El valor de ingresar a una universidad: más allá de las aulas

07 de octubre de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Andrés Manrique León

El interés de las personas por ingresar a la universidad radica en gran medida en la posibilidad de cursar un estudio que les permita generar conocimientos sólidos acerca de un área específica, ya sea, en ciencias exactas, leyes, ciencias naturales, ciencias sociales, áreas de la salud, uso de conocimientos científicos a la invención, como lo es el caso de las ingenierías y otras especialidades como la música o las artes.

Sin duda, desarrollar competencias, habilidades y aptitudes para desenvolverse de la mejor manera durante el desarrollo de la formación profesional, y posterior a la misma, debe ser el punto con mayor relevancia de un proceso de formación universitaria. Sin embargo existe una gran variedad de espacios extracurriculares, y de oportunidades, al interior de las universidades que permiten que los estudiantes fortalezcan y/o consoliden su identidad dando con ello un complemento a esa formación integral a la cual la mayoría de las personas aspiran.

En la mayor parte de universidades de nuestro país se ofrecen espacios de bienestar universitario o acompañamiento integral; las universidades cuentan con espacios de cultura que permiten ahondar en situaciones que comúnmente no se presentan en las aulas de clase. De esta manera, se han consolidado espacios como: conversatorios de música, proyección de documentales, obras de teatro, talleres de baile, enseñanza de dibujo, pintura o fotografía.

Sumado a esto hay otros escenarios para generar un aprendizaje más profundo, este es el caso de aquellos estudiantes que se vinculan de manera directa con grupos o semilleros de investigación a partir de sus intereses particulares. Igualmente, hay una alta posibilidad ya sea de asistir a convocatorias o concursos académicos; presentar ponencias de adelantos científicos; realizar cursos de extensión dentro del campus universitario; asistir a charlas informativas sobre métodos de estudio o poner en práctica estilos de vida saludables, a partir de una sana alimentación y nutrición.

En igual medida, la universidad alberga la posibilidad de brindar o asistir a charlas informativas sobre experiencias de intercambio académico en diferentes lugares del mundo y realizar publicaciones académicas, literarias, ensayos o reseñas. También se encuentra la posibilidad de asistir a reuniones interdisciplinares donde existe la posibilidad de conocer sobre un tema específico desde diversas perspectivas pues allí convergen estudiantes de múltiples carreras y universidades que exponen sus ideas a partir de su formación y de sus experiencias propias.

Lo anterior es tan solo una pequeña muestra de la diversidad de oportunidades extracurriculares que ofrecen las instituciones de educación superior. Precisamente, es ahí donde se vuelve a resaltar la importancia y el valor que se da cuando una persona inicia un proceso de formación universitario, su aprendizaje va más allá de las aulas de las clases de cálculo, física, historia, geografía, introducción o fundamentos de alguna asignatura de la malla curricular.

Así, al final del proceso, la persona logra darse cuenta que su paso por la universidad no sólo estuvo marcado por la vida académica sino también por esa diversidad de espacios extracurriculares de los que pudo haber participado.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/andres-manrique-el-valor-de-ingresar-a-una-universidad-mas-alla-de-las-aulas/

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Educar para la regulación emocional; nuevos aspectos en la educación tradicional

04 de octubre de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com

Por: Andrés Manrique León

Existen diferentes organizaciones  que presta servicios de educación durante la preparación  que antecede a la presentación de  los diferentes exámenes que se aplican en el territorio colombiano para el ingreso a las universidades públicas y privadas o por ejemplo las pruebas Saber 11. Su  principal objetivo es contribuir a que un mayor número de jóvenes que participan en estas logren acceder a la formación universitaria, y desde allí, atender a las diversas problemáticas que demanda el país a los profesionales de todas las áreas del conocimiento.

Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados en el marco de las actividades desarrolladas a fortalecer competencias académicas, es posible identificar falencias en una aproximación integral que además de conocimientos en dominios específicos(ciencias, matemáticas, lenguaje) necesarios para atender a los exámenes de clasificación a la educación superior, facilite los procesos de socialización, control emocional, adaptación, crecimiento personal e intelectual de las personas, como parte de la preparación para su desempeño en sociedad. Dado que la incidencia de estas variables en el desempeño académico ha sido documentada (Fernández-Castillo, 2009; Álvarez, Aguilar & Lorenzo, 2012), surge la necesidad de ser atendidas dentro de un proceso de  formación que se pretende sea integral.

Siendo así es necesario implementar proyectos que brinden una serie de espacios  dirigidos al fortalecimiento de las habilidades interpersonales necesarias tanto en la vida cotidiana como en los claustros de conocimiento superior. Estas actividades deberían estar enfocadas en la adquisición de estrategias que permitan una adecuada regulación emocional.

En ese sentido  las iniciativas resultan relevantes porque surge de la necesidad de que los participantes sean conscientes de la importancia que la inteligencia emocional tiene en el desarrollo y la adquisición de una personalidad equilibrada. Es necesario contemplar a los jóvenes de forma completa (intelectual, físico, emocional y social). Expresar y manejar adecuadamente las emociones en estos jóvenes, permite que estos vayan incorporando recursos que poco a poco pueden generalizar a las situaciones de su vida cotidiana, como es el caso de las pruebas de alto impacto[1]. Una persona con inteligencia emocional posee confianza en sus capacidades; crea y mantiene relaciones satisfactorias, comunicando lo que necesita, piensa y siente, así como teniendo en cuenta los sentimientos de los otros; está motivado para explorar, afrontar desafíos y aprender; posee una autoestima alta; tiene recursos para la solución de conflictos, etc. Lo que influye de forma positiva en todas las áreas de su vida.

Por lo tanto, estas iniciativas resultan de interés dado que la Inteligencia Emocional no es algo con lo que nacemos y venimos de cuna, sino que se desarrolla, se integra y se entrena por medio de las experiencias adquiridas durante la infancia y la adolescencia, aunque, también, puede mejorarse y fortalecerse durante la vida adulta, resulta curioso que en la educación media actual, no se presenta con mucha intensidad espacios académicos no formales para vincular a los estudiantes con este tipo de temáticas, además teniendo como referente que un adecuado manejo de las emociones pueden influir positivamente en la capacidad reflexiva, el sostenimiento de la atención, la flexibilidad cognitiva, etc. en definitiva, en el rendimiento escolar, por otro lado, el progresivo conocimiento de las emociones les ayudará a adquirir la capacidad de poder regular la manifestación de la emoción y/o modificar un estado anímico.

Finalmente es necesario implementar en las organizaciones, instituciones o espacio de formación en educación, nuevas metodologías que pueda ayudar a un desarrollo más integral y que pueda dar igual importancia tanto a las matemáticas como a las emociones, partiendo desde la educación primaria hasta llegar a la educación básica y media, de esta manera  niños, niñas y jóvenes atenderán de una manera más acertada a los nuevos retos que afronta y demanda  la sociedad.


Álvarez, J., Aguilar, J. M., & Lorenzo, J. J. (2012). La Ansiedad ante los Exámenes en Estudiantes Universitarios: Relaciones con variables personales y académicas. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, 10(26), 333-354.

Fernández-Castillo, A. (2009). Ansiedad durante pruebas de evaluación académica: influencia de la cantidad de sueño y la agresividad. Salud mental, 32(6), 479-486.


[1]  Un examen de alto impacto es aquel cuyo resultado es empleado para tomar decisiones importantes que conllevan consecuencias positivas o negativas en quienes los sustentan. A diferencia de los exámenes a gran escala, los de alto impacto pueden o no ser administrados a grandes poblaciones.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/andres-manrique-educar-para-la-regulacion-emocional-nuevos-aspectos-en-la-educacion-tradicional/

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