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La inclusión universitaria no incrementó en 2015, tampoco lo hará en 2016, tal vez en 2017

Por Bernardo Ancidey

En 2015 voceros del MPPEUCT, OPSU y rectores de universidades en Venezuela declararon, sin fundamento alguno, que la modificación en el mecanismo de asignación de cupos universitarios realizado en diciembre de 2014 por el Consejo Nacional de Universidades (CNU), marcó un hito en la historia del país en relación a la inclusión a la Educación Universitaria, describiéndolo como más igualitario, más democrático, mucho más participativo, mucho menos discriminatorio, y más justo. Como evidencia, mostraron datos del año 2015 en relación al género, origen de los asignados por tipo de plantel (oficial o privado), tipo de población que demanda cupo al sector universitario (población regular o bachiller) y la que sin duda es la variable más importante: la asignación discriminada por estratos socio-económicos.

En este breve artículo demostraremos la inexistencia del tal hito, dado que los valores de los indicadores para medir el supuesto incremento de la inclusión en 2015 son iguales a los obtenidos en los años 2008 y 2009 con el “viejo mecanismo de asignación de cupos” y sin necesidad de traumas ni acciones Deus-ex machina como la llamada Acta 501 del CNU del 09/06/2015. Ésta última fue una verdadera acción desesperada para enmendar los entuertos cometidos y cumplir con la orden presidencial de darle atención especial, por fuera de cualquier mecanismo, a los candidatos con discapacidad, en extrema pobreza, indígenas no asignados, con promedios por encima de los 18 puntos, los me­jores de cada plantel, deportistas, artistas y privados de libertad. No está de más decir que esta población siempre ha sido el principal objetivo de inclusión social, declarado en las políticas públicas del despacho a cargo de la educación universitaria y de eso existen innumerables documentos oficiales que lo atestiguan. Solo la improvisación luego de cinco años (de 2010 a 2015) de inacción en la materia, justifica el Acta 501.

La metodología es simple: tomar los datos oficiales del Programa Nacional de Ingreso de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) de los años 2008 y 2009 y compararlos con los mismos datos del año 2015. Presentaremos los datos principalmente en términos relativos porcentuales, para eliminar la impresión de números absolutos y sin referencia. La base será la totalidad de los asignados o demandantes de cada año.

Las tablas siguientes presentan los datos de las variables género, origen de los asignados por tipo de plantel (oficial o privado), tipo de población que demanda cupo al sector universitario (población regular o bachiller) y la distribución de los asignados según estrato socio-económico de los años 2008, 2009 y 2015:

Tabla 1. Distribución por Género

 

Años

Asignación

Demanda

Mujeres

Hombres

Mujeres

Hombres

2015

60%

40%

55%

45%

2009

63%

37%

57%

43%

2008

62%

38%

57%

43%

 No se observan mayores diferencias entre los tres años. Hay un neto predominio de las féminas, tanto en la demanda como en la asignación. La feminización de la educación universitaria venezolana es un fenómeno que se viene observando desde los años 70 del siglo pasado. Nada nuevo bajo el sol.

Tabla 2. Distribución por Origen de los asignados por tipo de plantel

Años

Asignación

Demanda

Oficial

Privado

Oficial

Privado

2015

80%

20%

74%

26%

2009

77%

23%

69%

31%

2008

76%

24%

69%

31%

Los datos de la Tabla 2 indican un incremento entre 2 y 3 puntos porcentuales en 2015 con respecto a 2009 y 2008, pero al mirar la demanda se observa que la de planteles oficiales creció 5 puntos porcentuales. Es decir que la mayor asignación en 2015 de planteles oficiales es solo un reflejo del incremento relativo de la demanda de planteles oficiales. Por otra parte, el sesgo favorable en la asignación a los planteles oficiales con relación a la demanda sigue siendo similar en los tres años, 6 puntos en 2015, 8 en 2009 y 7 en 2008.

Tabla 3. Distribución por Tipo de población que demanda cupo al sector universitario:

Años

Asignación

Demanda

Regular

Bachiller

Regular

Bachiller

2015

76%

24%

75%

25%

2009

79%

21%

No disponible

No disponible

2008

82%

18%

78%

22%

En este caso se observa una disminución en 2015 de 3 y 6 puntos porcentuales en relación al 2009 y 2008 en la asignación de los aspirantes regulares. No parece mucho pero hay que estar vigilantes. El aumento de la población bachiller que solicita cupo podría reflejar una creciente ineficacia del proceso de ingreso, sea porque no logra ubicarles plazas a estas personas, o porque no están satisfechas con una asignación anterior, lo que las llevaría a repetir su solicitud de cupos.

Finalmente, la que sin duda es la más importante y polémica de todas las variables:

Tabla 4. Distribución por Estrato socio-económico

Años

Estrato Absoluta Porcentual
Asignación Demanda Asignación Demanda
2015 I 3.282 11.274 1% 3%
II 35.016 91.839 16% 22%
III 69.270 143.519 31% 34%
IV 98.113 157.677 44% 37%
V 15.614 20.766 7% 5%
Subtotal 2015 221.295 425.075 100% 100%
2009

 

 

 

I 1.156 7.189 1% 2%
II 16.678 67.964 14% 17%
III 36.214 133.524 30% 33%
IV 55.645 176.251 47% 43%
V 9.051 23.701 8% 6%
Subtotal 2009 118.744 408.629 100% 100%
2008

 

 

 

 

I 1.206 7.080 1% 2%
II 15.663 64.160 14% 17%
III 35.671 129.389 32% 34%
IV 50.604 161.411 46% 42%
V 6.777 18.206 6% 5%
Subtotal 2008 109.921 380.246 100%

100%

En el gráfico siguiente se destaca el perfil de los asignados en los tres años según el estrato socio-económico:

grafico1

Gráfico 1. Distribución de los asignados según estrato socio-económico en los años 2008,2009 y 2015. Autor.

De seguro los declarantes del supuesto hito histórico del año 2015, se sentirán profundamente decepcionados al revisar la última tabla y el gráfico anterior, y constatar que hicieron mucha alharaca para nada. El perfil de los asignados según estratos socio-económicos en 2015 es prácticamente igual al obtenido en 2009 y 2008. Veamos:

  • Para el estrato más pobre, el V, los porcentajes fueron 7% en 2015, 8% en 2009 y 6% en 2008;

  • Para el estrato IV, fueron 44%, 47% y 46% y

  • Para el estrato III, 31%, 30% y 32%.

Si queremos ponernos muy rigurosos, la conclusión sería que la distribución más favorable a los sectores de menores recursos, fue la del año 2009, es decir el segundo año de aplicación del modelo de asignación multivariable original, cuando la suma de los estratos IV y V representó el 55% del total de la asignación. Pero para no ser tan rudos, lo mejor es reconocer la verdad palmaria de las cifras y obtener la conclusión más razonable: no hubo ningún cambio significativo. Tampoco lo habrá en el año 2016 porque se continúa aplicando el mismo mecanismo.

El único mérito de las modificaciones de 2015 fue aplicar con cuatro (4) años de retraso, dado que estaba previsto para el año 2011, la eliminación de las pruebas internas, con lo cual se incrementó la disponibilidad de cupos a ser ofertados en los procesos de ingreso de 2015 y 2016. Surge el interrogante de por qué descontinuaron durante varios años las líneas de trabajo trazadas desde 2008, dirigidas a la creación de un verdadero Sistema Nacional de Ingreso, descritas en artículos previos sobre el tema (véase http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/author/bancidey), y de repente actuar como aprendices de brujos en un tema tan delicado.

Los cambios realizados produjeron desazón y malestar por la forma en que se efectuaron, sin presentar ningún estudio técnico-político, ocultando las fuentes de los datos y la forma de calcular los factores denominados condición socio-económica y la participación en actividades extra-curriculares que intervienen en los índices de asignación de cupos. Y para peor, no han respondido a las acusaciones de algunas universidades de haber reducido el peso del promedio de notas del bachillerato en el cálculo de los índices de algunos aspirantes. Con todas estas actuaciones chapuceras han enviado un mensaje tremendamente negativo a nuestros estudiantes de educación media, al desvalorizar sus esfuerzos por salir mejor en sus estudios y a reforzar la creencia en que al final, el tramposo es el que triunfa.

En 2015 una alta autoridad declaraba con orgullo que a partir de 2015 era el diseño de “nuestro modelo”, pero del 2014 para atrás, es el “ustedes”, refiriéndose con osadía e ignorancia, a los rectores que supuestamente eran los que habían hecho el mecanismo de asignación utilizado de 2008 al 2014. La verdad, es que ese modelo, bueno o malo, era el modelo del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.

Es necesario reconocer los errores y retomar la agenda original, dirigida a incrementar verdaderamente la inclusión social, creando mecanismos que garanticen el ingreso, aseguren el buen desempeño estudiantil, y concilien los intereses de la patria con los de los aspirantes a un cupo universitario. Avanzar en la inclusión universitaria exige mucho más que cambiar los parámetros de un algoritmo. Espero que lo hagamos en 2017.

Artículo en homenaje póstumo al honorable Profesor Antonio Castejón, uno de los padres del modelo del año 2008, y con quien tuve el placer de trabajar en pro de la inclusión educativa en el sistema universitario.

Vayan desde aquí mis respetos a sus deudos.

bernardo.ancidey@gmail.com

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Imagen tomada del archivo de OVE

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Las pruebas de ingreso a las universidades: el mayor fraude en la educación venezolana

Por Bernardo Ancidey

El 16 de diciembre del 2014 el Consejo Nacional de Universidades (CNU) cerró finalmente el catafalco de ese cadáver insepulto que fueron las pruebas de ingreso a las universidades públicas venezolanas. Sin embargo, poco o ningún esfuerzo comunicacional se realizó para exponer las razones de esta importantísima medida. Aparte del ritornello y la puesta en escena de algún que otro acto mediático para indicar que dichas pruebas generaban exclusión, nada más se ha dicho. De allí la importancia de poner en blanco y negro los fundamentos que justifican la acción más allá de la consigna fácil.

La necesidad de ofrecer explicaciones después de haber tomado la medida se presenta porque sin razones de peso, un simple cambio en la gestión gubernamental puede hacerlas retornar en cualquier momento, sobre todo ahora que se acaba designar una comisión de ingreso por parte del Consejo Nacional de Universidades. Hay que recordar que durante ocho (8) largos años, desde 1999 hasta el año 2007, la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) del CNU, tuvo defensores en los dos Gobiernos del Comandante Chávez. Y si se indaga un poco más, salvo la iniciativa de un grupo de estudiantes de Educación Media ante la Asamblea Nacional hace más de diez años y la decisión del Comandante Chávez, hay muy poca documentación oficial que exponga en profundidad las razones para la eliminación de las pruebas. Incluso desde el punto de vista académico, en Venezuela no abundan las investigaciones sobre las pruebas de admisión y sus efectos.

Lo que sí prolifera son creencias, suposiciones y manipulaciones. Los apologistas de las pruebas, han alegado siempre que las pruebas son justas porque les dan oportunidad a todos de competir por un cupo en las universidades, con tan solo mostrar sus aptitudes. Además, que la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) contempla en su artículo 103  que “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente,  en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones” (subrayado del autor). También alegan que las pruebas permiten mejorar a las instituciones porque seleccionan de manera “científica” a los estudiantes de calidad. Otros argumentos menos sublimes, señalan que las deficiencias académicas que arrastran los egresados de la educación media obligan a establecer filtros que solo pasen aquellos que demuestren tener las competencias mínimas para estudios superiores. En esta misma línea, suelen alegar que la universidad no es para todo el mundo.

 

Los datos

Aunque en otros trabajos (1; 2) se han dado respuestas a las falacias detrás de estos razonamientos, que esconden siempre una mentalidad amiga de la exclusión y del pensamiento de élites, el interés en este artículo está en demostrar la inexistencia de las supuestas ventajas que tiene la prueba como predictor del llamado “éxito académico”. En otras palabras, que es falsa la afirmación que salir bien en las pruebas internas de las universidades públicas venezolanas, es garantía de un buen rendimiento como estudiante universitario.

La verdad, de acuerdo a investigaciones en varios países (3; 4; 5), es que las pruebas de ingreso  llamadas a veces de admisión o selectividad, presentan una correlación baja con el posterior rendimiento estudiantil universitario. Pero incluso una correlación, aunque fuese baja, parece desconocida en las experiencias nacionales. Durante años las universidades públicas venezolanas aplicaron pruebas de ingreso sin que se observaran mejoras en el rendimiento de los estudiantes universitarios o en la calidad de las instituciones.

Para mostrar la ineficacia de las pruebas venezolanas, basta analizar las series estadísticas de deserción, duración de los estudios y tasas brutas de graduación de las universidades desde que  comenzó su aplicación:

  • La deserción, para una institución señera en la aplicación de pruebas de admisión como la Universidad Central de Venezuela (UCV), ha alcanzando hasta el 81,4% en Ciencias Básicas y 74,9% en Humanidades según mostraba un estudio sobre deserción y repitencia realizado por la misma institución en 2007 (6), manteniéndose entre un 40-60% como promedio (7). En 2010, el para entonces Director del Programa Práctica de Orientación Vocacional de la UCV, Víctor Martínez, afirmaba que el 65% de los estudiantes que ingresan a la UCV cambian de carrera durante el primer o segundo año.
  • En cuanto a la duración de los estudios, en el año 2013 se graduaron solo 152 estudiantes de los 4.202 que ingresaron en 2008 (7).
  • Las tasas brutas de graduación, se mantienen en un decepcionante 10% (8; 9) en carreras largas.
  • Las cifras globales de las otras universidades comparten el panorama. Lílido Ramírez (10) alarmado por el bajo rendimiento de las universidades públicas venezolanas entre los años 1990 al 2006, durante la hegemonía de las pruebas de ingreso, urgía por la elevación de las tasas brutas de graduación. De manera que las mejoras prometidas brillaron por su ausencia luego de aplicar las pruebas que, según lo declaran algunas autoridades universitarias (6), fueron ajustadas constantemente.

Finalmente, en cuanto a la mejora en la calidad de las instituciones, ninguna universidad venezolana aparece en los rankings de las mejores universidades del mundo que tanto idolatran algunos eurocéntricos criollos. Tampoco en los de las latinoamericanas. En cambio, la Universidad de Buenos Aires (UBA), en donde el ingreso es libre, todavía sigue siendo considerada la mejor de América Latina y la ubican en el 85° puesto del ranking mundial elaborado por Quacquarelli Symonds (11), centro de estudios sobre la educación superior. Es decir, que aún según sus adorados criterios de medición, la calidad institucional parece responder más a otras variables distintas a los exámenes de ingreso.

El análisis

La pregunta que surge, es ¿por qué en Venezuela las pruebas de ingreso fracasaron de manera tan rotunda? La explicación es simple, ellas no tenían ningún fin pedagógico o de mejora institucional. Las pruebas de ingreso fueron creadas en una época de hegemonía del pensamiento único neoliberal, como un mecanismo seudo-científico para limitar el ingreso a las universidades, abandonando todo esfuerzo por incrementar la cantidad de plazas gratuitas ofrecidas desde el sector público y promover, paralelamente, la profusión de institutos y universidades privadas. De esa manera como ya fue señalado en (2), un problema de capacidad física que debía ser resuelto ampliando la cobertura, se ideologizó al desviar el foco de atención de las responsabilidades de los Gobierno de turno y de las autoridades universitarias, hacia unas supuestas condiciones que debía exigírseles a los aspirantes para poder ingresar a una universidad.

Tanto la antigua Prueba Nacional de Aptitud Académica  (PAA) administrada por la OPSU, como la miríada de pruebas de admisión de las universidades públicas, disfrazadas en algunos casos con términos engaña-bobos como diagnósticas o voluntarias, presentaron además, gravísimas fallas desde el punto de vista científico, de allí su fracaso como predictoras del rendimiento estudiantil. Una evaluación tiene sentido en función del currículo administrado. Luego, una prueba concebida sea para detectar rasgos independientes del currículo como la antigua PAA de la OPSU, o para determinar las competencias requeridas para estudiar una carrera, como las pruebas de ingreso que hacen las instituciones, son elaboradas para evaluar un currículo que nunca fue administrado. Eso es jugar sucio con los egresados de educación media.

Estos exámenes carecían de sentido porque en su elaboración dejaban de lado el currículo realmente visto por los aspirantes durante sus estudios de educación media. El colmo fue que algunas instituciones llegaron a aplicar pruebas elaboradas en el exterior por empresas internacionales, conteniendo preguntas con términos y expresiones desconocidas en el currículo secundario venezolano. Al operar de manera tramposa, evaluando sobre un currículo desconocido, obligaban a los aspirantes a ir al único lugar donde podían recibirlo: pagando costosos cursos pre-universitarios.

Pero las críticas no culminan aquí. El valor predictivo de una prueba, aun realizada en las mejores condiciones posibles, es decir evaluando el currículo realmente administrado, y sin que esto implique costos de transacción y de aplicación (generadores de gravísimos sesgos socio-económicos), tiene un valor predictivo menor al promedio de calificaciones de secundaria (4; 12). Según la evidencia científica internacional la validez predictiva de las pruebas es la mitad del promedio de secundaria (3), de modo que este último resulta el mejor criterio. Esto nos dice que combinar los valores del promedio de secundaria con los valores de una prueba para crear un nuevo índice, como se hacía con la PAA y se solía hacer en algunas instituciones, es como mezclar el cacao fino de Chuao con variedades inferiores esperando que el chocolate sepa mejor.

Los resultados anteriores tampoco sorprenden al analizarlos con cierto cuidado. Mientras que el resultado de un examen puede estar afectado por contingencias, el promedio de calificaciones es una variable sintética, como lo señala Tejedor (13) y antes Touron (3) y cuando afirmaba que

…es una expresión, en cierto sentido, de toda persona en cuanto estudiante. Es un reflejo de la concurrencia de numerosos factores: la aptitud del alumno, su voluntad, su esfuerzo, las características de la enseñanza que ha recibido, etc.

El promedio es resultado de centenas de actividades evaluadas a lo largo de toda la secundaria. De modo que en este último caso la gran variabilidad originada por factores inesperados tienden a compensarse entre sí, dando un efecto global más ajustado de la actuación general del estudiante. Es igual al promedio de bateo de los jugadores de beisbol, pueden tener días malos o buenos, pero el promedio antes de un juego, es un buen predictor de cómo se desempeñará ese día.

En cambio, la prueba es como jugarse todo a lo que pase en un solo día. En otros países para corregir este defecto, se les da la oportunidad a las personas para presentarlas varias veces y pueden hasta escoger su mejor resultado para utilizarlo en su solicitud de ingreso. Por ejemplo, en EEUU el Scholastic Assessment Test (SAT) se aplica siete veces al año; el American College Testing (ACT), seis veces; el Graduate Management Admissions Test (GMAT) puede realizarse tantas veces como se desee; y en Australia el The Medical College Admission Test (MCAT) se administra varias veces al año, desde finales de enero hasta principios de septiembre. En Venezuela jamás se ensayaron iniciativas como estas. Tampoco la realización de pruebas de egreso del secundario, como se hacen en otros países o indagar sobre las potencialidades del aspirante. Solo se copió lo malo.

 

El verdadero fin de las pruebas de ingreso

Para lo que sí fueron excelentes las pruebas de ingreso a la venezolana fue para excluir. El mecanismo es sutil pero eficaz. Pasa la prueba el que se prepara para la misma, entrenándose con cursos preuniversitarios y pagando todos los costos asociados con la tramitación y presentación de la prueba. El que no tiene plata, tiene discapacidad, vive lejos, o no está inmerso en la cultura de los que hacen la prueba (como población rural o indígenas), está fregado desde el  principio. El resultado de este hecho, fue la brutal exclusión de los estratos más pobres, detectada por investigadores para nada sospechosos de comulgar con el bolivarianismo, como Morales Gil (14) y por estudios hechos por las propias universidades como lo reveló el Perfil del estudiante de nuevo ingreso de las universidades venezolanas, el cual puntualizaba para el año 2005 que el estrato socioeconómico que podía ingresar a las universidades públicas (15):

 (…) corresponde mayoritariamente al estrato medio de la población con 94% del total, el cual a su vez está subdividido en estrato medio-medio  (41,5%), medio-alto (27,8%), y medio-bajo (24,7%) (…) Si sumamos los porcentajes obtenidos en los estratos alto, medio alto y medio-medio, se obtiene que en los mismos se concentra el 73% de la población evaluada, mientras que si sumamos el estrato medio bajo con el estrato bajo y la pobreza crítica, se obtiene un 26,9%. Estos resultados pueden indicar que los estudiantes ubicados en estratos inferiores: medio-bajo, bajo y pobreza crítica, tienen una menor posibilidad de acceder (…) (pp. 192-193) (subrayado del autor)

El mismo reporte de las universidades mostraba el siguiente perfil socioeconómico para tres instituciones, UCV, Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y Universidad Simón Bolívar (USB), todas con pruebas de ingreso entre los años 2000 al 2002:

Tabla 1. Distribución de los estudiantes por estratos socioeconómicos, promedio de años 2000, 2001 y 2002.

Estratos socioeconómicos
Universidad I II III IV V VI
USB 11,83 50,83 27,20 9,70 0,40 0,00
UCV 3,63 35,87 43,47 16,43 0,60 0,00
UNET 2,47 34,37 45,17 17,27 0,77 0,00

Nota: Datos tomados de (15), Tabla No. 7, p.196.

Obsérvese que para estas universidades, los tres estratos más pobres no sumaban más del 18% para la UNET, 17,03% para la UCV y apenas 10, 1% para la USB. Esta situación se mantiene en el año 2008, como lo evidencia el análisis realizado por Blanco, Flórez y Giménez (16) para las carreras comunes de la UCV y la USB. Dicho estudio muestra que en Ciencias Básicas, Ingeniería y Arquitectura, la mayor proporción se concentraba en el estrato II (medio-alto) mientras que solo el 33,24% de estudiantes de la UCV y el 12,73% de la USB provenían de planteles públicos. En Venezuela estos últimos tradicionalmente han representado más del 70% del total de planteles existentes en el país.

 

El cambio a partir del año 2008

Esta situación comienza a cambiar con la enorme expansión de la oferta académica gracias a la ampliación y creación de nuevas instituciones universitarias públicas, la eliminación de la PAA y la aplicación del Modelo de Asignación Multivariable en el año 2008. Este último implicó un proceso totalmente automatizado, rápido, gratuito y transparente, con cero costos para el aspirante y se eliminó la profusión de los negocios surgidos en torno a las pruebas. Adicionalmente, se implementaron un conjunto de medidas complementarias para favorecer la inclusión y sobre las cuales detallaremos en un próximo artículo.

Las evidencias del cambio en la composición se encuentran en estudios como los de Miranda (17), el cual muestra como incluso con un modesto 30% de cupos asignados por la OPSU a la UCV desde el año 2008, finalmente pudieron comenzar a ingresar de manera significativa aspirantes provenientes del estrato V junto a un incremento sustantivo de los del estrato IV:

En la revisión de los porcentajes de estudiantes que ingresaron a la UCV para el estrato V hay una mejoría significativa también en la UCV, porque hasta 2007, los porcentajes no superaron nunca el 0,73%. Sin embargo a partir de 2008 el porcentaje sube hasta más del 2%, lo que implica que se duplica o triplica la cantidad de personas del estrato V que ingresan a la UCV. Igualmente en el caso del estrato IV también hay un cambio significativo, hasta 2007 el máximo porcentaje fue 9,16%, mientras de 2009 a 2013 el mínimo de asignados fue de 20,20%, es decir otra vez se duplicó el número de asignados de este estrato a la UCV. Por su parte los estratos I y II que venían incrementando en el período anterior disminuyen su participación. El estrato I que llegó a representar el 15,66% ahora solo alcanza como máximo un 4,92%. El estrato II también deja de crecer y disminuye ligeramente para mantenerse entre el 35 y el 40%, cuando antes llegaba hasta 48,09%. El III parece estabilizarse en torno al 33-35%, mientras que antes solía oscilar bastante entre el 22 y el 37%. (Pág. 69) (Subrayado del autor).

Es de señalar que estas proporciones se acercan más a la forma en que la población venezolana se distribuye por estratos socio-económicos. Además, estos resultados desmienten de manera categórica, la interesada opinión de voceros anti-inclusión de la UCV como Díaz, González, Ramírez y otros (18), acerca de que:

…la composición por estratos socioeconómicos de la población estudiantil de la UCV no puede reflejar la realidad social de la nación, por la simple razón de que la demanda de cupos del estrato socioeconómico V no es proporcional a la población perteneciente a este estrato.

y antes en 2010 por González Ulpino (19). Éste último señalaba erróneamente que:

… independientemente de que el mecanismo utilizado para la admisión de estudiantes a las IES, incluyan o no exámenes de admisión, se mantendrá la actual composición socioeconómica de la matrícula, dado que ésta responde a un problema estructural como lo es la significativamente baja participación de estudiantes de los estratos IV y V tanto en los niveles de educación anterior al universitario, así como en la demanda de cupos en las instituciones de educación superior.(p.55-58) (subrayado del autor)

Si el logro de incrementar la población proveniente de los estratos más pobres en la UCV se alcanzó con solo el 30% de los cupos asignados vía OPSU, es de esperar que un incremento en esta cuota, se traduzca en una mayor proporción de personas provenientes de dichos estratos. Todo ello sin necesidad de modificar los factores y pesos del Modelo de Asignación Multivariable empleado hasta el año 2014. Pero sobre este tema se hablará con mayor profundidad en un próximo artículo.

También han existido intentos por mostrar que las pruebas de ingreso venezolanas eran mejores predictoras del rendimiento estudiantil que el modelo de asignación multivariable aplicado del año 2008 al 2014. El primer intento lo realizó en el año 2009 la USB (20) apenas comenzado el nuevo mecanismo de la OPSU, y fue ampliamente difundido por los medios contrarios a la inclusión educativa. A dicho intento se respondió (1) con una revisión cuidadosa de las mismas estadísticas presentadas por la USB, mostrando que además de ser una investigación sesgada, evidenciaban una superioridad del nuevo mecanismo sobre la Prueba Interna de la USB.

Un estudio equilibrado fue realizado por las investigadoras Guevara, Terán y Rodríguez (21), de la Universidad de Carabobo (UC) para la carrera de Medicina en dicha institución en el año 2011. Al comparar el rendimiento de los ingresados vía prueba interna contra los asignados por la OPSU, destacan el mejor rendimiento de los alumnos de instituciones privadas en las pruebas internas (algo esperable por lo ya expuesto); sin embargo no existe evidencia notoria de relación entre la modalidad de ingreso y el rendimiento académico obtenido por los alumnos en el desarrollo de sus estudios de medicina. Tampoco encontraron significancia estadística entre el rendimiento académico y el plantel de procedencia. En ese mismo estudio se señala “que estudios realizados en otras Facultades de la Universidad de Carabobo, han reportado que el rendimiento académico es independiente de la modalidad de ingreso, lo que ha llevado a eliminar la prueba interna de admisión.”

Las conclusiones más pertinentes para este trabajo sobre la investigación de las profesoras de la UC (ob.cit) sin duda son estas:

Actualmente pareciera haber consenso en torno a que las pruebas de admisión no son un buen predictor de rendimiento y las evidencias en favor de las mismas no son concluyentes, en tanto que la capacidad pronóstico de las variables que se registran en el momento del ingreso se disipa a medida que el alumno transita de un curso a otro y su lugar lo ocupan los propios indicadores de rendimiento parcial influidos por las formas de evaluación asumida en la carrera, lo cual obliga a estudiar las variables coadyuvantes o intervinientes que perfilan al alumno durante sus estudios. (Subrayado del autor)

 Como es de esperar estos resultados coinciden con lo que se ha presentado antes y con los estudios realizados a nivel internacional (4). Los mejores predictores cognitivos son los que se realizan de manera más inmediata al curso que se va a realizar, y entre todos ellos, incluyendo las pruebas, el promedio acumulado hasta el momento previo al curso es el mejor de todos. Se confirma que el mejor predictor del rendimiento académico futuro es el rendimiento anterior, como han puesto en evidencia múltiples estudios (5; 22; 23; 24).

Esto lleva a reconsiderar la forma en que se recogen los datos por la OPSU, dado que actualmente solo se toman los cuatro primeros años de secundaria para calcular el promedio, despreciando las notas del último año de la secundaria, es decir el 5° año para el Bachillerato de Ciencias y Humanidades y el 6° año para los Técnicos Medios. Es necesario que para el año 2017 el proceso de ingreso se realice considerando todas las notas del bachillerato. De hecho y ante las evidencias científicas, tal vez sea mejor considerar solo los dos últimos años, como lo sugiere la investigación de Tejedor (13).

Por otro lado los predictores cognitivos previos, sean promedios o pruebas, tienen un techo. Según lo recoge Touron (3), el promedio es el mejor de todos los predictores, en ningún caso suele explicar más del 40% de la varianza del criterio. A medida que se avanza en la carrera o programa hasta su final, la correlación se debilita y entran en juego otras variables que la literatura especializada (25; 26; 27) suele agruparlos como personales (actitudinales y motivacionales), metodológicos, institucionales, pedagógicos, socio-económicos, culturales, entre otros. Todos ellos afectan el rendimiento estudiantil universitario y demandan ser investigados.

Las opciones

La lectura que se extrae de estos datos es que hay un enorme campo para la intervención institucional y gubernamental, a los fines de que todos sean incluidos. Aspirantes con promedios bajos o medios puedan tener la oportunidad de ingresar al programa deseado y con posibilidades de culminarlo exitosamente, al implementar mecanismos apropiados.  Deficiencias acumuladas a lo largo del bachillerato, como en el caso de las matemáticas o en los hábitos de estudio, podrían ser superadas implementando un curso intermedio entre la secundaria y el bachillerato de entre seis meses y un año. Sobre esta idea se adelantó un trabajo entre 2009 y 2010 conocido como el Programa de Iniciación a la Educación Superior (PIES), coordinado por el Núcleo de Vicerrectores Académicos, OPSU y el Ministerio de Educación Superior (28) y (29). Esta iniciativa merece ser continuada.

Igualmente, ejecutar el portafolio (30) o expediente estudiantil que reúna las experiencias del desarrollo integral de los estudiantes de educación primaria y media. Esta valiosa información coadyuvaría a realizar una adecuada orientación vocacional, actualmente casi desaparecida en Venezuela. Las experiencias de la Universidad del Zulia (LUZ), respecto a la utilidad de la orientación y de las pruebas de exploración vocacional para predecir el buen rendimiento en las carreras universitarias (31), es algo que debe tomarse en cuenta. A nivel nacional desde el año 2008, gracias a la expansión de las pruebas nacionales de exploración vocacional, se dispone de datos para darle una base firme a un sistema de ingreso que tome en cuenta estos elementos para la asignación de los aspirantes.

En paralelo se debe trabajar por resolver las fallas en la calidad y cantidad de docentes especializados en la educación media, en especial en las menciones donde se ha detectado que cada vez hay menos personas interesadas en estudiarlas (32): Agropecuaria, Matemática, Física, Química, Rural, Inglés, Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo; y Geografía e Historia. En otros momentos se ha insistido en la urgencia de implementar el Sistema Nacional de Orientación, en especial por el aporte que éste puede dar en la determinación del perfil vocacional (33) y en el desarrollo integral de la personalidad de los aspirantes, factores que tiene un peso específico importante en el futuro desempeño académico universitario e incluso laboral.

Finalmente, se debe retomar el conjunto de medidas que apuntan a reducir la brecha entre los estudios universitarios y secundarios en Venezuela y crear un verdadero Sistema Nacional de Ingreso. Solo así se garantizará una asignación que armonice los intereses, perfiles vocacionales y las necesidades del país, y no continuar empleando mecanismos transitorios o pruebas ineficaces y fraudulentas. Con iniciativas como estas es que se romperá el círculo vicioso de la perpetuación de las élites, y poder afirmar, parafraseando a Bourdieu (34 pág. 160) que: dado que conocemos las leyes de la reproducción es por lo que tenemos alguna oportunidad de minimizar la acción reproductora de la institución escolar.

Bernardo Ancidey

bernardo.ancidey@gmail.com

Bibliografía

  1. Ancidey, B. Pruebas de Ingreso, ¿Oportunidad o exclusión?, Observaciones al “Informe de Rendimiento Académico de las Cohortes 2007 y 2008, Carreras Largas, Cortas y CIU” de la Universidad Simón Bolívar, de fecha 1 de abril de 2009. Humanidad en red. [En línea] 2 de Junio de 2009. [Citado el: 16 de Septiembre de 2016.] http://www.humanidadenred.org.ve/wp-content/uploads/2015/10/pdf21-12-2009_091109.pdf.
  2. —. El mito de la aptitud académica y las pruebas de ingreso a las universidades. Otras Voces en Educación. [En línea] 26 de Septiembre de 2016. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/170034.
  3. La predicción del rendimiento académico: procedimientos, resultados e implicaciones. Touron, Javier. 1985, Revista Española de Pedagogía, págs. 473-495.
  4. La predicción del rendimiento académico: regresión lineal versus regresión logística. García J., M. V., Alvarado, J. M. y Jiménez, A. 2, 2000, Psicothema, Vol. 12, págs. 248-252.
  5. La predicción del rendimiento como criterio para el ingreso en la universidad. Goberna, M. A., López, M. A. y Pastor, J. T. Enero de 1987, Revista de Educación, págs. 235-248. 283.
  6. Cardona, Lissette. Deserción universitaria se debe a falta de identificación con la carrera. Reporte-ando. [En línea] 29 de Abril de 2010. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://reporte-ando.blogspot.com/2010/05/desercion-universitaria-se-debe-falta.html.
  7. Herrera, Isayen. Por bajo nivel del bachillerato desertan entre 40% y 60% de los universitarios . El Nacional. [En línea] 31 de Mayo de 2015. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/nivel-bachilleratodesertan-universitarios_0_637136445.html.
  8. Universidad Central de Venezuela, Secretaría General. Boletín Estadístico 2008. Caracas : Autor, 2008.
  9. —. Boletín Estadístico 2010. Caracas : Autor, 2010.
  10. Cifras, Relaciones Numéricas e Indicadores Macros de la Universidad Pública de la República Bolivariana de Venezuela. Período 1990-2006. Ramírez I., Lílido N. 34, 2010, Mundo Universitario, págs. 51-61.
  11. Bär, Nora. La UBA es la mejor universidad de América latina, según el ranking QS. La Nación . [En línea] 5 de Septiembre de 2016. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.lanacion.com.ar/1934940-la-uba-es-la-mejor-universidad-de-america-latina-segun-el-ranking-qs-2016.
  12. Aspectos Determinantes del Éxito Académico de Estudiantes. Soria-Barreto, Karla y Zúñiga-Jara, Sergio. 5, 2014, Formación Universitaria, Vol. 7, págs. 41-50.
  13. El poder explicativo de algunos determinantes del rendimiento en los estudios universitarios. Tejedor, F. 61, 2003, Revista Española de Pedagogía, págs. 5-32.
  14. Morales Gil, E. La exclusión de los pobres de la educación superior. Caracas : Consejo Nacional de Universidades, Oficina de Planificación del Sector Universitario, 2003.
  15. LUZ. El perfil del estudiante de nuevo ingreso de las universidades venezolanas. Maracaibo : Universidad del Zulia; Rectoría, 2005.
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  17. Miranda, Leysly. El Modelo de Asignación Multivariable y su impacto en el ingreso a la educación universitaria venezolana; Tesis de Especialización en Gerencia Pública. Caracas : Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional, 2015.
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  19. Asignación de aspirantes a través del Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Superior (SINIES). González Ulpino, J. A. 88, s.l. : Escuela de Educación, Universidad Central de Venezuela, Enero-Junio de 2010, Revista de Pedagogía, Vol. 31, págs. 39-50.
  20. Universidad Simón Bolívar, Comisión Técnica y Dirección de Admisión y Control de Estudios. Informe de Rendimiento Académico de las Cohortes 2007 y 2008, Carreras Largas, Cortas y CIU. Universidad Simón Bolívar. Sartenejas : Universidad Simón Bolívar CTA-DACE, 1 de abril de 2009.
  21. La admisión y el rendimiento académico en los estudios de medicina. Escuela de Medicina «Dr. Witremundo Torrealba» Universidad de Carabobo, Venezuela. Guevara, Milady, Terán, Iris y Rodríguez, Zaida. Maracay : s.n., Diciembre de 2011, Comunidad y Salud, Vol. 9. 2.
  22. Relationship between learner attitudes, prior achievement, and performance in a General Education Course: A multi-Institutional Study. International Journal of instructional media. House, J. D., Hurst, R.S., Keely, E.J.,. 23, 1996, págs. 257-271.
  23. Rendimiento académico en la universidad a distancia. Un estudio empírico sobre su evolución y predicción (II). Jiménez Fernández, C. 284, 1987, Revista de Educación, págs. 317-347.
  24. Predicting graduate student success in an MBA program: Regression versus classification. Wilson, R.L., Hardgrave, B.C. 55, 1995, Educational and Psychological Measurement, págs. 186-195.
  25. Artunduaga Murillo, Martha. Variables que influyen en el rendimiento académico en la universidad. Comisión de seguimiento, orientación y apoyo, Universidad Nacional de Córdoba. [En línea] Julio de 2008. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.ori.soa.efn.uncor.edu/?publicaciones=variables-que-influyen-en-el-rendimiento-academico-en-la-universidad.
  26. Factores asociados al rendimiento académico en estudiantes universitarios, una reflexión desde la calidad de la educación superior pública. Garbanzo Vargas, Guiselle María. 1, 2007, Revista Educación, Vol. 31, págs. 43-63.
  27. El fracaso académico en la universidad: Aspectos motivacionales e intereses profesionales. Marín Sánchez, Manuel, Infante Rejano, Eduardo y Troyano Rodríguez, Yolanda. 3, 2000, Revista Latinoamericana de Psicología, Vol. 32, págs. 505-517.
  28. García Buttó, Angel. Consejo Universitario: Informe del V-Rectorado Académico (29-04-2009). Apufat. [En línea] 4 de Mayo de 2009. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.apufat.org/archivos/59614.
  29. CNU propone curso de iniciación universitaria. Universia Venezuela. [En línea] 23 de Abril de 2009. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://noticias.universia.edu.ve/vida-universitaria/noticia/2009/04/23/161597/cnu-propone-curso-iniciacion-universitaria.html.
  30. Villa Echeverry, Gabriel. Portafolio vocacional del alumno para la Mesa Técnica Interministerial 2010 . Portafolio Gabriel Villa. [En línea] 2010. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://portafoliogabrielvilla.blogspot.com/2013/blog-spot.html?m=1.
  31. Un proceso grupal para la atención vocacional: Éxito, Satisfacción de los estudiantes universitarios. Urribarrí Farías, Luisa Margarita, Flores Chourio, Yudelkis Coromoto y Añez Sánchez, Ivis Coromoto. 2, Mayo-Agosto de 2013, Encuentro Educacional, Vol. 20, págs. 319 – 336.
  32. Ancidey, B. Los nefastos efectos de la kakonomía universitaria. Otras Voces en Educación. [En línea] Septiembre de 2016. [Citado el: 31 de Agosto de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/153208.
  33. Perfil Vocacional y Rendimiento Escolar en universitarios. Díaz Barajas, Damaris, Morales Rodríguez, Marisol y Amador Zavala, Laura Olivia. 16, México : s.n., Enero-Abril de 2009, REMO, Vol. VI.
  34. Bourdieu, Pierre. Capital cultural, escuela y espacio social. México : Siglo XXI, 1997.

Artículo enviado por su autor a la redacción OVE

Imagen tomada del archivo de OVE

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Lo bueno, lo malo y lo feo del ingreso universitario

Por: Bernardo Ancidey

El cambio radical realizado en el año 2014 al Modelo de Asignación Multivariable –MAM- (1) utilizado para la asignación de cupos en universidades públicas venezolanas, es un excelente ejemplo de una política pública universitaria infeliz. Tristemente contrasta con lo hecho antes a favor de: la expansión matricular; diseño de los programas nacionales de formación; las nuevas instituciones como la UBV y UNEFA, la Misiones Sucre y Alma Máter; la inclusión de personas con discapacidad, indígenas, privados de libertad, trabajadores y campesinos; el desempeño estudiantil y por supuesto en materia del propio ingreso universitario. El cambio de 2014 es sin duda, producto de las inconsecuencias, abandonos, impericia, arrogancia y posible “mano pelúa”, reflejadas en las medidas recientes sobre el tema. Aunque en (2) se adelantó una breve crítica, el porqué de esta afirmación merece un análisis pormenorizado.

LO BUENO

El 24 de mayo del año 2007 el Presidente Hugo Chávez ordenó eliminar la Prueba Nacional de Aptitud Académica o PAA (3, pág. 20) para el ingreso a la educación universitaria pública. Como reemplazo de las fraudulentas PAA, en el año 2008 se estableció en acuerdo con las universidades del país, el MAM, como mecanismo transitorio para la asignación de los cupos universitarios. El MAM fue diseñado técnicamente por la Comisión Nacional de Ingreso designada por el Consejo Nacional de Universidades (4) –CNU-, y se aplicó desde 2008 hasta el año 2014. La gran mayoría de las instituciones se acogió desde un principio al nuevo mecanismo y unas pocas se limitaron a la ofrecer la cuota mínima de 30% del total de cupos para ser asignados por el nuevo modelo.

El objetivo del nuevo mecanismo se enmarcó dentro de las políticas educativas del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior –MPPES-  (3) para lograr una educación inclusiva revirtiendo la desigualdad en el ingreso a las universidades públicas. Como ya se señaló en un trabajo anterior (5), las pruebas de ingreso perjudicaban a los egresados de educación media de menores recursos, generalmente provenientes de liceos, y favorecía desproporcionadamente a los aspirantes más pudientes que, en su gran mayoría, procedían de colegios privados.

Aún con las limitaciones derivadas de su carácter provisional, el modelo logró los objetivos de inclusión propuestos. Las estadísticas presentadas en la investigación de Miranda (6) con datos de la OPSU, revelan que el cambio entre los años 2008 y 2009 fue significativo, lográndose la meta esperada. Es decir, que la composición social de los cupos asignados fuese reflejo de la demanda. Entre los retos superados por el nuevo mecanismo de ingreso del año 2008 destacan:

 

Mayor equidad en el ingreso:

  • Eliminación de la PAA de la Oficina de Planificación del Sector Universitario -OPSU-, como requisito para el ingreso a la educación superior.
  • Desaparición del sesgo inequitativo en la asignación de cupos de los últimos años causados por diferencias entre los planteles de origen de los aspirantes. Más del 70% de los asignados resultaron aspirantes provenientes de liceos públicos y el resto de colegios privados, lo cual se corresponde perfectamente con la proporción de planteles en la educación media.
  • En términos de estratos socio-económicos creció la proporción de asignados de los estratos más pobres y disminuyó la de los más ricos, expresando adecuadamente la realidad social venezolana. El 53% de los nuevos ingresos a la educación superior provendrían de los estratos socio económicos IV y V, es decir los de menores recursos, con lo cual se alcanzó la equidad en el ingreso. Todo ello sin necesidad de introducir discriminaciones inconstitucionales en razón de la condición socio-económica de los aspirantes. El cambio favorable incluso se produjo en las universidades que solo aportaron el 30% de los cupos para ser asignados por el nuevo mecanismo como fue señalado en la investigación de Miranda (5).
  • Por primera vez se tomaron en cuenta las calificaciones por áreas de conocimiento vinculándolas con las carreras elegidas por los aspirantes.
  • Se priorizó el ingreso de los que nunca fueron asignados en procesos anteriores.
  • Se facilitó el ingreso de personas con discapacidad y comenzó a llevarse el registro de los aspirantes pertenecientes a pueblos indígenas.

Proceso más ágil, flexible y transparente

  • Todo el proceso pasó a ser gratuito y en línea, pudiendo realizarse el registro y la participación en unos pocos minutos.
  • Incremento de las opciones de carreras de tres a seis, ofreciendo mayores oportunidades a los aspirantes de resultar asignados.
  • Posibilidad de revisar los datos en línea a los fines de corregir cualquier error e incluso a modificar sus opciones de carrera en función de mejorar las posibilidades de ingreso.
  • La metodología de asignación fue discutida y acordada por unanimidad con todas las universidades nacionales.
  • Para garantizar la total utilización de los cupos y evitar el tráfico de los que quedasen disponibles por falta de inscripción de las personas asignadas, se crearon las “listas de cola” y la realización de más de un proceso de ingreso al año.
  • Todo el proceso de preinscripción nacional vía CNU-OPSU se automatizó y los resultados finales previstos para la última semana de agosto del año 2008 (una semana antes de lo que se hizo en el año 2007) estuvieron disponibles en web, con lo cual las universidades pudieron bajar las listas de asignados y de cola para iniciar sus procesos de inscripción.

Ventajas desde el punto de vista técnico y financiero:

El nuevo proceso de asignación reflejó la fortaleza tecnológica desarrollada por el antiguo MPPES y la OPSU, con lo cual se alcanzó mayor independencia y autonomía para afrontar futuros retos. Además, el nuevo mecanismo se ejecutó con el presupuesto ordinario y sin necesidad de requerir recursos adicionales para pagar servicios a empresas privadas como había sido la costumbre hasta la fecha. La Tabla 1 muestra las diferencias, ahorros presupuestarios  y retos técnicos superados para llevar adelante el proceso de asignación del año 2008:

Tabla 1. Comparación técnica entre los procesos de ingresos antes y durante el año 2008

Con Prueba de Aptitud Académica hasta 2007 Con Modelo de Asignación Multivariable 2008
Inscripción mediante  una aplicación informática provista por empresa privada (Outsourcing). Desarrollo de una aplicación informática propia para registrar los datos de los aspirantes haciendo uso de una interfaz web en forma segura.
Registro de tres (3) opciones de carrera Registro de hasta (6) seis opciones de carrera
Plataforma de red y de respaldo contratada a empresa privada Plataforma de red y de respaldo propia, ajustada a las normativas de uso de software libre
Asignación automatizada del número del lote a las planillas de solicitud de registro mediante aplicación informática, provista por una empresa privada. Desarrollo de una aplicación informática propia para el loteo de los expedientes de los aspirantes.
Lectura óptica de las planillas de solicitud de registro mediante aplicación informática provista por una empresa privada. Desarrollo de una aplicación informática propia para la carga de notas y validación  de los expedientes de los aspirantes.

Desarrollo y validación de plantillas para la carga de las notas por materia, según la mención de bachillerato de cada aspirante.

Carga de notas de los aspirantes mediante aplicación informática provista por una empresa privada.

Se realizaba en una sola línea todas las notas.

Inscripción en físico mediante aplicación de lectura óptica de planillas haciendo uso de la aplicación informática provista por una empresa privada. Inscripción en físico mediante el desarrollo de una planilla nueva y caga de datos mediante aplicación informática propia.
Corrección de inconsistencias en la data mediante interfaz provista por empresa privada. Corrección de inconsistencias en la data mediante aplicación informática propia.
Generación de  hojas de respuesta, cuadernillos de prueba y listas de aspirantes por centro de aplicación y por aula, mediante aplicación informática provista por una empresa privada.

 

Impresión de Hojas de respuesta mediante contratación de una empresa privada.

Eliminación de estos pasos.
Aplicación de la Prueba de Aptitud Académica. Eliminación de esta fase.
Lectura óptica de hojas de respuesta haciendo uso de la aplicación informática provista por una empresa privada. Eliminación de esta fase.
Fase de entrega de resultados y modificación de datos a través de una interfaz web provista por empresa privada. Con información sobre un solo índice académico. Fase de entrega de resultados y modificación de datos a través de una interfaz web propia. Con información acerca de hasta seis índices (uno por opción de carrera seleccionada). Posibilidad de hacer corrección en línea de datos personales y de opciones de carrera.
Asignación de cupos mediante aplicación propia con respaldo de plataforma informática de una empresa privada. Aplicación del Modelo Multivariable. Desarrollo de dos aplicaciones informáticas propias que actúan en paralelo, programadas en distinto lenguaje de programación para la auditoría cruzada de procesos a objeto de garantizar la certeza del proceso.
Puesta en la web de los Resultados de la Asignación, Listas de Asignados y de Cola con respaldo de plataforma informática de una empresa privada. Desarrollo de una aplicación para la puesta en la web de los Resultados de la Asignación, Listas de Asignados y de Cola a través de una interfaz web propia.
———- El proceso del año 2008 se inició en mayo, después de que se aprobó en C.N.U. la aplicación del Modelo Multivariable. Las decisiones y ajustes finales sobre su aplicabilidad se tomaron en el mes de julio del mismo año.
———- Los desarrollos abrieron la posibilidad de combinar  y adaptar módulos informáticos que permitirían registrar vía web a los alumnos que se inscribiesen en la Prueba Nacional de Exploración Vocacional del año 2008 y utilizar esta inscripción como un pre-registro para próximos registros de aspirantes. Con ello se abreviaría todo el proceso.

Fuente: (7)

 

Beneficios colaterales

En un reporte anterior (8) se evidenció que para el año 2009 los aspirantes provenientes del último año de educación media representaban en promedio un 80% de la demanda, mientras que los egresados en años anteriores rondaban el 20%. De modo que en solo dos años de aplicación del mecanismo se logró una modificación importante al perfil de los demandantes. Anteriormente, hasta un 55% de los aspirantes repetían sus solicitudes de asignación (9).

El nuevo sistema tuvo el beneficio colateral de frenar los negocios formados alrededor de las pruebas de ingreso, como los cursos preuniversitarios y el pago a contratistas para la elaboración y procesamiento de la PAA. También terminó con los apreciables costos de transacción asociados con la presentación.

Aunque hubo críticas de algunos sectores tanto de la izquierda (10) como de la derecha (11; 12; 13), el debate público, la transparencia de los factores y del algoritmo utilizado, la calidad técnica de la solución, la difusión pública, las facilidades de uso, la gratuidad, la posibilidad de modificar las opciones y el consenso logrado, blindaron el mecanismo frente a los ataques. Incluso sectores universitarios que en algún momento lo criticaron ahora lo recomiendan (14). Como resultado, renació la esperanza de muchos jóvenes de bajos recursos y de sus profesores de educación media, que año a año veían como era casi imposible que los liceístas pudieran ingresar a una universidad.

Lo más importante fue la claridad acerca del carácter transitorio del mecanismo para  regular la principal vía de acceso (existen otras) a la educación universitaria en Venezuela. Jamás se pensó en el mecanismo como un Sistema Nacional de Ingreso, constituyendo solo una parte del mismo. Por tal razón se puso en marcha otro conjunto de medidas entre ellas, continuar las discusiones en aras de construir un verdadero sistema. Documentos y prensa de la época (15) y (16), confirman los avances en el rediseño del ingreso sobre la base de un conjunto de mecanismos que atendieran a la complejidad del problema y a los objetivos buscados, descritos en las políticas de ingreso del MPPES ya señaladas (3).

Entre las medidas complementarias para ir construyendo un verdadero Sistema Nacional de Ingreso, destacan:

  • Elaboración de la propuesta para la creación del Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Universitaria -SINIEU- (3)
  • Creación del Registro Único del Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Superior –RUSNIES- y del Certificado de Participación (17).
  • Obligatoriedad de la Prueba Nacional de Exploración Vocacional y su extensión progresiva hacia los primeros grados de la educación secundaria (18).
  • Identificación de los aspirantes con discapacidad e indígenas.
  • Reserva del 1% de los cupos disponibles en cada disciplina ofrecida (19) para ser distribuidos entre las personas con discapacidad que no hubiesen sido asignadas.
  • Desarrollo de la propuesta para la creación del Sistema Nacional de Orientación (20) y la integración de plataformas tecnológicas entre los dos ministerios de educación.
  • Actualización del Libro de Oportunidades de Estudio, el cual permite desde una plataforma digital, consultar la oferta vigente de todas las instituciones universitarias venezolanas, el perfil de cada carrera o programa, y los índices académicos requeridos.
  • Expansión de las jornadas de orientación vocacional a todo el país.
  • Continuación de las discusiones para el nuevo sistema de ingreso. En este sentido hubo acuerdo en la necesidad de crear un curso de iniciación universitario de un año de duración (16; 21) en el cual se hiciese una transición más armoniosa a las carreras y programas de pregrado. Serían cursos por áreas de conocimiento, impartidos en todo el país, acreditables a las disciplinas que finalmente siguieran los estudiantes. En este trayecto inicial se profundizaría en la orientación vocacional.

 

LO MALO

Haber modificado el mecanismo transitorio del año 2008 sin ofrecer razonamientos técnicos-políticos, presentar lo que era una simple vía de asignación de cupos como si fuese el sistema nacional de ingreso y no una parte del mismo, y abandonar todas las otras iniciativas necesarias para mejorar el acceso a las universidades. Pero sin duda la mayor debilidad es que:

Hasta la fecha se carece de información pública sobre la base y el procedimiento para calcular la contribución de la condición socio-económica y la participación extra-curricular en los índices utilizados para la asignación de acuerdo al modelo aprobado en diciembre del 2014. La primera representa el 30% del índice mientras que el segundo determina otro 5%, es decir que el cálculo del 35% del índice utilizado para la asignación de cupos es totalmente desconocido.

La posición oficial (22; 23) no ha disipado críticas formuladas desde el campo revolucionario (24; 2) y que no deben ser confundidas con la estridencia simplona de la derecha universitaria (25), alarmada por todo lo que huela a justicia social. La ausencia de información, es un hueco en la línea de flotación de ese Titanic creado por la decisión del CNU de diciembre de 2014, como se verá al comparar el mecanismo original con el modificado.

La concepción original de Modelo de Asignación Multivariable

Los cambios de 2008 establecieron de manera obligatoria que todo aspirante, incluso los que irían a instituciones privadas, se registrase en el RUSNIES. Los que deseaban cupos en instituciones oficiales seleccionaban en orden de preferencia hasta seis carreras distintas en universidades públicas. Luego, eran asignados de acuerdo a un algoritmo denominado Programa de Asignación Universitaria –PAU-, basado en una variación del modelo de asignación de Gale y Shapley (26).

Originalmente el algoritmo contemplaba que cada aspirante recibiera un índice por cada opción elegida; la fórmula de cálculo del índice de asignación elaborado por la Comisión Nacional de Ingreso del CNU (4), correspondía a (27):

Condición Socio-Educativa del Estudiante, 97.5% dado por:

  1. a) Promedio global de notas:

Se obtiene sumando cada una de las calificaciones de las asignaturas cursadas por el aspirante de 1° a 4° año y divididas entre el número total de las mismas. Tiene un peso de hasta un 29,25% en el índice.

  1. b) Comparación del promedio global de notas con el grupo de referencia del plantel:

Este índice permite diferenciar entre aspirantes con el mismo promedio global, pero que pertenecen a planteles con rendimientos diferentes.  Resulta de restar al Promedio global de notas de cada estudiante, la mediana de los Promedios globales de su plantel. Puede alcanzar hasta un 19,50 % en el índice.

  1. c) Promedio de notas por área:

Es el resultado del cálculo del promedio de cada una de las asignaturas comunes, el cual tiene un peso que puede variar entre 9,52% y 4,76%, dependiendo del Área de Conocimiento según una tabla de trece (13) materias comunes del bachillerato elaborada por la Comisión Nacional de Ingreso. Una vez calculados todos los promedios por asignatura, y obtenidos los pesos correspondientes, se suman para obtener hasta un 29,25% del índice.

  1. d) Comparación del Promedio de notas por área con el grupo de referencia del plantel:

Una vez obtenido el Promedio de notas por área de cada uno de los aspirantes, se procede a compararlo con la mediana de los Promedios de notas por área del grupo de referencia de su Plantel.  Tiene un peso de hasta el 19,50%  en el índice.

Obsérvese que la forma de calcular los promedios previene sesgos indebidos entre planteles diferentes, es decir cada aspirante se compara contra sus compañeros de plantel. Al evitar una comparación exclusivamente en base a los mejores promedios entre todos los planteles del país, se elimina la injusta situación en la cual algunos se queden sin oportunidad para que sus estudiantes ingresen a las universidades. Así se garantiza que todos los planteles aseguren cupos, al menos para sus egresados con mejores promedios.

– Otros factores,  2.5% restante, correspondía a:

Territorialización: Si la carrera se ofrecía dentro de la región donde vivía el aspirante obtenía 0,30 puntos adicionales a lo acumulado.

Participación Previa: Si participó en procesos anteriores y no quedó asignado en una institución de educación universitaria, obtenía 1,57 puntos adicionales. Esta variable tenía la finalidad de dar inclusión a la población bachiller al subsistema de educación universitaria.

Asignación previa: Si participó en procesos anteriores y no quedó asignado en una institución de educación universitaria, obtenía 0,63 puntos adicionales. Si quedó asignado en una institución de educación universitaria y no formalizó su inscripción no obtenía puntaje adicional.

Todos los valores de las variables fueron obtenidos a raíz de las simulaciones realizadas previamente con datos de años anteriores hasta obtener el escenario deseado, antes de someterlo a la aprobación del CNU. En las simulaciones se observó como en carreras muy demandadas como Medicina, un valor alto de variables como la territorialización, eran suficientes para que una persona con promedio moderado pudiese desplazar a otra con calificaciones más altas. Por ello los índices distintos al promedio se fueron afinando hasta a un 2,5%, para evitar situaciones francamente inicuas imposibles de justificar frente a los aspirantes, sus familias o a la sociedad venezolana en general. Además, situaciones como las señaladas tendrían un efecto negativo sobre los estudiantes cursantes de educación media. Estos últimos verían innecesario cumplir sus obligaciones escolares y obtener buenas calificaciones, dado que carecerían de incidencia si en el futuro aspirasen a realizar estudios universitarios.

Los índices para cada una de las opciones de los aspirantes se ordenaban en una sola lista. Luego se ejecutaba el algoritmo PAU. Se construía un índice para cada una de las opciones de carrera seleccionada por cada aspirante, y se ordenaba el vector desde el valor más alto al más bajo, asignando los cupos por orden consecutivo. Así si un aspirante tenía un índice más alto en su 2da opción que en su primera, se le asignaría un cupo, primeramente, en su 2da opción. Sin embargo, cuando se revisara su 1era opción, si había cupo para ella, se retiraría el cupo de la 2da opción y se asignaría a la 1era opción. Este proceso se itera hasta encontrar la solución más óptima. Con este algoritmo se buscaba maximizar, simultáneamente, la satisfacción del aspirante de acuerdo a la disponibilidad de plazas.

El cambio en 2014

El mecanismo sufrió una brusca modificación para el proceso del año 2015 asignándose ahora de acuerdo a lo contemplado en la resolución del CNU del 16 de diciembre de 2014 (28):

  1. i) Promedio académico de las notas obtenidas del 1º al 4º año de secundaria, 50%;
  2. ii) La condición socio-económica, 30%;

iii) La territorialización, 15% y

  1. iv) La participación en actividades extra-curriculares, 5%.

A diferencia del mecanismo anterior, se desconoce la fuente de los datos y la forma de cálculo para determinar el puntaje debido a la condición socio-económica  y la participación en actividades extra-curriculares. Esta situación es una gran debilidad, porque contradice los fines expresados por las autoridades gubernamentales de transparencia en el proceso de asignación de plazas. Señalamiento que se refuerza por la ausencia de una fundamentación técnica y de consenso que avalara la modificación, como sí se hizo en el año 2008 (29; 30; 28).

Incluir la condición socio-económica fue un elemento discutido ya en el año 2008, dado que se enmarcaba en los lineamientos del Ministerio de Educación Superior (3) para favorecer a los sectores más pobres. Sin embargo, fue descartada por varias razones:

Primera: El Artículo 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prohíbe la discriminación fundada en la condición social, aunque permite la adopción de medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables. En este último sentido se enmarca la medida de reserva del 1% del total de cupos disponibles para los aspirantes con discapacidad. En las políticas del Ministerio del Poder Popular de Educación Superior ( (3), pág. 44) de manera explícita se contempla el ingreso directo en el caso de aspirantes con determinadas “cualidades que se consideran deben ser objeto de atención preferente, tales como: los pertenecientes a sectores sujetos a graves procesos de exclusión social, figuras destacadas en el arte o el deporte, estudiantes extranjeros que son sujetos a acuerdos internacionales o beneficiarios de acciones humanitarias, entre otros.”

Segunda: porque aunque se pudiera, haría falta una forma para determinar previamente la condición socio-económica de cada aspirante.

  • Una forma de hacerlo y que según lo reportado por los medios (22) se hizo junto a “referentes como los segmentos censales, los indicadores del Instituto Nacional de Estadística (INE)”, es con el instrumento conocido como método Graffar Mendez-Castellano, aplicado a los aspirantes al momento de registrarse. El problema es que si ellos saben que sus posibilidades de ingreso se incrementan por ser pobres, es obvio que muchos mentirán, haciendo inútil el instrumento de recolección de datos. Con esto se hace un doble daño, porque se realiza una asignación errónea y porque se pierde la posibilidad de levantar unas estadísticas confiables, útiles para múltiples propósitos de planificación pública. Es probable que esto haya ocurrido durante la asignación del año 2015 y 2016, de modo que las estadísticas sobre asignación por estrato socio-económico no resulten confiables por estar “abultadas” o sesgadas hacia las categorías más pobres. Revertir este efecto será muy difícil.
  • Una segunda opción es disponer de alguna base de datos previa, no sujeta a la voluntad del aspirante donde buscar la información. Pero hasta donde se pudo investigar en el año 2008, tal cosa no existía en Venezuela. Según reportan los medios (22), ahora se utilizaron datos del INE. Ahora bien se desconoce cómo se utilizó esta información, existiendo dos obstáculos importantes para hacerlo. Primero, porque la información estadística está sujeto al secreto estadístico que impide se pueda identificar la fuente de la información, de hecho la Ley de la Función Pública de la Estadística del año 2001, lo prohíbe taxativamente en sus artículos 19 al 24. Segundo, la información estadística solo puede ser utilizada para hacer nuevas estadísticas o realizar inferencias en base a las mismas, jamás podrían ser utilizadas para calificar o categorizar a una persona en particular y derivar de allí un derecho. Esto solo puede realizarse en base a estudios y registros individualizados. De modo que sigue pendiente una explicación de cuál base se tomó y cómo se efectúo el cálculo de la contribución de la variable socio-económica.

Igualmente se requiere aclarar la situación con la variable “participación en actividades extra-curriculares” la cual representa el 5% del índice utilizado para la asignación de cupos. La pregunta que todo interesado se hace es ¿De dónde se obtienen los datos y cómo se calcula la contribución de las actividades extracurriculares? ¿Será que existe una base de datos donde están archivadas las experiencias extra-curriculares de los más de 400 mil aspirantes anuales? Esto último sería excelente, ya que es una propuesta muy vinculada con la creación del Sistema Nacional de Orientación (31; 20) y realmente permitiría valorar las aptitudes de los estudiantes, tal como se contempla en el artículo 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Si por otra parte, el dato fue proporcionado por el propio aspirante, entonces pasará igual que con la condición socio-económica, tenderá a mentir para favorecerse. Y una vez más el resultado conduce a un doble daño, información estadística inútil y cupo mal asignado a los mentirosos. Pero los problemas no terminan aquí, si se asume que tal base de datos existe, surge la interrogante de ¿Cómo se cuantifica la participación en actividades extra-curriculares? Hasta hoy sigue siendo otra incógnita del cambio hecho en diciembre de 2014.

 

LO FEO

El mecanismo ha originado un nuevo debate mediático entre el Gobierno y autoridades universitarias de oposición, argumentado las segundas (32; 33; 34), diversas razones: desde la violación a la autonomía universitaria, pasando por la ineficacia en lograr mayor inclusión por ser un problema estructural, que el nuevo mecanismo de asignación incide en un bajo desempeño académico, hasta la exclusión de estudiantes con promedios altos. Como ya fue desarrollado en otros trabajos (5; 35; 36) la mayor parte de estos señalamientos no tienen fundamento, excepto el último sobre el cual se harán un análisis más exhaustivo.

Por su parte, los voceros favorables a la posición gubernamental (37; 38; 22) se concentran en señalar el logro de la masificación y democratización del ingreso universitario, la transparencia y gratuidad y el beneficio a sectores históricamente excluidos. Frente a la denuncia de la exclusión de estudiantes con promedios altos alegan (22) que esa situación ya se venía presentado desde el año 2011, debido a la concentración del interés de los estudiantes de mayor promedio en las mismas carreras.

El problema sin embargo no es tan simple. El punto de la exclusión de estudiantes de alto promedio ocurre en paralelo con el hecho de que aspirantes con promedios de calificaciones francamente menores y no solo por unas décimas o centésimas de punto, sí pudieron ingresar desplazando a los primeros. Según denuncias de algunas universidades (14) esto se debe a dos factores:

  • Primero al ya señalado peso dado a las condiciones socio-económicas, lo que en la práctica genera una exclusión inversa, es decir que un estudiante del Estrato I, el de mayores recursos económicos, con promedio de 18 puntos perdería el cupo frente a otro del Estrato V, con promedio de 11 puntos. Ni Robin Hood lo hubiese hecho mejor. Como se señaló antes, hubiese sido preferible aplicar la política del desaparecido MPPES (3) y garantizarle el cupo al aspirante del estrato V, el más excluido y con menor participación en el sistema educativo, independientemente de su promedio, y además, brindarle apoyo socio-económico y orientación. Pero, simultáneamente salvaguardar las posibilidades de acceso a los estudiantes con las mayores calificaciones, independientemente de su extracción socio-económica.

  • El segundo factor y sin duda es la parte más fea de esta historia, es que según la denuncia de algunas instituciones (14; 32; 25) hubo aspirantes que ingresaron a las universidades gracias a que el peso del promedio de calificaciones de secundario no fue valorado al 50% si no a valores inferiores. Es decir que las otras características, condición socio-económica, la territorialización y la participación en actividades extra-curriculares sumaron más del 50% del índice. El hecho que se trata no de la generalidad, sino de algunos casos, conduce de inmediato a pensar lo peor: la manipulación del mecanismo de asignación. Hasta ahora ninguna autoridad del MPPEUCT o de la OPSU ha respondido a estas denuncias. De confirmarse, se estaría en presencia de un acto de corrupción, un auténtico bachaqueo académico.

Sinceramente es de esperar que esta situación se investigue, y de ser cierta, se proceda de inmediato en contra de los responsables. Adicionalmente y para avanzar, es necesario retomar la senda originaria y continuar ensayando otros mecanismos de asignación con base tecno-política adecuadas a la complejidad del problema. En este sentido algunas ideas han sido planteadas por el autor en anteriores artículos (2; 35; 5; 8), destacando que el objetivo final es el ingreso libre y sin restricciones. Pero mientras no hayan cupos suficientes, se debe separar entre ingreso libre para la mayor parte de las carreras neutras o poco atractivas, e ingreso controlado para las más atractivas con mecanismos como el MAM u otros equitativos e incluyentes.

Estas son necesidades imperiosas si se quiere recuperar la confianza ganada con las políticas de inclusión educativa desarrolladas a lo largo de varios años, y en especial en materia de ingreso justo y para todos, en las universidades públicas venezolanas.

Bernardo Ancidey

bernardo.ancidey@gmail.com

  1. CNU. Normas sobre Perfeccionamiento del Sistema de Ingreso a la Educación Universitaria, Resolución No.06, Acta 491 en sesión ordinaria del 16 de diciembre de 2014. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. 14 de Mayo de 2015, 40.660.
  2. Ancidey, B. Aporrea. 196 mil aspirantes no asignados a ninguna universidad pública en 2015. ¡Rectifiquemos! o repetiremos los errores en 2016. [En línea] 19 de Enero de 2016. [Citado el: 29 de Agosto de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/a221425.html.
  3. MPPES. Nuevo Sistema Nacional de Ingreso y Prosecución en la Educación Superior Venezolana. Propuestas. [ed.] Consejo Nacional de Universidades, Oficina de Planificación del Sector Universitario, Caracas-Venezuela Cuadernos OPSU. Caracas : CNU-OPSU, 2009. págs. 3-29.
  4. Consejo Nacional de Universidades, Secretariado Permanente. Resoluciones CNU. Resolución N° 02, Acta 450, Punto N° 13. [En línea] 8 de Mayo de 2008. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] http://www.spcnu.gob.ve/resolucionescnu/2008/resolucion%20450%20mayo%202008.pdf.
  5. Ancidey, B. Las pruebas de ingreso a las universidades: el mayor fraude en la educación venezolana. Aporrea. [En línea] 6 de Octubre de 2016. [Citado el: 10 de Octubre de 2016.] http://www.aporrea.org/educacion/a235099.html.
  6. Miranda, Leysly. El Modelo de Asignación Multivariable y su impacto en el ingreso a la educación universitaria venezolana; Tesis de Especialización en Gerencia Pública. Caracas : Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional, 2015.
  7. Antes y ahora del proceso de ingreso. Coordinación de Tecnología y Servicios de Información de la OPSU. Caracas : OPSU, 2008.
  8. Perfil de la demanda de plazas educativas en el sector universitario venezolano. Ancidey, B. La Habana, Cuba : s.n., 2013. Memorias del Congreso Pedagogía 2013.
  9. Asignación no exitosa en Educación Superior. Reasignación consecutiva en la admisión estudiantil. Paredes, N., Ruiz, A. y Fuenmayor, L. 75, Enero de 2005, Pedagogía, Vol. 26.
  10. González-Zubillaga, Daniel. La Prueba de Aptitud Académica y el 11+ británico; el combate contra el fascismo universitario. Aporrea. [En línea] 2 de Febrero de 2008. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://www.aporrea.org/educacion/a51367.html.
  11. González, J. y Sarco Lira, A. Observaciones al índice multivariado propuesto como algoritmo para el ordenamiento y asignación de aspirantes a ingreso a la educación superior. Caracas : Comisión Central de Admisión, Universidad Central de Venezuela, 2008.
  12. Asignación de aspirantes a través del Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Superior (SINIES). González Ulpino, J. A. 88, s.l. : Escuela de Educación, Universidad Central de Venezuela, Enero-Junio de 2010, Revista de Pedagogía, Vol. 31, págs. 39-50.
  13. Universidad Simón Bolívar, Vicerrectorado Académico, Comisión Técnica de Admisión, Secretaría y Dirección de Admisión y Control de Estudios. Informe de rendimiento académico de las cohortes 2007 y 2008, Carreras Largas, Cortas y CIU. . Caracas : Autor, Abril, 2009.
  14. Secretarios de LUZ, USB, UCV, ULA, UCLA y LUZ. Consideraciones acerca del Sistema Nacional de Ingreso. Secretaría Universidad Simón Bolívar. [En línea] 18 de Mayo de 2016. [Citado el: 19 de Septiembre de 2016.] http://www.secretaria.usb.ve/node/128.
  15. García Buttó, Angel. Consejo Universitario: Informe del V-Rectorado Académico (29-04-2009). Apufat. [En línea] 4 de Mayo de 2009. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.apufat.org/archivos/59614.
  16. El Nacional. CNU propone curso de iniciación universitaria. El Nacional. 18 de Abril de 2009, pág. 15.
  17. Pautas para el Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Superior 2009, Resolución del CNU N° 094 del 13-05-2009. Ministerio de Educación Superior. 1 de Junio de 2009, Gaceta Oficial N° 39.190.
  18. Prueba Nacional de Exploración Vocacional, Resolución Nº 145 del Consejo Nacional de Universidades de fecha 10-11-2008. Ministerio de Educación Superior. 3 de Diciembre de 2008, Gaceta Oficial N° 39.072.
  19. Consejo Nacional de Universidades. Resolución 3745 de fecha 11 de agosto de 2009. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. 12 de Agosto de 2009, 39.240.
  20. Mesa Técnica Nacional del Sistema Nacional de Orientación, Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. Sistema Nacional de Orientación. Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria . [En línea] Abril de 2009. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] https://orientacionpsicologiaycultura.files.wordpress.com/2012/10/sistema-nacional-de-orientacion.pdf..
  21. Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela. Consejo Universitario del día miércoles 29 de Abril de 2009, Aspectos más relevantes. Caracas : Universidad Central de Venezuela, 2009.
  22. Fajardo, Ramón. Sistema Nacional de Ingreso Universitario 2015 en Cifras. YVKE Radio Mundial AM/FM. [En línea] 21 de Julio de 2015. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://www.radiomundial.com.ve/article/sistema-nacional-de-ingreso-universitario-2015-en-cifras-gr%C3%A1ficas.
  23. La revolución bolivariana y la inclusión a la educación universitaria. Alfonzo, Miguel A., Silva, Robert C. y Raddatz, María C. 100, 2016, Revista de Pedagogía, Vol. 37, págs. 43-66.
  24. Quijada, María. Contradicciones del nuevo método del Sistema Nacional de Ingreso Universitario-2015 . Aporrea. [En línea] 7 de Julio de 2015. [Citado el: 2015 de Septiembre de 2016.] http://www.aporrea.org/educacion/a210414.html.
  25. La admisión a las universidades, Un tema dilemático: equidad, Oportunidad y calidad. Análisis de la asignación CNU-OPSU a la UCV. Año 2015. Belmonte Guzmán, A y Rodríguez Gallad, María A. 100, 2016, Revista de Pedagogía, Vol. 37, págs. 19-41.
  26. College admission and the stability of marriage. Gale, D. y Shapley, L. S. 1, 1962, American Mathematical Monthly, Vol. 69, págs. 9-14.
  27. OPSU. Modelo Multivariable. Programa Nacional de Ingreso, OPSU. Caracas : s.n., 31 de Julio de 2008. Presentación al CNU.
  28. CNU, Secretariado Permanente. Resoluciones CNU, Secretariado Permanente/2014. Resolución CNU N° 06, Acta N° 491. [En línea] 16 de Diciembre de 2014. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] http://www.spcnu.gob.ve/index.php/banco-de-documentos/Resoluciones%20CNU/2014/detail.
  29. UCV. UCV Noticias. Historia de una medida inconsulta. [En línea] 1 de Junio de 2015. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] http://ucvnoticias.ucv.ve/?p=40008.
  30. Silva, Humberto J. González. La Educación Superior en la Revolución Bolivariana. [En línea] Noviembre de 2008. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] es.slideshare.net/Yunetxy/politicas-de-la-educacion-superior.
  31. Villa Echeverry, Gabriel. Portafolio vocacional del alumno para la Mesa Técnica Interministerial 2010 . Portafolio Gabriel Villa. [En línea] 2010. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://portafoliogabrielvilla.blogspot.com/2013/blog-spot.html?m=1.
  32. Fermín, María Victoria. Estudiantes con bajas notas fueron asignados a Educación y Ciencias. El Nacional. [En línea] 18 de Julio de 2016. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/Estudiantes-notas-asignados-Educacion-Ciencias_0_886711329.html.
  33. Herrera, Isayen. Universidades no inscribirán aún a asignados por la OPSU. El Nacional. [En línea] 10 de Junio de 2015. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/Universidades-inscribiran-asignados-OPSU_0_643735829.html.
  34. Méndez, Gustavo. Cupos asignados en la UCV no valoran a los mejores. El Universal. [En línea] 3 de Junio de 2015. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://www.eluniversal.com/noticias/politica/cupos-asignados-ucv-valoran-los-mejores_74014.
  35. Ancidey, B. Despilfarro presupuestario y estudiantes universitarios fantasmas. Otras Voces en Educación. [En línea] 26 de Septiembre de 2016. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/171719.
  36. —. El Mito de la Aptitud y las Pruebas de Ingreso a las Universidades . Otras Voces en Educación. [En línea] 24 de Septiembre de 2016. [Citado el: 11 de Octubre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/170034.
  37. La revolución bolivariana y la inclusión a la educación universitaria. Miguel Alfonzo, Robert Silva y María Raddatz:. 100, 2016, Revista de Pedagogía, Vol. 37, págs. 43-66.
  38. OPSU. Noticias OPSU. El Sistema Nacional de Ingreso consolida la democratización de la Educación Universitaria. [En línea] 3 de Marzo de 2016. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] www.opsu.gob.ve/portal/principal.html?ir=noticias&4497.

 

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Revoluciones y paradigmas científicos sin contexto social

Por Bernardo Ancidey

-Crítica al discurso ahistórico de Thomas Kuhn-

Los paradigmas de Kuhn
En su célebre obra La estructura de las revoluciones científicas (1971), publicada originalmente en 1962 y luego reeditada en 1969, Kuhn presenta su visión particular sobre el desarrollo de las ciencias naturales, básicamente en los campos de la física y de la química. Esta obra en realidad son dos libros distintos, ya que en la reedición Kuhn hizo tantas precisiones nuevas sobre la bases de las críticas recibidas originalmente, que más que aclaratorias sus nuevas afirmaciones constituyen otro libro. De allí que al tratar de analizar sus ideas es necesario precisar para mayor claridad, si se trata de su primera versión o de la segunda. En este ensayo se trabajará con la segunda versión.

A efectos del presente escrito, el énfasis se hará justamente en el desarrollo de las teorías y conceptos que conducen a la física actual, mencionando brevemente los desarrollos en otras disciplinas científicas.

El concepto de Paradigma
Aunque desde la última edición han transcurrido casi cuarenta años, Kuhn logró que su concepto o conceptos sobre los Paradigmas, se haya convertido en parte casi esencial del lenguaje moderno. Tal vez sin proponérselo el término “Paradigma de Kuhn” ha devenido el mismo en paradigma, en su significado de modelo o ejemplo, de un concepto que no debe faltar en toda conversación relativamente culta sobre la ciencia, la filosofía, la política o la economía. De allí el interés por revisar sus aportes para comprender cómo se genera y consolida socialmente el llamado conocimiento científico.

Por Paradigma se entenderá el concepto dual que Kuhn define en la reedición de su trabajo en su posdata de 1969:

Por una parte, significa toda la constelación de creencias, valores, técnicas, etc., que comparten los miembros de una comunidad dada. Por otra parte, denota una especie de elemento de tal constelación, las concretas soluciones de problemas que, empleadas como modelos o ejemplos, pueden remplazar reglas explícitas como base de la solución de los restantes problemas de la ciencia normal.

Aunque la tarea de entender el planteamiento de Kuhn se ve oscurecido por el hecho mismo que el autor le da a su concepto de paradigma una variedad de significados, esto no disminuye la importancia de su aporte para ver de manera crítica el desarrollo de las teorías científicas.

El rol de los libros de texto
Kuhn previene contra esa manera lineal y progresiva como suele presentarse la historia de la ciencias en los libros de textos, es decir como un avance acumulativo o progresivo de conocimientos, en el cual las viejas teorías se ven gradualmente sustituidas o reemplazadas por las nuevas. Se asume que estas últimas dan explicaciones a fenómenos que las anteriores no podían o lo hacían con dificultad. Además, en la imagen de los libros de texto, se suele presentar a las nuevas teorías como más generales, de forma que las anteriores quedan como casos especiales de las nuevas.

Gamow (1980, pág. 9) sobre este particular señala que hay dos formas básicas de presentar el avance de la investigación en física: el de los libros de textos encaminados a enseñar al lector los hechos y teorías de la física, en donde se omite casi por completo los aspectos históricos; y los históricos. Esto últimos son aquellos consagrados a los datos biográficos y al análisis del carácter de los grandes hombres de ciencia y no hacen más que enumerar sus descubrimientos. Por ello Gamow escoge un camino intermedio exponiendo hechos, teorías y los hombres detrás de ello. Sin embargo, su presentación no escapa de la crítica de Kuhn, en el sentido de mostrar una casi linealidad en el progreso de la ciencia que indefectiblemente conlleva a justificar o legitimar el estado presente de la ciencia y las creencias de los científicos que tal evolución no podía ser de otro modo.

Con agudeza, Kuhn no solo señala este hecho sino que además afirma que esta visión de la historia de la ciencia presentada sin contradicciones ni grandes conflictos, responde a un rol legitimador. Afirma que se busca que el novel aspirante a investigador, reconozca la validez de las teorías prevalecientes y comience desde lo ya consensuado. Son requisitos previos para su ingreso a la comunidad de científicos que defienden los paradigmas vigentes.

El desarrollo de la ciencia según Kuhn
A diferencia de la visión tradicional, Kuhn presenta una imagen del desarrollo de la ciencia en el cual la figura del descubrimiento y su descubridor se hace borrosa. El reemplazo de una teoría por otra es presentado como un asunto contradictorio, de enfrentamiento entre los defensores de la teoría prevaleciente y los apologistas de la nueva. Para Kuhn no es cierto aquella afirmación de que un solo hecho o anomalía basta para negar totalmente una teoría. Idea que con variantes, es defendida por autores como Bunge (1995, pág. 5), quien señala que los científicos no sólo procuran acumular elementos de prueba de sus suposiciones multiplicando el número de casos en que ellas se cumplen; también tratan de obtener casos desfavorables a sus hipótesis, fundándose en el principio lógico de que una sola conclusión que no concuerde con los hechos tiene más peso que mil confirmaciones.

Con abundancia de ejemplos, Kuhn muestra que durante la prevalencia de una determinada teoría científica, ella puede convivir con fenómenos francamente contradictorios o para los cuales no se tiene ninguna explicación. No obstante estos obstáculos, dichas teorías pudieron permanecer, incluso siglos, siendo reconocidas como paradigmas incontrovertibles. La actitud prevaleciente entre los científicos ante hechos o evidencias contradictorias, fue la de esperar a que dentro de la teoría se diera tarde o temprano, una explicación o simplemente desaparecer el problema y que no se hable más del mismo. Esta última actitud aunque suene extraordinaria viniendo de científicos, se ha dado con mucha frecuencia a lo largo de la historia. En realidad, constituye una buena práctica, porque muchas veces es conveniente dejar para más adelante la solución o explicación de problemas que son percibidos, como muy complejos y para los cuales en un momento determinado, no se cuentan con las herramientas teóricas, conceptuales e inclusive tecnológicas, para afrontarlos.

Buenos ejemplos de estas prácticas la constituye el abandono de la mecánica clásica de una explicación para la gravedad a través de la famosa frase de Newton “Hypotheses non fingo” citada por Jammer (1993, pág. 98). Empero, esta explicación sí era analizada por la física aristotélicai y luego sería retomada por Einstein en su teoría de la relatividad general, para lo cual se basó en trabajos previos sobre geometría no euclídea y su relación con la experiencia realizados por Gauss, Nicolay Lobatchevski y F. Minding, E. Belltrami, F. Kleinii, Janos Bolyai y Riemann (1979, págs. 30-33).

Otra razón que da Kuhn para entender el desconocimiento de hechos o fenómenos no explicados por la teoría prevaleciente, se debe a una situación de economía. Así, al balancear las ventajas y desventajas de una teoría, el científico ve que ir por los caminos acordados dentro de su comunidad le resulta más fructífero que preocuparse por uno o dos hechos extraños. El investigador procederá de esa manera mientras la teoría prevaleciente le aporte explicaciones satisfactorias para su trabajo profesional rutinario. Por lo tanto, una teoría jamás se desecha por otra debido a que ocurran fenómenos inexplicables. Se requiere que estos últimos se den dentro de cierto contexto social como para que se perciba que se está ante una verdadera crisis.

Incluso es posible que falten los fenómenos inexplicables para que una teoría se reemplace por otra. A veces basta con solamente un cambio en el contexto social para que surja un nuevo paradigma, aun cuando el recién llegado no tenga solidez científica. El progresivo abandono de los científicos de la teoría tolemaica de los epiciclosiii, para describir el movimiento de los astros alrededor de la tierra, podía seguir explicando bien los efectos observados en el cielo sin necesidad de abandonar dicha teoría por un movimiento alrededor del sol. La nueva tesis Copernicana respondía más a un cambio cultural, donde el humanismo recobraba su rol frente a la cultura medieval, que a un verdadero descubrimiento científico.

Kuhn reporta que fueron cuestiones accesorias, como el prestigio ganado por la mejor confección de las Tablas Rudolfinas astronómicas de Tycho Brahe y su discípulo Johannes Kepler, las que promovieron las nuevas ideas heliocéntricas. No sería sino hasta el perfeccionamiento del telescopio por Galileo, que se tendría alguna evidencia empírica que soportara el nuevo modelo al descubrir en 1610 los tres satélites de Júpiter y luego un cuarto (Crema, 1965, pág. 56).

Una situación similar se presenta con la relatividad general de Albert Einstein. Aparte del inexplicable perihelio de Mercurio (Eddington, 1979, págs. 371-380) desde el punto de vista de la mecánica clásica newtoniana (fenómeno desconocido por el propio Einstein), no había a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, ninguna evidencia o hecho que pudiese generar una crisis y por tanto el surgimiento de un nuevo paradigma científico para explicar el movimiento gravitatorio. Cuando Einstein publica su trabajo al parecer nadie se percató de la existencia de alguna crisis o necesidad de revisar la mecánica celeste newtoniana. Y de hecho, hasta la fecha las diferencias observadas empíricamente entre ambas teorías son prácticamente insignificantes (ob. cit., p. 371).

Las pruebas de la validez de la relatividad general hasta ahora son de un elevado grado de sofisticación (ob. cit. P. 378 y (Reitze, 2016)) y se hacen solo para probar la teoría, pero tienen poco impacto más allá de este campo. Ahora bien, su aceptación se ha visto facilitada por el elevado prestigio de su proponente, su elegante manejo matemático, la simplicidad de sus principios (Torreti, 1994, pág. 67) de relatividad, equivalencia y el principio de Mach (aunque es de una gran complejidad matemáticaiv). Además se le suma el hecho que reúne física gravitatoria y geometría en una visión unitaria donde la geometría del universo es determinada por la distribución de materia (Reichenbach, 1957, pág. 255). La teoría obliga al ser humano a preguntarse por su pasado, su presente y su futuro, ya que conlleva a pensar en el origen y destino del universo considerado como un todo (Einstein, 1960, págs. 152-153).

Más adelante Kuhn afirma, aunque de manera menos contundente a como lo hizo Max Planckv, que la prevalencia de una teoría sobre otras no se da en el campo del experimento sino en el de las generaciones humanas. Poco a poco los que defienden la vieja posición van muriendo y solo van quedando los defensores de la nueva. Einstein jamás aceptó los fundamentos estocásticos de la mecánica cuántica y siempre la consideró una teoría incompleta o de transición y por ello siguió buscando infructuosamente la quimera de la teoría del campo unificado, tal como lo relata Born (1962, págs. 370-371) y Heisenberg (1979, pág. 37). Ahora bien, para que este proceso se manifieste deben darse un conjunto de circunstancias, si se quiere revolucionarias:

Un contexto social adecuado donde haya tierra fértil para las nuevas ideas,
Mentes jóvenes no comprometidos o domesticadas por el paradigma vigente.
Que se sienta un clima de verdadera crisis. Esta última puede ser originada, muchas veces por evidencias que la contradigan y que se perciban como suficientes para dudar de la teoría hasta ese momento prevaleciente.
Existir o al menos mostrarse, los indicios del nuevo paradigma. Esto puede ocurrir de diversas formas, en una de ellas es posible que la nueva teoría científica no sea tan nueva, es decir puede que se haya planteada con anterioridad, como ocurrió en el caso del heliocentrismo copernicano, del cual transcurrieron casi cien años antes que se hiciese popular entre científicos como Kepler y Galileo.
También puede ocurrir que con la crisis surjan nuevas ideas, muchas veces fragmentarias, buenas para explicar unos pocos fenómenos, pero que se desconoce aún como se relaciona o integra con el resto de los fenómenos explicados por la teoría o paradigma prevaleciente.

Una buena muestra la constituye la mecánica cuántica, cuyos rudimentos teóricos se encuentran en los trabajos a inicios del siglo XX de:

Planck sobre la radiación cuantizada del cuerpo negro;
Einstein sobre el efecto fotoeléctrico;
De Broglie en ondas de materia y
Finalmente en el modelo del átomo de hidrogeno de Bohr.

Esta nueva área de investigación, sedujo rápidamente a los jóvenes físicos europeos al frente de los cuales estuvo Werner Heisenberg. Para que el nuevo paradigma avance, se requiere de una buena dosis de juventud y coraje para propagar la nueva teoría, por ello casi siempre se reclutan los nuevos adeptos entre los más jóvenes, todavía no demasiado comprometidos con los saberes dominantes.

Tampoco es raro que en el desarrollo del nuevo paradigma, intervengan científicos quizás más maduros provenientes de la periferia de las comunidades científicas establecidas, embarcados en investigaciones marginales a las corrientes dominantes o simplemente que provengan de otros campos de conocimiento. Aunque esto no lo señala de manera explícita Kuhn, es bueno destacarlo, ya que se ha dado en la historia de la ciencia que las nuevas teorías provengan de campos ajenos al núcleo duro de la disciplina. Las investigaciones que revitalizaron la teoría ondulatoria de la luz a principios del siglo XIX, así como sobre la transferencia de calor y la conservación de la energía que sentaron las bases de la mecánica estadística a mediados del siglo XIX, provinieron de médicos y fisiólogos como: Thomas Young, Julius Von Mayer y Hermann Von Helmholtz preocupados por la visión humana y por la salud, o por físicos empujados al suicidio por rechazo a sus teorías como Ludwig Boltzmann en pleno siglo XX. Los nuevos adeptos deben desplegar suficientes argumentos para reclutar nuevos adherentes entre las nuevas generaciones de científicos, ya que como se ha comentado antes, es muy difícil la conversión de los simpatizantes del paradigma establecido en defensores de la nueva causa.

No es raro, sobre todo con la extensión de los medios de comunicación, que en los debates entre paradigmas establecido versus el emergente, participen comunidades ajenas a las de las disciplinas científicas involucradas. Esto ocurrió incluso en el pasado con la difusión de la imprenta en el Renacimiento. Para esa época se observó el fenómeno de ampliación de la base de apoyo al heliocentrismo, debido al nuevo clima cultural europeo, tierra fértil para las nuevas ideas humanistas, donde el Dios medieval comenzó a ser relegado a sitiales cada vez más lejanos al quehacer humano.

Se observa una situación similar en el apoyo entusiasta a la relatividad general y su ignorancia por parte de la absoluta mayoría de sus simpatizantes. También, recientemente, por el apoyo mediático a ciertas ideas que van de la mano con el mercadeo y publicidad de productos típicos del capitalismo moderno, tales como la teoría del Universo de estado estacionario (Kauffmann, 1977, pág. 124) del inglés Sir Fred Hoyle, divulgada ampliamente a través de la BBC de Londres; o las ideas de que las aves actuales son descendientes de los dinosaurios. En este último caso se ignora olímpicamente hechos tan incontrovertibles como que los fósiles de las aves son más antiguos que el de los dinosaurios, pero conviene presentarlo de esa manera porque le conviene al negocio del entretenimiento soportado en esas erróneas ideas.

Los ejemplos anteriores muestran que, además del grupo de entusiastas proponentes de la nueva teoría, se requiere de un entorno social favorable. En caso contrario, las nuevas ideas independientemente de su fuerza para atraer y convencer a nuevos iniciados, no contarán con el clima favorable para soportar la crítica y presión ejercida por quienes mayoritariamente sostienen la investigación rutinaria, de limpieza o la ciencia normal, basada en el paradigma vigente.

Finalmente, las dos teorías coexistenvi y se establece un enfrentamiento entre ambas, que es si se quiere, un diálogo de sordos. Aunque cada bando presenta sus argumentos, el otro siempre encontrará debilidades al contrario mientras que ve solo fortalezas en las suyas. Parte de la incomunicación se debe a que se constituyen en dos comunidades científicas distintas con distintos códigos, lenguajes y conceptos, por lo cual con frecuencia a veces no se ponen de acuerdo. En palabras de Kuhn, entre ellas son inconmensurables, es decir no se puede establecer una relación unívoca entre los conceptos de una y los de la otra. Es como si hablaran dos idiomas distintos donde además los objetos descritos en uno y otro idioma no son comunes, por lo cual la labor de traducción o interpretación se ve severamente entorpecida. Kuhn propone para estos casos retrotraerse para llegar a los puntos donde comenzó la divergencia y a partir de allí reconstruir en conjunto un lenguaje común.

La irreductibilidad de los paradigmas
Sobre el tema del lenguaje que maneja cada comunidad de científicos enfrentadavii, Kuhn advierte que es falso afirmar que la nueva teoría engloba o comprende a la anterior, como un caso especial o particular, es decir que la vieja teoría se obtiene de la primera imponiendo determinadas restricciones a la nueva. Alerta en contra de pensar que la mecánica clásica newtoniana es obtenida como un caso especial de la relatividad especial para el caso de velocidades muy pequeñas en relación a la de la luz. Su objeción se basa en el hecho que no hay forma de reducir los conceptos de masa-energía de la relatividad especial a los de la mecánica newtoniana. Tampoco es posible deducir la existencia de un sistema preferencial inercial, el éter o las estrellas fijas, utilizado en ésta última teoría, con los conceptos relativistas sobre la idoneidad de cualquier sistema inercial para describir los fenómenos físicos (Resnick, 1977, pág. 32) sin preferencia sobre ninguno. Para Kuhn, la ruptura y el no-dialogo es radical entre ambas visiones y no meramente un asunto de acotar el marco de validez del paradigma precedente dentro del nuevo marco teórico emergente.

Más sobre el contexto social
No está de más señalar que la influencia del entorno social es tímidamente expuesta por Kuhn. Le falta la contundencia de admitir que la investigación científica no es neutral y que ella responde a las exigencias del aparato productivo, objetivos que cada Estado y sociedad se plantea acerca del uso y fines de la investigación científica y su correlato tecnológico. En época del dominio del capitalismo financiero y globalizado, la decisión sobre qué se debe investigar resulta transnacionalizada. Llama por tanto la atención que Kuhn, siendo tan crítico de esa imagen simplista del desarrollo científico presentada en los libros de textos, sea tan poco precavido respecto a las evidentes conexiones entre las situaciones históricas y la evolución de la investigación científica y tecnológica. Para Kuhn, la historia simplemente ocurre, no pareciera haber relación en los hechos históricos y sociales con la investigación científica que se realiza. Con esta crítica no se espera sostener una visión mecánica de la investigación científica como amarrada a los designios de los poderes establecidos, sino destacar el hecho notorio que la actividad científica es fuertemente influenciada por las realidades sociales y políticas del mundo actual. Es oportuno por tanto, revisar la posición de Kuhn en este punto con más detalle.

Lo primero que se debe destacar es que la ciencia y sus procesos de revoluciones o cambios de paradigmas ocurren en Europa y América del Norte. Es por tanto una investigación que sucede no en cualquier parte, sino de donde se ejerce la hegemonía mundial. Salvo rarísimas excepciones todo el saber presentado es elaborado o “descubierto” por europeos en universidades o centros de investigación europeos y más precisamente de aquellas naciones como Inglaterra, Francia, Alemania, EEUU, Holanda y Rusia, las cuales han ejercido o ejercen su poder sobre el resto de naciones y pueblos del mundo. Es tanta la identificación de Kuhn con estos hechos que no duda de afirmar que antes del desarrollo europeo luego del Renacimiento, simplemente no había ciencia y cuando se ve obligado a reconocer que si existía entonces rápidamente vuelve a los antiguos griegos y de allí no sale.

Esa visión tan exageradamente eurocéntrica, desconoce evidencias tan palmarias como el hecho que la matemática, geometría, agrimensura o geodesia y la astronomía actual, dependen fuertemente de los aportes científicos realizados por mayas, egipcios, hindúes, chinos, turcos y árabes, entre otros. Es de preguntarse dónde estaría el teorema de Pitágoras sino hubiese sido planteado originalmente por los egipcios, en particular por el escriba Ahmes en el año 1650 a.c. (Strathern, 1999, págs. 18-21).

Resulta chocante para un mexicano o guatemalteco, que desconozcan que el reloj calendario más perfecto que se construyó en la tierra hasta mediados del siglo XX, con la invención de los relojes atómicos, fue hecho por lo mayas con piedras y todavía funciona, o que las técnicas más avanzadas de producción agrícola fueron las desarrolladas por los pueblos de las meseta de Tiahuanaco del altiplano boliviano. O que la navegación transoceánica de los pueblos polinesios precedió en mil años a las de Colón, y la de los chinos fue de unos doscientos años antes, en un mar mucho más vasto y peligroso que el Atlántico.

Pero más allá de la crítica anterior al eurocentrismo, conviene concentrarse en los propios procesos de revoluciones científicas descritas por Kuhn, y ver cómo ellas están fuertemente influenciadas por las necesidades políticas, sociales y económicas de cada época. De hecho el reemplazo del paradigma tolemaico de los epiciclos por la visión heliocéntrica copernicana, se da justo en el medio de una lucha por la supremacía política entre protestantes y católicos y el creciente poder de la nueva clase burguesa en Europa. Aún cuando Lutero, el líder de la reforma, se manifestaba de acuerdo con la Iglesia Católica en su visión geocéntrica, ésta última era más afectada en su autoridad por el cuestionamiento a dicho modelo, que el descentralizado protestantismo. De hecho, no es raro que fueran protestantes como el danés Tycho Brahe y el alemán Johannes Kepler quienes darían fundamento empírico a la teoría Copernicana. La puntilla mortal al modelo geocéntrico la daría paradójicamente un sacerdote católico (muchos desconocen que fue ordenado) como Galileo Galilei. Pero esta sería su última manifestación de desacato a la Iglesia Católica. La historia siguiente es suficiente evidencia para mostrar porque ingleses, holandeses y alemanes protestantes como Newton, Halley, Huygens y Leibnitz, desarrollaron los fundamentos de la nueva mecánica, con escaso aportes de científicos de otras latitudes.

Este desplazamiento del sur hacia el Norte de Europa de la investigación científica en física, es consecuente con el hecho de la primacía creciente de los estados del norte europeo, como Inglaterra, Holanda y los principados alemanes sobre los imperios español y portugués. El desarrollo de la mecánica clásica y del cálculo infinitesimal en los países del norte de Europa es congruente con el desarrollo de estas naciones, en especial de Inglaterra, que consigue a partir del siglo XVII y XVIII ir imponiendo su hegemonía naval fundamentada en los avances científicos y tecnológicos promovidos por un entendimiento y aplicación de los resultados de la mecánica clásica aplicados a campos cada vez más diversos, pero en especial en materia militar (Kennedy, 2005, págs. 249-260). Este avance sería aun más acelerado con la revolución industrial inglesa del siglo XIX, impulsado igualmente por las investigaciones en termodinámica y sus repercusiones en el manejo de las máquinas de vapor.

Muy aleccionador sobre estos aspectos lo constituye el trabajo de Cipolla (1999), para quien la sofisticación cada vez mayor en el desarrollo de los relojes y de los barcos de vela armados con cañones, resulta esencial para entender la supremacía de Inglaterra. La navegación depende esencialmente de conocer la longitud y latitud con gran precisión, pero para determinar la primera es esencial contar con buenos relojes que no se alteren al colocarlos en barcos en alta mar. El desarrollo de una teoría mecánica basada en los trabajos de Huygens y Newton permitió que Inglaterra adelantara al resto de las naciones en esta materia. Es paradójico que los reyes españoles intentaron hacer lo mismo y fue Galileo el único en aportar una forma de medir con exactitud el tiempo basado en el movimiento que observó de las lunas de Júpiter. Si España hubiese hecho caso de la idea, seguramente hubiera podido ganarle la competencia naval a Inglaterra. Pero ya se sabe lo que ocurrió con Galileo y el Imperio español.

Otro tanto puede decirse de la química orgánica, desarrollada fundamentalmente por Alemania a fines del siglo XIX y principios del XX. La razón fundamental estribó en la necesidad que tenía el cada vez más poderoso estado prusiano y luego alemán, por obtener sustitutos de materias primas de los cuales carecían debido a no poseer vastos imperios coloniales como otras naciones europeas. Fue la debilidad alemana para obtener materias primas lo que motivó fundamentalmente el desarrollo de su industria química orgánica a partir de los trabajos pioneros del químico alemán Friedrich Wöhler en 1828, con lo cual logró impulsar el resto de su industria y ponerse detrás de Inglaterra como potencia capitalista industrial.

A manera de conclusión
El concepto de paradigma de Kuhn motiva a preguntarse sobre si actualmente se está en una época de desarrollo normal de la ciencia o se asiste a un cambio revolucionario. El desarrollo de la complejidad y la teoría del caos, en la última mitad del siglo XX, así como la aceleración en las investigaciones en este campo en los últimos veinte años, parecieran apuntar que se está en un período de revoluciones paradigmáticas. Algunos de los supuestos de Kuhn analizados anteriormente, evidentemente se cumplen.

Se puede señalar que existían hechos que negaban la linealidad, desde los trabajos de Poincaré con los tres cuerpos y más atrás, ya que hasta el propio Newton reconocía la existencia de dificultades para sostener que los planetas recorrían infinitamente las mismas trayectorias. El principio de economía también operaba sobre los investigadores, quienes evitaban meterse en caminos extraños, que pudieran ser improductivos, al no disponer de las herramientas de cómputo para tratar problemas no lineales. Igualmente, se puede afirmar la existencia de nuevos conceptos sociales que favorecieron el surgimiento de los llamados sistemas complejos; el surgimiento de una nueva generación de científicos; la sensación de crisis en la comunidad científica y finalmente, que de la nueva perspectiva han surgido nuevas ideas, muchas veces fragmentarias, buenas para explicar unos pocos fenómenos, pero que se desconoce aún como se relaciona o integran en una única teoría.

Sin embargo, aunque los supuestos kuhnianos anteriores se cumplen con respecto a la complejidad, surgen dudas acerca de la lucha o contradicción con la teoría prevaleciente. Más allá de las declaraciones de algunos autores que parecen haber emprendido una especie de cruzada contra inexistentes defensores de la linealidad, la verdad es que la complejidad se ha venido imponiendo no solo de una manera pacífica, sino hasta entusiasta en las distintas comunidades científicas que vienen haciendo uso de ellas. Esto se explica fundamentalmente porque la computación no existía y por lo tanto tampoco comunidades científicas que pudieran ofrecer alguna resistencia debido a la existencia de algún paradigma vigente.

Las inmensas oportunidades que se abrieron con el desarrollo de la computación y su uso en las ciencias, así como su masificación, continúan actuando a favor de la extensión de la complejidad, hasta el punto que se observa un abuso y sobredimensionamiento de sus posibilidades al pretender darles una validez metafísica o extrapolarlas a otros campos del quehacer humano sin realizar las debidas contextualizaciones, en especial en las llamadas ciencias sociales. Quedaría por ver si será posible o no integrar el fraccionamiento de las perspectivas actuales o “escuelas de pensamientos”, según Kuhn, en un único paradigma complejo o habrá que esperar al surgimiento de un nuevo paradigma.

Otra conclusión que surge de los ejemplos analizados es que las revoluciones científicas además de originarse por un contexto social favorable, también pueden ser objeto de los intereses políticos, sociales y económicos de los estados, con lo cual estos pueden promover las condiciones para que se den las comentadas revoluciones científicas. En efecto, en el campo de la física de los últimos cien años es bastante difícil encontrar un progreso, sea gradual o radical que no responda a una lógica o a un interés político.

El desarrollo de la relatividad y la mecánica cuántica devinieron primero que nada en la construcción de las bombas atómicas y de hidrógeno, submarinos y portaviones nucleares, antes que en el uso pacífico en reactores de fisión o en el desarrollo de la microelectrónica y de la computación. Hoy día es inconcebible una comunidad de físicos de alta energía o astrofísicos sin el apoyo de una superpotencia o a través de la colaboración de diversos estados que puedan reunir recursos suficientes para poner en marcha enormes y costosos laboratorios de alta energía como los aceleradores de partículas de Stanford o el CERN europeo; o poner en órbita sofisticados aparatos de medición como los telescopios Hubble y James Webb, la sonda espacial Rosetta, o la estación espacial internacional. La misma Internet se desarrolló originalmente como mecanismo de protección a las comunicaciones ante un eventual ataque nuclear antes de que se comenzara a usarla con fines científicos y ahora de uso general.

En otros campos donde también se han producido las revoluciones científicas al estilo de las descritas por Kuhn, ocurre lo mismo. El desarrollo de la genética basada en la decodificación del ADN es fomentada para patentar medicamentos o alimentos transgénicos que solo benefician a las grandes transnacionales farmacéuticas o agroalimentarias. En el campo de la psicología hay tal desarrollo en materia de test de inteligencia, criticados con gran profundidad por Gould (2004, pág. 157) por no ser más que el reflejo de la tenacidad de los prejuicios inconscientes y la sorprendente maleabilidad de los datos cuantitativos “objetivos” para ajustarse a una idea preconcebida. Pero son los test de inteligencia o de cualquier cosa que se le parezca, los que generan ganancias mientras que otras áreas de investigación tales como la psicología social son marginales en la literatura.

Un último comentario sobre las aseveraciones de Kuhn, es con respecto a las comunidades científicas. Su presentación de las mismas es igualmente ingenua ya que parece que estas comunidades existen solo para lograr cada día una mayor profundidad o sofisticación en la investigación científica. De modo que sus líneas de investigación son neutras, en el sentido que solo responden a los honestos intereses de los miembros de la comunidad. Partir de esto es desconocer lo que en verdad ocurre en el mundo de la ciencia.

En primer lugar las investigaciones como se ha señalado en los párrafos anteriores responden a determinados intereses, de los Estados o de las grandes transnacionales y a veces de manera compleja a ambos. Se financian y promueven aquellas investigaciones que resultan acordes a estos intereses mientras otras se desalientan o deprimen. El propio Werner Heisenberg (1979, págs. 7-8) reconocía el carácter histórico de los problemas de los cuales se ocupan los científicos y su influencia en los métodos y en la utilización de los conceptos como instrumentos de trabajo adoptados.

Las universidades y centros de investigación reciben financiamientos para que se haga la investigación que se desea y no cualquiera otra. Las llamadas revistas especializadas y que son un indicador de la producción científica, promueven igualmente la investigación que desean aquellos con suficiente poder como para colocar a determinados investigadores como parte de un jurado examinador o junta arbitral. La calidad de las universidades se mide por sus investigadores premiados con el Nobel u otro premio similar, pero esto solo legitima una forma de hacer investigación.

De modo que no es posible concebir a las comunidades científicas como independientes del contexto político, social y económico en el cual se encuentren ya que su actividad está fuertemente mediada por dicho contexto y con demasiada frecuencia es el que impone su agenda.

Esta ensayo no agota la crítica a la obra de Kuhn, en especial quedan por fuera la crítica a sus afirmaciones respecto al conocimiento, la realidad, lo verdadero o falso de una teoría científica y si hay o no un avance hacia una mayor comprensión de la naturaleza. Pero una discusión sobre los mismos merece otro espacio para tratar adecuadamente los cuestionados aportes epistemológicos de Kuhn a las ciencias.

Bernardo Ancidey
Bernardo.ancidey@gmail.com
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Torreti, R. (1994). La Geometría del Universo. Mérida: Universidad de los Andes.

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Imagen tomada de: http://www.unizar.es/departamentos/filologia_inglesa/garciala/images/blakenewton.jpg

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Despilfarro presupuestario y estudiantes universitarios fantasmas

América del Sur/Venezuela/Septiembre 2016/Bernardo Ancidey/

Por:Bernardo Ancidey

Despilfarro presupuestario y estudiantes universitarios fantasmas

 

Introducción

Mosquera (1) dejó un sabor amargo al alertar sobre el grave problema con las estadísticas del registro de estudiantes universitarios en Venezuela y el efecto que tiene sobre el presupuesto de la nación. Es una gravísima situación de la que casi no se habla. La confrontación sobre el tema universitario ocurre siempre a un nivel cargado de demagogia y politiquería que no deja espacio para reflexiones e investigaciones sobre las deficiencias de nuestro sistema educativo. Como resultado de este ruido mediático, asuntos como la contraloría social sobre los recursos dedicados a la educación pasan desapercibidos. La inacción conduce a un gigantesco desperdicio en recursos, originado por la asignación presupuestaria en base a estadísticas pobres o falseadas: sean los “estudiantes eternos” de la Universidad Nacional Abierta (UNA) que menciona Mosquera y los tal vez, miles de falsos inscritos o plazas disponibles que colocan algunas universidades (2; 3) para justificar sus demandas presupuestarias.

 

Análisis

En primer lugar el problema tiene raíces que arrancan desde el propio proceso de asignación de plazas universitarias y se incrementa por la ausencia de mecanismos obvios de centralización y auditoría de los datos de control de estudio de las instituciones educativas, situación por la cual abogábamos hace unos años (4). Revisando algunos datos no muy lejanos se encuentran situaciones como las siguientes:

  • En 2010 para desmeritar los logros del nuevo Modelo de Asignación Multivariable (lo cual no logró, véase (5)), González Ulpino (6) reportaba para la institución con la mayor demanda en el país en los últimos 17 años (7), la Universidad Central de Venezuela (UCV), una baja tasa de inscripción efectiva, es decir de %Inscritos/Asignados. El área de conocimiento con mayor tasa fue Ingeniería, Arquitectura y Tecnología, para la cual de cada 100 estudiantes asignados por la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) se inscribieron 70. En otras palabras sobraron 30% de los cupos, que a la fecha nadie ha explicado que hicieron con ellos. Seguían porcentualmente para las otras áreas: Ciencias Básicas con 67% asignados; Humanidades, Letras y Artes con 63%; Ciencias de la Salud con 59%; Ciencias Sociales y Ciencias de la Educación con 51%; y de último y como no debe ser ninguna sorpresa para algunos lectores, Ciencias del Agro y del Mar, con 38%. En promedio, de cada 100 estudiantes asignados por la OPSU a la UCV solo 58 terminaron inscribiéndose en 2010.
  • Lo peor de la situación es que los sectores más pobres de los estratos socioeconómicos V, IV y III, beneficiados por las nuevas políticas de inclusión, eran los que menos tendían a inscribirse, mientras que los provenientes de los estratos más ricos, I y II, se inscribían en mayor proporción. Las causas habría que investigarlas, porque pueden ser socioeconómicas o de otro tipo, que impiden que los más pobres se inscriban en la UCV a pesar de ser asignados, tal vez porque deben trabajar para llevar dinero a sus casas o porque salieron en una opción de estudio que no era su preferida. Esta última hipótesis dejaría sin explicación la existencia de cupos desperdiciados en carreras muy demandadas, donde lo más probable es que los asignados hayan sido los que obtuvieron mayor calificación en la prueba de ingreso o los de mayor índice en la asignación vía OPSU, o sea los asignados en sus primeras preferencias.
  • Pero el misterio de los asignados pero no inscritos para nada es exclusivo de la UCV o del proceso de la OPSU. La Universidad Simón Bolívar (USB) reflejaba una situación similar, así en el año 2008 de los 605 asignados solo se inscribieron 322 (tasa de inscripción efectiva de apenas 50%) a pesar de que la “lista de cola” era de más de 23 mil personas según denunciaban los estudiantes (8). La presión estudiantil afortunadamente tuvo sus resultados. La USB señalaba en el año 2015 (9) que 94,9% de los cupos asignados por la OPSU, fueron ocupados por estudiantes de nuevo ingreso entre los años 2011 y 2014 gracias a las convocatorias realizadas. Muestra evidente de que las cosas se perfeccionan cuando existe un compromiso institucional con la mejora del ingreso y el desempeño estudiantil. Esto genera identificación del estudiante con sus estudios, factor esencial para la prosecución según estudios sobre la deserción (10). Sin embargo, es de notar que luego del cambio en los factores del Modelo de Asignación Multivariable en 2015, volvió a disminuir la tasa de inscripción efectiva a solo 70% (11).
  • En la Universidad de Carabobo, el estudio del año 2011 de Guevara, Terán y Rodríguez (12) mostró una situación similar en Medicina, tanto para el ingresado vía OPSU como por la Prueba de Admisión Interna: “…de la asignación del 30% de los cupos, reservada para el CNU, solo se inscribió, durante este periodo 2003-2006, un 18,7% con un promedio de 29 alumnos por año, frente a 58,9% que ingresaron por la PAI con un promedio de 91 cada año”. Aquí valen las mismas reflexiones realizadas anteriormente.
  • Recientemente en enero de 2016, la Universidad de los Andes (ULA) reportaba el mismo fenómeno de baja tasa de inscripción efectiva(13), de 7 mil asignados solo se presentaron 4 mil, es decir una tasa de inscripción efectiva de 57%.
  • La tara tampoco es exclusiva de las universidades con autoridades no afines a la gestión de gobierno. Entre las bolivarianas ocurre igual, como lo denunciaba el mismísimo Ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Manuel Fernández, al señalar a fines de octubre de 2015, que solo se habían inscrito 56 mil bachilleres debido a trabas impuestas por las universidades (14).

Algunos dirán que la caída en la tasa de inscripción efectiva se debe a los cambios introducidos en 2015 en el Modelo de Asignación Multivariable. Otros, tal vez señalen que la caída se debe a la crisis económica que impide que la gente pueda iniciar una carrera, porque la prioridad es conseguir la comida del día. Son argumentos poderosos que sin duda están contribuyendo a la disminución de la tasa de inscripción. Empero, y como lo demuestran las citas anteriores, la situación ha existido previamente, con otras modalidades de ingreso y sin crisis alimentaria.

En todo caso permanece la pregunta: ¿Qué pasó con todos los cupos sobrantes? La pregunta es pertinente porque justamente para evitar esa situación se implementó la llamada “lista de cola” en el año 2008, buscando que todos los cupos asignados fuesen ocupados. El problema, como lo muestra sin darse cuenta González Ulpino, es que la UCV, al igual que otras universidades, simplemente “se hace la loca con la lista de cola”. Y tal vez lo sigan haciendo y más, si los ministerios con competencia en planificación y educación universitaria continúan creyéndose la idea de que ahora no se trafica con los cupos porque todos se asignan. Buscan el cuerpo del delito muy lejos del sitio del crimen y al no verlo, creen que no se comete.

En segundo lugar, la diferencia entre los asignados, los que algunas vez se inscribieron y abandonaron y los que efectivamente cursan la disciplina, se volvió algo tan común que algunas universidades lo asumen rutinariamente como algo normal. De modo que las solicitudes presupuestarias se justifican en base a un número de estudiantes universitarios fantasmas. Este hecho ya fue comentado por Mosquera al intentar conocer el verdadero número de cursantes para la entrega de las tabletas, en el cual se encontró además, con la inscripción de un mismo estudiante en varias instituciones. Hace unos 11 años atrás hubo una experiencia similar al contrastar y depurar las nóminas de becas universitarias, porque varias instituciones educativas, la OPSU, Fundayacucho y el Ministerio de Educación Superior,  las otorgaban simultáneamente a las mismas personas.

Deserción Universitaria

La deserción es un problema endémico en la universidad venezolana, sobre todo en aquellas carreras que nadie quiere y que la gente comienza a estudiarla pensando muchas veces en un futuro cambio a la carrera deseada. Para darse una idea, las cifras de deserción en la UCV han alcanzado hasta el 81,4% en Ciencias Básicas y 74,9% en Humanidades  según mostraba un estudio sobre deserción y repitencia realizado por la misma institución en 2007 (15). Cifras más recientes la ubican en 65% para los nuevos ingresos en algunas áreas (15).  Tulio Ramírez, Gerente de Desarrollo Docente y Estudiantil del Vicerrectorado Académico de la UCV, la estimó entre 40 y 60% (16), reiterándolas en posteriores declaraciones (17).

Lamentablemente, y como parece que ya es costumbre entre algunas autoridades ucevistas y su manipulación estadística, le echa la culpa al Modelo de Asignación Multivariable, olvidando olímpicamente que hasta el año 2014 por esta vía solo ingresaba el 30% de los nuevos estudiantes y que el cambio en el peso de las notas se hizo para el proceso del año 2015. En otras palabras, Tulio Ramírez le echa la culpa a un modelo alterado en 2015 que todavía no había asignado estudiantes a la UCV. Debería pasearse por el caso de Colombia y Chile, con universidades pagas y exámenes de admisión, como le gustaría a muchos en Venezuela, y sin embargo muestran cifras de deserción de 45,2%  y 54% respectivamente (18) y con un patrón similar al venezolano: mayor deserción en Ciencias Básicas y Humanidades y menor en Ciencias de la Salud. Como se observa, el tema es más complejo de lo que creen ciertas autoridades universitarias, pero la politiquería les sirve para tapar las desnudeces académicas.

Algunos datos sobre este gravísimo problema de calidad de la educación universitaria venezolana son reveladores de su magnitud. Uno de ellos es la tasa bruta de graduación, la cual para la UCV en 2008 era de 10,21% (19) y en 2010 disminuyó a 9,8% (20) para carreras largas. Las bajas tasas de la UCV ocurren en momentos en que los principales mecanismos de ingreso eran la Prueba de Aptitud Académica de la OPSU y las pruebas internas de admisión, evidencia contundente acerca de la poca o nula eficacia de dichos instrumentos para mejorar el desempeño estudiantil universitario. Este tema será abordado con profundidad en otro artículo.

En 2013 según declaraciones de las propias autoridades de la UCV (16) se graduaron 152 estudiantes de los 4 mil 202 que ingresaron en 2008, es decir apenas el 3,61% de la cohorte. De los 1 mil 514 graduandos de ese mismo año, había alumnos que tardaron entre 6 y 20 años en completar sus carreras. Otra vez es importante señalar que según la misma fuente, la gran mayoría (79%) ingresó por mecanismos internos de la UCV y solo el 21% restante fue asignado por la OPSU (cuando legalmente debió ser el 30%).

Contrariamente a lo sostenido por las autoridades de la UCV (16), tales resultados, es decir las bajas tasas de graduación han ocurrido con Pruebas de Ingreso internas o nacionales. Algo que con mayor detenimiento analizamos en (21) para el período comprendido entre los años 2002 al 2004 cuando todavía no se había establecido el Modelo de Asignación Multivariable para la asignación de nuevos estudiantes en las universidades públicas. Las cifras de la UCV no se alejan mucho de los resultados obtenidos para la totalidad de las universidades en períodos anteriores, cuando proliferaban los exámenes de admisión en casi todas las universidades públicas. Así en el año 2006, la tasa bruta de graduación promedio para todas las universidades fue de 11% (21). Cifras bajas, pero mejores que las de otras instituciones como la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado (UCLA) de 6,23% para el año 2010 (22).

Implicaciones de la merma entre plazas planificadas y realmente utilizadas

Para comprender las implicaciones de las mermas señaladas entre las plazas planificadas y las realmente utilizadas es oportuno hacer el siguiente ejercicio:

  • Una institución como la UCV le informa a la OPSU que tiene disponibles 100 cupos para una carrera.
  • Supóngase, para ser conservadores, que no hay merma por la OPSU y que por esta vía se asignan todos los cupos de la universidad.
  • Los datos indican que en promedio solo se inscriben 58 por cada 100 asignados.
  • Para ser aún más conservadores en el cálculo, se toma el límite inferior de la deserción en la UCV, es decir 40%, eso implica que de los 58 inscritos, habrán 23 desertores y quedarán en la carrera solo 35 estudiantes de la cohorte original.

Obsérvese que de los 100 cupos originales apenas se ocupan efectivamente 35 plazas. Nótese además que se están utilizando las cifras de la universidad con la mayor demanda de cupo en el país en el período 1998-2013 (7). Es oportuno resaltar que todas las carreras de la UCV tienen una demanda que supera la oferta, de modo que es de esperar que sea una de las instituciones con menor deserción de estudios. Luego, si esta situación ocurre en una institución con carreras muy demandadas, ¿qué pasará en aquellas que tienen poca o ninguna demanda? La gravedad del problema de los cupos sobrantes alcanzará niveles pantagruélicos al incorporar estos hechos en la ecuación y tomar en consideración, las 60 instituciones públicas que ofertaron este año, 311 mil 954 cupos en 1 mil 638 disciplinas (23).

Resumen  final

Si bien en Venezuela existen dificultades por falta de cupos en algunas disciplinas universitarias, el disparate en la gestión de las plazas universitarias y su uso para solicitar y justificar falsas necesidades presupuestarias, son sin duda un problema de mayor envergadura. Como se ha expuesto en este artículo, más los análisis realizados previamente en (2; 3), toda la información relativa a las plazas disponibles y la cantidad real de estudiantes que las ocupan, utilizada para las solicitudes presupuestarias, está seriamente cuestionada. En la confección de estas últimas no se toma en cuenta las mermas que se producen:

  1. Entre la asignación de cupos a la OPSU y los cupos que se ofertan efectivamente.
  2. La que se produce entre la asignación y la inscripción efectiva comentada al principio.
  3. Ni tampoco la ocasionada luego de la inscripción y debida al abandono, deserción y alargamiento de los estudios.
  4. Además, hay que incorporar la inexactitud en las plazas realmente disponibles debido a fallas en la planificación como las señaladas en (3) y las denunciadas por Mosquera (1) y Alfonzo (24).

 

Conclusiones

No es atrevido señalar que una parte significativa de la escasez de cupos sería un falso problema en la mayoría de las disciplinas universitarias, porque la baja tasa de asignación efectiva o la pre-deserción como se le llama en (11), la deserción, repitencia, retiros o alargamiento de la duración de las carreras, tendría como consecuencia una baja relación de alumnos/docentes en los niveles medios y avanzados de las carreras. En otras palabras sobrarían docentes, aulas, talleres y laboratorios en los períodos lectivos avanzados de los programas de estudio.

La anterior conclusión pone en duda los reclamos presupuestarios de muchas autoridades universitarias, sobre todo las que se han difundido mediáticamente en los últimos años. Una vez analizadas estas quejas y contrastadas con las cifras reales del presupuesto, como lo hizo recientemente Alfonzo (24) para el caso de la UCV, solo reflejan la kakonomía y el pobre control que ciertas autoridades universitarias tienen sobre las instituciones que manejan desde hace más de 10 años. En otras palabras, que las solicitudes de recursos tomando como base las plazas ocupadas por estudiantes fantasmas, de ser atendidas, solo terminan convertidas en pura grasa presupuestaria.

 

Recomendaciones

Es urgente actualizar todas las propuestas realizadas para mejorar el presupuesto, registro estudiantil y la planificación educativa:

  1. En materia de elaboración, control y seguimiento del presupuesto universitario:
  • La ejecución inmediata de una auditoría social a las cuentas de todas las instituciones universitarias públicas, en especial las relacionadas con las capacidades reales de dichas instituciones para la docencia, investigación y vinculación socio-productiva, comenzando por la primera.
  1. En cuanto al registro o matrícula estudiantil
  • Integración o interoperabilidad de las plataformas tecnológicas de las oficinas de control de estudios para facilitar la generación de datos confiables y poder realizar un seguimiento a la disponibilidad de cupos y su efectiva ocupación.
  • Reactivación de la generación de datos oficiales consolidados a nivel nacional del sistema universitario para disponer de indicadores nacionales sobre el tema.
  1. En cuanto a las deficiencias en la planificación de la infraestructura docente, las fallas en la asignación, la baja tasa de inscripción efectiva, la deserción, abandono y alargamiento de la duración de los estudios: retomar las ideas para la creación de un verdadero Sistema Nacional de Ingreso, que permita ir corrigiendo las fallas detectadas hasta ahora. En tal sentido ejecutar las iniciativas para:
  • El desarrollo de un compromiso institucional con la mejora del desempeño estudiantil (y no sólo del rendimiento), dentro del espíritu del anteproyecto de Ley de Educación Superior del Ministerio de Educación Superior del año 2005 con los desarrollos posteriores del 2009 y 2010(25), a través un sistema nacional de seguimiento al desempeño, la prevención de la deserción (Colombia ya posee algo similar) y la primera inserción laboral del egresado;
  • Implementación del Sistema Nacional de Orientación (25) o SNO, para que opere desde secundaria hasta la primera inserción laboral. El SNO contribuirá a determinar la vocación y aptitudes de los futuros aspirantes a estudios universitarios, reduciendo por tanto las causas de la deserción y el abandono.

Es oportuno señalar que la investigación reflejada en este y anteriores artículos, jamás aboga por la eliminación de plazas o disciplinas a la ligera, sino por una planificación efectiva de la oferta académica y la promoción de aquellas consideradas prioritarias. No tiene sentido continuar manteniendo y creando programas en nuevos núcleos o instituciones, mientras exista un enorme exceso de cupos en el país. En artículos anteriores (3; 26) se mostró lo que está ocurriendo con instituciones y disciplinas. En todos los programas de estudio identificados, existe claramente un exceso de oferta sobre la demanda, lo que en la práctica significa tener una gigantesca capacidad ociosa que puede muy bien ser utilizada de manera más sensata.

Lo expuesto tampoco es un llamado a botar gente ni mucho menos, sino a realizar una evaluación seria del cupo y del presupuesto universitario, planificando paralelamente el impulso a las carreras poco demandadas consideradas prioritarias, y ajustar la oferta de las mismas. En vez de continuar ampliando la oferta de carreras como las agroalimentarias, ciencias básicas o algunas de educación, lo mejor es concentrarlas en unas pocas instituciones donde existan suficientes aspirantes y abrir espacios para que estudiantes y trabajadores universitarios de otras instituciones puedan concentrarse en las mismas. La infraestructura que quede ociosa por esta vía, así como la se determine en otras disciplinas luego de la auditoría propuesta, se reutilizarían en otros proyectos y programas donde se requieran.

Este conjunto de ideas ni son nuevas ni originales, de hecho la racionalización de las ofertas académicas, la ha hecho la Misión Sucre sin traumas, ajustándolas a las necesidades locales, cerrando opciones cuando ya las metas fueron cubiertas. En las mismas universidades ocurrieron en el pasado procesos similares de concentración de ofertas en lugares y condiciones más apropiadas. Es hora de retomar todas esas sanas prácticas en la gestión universitaria. Es un asunto sobre todo de equilibrio y sentido común, en especial en épocas de colas por comida.

 

Bernardo Ancidey

bernardo.ancidey@gmail.com

Bibliografía citada

  1. Mosquera, J. Aporrea. La matrícula de educación universitaria, despelote estadístico y el «eterno estudiante». [En línea] 11 de Agosto de 2016. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/a232264.html.
  2. Ancidey, B. En Venezuela sobran 46.086 cupos en universidades públicas. Otras Voces en Educación. [En línea] 27 de Agosto de 2016. [Citado el: 13 de Septiembre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/150084.
  3. —. Los nefastos efectos de la kakonomía universitaria. Otras Voces en Educación. [En línea] 31 de Agosto de 2016. [Citado el: 13 de Septiembre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/153208.
  4. Capacidad y demanda de plazas educativas en el sector universitario venezolano para el período 2009-2010. Ancidey, B. La Habana, Cuba : s.n., 2013a. Memorias del Congreso Pedagogía 2013.
  5. Miranda, Leysly. El Modelo de Asignación Multivariable y su impacto en el ingreso a la educación universitaria venezolana; Tesis de Especialización en Gerencia Pública. Caracas : Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional, 2015.
  6. Asignación de aspirantes a través del Sistema Nacional de Ingreso a la Educación Superior (SINIES). González Ulpino, J. A. 88, s.l. : Escuela de Educación, Universidad Central de Venezuela, Enero-Junio de 2010, Revista de Pedagogía, Vol. 31, págs. 39-50.
  7. Ancidey, B. ¿El éxito de las universidades bolivarianas, las convertirá en universidades tradicionales? Otras Voces en Educación. [En línea] 28 de Julio de 2016. [Citado el: 13 de Septiembre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/126880.
  8. Consejo Superior de la Universidad Simón Bolívar. Propuesta de Ingreso de bachilleres sin cupo ubicados en lista de cola de la Opsu la Universidad Simón Bolívar durante el inicio del Período Académico Enero-Marzo 2010. [En línea] Noviembre de 2009. [Citado el: 13 de Septiembre de 2016.] www.superior.consejos.usb.ve/sites/default/files/Proyecto_RUSNIEU_Editado.pdf.
  9. Universidad Simón Bolívar, Departamento de Información y Medios . Cupos Opsu han sido asignados según lista de ese organismo. USB Noticias. [En línea] 20 de Mayo de 2015. [Citado el: 13 de Septiembre de 2016.] http://usbnoticias.info/post/41471.
  10. La deserción estudiantil: ¿Realmente es un problema social? Lugo, Blanca. 12, s.l. : Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Carabobo, Enero-Julio de 2013, ARJÉ, Revista de Postgrado AFCE-UC, Vol. 7, págs. 289-309.
  11. Secretarios de LUZ, USB, UCV, ULA, UCLA y LUZ. Consideraciones acerca del Sistema Nacional de Ingreso. Secretaría Universidad Simpon Bolívar. [En línea] 18 de Mayo de 2016. [Citado el: 19 de Septiembre de 2016.] http://www.secretaria.usb.ve/node/128.
  12. La admisión y el rendimiento académico en los estudios de medicina. Escuela de Medicina «Dr. Witremundo Torrealba» Universidad de Carabobo, Venezuela. Guevara, Milady, Terán, Iris y Rodríguez, Zaida. Maracay : s.n., Diciembre de 2011, Comunidad y Salud, Vol. 9. 2.
  13. Noticias Mérida. Casi 40% de asignados por OPSU no fueron a la Universidad de los Andes. Actualidad y Gente. [En línea] 25 de Enero de 2016. [Citado el: 19 de Agosto de 2016.] http://actualidadygente.com/noticias-de-merida-venezuela/noticias-academicas-universidades-de-merida/56244-casi-40-de-asignados-por-opsu-no-fueron-a-la-universidad-de-los-andes.
  14. Ancidey, B. 196 mil aspirantes no asignados a ninguna universidad pública en 2015. ¡Rectifiquemos! o repetiremos los errores en 2016. Aporrea. [En línea] 19 de Enero de 2016. [Citado el: 13 de Septiembre de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/a221425.html.
  15. Cardona, Lissette. Deserción universitaria se debe a falta de identificación con la carrera. Reporte-ando. [En línea] 29 de Abril de 2010. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://reporte-ando.blogspot.com/2010/05/desercion-universitaria-se-debe-falta.html.
  16. Herrera, Isayen. Por bajo nivel del bachillerato desertan entre 40% y 60% de los universitarios . El Nacional. [En línea] 31 de Mayo de 2015. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/nivel-bachilleratodesertan-universitarios_0_637136445.html.
  17. —. UCV necesita 140 docentes más en dos facultades para cubrir los nuevos ingresosl. El Nacional. [En línea] 20 de Septiembre de 2015. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/UCV-necesita-docentes-facultades-ingresos_0_704929595.html.
  18. Sistema para la prevención de la Deserción de la Educación Superior. Estadísticas 2012. Colombia Aprende. [En línea] 2012. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.colombiaaprende.edu.co/html/micrositios/1752/w3-article-325044.html.
  19. Universidad Central de Venezuela, Secretaría General. Boletín Estadístico 2008. Caracas : Autor, 2008.
  20. —. Boletín Estadístico 2010. Caracas : Autor, 2010.
  21. Ancidey, B. El mito de la aptitud académica. Caracas : Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, 2009.
  22. Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado, División de Planificación Universitaria. Boletín Estadístico de la UCLA 2010. Barquisimeto : Autor, 2011.
  23. Oficina de Planificación del Sector Universitario. Oficina de Planificación del Sector Universitario. Sistema Nacional de Ingreso. Índice, Cupos y Demanda 2016. [En línea] 4 de Julio de 2016. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] ingreso.opsu.gob.ve/descargas/demanda.pdf.
  24. Alfonzo, Miguel. La autopsia del anteproyecto presupuestario UCV 2017 . Aporrea. [En línea] 11 de Septiembre de 2016. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.aporrea.org/educacion/a233889.html.
  25. Prensa MPPES. MPPES propone nuevo proceso de evaluación del desempeño estudiantil. Aporrea. [En línea] 24 de Julio de 2009. [Citado el: 2016 de Septiembre de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/n139292.html.
  26. Mesa Técnica Nacional del Sistema Nacional de Orientación, Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. Sistema Nacional de Orientación. [En línea] Abril de 2009. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] https://orientacionpsicologiaycultura.files.wordpress.com/2012/10/sistema-nacional-de-orientacion.pdf.
  27. Ancidey, B. La cara académica de la guerra económica: El desprecio por la Agronomía. Aporrea. [En línea] 28 de Mayo de 2016. [Citado el: 2015 de Septiembre de 2016.] http://www.aporrea.org/actualidad/a228538.html.
  28. —. Los nefastos efectos de la kakonomía universitaria. Otras Voces en Educación. [En línea] Septiembre de 2016. [Citado el: 31 de Agosto de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/153208.

 

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El Mito de la Aptitud y las Pruebas de Ingreso a las Universidades (Parte I)

Por Bernardo Ancidey

En Venezuela, desde 1984 hasta el año 2007, el proceso de ingreso a la educación universitaria pública, administrado por la Oficina de Planificación del Sector Universitario del Consejo Nacional de Universidades, OPSU-CNU, se realizó en base a un proceso en el cual jugó un rol importante la llamada Prueba de Aptitud Académica o PAA. Paralelamente, diferentes instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, han venido realizando las llamadas pruebas internas o de admisión como forma regular para seleccionar a los estudiantes que aspiran ingresar en los diferentes programas de estudio. Recientemente, el 16 de diciembre de 2016, el Consejo Nacional de Universidades decidió ejecutar una decisión acordada en el año 2008 con la cual se pone fin a las pruebas de ingreso en las universidades públicas venezolanas.

Las pruebas son actualmente objeto de debate en razón de que algunos las consideran como la vía más adecuada para seleccionar aquellos estudiantes más aptos o de mayor calidad  para iniciar y proseguir con éxito una carrera universitaria, además que constituyen una oportunidad para que todos sin importar su condición y aún aquellos con bajo promedio de bachillerato, puedan ingresar en la carrera de su preferencia. Para otros, en cambio, las pruebas son un mecanismo perverso de selección que discrimina a los sectores marginados de la sociedad, favoreciendo de manera desproporcionada en el ingreso a la educación superior a los sectores más pudientes al compararlos con su participación en la composición socioeconómica de la población venezolana o con la de los aspirantes. En este trabajo se asumirá esta última posición.

Origen de las pruebas de ingreso a la educación superior venezolana

La existencia de las pruebas como forma de seleccionar a los aspirantes que van a ingresar a la educación superior está íntimamente vinculada con la necesidad de restringir el ingreso a la educación superior. Fenómeno que no siempre existió en la educación superior venezolana en vista que la existencia de las pocas universidades públicas (ULA, UCV y LUZ) y privadas (UCAB y USM) existentes hacia fines de la década de los años 50 del siglo pasado, era suficiente para recibir al también reducido número de bachilleres (11.000 según Morles, Medina y Bedoya, 2003) que aspiraban realizar estudios universitarios.

Hasta entonces se asumía que el aspirante sólo debía contar con su título de bachiller para ingresar en una universidad, incluso la movilidad dentro de la propias universidades era bastante flexible. No sería sino con la masificación de los estudios secundarios y su consecuente incremento en el número de bachilleres la razón fundamental para comenzar a pensar en restringir el acceso a la educación superior. Y fue a partir de un problema de capacidad física de las instituciones de educación superior cuando comenzaron a desarrollarse todo tipo de argumentos para justificar una política restrictiva en el cupo universitario.

La solución, como lo apuntaban en ese entonces, los llamados comités de bachilleres sin cupo, estaba simplemente en el incremento de la cobertura universitaria. Sin embargo, como los Gobiernos de turno no estaban interesados en satisfacer de manera prioritaria las necesidades de la población sino los intereses de unos pocos. La respuesta fue introducir elementos hasta entonces desconocidos en la educación venezolana provenientes del mundo empresarial. Conceptos tales como eficiencia, eficacia, calidad, productividad, créditos, entre otros comenzaron a ser cada vez más frecuentes en el discurso de autoridades universitarias, organismos internacionales y en el gobierno, sirviendo de sustento para iniciar las políticas restrictivas del cupo.

Es en este marco en que comienza a plantearse en el seno del Consejo Nacional de Universidades para el año 1973 (Fuenmayor, Vidal, 2000), el establecimiento de mecanismos para regular el ingreso a las instituciones de educación superior y para ello se comenzó a justificar la selección de los aspirantes, en base a argumentos tales como que no todos nacieron para ser universitarios, o que se debía demostrar que además del título se debe tener ciertas aptitudes para la carrera que se aspiraba cursar. Es decir un problema de capacidad física que debía ser resuelto ampliando la cobertura, se ideologizó al desviar el foco de atención de las responsabilidades del Gobierno y de las autoridades universitarias, hacia unas supuestas condiciones que debía exigírseles a los aspirantes para poder ingresar a una universidad.

En un primer momento el proceso se basó fundamentalmente en el uso de un índice académico obtenido en base al promedio de las notas de bachillerato. Para el año 1984 el índice comenzaría a construirse sobre la base del promedio de notas y de los resultados obtenidos en las Pruebas nacionales de admisión administradas por la OPSU. Paralelamente con este proceso, se observó a partir de fines de los años 80, que el Gobierno Nacional dejó de intervenir activamente en los procesos de asignación de cupos a las universidades a través de CNU-OPSU, para trasladar cada vez en mayor proporción dichos procesos a las propias instituciones de educación superior. Tal como lo recoge Fuenmayor (2002,p. 38), en 1998, la asignación por vía de OPSU-CNU fue de 13% de los aspirantes a ingresar, mientras que por los mecanismos de admisión internos de las universidades ingresó el 87%.

Muchas de éstas instituciones adoptaron como vía de ingreso, en cada vez mayor proporción, a las pruebas internas y otras formas de ingreso, entre las cuales destacan, lamentablemente, los llamados convenios mediante el cual los profesores y empleados universitarios se convirtieron en una especie de casta hereditaria que se reproduce a si misma por la vía de garantizarle a sus hijos el privilegio de ingresar a una Universidad pública en razón exclusivamente de la sangre. Todo ello en detrimento del resto de los venezolanos que aspiran estudiar en dichas casas de estudios y que debían someterse a procesos largos y a veces costosos para intentar ingresar.

Es de notar que con todas las críticas que pudieran hacérsele a los procesos de asignación vía CNU-OPSU, al menos en sus primeros años no generaron mayor discriminación social, ingresando a las instituciones de educación superior estudiantes provenientes de todos los sectores sociales en proporciones similares a su presencia en la sociedad venezolana. Sin embargo el empleo tanto de la PAA como de las pruebas internas comenzaron a desbalancear la composición social de los nuevos inscritos a favor de los sectores de mayor nivel socioeconómico.

Fundamentos teóricos de las pruebas de ingreso. Los conceptos de inteligencia y de aptitud. El mito de la aptitud y de la inteligencia

Entre los argumentos favoritos de los defensores de las pruebas internas destacan los siguientes:

  1. No todo el mundo nació para estudiar en una universidad. Muy ligado a lo anterior está el que señala que se requieren formar personas en oficios y otros trabajos que no requieren calificación universitaria.
  2. Para estudiar una carrera se debe demostrar que se tienen las aptitudes requeridas y las pruebas son un mecanismo apropiado para determinar quienes las poseen.
  3. Las pruebas son un mecanismo democrático de ingreso porque todos pueden presentarla y no discrimina en base a las condiciones de la persona, ya que la selección se hace en base a criterios puramente académicos. La causa de la discriminación resultante está en la deficiente preparación de los aspirantes provenientes de liceos públicos.
  4. A través de las pruebas los aspirantes con bajo promedio tienen la posibilidad de ingresar a carreras muy demandadas.
  5. La PAA era científica ajustándose a criterios de validez y confiabilidad psicométricas.
  6. Las pruebas son un medio adecuado para ingresar estudiantes de calidad y de esa forma contribuir a mantener la calidad institucional.

Aunque algunos desconozcan sus orígenes, la PAA o las pruebas internas como mecanismo de selección para el ingreso universitario se apoya en el supuesto que las mismas constituyen mecanismos objetivos para determinar la presencia o no de determinadas condiciones o aptitudes que son fundamentales para el éxito en una carrera universitaria. De este modo tanto la PAA como las pruebas internas mostrarían con sus resultados un cierto efecto predictivo en el desempeño futuro como estudiante. La base científica para realizar tales aseveraciones la constituye la psicometría y ésta en su versión reduccionista se apoya en el plano metodológico, en el positivismo; en el contexto ideológico, en el darwinismo social; y en lo científico, en el determinismo genético (Ovejeros, 2003, p.36). Antes de continuar es necesario precisar qué es y cómo surge la psicometría.

Orígenes de la Psicometría

Sus orígenes se remontan a los trabajos de Alfred Binet (1857-1911), a quien originalmente en 1904 el ministerio de educación francés le encomendó que diseñara algún método para lograr que estudiantes rezagados en sus estudios pudiesen avanzar a la par de sus otros compañeros. Para ello diseñó instrumentos (la escala de Binet, mas adelante Stanford-Binet) que le permitieran identificar el rezago de estos niños y a continuación preparar acciones para ponerse al día en sus actividades escolares.

Aunque Binet advirtió desde el principio sobre el peligro de descontextualizar sus logros o utilizarlos con otros fines (Gould, 1981, p. 160), de nada le sirvió. Bien pronto de la mano de una serie de investigadores racistas y xenófobos (Francis Galton,  William Stern, Charles Spearman, Lewis Terman L., H. Goddard, Robert M.Yerkes, Brigham, Cyril Burt y más recientes como Arthur Jensen, Richard Herrnstein, Charles Murray o Eysenck), en su mayoría norteamericanos, se comenzó a utilizar sus instrumentos y la psicometría, como medios para identificar el grado de inteligencia de las personas. Esta cosificación de la inteligencia y su medición a través de los test de inteligencia servirían para justificar un conjunto de políticas tendientes a frenar la supuesta amenazante inmigración de europeos no anglosajones y judíos a EEUU en los años 20 del siglo pasado, materializada a través de la llamada Immigration Restriction Act de 1924 (Gould, 1981, p.236).

Igualmente, se utilizaron para promover políticas eugenésicas y evitar la reproducción de los considerados subnormales (prostitutas, delincuentes, personas con discapacidad, alcohólicos, adictos, etc.), como fue el caso de la ley Holmes del estado de Virginia en 1927 (Gould, 1981, p. 328). De estos ejemplos norteamericanos se inspiraría Adolf Hitler[1], como lo describe él mismo en su libro Mi Lucha, para montar toda la maquinaria de exterminio contra los pueblos considerados por el nazismo como inferiores.

Si bien como señalan Ovejeros (2003) y Gould (1981), los resultados de la derrota del fascismo luego de la segunda guerra mundial llevaron a un retroceso de estas posiciones pseudo científicas y reduccionistas de las inteligencia, bien pronto la amenaza que representaba el movimiento de los derechos civiles y en especial las luchas de los negros norteamericanos, llevaron una vez más a retomar los viejos argumentos geneticistas de la inteligencia y sus instrumentos preferidos, los test de inteligencia, para justificar la inferioridad intrínseca de los negros e hispanos. Contra toda evidencia, de la biología, la genética, la embriología, la neurología, las otras ramas de la psicología en particular de la psicología evolutiva de Piaget, los geneticistas intentaron una vez más justificar las desigualdades sociales como expresión de una supuesta distribución inequitativa de la inteligencia entre los distintos grupos raciales. Para ello acudieron otra vez a los test de inteligencia e invirtieron cuantiosos recursos en divulgar una obra profundamente racista como fue la Curva de la Campana o de Bell Curve, de Herrnstein y Murray de 1994, que justificara las políticas del Gobierno republicana dirigida a desmantelar los beneficios a favor de los más pobres, los negros y los hispanos en los EEUU (Ovejero, 2003, p. 200).

La base de los argumentos geneticistas, de los cuales derivan las actuales concepciones aptitudinales, son razonamientos circulares que conllevan a justificar la preservación del estatus quo de la sociedad actual dividida en clases sociales. Básicamente el razonamiento es el siguiente:

En una sociedad libre donde se han superado las diferencias formales entre las personas, la razón de las desigualdades sociales actuales estriba en el distinto aprovechamiento que cada quien hace de las oportunidades que la sociedad les brinda. Ahora bien, el hecho que unas personas tengan mayor éxito que otras es debido a que las primeras poseen una capacidad, una inteligencia o unas aptitudes que les permiten aprovechar más que otros estas oportunidades. Por lo tanto, la sociedad actual solamente es expresión de estas diferencias entre el aprovechamiento que se hace de las oportunidades que la sociedad de libres e iguales (formales) les ofrece.

Ahora bien, estas distintas capacidades las tienen o no las personas, son como algunos señalan, rasgos estables en la persona, que son más o menos independientes de factores externos, tales como el aprendizaje escolar o el contexto socio-cultural. En otras palabras se tiene o no la inteligencia o la aptitud, y no hay forma de adquirirla o desarrollarla. Los test de inteligencia y sus derivados las PAA o las pruebas internas, estarían diseñadas para determinar si se tiene o no, y tal vez en qué grado, estas supuestas aptitudes. Aunque esto genera graves dudas desde el punto de vista práctico, como por ejemplo, en qué grado se debe decir si se tiene o no la aptitud, ¿Cuándo se responde correctamente 75 de 100 ítems o deben ser 76 de 100?, más graves son las consecuencias.

Si se cuenta con una forma científica, con toda la rigurosidad psicométrica posible, para determinar quien es apto y quien no lo es, entonces sus resultados son ciertamente inapelables, porque no se trata de un juicio tomado en base a las distintas condiciones de las personas, sino que es la ciencia la que decide quien puede estudiar o no en una universidad. Así por la vía de este subterfugio un problema de capacidad física institucional, que puede ser resuelto ampliando la cobertura por cualquier mecanismo, se convierte en la base para señalar quienes son los elegidos para desarrollarse como universitarios y quienes no. Si luego se analiza quienes salen favorecidos por este camino no es raro que predominen los aspirantes provenientes de colegios privados y pertenecientes a los estratos socioeconómicos más favorecidos. La razón de esto ha sido explicada por diferentes autores en distintos escenarios pero cuyas lecciones son aplicables al escenario venezolano, haciendo las respectivas salvedades.

Lo primero es preguntarse por quién hace la prueba y que objetivos aspira conseguir. Las pruebas a diferencia de lo que a algunos les gustaría creer, no son un instrumento de diagnóstico, nunca han sido diseñados con este objetivo, su fin es seleccionar quien entra y quien no a una carrera universitaria. La PAA no es un instrumento de diagnóstico, ese es un argumento sobrevenido después de 23 años (1984-2007) de aplicarla. Si así hubiese sido, ¿cuáles fueron las acciones que se tomaron en base a los resultados de dicha prueba? La prueba no está para evaluar en el sentido propio del término, sino para seleccionar, y en esta tarea es tan eficaz como una adjudicación por lotería donde los boletos sólo se venden a los que puedan pagarlos.

La prueba la hacen profesores universitarios que buscan seleccionar aquellos estudiantes que manejen los saberes que consideran esenciales para las carreras que dictan. En otras palabras la institución evalúa (si es que se puede llamar a esto evaluación) lo que considera importante que el aspirante debe saber y no el currículo que conoció el estudiante. En todo caso son saberes escolarizados, pero no los que vio realmente el estudiante, sino la visión que sobre el mismo tiene la institución o los que diseñan el instrumento. El currículo real que evalúa una prueba de ingreso, no es el visto en el nivel secundario, sino el que se imparte en los llamados cursos preuniversitarios, donde el que puede pagarlos recibe un adiestramiento que lo familiariza con el entorno en que aplicará la prueba, incluso mediante la realización de simulacros. Tal como se recoge en Observaciones al Informe de la USB (MPPES, 2009, junio, p.13):

Al respecto, existen diversas investigaciones (Anastasi, 1998) en las que se concluye que  mientras más parecido es el material de preparación al contenido de la prueba, mayor será la puntuación en los resultados y quienes tienen mucha experiencia en la presentación de pruebas estandarizadas disfrutan de cierta ventaja sobre quienes presentan la prueba por primera vez (Millman, Bishop y Ebel, 1965; Rodger, 1936, c.p. Anastasi, 1998). Parte de esa ventaja se debe a que la persona ya ha superado la sensación de extrañeza y a que ha adquirido más confianza y mejores actitudes ante las pruebas. La familiaridad con algunos ítems con características comunes y la práctica en el uso de la hoja de respuesta también mejoran ligeramente el desempeño en la prueba.

Adicionalmente, psicólogos británicos han realizado diversos estudios sobre los efectos de la práctica y la preparación sobre las pruebas que se solían utilizar para asignar a niños de 11 años a diferentes escuelas secundarias (Yates, et. al.1953 – 1954, c.p. Anastasi, 1998). Los resultados indicaron que el grado de mejoramiento en las pruebas dependía de la naturaleza de las pruebas y de la cantidad de preparación recibida. Los niños con antecedentes educativos deficientes tenían mayores probabilidades de beneficiarse de la preparación especial que quienes ya habían adquirido una mejor educación y estaban preparados para desempeñar bien en una prueba.

Otra investigación, fue la realizada por la Junta Universitaria de Exámenes de Admisión a la Universidades en EEUU (College Entrance Examination Board) y El Consejo de Exámenes de registro de graduados (Graduate Record Examination Board) quienes se preocuparon por la proliferación de cursos comerciales que ofrecen preparar a los estudiantes que aspiran entrar en las universidades. Para esclarecer el asunto, realizó diversos experimentos controlados para determinar el efecto de la preparación sobre el Test de Aptitud Académica (SAT) y revisó los resultados obtenidos por investigadores independientes sobre este tema (Donlon, 1984; Messick, 1980, 1981; Messick y Jungeblut, 1981, c.p. Anastasi, 1998). Los estudios abarcan muchos métodos de preparación con estudiantes provenientes tanto de escuelas públicas como privadas, así como grupos minoritarios en áreas rurales y urbanas. Como conclusión explican que el ejercicio intenso en ítems parecidos a los utilizados en el SAT no produce habilidades adicionales, luego de que se aplique nuevamente después de haber transcurrido un año de instrucción regular. Sin embargo, en la medida en que la preparación sólo esté al alcance de algunos, se tienden a introducir diferencias individuales en las capacidades que tiene la persona para la presentación de exámenes, reduciéndose así la capacidad de diagnóstico del instrumento.

Parafraseando a Ovejeros (2003, p. 260), las pruebas de ingreso lo que realmente miden es el contexto social y cultural de las personas, más que cualquier otra cosa. En otras palabras quien hace el test pretende seleccionar aquellos que considera mejor adaptados a su ideal cultural y el cual supuestamente debe ser proporcionado en buena parte por la educación previa y la familia. Así que el que se aleje del contexto de clase media o media alta, occidentalizada, urbana y altamente escolarizada, o en otras palabras se aleje de la integración de la sociedad capitalista, cristiana y urbana occidental y la aceptación e incluso internalización de sus valores, que son los de la clase media (ob. Cit, p. 261), tendrá serias dificultades porque no podrá repetir las conductas estereotipadas que se espera de él o ella como fruto de su tránsito escolar.

Las pruebas además, se diseñan para medir el conocimiento estático de la persona, lo que se supone que debe saber hasta ese momento y no indaga sobre las potencialidades del individuo, tal como crítica Sternberg (1999, p. 35) “Hemos desarrollado una adicción a los test que miden la inteligencia inerte, no los resultados efectivos o las potencialidades para alcanzarlos”. A lo señalado, es necesario incorporar otros elementos discriminantes de la prueba, tales como el costo de registro, el costo de transacción, el acceso a la información sobre cuando y donde se realizará, como llegar al sitio de aplicación y si se está interesado en optar a otras carreras, poder sincronizar la presentación en cada sitio, tener suerte de que no le coincidan y disponer del suficiente presupuesto para costearla.

Efectos de la PAA y la pruebas internas sobre el ingreso a las Universidades

El efecto perverso de las pruebas sobre la composición socioeconómica de los aspirantes en la educación superior puede observarse en aquellas carreras e instituciones donde se emplean como el medio de ingreso por excelencia. Para ello basta observar la composición socioeconómica de los estudiantes de algunas instituciones de educación superior oficiales del país, reflejadas en los estudios sobre el Perfil del estudiante (LUZ, 2005) de educación superior, tal como se muestra en la siguiente tabla:

Tabla 1. Distribución de los estudiantes por estratos socioeconómicos, promedio de años 2000, 2001 y 2002

tabla-1

Nota: Datos tomados del perfil del Estudiante (LUZ, 2005), Tabla No. 7, p.196.

Obsérvese que para estas universidades, los tres estratos más pobres, no suman más del 18% para la UNET, 17,03% para la UCV y apenas 10, 1% para la USB.

Resulta particularmente ilustrativo el caso de las carreras largas de la USB, dictadas en su sede de Sartenejas, la cual muestra la eficacia de las pruebas internas para discriminar a los estudiantes provenientes de liceos públicos. En efecto para el año 2008, de acuerdo a fuentes de la propia USB, el 91% de los que ingresaron como resultado de la aplicación de las pruebas internas provenían de colegios privados y apenas un 9% lo era de liceos públicos. La siguiente tabla es suficientemente demostrativa de esta realidad en el caso del ingreso vía Prueba Interna en carreras largas tanto en 2007 como en 2008:

Tabla 1. Ingresos a la USB por prueba interna en el período 2007-2008 para carreras largas, según tipo de plantel de origen del estudiante

Año Oficiales Privados Global
2007 102 938 1.040
2008 87 989 1.076
Totales 189 1927 2.116
% 8,93% 91,07% 100,00%

Nota: Datos tomados del Informe (USB, 2009, abril), Tabla 1.2, 1.3, p.14 y Tablas 2.3 y 2.4, p.31.

 Al observar estos datos es evidente que el justificar el uso de las pruebas como una oportunidad para aquel que no obtuvo un buen promedio en secundaria, es un pobre argumento si se deja de lado el tremendo efecto discriminatorio de las pruebas sobre vastos sectores de la población. Este resultado no es casual, todo lo contrario, constituye una muestra más de los efectos discriminadores en el ingreso de la aplicación de las pruebas internas.

En otras universidades como la UCV o la UNET, el uso de las pruebas ha conducido a que la composición socioeconómica de sus estudiantes estuviese sesgada fuertemente hacia los sectores más favorecidos económicamente, al punto que por su composición social parecen universidades privadas. Es importante señalar una reflexión acerca de la composición socioeconómica de los estudiantes que ingresaban a las universidades, la cual de acuerdo con el Perfil del estudiante de nuevo ingreso de las universidades venezolanas  (LUZ, 2005, pp. 192, 193):

(…) corresponde mayoritariamente al estrato medio de la población con 94% del total, el cual a su vez está subdividido en estrato medio-medio  (41,5%), medio-alto (27,8%), y medio-bajo (24,7%) (…) Si sumamos los porcentajes obtenidos en los estratos alto, medio alto y medio-medio, se obtiene que en los mismos se concentra el 73% de la población evaluada, mientras que si sumamos el estrato medio bajo con el estrato bajo y la pobreza crítica, se obtiene un 26,9%. Estos resultados pueden indicar que los estudiantes ubicados en estratos inferiores: medio-bajo, bajo y pobreza crítica, tienen una menor posibilidad de acceder (…)

El caso de la USB resultaba bien significativo, la siguiente tabla lo expresa claramente:

Tabla 2: Composición socioeconómica de la matrícula estudiantil de nuevo ingreso a la Universidad Simón Bolívar, correspondiente al período (2000 – 2002)  

Año Estrato Alto Estrato medio alto Estrato medio -medio Estrato medio-bajo Estrato bajo Pobreza crítica
2000 15,0 59,4 21,3 4,1 0,2 0,0
2001 13,1 49,1 27,3 9.9 0,6 0,0
2002 7,4 44,0 33,0 15,1 0,4 0,0
Promedio 11,8 50,8 27,2 9,7 0,4 0,0

Nota. Datos tomados del Perfil del Estudiante de nuevo ingreso de las Universidades venezolanas  (LUZ, 2005) p. 196.

 Durante los años 2000, 2001 y 2002 se evidencia un mayor porcentaje de los estudiantes pertenecientes a los estratos alto, medio,  medio alto y, mientras que los de los estratos medio bajo y abajo los porcentajes de matrícula estudiantil de nuevo ingreso son significativamente menores, lo que resultaba paradójico tratándose de una universidad pública.

De mantenerse la Prueba Interna como única o principal modalidad de ingreso en todas las universidades públicas del país, ésta realidad difícilmente podría revertirse, a fin de garantizarle a la población igualdad de oportunidades y que las universidades públicas sean al menos, un reflejo de la composición social del país.

El caso de la Prueba de Aptitud Académica aplicada por OPSU hasta 2007

En el caso de la PAA, se señalaba que la misma no era la causa de la discriminación en el ingreso, ya que el porcentaje de personas asignadas por esta vía se redujo considerablemente frente a otras formas de ingreso. Conviene analizar con detalle este planteamiento pues sugiere que si la PAA se aplicase de manera masiva, entonces no se produciría ningún tipo de discriminación. Sin embargo, si se examina en detalle la composición socioeconómica del segmento de asignados por vía de la PAA, en especial de los últimos años (para disminuir el efecto de crecimiento de la cobertura), es decir de 2006 (34,19%) y 2007 (33,59%), y se la compara con el proceso de asignación multivariable OPSU-CNU, en los años 2008 y 2009 (52,20 y 54,47%), se observa que la PAA asignaba en un 20% menos en los niveles socioeconómicos más bajos (estratos IV y V) con relación al modelo multivariable, tal como se observa en las Tablas 3 y 4 siguientes:

Tabla 3. Asignados vía CNU-OPSU por nivel socioeconómico, 1989-2009

t3

Nota. Datos tomados de Proceso Nacional en cifras Nos. 5, 6, 7 y 8 de la OPSU.

Tabla 4. Porcentaje de asignados vía CNU-OPSU por nivel socioeconómico, 1989-2009

t31

Nota. Elaboración propia en base a datos de la Tabla 3.

El  modelo psicológico subyacente a la PAA, considera la inteligencia y la aptitud íntimamente relacionadas y que ésta última es indicador de la primera, esto tiene varias implicaciones:

  1. Se nace con una determinada aptitud en determinadas cantidades, que no puede pasar más allá de ciertos límites. Por lo tanto no hay forma de adquirirlas, sino se la tiene, o si se la tiene en poca cantidad, no hay forma de incrementarla. Las pruebas se desarrollan entonces para descubrir estas supuestas aptitudes innatas, con independencia del currículo.
  2. La PAA sólo evaluaba los aspectos de Comprensión de Lectura y Razonamiento Matemático. En el caso de la Comprensión Lectora, las autoras Díaz y Pérez señalaron (2008, p. 31) que el mecanismo que se venía utilizando no puede considerarse ni como un mecanismo equitativo ni como una Prueba de Aptitud Académica. Por una parte porque su función no era explorar las capacidades y aptitudes para una determinada área del conocimiento y, por otra parte porque la Subprueba de Comprensión de Lectura estaba diseñada para evaluar las competencias ideales que en la práctica la mayor parte de los bachilleres venezolanos no posee. De allí que la PAA se constituyó en instrumento de exclusión de los ya marginados desde el punto de vista sociocultural y educativo.

 La experiencia muestra que las personas que se adiestran para presentar dichas pruebas obtienen calificaciones más altas que quienes no lo hicieron, de modo que si una persona se puede entrenar para una prueba, entonces la prueba finalmente lo que está midiendo son aprendizajes adquiridos no innatos. Estos resultados contradicen entonces el fundamento psicológico de la prueba, porque demuestran que los supuestos rasgos inmutables pueden ser aprendidos.

La PAA dejaba de lado otros aspectos que pudieran ser significativos para la carrera elegida. Por otro lado como hay varias aptitudes, las pruebas deberían medir cada una de ellas, sin embargo sólo se evaluaban la comprensión lectora y el razonamiento matemático.

Aunque faltan más estudios comparativos entre los efectos en la prosecución de las cohortes que ingresaron por la PAA de la OPSU hasta 2007, con la más recientes del modelo multivariable, se puede realizar una observación interesante en el caso de la USB en los años 2007 y 2008 en el único período comparable, es decir septiembre-diciembre. Los ingresados por medio del modelo multivariable tuvieron mejor rendimiento que los asignados vía PAA, tal como se muestra en la siguiente tabla:

Tabla 4: Comparación de rendimiento académico de ingresados vía OPSU a la USB en el trimestre sept-dic 2008 en carreras largas.

Concepto Año 2007 (PAA) Año 2008 (Multivariable)
Índice académico 2.5718 (σ=0.8417) 2.8198 (σ=0.6714)
Aprobados Mat 14.17% (120) 25.23% (107)
Aprobados Len 78.34% (120) 81.31% (107)
Aprobados Soc 80.00% (120) 86.92% (107)

Nota: Datos tomados del Informe (USB, 2009, abril), Tabla 1.1, p.10 y Tabla 2.1, p.28.

σ es la desviación estándar. Los números en paréntesis corresponden a la cantidad de inscritos.

Incluso cuando se les compara con los ingresos por vías de la Pruebas Internas de la USB, los que ingresaron por el modelo multivariable a dicha universidad para carreras cortas, tuvieron mejor rendimiento que el resto de los grupos que ingresaron por prueba interna o Curso de Iniciación Universitaria, tal como se muestra en la siguiente tabla:

Tabla 6: Estudiantes de carreras cortas por tipo de ingreso, índice académico, sede Camurí, año 2008.

Tipo de ingreso Índice Académico
Prueba Interna 3.0124
Aprobados CIU 2,9501
Ingreso OPSU (RUSNIES) 3,0752

 Nota. Datos tomados del Informe de rendimiento académico de las cohortes 2007 y 2008 (USB, 2009, abril), Tabla 2.6, p. 34.

La siguiente figura reproduce la Figura 2.4 (USB, 2009, p.34) del informe en la cual se evidencia el mejor rendimiento de los asignados vía OPSU:

figura1

Figura 1. Box-Plot del índice académico total según método de ingreso – Carreras Cortas  Camurí – Cohorte 2008. Tomado de USB (2009, abril), Figura 2.4, p. 34.

Igualmente interesante resulta el Informe de los procesos de admisión 2006, 2007 y 2008 en la Facultad Experimental de Ciencias y Tecnología de la UC (FACYT, 2009), en el cual se señalaba que una medición del rendimiento entre estudiantes cuyo ingreso fue por CNU, en comparación con estudiantes cuyo ingreso fue por la Prueba de Admisión Interna (PAI), mostró un comportamiento similar en ambos grupos, dejando en entredicho el argumento según el cual la PAI garantizaba una mejor selección de los estudiantes que la selección realizada por el CNU. Asimismo, los elementos negativos asociados a la realización de la PAI, vale decir, sesgo geográfico y/o socioeconómico en la selección, enorme cantidad de recursos humanos y materiales para su realización y vicios de oferta engañosa al ofrecer sólo una reducida cantidad de cupos en relación a la cantidad de aspirantes, permitieron al Consejo de Facultad de la FACYT, determinar que no se justificaba el proceso interno.

Todas estas evidencias muestran que no es posible continuar afirmando que las pruebas internas o la antigua PAA, constituyan mecanismos que garanticen la escogencia de estudiantes de calidad.

Efecto nulo de las pruebas en la predicción del rendimiento académico.

Otro de los argumentos esgrimidos a favor de las pruebas es el de que permiten seleccionar a estudiantes de calidad y que éste es un factor importante para que la educación superior o las instituciones sean de calidad. En primer lugar el término de calidad es un concepto prestado del mundo empresarial o gerencial y tiene que ver con las expectativas que un cliente o usuario de un bien o servicio espera recibir al adquirirlos.

Trasladar el concepto de calidad al mundo educativo puede ser un tema delicado, porque habría que preguntarse quiénes son los que pueden determinar si la educación o las instituciones educativas son de calidad. Evidentemente es quien recibe el bien o servicio el que puede decir si lo es o no. De modo que en el caso de las instituciones educativas a nivel superior estas serán de calidad en la medida que las comunidades, la región o el país perciba que le están cumpliendo sus expectativas y esto lo percibirán en la medida que los procesos formativos, de investigación y vinculación sociocomunitaria que administren las instituciones de educación superior aporten beneficios tangibles a la gente.

Bajo esta visión de la calidad educativa, formar profesionales cuyas metas están en la de obtener un título e irse de inmediato a trabajar en los países capitalistas centrales, evidentemente no constituye un proceso de calidad. Es más, es un fraude a toda la nación al malgastar toda una inversión de años para formar un individuo sin sensibilidad por su país. Igual ocurre con el desarrollo de investigaciones o tecnologías que se desarrollan de acuerdo a agendas trazadas desde otras latitudes.

Todo ello lleva a cuestionarse si mediante una prueba de ingreso, realmente se logra que una institución sea de calidad. Tal vez lo que está buscando quien así opera, es a liberarse de un conjunto de obligaciones institucionales dirigidas a garantizar un adecuado seguimiento y apoyo para el mejoramiento continuo del desempeño estudiantil. Siempre será más cómodo el tratar de evitarse los problemas vinculados con deficiencias en los proceso formativos previos, o con condiciones complejas, tales como el desarraigo del joven indígena o del proveniente de una zona rural o fronteriza, o del sordo que se comunica por lengua de señas venezolana que nadie maneja en la institución o en fin con tratar con toda la complejidad y diversidad humana. Es más cómodo tener estudiantes ya debidamente entrenados, preparados para dar las respuestas estereotipadas que exige nuestro modelo educativo y sin problemas que puedan dificultar la labor docente o institucional.

Aún así, a pesar de las intenciones de seleccionar a los estudiantes de calidad, como lo llevan haciendo diversas instituciones desde hace años, esto no parece haber colocado a ninguna universidad pública venezolana entre las mejores en los rankings internacionales o si quiera latinoamericanos. En el año 2005 el ranking mundial entre las primeras 300 universidades se encuentra (Mosquera, 2008) que aparecen siete universidades Iberoamericanas en el orden siguiente:

Posición  Institución

159  Universidad Nacional Autónoma de México

188  Universidade de Sau Paulo

218   Universidade Estadual de Campinas

229   Universidad de Barcelona

244   Universidad de Buenos Aires

254   Universidad Autónoma de Madrid

297   Universidad Complutense de Madrid

Ninguna universidad venezolana aparece entre este grupo.

Obsérvese ahora otra clasificación de las mejores universidades del Continente. A continuación se presentan la lista de las diez mejores universidades de nuestro continente. El número entre paréntesis indica la posición en el «ranking» mundial según una Universidad de China.

Posición  Institución

1  Universidad Nacional Autónoma de México (59)

2  Universidade de Sao Paulo (114)

3  Universidade Estadual de Campinas (197)

4  Universidad de Chile (210)

5  Universidade Federal de Santa Catarina (234)

6  Universidad de Buenos Aires (361)

7  Universidade Federal do Rio de Janeiro (377)

8  Universidade Federal do Rio Grande do Soul (396)

9  Tecnológico de Monterrey (421)

10  Pontifica Universidad Católica de Chile (505)

Ninguna universidad venezolana se ubica entre las 10 mejores del Continente. La Universidad de Los Andes aparece en el lugar 21 (y ocupa el lugar 840 en el ámbito mundial), la Universidad Central de Venezuela en el lugar 35 (y en el 1.121 en el mundial) y la Universidad Simón Bolívar ocupa el lugar 41 (y 1.292 en el mundo).

Los datos anteriores muestran lo contrario de lo que argumentan los amigos de la segregación. Siguiendo su razonamiento simplista, podríamos más bien argumentar lo contrario. Es decir, que las políticas y prácticas de segregación en el ingreso de estudiantes ejecutadas por las universidades venezolanas no han contribuido a la “calidad” de dichas instituciones.

En cambio universidades como la Universidad de Buenos Aires (UBA), en donde el ingreso es libre, aparece entre las mejores de América Latina. Todavía en 2016 esta universidad con ingreso libre sigue siendo considerada la mejor de América Latina y la ubican el 85° puesto del ranking a nivel mundial que elabora el realiza Quacquarelli Symonds (Bär, 2016), centro de estudios sobre la educación superior.

Tampoco parecen tener mucho éxito las instituciones que manejan pruebas internas, en lograr que sus estudiantes muestren alguna ventaja significativa con respecto a otras instituciones con modalidades de ingreso más variadas y flexibles. En efecto el siguiente cuadro muestra claramente la poca diferencia entre las tasas brutas de matriculación para varias universidades venezolanas:

Tabla 11: Tasa Bruta de Graduación de las Universidades LUZ, UCV, UDO, ULA y USB (2002-2004) 

Años LUZ UCV UDO ULA USB
2002 11,34 12,64 12,76 10,26 14,53
2003 10,71 7,09 15,18 10,54 9,28
2004 12,52 11,19 5,37 10,06 14,65
PROMEDIO 11,52 10,30 11,10 10,28 12,82

Nota. Datos tomados del Boletín Estadístico 2002-2006  USB (p. 51) y de los Boletínes estadísticos de Educación Superior de la OPSU (2005, noviembre; 2005, diciembre; 2006, junio). 

 Se puede afirmar que el promedio de  graduación en estas universidades es similar, tomando en consideración que universidades como LUZ  y UDO a pesar de tener sistemas de ingreso más permeables y flexibles tienen una tasa bruta de graduación similar al de la USB, lo que quiere decir que la Prueba Interna como mecanismo de ingreso tampoco es el mejor predictor  del rendimiento que pueda tener una universidad, realidad que justifica con gran fuerza la política de eliminación de las Pruebas Internas en las Universidades.

Estos datos sugieren que el rendimiento final de los estudiantes es independiente de su forma de ingreso, razón por la cual no se justificaría la adopción de mecanismos costosos, traumáticos, excluyentes e ineficaces para ingresar en una Universidad pública, como las pruebas internas. De hecho hasta universidades privadas han decidido la eliminación de las pruebas internas y volver a emplear el promedio académico de secundaria

Conclusión

Básicamente las Pruebas Internas y la antigua PAA coincidían en dos aspectos:

  1. El efecto excluyente sobre el ingreso, al discriminar a los históricamente excluidos, los más pobres, los indígenas, las personas con discapacidad o los provenientes de ambientes rurales o fronterizos.
  2. En que ambas tienen una concepción equivocada: La PAA porque dice que aspira buscar unas supuestas aptitudes, con independencia del currículo. Las Pruebas Internas, porque evalúan un currículo que el aspirante desconoce.

Pese a todo lo antes señalado las pruebas psicométricas dentro de determinados contextos no necesariamente conducen a efectos perversos y sí pueden ser utilizadas como mecanismos de diagnóstico, tal como lo sugieren Díaz y Pérez (2008) y Ovejeros (2003, p. 261) o cómo el propio Binet las utilizaba para ayudar a los profesores a conocer mejor las “cojeras” de sus alumnos y así poder ayudarlos más y mejor. Además combinadas con teorías modernas e integrales sobre la inteligencia humana y haciendo uso de avances en exploración de las potencialidades de aprendizaje pueden ser realmente útiles. Lo que nunca será aceptable es que se las utilice para excluir.

Bibliografía

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[1] Para ahondar aún mas en el tema de la psicometría, su uso con fines discriminatorios y cómo Hitler los tomó como ejemplo, a continuación se cita directamente de su libro Mi Lucha, 9a edición, Editorial Época, México, pp.163-164´, Capítulo III Súbditos y Ciudadanos:

Bien sé que todo esto se oye con desagrado; mas, difícilmente podrá imaginarse la existencia de algo que sea más ilógico y absurdo que nuestro actual derecho de ciudadanía. Existe una nación extranjera, en la cual se deja ya sentir por lo menos tímidamente, la iniciación de un mejor criterio: es en los Estados Unidos de Norteamérica, donde se nota el empeño de buscar orden en este orden el consejo de la razón. Al prohibir terminantemente la entrada en su territorio de inmigrantes afectados, de enfermedades infecto-contagiosas y excluir de la naturalización, sin reparo alguno, a los elementos de determinadas razas, Los EEUU., reconocen en parte el principio que fundamenta la concepción racial del Estado nacionalsocialista.

La prohibición de que habla Hitler es la Inmigration Restriction Act de 1924, la cual se aprobó basándose en los resultados de unos test de inteligencia publicados en 1921, aplicados en el ejercito por un  grupo de psicometristas (Yerkes, Terman, Goddard) a 1.750.000 soldados, en la cual supuestamente se demostraba la inferioridad de los europeos no germánicos, judíos y por supuesto negros. Aunque algunos de estos psicometristas, se arrepentirían mas tarde, la prohibición continúo, impidiendo según algunos autores como (Chace, Legacy of Malthus, 1977), la entrada de 6 millones de europeos entre 1924 y el inicio de la segunda guerra mundial. Hoy día sabemos los que les pasó a mucho de ellos.

Imagen tomada de: http://www.aspirapr.org/wp-content/uploads/2014/06/collegeBoard130404nt.jpg

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Los nefastos efectos de la kakonomía universitaria venezolana

Por: Bernardo Ancidey

El término acuñado por la filósofa italiana Gloria Origgi (1) significa la preferencia por los intercambios de baja calidad o mediocres. El prefijo griego “kako” significa excremento y la palabra se puede traducir en algo así como la «economía de lo malo», es decir la aparentemente extraña preferencia por cometidos de baja calidad. En una transacción kakonómica, ambas partes acuerdan implícitamente rebajar los estándares de calidad, la parte que entrega el producto o servicio no se esfuerza por hacerlo bien y quien lo recibe o revisa, acepta lo entregado descuidando sus propias obligaciones e intereses. El beneficio final es menos stress para las partes.

El concepto describe la complicidad aparente entre algunas autoridades universitarias y quienes deben ejercer una vigilancia continuada sobre la educación superior pública venezolana. Las primeras no se preocupan por realizar una planificación de los cupos con un mínimo de sentido común, y las segundas tampoco revisan con el cuidado debido, la información que consignan las primeras. Ambas partes incumplen sus obligaciones y todos se relajan. Excepto que la educación universitaria paso a paso se convierte en una estafa al país de gigantescas proporciones.

En un artículo anterior (2) se mostró como cada año sobran plazas en las universidades públicas venezolanas, mientras que miles de aspirantes se quedan esperando por un nuevo proceso o deben prepararse para costear sus estudios en el sector privado. El desperdicio de cupos se adjudicó a dos factores principales: en un caso, corresponden a la oferta de opciones de estudio que los aspirantes no desean y en el otro, a que son fruto de una deficiente planificación que creó mucho más plazas que las requeridas. A continuación, se analizan con mayor detalle estos dos factores bajo la perspectiva metodológica del Análisis Exploratorio de Datos ( (3) y (4)) aplicado al resultado del proceso de asignación de cupos del 04/07/2016. En dicho proceso 60 instituciones ofertaron 311 mil 954 cupos en 1 mil 638 disciplinas en todo el país (5).

 

Los factores explicativos

  1. La percepción social acerca de las carreras universitarias

En Venezuela las personas concentran sus preferencias de estudio en unas pocas disciplinas denominadas a veces como “tradicionales”, aunque es más adecuado, denominarlas “atractivas”. Entre ellas destacan: Medicina, Administración, Derecho, Comunicación Social, Sistemas e Informática, Psicología, Odontología, Ingeniería Civil, Contaduría, y hasta hace poco Educación Integral (en (6) se mostró la pérdida de atractividad de esta carrera) y Preescolar, entre otras. En contrapartida, más del 80% de la oferta de las disciplinas ofrecidas, entre las cuales se encuentran muchas consideradas prioritarias, pasan desapercibidas. Ellas son las poco atractivas o “neutras”, tales como: agroalimentarias, ciencias básicas, la mayor parte de las menciones de Educación, las humanísticas derivadas de filosofía y las técnicas cortas.

La asimetría en las preferencias conduce a que en cada proceso anual de asignación de plazas, siempre falten cupos en las favoritas, mientras que sobran en las neutras. No es raro, aunque si alarmante, detectar en el listado de Índice, Cupos y Demanda 2016 (5) de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), que carreras y Programas de Formación de Grado (PFG), como el de Gestión Social para el Desarrollo Local de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), no tengan ningún demandante. Así, 1 mil 620 cupos en sus cinco (5) sedes quedaron vacantes. Tampoco sorprende que Educación Intercultural Bilingüe del Instituto Pedagógico Rural de Mácaro (UPEL IPRM) en Turmero, ofrezca 426 cupos y la demanda total, es decir la suma de todas las personas que eligieron esta carrera sin importar el orden de preferencia en que lo hicieron, sea de apenas 169 personas.

Situaciones similares, aunque menos extremas, se encuentran en el listado de la OPSU (5) en carreras como Educación Mención Química, en las Universidades de Oriente (UDO) y Zulia (LUZ), en las cuales los cupos disponibles en sus campus principales de Cumaná y Maracaibo, son de 50 y 194 cupos respectivamente, pero la demanda en primera opción son de apenas 1 y 9 aspirantes y la demanda total llegan a 32 y 125 personas.

Estas situaciones pueden ser fácilmente explicadas, se trata de carreras “neutras” con poco o ningún atractivo, de modo que pocas personas las consideran como opción de estudio y futuro ocupacional. En todo caso, se impone desarrollar políticas públicas para promoverlas como alternativas atractivas para los jóvenes. Ahora bien, aunque en estos casos tenemos un obvio problema de planificación éste tiene raíces sociales difíciles de revertir. No obstante, los casos siguientes que caen dentro del segundo factor exigen una explicación y corrección inmediata por parte de las autoridades universitarias.

  1. Planificación deficiente o inexistente.

Al ordenar los datos de la primera corrida del proceso de asignación de cupos del 04/07/2016 (5), de acuerdo a la demanda total y en primera opción, se obtienen situaciones que podrían adjudicarse a una falta total y absoluta de racionalidad por parte de las autoridades universitarias responsables de planificar el cupo universitario:

  1. El “Top Ten” de la planificación equívoca lo encabeza la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ), la cual en su núcleo de Barinas ofertó 6 mil 5 cupos para Medicina Integral Comunitaria (una disciplina atractiva), pero la demanda en primera opción fue de 1 mil 82 aspirantes y la demanda total llegó a 2 mil 947 personas. Es decir, que en el mejor de los casos, suponiendo que ingresaran todos aquellos que seleccionaron esa disciplina en cualquier orden de preferencia, el exceso sería de 3 mil 58 plazas. Esta cifra equivale a la matrícula total de una institución universitaria de medianas proporciones.
  2. Sigue la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) en San Juan de Los Morros, con 2 mil 651 cupos en Educación Integral para una demanda en primera opción de solo 33 aspirantes y una demanda total de apenas 197 personas. El exceso, otra vez en el mejor de los casos, alcanzó los 2 mil 454 cupos que se quedaran congelados. Proporcionalmente, esta situación es peor que la anterior, porque aquel tiene una demanda total de un 49% del total de cupos ofrecidos, mientras que en este caso, representa apenas el 7% de las plazas utilizables.
  3. El tercer y cuarto lugar lo ocupa el Instituto Pedagógico Rural del Mácaro (UPEL IPRM), con las carreras de Educación en las especialidades Rural y Preescolar, con plazas para 1 mil 326 y 1 mil 451 estudiantes respectivamente, con una demanda en primera opción de 32 y 106 aspirantes y una demanda total de 219 y 414 personas. Es de notar que antes se comentó el caso de la carrera de Educación Intercultural Bilingüe en esta misma institución. Y si se mira la otra carrera que se imparte allí, Educación Especialidad Educación Integral, el resultado tampoco es alentador: 968 cupos para una demanda en primera opción de 123 aspirantes y una total de 456 personas. En síntesis, esta institución ofreció un total de 4 mil 171 cupos pero solo 1 mil 258 aspirantes se interesaron por seleccionarlos.
  4. El quinto lugar nuevamente lo ocupa la UNESR, núcleo San Juan de los Morros, en la carrera Administración Mención Informática, con 984 plazas, para una demanda en primera opción de solo 16 personas y una demanda total de 151 aspirantes. En este núcleo también está la carrera que ocupa el noveno lugar del “Top Ten”: Administración Mención Recursos Humanos, con 983 plazas, para 49 demandantes en primera opción y 352 personas como demanda total.
  5. De sexto lugar, otra vez la UNESR pero en el núcleo Zaraza, con la carrera Educación Mención Agropecuaria (no atractiva), con 850 plazas para 29 demandantes en primera opción y una demanda total de 197 personas.
  6. Sigue en el octavo y noveno lugar la UBV en su sedes de Maracaibo y Punto Fijo, con el Programa de Formación de Grado de Gestión Ambiental, con 800 cupos, 27 demandantes en primera opción y una demanda total de 148 personas en Maracaibo; mientras que en Punto Fijo se ofrecieron 800 cupos, hubo 29 demandantes en primera opción y una demanda total de 166 personas.

Otras formas de desperdiciar cupos

  1. Sobrecapacidades planeadas

Existen otras instituciones con severas dificultades de planificación y no aparecen en el “Top Ten” por la menor magnitud de los cupos ofertados, sin embargo emergen cuando se agrupan los datos según los valores más pequeños de demanda por primera opción y demanda total para cada institución, extensión o núcleo. En ese caso, sobresale la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM), con extensiones que incluyen carreras y PNF atractivos y sin embargo, faltan las personas que las soliciten, tal como se devela en la Tabla 1:

Tabla 1. Extensiones de la UNEFM con demandas totales inferiores a 10 personas en el año 2016.

Extensión Carrera/PNF Cupos Demanda 1era opción Demanda Total Cupos sobrantes totales
Falcón Municipio Dabajuro Ingeniería Mecánica 120 1 1 119
Falcón Municipio Dabajuro Desarrollo Empresarial 120 2 8 112
Falcón Municipio Dabajuro PNF en Enfermería Integral 60 3 6 54
Falcón Municipio Federación PNF en Enfermería Integral Comunitaria 100 1 6 94
Falcón Municipio Federación Ingeniería Industrial 60 2 5 55
Falcón Municipio Tocópero PNF en Enfermería Integral Comunitaria 210 0 0 210
Falcón Municipio Tocópero Ingeniería Civil 160 0 0 160
Falcón Municipio Tocópero Ingeniería Industrial 160 1 1 159
Falcón Municipio Tocópero Ingeniería Mecánica 160 0 3 157
Falcón Municipio Tocópero Medicina Veterinaria 160 1 6 154
Falcón Municipio Tocópero Desarrollo Empresarial 140 0 0 140
Falcón Municipio Tocópero Educación Lenguas Extranjeras Mención Inglés 120 0 0 120
Falcón Municipio Tocópero Educación Mención Agropecuaria 60 0 0 60
Yaracuy Municipio Manuel Monge Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo 80 1 1 79
Yaracuy Municipio Veroes Educación Mención Música 40 0 3 37
Falcón-Municipio Colina Desarrollo Empresarial 80 0 0 80
Falcón-Municipio Petit Ingeniería Agronómica 60 0 0 60
Falcón-Municipio Petit PNF en Enfermería Integral Comunitaria 40 0 0 40
Falcón-Municipio San Francisco Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo 60 0 1 59
Falcón-Municipio Zamora Ingeniería Agronómica 60 0 0 60
Totales 2.050 12 41 2.009

Al ver esas cifras surge la pregunta si no hubiese sido más sencillo trasladar 41 personas a Coro u otra localidad donde ya se ofrezcan esas carreras, en vez de abrir 20 carreras y 9 extensiones. Esto no es masificación, es desperdicio. La Misión Sucre, con sus ofertas municipalizadas flexibles, hubiese sido otra opción más adecuada para ofrecer estudios universitarios en sitios rurales de escasa población, como parece ser el caso de la ubicación de las extensiones de la UNEFM.

Crear o abrir una oferta de estudios, implica un análisis serio de la demografía, economía, servicios presentes, necesidades de la población, planes y proyectos para la zona, así como una evaluación de alternativas. La improvisación, el empirismo y el voluntarismo, solo conducen a malbaratar recursos o dejar comunidades insatisfechas.

  1. Sobrecapacidades derivadas

Además de los anteriores casos extremos, existen otros moderados en los cuales se observa una diferencia significativa entre la cantidad de cupos disponibles y la demanda en primera opción, además, la demanda total supera la oferta. Esta situación es más acusada en el caso de las universidades más demandadas, como el caso del PNF en Educación para las Artes en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE) en Nueva Esparta, con 65 cupos, 4 demandantes en primera opción y 90 aspirantes como demanda total. La carrera no es atractiva, pero permite ingresar a UNEARTE si se la marcó entre las opciones menos preferidas. Luego de ingresado, el nuevo estudiante buscará el cambio hacia su carrera preferida, probablemente Artes Audiovisuales en la misma institución, la cual apenas ofrece 20 cupos y la piden en primera opción 77 personas, y 248 personas como demanda total.

Disciplinas con el perfil antes descrito para el PNF de Educación para las Artes, reflejarán una alta deserción y por tanto una baja tasa de asignación efectiva (% asignados/inscritos). Los asignados no se inscribirán, otros se inscribirán pero se cambiarán o desertarán al poco tiempo de ingresar, sin embargo la carrera seguirá mostrando un alto índice académico de entrada. Este tipo de índices no reflejan la realidad porque presentan carreras neutras como atractivas. La práctica de usar estas carreras como “trampolín” para ir a la carrera favorita luego de ingresar a la universidad, es bastante común en instituciones que sirven a grandes poblaciones y ofertan un menú variado entre carreras atractivas y neutras. Todo lo cual genera una fuerte presión derivada de la competencia por los cupos de las atractivas.

La situación descrita antes, es un efecto indeseado del Modelo de Asignación Multivariable y tiene una fácil solución: permitir el ingreso libre en las carreras neutras, impidiendo el cambio por un período de tiempo, y aplicar mecanismos de selección solo para carreras con numero clausus, donde la demanda supere a la oferta. De esta manera irán a las carreras neutras solo los aspirantes que en verdad deseen cursarlas. La depuración de la matrícula estudiantil y la sinceración de las estadísticas serían automáticas.

La imagen global del problema

Esta imagen se obtiene al inspeccionar cómo se distribuyen los 46 mil 86 cupos que sobrarán irremediablemente en 2016 (2), discriminados por instituciones y carreras/PNF/PFG. Con estos datos se determinan quienes son los que contribuyen en mayor medida al problema y por tanto los que ameritan una acción sin demora. En palabras gerenciales se trata de obtener el diagrama de Pareto que discrimine los pocos vitales de los muchos triviales.

  1. Por Universidad

El cálculo por universidad es inmediato. Son 29 instituciones que planificaron cupos en exceso para ciertas disciplinas superando la demanda total. El Gráfico No. 1 muestra el diagrama de torta con las más relevantes:

Gráfico 1 Universidades con mayores cantidades de cupos sobrantes

Gráfico 1. Universidades con mayores cantidades de cupos sobrantes en el año 2016. Elaboración propia.

Obsérvese que las siete primeras universidades, 24% de las 29 con cupos sobrantes, contribuyen con el 89% del total de estos últimos. La UNESR es el caso más delicado, porque además de representar el 40% de los cupos sobrantes, 18 mil 334 cupos, es la segunda institución que más plazas ofreció este año: 47 mil 242 cupos de un total nacional de 311 mil 954 plazas.

La cifra de cupos ofertados por la UNESR solo fue superada por la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional (UNEFA) con 59 mil 661 plazas abiertas. La evidencia concuerda con el comportamiento tan irregular de la demanda de la UNESR a lo largo de un período de quince años, entre 1999 y 2013, detectado en un trabajo anterior (7), en el cual se observaron variaciones cercanas a los 20 mil aspirantes. La situación amerita profundizar la investigación porque las ofertas de la UNESR son mayoritariamente carreras atractivas las cuales, en principio, deberían recibir una gran demanda.

  1. Por disciplinas

La segunda imagen global la proporciona el análisis desde la perspectiva de las opciones de estudio con más cupos sobrantes. Para realizar el gráfico se consideraron como iguales carreras/PNF/PFG con denominaciones distintas pero que entregan títulos homologables, resultando un total de 78 disciplinas con plazas disponibles vacías. El Gráfico No. 2 presenta en un diagrama de torta los resultados:

Gráfico 2 Disciplinas con màs cupos sobrantes en 2016

Gráfico 2. Disciplinas con más cupos en el año 2016. Elaboración propia.

Al igual que en el caso de las universidades, la mayor contribución deriva de las primeras 21 disciplinas, las cuales aunque representan el 27% del total de carreras con cupos sobrantes, acumulan el 80% de las plazas sobrantes. La mayoría, como es de esperar, correspondió a carreras neutras como Educación, con menciones en Educación Integral, Preescolar, Agropecuaria, Matemática, Rural, Inglés y Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo; y Geografía e Historia. También aparecen Gestión Ambiental y Gestión Social Para el Desarrollo Local de la UBV y las relacionadas con el área agroalimentaria, como Administración de Empresas Agropecuarias, Ingeniería Agroindustrial e Ingeniería Agronómica de Producción Vegetal.

La sorpresa fue encontrar varias atractivas como Medicina Integral Comunitaria, Administración, Contaduría Pública, Ingeniería de Sistemas, Ingenierías Civil, Gas y Mecánica; y Enfermería. Esta situación es indicativa de una planificación descuidada. Lo usual es que falten cupos para las opciones atractivas, a menos que la planificación de la oferta haya sido muy sobreestimada, como en efecto parece haber ocurrido.

Conclusiones y recomendaciones

Urge que las autoridades tomen medidas inmediatas para racionalizar el uso de los recursos destinados a la educación universitaria. Especial atención deben dedicar los cuerpos directivos de las siguientes instituciones: UNELLEZ, UBV, UPEL (Mácaro), UNESR, UNEFM, UNEFA, UNERMB, UDO, UTDFT (Tucupita), UPTAAPC (Mantecal), UPTJAA (Pariaguán), UPTJFR (Barinas), UNESUR (Santa Bárbara), IUTB (Bolívar), UNERG (Mapire), IUTLL (Altagracia de Orituco). Igualmente es necesario inspeccionar casos como los de UC en Educación o el del IUTM en Contaduría Pública, en los cuales se presenta una escasa demanda en primera opción para carreras atractivas.

El hecho que la mayoría de las instituciones identificadas son afectas a la actual gestión de gobierno, no es motivo para pensar que las otras salgan mejor libradas:

  • En primer lugar, las primeras son 46 instituciones que aportan el 80% de la oferta mientras las segundas son 14 y aportan el 20% restante de cupos. El crecimiento matricular y de nuevas ofertas de estudio de las primeras ha sido explosivo en los últimos años y todo esto genera dificultades en la planificación.
  • En segundo lugar, también las segundas presentan problemas de planificación que se ocultan durante el proceso de asignación. La mayoría se encuentra en zonas densamente pobladas y desde hace años, como lo muestra Ramírez para la ULA y la UCV ((8) y (9)), disminuyen su oferta de cupos o la restringen, aún en momentos de crecimiento presupuestario y del personal. De esa manera siempre la demanda será superior a la oferta, incluso en carreras neutras que, como se analizó antes, se utilizan como trampolín hacia carreras atractivas.
  • En tercer lugar, los problemas de asignación efectiva, deserción y alargamiento de los estudios, liquidan los beneficios de una mayor asignación relativa de cupos.
  • En cuarto lugar, la oferta de algunas instituciones fue tan exigua, de menos de 10 plazas, como en los núcleos Cagua y Barquisimeto de la UCV, que dificulta el análisis.

En todo caso un estudio detallado de la situación descrita antes, amerita un nuevo artículo apoyado con las estadísticas respectivas.

Finalmente, luego de revisar el conjunto de evidencias presentadas, seguramente las autoridades universitarias presentarán sus argumentos y ojalá que lo hagan, en aras de un sano debate. Y puede que en algunos casos existan razones con capacidad suficiente para dar cuenta de estos resultados, como por ejemplo: carreras/ PFG/PNF nuevos que todavía son desconocidos por los aspirantes, errores materiales en la transcripción de los datos, decisiones motivadas por fines inmediatos electorales, maquillajes para compensar presupuestos deficitarios, entre otras.

Sin embargo, la duda persistirá más allá de la consideración de casos individuales, porque como se señaló en un artículo anterior (2), los cupos sobrantes tienden a incrementarse proporcionalmente a medida que aumenta la capacidad del sistema. La masificación es buena si se la proyecta con racionalidad y calidad. La constancia del 15% de cupos ofertados que se quedan fríos en los últimos años es, lamentablemente, una evidencia de que la kakonomía en la planificación de los cupos es una práctica consuetudinaria e irracional en el sistema universitario venezolano.

Bibliografía

  1. Origgi, G. Edge.org. Kakonomics. [En línea] 2011. [Citado el: 26 de Agosto de 2016.] https://www.edge.org/response-detail/10993.
  2. Ancidey, B. Otras Voces en Educación. En Venezuela sobran 46.086 cupos en universidades públicas. [En línea] 27 de Agosto de 2016. [Citado el: 27 de Agosto de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/150084.
  3. Tukey, J. W. Exploratory Data Analysis. Reading, Massachusetts, EEEUU : Addison-Wesley., 1977.
  4. We need both exploratory and confirmatory. Tukey, J. W. 1, 1980, The American Statistician, Vol. 34, págs. 23-25.
  5. Oficina de Planificación del Sector Universitario. Oficina de Planificación del Sector Universitario. Sistema Nacional de Ingreso. Índice, Cupos y Demanda 2016. [En línea] 4 de Julio de 2016. [Citado el: 25 de Agosto de 2016.] ingreso.opsu.gob.ve/descargas/demanda.pdf.
  6. La reina roja de Alicia en el Espejo y las carreras universitarias, Ponencia aceptada. Ancidey, B. Caracas : Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela, 2016. XIV Jornada de Investigación y V Congreso Internacional de Educación 2016, Ciudad Universitaria de Caracas, 18, 19, 20 y 21 de octubre de 2016.
  7. Atractividad cuántica universitaria, ponencia en revisión. Ancidey, B. Caracas : Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela, 2016. XIV Jornada de Investigación y V Congreso Internacional de Educación 2016, Ciudad Universitaria de Caracas, 18, 19, 20 y 21 de octubre de 2016.
  8. Universidad de Los Andes: un presupuesto reconducido que ha aumentado once veces. Ramírez, Lílido. 44, Enero-Febrero de 2009, Educere, Vol. 13, págs. 11-20.
  9. La Relación Estudiante / Trabajador Universitario como Indicador de la Calidad de la Educación. Ramírez, Lílido. 33, 2010, Mundo Universitario, págs. 34-38.

 

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