Una salida desde la izquierda para la crisis de la educación pública.

«La educación pública está en crisis». Lo escuchamos todo el tiempo. El tema es por qué está en crisis, quiénes son los responsables y qué salida tiene.

Por: Christian Castillo.

Como docente universitario lo vivo todos los años. De cada cuatro jóvenes que ingresan a la universidad pública, sólo uno la termina. La mayoría de los que tienen que dejarla son hijos de trabajadores, o son trabajadores ellos mismos, que llegan agotados a las cursadas. El salario docente universitario, como el de todos los niveles educativos, sigue cayendo frente a la inflación y hay miles de docentes que no cobran, los mal llamados «ad honorem».

Si esto sucede en la universidad, el problema educativo es mucho más agudo cuando levantamos la vista y vemos la situación de los millones que empiezan los niveles iniciales y los menos que llegan al secundario.

En los últimos años vienen quedando afuera de los jardines (públicos y privados) 165 mil niños de 3 y 4 años sólo en la provincia de Buenos Aires. Menos del 50 % de los estudiantes termina la escuela secundaria en tiempo y forma, entre los que tienen que abandonar o repiten por múltiples causas, a pesar de la ley que establece la obligatoriedad para este nivel. No extraña: un 46% de los jóvenes se encuentra en situación de pobreza. Difícil que pueda mejorarse el rendimiento escolar cuando los estudiantes viven en hogares hacinados y con las necesidades básicas insatisfechas. Los docentes tienen que tratar de enseñar en aulas superpobladas, escuelas que se caen a pedazos, dejando la salud en los cursos trabajando doble o triple turno, tal como ocurre con otros trabajadores en las fábricas. La ley de financiamiento educativo establecía que en el nivel primario el 30% de las escuelas debía tener jornada extendida o completa para el año 2010. En la provincia de Buenos Aires este porcentaje llega apenas al 6% y es menor aún en el Conurbano.

El incumplimiento estatal es claro: ni el Estado nacional ni el provincial pusieron los fondos necesarios ni durante el gobierno anterior ni durante el actual para construir las escuelas o para crear los nuevos cargos docentes para cumplir esta meta elemental. Y después quieren culpar a los docentes por luchar en defensa de sus bajos salarios por la pérdida de la calidad educativa.

La dualización del sistema educativo entre un sector público cada vez más degradado y un sector privado donde concurren los hijos de los sectores más acomodados de la población (e incluso franjas de los trabajadores con mejores salarios) ha acompañado la precarización creciente de la fuerza de trabajo y la marginalización de sectores crecientes, impuesta particularmente a partir de la década de los noventa.

Hoy Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Esteban Bullrich quieren avanzar en el ataque a la educación pública, la segmentación y la privatización del sistema. Por eso eligieron a los docentes como enemigos. Antes lo habían hecho Daniel Scioli y su ministra Nora De Lucía. No nos olvidemos. Por eso el ex candidato presidencial del Frente Para la Victoria le recomendó a la gobernadora de Cambiemos cerrar la paritaria docente por decreto y dar nuevamente un aumento de miseria, después de que el año pasado el salario ya perdió diez puntos frente a la inflación.

Los funcionarios gubernamentales, que cobran quince o veinte más que un docente, no vacilan en utilizar la disputa por el salario docente como parte de la campaña electoral, utilizando a las corporaciones mediáticas y los periodistas amigos para estigmatizar a los trabajadores de la educación. Por su parte, la dirección del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) y otros gremios docentes han querido utilizar las masivas marchas de marzo para impulsar el «vamos a volver» al servicio del peronismo.

Para nosotros, al contrario que para Cambiemos, el Partido Justicialista o el Frente Renovador, la educación pública es una prioridad. El Frente de Izquierda tiene una salida. Para dar respuesta a la emergencia proponemos la renacionalización del sistema educativo, para que el Estado nacional, junto con los provinciales, garantice el financiamiento necesario para sostener una educación pública de calidad y al servicio de las necesidades e intereses de los trabajadores. Proponemos duplicar ya el salario docente con recursos de provincia y nación, y que una jornada laboral docente de seis horas (cuatro frente a clase y dos extra clase) cubra la canasta familiar. Hay que terminar con el fraude laboral y todo el salario tiene que ir al básico para computar antigüedad, aguinaldo y vacaciones.

Es hora de que la prioridad sea la educación pública y no la ganancia de las mineras, los bancos, las patronales agrarias y las corporaciones multinacionales. Proponemos terminar con los subsidios a la educación privada y la privatización de carreras y posgrados a pedido de las empresas. En vez de destinar recursos al pago de la deuda o los subsidios a los capitalistas, deben destinarse para construir las escuelas que faltan y crear cargos docentes para garantizar la jornada extendida y completa en al menos el 50% de las escuelas.

Hoy sólo se recibe uno de cada cuatro ingresantes. El Estado debe otorgar becas de media canasta familiar, 11.500 pesos, para que todos puedan terminar sus estudios terciarios y universitarios. Que se comience por la entrega de cien mil becas este mismo año con base en un impuesto extraordinario al 1% más rico de la población.

Hay que derogar inmediatamente la nefasta ley de educación superior menemista, que ha favorecido la mercantilización y la privatización periférica de los estudios universitarios, transformando en particular los estudios de posgrado en un negocio y mera fuente de recaudación de fondos.

Nuestra educación, la de millones de jóvenes, vale más que sus ganancias. Pero los ministros, tecnócratas y burócratas no pueden darle una salida a esta crisis. Necesitamos un gran Congreso Educativo Nacional, donde padres, docentes y estudiantes puedan definir un plan para salir de la crisis a donde nos llevaron los gobiernos que defienden los intereses de las patronales.

Fuente: http://www.infobae.com/opinion/2017/05/18/una-salida-desde-la-izquierda-para-la-crisis-de-la-educacion-publica/

Imagen: http://www.politicargentina.com/advf/imagenes/2016/05/5735002f6ff72_750x481.jpg

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