán Irma, la tormenta más poderosa registrada en la historia en las costas del Océano Atlántico, el presidente Donald Trump viajó a Mandan, Dakota del Norte, y dio un discurso frente a una refinería de petróleo en el que elogió el papel de su gobierno en la reducción de protecciones ambientales y en la defensa de la industria de los combustibles fósiles. Alabó la construcción de los oleoductos Dakota Access y Keystone XL, y se jactó de haberse retirado del acuerdo climático de París.

Así, mientras los desastres causados ​​por el cambio climático azotaban Estados Unidos, Trump –el hombre que dijo que el cambio climático era un invento chino– estaba haciendo todo lo que estaba a su alcance para asegurar futuras catástrofes.

Casualmente, Trump visitó Dakota del Norte cerca del primer aniversario del “Día de los perros”, que conmemora un feroz ataque canino desatado por los guardias del oleoducto Dakota Access contra los pacíficos indígenas protectores del agua que se estaban manifestando contra su construcción. Los guardias reprimieron a los manifestantes con gas y con golpes, y los perros mordieron a los protectores del agua y a sus caballos. A uno de los perros le chorreaba sangre del hocico. Democracy Now! estuvo ahí, grabando todo lo sucedido.

El oleoducto Dakota Access ha sido un símbolo especialmente poderoso para el movimiento de resistencia contra el cambio climático, que cuestiona la lógica de la extracción de combustibles fósiles y exige un cambio hacia una economía sustentable basada en energías renovables.

Los indígenas llaman al Dakota Access “la serpiente negra”. El oleoducto, que costó 3.800 millones de dólares y tiene 1886 kilómetros de largo, fue diseñado para transportar un máximo de 500.000 barriles diarios de petróleo crudo obtenido mediante fracturación hidráulica desde los yacimientos petroleros de Bakken, en Dakota del Norte, pasando por Dakota del Sur y Iowa hasta el sur de Illinois, donde se conectaría con otro oleoducto para trasladar el petróleo a la costa estadounidense del golfo de México.

A partir de abril de 2016, miles de indígenas de América Latina, Estados Unidos y Canadá se congregaron en Dakota del Norte en la mayor acción colectiva de tribus nativas en décadas. La convocatoria fue liderada por la tribu sioux de Standing Rock, que insistió en que el paso del oleoducto por debajo del río Missouri, justo río arriba de su reserva, podría contaminar de forma irreversible no solo su suministro de agua potable sino el de 17 millones de personas río abajo.

Los campamentos de resistencia siguieron creciendo. En respuesta, la empresa Energy Transfer Partners, propietaria del oleoducto, junto con el sheriff del condado de Morton, intensificaron y militarizaron la represión. Los meses de resistencia en Standing Rock se convirtieron en un punto cumbre en los anales de la resistencia no violenta, con numerosos actos de desobediencia civil creativos y valientes, realizados bajo el liderazgo espiritual de las comunidades Lakota y Dakota.

En respuesta a las protestas masivas y a la violenta represión policial, el gobierno de Obama ordenó detener la construcción de algunos oleoductos. La victoria parecía estar al alcance de la mano… y entonces Donald Trump ganó las elecciones presidenciales.

El 24 de enero de 2017, cuatro días después de asumir la presidencia, Donald Trump firmó órdenes ejecutivas para acelerar la construcción y la puesta en funcionamiento del oleoducto Dakota Acces, así como el polémico oleoducto Keystone XL, cuya construcción el presidente Barack Obama había bloqueado tras haber sido objetivo durante años de grandes protestas y acciones de desobediencia civil. Para el 1 de junio, Energy Transfer Partners afirmó en un comunicado de prensa que el oleoducto estaba “operativo”, lo que presumiblemente implica que habría comenzado a transportar petróleo.

Poco tiempo antes, el portal de noticias The Intercept publicó un informe basado en 1.100 páginas de documentos obtenidos, que detalla cómo un grupo de mercenarios militares y de inteligencia llamado TigerSwan había estado asesorando a Energy Transfer Partners y a la policía de Dakota del Norte durante meses. The Intercept informó: “TigerSwan habla de los manifestantes como ‘terroristas’, de sus acciones directas como ‘ataques’ y de los campamentos como ‘campo de batalla’, revela cómo la disidencia de los manifestantes no solo fue criminalizada, sino tratada como una amenaza a la seguridad nacional”.

El mes pasado, Energy Transfer Partners presentó una demanda contra los grupos ecologistas Greenpeace International, Earth First! y otros, acusándolos de incitar el “ecoterrorismo” contra la construcción del oleoducto. Annie Leonard, directora ejecutiva de Greenpeace, respondió a la acusación en una entrevista con Democracy Now!: “El término ‘ecoterrorismo’ en realidad fue usado para difamar un tipo de activismo protegido por la Constitución en el marco del derecho a la libertad de expresión y fundamentado en hallazgos científicos. Están intentando criminalizar una protesta sana y justa”.

El costo: el planeta

Ante la devastación que los huracanes catastróficos van provocando en extensas regiones de Estados Unidos y el Caribe, es claro cuál es la verdadera amenaza para la seguridad nacional: el cambio climático y la industria de combustibles fósiles que lo está intensificando.

Bill McKibben, fundador de la organización 350.org, dijo en una entrevista en Democracy Now! justo en medio del azote del Huracán Harvey: “Básicamente, estamos llegando al final del juego. Tenemos que pasar a las energías renovables en un 100%, y tenemos que hacerlo rápido. Por el momento, por supuesto, Trump es favorable a la industria de los combustibles fósiles. Estas empresas están concretando todos sus deseos en este país. Pero como muchas cosas que Trump toca, creo que esta es su última bocanada de aire. La gente está comenzando a asociar la locura de ir a toda velocidad hacia este futuro de efecto invernadero con el presidente más insensato y desequilibrado que hemos tenido en nuestra historia”.


© 2017 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: http://www.democracynow.org/es/2017/9/15/catastrofe_segura_el_costo_de_no

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Huracán Harvey: de desastre natural a catástrofe humana

Por: Amy Goodman

Esta semana, el huracán Harvey, que finalmente se convirtió en tormenta tropical, desató sobre territorio estadounidense la furia de un planeta en pleno calentamiento. Tras su paso por Texas, en la Costa del Golfo de México, cientos de miles de personas fueron desplazadas o quedaron sin hogar, miles languidecen en refugios hacinados y al menos 28 han muerto. Se prevé que será el desastre natural más costoso de la historia del país: se registraron las lluvias más intensas registradas hasta el momento en Estados Unidos, que provocaron la inundación de varias ciudades, entre ellas Houston, la cuarta ciudad más grande y más diversa del país.

Houston, la metrópolis del petróleo, alberga una cuarta parte de las refinerías de petróleo de Estados Unidos, y la mitad, si se tiene en cuenta toda la costa del Golfo de México. En medio de esta terrible tormenta, las instalaciones petroquímicas se vieron obligadas a cerrar abruptamente, por lo que emitieron toneladas de toxinas al aire. Esto afecta fundamentalmente a las comunidades de color más pobres que viven cerca de la zona donde históricamente se han construido las plantas.

El martes, el Presidente Donald Trump, quien se ha encargado de vender la mentira de que el cambio climático es un engaño que inventó China para perjudicar a la economía estadounidense, realizó una visita predeciblemente superficial a Texas. Sin hacer mención a las víctimas, Trump alardeó apenas aterrizó en Corpus Christi: “Qué público, cuánta gente”.

Negar el cambio climático ante la devastación provocada por el huracán Harvey es incomprensible, ignorante e inmoral. Dado que tanto Trump como el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, son negacionistas del cambio climático, es importante entender los argumentos científicos.

El Dr. James Hansen se desempeñó como principal científico de la NASA encargado de cuestiones relativas al cambio climático y actualmente es director de Climatología, Sensibilización y Soluciones del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia. Hansen explicó en el programa “Democracy Now!”: “[El cambio climático ] ya no es motivo de discusión. Se trata de hechos comprobados. Como consecuencia de los cambios en la composición de la atmósfera, provocados fundamentalmente por la quema de combustibles fósiles, el planeta se está calentando y el nivel del mar ha comenzado a aumentar debido a que el océano se está calentando y el hielo se está derritiendo. El volumen de vapor de agua en la atmósfera está aumentando debido a que la atmósfera se está calentando y, por consiguiente, la cantidad de agua que cae durante estas tormentas es mayor debido al calentamiento global provocado por el ser humano. Las tormentas eléctricas, los tornados y las tormentas tropicales obtienen su energía de la energía que está latente en el vapor de agua. Estas tormentas son en gran medida el resultado de los efectos provocados por el ser humano”. Asistimos entonces al surgimiento de tormentas cada vez más grandes. Las lluvias son cada vez más intensas y las tormentas cada vez más fuertes. El huracán Harvey, intensificado por el cambio climático, tocó tierra en el epicentro de la industria petrolera de Estados Unidos.

A la inundación, de por sí muy grave, se agregan las toxinas emitidas al aire por las refinerías de la zona. Bryan Parras, encargado de la campaña “Beyond Dirty Fuels” de la organización Sierra Club en Houston y cofundador de los Servicios de Defensa de Justicia Ambiental de Texas ( TEJAS , por su sigla en inglés), trabaja en comunidades de color de bajos recursos y de clase trabajadora en Houston, donde las personas viven muy cerca de las grandes plantas petroquímicas que emiten gases tóxicos.: “Todas las plantas, todas las refinerías decidieron cancelar sus operaciones de golpe. Cuando eso ocurre, generalmente se deben quemar los químicos excedentes. Y se trata de un proceso muy contaminante. Se puede ver literalmente humo negro flotando en el horizonte…Lamentablemente, en este proceso se emiten toneladas de químicos cancerígenos al aire”.

La escritora y activista Naomi Klein ha realizado desde hace mucho tiempo la vinculación entre los desastres naturales y el oportunismo económico. Un elemento fundamental, según la autora, es la complicidad de los medios de comunicación. Klein dijo en el programa “Democracy Now!”: “Lo que no se escucha, o se escucha muy poco, es una explicación de por qué las expresiones ‘sin precedentes’ e ‘histórico’ se han vuelto clichés meteorológicos. Escuchamos estas palabras todo el tiempo, porque año tras año se registra un calor sin precedentes, somos testigos de incendios forestales sin precedentes, de sequías sin precedentes, de tormentas sin precedentes, porque la marca es más alta cada vez”. Klein añadió: “[En los medios] no se dice que la tormenta es una consecuencia del cambio climático. Nadie explica qué es lo que provocó que la tormenta se intensificara, qué provocó que lo que normalmente hubiera sido un desastre natural se convirtiera en una catástrofe humana”.

Uno de los principales postulados actuales de la climatología es que, si bien no todo evento climático es consecuencia del calentamiento global, el cambio climático provocado por el ser humano está causando eventos climáticos extremos cada vez más intensos, más frecuentes, más costosos y más letales. Mientras la población de Texas y Louisiana sufre los últimos días de lluvia y comienza a recuperarse, más de 1.200 personas han muerto en grandes inundaciones en Bangladesh, India y Nepal. El planeta se está ahogando en el negacionismo. El cambio climático es real y es necesario tomar medidas al respecto.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231080

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La supremacía blanca y la permisividad del presidente Trump

Por: Amy Goodman

La vida es efímera, los monumentos perduran. Heather Heyer murió el sábado en Charlottesville, Virginia, cuando un automóvil, supuestamente conducido por un neonazi, embistió contra una multitud que se estaba manifestando en contra de un acto de supremacistas blancos. Alrededor de 20 personas resultaron heridas. El supremacista blanco acusado del homicidio de Heyer, James Alex Fields Jr., de 20 años de edad, estaba en Charlottesville para participar en un acto denominado “Unite the Right” (Unir a la Derecha), junto con otros miles de supremacistas blancos, neonazis y miembros del Ku Klux Klan que se oponen al plan de la ciudad de retirar una estatua del General del ejército confederado Robert E. Lee. Cientos de activistas que condenan el racismo se congregaron para protestar contra el acto de la derecha y para “defender a Charlottesville”. Dos oficiales de la policía estatal de Virginia murieron al estrellarse su helicóptero de vigilancia.

La noche anterior al acto, los organizadores realizaron una marcha evocativa de los desfiles con antorchas de la Alemania nazi. Cientos de personas de raza blanca, en su mayoría jóvenes, coreaban “¡No nos reemplazarán! ¡Los judíos no nos reemplazarán!” y el eslogan nazi de la década de 1930: “¡Sangre y tierra!”: “Blood and Soil! Blood and Soil! Blood and Soil”.

El sábado, el Presidente Donald Trump causó indignación en todo el espectro político (salvo en los supremacistas blancos, que lo elogiaron) cuando culpó de la violencia en Charlottesville a “muchas partes”: “Condenamos en los términos más enérgicos este flagrante despliegue de odio, intolerancia y violencia de muchas partes; de muchas partes”. El lunes, bajo mucha presión, Trump leyó una declaración en la que denunció a los neonazis, la supremacía blanca y el Ku Klux Klan. Su declaración, leída de una pantalla, pareció forzada, al punto que un observador afirmó que parecía el video de un rehén. Un día más tarde, Trump se desdijo. En una acalorada conferencia de prensa sin restricciones ni libreto, Trump declaró que muchos manifestantes de “Unite the Right” eran “buenas personas” y sostuvo que quienes se manifestaron en contra de ellos también deberían ser culpabilizados de la violencia: “Creo que ambas partes son responsables, no me caben dudas al respecto y a ud. tampoco. Y si informaran la verdad, dirían esto”. Tras la pregunta de un periodista acerca del grupo “Unite the Right”, respondió: “Disculpen, había gente muy mala en ese grupo, pero también había muy buenas personas”.

Según el centro de estudios legales Southern Poverty Law Center, hay al menos 1.500 estatuas, placas y monumentos conmemorativos de la Confederación no solo en el sur de Estados Unidos, sino en todo el país. La decisión de retirar la estatua de Robert E. Lee de Charlottesville no fue espontánea, sino que tuvo lugar tras mucha movilización popular, como parte de un creciente movimiento nacional liderado por jóvenes valientes. Una de las acciones más destacadas contra la exhibición de imágenes racistas tuvo lugar el 27 de junio de 2015, en la mañana posterior a una misa en honor a los nueve afroestadounidenses asesinados por el supremacista blanco Dylann Roof en la iglesia Emanuel A.M.E., en Charleston, Carolina del Sur. Bree Newsome, una joven activista y artista afroestradounidense trepó el mástil del edificio del Gobierno estatal de Carolina del Sur y retiró la bandera confederada mientras gritaba: “Vienen a mí con odio, opresión y violencia; yo vengo en nombre de Dios. Esta bandera será retirada hoy”. Tras el ataque de los supremacistas blancos en Charlottesville, Bree Newsome dijo en el programa “DemocracyNow!”: “Esto forma parte de una larga historia y de un patrón terrorista de la supremacía blanca en este país. No solo se trata de actos de violencia que intentan provocar terror, sino que son actos políticos. Es terrorismo. Debería ser calificado como tal, debería ser abordado como tal”.

Dos días después de los incidentes violentos en Charlottesville, un grupo de personas reunidas en el tribunal del condado de Durham en Carolina del Norte retiraron el monumento a los soldados del ejército confederado. Takiyah Thompsonn, una de las activistas presentes allí, dijo en el programa “DemocracyNow!” antes de dirigirse al tribunal para afrontar dos acusaciones por el delito de incitación a la violencia y tres acusaciones de delitos menores, incluido el de desfigurar una estatua: “Todo lo que aliente a esas personas, todo lo que las haga sentirse orgullosas debe ser destruido, del mismo modo que quieren destruir a las personas negras y a los demás grupos a los que atacan. Debemos retirar todas las estatuas de soldados confederados y todo vestigio de la supremacía blanca”. Si bien Takiyah Thompson podría ser condenada a varios años de prisión, se mostró imperturbable: “No se puede mantener a las personas oprimidas por siempre. La gente se alzará, como está ocurriendo en todo el país”.

El lunes, el Concejo Municipal de la ciudad de Baltimore votó a favor de que se retiraran varias estatuas confederadas. El martes, en el silencio de la noche, varios funcionarios municipales retiraron, entre otras, las estatuas ecuestres de los generales Robert E. Lee y Stonewall Jackson. Dos de los tataranietos de Stonewall Jackson enviaron una carta al alcalde de Richmond, Virginia, Levar Stoney, y a la comisión de monumentos de la ciudad para instarlos a que retiraran la estatua ecuestre de su famoso antepasado. Los hermanos William y Warren Christian leyeron un fragmento de su carta en el programa “DemocracyNow!”. Esto leyó William Christian: “Somos originarios de Richmond y también somos tataranietos de Stonewall Jackson. Como dos de los familiares con vida más cercanos de Stonewall escribimos esta carta para solicitar que se retire su estatua y que se retiren todas las estatuas confederadas de la Avenida de los Monumentos. Son símbolos claros del racismo y la supremacía blanca, y hace tiempo que ya no deberían exhibirse en público. Creemos que retirar la estatua de Jackson y de otras figuras necesariamente hará que mantengamos conversaciones difíciles sobre la justicia racial y será el primer paso para que recapacitemos”.

Su hermano, Warren Christian, continuó: “La persistente desigualdad racial en el encarcelamiento, los logros educativos, la violencia policial, las prácticas de contratación, el acceso a la salud y, quizá lo más evidente, la riqueza, dejan en claro que estos monumentos no están por fuera de la historia. El racismo y la supremacía blanca, que sin duda continúan en el día de hoy, no son ni naturales ni inevitables, sino que fueron creados para justificar lo injustificable…”.

El 3 de agosto de 1857, unos años antes de que estallara la Guerra de Secesión y 160 años antes del violento asesinato de Heather Heyer, el legendario esclavo fugitivo y reconocido abolicionista Frederick Douglass pronunció un discurso en el que dijo: “El poder no concede nada sin que se le exija. Nunca lo hizo y nunca lo hará”. El creciente movimiento por la justicia racial está exigiendo y se está movilizando. Los supremacistas blancos tendrán cada día menos estatuas confederadas a las que aferrarse.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=230506

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EEUU: Crímenes y delitos de Donald Trump

Por: Amy goodman y Denis Moynihan

El presunto intento del presidente Donald Trump de socavar la investigación del FBI sobre su ex asesor de seguridad nacional, el teniente general Michael Flynn, y su posterior despido del director del FBI , James Comey, ha inspirado un sin fin de especulaciones en los medios de comunicación hegemónicos sobre la posibilidad de que sea sometido a juicio político. Sin duda, las pruebas presentadas por el periódico The New York Times, junto con todo lo ocurrido durante los primeros meses de gobierno de Trump, amerita una investigación independiente.

Tal vez, como en el escándalo de Watergate de 1974, que forzó al presidente Richard Nixon a renunciar caído en desgracia para evitar el proceso de juicio político y destitución, el encubrimiento del delito termine siendo mayor que el delito mismo. ¿Pero qué pasaría si a Donald Trump se le hiciera rendir cuentas por sus verdaderos delitos, como matar civiles en ataques con aviones no tripulados, causarles sufrimiento o la muerte a los refugiados al negarles asilo y conducir el planeta hacia una catástrofe climática? ¿Qué sucedería si Donald Trump mantuviera sus promesas de campaña, tan indignantes como incendiarias, que, de ser implementadas, en su mayoría constituirían crímenes? Lamentablemente, el poder presidencial excesivo, y a menudo letal, ahora se considera algo normal.

A los pocos días de asumir el cargo, el presidente Trump, durante una cena con su yerno Jared Kushner y otros asesores, aprobó un operativo militar del equipo especial SEAL 6 de la Marina estadounidense en Yemen. El ataque le costó la vida al integrante de los SEAL “Ryan” Owens, así como la pérdida de un helicóptero estadounidense. ¿Pero qué se supo de las bajas civiles? Pese a las declaraciones del gobierno de Trump de que la ofensiva recopiló amplios datos para inteligencia, han surgido informes de al menos 30 muertes de civiles; entre ellos, varios niños. Según Reuters, autoridades militares de Estados Unidos dijeron: “Trump aprobó su primera operación encubierta de antiterrorismo sin suficiente información de inteligencia, apoyo terrestre ni preparativos de respaldo adecuados”. Esto fue solamente un operativo militar en Yemen entre miles, en una devastadora guerra civil exacerbada por el armamento y apoyo de Estados Unidos a Arabia Saudí, que está arrasando Yemen. Trump visitará Arabia Saudí esta semana, el primer país extranjero al que irá como presidente. Donald Trump es el comandante en Jefe, y su orden casual en medio de esa cena condujo a la muerte violenta de decenas de personas inocentes. ¿Acaso no se trata de un crimen?

A mediados de abril, el ejército estadounidense lanzó una bomba sobre un presunto objetivo del autoproclamado Estado Islámico ( ISIS , por su sigla en inglés) en Afganistán, que estos días no atrae la atención de los medios, a pesar de que la guerra más larga en la historia de Estados Unidos ha llegado a su 17º año, con promesas de Trump de extenderla y enviar miles de tropas terrestres más al terreno. Pero esta no era una bomba común. Trump dejó caer sobre territorio afgano lo que el Pentágono ha calificado como “la madre de todas las bombas” ( MOAB , por su sigla en inglés). La bomba GBU -43/B es la mayor bomba no nuclear del mundo. Se encuentra en el arsenal estadounidense desde principios de la guerra en Irak, pero nunca se había usado hasta que el comandante en jefe Donald J. Trump asumió el cargo.

El Dr. “Hakim” es un médico que ha hecho trabajo humanitario en Afganistán durante más de una década. Hakim trabaja en Voluntarios por la Paz en Afganistán, un grupo interétnico de jóvenes afganos dedicados a crear alternativas no violentas a la guerra. Recientemente dio su opinión sobre el primer despliegue de la MOAB en una entrevista con Democracy Now!. En declaraciones desde Kabul, se mantuvo de espaldas a la cámara por temor a sufrir represalias si era identificado:

“Creo que es un insulto llamarla ‘La Madre de Todas las Bombas’. Esta mañana, cuando estaba hablando con un integrante de Voluntarios por la Paz en Afganistán, Ali, él dijo: ‘¿Alguna madre le haría eso a la Madre Tierra? ¿O se lo haría a algún niño?’ El efecto es lo que el ejército estadounidense o lo que los ejércitos de todo el mundo quieren infligirles a los ciudadanos comunes; es decir, miedo, pánico, hambre, ira”.

Los medios de comunicación hegemónicos han asumido un tono más opositor desde que Donald Trump asumió el cargo, sin embargo, vuelven a alinearse cuando Trump se involucra en acciones militares. Entonces, los medios declaran, que Trump está actuando como un “presidente”.

El mismo artículo del periódico The New York Times que sostenía que Trump interfirió en la investigación sobre las relaciones entre Flynn y Rusia contenía otra sorprendente revelación. El medio informó que “según uno de sus asesores, el señor Comey debería considerar encarcelar a los periodistas por publicar información clasificada”. La libertad de prensa es la base de nuestra sociedad democrática. Trump también se ha comprometido a ampliar las leyes de difamación para que sea más fácil perseguir a quienes lo critican.

Rod Rosenstein, vicefiscal general, acaba de nombrar al ex director del FBI Robert Mueller como asesor especial para supervisar la investigación en curso de la presunta influencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016. Mueller debería evaluar los hechos enérgicamente y hacer públicas sus conclusiones. Pero la investigación completa de los crímenes de Donald Trump debería ir mucho más lejos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226860

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