La accion comunicativa del liderazgo como herramienta de los procesos administrativos en la gerencia empresarial.

Por : Alonso Jose  Mendez Hernandez.

La presente investigación tiene un enfoque documental, siendo su temática La  acción comunicativa del liderazgo como herramientas de los procesos administrativos en la gerencia empresarial. De esta manera, la competencia comunicativa es aquella capacidad de los hablantes no sólo para producir oraciones gramaticales bien formadas, sino la capacidad para comunicarse entre sí: se trata de la cabida de generar actos de habla con sentido dentro de determinadas situaciones reales. Sin embargo, la competencia lingüística es un saber universal, cuyo aforo está posibilitado por la internacionalización de las normas públicas del lenguaje llevado a cabo por el hablante en el proceso de socialización. Todo acto de habla posee necesariamente una dimensión interactiva en el que los individuos hablan entre sí.

En este orden de idea, Echeverría expone que la forma tradicional  en que se concibe el lenguaje como algo fundamentalmente pasivo y descriptivo, sin embargo, la manera en que actúan los seres humanos, dando  forma a la comunicación y la utilización de éste como un instrumento al servicio de la conciencia que permite; expresar, transmitir y comunicar,  lo que percibe en el complejo mundo que nos rodea.

En este sentido, el gerente en la actualidad el liderazgo y la innovación en los procesos en el gestor son de gran relevancia, para Román,  De Pelekais y Pelekais citado por Montilla (2015).  La gerencia y la innovación deben estar estrechamente ligadas a la hora de fusionar los recursos organizacionales para así, ciertamente reorientarlos hacia la contextualizada exigida y vivida por la organización. En tal sentido,  el innovador debe ser visto como una estrategia necesaria e ineludible a la hora de guiar, administrar y gerenciar las organizaciones modernas. Al equivocarse como producto de la innovación, se profundiza el aprendizaje colectivo institucional a la vez que se le da apertura al surgimiento de nuevos lineamientos estratégicos reorientarlos al abordaje el cambio. Sin embargo, Rojas y Colmenares (2010), sostiene que  las personas encargadas de estar al frente de las organizaciones y liderar las actividades que las mantengan, multipliquen, potencien y conlleven al éxito, necesitan anticiparse a los cambios, aprovechar las características diferenciadoras de las empresas, adelantarse a las necesidades de los clientes, liderar en tecnologías, hacer evolucionar a las organizaciones, con una visión clara de sus responsabilidades, potenciando lo que se sabe hacer y rectificando frente a las equivocaciones.

Ahora bien, Odreman (2002) señala que “los procesos organizacionales se combinan con un  conjunto de enfoques desde la mejora continua, reingeniería, planificación estratégica, entre otras” (p.19), pero más allá de estos enfoques y la base teórica que la sustenta, el rol y las competencias de un gerente se pone a prueba en el momento de promover, planear, inducir y ejecutar el cambio organizacional en forma efectiva, es allí donde la gerencia forma parte de los éxitos y progresos de las instituciones educativas.

La presente investigación, busca esbozar, desde el ámbito del paradigma crítico, la acción comunicativa llevada a cabo en la acción comunicativa del liderazgo como herramientas de los procesos administrativos en la gerencia empresarial.

Antecedentes de la investigación

Para Vielma (2011), en su investigación titulada El Control Administrativo: Factor importante para el logro de la Competitividad en la Empresa Agrícola, Lo anterior conduce a la obtención de una ventaja competitiva en relación a los demás productores, se logra una mayor utilidad, y por ende una mayor competitividad. Esto requiere de la aplicación de métodos de control administrativo, los cuales forman parte de un sistema de información para determinar la estrategia competitiva. El control es una herramienta intrínsecamente informativa, que facilita el proceso administrativo y la toma de decisiones internas y externas por parte de los diferentes usuarios del mismo.

Dentro de esta perspectiva, es en el proceso de análisis de flujos de información de cada una de las actividades del proceso productivo, donde las herramientas de control facilitan la minimización en costos como la diferenciación para lograr una clara ventaja competitiva Con la ejecución de este trabajo de investigación, pretendemos destacar la importancia del control administrativo en la formulación, mejoramiento y evaluación de las políticas de una unidad de producción para minimizar los costos de producción. La intención es generar conocimiento del hecho de que el control administrativo debe ser comprendido por todos aquellos que utilizan u obtienen sus resultados, que la acción se oriente a lograr que el mismo anticipe e informe los desvíos a tiempo para emprender la acción correctiva antes de que ocurran desvíos más graves, con la suficiente flexibilidad para que sea compatible con los cambios del ambiente organizacional y económico, para evitar gastos de mantenimiento del sistema de control. Además de ello, despertar en el recurso humano que dirige o labora en la unidad de producción a comprometerse con el mejoramiento continuo, de tal manera que a través del tiempo se logre la productividad y con ello se consiga un liderazgo en costos, por constituir los mismos uno de los factores de gran importancia al momento de competir.

En este sentido, esta investigación de descriptiva plantea aspectos como la revisión de investigaciones anteriores relacionadas con el tema, en este caso el proceso productivo de la papa en la zona andina. Asimismo precisiones sobre el concepto de competitividad en el sector agrícola; seguidamente se establecen las principales características del sistema productivo de la papa en el estado, así como una breve descripción del área de estudio. Finalmente se presenta el resumen de resultados, relacionados con la información General, situación administrativa, comercialización del producto y asistencia al productor, para luego proceder a establecer las conclusiones y algunas recomendaciones que pudiesen ayudar al momento de fijar las políticas y estrategias relacionadas con el sector agrícola en la zona. El planteamiento se puede resumir en la necesidad de determinar una estrategia competitiva, con base en un sistema de información que permita la aplicación de métodos de control administrativo para lograr la minimización de los costos de producción. Lo anterior permite la obtención de unas ventajas competitiva por el manejo de precios diferenciales, mayor rentabilidad y manejo del mercado y de los costos

Para Milla y Sottile (2012). En su trabajo de investigación titulado Valorar un Plan Administrativo en el Departamento de Contabilidad Estadal de la Dirección Regional de Salud del estado Portuguesa. La indagación se realizó bajo la modalidad de trabajo de aplicación denominado; Valorar un Plan Administrativo en el Departamento de Contabilidad Estadal de la Dirección Regional de Salud del estado Portuguesa. El mismos estuvo esquematizado de la siguiente manera; la Problematización, marco teórico, metodología donde se estableció la población en un total de ocho (08) trabajadores del departamento contable, la  validez fue mediante el Juicio de experto donde evaluaron coherencia, pertinencia, claridad. En este orden de idea, para la confiabilidad del instrumento utilizó la escala de Liker, empleándose de la manera siguiente, totalmente de acuerdo, en acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo y totalmente en desacuerdo.

En este sentido, aplicó la propuesta estructurada en tres fases la primera consistió en presentar un cronograma de funciones a los trabajadores del departamento de contabilidad estadal, seguidamente la segunda fase consistió en  la división del trabajo y la tercera en la elaboración de indicadores de gestión como mecanismo de evaluación del proceso administrativo llevado a cabo en esta unidad contable, en este sentido,

Las investigadoras antes citadas, concluyeron que la participación de los empleados de este departamento en su totalidad y consolidó el interés en el desarrollo de las actividades en función del proceso administrativo y su evaluación como mecanismo para alcanzar los objetivos previsto en la organización.

Así mismo, Vidal y Contreras (2012). En su trabajo de investigación realizado Aplicar un Manual de Procedimientos Administrativos para la reorganización del  Ambulatorio Fe y Alegría en el Municipio Guanare. El tipo de investigación se enmarco dentro de la modalidad de proyecto de Aplicación, sustentado en un trabajo de campo de carácter descriptivo. La población la constituyo un grupo de (05) funcionarios del Área administrativa, la muestra la represento el total de la población, por ser un grupo pequeño y finito, las variables manejadas fueron: organización y procedimientos, es preciso enfatizar que para la recolección de información se utilizo la técnica de la encuesta, con el diseño de un instrumento tipo escala de likert, cuestionario de doce (12) ítems, los datos fueron recaudados manualmente y la información obtenida presentada en cuadros de gráficos barras indicando el porcentaje de cada ítems con sus respectivos análisis.

En este orden de ideas, los investigadores obtuvieron que los empleados en su mayoría no tienen sus funciones definidas de acuerdo al cargo que ocupan, teniendo esto como resultado ineficiencia, retardo, desconocimiento de la responsabilidad funcional de cada quien, por tal motivo se concluye que existió la necesidad de elaborar, ejecutar y evaluar la propuesta presentada con la finalidad de organizar, las acciones que se llevan a cabo en esta área administrativa y esta propuesta esta a cabalidad en las funciones de cada uno de los procedimientos realizados de acuerdo al cargo que ocupan.

Los antecedentes antes citados, permite enfocar la presente investigación en el desarrollo de los procesos administrativos y su importancia para la gerencia empresarial en los últimos tiempos, en este sentido, es necesario indagar sobre los conceptos que construyen el titulo de esta investigación para confrontar las posturas ideológicas de autores referente a la temática.

A continuación se sugiere un sustento teórico.

La acción comunicativa no tiene como propósito un pensamiento único, sino que las convicciones compartidas vinculan a los participantes en términos de reciprocidad, en este sentido, para Habermas (1993), se refiere a  como “El concepto de acción comunicativa, fuerza u obliga a considerar a los actores como hablantes y oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan, recíprocamente a este respecto, pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio”(p.493).

En este sentido, Habermas (ob.cit),  sostiene a su vez que; el primer elemento el enunciado que hace es verdadero, como segundo se tiene la acción pretendida es correcta y por último la intención manifiesta del hablante es, en efecto, la que el  hablante expresa. Aunado a esto, se apoya en la reciprocidad de la acción y su orientación al entendimiento. Es por ello que, en la acción comunicativa, ineludiblemente se llega a un saber común, fundado en ese acuerdo, aun cuando las conclusiones y decisiones a las que cada uno de los actores llegue sean diferentes.

Dentro de esta perspectiva, se interpreta entonces de forma estrictamente como las acciones que permiten a los actores dilucidar de una nueva manera su contexto. Y sobre esa interpretación cada uno puede tomar sus decisiones. Al respecto, el concepto de acción comunicativa implica una relación seria y profunda de la fuerza de como los hablantes y oyentes que se refieren al mundo.

De este modo, Pasquali (2005), sostiene que la acción comunicativa surge del Emisor-Medio de Comunicación-Perceptor. Ello sirve como base para sustentar que el avance tecnológico de los medios de comunicación no han sido el motor impulsor causante de problemas comunicacionales que existían previamente, pero sí que han venido a ampliar la capacidad inherente del ser humano de comunicarse, pero no a «engrendarla» (p.36). Bajo esta concepción, el eje vertebral de la dialéctica de del autor se ubica en  pilares de Kant para aproximarse al origen propio de la comunicación, los mismo se dividen en categorías como; la Cantidad, la Cualidad, de la Relación y de la Modalidad, teniendo en cuenta, no obstante, que cuando al ser humano se le representa algo, el primer paso que se produce es su ubicación en espacio y tiempo.

Cabe señalar que,  Pasquali (ob. cit.), considera que la comunicación es la relación comunitaria humana consistente en la emisión-recepción de mensajes entre interlocutores en estado de total reciprocidad, siendo por ello, un agente esencial de convivencia y un elemento determinante de las formas que asume la sociabilidad del hombre. En efecto, Ambos consideran indispensable la interacción que refleja Pasquali, la reciprocidad Habermas entre los actores o transmisores-receptores de acción comunicativa.

Creo que es evidente, que los autores antes citados establecen de entrada la validez de las diferencias entre los actores de la comunicación, así como la necesidad de confrontar sus propios valores y pretensiones. No obstante, para Paoli (1994), La comunicación es establecer la conciencia profunda del mutuo respeto, y dar respeto es dar valor. Al reconocer lo que de verdaderamente valioso tiene el ser humano. Estas razones, permite que la comunicación implica entonces considerarse recíprocamente valiosos en tanto seres humanos. Por supuesto, con respecto y un mensaje claro, con este enfoque es necesario velar una comunicación que alcance las expectativas en el accionar de la era de la diplomacia digital.

Ahora bien, Echeverría (ob.cit),  cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien se puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, juicio, afirmación, pedido y promesa que incluye la oferta. En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable e incluso podría no producir efecto alguno.

Es por ello, que Stein (2007) “Una acción que, además de naturaleza informativa, tendría una naturaleza comunicativa, dado que el sentido que resulta de la interacción humana es lo que posibilita que en un momento determinado podamos hablar de comunicación” (p.62). Al  respecto, la  comprensión, de cada persona  y  la interpretación de lo que significa ser humano, lo concebimos en seres lingüísticos, donde las  actividades giran en función del mismo; dicho de otro modo, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la comunicación; de tal manera, que pone como eje principal  de estudio a las conversaciones, las cuales constituyen y establecen nuestra particular forma de ser.

En ese mismo contexto, el lenguaje  es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia. El lenguaje es generativo,  nos permite hablar «sobre» las cosas: hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, crea realidades. El idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.

Sin embargo, los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

Dentro de esta perspectiva, el concepto de lenguaje descriptivo y generativo será bien simple conocer anticipadamente de cuales conversaciones se generará acción y de cuales se obtendrá una descripción que con lleve a una acción estratégica. Así la ontología sostiene que el lenguaje genera realidad. Desde el punto de vista del hablante, el lenguaje es una posibilidad y el hombre otra con aptitud para utilizar el habla como herramienta para generar acción, y de acuerdo a las distinciones que ese hombre tenga sobre el lenguaje es que alineará su hablar hacia la consecución de su propósito  con mayor o menor efectividad.

Cabe señalar que, esto representa que el hombre en su progreso aparece en el lenguaje y a su vez el lenguaje es producto de la evolución del mismo. Sin Embargo, la capacidad creativa del hombre parece razonable considerarlo creador del lenguaje – acción que luego evoluciona junto con él. Es por eso, que al  interpretarse que el lenguaje permite al hombre extrapolar su manera de crear, potenciándola, ya que al suceder fuera de él puede observarla depositando sus ideas en un espacio diferente del que ejerce para pensarlas, y ese lugar de interacción es el lenguaje. El hombre se observa en el lenguaje que propicia una  acción comunicativa.

Es por eso, que la postura de imaginar el lenguaje como un todo responsable de las acciones dentro del campo social, es indispensable pero desplaza a otros elementos que al ser utilizados producen un resultado más cercano de la realidad. Cabe destacar que, es de gran relevancia considerar lo expuesto por Bourdieu, Arent y Levinás, a continuación se refleja la postura de estos autores:

BOURDIEU ARENDT LEVINAS
Plantea que los campos como «universos sociales relativamente autónomos» Son campos de fuerzas, en los que se desarrollan los conflictos específicos entre los agentes involucrados. La educación, la burocracia, los intelectuales, el religioso, el científico, el del arte.

Expone el capital simbólico es una propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero, que, percibida por unos agentes sociales dotados de las categorías de percepción y de valoración que permiten percibirla, conocerla y reconocerla, se vuelve simbólicamente eficiente, como una verdadera fuerza mágica: una propiedad que, porque responde a unas «expectativas colectivas», socialmente constituidas, a unas creencias, ejerce una especie de acción a distancia, sin contacto físico.

Resaltar su «arquitectura teórica» básica.

Establece tres dimensiones básicas de la Condición Humana: labor, trabajo y acción. Tales dimensiones son propias de todo individuo en toda sociedad, por detención u omisión.

Labor como la dimensión ligada a la necesidad, al ciclo de repetición de la naturaleza, esto es, la labor produce todo lo necesario para mantener vivo al organismo humano y a la especie.

Trabajo, a diferencia de la labor, es productivo: sus resultados están destinados no tanto a ser consumidos como a ser usados -tienen un cierto carácter duradero-. Frente a la característica repetición del laborar, el trabajo como fabricación produce la pura variedad inagotable de cosas, por tanto con una existencia relativamente estable, que constituyen el mundo en que vivimos, el artificio humano

Acción hace referencia a la libertad. Así, frente a la circularidad de la labor y la proyectabilidad del trabajo, la acción se distingue por su constitutiva libertad, por su carácter invariablemente impredecible.

Yo en relación al Otro, en su dimensión de temporalidad y trascendencia; no es el hecho de un sujeto aislado y único sino que es la trascendencia en la apertura hacia los otros, en una perspectiva diacrónica. Estas conferencias tienen el objetivo de salir del aislamiento de existir del existencialismo, cambiando el ámbito del saber. Si podemos transmitir la existencia por la palabra, pero no podemos compartirla en el ámbito del saber ¿qué tipo de comunicación con el ser puede hacernos salir de la soledad? Nunca más un ser para la muerte sino un ser para el Otro.

Fuente: Méndez (2015).

Ahora bien, los actos lingüísticos como los juicios, afirmaciones y pedidos, representa la subjetividad que tiene el ser un humano en su medio ambiente, es  por eso, que al citar a  Bourdieu, en que  plantea los campos como «universos sociales relativamente autónomos» Son campos de fuerzas, en los que se desarrollan los conflictos específicos entre los agentes involucrados. La educación, la burocracia, los intelectuales, el religioso, el científico, el del arte. Estos elementos conforman campos específicos, estructurados y característicos en los que se enfrentan diversas visiones que luchan por imponerse. Es decir, que las acciones de todo ser humano no se encuentra únicamente en su forma de hablar o expresar sus ideas, es necesario reformar el entorno social donde se desenvuelve el individuo ante las características de grupo social.

En este orden de idea, destacar el «capital simbólico»: es una propiedad cualquiera, fuerza física, valor guerrero, percibida por unos agentes sociales dotados de las categorías de valoración, permiten conocerla y reconocerla, asumiendo así unas «expectativas colectivas», socialmente constituidas, a unas creencias, donde se ejerce una especie de acción a distancia, sin contacto físico.  Es decir, que nuestra sociedad actual al considerar los elementos del entorno y las características o comportamientos de una región o espacio territorial reconoce una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los demás de un poder a ese valor.

Dentro de esta perspectiva, para que ocurra ese reconocimiento se debe iniciar de  un consenso social sobre el valor del valor, por así decirlo. Gran parte de la obra de Bourdieu se ha dedicado al descubrimiento o revelación de los mecanismos que se dedican a la constitución de esos elementos que configuran el capital simbólico en cada campo social. Así cuando habla de una «teoría de la violencia simbólica», la califica como «una teoría de la producción de la creencia, de la labor de socialización necesaria para producir unos agentes dotados de esquemas de percepción y de valoración que les permitirán percibir las conminaciones inscritas en una situación o en un discurso y obedecerlas» (La economía de los bienes simbólicos).

Al respecto, para que un valor sea percibido como tal, se generan toda una serie de acciones cuya función es la construcción de la creencia que perciba, reconociéndolo, el valor. Sólo así puede funcionar el concepto de capital simbólico. Dentro de este marco, es comprensible que Bourdieu se haya dedicado al análisis de los campos en los que es especialmente señalada la configuración de los valores simbólicos: el estado, la burocracia, la iglesia, el mundo académico.

Dentro de su sistema conceptual, el habitus es otra presencia constante. La sociedad no existe una vivencia independiente de la sociedad misma y sus reglas; las experiencias están mediatizadas por las configuraciones de los diferentes campos. Si el campo es el marco, el habitus es el efecto del marco, su interiorización: también  cumple una función que, en otra filosofía, se confía a la conciencia trascendente: es un cuerpo socializado, un cuerpo estructurado, un cuerpo que se ha incorporado a las estructuras inmanentes de un mundo o de un sector particular de este mundo, de un campo, y que estructura la percepción de este mundo y también la acción en este mundo.

El punto de vista subjetivo considera que la realidad es obra en construcción, el mundo social humano construye prácticas organizadas de la vida cotidiana o del saber ordinario, así se dice que el hombre está hecho de representaciones y voluntades y el mundo es producto de las decisiones, acciones y actos de conocimiento del individuo, sin embargo no se explica porqué y con qué principios el hombre lleva a cabo el trabajo de producción de la realidad, además concibe a las estructuras sociales como sólo una agregación de estrategias y actos de clasificación individuales.

Para Arendt establece tres dimensiones básicas de la Condición Humana: labor, trabajo y acción. Según la posición de este filosofo conlleva a determinar que los actos lingüísticos es una parte de acciones en que se encuentra sujeto los seres humanos, es por eso, que al considerar las dimensiones  propias de todo individuo en toda sociedad, por detención u omisión. Igualmente, describe las dimensiones propias de la Condición Humana en tanto que Antropología Filosófica, es decir, los fundamentos filosóficos básicos que hacen caracterizar nuestra especie como plenamente humana.

En este orden de idea, Arendt define la labor como la dimensión ligada a la necesidad, al ciclo de repetición de la naturaleza, esto es, la labor produce todo lo necesario para mantener vivo al organismo humano y a la especie. Se caracteriza por no dejar nada tras de sí: sus productos están destinados a ser consumidos y desparecen casi tan rápidamente como se han producido. De este modo, laborar y consumir no son más que dos etapas del siempre repetitivo ciclo de la vida biológica. Pertenece asimismo a la labor su no visibilidad y su carácter apolítico. Tal dimensión caracteriza una actividad propia; en este caso, la del uniforme y cíclico «animal laborans«. Cabe señalar que, las  determinaciones de las acciones humanas conllevan a una sociedad a determinar su pensamiento y forma de pensar ante los hechos o situaciones propias de sus actividades, así mismo, no solo los actos lingüísticos  deben mostrar un espejo de un determinado grupo social.

Así pues, otra dimensión de la condición humana: el trabajo, a diferencia de la labor, es productivo: sus resultados están destinados no tanto a ser consumidos como a ser usados tienen un cierto carácter duradero-. Frente a la característica repetición del laborar, el trabajo como fabricación produce la pura variedad inagotable de cosas, por tanto con una existencia relativamente estable, que constituyen el mundo en que vivimos, el artificio humano. Esta misma estabilidad, durabilidad de los productos del trabajo es lo que posibilita la objetividad. Sólo por haber erigido un mundo relativamente independiente de objetos a partir de la naturaleza y por haber construido este ambiente artificial, podemos considerar la naturaleza como algo objetivo.

Finalmente, la tercera y última dimensión de la Condición Humana: la acción hace referencia a la libertad. Así, frente a la circularidad de la labor y la proyectabilidad del trabajo, la acción se distingue por su constitutiva libertad, por su carácter invariablemente impredecible. Las acciones en el mundo, a pesar de tener un comienzo determinado, nunca tienen un fin predecible y menos aún unas consecuencias cerradas.

En este sentido, la acción para hacer del mundo artificial fabricado cuya estabilidad perdure y sobreviva al siempre cambiante movimiento de las vidas humanas, en tanto trascienda la simple funcionalidad de los bienes de consumo y la utilidad de los objetos de uso. Una posición muy marcada

En síntesis, gracias a la acción y a la palabra que el mundo se revela como un espacio en el que es posible la vida en su sentido no biológico. La acción no tiene sentido en la soledad de uno mismo, al contrario, su verdadera naturaleza obliga a ser interpersonal e inédito en un mundo ya preestablecido de otras relaciones humanas. Es decir, que el lenguaje debe ser acompañado por acciones para que exista un verdadero reconocimiento del otro como ser humano ante sus diferentes manifestaciones en su entorno social.

En esta perspectiva, al citar a Lévinas prefiere pensar en la filosofía como “sabiduría que nace del amor” en vez de “Amor a la sabiduría” (significado etimológico de filosofía). Deriva el principio de su ética de la experiencia del encuentro con el Otro. El encuentro cara a cara es la relación inevitable en la que la cercanía y la distancia de la otra persona logran sentirse y tener un efecto. Es por eso, el rostro en el que se presenta el Otro no niega ni viola al Mismo (quien también es un Otro). Los dos interlocutores permanecen al mismo nivel, terrenales y reales. Para Lévinas el tener el rostro del Otro frente a uno mismo genera un sentimiento de compromiso. Ya que se tienen noción de la existencia del Otro forma parte del Mismo y sus experiencias, por eso nace la necesidad de prever por el Otro.

A su vez, la revelación del rostro hace que se reconozca la trascendencia y heteronomia del Otro. Así pues, se distingue dos actitudes frente a la Biblia: la del fiel judío que lee el versículo basándose en la tradición, y la del filósofo fenomenológico que lo lee buscando una justificación, una razón. En la segunda se da una profunda relación entre la religión y la filosofía, que se explica porque la Biblia para Lévinas es esencial al pensamiento, pues enseña que el hombre es el ser que ama a su prójimo. En este sentido, la tesis de que la tradición hebrea es, en su dimensión talmúdica, un ejercicio reflexivo de comprensión de la realidad y, por lo tanto, actividad filosófica.

En este orden de idea, la ontología contemporánea que piensa el ser en su relación con el hombre, «acercarse a la idea del ser en general en su impersonalidad para analizar la noción de presente y la posición en la que, en el se impersonal, surge, como efecto de la hipóstasis, un ser, un sujeto, que la fatiga y la pereza, que muestran la diferencia entre el existente y la existencia. Presenta, también, la relación del hombre con el mundo mediante las intenciones o deseos y mediante el conocimiento o luz, que es lo que permite entrever un más allá del ser. El hombre, en su relación con el mundo, es capaz de separarse de él, de alejarse: esto es el exotismo en sentido etimológico.

Sin embargo, se puede percibir la existencia sin existente como una existencia impersonal y anónima, cuya expresión es la noche o falta de luz, que genera el horror que despoja a la conciencia de su subjetividad misma. En este horror a la noche se revela no la angustia ante la nada, como propone Heidegger, sino el miedo del ser, de la necesidad de asumir por siempre la carga de la propia existencia.

De ahí que Lévinas describe esta experiencia de la noche o del ser como la densidad de un vacío, el murmullo del silencio de la existencia al existente. En esta noche del ser, la conciencia del sujeto pensante se presenta como la ruptura del insomnio del ser anónimo, como el advenimiento o posición de un sustantivo, al que Lévinas denomina hipóstasis o subjetivización del sujeto.

A partir de aquí estudia las dimensiones de esta sustantivación: la conciencia, el aquí, el sueño y el lugar, el presente y el tiempo, el yo, la posición y la libertad. Gracias a este análisis de la posición del existente, Lévinas concluye que el existente domina la existencia, pero la existencia tiene un peso sobre el existente; que la aparición de un existente es la aparición de un sustantivo en el seno de la existencia impersonal; que al buscar la hipóstasis, se ha encontrado la conciencia; y que el existente que se tiene que ocupar de sí mismo está sumido en una absoluta soledad. La separación del ser impersonal explica que lo propio del hombre sea la identidad, el encadenamiento a sí mismo y la imposibilidad de deshacerse de esto.

Para concluir los actos lingüísticos desde la óptica de Bourdieu,  la realidad es una obra en construcción, el mundo social humano se construye con una prácticas organizadas de la vida cotidiana o del saber ordinario, así se dice que el hombre está hecho de representaciones y voluntades y el mundo es producto de las decisiones, acciones y actos de conocimiento del individuo, sin embargo no se explica porqué y con qué principios el hombre lleva a cabo el trabajo de producción de la realidad, además concibe a las estructuras sociales como sólo una agregación de estrategias y actos de clasificación individuales.

Aunado a esto,  el filósofo ante citado se basa en acciones y actos del conocimiento y no en el lenguaje como de forma directa. Es decir, esto es un complemento  de las actividades en los seres humanos.  Así mismo, Arent las acciones en los diferentes elementos El Habla (acción) es el lugar común que permite entender ese escenario que nos separa a la vez que nos une que es el mundo.

Para Senge, el liderazgo implica aprender a moldear el futuro. Existe el liderazgo cuando las personas dejan de ser víctimas de las circunstancias y participan activamente en la creación de nuevas circunstancias. El liderazgo implica crear un ámbito en el cual los seres humanos continuamente profundizan su comprensión de la realidad y se vuelven más capaces de participar en el acontecer mundial, por lo que en realidad tiene que ver es con la creación de nuevas realidades.

¿El líder nace o se hace?

Senge plantea que en la noción de liderazgo debe mantenerse una disciplina de la visión compartida, en la que los principios del dominio personal en el mundo de la aspiración colectiva y del compromiso compartido se consideran elementos determinantes; dentro de ella, el dominio personal es la disciplina que consiste en aclarar continuamente nuestra visión personal, concentrar las energías y ver la realidad cada vez con mayor precisión. Por otra parte, sostiene que «el afán y la capacidad de aprender de una organización no pueden ser mayores que las de sus miembros, por ello, el dominio personal es piedra angular y cimiento de la organización inteligente».

No existe, por lo tanto, una apreciación estricta de que el gerente nazca, ya que en el marco de una política de visión compartida todos tienen características y/o cualidades para desarrollar el liderazgo, importando en este caso la orientación de consenso que permita tomar decisiones orientadas hacia el objetivo común.

Tipos de Liderazgo.

Sostiene que hay una disciplina de la visión compartida, que introduce los principios del dominio personal en el mundo de la aspiración colectiva y del compromiso compartido, elementos que condicionan la adopción de esquemas de liderazgo basados en la concertación, el diálogo y la interrelación entre todos los cuadros presentes en la organización. El dominio personal no es más que la disciplina de «aclarar y ahondar continuamente en nuestra visión personal, concentrar las energías, desarrollar paciencia y ver la realidad cada vez con mayor precisión… comienza por aclarar las cosas que de veras nos interesan, para poner nuestra vida al servicio de nuestras mayores aspiraciones”, sin dejar de lado la evaluación de los compromisos recíprocos entre el individuo y la organización.

Ante este panorama, los esquemas tradicionales de liderazgo deben ser repensados integralmente, por cuanto no se adaptan a estas nuevas condiciones al estar basados en la idea del liderazgo individual, con muy poca o ninguna vinculación con la toma de decisiones por consenso.

Así mismo, los procesos administrativo como planificar, organizar, dirigir y controlar las actividades de los miembros de la organización y el empleo de todos los demás recursos organizacionales, con el propósito de alcanzar las metas establecidas para la organización. Este proceso es una forma sistemática de hacer las cosas. Se habla de la administración como un  paso para subrayar el hecho de que todos los miembros que forman parte de un consejo comunal, logren trabajar de manera organizada para alcanzar así las metas prevista en cada periodo de gestión.

 Conclusión

En resumidas la comunicación de un gerente es de gran relevancia en el desempeño de sus funciones, sin embargo, viene hacer un instrumento para difundir sus pensamientos, la comunicación juega un papel de gran relevancia en las acciones que se generan al utilizar el lenguaje, como sostiene Echeverría el acto lingüístico básico es la declaración, y todo es una declaración. Hablar es declarar. Cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, como juicio, como afirmación, como pedido y como promesa que incluye la oferta.

En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable. Incluso podría no producir efecto alguno.

La  comprensión, de cada persona  y a la interpretación de lo que significa ser humano, lo concebimos  en seres lingüísticos, donde las  actividades giran en función del mismo; por lo tanto, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la comunicación; de tal manera, que pone como eje principal  de estudio a las conversaciones, las cuales constituyen y establecen nuestra particular forma de ser.

Es por ello  que, si se pretende saber cómo somos, y porque somos de este modo, sustraemos parte de esa información, del análisis de las conversaciones. Es importante dejar claro que, las conversaciones son la clave para discernir en el alma humana. Por lo tanto, ubicar en el centro de la mirada a las conversaciones, involucra situar tanto al lenguaje como a las emociones, puesto que toda conversación, articula lenguaje y emoción.

La ontología del lenguaje, nos lleva a hacer referencia a nuestra comprensión genérica, a nuestra vida diaria y al trabajo, ya que todos ellos, se sustentan en una manera particular de interpretar el fenómeno humano.

El lenguaje  es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia. El lenguaje es generativo,  nos permite hablar «sobre» las cosas: hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, crea realidades. El idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.

Sin embargo, los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

En este sentido, el concepto de lenguaje descriptivo y generativo será bien simple conocer anticipadamente de cuales conversaciones se generará acción y de cuales se obtendrá una descripción. A modo de ejemplo sobre una conversación de queja se obtendrá una descripción sobre lo que sucede y no le gusta al hablante, y si se transforma en una conversación de propuesta se obtendrá una posibilidad de cambiar eso que no le gusta. Así la ontología sostiene que el lenguaje genera realidad. Desde el punto de vista del hablante, el lenguaje es una posibilidad y el hombre otra con aptitud para utilizar el habla como herramienta para generar acción, y de acuerdo a las distinciones que ese hombre tenga sobre el lenguaje es que alineará su hablar hacia la consecución de su propósito  con mayor o menor efectividad.

Cabe señalar que, esto representa que el hombre en su progreso aparece en el lenguaje y a su vez el lenguaje es producto de la evolución del hombre. Legitimando la capacidad creativa del hombre parece razonable considerarlo creador del lenguaje que luego evoluciona junto con él. Puede interpretarse que el lenguaje permite al hombre extrapolar su manera de crear, potenciándola, ya que al suceder fuera de él puede observarla depositando sus ideas en un espacio diferente del que ejerce para pensarlas, y ese lugar de interacción es el lenguaje. El hombre se observa en el lenguaje.

De este modo, será el lenguaje, como fenómeno social, una herramienta al servicio de la efectividad de lo que se quiera lograr o crear grupalmente o en equipo. La coordinación de acciones en funcionamiento será testigo de lo que pueda permitir el lenguaje como generador de acción común en ese equipo.

En relación con lo anterior, el espacio para que ese lenguaje tenga donde ocurrir, determinará la capacidad de creación de resultados en una proporción equivalente al tamaño de la relación. Dicho de otro modo a mayor relación mayor capacidad de acción coordinada, vale decir que, según dice Elena Espinal, el tamaño de la relación influirá directamente en el tamaño del resultado factible de lograr. El lenguaje se identifica en relación con otros seres, o sea que existe porque en su momento hubo un otro con quién hacer, con quién coordinar acciones, alguien a quién expresarle algo. Es, y ha sido, la herramienta para crecer, para bajar del árbol, para evolucionar.

Por otra parte conocer y utilizar los actos lingüísticos para generar resultados, sea en sociedad o equipos de gestión, requiere de un marco o contexto de interrelación permanente, de dinamismo, ya que comprender cada acto lingüístico como un hecho aislado genera un movimiento secuencial que solo ocurre al analizar el proceso. Diferente es lo que pasa en el suceder, en esa dinámica en la que todo ocurre a espacios que bien hasta pueden ser simultáneos. Es poco alentador esperar o exigir a otro que analice, responda o piense en la parte del proceso destinada a ello o en el momento en que a cada uno le toque; muy por el contrario eso ocurre caóticamente, de un modo vital, irreverente, admirable.

En otro orden de ideas, La complejidad en la gerencia moderna induce al hombre a buscar nuevos horizontes que vallan más allá de lo tradicional,  como la capacidad de ver nuevas posibilidades y hacer algo al respecto. Cuando una persona va más allá del análisis de un problema e intenta poner en práctica una solución se producen cambios. Para Aguirre (2005), la creatividad es el proceso de presentar un problema a la mente con claridad (ya sea imaginándolo, visualizándolo, suponiéndolo, meditando, entre otros),  luego de originar o inventar una idea, concepto, noción o esquema según líneas nuevas o no convencionales. De allí, surge la  creatividad; al ver un problema, tener una idea, hacer algo sobre ella, tener resultados positivos.

Es importante destacar, que los gerentes que propicien los cambios dentro de sus organizaciones caracterizando una estructura definida sobre un esquema de tendencia horizontal, dinámica y mucho más flexible, el cual brinda a estos profesionales lo  necesario para crear una redistribución del poder, la autoridad y las responsabilidades entre los miembros de una organización, todo ello implica implementar una nueva concepción de manejar el poder y sobre todo como usarlo.

En este sentido, comenta Andazora (2008), un gerente no sobredimensiona el poder, no le envanece, actitud que le ayuda a manejarse con facilidad e inspirar seguridad en sus subordinados. Tampoco olvida que los logros alcanzados se deben en gran medida a la colaboración de todas las personas que se desempeñan en su organización. Por lo tanto, cabe señalar, que el gerente con una mentalidad formada sobre estos cambios actúa valorando y respetando su equipo de trabajo, lo cual lo expresa con las siguientes acciones: promoviendo y estimulando la participación de carácter  social y comunitario, sustentada en la promoción de cambios organizativos a través de una gerencia más abierta, funcional y con estructuras planas, que permita planificar  todo lo referente al proceso administrativos, considerando la empresa como centro del quehacer.

 REFERENCIAS

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La Acción Comunicativa en la Diplomacia Digital.

Por: Alonso José Méndez Hernández.

 La presente investigación tiene un enfoque documental, siendo su temática la diplomacia digital, en este sentido, para Gómez (2014) se refiere a un proceso de transformación, de migración y de mejora al empleo de nuevas herramientas de comunicación. Es un puente que permite mantener nuestras buenas relaciones con el exterior y de cerrar cada día más las brechas marcadas por las fronteras geográficas.

Las investigación es previas de algunos autores citados en el presente trabajo han forjado su interés en las estrategias de programas informáticos, redes sociales como las siguientes; Facebook, tweet, instagran etc. Obviando de alguno modo el lenguaje como herramienta de la comunicación y su acción y como estos incide dentro del ejercicio de la diplomacia.

     Sin embargo, la utilización de estos medios de comunicación son de gran relevancia para extrapolar la misión de estos funcionarios en el exterior, es por eso, que la emisión de un mensaje codificado que pueda ser descifrado por un receptor apropiándose de las herramientas necesarias como lo sostiene Habermas que las condiciones universales del entendimiento posible, el cual se manifiesta desde la perspectiva de analizar las condiciones de posibilidad de un acuerdo logrado a través del lenguaje.

     De esta manera, la competencia comunicativa es aquella capacidad de los hablantes no sólo para producir oraciones gramaticales bien formadas, sino la capacidad para comunicarse entre sí: se trata de la cabida de generar actos de habla con sentido dentro de determinadas situaciones reales. Sin embargo, la competencia lingüística es un saber universal, cuyo aforo está posibilitado por la internacionalización de las normas públicas del lenguaje llevado a cabo por el hablante en el proceso de socialización. Todo acto de habla posee necesariamente una dimensión interactiva en el que los individuos hablan entre sí. 

     En este orden de idea, Echeverría expone que la forma tradicional  en que se concibe el lenguaje como algo fundamentalmente pasivo y descriptivo, sin embargo, la manera en que actúan los seres humanos, dando  forma a la comunicación y la utilización de éste como un instrumento al servicio de la conciencia que permite; expresar, transmitir y comunicar,  lo que percibe en el complejo mundo que nos rodea.

     La presente investigación, busca esbozar, desde el ámbito del paradigma crítico, la acción comunicativa llevada a cabo en la diplomacia digital de algunos estados en cuantos a sus relaciones internacionales. La misma se estructura de la manera siguiente; introducción, investigaciones previas y argumentaciones de teorías y puntos de vistas que conllevan a la importancia del lenguaje en la utilización de un medio de comunicación, a su vez esto permite fundamentar la investigación, seguidamente las conclusiones y por último las referencias.

Antecedentes de la Investigación

Para El Hage  (2011) obtuvo como resultado de su investigación la ejecución de un sistema de información mucho más eficaz y eficiente, con el objetivo de lograr satisfacer las necesidades requeridas por la misión diplomática francesa en Venezuela para la gestión y la buena atención de sus solicitantes.

En este sentido, esta forma de utilizar los medios de comunicación para llevar la información a los ciudadanos  de un estado sobre su ejecución en otro, cabe destacar que, Sánchez (2014) se refiere que afecta al periodismo, a la participación ciudadana y a la alta política. Se han abierto nuevos retos (trilema de la diplomacia) y se han generado nuevas oportunidades. Los países están en proceso de innovar y transformar su acción exterior, pero aún no existe un corpus sólido de buenas prácticas.

Ante tal situación concluyo que: la diplomacia digital está aún en unos primeros estadios. Estamos aún en una fase de aprendizaje. No se ha pensado una estrategia integral o propia, sino que se emplean las herramientas para consolidar los objetivos de la política exterior. Pocos países se atreven verdaderamente a innovar, esto es, a transformar los recursos, los procesos y los valores de la diplomacia. Francia quiere extender la francofonía. Suecia utiliza la diplomacia digital para apalancar más influencia de la que tiene. Estados Unidos invierte en distintos programas en el proceso más claro de innovación o por precisar de intentos de innovación. Mientras que el Servicio Europeo sufre las carencias de una estrategia diplomática europea, por lo que el entorno digital apenas le reporta beneficios. Sin embargo, esta aseveración conlleva a precisar la competencia que tiene los gobiernos en la temática digital.

Para el autor antes citado, se refiere al término digital en esta temática que no desaparece. Se transforma. Por eso, me resisto a aceptar que existe una “vieja diplomacia” frente a una “nueva diplomacia”. La diplomacia en red es incremental y, precisamente por ello, la conectividad es un valor en alza. El acceso a la red física (Internet y nuevos medios) es solo primer en la redistribución del poder en el siglo XXI. A partir de ahí, serán los diplomáticos quienes adapten su profesión a las nuevas necesidades y demandas. La misión diplomática del futuro será aquella que integre de forma natural las tecnologías simples y concretas, adecuadas al “negocio” de la diplomacia, al tiempo que aprenda a navegar en la incertidumbre de la red.

Por último, sostiene el autor antes citado, que la diplomacia digital se aventura como una idea, un desiderátum de transformación digital. La diplomacia se hace pública, esto es, se convierte en un elemento de la conversación y la lógica ciudadana. Como propuesta de valor, la diplomacia digital es una oportunidad para la participación política, el activismo y la agenda pública de intereses.

El antecedente muestra que los gobiernos han iniciado una asevera carrera en la digitalización de los servicios diplomáticos obviando de algún modo la acción comunicativa a la hora de emprender la utilización de las redes sociales propiciando de algún modo comentarios entre los ciudadanos por el mensaje.

En este orden de ideas, Gómez (2015). Un mensaje mal escrito u ofensivo de parte de alguna autoridad genera condena internacional inmediata, de allí la importancia de tener sumo cuidado y una estrategia puntual en el uso de estos medios de comunicación. A su vez, los Estados modernos a través de sus gobiernos están no solamente participando sino siendo proactivos en esta era de la diplomacia digital. 

Ahora bien, es de relevancia para esta investigación las potencialidades del lenguaje a la hora de emplearse como elemento de comunicación en la era digital, interesándose por un emisor preocupado por éste capaz de emitir un mensaje que logre ser decodificado por un emisor, sin generar mal entendidos o una  matriz de opinión que coloquen a estos funcionarios o al estado que representan en un altercado con otro país.

Sustento Teórico

La palabra diplomacia se deriva del vocablo griego «díplóo», que significa plegar. Sin embargo, algunos autores sostienen que en tiempos del Imperio Romano todos los pasaportes, pases para circular por los caminos de esta, así como los salvoconductos, estaban estampados sobre placas dobles de metal, plegadas y cosidas entre sí; tales permisos metálicos, se llamaban diplomas.

Ahora bien, el uso de la palabra diploma, se amplió para nombrar con ellas a otros documentos oficiales; aunque no tuvieran exactamente las mismas características de aquellas placas metálicas plegadizas. Sin embargo,  a los documentos se les designaba diplomas; de esta manera se les llamaba a los documentos que contenían acuerdos con extranjeros. Se fueron incrementando lo que propicio el escenario para designar funcionarios para clasificarlos, descifrarlos y conservarlos; a estas personas se les conoció como «cosa diplomática».

En estos sentidos algunos autores definen este término como se expresan a continuación:

Cuadro 1: Definiciones sobre diplomacia

AUTOR DEFINICIÓN DE DIPLOMACIA
Flassan G., autor de la obra «Historia de la Diplomacia Francesa», publicada en 1811: Diplomacia es la ciencia de las relaciones exteriores de los Estados, que tiene por base los diplomas o actos escritos procedentes de los soberanos
Andrés Bello, en su obra titulada «Derecho Internacional Público» Rd. Librería de Garnier Hermanos, París,
1882, pp. 305-306
La parte diplomática era solo el arte de conocer y distinguir los diplomas, esto es, las escrituras públicas emanadas de un soberano; pero habiéndose dado aquella denominación a los embajadores o legalos, que los soberanos se acreditan mutuamente. Hoy se llama también diplomática o diplomacia la ciencia que trata de los derechos y funciones de los ministros; aunque el uso propio y autorizado, es decir, diplomática en el primer sentido y diplomacia en el segundo.
Diccionario de Oxford Diplomacia es el manejo de las Relaciones Internacionales mediante la negociación; el método merced al cual se ajustan y manejan esas relaciones por medio de embajadores y enviados; es el oficio o arte del diplomático
Manfred Lachs La diplomacia es la habilidad para lograr acuerdos en cuestiones de toda categoría, mediante el reconocimiento de intereses recíprocos
Philippe Cahier Es la manera de conducir los asuntos exteriores de un sujeto de Derecho Internacional, utilizando medios pacíficos y principalmente la negociación

Nota: protocolo.org/ceremonial/protocolo_diplomatico/que_es_la_diplomacia.html.

     En resumidas cuentas, la diplomacia es un arte de conocer las técnicas adecuadas para relacionarse en los términos del respecto entre los representantes de un estado a otro, sin embargo, esto se ve influenciado por el lenguaje y como este es utilizado al expresar una idea, en este sentido, Habermas, al estudiar a la sociedad como un conglomerado de sistema complejos, estructurado donde el actor social, desaparece transformado en procesos, estos a su vez permite asumir la comunicación en la era digital como relevante en un discurso que garantice la negocio y el acuerdo sin incurrir en comentarios que distorsionen las relaciones entre los funcionarios de un estado a otro.

     Al respecto, Reyes (2008). Es necesario entender  las bondades o limitaciones de la llamada “era digital”, primero debemos plantearnos el significado de su aparición dentro del mundo contemporáneo, los esquemas que sostienen a estas “otras” tecnologías dentro un sistema cerrado de valores y sobre todo, observar cuidadosamente el camino por medio del cual lo digital se ha insertado en las relaciones laborales como mecanismo de comunicación y difusión de la información.

     Ahora bien, la comunicación es un elemento que incide en cualquier misión diplomática y de funcionario al servicio consular, es por eso, que para Rosas citados por Marcos y Sánchez (2007). A comunicación es hacerlo sobre algo muy amplio, según los últimos informes de la CEPAL,  “los acelerados cambios que impone la sociedad de la información en el ámbito productivo y comunicacional, obliga a los nuevos medios a una rápida y ágil adaptación para la transmisión de conocimientos, la comunicación a distancia y el uso de información”. Aunque deberíamos preguntarnos si la comunicación es sólo esto o es más, yo creo que es algo más. Sin embargo, este proceso no solo consiste en la transmisión de mensajes, como algunas teorías de la comunicación lo han dicho o confirmado; la comunicación es conocimiento, aprendizaje, es cultura en sí, es arte. El arte de comunicar va más allá de sólo dar noticias por los medios masivos de comunicación, que puede ser desde dar  notas de calidad, hasta aquellas de carácter superficial que no dicen nada.

     En este orden de ideas, la transmisión de pensamiento, sentimientos  conllevan a los funcionarios diplomáticos a expresar sus ideas en las redes sociales, no cabe duda que al utilizar el lenguaje obviando la  acción que esto genera y su impacto en los ciudadanos de forma positiva o negativa, es necesario conocer la ontología del lenguaje y la teorización de Habermas con la acción comunicativa.

     Al respecto, la acción comunicativa no tiene como propósito un pensamiento único, sino que las convicciones compartidas vinculan a los participantes en términos de reciprocidad, en este sentido, para Habermas (1993), se refiere a  como “El concepto de acción comunicativa, fuerza u obliga a considerar a los actores como hablantes y oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan, recíprocamente a este respecto, pretensiones de validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio”(p.493).

    En este sentido, Habermas (ob.cit),  sostiene a su vez que; el primer elemento el enunciado que hace es verdadero, como segundo se tiene la acción pretendida es correcta y por último la intención manifiesta del hablante es, en efecto, la que el  hablante expresa. Aunado a esto, se apoya en la reciprocidad de la acción y su orientación al entendimiento. Es por ello que, en la acción comunicativa, ineludiblemente se llega a un saber común, fundado en ese acuerdo, aun cuando las conclusiones y decisiones a las que cada uno de los actores llegue sean diferentes.

    Dentro de esta perspectiva, se interpreta entonces de forma estrictamente como las acciones que permiten a los actores dilucidar de una nueva manera su contexto. Y sobre esa interpretación cada uno puede tomar sus decisiones. Al respecto, el concepto de acción comunicativa implica una relación seria y profunda de la fuerza de como los hablantes y oyentes que se refieren al mundo. 

    De este modo, Pasquali (2005), sostiene que la acción comunicativa surge del Emisor-Medio de Comunicación-Perceptor. Ello sirve como base para sustentar que el avance tecnológico de los medios de comunicación no han sido el motor impulsor causante de problemas comunicacionales que existían previamente, pero sí que han venido a ampliar la capacidad inherente del ser humano de comunicarse, pero no a «engrendarla» (p.36). Bajo esta concepción, el eje vertebral de la dialéctica de del autor se ubica en  pilares de Kant para aproximarse al origen propio de la comunicación, los mismo se dividen en categorías como; la Cantidad, la Cualidad, de la Relación y de la Modalidad, teniendo en cuenta, no obstante, que cuando al ser humano se le representa algo, el primer paso que se produce es su ubicación en espacio y tiempo.

    Cabe señalar que,  Pasquali (ob. cit.), considera que la comunicación es la relación comunitaria humana consistente en la emisión-recepción de mensajes entre interlocutores en estado de total reciprocidad, siendo por ello, un agente esencial de convivencia y un elemento determinante de las formas que asume la sociabilidad del hombre. En efecto, Ambos consideran indispensable la interacción que refleja Pasquali, la reciprocidad Habermas entre los actores o transmisores-receptores de acción comunicativa.

     Creo que es evidente, que los autores antes citados establecen de entrada la validez de las diferencias entre los actores de la comunicación, así como la necesidad de confrontar sus propios valores y pretensiones. No obstante, para Paoli (1994), La comunicación es establecer la conciencia profunda del mutuo respeto, y dar respeto es dar valor. Al reconocer lo que de verdaderamente valioso tiene el ser humano. Estas razones, permite que la comunicación implica entonces considerarse recíprocamente valiosos en tanto seres humanos. Por supuesto, con respecto y un mensaje claro, con este enfoque es necesario velar una comunicación que alcance las expectativas en el accionar de la era de la diplomacia digital.

    Ahora bien, Echeverría (ob.cit),  cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien se puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, juicio, afirmación, pedido y promesa que incluye la oferta. En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable e incluso podría no producir efecto alguno.

    Es por ello, que Stein (2007) “Una acción que, además de naturaleza informativa, tendría una naturaleza comunicativa, dado que el sentido que resulta de la interacción humana es lo que posibilita que en un momento determinado podamos hablar de comunicación” (p.62). Al  respecto, la  comprensión, de cada persona  y  la interpretación de lo que significa ser humano, lo concebimos en seres lingüísticos, donde las  actividades giran en función del mismo; dicho de otro modo, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la comunicación; de tal manera, que pone como eje principal  de estudio a las conversaciones, las cuales constituyen y establecen nuestra particular forma de ser.

    En ese mismo contexto, el lenguaje  es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia. El lenguaje es generativo,  nos permite hablar «sobre» las cosas: hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, crea realidades. El idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.

    Sin embargo, los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

    Dentro de esta perspectiva, el concepto de lenguaje descriptivo y generativo será bien simple conocer anticipadamente de cuales conversaciones se generará acción y de cuales se obtendrá una descripción que con lleve a una acción estratégica. Así la ontología sostiene que el lenguaje genera realidad. Desde el punto de vista del hablante, el lenguaje es una posibilidad y el hombre otra con aptitud para utilizar el habla como herramienta para generar acción, y de acuerdo a las distinciones que ese hombre tenga sobre el lenguaje es que alineará su hablar hacia la consecución de su propósito  con mayor o menor efectividad.

     Cabe señalar que, esto representa que el hombre en su progreso aparece en el lenguaje y a su vez el lenguaje es producto de la evolución del mismo. Sin Embargo, la capacidad creativa del hombre parece razonable considerarlo creador del lenguaje – acción que luego evoluciona junto con él. Es por eso, que al  interpretarse que el lenguaje permite al hombre extrapolar su manera de crear, potenciándola, ya que al suceder fuera de él puede observarla depositando sus ideas en un espacio diferente del que ejerce para pensarlas, y ese lugar de interacción es el lenguaje. El hombre se observa en el lenguaje que propicia una  acción comunicativa.

Conclusión

     En resumidas la diplomacia digital es un instrumento que tiene los funcionarios de estos servicios para difundir sus pensamientos, claro estas sin afectar las buenas relaciones entre ambos estados. Es por eso, que la comunicación juega un papel de gran relevancia en las acciones que se generan al utilizar el lenguaje, como sostiene Echeverría el acto lingüístico básico es la declaración, y todo es una declaración. Hablar es declarar. Cada vez que el hombre habla, declara algo, y lo sostiene a un punto tal que bien puede decirse que hay un sólo acto lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como declaración, como juicio, como afirmación, como pedido y como promesa que incluye la oferta.

     En consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable. Incluso podría no producir efecto alguno.

     La  comprensión, de cada persona  y a la interpretación de lo que significa ser humano, lo concebimos  en seres lingüísticos, donde las  actividades giran en función del mismo; por lo tanto, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la comunicación; de tal manera, que pone como eje principal  de estudio a las conversaciones, las cuales constituyen y establecen nuestra particular forma de ser.

    Es por ello  que, si se pretende saber cómo somos, y porque somos de este modo, sustraemos parte de esa información, del análisis de las conversaciones. Es importante dejar claro que, las conversaciones son la clave para discernir en el alma humana. Por lo tanto, ubicar en el centro de la mirada a las conversaciones, involucra situar tanto al lenguaje como a las emociones, puesto que toda conversación, articula lenguaje y emoción.

     La ontología del lenguaje, nos lleva a hacer referencia a nuestra comprensión genérica, a nuestra vida diaria y al trabajo, ya que todos ellos, se sustentan en una manera particular de interpretar el fenómeno humano.

     El lenguaje  es sobre otras cosas lo que hace de los seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia. El lenguaje es generativo,  nos permite hablar «sobre» las cosas: hace que ellas sucedan. Por lo tanto, el lenguaje es acción, crea realidades. El idioma que hablemos, siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.

     Sin embargo, los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del mundo que vivimos a través del lenguaje.

    En este sentido, el concepto de lenguaje descriptivo y generativo será bien simple conocer anticipadamente de cuales conversaciones se generará acción y de cuales se obtendrá una descripción. A modo de ejemplo sobre una conversación de queja se obtendrá una descripción sobre lo que sucede y no le gusta al hablante, y si se transforma en una conversación de propuesta se obtendrá una posibilidad de cambiar eso que no le gusta. Así la ontología sostiene que el lenguaje genera realidad. Desde el punto de vista del hablante, el lenguaje es una posibilidad y el hombre otra con aptitud para utilizar el habla como herramienta para generar acción, y de acuerdo a las distinciones que ese hombre tenga sobre el lenguaje es que alineará su hablar hacia la consecución de su propósito  con mayor o menor efectividad.

     Cabe señalar que, esto representa que el hombre en su progreso aparece en el lenguaje y a su vez el lenguaje es producto de la evolución del hombre. Legitimando la capacidad creativa del hombre parece razonable considerarlo creador del lenguaje que luego evoluciona junto con él. Puede interpretarse que el lenguaje permite al hombre extrapolar su manera de crear, potenciándola, ya que al suceder fuera de él puede observarla depositando sus ideas en un espacio diferente del que ejerce para pensarlas, y ese lugar de interacción es el lenguaje. El hombre se observa en el lenguaje.

     De este modo, será el lenguaje, como fenómeno social, una herramienta al servicio de la efectividad de lo que se quiera lograr o crear grupalmente o en equipo. La coordinación de acciones en funcionamiento será testigo de lo que pueda permitir el lenguaje como generador de acción común en ese equipo.

     En relación con lo anterior, el espacio para que ese lenguaje tenga donde ocurrir, determinará la capacidad de creación de resultados en una proporción equivalente al tamaño de la relación. Dicho de otro modo a mayor relación mayor capacidad de acción coordinada, vale decir que, según dice Elena Espinal, el tamaño de la relación influirá directamente en el tamaño del resultado factible de lograr. El lenguaje se identifica en relación con otros seres, o sea que existe porque en su momento hubo un otro con quién hacer, con quién coordinar acciones, alguien a quién expresarle algo. Es, y ha sido, la herramienta para crecer, para bajar del árbol, para evolucionar.

     Por otra parte conocer y utilizar los actos lingüísticos para generar resultados, sea en sociedad o equipos de gestión, requiere de un marco o contexto de interrelación permanente, de dinamismo, ya que comprender cada acto lingüístico como un hecho aislado genera un movimiento secuencial que solo ocurre al analizar el proceso. Diferente es lo que pasa en el suceder, en esa dinámica en la que todo ocurre a espacios que bien hasta pueden ser simultáneos. Es poco alentador esperar o exigir a otro que analice, responda o piense en la parte del proceso destinada a ello o en el momento en que a cada uno le toque; muy por el contrario eso ocurre caóticamente, de un modo vital, irreverente, admirable.

REFERENCIAS

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