Alrededor de doscientos países firmaron, el 15 de octubre de 2016, un acuerdo para reducir los gases efecto invernadero que se usan en equipos de aire acondicionado y refrigerantes. Es uno de los pasos más importantes para combatir el cambio climático.
Los hidrofluorocarbonados (HFC) son uno de los más poderosos inductores del calentamiento global pues atrapan miles de veces más calor en la atmosfera terrestre que el dióxido de carbono (CO2) y permanece en ella. Sus emisiones crecen a un ritmo de un 10 % anual, en especial en los países en desarrollo.
Desde los primeros tiempos, las variaciones climáticas modelaron el destino de la humanidad y el ser humano reaccionó adaptándose, emigrando y desarrollando su inteligencia.
Durante las últimas glaciaciones, los niveles de los océanos descendieron y los hombres se desplazaron a través de puentes continentales desde Asia hacia América y las islas del Pacífico: Desde entonces se registraron numerosas migraciones, cambios y también catástrofes. Algunas de éstas tuvieron su origen en pequeñas fluctuaciones climáticas, con siglos de temperaturas levemente superiores o inferiores a la media, más sequías prolongadas. La más conocida es la pequeña era glaciar, registrada en Europa, a comienzos de La Edad Media, que provocó hambrunas, disturbios y el abandono de las colonias septentrionales, tanto en Islandia como en Groenlandia. El hombre soportó durante milenios los caprichos climáticos, recurrió a su ingenio para adaptarse, incapaz de influir en fenómenos de tal magnitud.
Hoy es un hecho científico que el clima global está en peligro, alterado por los seres humanos, desde La Revolución Industrial hasta nuestros días, debido al aumento de concentraciones de gases invernadero, tales como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos. Estos gases atraparon una porción creciente de radiación infrarroja terrestre y se espera que hagan aumentar la temperatura planetaria entre 1,5º a 4,5 °C (el llamado efecto Invernadero o calentamiento Global).
Según el acuerdo, firmado, llamado “Enmienda de Kigali”, el calendario prevé que un primer grupo de los países desarrollados reduzcan su producción y consumo de HFC un 10 %, a fines de 2019, en relación a los niveles de los años 2011 – 2013, y un 85 % antes de 2036 y de un 85% antes del año 2.036.
China, hoy la segunda potencia del mundo, y un segundo grupo de países en vías de desarrollo más los países africanos, deberán alcanzar una reducción de un 10% respecto de los niveles: desde 2.020 a 2.022, para el año 2.029, y del 80 % para el año 2.045.
India, Pakistán, Irán, Irak y los países del Golfo, no empezarán a disminuirlos hasta el año 2.028; serán reducirlos el 10 %, con respecto del período 2.024 – 2.026, en el año 2.032, y del 85 %, para el año 2.047.
El calentamiento del planeta es un riesgo que no se puede permitir el lujo de seguir oculto. Pregunto: ¿En qué grupo se ubica o se ubicará La Argentina?
La defensa de la vida es una lucha que debemos incorporar en nuestra agenda, porque compromete la condición humana. Debemos sensibilizar la concienciar de quienes aún no se percataron de la gravedad del problema y generar lazos solidarios que permitan revertir la actual tendencia histórica que llevará hacia el abismo de la autodestrucción como especie, es decir, hacia el verdadero fin de la historia.
Creo que es necesario construir un escenario energético a partir de un conjunto de suposiciones que permitan estimar de qué forma evolucionará la demanda energética en el futuro si se cumplen las presunciones en que se basa el modelo. Entre las variables que conforman la evolución de la demanda de energía se encuentran: las políticas energéticas, el contexto internacional, los precios de los combustibles energéticos, el crecimiento de la población y del consumo, el aumento de los niveles de confort exigidos y las nuevas prestaciones brindadas por artefactos eléctricos, la utilización de energías renovables, entre otros. Estas variables normalmente determinaran que el consumo vaya creciendo de forma paulatina con el paso del tiempo.
El uso de la energía renovable en Argentina en cuanto a recursos naturales es ideal para que se desarrollen. Lamentablemente no existe una política pública acorde para generar este tipo de energía. Oportunidades que solo serían visibles si se abordasen la realidad desde una perspectiva interdisciplinaria y situada en la realidad del país.
Sin embargo, el gobierno por medio de la Resolución 164 – E/2016, creo el Consejo Consultivo de Políticas Energéticas, el 29 de agosto del 2016. El cual, actuara como órgano asesor para desarrollar políticas energéticas de mediano y largo plazo (Se han olvidado del corto plazo). Sus miembros, ex secretarios radicales y peronistas ejercerán sus funciones Ad Honorem.
Entre sus funciones están:
1. Brindar opinión respecto del desarrollo e implementación de políticas energéticas concebidas para el mediano y largo plazo, sobre la base de criterios de eficiencia, diversificación, integración regional y desarrollo sustentable.
2. Proponer planes de acción y/o proyectos que contribuyan a alcanzar los objetivos de política energética definidos.
Medida con la cual no estoy muy de acuerdo… Hubiese sido más justo, llamar a las mismas personas, si de hecho son competentes y que hagan el mismo trabajo pagándoles un sueldo. Por otro lado, considero que para este tipo de funciones hubiese sido más trasparente llamar a ocupar esos cargos públicos por concurso de antecedentes. Hay mucha gente, que se ha capacitado y sabe sobre el uso y la forma de gestionar energía renovable y estaría feliz de poder hacer un aporte al país, y… Así, poder desarrollarse para lo que ha estudiado y se ha capacitado.
Energía renovable, verde, limpia, sustentable o ecológica. Todas estas palabras se pueden utilizar para referirse a aquellas energías que protegen el ambiente al no emitir gases contaminantes. Año a año, miles de millones de toneladas de dióxido de carbono llegan a la atmósfera aumentando la temperatura de la tierra. El calentamiento global es un hecho y los continuos desastres naturales son un fiel reflejo de que el mundo está diciendo basta. Y la mejor manera de combatir esta realidad es con un cambio en la matriz energética, que busque abandonar paulatinamente el uso del gas y el petróleo como principal generador de energía, y construya el camino hacia las energías sustentables.
Argentina cuenta con una enorme cantidad y una excelente calidad de recursos energéticos renovables. Tiene muy buenos vientos, no sólo en la Patagonia, sino también en las zonas serranas y montañosas del centro y el oeste del país; gran parte del territorio nacional presenta irradiaciones solares que permitirían generar electricidad, especialmente en el noroeste y en el Cuyo; tiene una extensa costa con mareas y olas, numerosos ríos y saltos de agua para proyectos hidroeléctricos de bajo impacto ambiental.
Lo que queda en claro, entonces, es que la condición para alcanzar un uso adecuado de las energías renovables, se resume en desarrollar políticas públicas acordes, que den a la industria nacional el marco adecuado para desenvolver sus capacidades y transformar la oportunidad en realidad.
El ambiente es el conjunto de todas las cosas vivas que nos rodea. De la naturaleza obtenemos agua, combustibles y materias primas que utilizamos a diario. Al abusar o hacer mal uso de los recursos naturales lo ponemos en peligro y lo agotamos. El aire, los suelos y los recursos hídricos están contaminándose; los bosques están desapareciendo, los animales se van extinguiendo por el exceso de la caza y de la pesca y también ponemos en peligro el adelgazamiento de la capa de ozono, entre otros problemas.
El cuidado del ambiente no entiende de color político ni de clases sociales ni de países ricos o pobres porque nos afecta a todos, algo que muchos líderes políticos, empresarios se niegan a entender.
A menudo nos encontramos paralizados ante la pregunta: ¿qué podemos hacer para ayudar al planeta en relación a la problemática ambiental? No es fácil la respuesta. Cada vez desgastamos más el planeta sin darle tiempo a recuperarse. Lo que nosotros gastamos en un año en impactos a la naturaleza, a la Tierra le cuesta al menos un año y seis meses recuperarse.
La contaminación de los ríos es una problemática más antigua que la ambiental pero, con el aumento de la población a las orillas de los mismos en las ciudades el volumen de desperdicios tanto orgánicos o de desagües cloacales, como químicos se incrementó de modo tal que las aguas se ven afectadas de tal forma que su composición afecta a los seres humanos que la beben tanto como a la fauna y flora. ¿Somos conscientes de la importancia del agua en el mundo y de la importancia de la biodiversidad? ¿Somos conscientes de que millones de personas carecen de acceso al agua potable? ¿Somos conscientes de cuántos millones de personas mueren cada año, principalmente niños, de enfermedades causadas por el agua insalubre?
Los problemas del agua se centran tanto en la calidad como en la cantidad. La comunidad debe conocer la importancia de su calidad y encargarse de su cuidado y preservación.
Por este motivo, luchar contra la contaminación de los ríos es de vital importancia.
Merecer el río significa saber hacer uso de él y desear que nunca deje de ser un beneficio para las personas. Merecer el río significa respetar las reglas, adoptar una actitud que contribuya a mejorar sus condiciones.
Una manera de disminuir los efectos de la contaminación de aguas seria utilizar y crear humedales artificiales porque, básicamente son zonas construidas por el hombre en los cuales se reproducen, de manera controlada, los procesos físicos, químicos y biológicos de eliminación de contaminantes que ocurren normalmente en ellos.
Tienen ventajas respecto a los sistemas de tratamiento alternativos, debido a que requieren poca o ninguna energía para funcionar. Si hay suficiente tierra barata disponible cerca de la instalación de los wetlands de cultivo acuático, puede ser una alternativa de costo efectivo. Proporcionan el hábitat para la vida silvestre, siendo estéticamente agradables a la vista.
En la actualidad, en muchos pueblos, las plantas de tratamiento ya no cumplen sus objetivos por antiguas o por mayor contaminación, debido a la actividad industrial. Construir nuevas plantas de depuración de plantas lejanas ya existentes implicaría un elevado coste; conectar las antiguas plantas con humedales artificiales puede ser una alternativa económica y ecológicamente aceptable.
*Articulo tomado de: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Agua/Como-cuidar-las-aguas-de-un-rio
Los parques son elementos claves para mantener una buena calidad de vida y favorecer el placer de las personas: una ciudad que no pueda ofrecer suficiente cantidad de estos espacios públicos homogéneos -proporcional al número de personas- se convierte en un hábitat que conspira contra su bienestar.
Construir una ciudad que merezca vivirse y lograr una forma de vida confortable debe tener entre sus ejes estratégicos esas áreas verdes. Algunas se desarrollan por acción natural; otras son creadas por el hombre que impulsa el cultivo de las plantas con un fin. El ser humano incide en el desarrollo o el declive de ellas, que surgieron naturalmente y no fueron plantadas.
Si se compara la cantidad de plazas públicas respecto a otras de América latina, nuestra capital sale perdiendo: en un ranking de diez ciudades, elaborado por la ONU, incluidas México DF, San Pablo y Santiago, de Chile, quedó en penúltimo lugar, con 6 mts2 por habitante. Sólo Lima queda detrás, con dos mts2. La proporción bajó de 6 mts2 en el 2006 a 5,9 mts2 en el 2014. Parece poca la diferencia pero, como el número ya es muy bajo es importante para prestarle atención.
En un año perdió 26.5 hectáreas mientras sumó 1.8 hectáreas en plazas . Los barrios con más parques son: Puerto Madero, San Nicolás, Retiro, Montserrat, San Telmo y Constitución. Los barrios con menos áreas plantadas son Almagro y Boedo.
En el gobierno, el Ministro de Ambiente Eduardo Macchiavelli, admitió la falta de espacios verdes pero destacó que sería uno de los aspectos por mejorar durante su gestión.
La importancia de contar con la suficiente cantidad recae en cumplir, para así cuantificar y valorar las bondades ecológicas de la existencia de árboles y de plazas conocer la calidad ambiental de un área urbana.
El déficit que presentan tantas ciudades argentinas obedece a no haber acompañado el desarrollo urbano. La falta de inversión en espacios verdes se ve en destinar menos sitios para aumentarlos.
A algunos gobiernos municipales les cuesta concebir esta sencilla regla: al aumentar la densidad de la población, las plazas ven desbordada en su capacidad, lo cual requiere la necesidad de construir otras. La importancia de ellas en las urbes radica en los efectos positivos que tienen sobre la población, efectos que pueden manifestarse en el ámbito social: en la conciencia ambiental, en el bienestar sociocultural y en la salud psíquica y física de los ciudadanos.
Entre los servicios ambientales que estas áreas verdes urbanas prestan a la ciudad tenemos: la captación de agua pluvial, la generación de oxígeno, la disminución de los niveles de contaminantes en el aire; la disminución de los efectos de las llamadas “islas de calor”; el amortiguamiento de los niveles de ruido; la disminución de la erosión del suelo, además de representar sitios de refugio, protección y alimentación de la fauna silvestre.
El centros de recreo al aire libre debe encontrarse en relación con otros elementos construidos de tal forma que un individuo pueda desplazarse dentro de una ciudad trasladándose de un punto al otro en ómnibus, subte, en bicicleta, a pié o corriendo, gozando de la vida al aire libre, lejos de los ruidos, de la polución, donde se escuche los sonidos de la naturaleza, en la medida que avanza la formación de microclimas y ecosistemas que limpien nuestra alma.
Fuente del articulo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Habitat-Urbano/La-importancia-de-los-espacios-verdes-en-las-ciudades
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En los últimos 10.000 años la diversidad animal y vegetal se han asentado en las cálidas y húmedas franjas tropicales, y también en las frías y áridas zonas polares. Sin embargo esta exaltación de vida está sufriendo un retroceso devastador debido a la actividad humana. El ritmo de extinción de las especies se ha acelerado drásticamente.
La palabra biodiversidad es una contracción de diversidad biológica; se refiere por lo tanto a la variedad en el mundo viviente. El término biodiversidad se aplica comúnmente a describir la cantidad, la variedad y la variabilidad de los organismos vivos. Este uso tan amplio abarca muchos parámetros diferentes, y en este contexto biodiversidad es, en realidad, un sinónimo de La Vida en la Tierra.
En los últimos 10.000 años la diversidad animal y vegetal que hoy nos maravilla, fruto de una historia de miles de millones de años de evolución en donde los seres vivos han conquistado medios tan diferentes como los océanos y el aire; se han asentado en las cálidas y húmedas franjas tropicales, y también en las frías y áridas zonas polares; para resolver los retos de la locomoción, la alimentación, la comunicación o la reproducción han desplegado una apabullante variedad de soluciones.
Sin embargo esta exaltación de vida está sufriendo un retroceso devastador debido a la actividad humana. El ritmo de extinción de las especies se ha acelerado drásticamente, calculándose que en la actualidad es por los menos 400 veces mayor que el que existía antes de la aparición del ser humano.
Si calculamos la tasa de extinción de este momento, basándonos en los números deespecies por área, teniendo en cuenta la pérdida de bosques tropicales (aproximadamente 1/3 en los últimos 40 años), se extinguen 50.000 especies por año (sólo 7.000 de ellas conocidas). Esto representa 10.000 veces la tasa natural de extinción y significa un 5% del total de especies por década. De mantenerse estos números, a fines del siglo XXI habrán desaparecido dos tercios de las especies de la Tierra.
La riqueza de la biodiversidad y de los ecosistemas que son fuentes de vida para el ser humano y las bases del desarrollo sostenible, se encuentran en un grave peligro. La creciente desertificación a nivel global conduce a la pérdida de la diversidad biológica. Últimamente han desaparecido unas ochocientas especies y once mil están amenazadas. Es fácil comprender que con esta pérdida incesante de recursos está en riesgo la seguridad alimentaria. La pérdida de la diversidad biológica con frecuencia reduce la productividad de los ecosistemas, y de esta manera disminuye la posibilidad de obtener diversos bienes de la naturaleza, y de la que el ser humano constantemente se beneficia.
Las tres principales causas de esta pérdida de biodiversidad son:
La destrucción de los hábitats naturales: Esta es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo. Los bosques tropicales, sin duda los principales almacenes de biodiversidad del planeta, están desapareciendo a un ritmo vertiginoso.
La fragmentación: Campos de cultivo, áreas urbanas, carreteras y autopistas constituyen barreras infranqueables para numerosas especies. Para estos seres vivos, su hábitat natural ha pasado de ocupar extensas áreas ininterrumpidas a quedar dividido en fragmentos aislados de menor extensión. Es el efecto conocido como fragmentación de los hábitats, responsable de la extinción local de numerosas especies. Cuando un cierto número de individuos de una especie queda confinado en una pequeña porción de territorio, el peligro de extinción es mucho mayor.
Los campos sin vida: La aparición de la moderna agricultura industrial, basada en la especialización y el uso masivo de fertilizantes y pesticidas produce una brusca disminución de especies. En los países más intensamente explotados por estas nuevas formas de agricultura industrial se ha acuñado el término de desierto verde, para referirse a estos nuevos paisajes, muy pobres en vida silvestre.
Debido a estas causas, el hombre esta enfrentando dos serios problemas: la falta de conocimiento científico sobre la totalidad de los seres vivos y la extinción masiva de especies. Estos problemas están relacionados y cualquier solución de los mismos debe basarse conjuntamente en generar nuevos conocimientos y forjar una nueva relación con el mundo natural. La importancia de la biodiversidad deber ser reconocida a nivel global y su tratamiento debe figurar en las agendas gubernamentales y en los programas educativos
Hasta ahora parece que el ser humano se ha salido con la suya, como lo prueba el hecho de que muchas especies se han extinguido ya causa de las actividades humanas y la vida sigue su curso. Sin embargo no sabemos lo que nos hará falta por la perdida de especies. Algunos ecologistas comparan la disminución de la biodiversidad con un vuelo en un avión al que le quitamos poco a poco los remaches. Cuantos remaches podemos quitar?….. Aun parece que no ha pasado nada por la pérdida de especies, pero sin duda el mundo es menos hermoso y mas monótono sin ellas. Posiblemente aun no hemos detectado la magnitud del daño que hemos causado.
En la Conferencia Internacional sobre Biodiversidad que se llevo a cabo en París, Francia, los científicos coincidieron en alertar al mundo sobre el peligro de la pérdida de biodiversidad. Al tratar las posibilidades económicas para los países que son depositarios de riqueza en biodiversidad, se insiste en el establecimiento de reglas claras sobre el uso de patentes y la propiedad intelectual en el campo de la genética y de la biotecnología.
Todas las presentaciones de los especialistas que participaron en París, se alejaron del enfoque fundamentalista de conservación sin intervención humana. No se puede concebir la ecuación del desarrollo sustentable sin el factor humano. Es preciso entender que proteger la biodiversidad es sinónimo de combatir la pobreza en el mundo. El desarrollo sustentable continúa siendo el gran desafío para alcanzar un equilibrio entre desarrollo y conservación.
El hombre, en todas las épocas, ha tenido necesidad de cambio y al mismo tiempo, miedo al cambio. Esta contradicción es manifiesta en la civilización industrial que preconizó la utilización despiadada del medio natural, y que ahora muestra una inquietud creciente ante la pérdida de la diversidad biológica.El difícil imaginar un desarrollo social como el actual sin afectar el medio natural, y de éste el elemento más frágil es la diversidad biológica. Sin embargo, si en la época postindustrial las sociedades humanas quieren ser dueñas de su destino, deberán poder regular su actividad y crecimiento, obtener los satisfactores que necesitan sin deteriorar el legado más importante de la evolución biológica: la biodiversidad
La extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes del deterioro ambiental en el mundo, ya que constituye un proceso irreversible que nos priva para siempre de un material genético único e irremplazable del que tal vez ni siquiera sepamos aún que aplicaciones prácticas podrá tener en beneficio de la misma humanidad que los destruye. Este tal vez sea el concepto más fácil de comprender en el mundo materialista e interesado en que habitualmente nos movemos, pero no es el único motivo que aconseja la conservación de especies. Efectivamente ya tendría que bastarnos el solo hecho de no alterar sustancialmente la delicada trama que une a los seres vivos entre sí, y que nos recuerda que cada especie ocupa un nicho ecológico peculiar que, con su extinción, o bien queda vacante o es ocupado por otras especies más ubicuas. Con lo cual se simplifican o desaparecen cadenas alimenticias singulares, y como si esto fuera poco, el solo derecho a coexistir en el planeta Tierra en las especies vegetales y animales debería erigirse como el principal argumento para evitar la extinción por todos los medios.
La preocupación por el ambiente posee una larga historia relacionada con la ciencia ecológica, ya que fueron los ecólogos los que primero dieron la voz de alerta con relación a un industrialismo contaminante y destructivo del planeta.
Frente a un panorama que se encuentra desolador ¿Quiénes comienzan a tomar al toro por las astas?… Un rol fundamental les cupo a las Naciones Unidas, quienes realizaron en 1972 la Primera Conferencia sobre el Ambiente, en el cual se creó PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente), y se identificó a la educación ambiental como una de las armas más importantes para la preservación de la Tierra.
Por otro lado se financiaban estudios como los del Club de Roma, quien les decía a los banqueros y economistas que la naturaleza posee claramente un límite. La UNESCO y el PNUMA organizaron en 1977 la Conferencia Intergubernamental en Educación Ambiental, en Tbilisi (Rusia), y aquí nació formalmente la educación ambiental como una disciplina cuyos objetivos son: «Generar una conciencia clara de la independencia económica, social y ambiental y proveer a cada ser humano con las oportunidades para adquirir conocimientos, valores y actitudes que les permitan modificar sus patrones de comportamiento para proteger y mejorar su ambiente».
De acuerdo a la propia definición de la Organización de las Naciones Unidas para la educación ambiental: Esta educación permite reconocer valores y conceptos para crear habilidades y actitudes necesarias para comprender y apreciar la relación natural y social entre el hombre y su medio biofísico circundante, al tiempo que le da posibilidades de crear normas y códigos de comportamiento para lograr el mejoramiento de la calidad ambiental.
Para lograr esto, es necesario seguir los siguientes pasos: Dar a conocer a un público cada vez más amplio las causas principales del problema y lograr en él la comprensión y concienciación hacia éste, conocer, comprender, tomar conciencia y actuar, esa debe ser la dinámica y finalmente, formar una Asociación no gubernamental que congregue a todos los participantes activos en el proceso, con el objeto de organizar a profesores y estudiantes del sistema educativo nacional desde los niveles elementales hasta los postgrados, a todas las asociaciones civiles no gubernamentales y en fin a toda persona que responsable y organizadamente, basada en su propia experiencia o en la de los demás, desee actuar para ofrecer un proyecto alternativo y fundamentado que pueda dotar a los gobiernos de mecanismos de acción cuya propuesta emane de la sociedad civil organizada.
Esta asociación debe ser de cobertura nacional y debe contemplar redes de intercomunicación regional, de cooperación, capacitación e intercambio, para lograr trabajar en modificaciones y reforzamientos de la educación ambiental escolar (curricular y no curricular).
Hoy por hoy, mucho de los que se llama educación ambiental no tiene nada de educación ni de ambiental. Simplemente se la puede considerar propaganda verde, debido a la banalización de los conceptos ambientales en muchos ámbitos educativos.
A todos los que salimos a buscar una escuela o un jardín de infantes para nuestros hijos nos han ofrecido servicios como: «Minihuerto Ecológico», «Clases de Reciclado» y «Salas de Ecología». Al entrar, el minihuerto era una maceta con un tomate y una jaula con cotorritas al lado… Nadie niega lo emocionante que puede ser ver crecer una planta de tomate, pero la ecología y la educación ambiental son otra cosa, no necesariamente serias y aburridas, pero requiere una cierta metodología y especialmente un cierto cúmulo de información ecológica básica, y que si se considera a la educación ambiental como algo descolgado, automáticamente pasa a convertirse en un opción, que compite con las áreas de mayor importancia: matemática, lengua y ciencias, lo cual termina siendo contraproducente.
La clave está en la inserción en el sistema formal de educación oficial complementándose con la educación informal
. Las organizaciones ambientalistas no deben establecer programas o actividades alternativas de ningún tipo, porque en general los conservacionistas originan el peor material educativo del mundo, simplemente porque no son docentes. Además aun en los países donde la educación no es prioritaria y recibe magros fondos, el sistema oficial siempre cuenta con más posibilidades y recursos que las entidades de bien público.
De otra forma, se están generando chicos con angustia sobre el futuro de la naturaleza que asusta, chicos que le dicen a su padre que es un asesino porque fuma, chicos que cambian lamparitas de su casa a una de menor voltaje y no soportan la paradoja de los carteles luminosos de las calles; se generan chicos que consumen «antiecológicamente» latas de gaseosas, porque en la escuela, en las clases de ecología, éstas se reciclan. Cuando el mensaje correcto sería el siguiente: La naturaleza es como un enfermo; las generaciones precedentes lo enfermaron voluntariamente y a este enfermo terminal ellos deben cuidar para que mejore y no se muera. Este enfermo todavía está vivo y vale la pena ayudarlo a mejorar. La naturaleza, ante todo, nos da la oportunidad de disfrutar y de ser más felices de una manera generosa.
La educación ambiental en la Argentina está poco más que en pañales, pese a los esfuerzos y los planes oficiales que se están tratando de implementar, tanto en el Ministerio de Educación de la Nación como en los organismos equivalentes de las provincias, debido a: La falta de conexión entre las medidas individuales que se implementan y la problemática social, el carácter temporal de las acciones propuestas (no conducen a la formación de hábitos), no se permite desarrollar la creatividad de los sujetos, ya que no hay continuidad entre el contenido que se transmite y las concepciones y representaciones de los sujetos y para finalizar, la falta de la información sobre los problemas locales en conjunción con la problemática nacional. La asistencia oficial es escasa o prácticamente nula. Esto se debe, principalmente, a la precaria importancia que frecuentemente se da a la educación, tanto desde el estado como otros sectores de la sociedad, se traduce como una contracción del sistema educativo público, como efecto de un presupuesto bajo y la ausencia de un debate acerca de la calidad y beneficios de la educación impartida.
La mayoría de los problemas de conservación siguen siendo los mismos que a fines de la década del 60 y principios del 70: la contaminación, la deforestación, la desaparición de especies. Estos problemas no sólo continúan sino que se han agravado. Este hecho contrasta con la creciente preocupación del público, que peticiona por una mayor regulación por parte de los gobiernos, que presiona para promulgar nuevas leyes y que ha motivado la creación de organismos específicos que atiendan estas cuestiones. Si gran parte de estos problemas son antiguos, entonces se puede inferir que los éxitos de la educación tradicional en materia ambiental deben ser muy pocos.
A la buena predisposición de los docentes, que roban horas de sueño a su descanso para capacitarse en los a menudos espinosos temas ambientales, hay que sumarle que muchas de las direcciones educativas existen, pero no funcionan.
Los fascículos «Nueva Escuela» no llegan, los recursos económicos no alcanzan o sencillamente no existen y para terminar las instituciones terciarias no ofrecen carreras o postgrados para todas las especialidades que se necesitan cubrir.
Para conservar nuestros ambientes, necesitamos un sistema educativo dinámico, que tenga una clara relación con la realidad y con las necesidades de la sociedad. Dentro de dicho sistema hay tres aspectos críticos, íntimamente relacionados: el currículum vitae, la capacitación docente y los recursos didácticos. Ninguno de estos aspectos se están desarrollando adecuadamente.
Para subsanar estos problemas, la idea es proponer, con base a un conocimiento científico real, a través de una sociedad promotora del cambio ambiental autónoma, libre de presiones políticas, un plan de acción que el gobierno federal impulse en el país conjuntamente con la sociedad civil, a través de la consulta sistemática y abierta, para implementar en la práctica un proyecto alternativo comunitario, que tendrá auspiciado su propio éxito, por haber surgido en forma conjunta, después de escuchar los planteamientos organizados de una sociedad civil cada vez más capacitada, conciente y dispuesta a actuar.
Para encontrar una vida en armonía con el ambiente, lo primero que debe realizarse es obtener una población consciente de su pertenencia al todo que lo rodea. Se debe educar a las personas desde la infancia para que aprendan el cuidado necesario para no malgastar los recursos del planeta, para no ensuciar su entorno y para convivir con su vecino.
Fuente del articulo: http://www.internatura.org/educa/educa_frers.html
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Mas allá de la educación tradicional, es decir, del simple hecho de impartir un conocimiento, la educación ambiental relaciona al hombre con su ambiente, con su entorno y busca un cambio de actitud, una toma de conciencia sobre la importancia de conservar para el futuro y para mejorar nuestra calidad de vida. La adopción de una actitud consciente ante el medio que nos rodea, y del cual formamos parte indisoluble, depende en gran medida de la enseñanza y la educación de la niñez y la juventud. Por esta razón, corresponde a la pedagogía y a la escueladesempeñar un papel fundamental en este proceso.
En su definición sobre Educación Ambiental, las Naciones Unidas nos indica que ésta tiene como objetivos la formación de los individuos para conocer y reconocer las interacciones entre lo que hay de natural y de social en su entorno y para actuar en ese entorno. Intentando no imprimir a sus actividades orientaciones que pongan en grave deterioro el equilibrio que los procesos naturales han desarrollado, haciendo posible la existencia de una calidad ambiental idónea para el desarrollo de la vida humana.
Es necesario abordar la temática del cuidado del medio ambiente con la seriedad necesaria para poder revertir los hábitos que causaron daños, hasta la fecha, a nuestro planeta. Es necesario incorporar la idea que con el correr del tiempo y manteniendo comportamientos perjudiciales hacia el ambiente vamos perdiendo la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, vamos deteriorando nuestro planeta y a los seres que habitan en él.
Es evidente la necesidad de sensibilización desde cada uno de nosotros, para repensar en qué valores y actitudes, se acoda el cambio cultural que debemos asumir, con respecto a las problemáticas ambientales.
Más allá de la educación tradicional, es decir, del simple hecho de impartir un conocimiento, laeducación ambiental relaciona al hombre con su ambiente, con su entorno y busca un cambio de actitud, una toma de conciencia sobre la importancia de conservar para el futuro y para mejorar nuestra calidad de vida.
La adopción de una actitud consciente ante el medio que nos rodea, y del cual formamos parte indisoluble, depende en gran medida de la enseñanza y la educación de la niñez y la juventud. Por esta razón, corresponde a la pedagogía y a la escuela desempeñar un papel fundamental en este proceso.
La educación ambiental es un proceso educativo, integral e interdisciplinario que considera alambiente como un todo y que busca involucrar a la población en general en la identificación y resolución de problemas a través de la adquisición de conocimientos, valores, actitudes y habilidades, la toma de decisiones y la participación activa y organizada.
El niño crece y se desarrolla bajo la influencia de un complejo proceso docente-educativo, en el que la escuela cumple un encargo social que tiene el objetivo de que el futuro ciudadano recibaenseñanza y educación, y se integre a la sociedad en que vive de una manera armónica, formado política e ideológicamente en correspondencia con los principios de nuestra sociedad. En este sentido hay que educar al niño para que ocupe plenamente el lugar que le corresponde en la naturaleza, como elemento componente de ésta. Él debe comprender que es parte integrante del sistema ecológico y que, como tal, tiene deberes que cumplir.
La formación y el desarrollo de hábitos correctos en los estudiantes, en lo concerniente a la protección del medio ambiente en la escuela y sus alrededores, contribuyen a vincular la teoría con la práctica y a familiarizarlos con estas tareas y exigencias a escala local. Esto facilita que comprendan la importancia de la protección del medio ambiente y sus distintos factores, a nivel regional y nacional, y cómo una sociedad puede planificar y controlar la influencia del medio ambiente en beneficio de la colectividad.
Aprovechar estos temas, que son contenidos de la enseñanzaescolar pero con un fin, que no sea solo el de la información, que se transgreda ese límite. Que llegue hasta la formación de un ciudadano conciente e involucrado en esta problemática.
La necesidad de abordar la problemática ambiental requiere de una perspectiva que involucre la crítica de los distintos saberes y el desarrollo del conocimiento humano para la creación de alternativas. De ahí que, además de los obstáculos económicos y sociales dados por el estilo de desarrollo para abordar la problemática ambiental, las posibilidades de revertir los procesos de deterioro ambiental se ven también limitados por la propia conformación del proceso educativo y de construcción del conocimiento.
Es necesario abordar el estudio de lo ambiental en lo educativo desde una perspectiva sistémica. Debemos estar conscientes que la conceptualización de educación ambiental abarca contenidos de varios campos: conservación, equidad, contaminación, ambientes urbanos/rurales, derechos humanos, ecología, ciencias ambientales, educación integral, población, energía, pobreza, ética, desarrollo sustentable, sociedad, tecnología, calidad de vida, entre otros. Además, que dichos campos se entrecruzan y se traslapan. Debemos entonces concretar qué relaciones, interacciones, resultados o consecuencias nos interesa descubrir y posteriormente comunicar.
Desde el Estado es necesaria la incorporación con carácter obligatorio de la materia educación ambiental en favor de las generaciones futuras y una adecuada calidad de vida.
La educación ambiental en la Argentina está poco más que en pañales, pese a los esfuerzos y los planes oficiales que se están tratando de implementar, tanto en el Ministerio de Educación de la Nación como en los organismos equivalentes de las provincias, debido a: La falta de conexión entre las medidas individuales que se implementan y la problemática social, el carácter temporal de las acciones propuestas (no conducen a la formación de hábitos), no se permite desarrollar la creatividad de los sujetos, ya que no hay continuidad entre el contenido que se transmite y las concepciones y representaciones de los sujetos y para finalizar, la falta de la información sobre los problemas locales en conjunción con la problemática nacional. La asistencia oficial es escasa o prácticamente nula. Esto se debe, principalmente, a la precaria importancia que frecuentemente se da a la educación, tanto desde el estado como otros sectores de la sociedad, se traduce como una contracción del sistema educativo público, como efecto de un presupuesto bajo y la ausencia de un debate acerca de la calidad y beneficios de la educación impartida.
Esta educación trasciende el ámbito formal de la educación tradicional, no circunscribiéndose únicamente a los centros educativos, sino empleándose, también, en el ámbito laboral, en la empresa o el centro de trabajo, siendo éste un excelente vehículo para comunicar valores a favor delambiente, relacionándolo con las características productivas. Por otra parte, el desarrollo eficaz de la educación ambiental demanda el pleno aprovechamiento de todos los medios públicos y privados de que la sociedad disponga, a través de diferentes sistemas y subsistemas de aplicación, vinculándose con la legislación, las políticas, los planes y programas de ejecución, las medidas y mecanismos de control y a todas las decisiones que los gobiernos adopten respecto al ambiente.
Se debe estimular la formación de sociedades socialmente justas y ecológicamente equilibradas, que conserven entre sí una relación de interdependencia y diversidad.
La educación ambiental, en el contexto del desarrollo sostenible, debe generar con urgencia, cambios en la calidad de vida y mayor conciencia en la conducta personal, así como armonía entre los seres humanos y de éstos con otras formas de vida.
La aplicación de la educación ambiental no consiste, entonces, en una mera aplicación de ajustes y complementos a los programas tradicionales de la educación, se trata, más bien, de convocar a nuevos enfoques, nuevos contenidos y nuevos métodos, haciendo más flexibles las tradicionales estructuras de los sistemas educativos.
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