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En Venezuela sobran 46.086 cupos en universidades públicas

Por Bernardo Ancidey

Mientras miles de jóvenes esperan por ser asignados en alguna carrera, al menos 46 mil 86 cupos se quedarán fríos en las universidades venezolanas. Estas plazas quedarán vacías porque ninguno de los 410 mil 783 solicitantes las quiere. El problema continuará sin importar cuántas corridas más se hagan intentando asignar esos cupos, simplemente nunca serán llenados y por supuesto tampoco se traficará con ellos. Ellas son las opciones menos deseadas por los aspirantes o son fruto de una deficiente planificación que creó mucho más plazas que las requeridas. Los 46 mil cupos vacantes equivalen a un campus como el de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Caracas, con sus edificios, talleres, oficinas, equipos y materiales, más todo el personal docente, empleados y obreros, pero sin estudiantes.

La cifra se obtiene de los resultados del proceso de asignación del 04 de julio de 2016 (1), en el cual se ofertaron 311 mil 954 cupos a través de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU). Se calculó la totalidad de los cupos sobrantes, primero, restando de la oferta de cupos para cada carrera ofrecida por las universidades públicas venezolanas, la demanda total para dicha carrera en todos los órdenes de preferencia. Luego, se sumaron los resultados anteriores para obtener el total nacional. Este es un cálculo conservador porque el desperdicio de cupos con toda seguridad será mayor a la cifra señalada. En el cálculo anterior se asumió que la oferta de cupos por carrera es suficiente para recibir a todos los aspirantes que hubiesen seleccionado una determinada carrera en cualquier orden de preferencia. Y en verdad es raro que esto ocurra, porque la forma de asignar a los aspirantes está diseñada para priorizar sus preferencias (2).

Cada aspirante que se registra en el Sistema Nacional de Ingreso, escoge en orden de preferencia seis (6) opciones de estudios entre carreras y Programas Nacionales de Formación (PNF). Dependiendo de su índice académico, puede ser asignado en alguna de las seis opciones que elija y como se señaló antes, el sistema tratará de asignarlo en alguna de sus opciones favoritas. Si el cálculo se hiciese, asignando a dichas plazas sólo a los que las seleccionaron en primera opción, los cupos sobrantes ascenderían a 71 mil 141. El total de cupos sobrantes para 2016 con seguridad estará en una cifra acotada entre un mínimo de 46 mil 86 cupos y un máximo de 71 mil 141.

Paradójicamente, la cantidad de cupos sobrantes se incrementa mientras crece la cantidad de cupos ofertados, esto quiere decir que cada vez se gasta más dinero para tener más universidades vacías. El siguiente gráfico se realizó con datos de los procesos de ingreso de los años 2008 (3), 2010 (4), 2012 (5) y 2015 (6); el eje vertical izquierdo indica los cupos sobrantes en miles (barras) y el de la derecha, el total de cupos ofrecidos (línea) también en miles:

ancidey
Gráfico 1. Cupos sobrantes en los procesos de ingreso a universidades públicas. Elaboración propia

El porcentaje de cupos sobrantes en los últimos tres años ronda el 15%, de modo que si se le aplica a los 311 mil 954 cupos ofertados el 04/07/2016, se obtiene una cifra de 47 mil cupos sobrantes, cercana a nuestra estimación inicial sobre otras bases. Lo más probable es que la cifra aumente, porque en la primera corrida se careció de la totalidad de la oferta de instituciones como la UCV. Esta institución contribuyó con unos escasos 619 cupos de sus centros en el interior del país, faltando incluir unos 8 mil más, que cada año suelen ofrecerse entre sus sedes de Caracas y Maracay (7).

El fenómeno ha sido explicado en varios artículos previos del autor (8), (9) (6) (10), como resultado de la extrema desigualdad en la atractividad de las carreras/PNF. Tiene sus orígenes en la dinámica evolutiva del sistema universitario venezolano por lo cual abordarlo, requiere comprender los mecanismos causales que subyacen al mismo. Para gerenciarlo con éxito se requieren acciones estructurales como la creación de un Sistema Nacional de Orientación (11), que operando a lo largo de toda la secundaria permita integrar la vocación de los jóvenes con los intereses de la patria. Es una situación compleja que requiere abordajes sofisticados y a largo plazo, por tanto es ilusorio intentar resolverlo con mecanismos ad-hoc o transitorios, al momento que los jóvenes y sus familias, con poca o nula orientación previa, enfrentan el dilema de planificar la vida. Ningún sistema de admisión post-secundaria, sean cursos, pruebas de ingreso o el Modelo de Asignación Multivariable resolverá el problema, a lo más solo lo esconderán bajo la alfombra.

Lamentablemente otros factores estructurales contribuyen a que el problema sea todavía mucho más delicado. Entre ellos destacan las malas prácticas administrativas en los registros estudiantiles de las instituciones y su efecto de sobre-cuenta matricular (12); la supresión, desde hace nueve años, de todo tipo de información estadística oficial sobre las universidades distinta de la matrícula; y el escaso o nulo seguimiento a las cohortes para determinar la inscripción efectiva (inscritos/asignados), deserción, repitencia y tiempo de duración de los estudios. Todo ello contribuye a que el problema de las plazas efectivamente ocupadas sea todavía más serio que lo presentado hasta ahora. La extensión de estos temas obliga a tratarlos en próximos artículos siempre en base a las evidencias disponibles.

Mientras tanto, es urgente frenar el desperdicio continuado fruto de la ausencia de sentido común y de un mínimo de planificación por parte de autoridades universitarias y del Gobierno. Es inaceptable que en las condiciones actuales del país, se estén destinando recursos para mantener infraestructura y personal para atender a una población estudiantil fantasma, mientras que por otro lado miles de jóvenes se quedan sin cupo todos los años. Esta desidia criminal la pagamos todos, sobre todo los más pobres.

Bernardo Ancidey
bernardo.ancidey@gmail.com

Notas
1. Oficina de Planificación del Sector Universitario. Sistema Nacional de Ingreso. Índice, Cupos y Demanda 2016. [En línea] 4 de Julio de 2016. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] ingreso.opsu.gob.ve/descargas/demanda.pdf.
2. La revolución bolivariana y la inclusión a la educación universitaria. Alfonzo, M., Silva, R. y Raddatz, M. 100, 2016, Revista de Pedagogía, Vol. 37, págs. 43-66.
3. OPSU. Estadísticas del proceso nacional de ingreso 2008. Caracas : Autor, 2009.
4. Noticias MPPEU/OPSU. Fidel Ernesto Vasquez I. A partir del 15 de septiembre comienza segundo proceso de asignación de cupos RUSNIEU 2010. [En línea] 10 de Septiembre de 2010. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] https://fidelernestovasquez.wordpress.com/2010/09/10/rusnies-inicia-el-15-de-septiembre-segunda-etapa-de-asignacion-de-cupos/.
5. González, M. Aporrea. Más de 19 mil cupos universitarios pasarán a un proceso de reasignación. [En línea] 2012. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/n208464.html.
6. La paradoja del cupo universitario en Venezuela. Ancidey, B. Caracas : ONCTI, 2015. IV Congreso de Ciencia, Tecnología e Innovación, 4 al 6 de noviembre de 2015.
7. Universidad Central de Venezuela, Secretaría. Año 2010 Boletín Estadístico. Caracas : Universidad Central de Venezuela, Secretaría General, Unidad de Investigación y Análisis, 2011.
8. La Reina Roja de Alicia en el espejo y las carreras universitarias, Ponencia aceptada. Ancidey, B. Caracas : Escuela de Educación de la UCV, 2016. IX Jornada de Investigación Educativa y V Congreso Internacional de Educación de la UCV, 18, 19, 20 y 21 de octubre de 2016.
9. La complejidad en la gerencia del proceso de ingreso a la educación universitaria venezolana. Ancidey, B. Caracas : Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Innovación, 2012. Libro de resúmenes del 1er Congreso Venezolano de Ciencia, Tecnología e Investigación. Vol. II, págs. 441-442.
10. Ancidey, B. Modelo gerencial de la atractividad social de las disciplinas académicas universitarias en Venezuela. Caracas : UNEFA-Chuao, 2015. Tesis para optar al grado de Doctor en Ciencias Gerenciales.
11. Mesa Técnica Nacional del Sistema Nacional de Orientación, Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. Sistema Nacional de Orientación. [En línea] Abril de 2009. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] https://orientacionpsicologiaycultura.files.wordpress.com/2012/10/sistema-nacional-de-orientacion.pdf.
12. Mosquera, J. Aporrea. La matrícula de educación universitaria, despelote estadístico y el «eterno estudiante». [En línea] 11 de Agosto de 2016. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/a232264.html.

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¿El éxito de las universidades bolivarianas, las convertirá en universidades tradicionales?

Por: Bernardo Ancidey

 

Al calor del proceso de cambio iniciado por el Comandante Chávez, dos instituciones educativas resaltan como paradigmas de un nuevo modelo universitario venezolano: la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada, UNEFA, y la Universidad Bolivariana de Venezuela, UBV. Ambas luchan contra la exclusión social y se declaran como alternativa al sistema educativo tradicional, buscando contribuir a la transformación de la realidad nacional y latinoamericana (1) a través del intercambio de saberes y la formación de ciudadanos integrales comprometidos con la revolución bolivariana ((2) y (3)).

 La UNEFA y la UBV se han convertido en importantes referencias educativas para las familias de centenas de miles de jóvenes venezolanos. Tal conclusión se desprende al analizar cómo gracias a su oferta académica y su expansión a nivel nacional, se han posicionado como instituciones favoritas para cursar estudios universitarios. A la par de lograr reducir la exclusión educativa también son percibidas de manera creciente por los jóvenes aspirantes a un cupo universitario, como opción favorita para su formación profesional. Sin embargo no todo es color de rosa y existe un claro riesgo de que este éxito, las conduzca a convertirse en “universidades tradicionales” (4).

La estrategia de la UNEFA de replicarse en todo el país ofreciendo carreras en las atractivas ingenierías, hizo que llegara a desplazar del cuarto lugar en 2013 a una institución tradicional como la Universidad de los Andes (ULA), en las preferencias de los aspirantes en cursar estudios de pregrado. Así se desprende del gráfico siguiente de las cinco (5) instituciones más demandadas, construido a partir de la primera opción de estudio seleccionada por los aspirantes a cupo en los procesos anuales de ingreso de la OPSU entre 1999 y 2013:

grafico1

Gráfico 1. Demanda de cupos para las 5 universidades favoritas, 1999-2013. Autor.

En menor medida pero también de manera significativa, la UBV también ha ido ascendiendo en el ranking de preferencias institucionales para realizar estudios universitarios, pasando del puesto 17° al 11° en tan solo cuatro años de 2009 a 2013, tal como se muestra en el gráfico siguiente, en la cual se la representa junto a otras universidades públicas venezolanas de rangos similares:

grafico2

Gráfico. Demanda de cupos para la UBV, UNEG, USB y UNEFM, 1999-2013. Autor.

Se resalta que las dos curvas anteriores corresponden a la primera opción de estudio seleccionada por los aspirantes, contrariando el argumento de que son solo alternativas para los que no pueden acceder a otras instituciones. Las cifras traducen un indiscutible éxito, porque muestran que estas nuevas instituciones, pensadas para formar nuevos profesionales para una nueva sociedad, en realidad han logrado algo muy difícil: legitimación social ((5), (6) y (7)). El pueblo venezolano las considera como excelentes opciones para que allí sus hijos e hijas se formen profesionalmente.

 Ahora bien, el hecho que la UNEFA y la UBV consiguieran su prestigio social, no es para dormirse en los laureles sino para profundizar en la reflexión sobre sus presentes trayectorias institucionales. Hace falta analizar si estas conducen a un incremento en su aporte al mejoramiento de la calidad de vida de nuestro pueblo y a la producción de los conocimientos necesarios para nuestra independencia y soberanía integral. Debemos mirar más allá del éxito actual.

 La UNEFA creció ofreciendo básicamente carreras atractivas del área de ingeniería, es por tanto una universidad especializada, en concordancia con sus orígenes como institución politécnica. Su crecimiento ha sido rápido porque permitió ofrecer carreras muy prestigiosas a las que difícilmente se podía acceder en buena parte del territorio nacional. Últimamente diversificó su oferta de estudio ofreciendo otras opciones no tan atractivas, como Ingeniería del Azúcar, ubicada en la desprestigiada área agroalimentaria (8), y además, se anunciaron en 2014 nuevas carreras muy alejadas de su target inicial como Comunicación Social, Cultura Física y Deporte, y Estudios Internacionales (9).

 Aunque a primera vista luce bien, no es una estrategia muy prudente porque la UNEFA desaprovecha sus fortalezas institucionales originarias al incursionar en campos absolutamente novedosos, en medio de graves dificultades económicas. Obrando de esa manera podría terminar desperdiciando recursos institucionales que serían más útiles como universidad especializada en la innovación tecnológica, enfocada en la seguridad y defensa integral de la nación. En ese sentido son aleccionadores los éxitos obtenidos recientemente en robótica a nivel internacional. De modo que lo más adecuado es mantenerla centrada en las ingenierías y concentrarse en la formación de un cuerpo de innovadores tecnológicos de primer nivel.

 Amistades del mundo universitario me señalan que la UNEFA enfatiza la formación docente y descuida la investigación. Aunque no hay nada vergonzoso per se en que una institución se concentre en la docencia, es un juicio prematuro, en vista de lo reciente de su creación y del crecimiento vertiginoso de la matrícula, por lo cual aún no ha transcurrido suficiente tiempo como para estabilizarse institucionalmente y formar la masa crítica de  investigadores que requiere. Esto podrá lograrlo en la medida que, alineada a los objetivos nacionales, utilice sus fortalezas para promover la innovación tecnológica al servicio del país.

 La UBV y su lema “La casa de los Saberes”, dice mucho de su vocación generalista y su énfasis en la creación de nuevos profesionales integrales para la transformación social, al punto de innovar en los planes de formación profesional con los llamados Programas de Formación de Grado, PFG, preludios de los Programas Nacionales de Formación o PNF. Gestión Ambiental y Gestión Social para el Desarrollo Local fueron las primeras innovadoras ofertas académicas a las que pronto se les agregó Medicina Integral Comunitaria y el Programa Nacional de Formación de Educadores. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo y los excesivos cambios de gestión (9 rectores en 13 años), la UBV se ha ido alejando de sus fundamentos originales, acercándose cada vez más a la universidad tradicional como lo señala su propia rectora fundadora (10). Ahora vemos una UBV que se vuelve favorita, pero a costa de repetir la oferta tradicional de carreras atractivas, mientras sus ofertas originales y transformadoras reducen sus posibilidades de captar nuevos estudiantes.

 Aunque distintas, ambas instituciones comparten un peligro común: la deriva hacia la conversión en “universidades tradicionales”. Y esto ocurre porque la ausencia de claridad política acerca de qué hacer con estas instituciones deja espacio para que su inserción dentro de una sociedad capitalista, las conduzca a fuerza de inercia y cotidianidad, a caer en el atractor (11) del modelo de universidad tradicional. Poco a poco se abandonan las ideas de cambio y transformación social, y de modo insidioso pero eficaz, programas y contenidos curriculares se ritualizan, repitiendo las trilladas sendas de la educación universitaria tradicional.

 El riesgo de caer en la cuenca de atracción (12) del modelo universitario tradicional, no es exclusivo de la UBV y de la UNEFA, ya que toda la nueva institucionalidad construida en los últimos años está amenazada. Las críticas anteriores son lamentablemente también aplicables a las nuevas universidades especializadas y politécnicas territoriales, muchas de las cuales evidencian en su día a día la dificultad de vencer las viejas prácticas heredadas de sus pasados institucionales. De manera chocante la evolución hacia la rutina, se hace bajo el ropaje del discurso innovador y revolucionario, pero la mirada atenta revela que no es sino vino viejo en odre nuevo. Algunas nuevas ofertas académicas se le añaden apellidos con olor a revolución, como social o comunitario, y se le anteponen pomposamente el nombre de Programa Nacional de Formación (13), pero en el fondo son la misma educación bancaria, ideologizante, sin pertinencia social, fragmentaria y desvinculada de nuestra realidad, que caracterizan a la educación universitaria tradicional.

 Enfrentar la amenaza exige que rectifiquemos y no dejarnos deslumbrar por el éxito inmediato que oculta peligros mayores. Debemos realizar la autocrítica interna para superar el nominalismo “declaracionista” que ha reducido nuestra inicial acción educativa transformadora a un simple cambio de nombres. Solo así podremos reimpulsar una política revolucionaria que recupere el aliento de cambio iniciado con las misiones educativas Sucre y Alma Mater, así como la intencionalidad transformadora de los primeros  Programas Nacionales de Formación y de los Programas de Formación de Grado.

“Sin educación, sin cultura revolucionaria, no hay revolución posible”

Hugo Chávez Frías

bernardo.ancidey@.com

Notas:

  • UBV (s/f). Reseña histórica. Disponible en http://www.ubv.edu.ve/content/rese%C3%B1a-hist%C3%B3rica.
  • UNEFA (s/f). Misión y Visión de la UNEFA. Disponible en http://www.unefa.edu.ve/portal/mision_v_v.php
  • UNEFA (s/f). Historia de la Universidad. Disponible en http://www.unefa.edu.ve/portal/historia.php
  • Ancidey, B. (3 de abril de 2014). Dos educaciones. Disponible en http://www.aporrea.org/educacion/a185625.html
  • La dinámica del sistema universitario venezolano puede ser analizado como una competencia entre las disciplinas académicas y las instituciones por lograr mayor audiencia social, es decir por legitimarse. Esta visión la desarrollamos en:

Ancidey, B. (2015). Modelo gerencial de la atractividad social de las disciplinas académicas universitarias en Venezuela. Tesis de doctorado en Ciencias Gerenciales. Caracas: UNEFA-Chuao.

  • El concepto de legitimidad social es tomado de :

Hannan, M. T. (1986). Competitive and Institutional Processes in Organizational Ecology. Technical Report 86-13, Cornell University, Department of Sociology.

Y de:

  • Hannan, M. T., & Carroll, G. R. (1992). Dynamics of organizational populations. New York: Oxford University Press.

 Ancidey, B. (28 de mayo de 2016. La cara académica de la guerra económica: el desprecio por la agronomía. Disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/a228538.html

  • AVN (21 de abril de 2014). Cuatro nuevas carreras ofertará la Unefa en septiembre. Disponible en http://www.avn.info.ve/contenido/cuatro-nuevas-carreras-ofertar%C3%A1-unefa-septiembre
  • Colomine, L. (19 de julio de 2014). La UBV demostró que la gente de los cerros también podía aprender. Disponible en http://www.aporrea.org/educacion/n254643.html
  • Atractor es un concepto tomado de la dinámica de sistemas no lineales más conocida como teoría del caos. Lo utilizamos como metáfora geométrica o espacial, para describir la tendencia hacia las cuales van derivando las distintas instituciones, las cuales a pesar de inicios y trayectorias distintas, convergen hacia un mismo lugar. En nuestro caso el lugar o región es el espacio figurativo ocupado por las “universidades tradicionales”.
  • La cuenca del atractor es la metáfora para describir el área de influencia del atractor. La institución que caiga en esa zona se verá inexorablemente atraída a seguir una trayectoria convergente hacia la región de las universidades tradicionales.
  • Un caso ejemplar ocurrió con la antigua carrera de Educación Especial. Según las propias políticas del antiguo Ministerio de Educación Superior, esta carrera debía desaparecer o transformarse radicalmente, porque era un vetusto ejemplo de segregación educativa contrario a los objetivos de inclusión e integración de las personas con discapacidad trazados en ese momento. El significado de Especial ha sido muy cuestionado, incluso internacionalmente, por los propias organizaciones de personas con discapacidad por su efecto en contribuir a la exclusión social. El documento base del programa no menciona ni una vez el término Personas con Discapacidad, ni tampoco la propia doctrina del Ministerio que acoge la tesis del Modelo Venezolano de la Discapacidad del Profesor Manuel Aramayo. Lo que se hizo fue insólito, simplemente se “maquilló” la carrera y desde el año 2012 es un Programa Nacional de Formación en Educación Especial, con lo cual ahora tiene un alcance muchísimo mayor. El documento base puede descargarse aquí:

http://www.google.co.ve/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&ved=0ahUKEwiO_LfloZHOAhWMuB4KHXMED2MQFggpMAI&url=http%3A%2F%2Ffiles.educacion1.webnode.com.ve%2F200000045-1ddff1ed94%2FPNFEEE_10_12_2009.doc&usg=AFQjCNHjZQuKSSpGRk598J9SEmRHVT1TFw

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